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SAMU, en estado de alerta para cuidar de las personas

Hace un mes no podíamos imaginar dónde estaríamos en este raro comienzo de primavera. La crisis del coronavirus ha cambiado las pautas de trabajo y las costumbres domésticas de todos. Vivimos bajo confinamiento y en estado de alarma, y todos los esfuerzos se dirigen a evitar los contagios, especialmente en la población de riesgo.

SAMU, como organización que aspira a la excelencia en la atención médico sanitaria y a colectivos vulnerables, está en la primera línea de la batalla contra el coronavirus en todos sus servicios, centros y delegaciones. Además de nuestro servicio de ambulancias, a cuya actividad hemos dedicado un capítulo especial de esta edición, hemos hablado con responsables de los recursos de la organización, todos son esenciales en estas semanas: la Escuela SAMU, los centros de menores extranjeros no acompañados, los centros para personas con discapacidad intelectual y los pisos para menores extranjeros no acompañados. Todos están dando lo mejor de sí mismos para, en el ámbito de sus responsabilidades, ayudar a contener el coronavirus.

Centros de menores: un “vuelco total”

¿Cómo convencer a un adolescente de que durante unas semanas no podrá salir con sus amigos? ¿Cómo concienciarle de que su contribución es clave para parar al virus? Los centros de menores de SAMU trabajan con decenas de menores que, de la noche a la mañana, han tenido que cambiar radicalmente sus costumbres: no más salidas, no más colegio, no más prácticas.

Los directores de los centros de El Castillejo (en El Bosque, Cádiz), Miguel de Mañara (en Montequinto, Sevilla) y de la Unidad de Acogida Temporal de Emergencia de Ceuta aseguran que los chicos han comprendido la gravedad de la situación y respetan las nuevas normas. “Es un vuelco total, pero hasta ahora su comportamiento está siendo excelente. Me tienen sorprendido”, admite Javier Olier, director de un centro para 24 chicos (de entre 16 y 18 años) en El Bosque.

Los centros son estos días un “búnker” en el que han cambiado horarios y actividades. En Ceuta, donde hay un grupo de 15 niños de entre 10 y 15 años (de un total de 80), los monitores han tomado el relevo del colegio en las tareas de alfabetización. “También estamos haciendo el juego del coronavirus, pintar un virus en la parte de arriba de la mano. Por la noche, cuando se acuesten, tienen que tener el muñeco borrado”, añade Rafael Gallardo, director del centro.

Todos prestan especial atención a las medidas higiénicas. En Miguel de Mañara han tenido que tomar especial precaución con un niño que sufre una enfermedad del sistema inmune: pasa estos días en una habitación para él solo y, si sale, es con mascarilla y guantes.

Por la tarde, los centros suelen programar talleres especiales sobre las tareas más variopintas, casi siempre útiles para luchar contra la pandemia: cómo elaborar mascarillas con camisetas, manualidades de murales y pancartas, risoterapia, música en directo, autoestima, cinefórum con películas y reportajes sobre el coronavirus…

En el centro de Inserción Socio-Laboral de Corteconcepción, en la Sierra de Aracena de Huelva, por ejemplo, el equipo educativo combate el sedentarismo y la inactividad con talleres de movimiento expresivo. “A través de esta actividad, los chicos desarrollan la imaginación, el placer por el juego, la improvisación, la espontaneidad y la creatividad, con el objetivo fundamental de ayudar a gestionar el estrés diario”, explican desde el centro.

“Tener a los niños todo el día encerrados nos obliga a darnos a la imaginación”, explica Julia Almeida, directora del Miguel de Mañara (25 niños de 12 a 18 años), que detalla una actividad muy especial: consiste en que cada chico exponga un objeto personal y cuente la historia de ese objeto. Así se trabaja el arraigo, la autoestima y el conocimiento de los compañeros.

En el caso de El Bosque tienen la suerte de que cultivan sus propias verduras en un huerto que estos días los chicos miman con especial cariño. Producen cebollas, lechugas de roble, escarola, pimientos… “No hemos llamado al frutero, las verduras han salido de aquí”, cuenta con orgullo Olier.

Pero si algo tienen claro en todos estos centros es que para seguir en la buena línea será esencial trabajar la motivación y la disciplina. “De nada vale que lo hagan dos días y luego se les olvide”, advierte Gallardo. “Todas las mañanas, antes de desayunar, durante el recuento, me siento con ellos y les cuento la situación para que sean conscientes de que hay que continuar con las medidas”, concluye Olier.

Pisos de acogida: el papel de los referentes

Si es difícil concienciar a un grupo de adolescentes de un centro, la situación es aún más compleja cuando los chavales viven en un piso con mayor libertad de movimientos. “Al principio el confinamiento fue complicado. La mayoría están acostumbrados a entrar y salir a sus centros escolares, sus prácticas o su ocio. Son adolescentes y algunos rompían la norma”, admite Juan Carlos Rodríguez, responsable de tres pisos para un total de 40 menores no acompañados (de 12 a 18 años) en Coslada, Rivas y Fuencarral (Madrid).

Sin embargo, el esfuerzo del equipo educativo está logrando revertir la situación: “Poco a poco, hablando mucho con ellos, están cumpliendo. Están entendiendo que, aunque a ellos no les afecte considerablemente, pueden generar una situación muy compleja”, añade Rodríguez.

Es el momento de poner en práctica estrategias y habilidades de negociación y mediación y de echar mano de cualquiera que pueda ayudar. Es el caso de Allae y Salah, dos chicos que acaban de cumplir la mayoría de edad, pero que siguen en los pisos por la alerta sanitaria. Su ayuda está siendo esencial: “Cuando son modelos positivos se convierten en referentes muy fuertes. Se les escucha bastante ante cualquier crisis o frustración, a veces más que a un educador, porque los chicos se identifican con ellos”.

Centros para personas con una discapacidad intelectual: “Gracias por ser la sonrisa”

Hace unos días los usuarios de la residencia Santa Teresa de Villafranca de los Caballeros (Toledo) grabaron un vídeo en el que demostraban que ellos también saben lo que nos estamos jugando: “Tenéis que ser responsables, quédate en casa”. “Tenéis que lavaros las manos con frecuencia”, decían. Son personas con una discapacidad intelectual entre leve y moderada, y un día antes habían grabado otro vídeo para agradecer el trabajo de sus cuidadores. “Fue emocionante. No hacemos más que nuestro trabajo, pero llevamos unos días de muchos nervios y tensión para intentar protegerlos”, cuenta Sonia Oliver, directora del centro, que da servicio a 34 personas.

Estos días los pasacalles, las obras de teatro, los paseos con los perros que acoge la protectora de animales, el coro, los partidillos de fútbol o los cafés con las mujeres de este pequeño pueblo manchego se han sustituido por actividades de interior. Según Oliver, un cambio “brutal” que empezaron a aplicar dos días antes de que se decretara el estado de alarma.

“No salir es lo que peor llevan, porque lo asocian con una falta de premio”, confirma María José Tinoco, que dirige la residencia San Sebastián en Cantillana (Sevilla), con 56 usuarios. En este centro están documentando estas semanas en un diario fotográfico de la cuarentena. Los residentes tienen ahora menos tiempo para pasar fuera de sus habitaciones y se han configurado grupos de trabajo más reducidos para las actividades.

“Desde el momento en que hay una discapacidad intelectual podemos intuir que hay dificultad para gestionar determinadas situaciones o emociones”, resalta Tinoco. En Cantillana realizan talleres de emociones, donde aprenden a gestionar las emociones de estos días. De momento, funciona: cada día la hora del aplauso se adelanta unos minutos, porque todos quieren empezar a aplaudir los primeros.

La receta de Sonia Oliver es clara: “Darles información de lo que está sucediendo, que lo entiendan y que sepan que, si pasa algo, estamos preparados para cualquier urgencia. La sensación de que están protegidos es fundamental”.

El otro pilar debe ser la familia, estos días en la distancia. Hace unos días, Tinoco recibió una carta dirigida a todo el personal de su centro: “Gracias por ser la sonrisa, el apoyo, la motivación, la alegría, la calma, el paño de lágrimas, el cuidado de todos los residentes, que por desgracia sus familias no podemos darles en persona ahora”.

Unidad de Estancia Diurna San Lucas (Sevilla): el cierre, un “impacto para las familias”
Las unidades de estancia diurna están entre los centros cerrados por orden de las autoridades. Rocío Álvarez, directora en funciones de la unidad para personas con discapacidad intelectual de SAMU en Sevilla, cuenta que antes del cierre intensificaron los talleres de higiene de manos (adaptados a sus características) y enviaron una carta a las familias con recomendaciones para estos días.

El cierre es un impacto para las familias, porque deben reordenar su vida con una persona con discapacidad”, destaca Álvarez. Algunas se han agrupado para poder atender a personas con discapacidad que hasta ahora hacían uso de los centros de estancia diurna. Otros han reducido su jornada o reestructurado sus horarios.

Para el personal, el impacto también ha sido grande. Sin usuarios y por mucho trabajo que puedan hacer a distancia, hay servicios que no tiene continuidad. Álvarez asegura que el talante sigue siendo positivo: “Entendemos en lo que estamos”.

Escuela de SAMU: contribución a los gabinetes de crisis

Escuela de SAMU también ha alterado drásticamente su funcionamiento. Como todos los centros educativos del país, la formación presencial se ha sustituido por la educación a distancia mediante el uso de plataformas virtuales. Pero si algo distingue a SAMU es su experiencia en situaciones difíciles. Por eso, los alumnos del Máster de Enfermería se han volcado en la contribución a varios gabinetes de crisis.

“Es un grupo de alumnos bien formado y acostumbrado a trabajar de esta forma. Están prestando un gran apoyo a la rama sanitaria y prevención de riesgos”, apunta Thomas Couyotopoulo, responsable de la escuela.

Desde días antes de la declaración del estado de alarma, estos estudiantes trabajan sin descanso para recoger información de utilidad para los profesionales de SAMU, que sirve para actualizar los protocolos de prevención. Además, la Escuela está colaborando con la Junta de Andalucía en el estudio de un posible despliegue de un hospital de campaña. “En el máster estamos acostumbrados a hacer gabinetes de crisis y preparamos a los alumnos para estas situaciones”.

Trabajo en red por el futuro de los Menas

El trabajo en red y la cooperación son dos herramientas muy importantes para optimizar el trabajo con menores en el Residencial Básico El Bosque y el centro de inserción sociolaboral Pelayo (Algeciras). Como ejemplo de estas dinámicas, en este artículo vamos a compartir las actividades lúdicas, dinámicas y formativas llevadas a cabo en colaboración con Cruz Roja y Fundación Don Bosco.

Dos días a la semana cada entidad trabaja con un grupo de menores durante dos horas en las que se desarrollan actividades enmarcadas dentro de diferentes proyectos.

Desde la Fundación Don Bosco, los menores participan en el proyecto Espacios de Encuentro Socioeducativo, que pretende fomentar la integración a través de actividades de formación y expresión social.

El programa pone a disposición de los menores un espacio donde pueden ampliar su red de amistades, conociendo jóvenes de su edad, así como adquirir herramientas que les capaciten para romper barreras socioculturales y lingüísticas, lo que favorecerá una mayor fluidez y confianza en sí mismos a la hora de afrontar las actividades de la vida diaria.

Otro de los proyectos es el denominado Sensibilización a la Diversidad, que contempla dinámicas ciudadanas de convivencia, respeto y enriquecimiento. Podemos destacar la visita de los menores al Centro de Día de Persona Mayores, un espacio intergeneracional donde han podido compartir con las personas mayores sus historias de vida y viceversa. Además, los mayores han querido compartir sus conocimientos y técnicas en manualidades.

Ha sido una experiencia gratificante para ambos ya que, de manera recíproca, se han sentido escuchados, valorados y queridos. Han descubierto que, a pesar de la diferencia de edad, tienen algo en común: haber superado las barreras que coloca la vida según las circunstancias de cada uno. El cariño y la empatía han sido los pilares de esta actividad.

A través del programa Promoción para la Salud se persigue fomentar habilidades y destrezas para unos hábitos de vida saludables. Se han realizado actividades como piragüismo y escalada que, además de la promoción al deporte, nos enseñan cómo las dificultades del devenir de la vida se pueden superar con perseverancia y disciplina. De manera ahora individual, cada menor debe remar contra viento y marea, o escalar para alcanzar sus propios objetivos.

Sabemos que el camino es difícil y que para superarlo será necesario atravesar la ira, la rabia, el amor, la desconfianza, el llanto y la rebeldía.

A través de la Cruz Roja se ha llevado a cabo un taller de gimnasio en el cual los menores han podido disfrutar de una clase combinada de TRX y defensa personal, conociendo la importancia del deporte como alternativa de ocio y tiempo libre que permite promocionar la salud y la diversión, así como desconectar de problemas de la vida diaria desfogando y sacando la energía acumulada de forma canalizada y controlada. El autocontrol y la autoregulación emocional son aspectos importantes que los menores deben aprender a gestionar.

Cruz Roja, a su vez, trabaja con los menores la inmersión lingüística y desarrolla talleres trasversales relacionados con la sexualidad, la promoción del deporte y la seguridad vial. Cada taller lo organiza e imparte un voluntario supervisado por la coordinadora del programa.
Gracias al trabajo en red y la colaboración entusiasta de dichas entidades, los menores seguirán formándose e irán realizando actividades que les encaminen hacia un futuro mejor.

Autora: Macarena Coronil Pérez

SAMU pone en marcha un plan interno de formación en seguridad y extinción de incendios

En una apuesta por la seguridad de las personas que forman parte de la organización y por la prevención de riesgos laborales, SAMU ha puesto en marcha un programa de formación de extinción de incendios dirigido a toda su plantilla. Esta iniciativa se ha centrado de forma especial en los profesionales de los centros de acogida de menores que Fundación SAMU gestiona en diferentes puntos de España, además de en los trabajadores de las residencias y unidades especializadas en la atención de personas con discapacidad intelectual y trastornos de conducta, y de la clínica de salud mental SAMU Wellness situada en Montequinto (Sevilla).

El objetivo de estos cursos teórico-prácticos, que arrancaron hace casi un año, es formar a los trabajadores de SAMU sobre cómo actuar en caso de un incendio y, de forma particular, cómo utilizar un extintor. “Tenemos una imagen muy distorsionada de los incendios. No somos conscientes de lo rápido que se propaga un fuego y de su peligro”, advierte Eduardo Sánchez Manzanares, bombero de Alcalá de Guadaíra (Sevilla) y de la Diputación de Sevilla, además de instructor de este curso. “En mi clase pongo un vídeo donde se aprecia cómo en sólo tres minutos un salón queda totalmente calcinado”.

A través de este curso, de seis horas de duración, se pretende que los trabajadores de SAMU sepan cómo actuar en caso de alerta por fuego, que tengan conocimiento de cómo es un incendio en realidad y que, si algún día tienen que utilizar un extintor, sepan cuál es su capacidad. “Que no sea ésa la primera vez que cojan un extintor, que tengan una experiencia previa en su manejo y lo hagan con seguridad”, apunta el bombero.

Eduardo Sánchez ha viajado a los diferentes recursos que SAMU tiene en las provincias de Zaragoza, Madrid, Málaga, Córdoba o Cádiz para impartir este curso de extinción de incendios, mientras que otros trabajadores han acudido a las instalaciones de Escuela SAMU en Gelves (Sevilla) para recibir la formación, como fue el caso en julio de las plantillas del centro de Inserción Socio-Laboral (ISL) Polanco y de los nuevos recursos de El Castillo de las Guardas y Corteconcepción, todos ellos en la provincia de Sevilla.

“Aunque yo os grite, tenéis que mantener la calma. Os grito porque, si se produce un incendio, os vais a encontrar una situación muy estresante y caótica y tendréis que mantener la calma”, indicaba a algunos de los empleados del centro ISL Polanco Eduardo Sánchez, que también colabora con Escuela SAMU es sus cursos de rescate en altura desde hace varios años. “¡Apuntad a la base, al origen del fuego!”, gritaba. “¡Corre, coge otro extintor, ése está vacío!”; “Corre, corre, que te quemas”; “¡Aquí hay madera de bombero!”.

Los empleados de SAMU realizan las prácticas del curso ataviados con un casco y una chaqueta propia de los bomberos. “El calor no es el problema, sino lo que pesa la chaqueta, que te impide moverte con facilidad”, señalaba una trabajadora del centro ISL Polanco.

“El que no le tiene miedo a un incendio no es un valiente, es un inconsciente”, comentaba Eduardo Sánchez, que a los 28 años dejó su trabajo en una empresa especializada en la organización de eventos para presentarse a las oposiciones de bombero, su sueño desde niño. “Un televisor o un aire acondicionado, por el mero hecho de estar enchufados, pueden provocar un incendio, aunque estén apagados, por eso es tan importante tener en casa detectores de humo”, explicaba el bombero. “El monóxido de carbono actúa como anestesia y, por desgracia, he vivido casos donde las víctimas han fallecido mientras dormían por respirar monóxido de carbono, es decir, por el humo, no por el fuego”.

SAMU Dúrcal: Cómo crear un hogar donde se cumplen sueños

Y llegó el final de una etapa en la Unidad de Atención Inmediata SAMU Dúrcal (Granada). Para los que hemos formado este equipo, el proyecto SAMU Dúrcal nació de la mano de su directora, Carmen Pastor Ruiz, y del responsable del Área Menores de Andalucía Oriental, Juan Manuel Aveledo. Nació de la ilusión y del convencimiento de que se pueden cambiar los destinos de las personas.

Por nuestro centro han pasado más de un centenar de historias de vida, de sueños y proyectos. Para algunos de los jóvenes que han estado con nosotros, Dúrcal ha sido un refugio en el que ponerse a salvo, una estación de parada en el trayecto que les conducía a sus destinos. Para otros chicos y para todo el equipo ha sido un verdadero hogar.

No hay nada más bonito que vivir la creación de un proyecto, participar en algo desde su nacimiento, ayudar a levantarlo y hacer de él un hogar donde los chicos puedan cumplir sus sueños.

Ésta es la sensación que tienen el equipo de SAMU Dúrcal y los protagonistas de este artículo: Alhassan Diallo, Fassine Cámara y Mohamed Cámara, tres jóvenes de Guinea. Sus historias son parecidas. Los tres tomaron conciencia de su necesidad de migrar a una edad muy temprana, empujados por las necesidades económicas y la falta de oportunidades. Los tres relatan historias de llegada a nuestro país similares. Por desgracia, han tenido que vivir situaciones que ningún ser humano debería vivir. Para llegar a su destino, España, han debido cruzar diferentes países en condiciones muy adversas, donde han pasado miedo, hambre, frío…

Son tres jóvenes con proyectos muy definidos, con una idea clara del itinerario que les gustaría seguir en su inserción en la sociedad de acogida. Desde su llegada, han mostrado una motivación ejemplar para el aprendizaje del idioma. Tenían claro que su inserción pasaba por la formación académica. Y así ha sido.

Este año han cursado 4º de la E.S.O y han conseguido graduarse. Para todo el equipo de SAMU Dúrcal, y sobre todo para ellos y sus familias, es un logro ejemplar. No ha sido fácil para ellos llegar a un país nuevo, sin conocer el idioma y la cultura, lejos de la familia y de los amigos, y empezar una vida nueva. El potencial que siempre han tenido, su carácter afable, su facilidad de adaptación y socialización, su autonomía, su flexibilidad y su perseverancia les han ayudado a alcanzar su sueño.

No ha sido fácil, pero han contado con el apoyo del equipo de nuestro centro, con el equipo docente del IES La Laguna del municipio del Padul y, previamente, del Centro Público de Educación de Personas Adultas Valle de Lecrín de Dúrcal.

La presencia de nuestros chicos en las aulas de este centro educativo ha incorporado una tonalidad más en el mosaico de diversidades que componen los centros educativos españoles. Las diferencias han sido una fuente de enriquecimiento personal y grupal en el aula, pero también han supuesto un reto que ha precisado de nuevas fórmulas de enseñanza y aprendizaje.

No menos importantes han sido los logros de los demás menores. El Consejo Orientador del centro educativo ha resuelto para el menor Said Zahid una propuesta de acceso en el curso 2019-2010 a una FPB (Formación Profesional Básica) de Informática y Comunicaciones; y para Abderrahim Bidi y Walid El Halhouli, de Servicios Administrativos.

El resto de los chicos escolarizados han obtenido un diploma honorífico por su esfuerzo y una matriculación para continuar formándose en el próximo curso.

Ha sido emocionante la llegada del día de la graduación de los chicos de 4º de ESO. Los nervios de los chicos eligiendo el estilismo, redactando sus discursos de agradecimiento, haciendo planes con los compañeros del instituto para la cena de graduación… Es una experiencia muy importante para cualquier adolescente.

Los logros de los chicos de SAMU Dúrcal son, fundamentalmente, mérito de su esfuerzo, pero no sería justo no mencionar el gran equipo que han tenido detrás.

Úrsula, la trabajadora social del equipo, ha sido para nuestros chicos “la portadora de las buenas noticias”. Todos esperan una cita con Úrsula. Ella es una parte fundamental de la vida de nuestros chicos. Es la que “pelea” diariamente para conseguir regularizar la situación administrativa de los menores, uno de sus principales objetivos. Calma su ansiedad explicando los procesos y los plazos, y lo hace de tal forma que todo parece fácil y posible. Siempre con una sonrisa.

Javier. El equilibrio perfecto entre la disciplina y el amor incondicional por los chicos. Sus intervenciones tiene siempre el mismo final: “Estoy aquí para ayudarte, te ayudaré a levantarte cada vez que tropieces”.

Gonzalo. Todos los chicos quieren ser como Gonzalo. Es el modelo a seguir de todos los menores. Es capaz de descubrir talentos a veces imperceptibles. Su premisa es “todos los chicos tiene alguna capacidad, algún tipo de las múltiples inteligencias”. Es un maestro que enseña dentro y fuera del aula.

Sergio, para los chicos, Yeyo. Es el negociador, una fuente inagotable de estrategias de resolución de conflictos. Siempre encuentra infinitas alternativas para afrontarlos. Cuando uno de los chicos necesita un mediador, sabe que debe buscar al “maestro Yeyo” para encontrar una solución.

Badrd Din, el amigo de los chicos. Siempre le han percibido como a un igual al que le cuentan sus batallas de niñez en sus barrios de origen. Es el maestro que nunca se escandaliza por nada.

Ammar, el tito del centro. Es la figura a la que muestran más respeto, y la que perciben como un padre. Es el que se encarga de calmar la nostalgia gastronómica de nuestros menores. Siempre tiene una receta preparada para evocar sabores y olores de las tierras que les vieron nacer.

Isabel, la maestra dulce y cariñosa, a la que acuden los chicos para cualquier necesidad que se les presente, médica, escolar, o de cualquier tipo, y, sobre todo, con la que les encanta ir de compras.

Pablo, el opositor a Policía Nacional. Cuando llegó al equipo tenía un sueño que compartió con todos los menores, y todos han sido testigos de que, con esfuerzo, los sueños se cumplen. Pablo ha cumplido el suyo.

Juan Carlos, el “informático”, llegó sin hacer mucho ruido y, poco a poco, se ganó un lugar en el corazón de los niños.

Luis, “el maestro bueno”, al que esperan en la puerta en los cambios de turno, porque comparte todo lo que tiene, reparte sus chicles, chocolatinas y pipas. Es como la llegada de los Reyes Magos.

Aída, el aire fresco del equipo. Una joven optimista y conciliadora, siempre sonriente. Para los chicos es una figura muy importante, les aconseja pero no les juzga.

Juanma, una persona cercana, que da visibilidad a todos y a cada uno de los miembros de su equipo, felicita por los logros, una persona que empodera y que continuamente te hace sentir muy importante.

Y por último: Carmen, “la directora de la orquesta”. Ha dirigido, unificado, guiado e interpretado las “notas musicales”. Todos queríamos tocar nuestra parte, pero debíamos hacerlo con determinados criterios de velocidad, ritmo, volumen… y es Carmen quien se ha encargado de ello.

En el centro SAMU Dúrcal estamos inmensamente felices por la trayectoria de nuestros chicos, superando todas nuestras expectativas. Están preparados para seguir su camino, en algún lugar donde esperamos den continuidad a sus historias y sus logros.

Siempre hay que saber cerrar un ciclo para abrir otro, escribir el final del capítulo. El final de nuestro capítulo se resume en una frase de Havel: “… Las historias no tienen por qué tener el final soñado, tienen que merecer la pena”. Y esta historia ha merecido la pena. Estamos inmensamente agradecidos.

Autora: Siham Khalifa El Abdi. Auxiliar Técnico Educativo de la Unidad de Atención Inmediata SAMU Dúrcal.

La vida en una casa de El Castillo de las Guardas

Suenan las campanas de la Iglesia que anuncian las nueve de la mañana de este domingo de verano. La brisa de la Sierra de Sevilla recorre divertida los pasillos de este nuevo centro como si quisiera adentrarse en cada una de las habitaciones para dar la bienvenida a los nuevos menores que dan vida a esta casa.

Las paredes ya parecen ir adaptándose a las manos que las recorren. Los escalones de mármol aún parecen complejos cuando algún chico decide no pisar uno y saltarlo, pues rompe con la monotonía que personas que antes habitaban la casa le daban. Las telas de los sofás por fin cogen arrugas tras tantos días estiradas sin recordar que había personas que les daban calor. El jardín trasero vuelve a reconocer su suelo tras tantos meses de ramas caídas y hojas que lo tapaban.

Huele a café. Los chicos se dividen en grupos para seguir mimando esta nueva casa, para que este centro se impregne de la vida que ellos quieren construir. Ya parece más nuestro.

Ya tenemos las normas escritas en los corchos. Los dibujos que los chicos han ido haciendo resaltan en el blanco de las paredes y las macetas hechas con botellas reciclables adornan las escaleras. El salón que ya es sala de estudio se asombra al ver la cantidad de idiomas diferentes que caben entre esas cuatro paredes.

Esta nueva etapa vital comienza a entretejerse gracias al esfuerzo, cohesión, trabajo en equipo y dedicación que tanto profesionales como los propios menores están poniendo para que todo el engranaje comience a funcionar. El pueblo se entremezcla con los nuevos habitantes de este centro, no sólo con los chicos, sino con parte del equipo, que ha decidido también comenzar en El Castillo de las Guardas su nueva etapa vital.

Y desde lo alto de esta sierra, queremos mandaros un mensaje: merece la alegría luchar por esto.

Seguiremos avanzando y escribiendo este nuevo proyecto que dará vida y engrandecerá a todas las personas implicadas. Alma y corazón por vela.

SAMU gestiona el nuevo centro para Menas de Sevilla

La consejera de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación de la Junta de Andalucía, Rocío Ruiz, informó en el Parlamento de Andalucía que su departamento ha puesto en marcha un centro en Sevilla, en concreto en el barrio de La Macarena, para la inserción sociolaboral de menores extranjeros no acompañados “que llevan un tiempo en nuestro país y han demostrado su interés por aprender y formarse en el ejercicio de una profesión”.

Este recurso está gestionado por Fundación SAMU, que cuenta con una amplia trayectoria y experiencia en el trabajo con estos menores y tendrá capacidad para atender a un máximo de 25 personas. Tiene una plantilla de 10 profesionales de distintos ámbitos que no sólo trabajan en la inserción social y laboral de los menores sino que se ocupan de su supervisión las 24 horas del día, tanto en su tiempo de estudio como de ocio.

“No solo es imprescindible disponer de los medios personales y materiales adecuados, sino actuar bajo principios de normalización con el fin de que estos menores, que están bajo la protección de la Junta, tengan una vida lo más parecida posible a la de cualquier chico o chica de su edad”, ha indicado la consejera.

Rocío Ruiz ha invitado a los diferentes portavoces parlamentarios de la Comisión de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación a visitar las instalaciones del nuevo centro de inserción sociolaboral y así conocer de primera mano este recurso.

Durante el año 2018, se atendieron en Andalucía a más de 9.000 menores extranjeros no acompañados (Menas). La mayoría de estos jóvenes proceden de países como Marruecos, aunque también los hay de Guinea, Senegal, Mali y Costa de Marfil, principalmente.

Fundación SAMU es la primera entidad del país en la atención y acogida de menas. Actualmente, la entidad acoge a más de mil niños repartidos entre más de 25 centros ubicados por toda España. Los últimos se han abierto en provincias como Madrid, Ceuta, Zaragoza y Sevilla.

Manuel Pérez, presidente de Fundación IDEAS: “La educación es un proceso personal que dura toda la vida”

Manuel Pérez (Sevilla, 1968) preside la Fundación Iniciativas para el Desarrollo de la Educación y la Acción Solidaria (IDEAS) desde su creación en 2004. Profesor en Educación Especial y Pedagogo, también dirige desde hace 16 años Educademia, un centro que se dedica a trabajar con niños, padres y profesores para superar el fracaso escolar.

 

—¿Cómo surgió la Fundación IDEAS?
—La Fundación IDEAS nació en 2004 de la mano de un grupo de profesionales de la educación preocupados por la situación educativa de Andalucía, que está en la cola de Europa. Desde entonces, no hemos parado de poner iniciativas en marcha enfocadas a combatir este fracaso escolar endémico en nuestra tierra.

—¿Cuáles son los objetivos principales de la Fundación IDEAS?
—Nuestra Fundación tiene como objetivos primordiales el cambiar la situación de fracaso escolar en Andalucía y promover la educación en valores en nuestra sociedad, de forma general. Ahora mismo las principales iniciativas son el programa Ángeles y la Iniciativa I Care. El primero de ellos, el programa Ángeles, ofrece tres horas de apoyo escolar gratuito y meriendas saludables todos los días lectivos del año a cuarenta niños y niñas en riesgo de exclusión social del barrio El Cerro Blanco de Dos Hermanas (Sevilla), y ahora lo vamos a ampliar a Los Montecillos, el otro punto neurálgico de la zona sur de Dos Hermanas. Además, todos los viernes desarrollamos talleres de refuerzo emocional y, todos los meses organizamos también una salida cultural. Por otra parte, el programa I Care ofrece apoyo escolar gratuito todos los días lectivos del año a veinte niños con necesidades económicas y académicas. Mediante Cáritas Diocesanas se nos envían niños de familias necesitadas de las once parroquias de Dos Hermanas; a través de la ONG Crecer con Futuro, nos llegan niños de acogida, y con Fundación SAMU nos llegan menores extranjeros no acompañados que han llegado a España (menas).

—¿Qué otras acciones llevan a cabo para luchar contra el fracaso escolar?
—Además de los dos programa descritos anteriormente, tenemos el Foro Nazareno de Padres, donde se ofrecen charlas programadas por las AMPAS (Asociaciones de Padres y Madres) de la ciudad; la iniciativa La Escuela de Educadores Vocacionarte, que ofrece formación a docentes; un programa de alimentación saludable para padres y niños en los colegios; el Observatorio del Fracaso Escolar en Andalucía, que diagnostica y difunde los problemas de la educación andaluza y las consecuencias sociales que acarrea; y Los Viernes Culturales, en los que se ofrecen charlas de temas de interés dirigidas a familias. Una de las más interesantes fue la ofrecida por Emilio Calatayud, juez de menores de Granada, que congregó a más de 600 personas. También tenemos el Boletín Valores, que recoge toda la actividad de la Fundación y es enviado cada mes a miles de personas y, finalmente, Los Premios Olivo de Plata a la Educación y la Solidaridad, que reconoce a las personas que trabajan incansablemente por mejorar la sociedad.

De todos estos proyectos, ¿cuál diría que es el más importante?
—Diría que los programas Ángeles y I Care (Me Importa) porque atienden a los niños más necesitados, los inmigrantes que se juegan la vida en una patera huyendo de la guerra y de la miseria; y los menores que malviven en las chabolas de la zona de El Cerro Blanco, presos del abandono y la droga que marca la vida de sus familias y comunidades. Ellos no tienen la culpa de lo que les pasa y es la sociedad la que tiene que compadecerse de estos niños y rescatarlos de la situación que su circunstancia les obliga a vivir. Estos dos programas dan sentido no sólo a nuestra Fundación, sino también a nuestras vidas.

—¿Cuál es la tasa de fracaso escolar en Andalucía actualmente?
—Más del 30% de los niños andaluces no terminan los estudios básicos obligatorios, es decir, la ESO. Y el 39% de nuestros niños, al llegar a los 15 años, han repetido inútilmente una, dos y hasta tres veces el curso. Sólo 4 de cada 10 niños andaluces concluyen el bachillerato cuando en el País Vasco es casi 7 de cada 10. En España hay cuatro millones de parados, y casi tres millones no tienen el título de la ESO. Podríamos estar hablando años sobre el drama que supone el fracaso escolar en Andalucía.

—Según su experiencia, ¿cuáles son las principales causas del fracaso escolar?
—Las causas son múltiples. La mayoría de los teóricos del tema responsabilizan al niño del fracaso escolar. Lo acusan de bajas competencias y actitudes. Bajo mi punto de vista, el niño no sólo no es el responsable, sino que es la principal víctima. Y la familia es tanto responsable como víctima. Hasta los profesores son víctimas de esta situación por la presión cotidiana que tienen que soportar. Los profesores no tienen la culpa de la deficiente formación inicial del profesorado. Pero sí somos corresponsables desde el momento en el que no alzamos la voz ni nos organizamos en la búsqueda de soluciones como se hacía antes con los movimientos de renovación pedagógica. Es la sociedad, en su conjunto, la máxima responsable de permitir a los gobiernos cambiar continuamente las leyes y de no buscar pactos de Estado por la Educación. Es responsable de permitir una cultura basada en el placer y en la ausencia de esfuerzo. El ser humano cultiva poco el intelecto, la sensibilidad y la voluntad en la cultura actual, en la que los medios de comunicación tienen un papel tan importante.

—Recientemente, la Fundación IDEAS ha firmado un convenio de colaboración con la Fundación SAMU para ofrecer apoyo educativo a los menas del centro Miguel de Mañara. ¿Cómo surgió esta colaboración?
—Esta alianza surgió porque ya veníamos atendiendo gratuitamente a los niños de acogida y a los de Cáritas. Cuando nos enteramos de que la Fundación SAMU tenía varios centros de Menas en nuestra ciudad, no dudamos en ponernos en contacto con ellos y ofrecerles nuestra colaboración. Estamos superorgullosos de esta ayuda y estos niños nos están dando vida con mayúsculas.

—¿A qué retos se enfrenta su organización actualmente?
—El mayor reto al que nos enfrentamos en este momento es el de la financiación. Todas estas actividades no se hacen por sí solas. Tienen unos gastos importantes de varios miles de euros todos los meses y en ello estamos. Una parte importante de nuestro tiempo se nos va en hacer actividades para recaudar el dinero que haga posible estas iniciativas. Contamos con la vocación y la profesionalidad de los docentes pero lo que necesitamos encarecidamente es financiación. Además, queremos implicar a toda la sociedad en la respuesta. Por ello, contamos con una campaña de socios permanente que aportan cinco euros todos los meses y una serie de actividades recaudatorias. Las personas interesadas en colaborar pueden contactar mediante la dirección info@fundacionideas.net

—¿Qué significa para usted educar?
—La educación es un proceso personal que dura toda la vida. Nadie nos educa. Nos educamos juntos ante los retos de la vida. Los niños aprenden pero también aprendemos los padres y los profesores. Educarnos es una labor personal que todos tenemos que protagonizar conjuntamente con los que nos rodean. Lo demás es alienación o adoctrinamiento.

—¿Qué supone para usted influir en la educación de tantos menores?
—Simplemente tengo mucha suerte. He conseguido descubrir mi llamada interior o vocación. Y, además, he tenido la suerte de convertir mi vocación en profesión. Soy feliz porque mi profesión inunda y da sentido a mi vida. Es mi manera de estar en el mundo. Casi todos me llaman “profe”. Tengo la suerte que deseo a todos los niños andaluces, especialmente a los que más lo necesitan

—¿Desea lanzar un mensaje final?
—Quiero agradecer a la Fundación SAMU y a su presidente esta entrevista. Creo que las personas, y todos nosotros como sociedad, tenemos un enorme potencial solidario, y pienso que lo que hace falta es que puedan existir las oportunidades adecuadas para poder implicarse en la ayuda a los demás. Nuestra vida es tan efímera que no merece la pena dedicarse a cosas intrascendentes. Pocas cosas más importantes podemos hacer que ayudar a estos niños que arriesgan su vida huyendo de la miseria y la guerra. Muchas gracias por la enorme labor que realizáis. Animo a todos a colaborar.