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El nuevo coche Triple Zero: Rápido (y limpio) como el viento

Cero emisiones en desplazamientos, cero emisiones en energía diurna y cero emisiones en energía nocturna. Así es el primer coche eléctrico alimentado por placas solares que SAMU ha incorporado a su dispositivo de emergencias, un proyecto I+D+i bautizado como Triple Zero y en cuyo desarrollo han participado los departamentos de Sostenibilidad e Innovación de SAMU, Escuela SAMU y SAMU Emergencias, con el apoyo de Renault. La primera unidad, cuyas fotografías ilustran este reportaje, ya está plenamente integrada en las rutinas de la entidad.

“Nuestro objetivo era crear un vehículo de intervención rápida que pudiera llegar de manera inmediata a un punto y tuviera los recursos necesarios para mantener con vida a una persona mientras llega la asistencia, al mismo tiempo que somos respetuosos con el medio ambiente y ayudamos a preservar nuestro planeta”, explica Juan González de Escalada, director del área de Emergencias de SAMU. “Cumple una necesidad inmediata de la acción de nuestros equipos, pero también pensamos en el mañana y en nuestro compromiso con la sociedad”.

Los objetivos específicos de SAMU eran crear un Vehículo de Intervención Rápida (VIR) de cero emisiones; reducir el impacto ecológico de la Escuela SAMU, en cuyas instalaciones se encuentra su aparcamiento; reducir el impacto ecológico de los vehículos de intervención en emergencias; y reforzar la imagen de marca responsable de SAMU y del resto de las entidades colaboradoras en el proyecto, entre las que se encuentra Renault Syrsa y la entidad de banca sostenible Triodos Bank.

Este vehículo, un Renault Twizy 80, se alimenta por placas solares durante el día y se abastece de electricidad proveniente de energías renovables el resto del tiempo. Con 80 kilómetros de autonomía y una velocidad máxima de 100 kilómetros por hora, el equipo de I+D+i de SAMU ha elegido el modelo Renault Twizy 80 por sus reducidas dimensiones, que confieren a este vehículo una maniobrabilidad excelente, permitiendo su acceso a zonas complejas.

“Sus dimensiones permiten también su utilización en eventos deportivos sin generar ningún obstáculo para los deportistas”, explica González de Escalada. Asimismo, sus dos plazas útiles le permiten transportar a un médico y a un enfermero o a un técnico en emergencias sanitarias (TES) y a un enfermero, en función del tipo de cobertura que esté realizando la entidad.

Este vehículo fue probado por primera vez en los dispositivos de emergencias desplegados por SAMU con motivo de la última Carrera Nocturna del Guadalquivir, celebrada en Sevilla en septiembre. También ha intervenido en otros importantes eventos en los que participa SAMU como la Maratón de Sevilla y lo hará en las diferentes carreras populares organizadas por el Instituto Municipal de Deportes del Ayuntamiento de Sevilla, cuando las administraciones retomen su calendario de competiciones deportivas tras la crisis sanitaria.

“Hay que luchar por limpiar el aire y por preservar el medio ambiente”, señala el director general de SAMU, Carlos González de Escalada. “El Proyecto Triple Zero es una declaración de intenciones. Es un vehículo que salva vidas de forma sostenible”.

SAMU en Malaga: Veinte años de guardia

Los compañeros de críticos de Base Málaga están de celebración. Este verano se cumplen 20 años de la llegada de SAMU a la provincia malagueña, un proyecto que impulsaron Carlos Álvarez Leiva y Carlos González de Escalada a raíz de la adjudicación por parte de EPES (Empresa Pública de Emergencias Sanitarias) a SAMU del servicio de Traslado de Pacientes Críticos en Málaga, según relata Juan González de Escalada, director de Operaciones de SAMU. Su objetivo principal era, y sigue siendo, atender las demandas de las asistencias y traslados interhospitalarios de pacientes críticos encomendadas por el Centro Coordinador.

Antonio, Rafael, Eduardo, José Enrique, Jaime, Ángel, Leticia, Luisa, Mónica, Isabel, José Ángel y Enrique fueron algunos de los 18 profesionales (seis médicos, seis enfermeros y seis conductores técnicos) que formaron la primera plantilla de Base Málaga.

“El ambiente al principio era bueno. No nos conocíamos, puesto que todos llegábamos de distintos lugares. Yo, por ejemplo, venía de Sevilla. Quizás al principio la relación era un poco distante, pero pronto el equipo se unió y formamos una piña”, recuerda Antonio Sánchez, TES (Técnico de Emergencias Sanitarias) que trabajó en la base de Málaga durante dos años (1999-2001). “Los inicios fueron un poco duros. No conocíamos la ciudad, los hospitales, las rutas… pero pronto se convirtió en algo muy sencillo y cotidiano”.

Actualmente, en Base Málaga trabajan 21 personas distribuidas en equipos de tres en turnos de 12 ó 24 horas. “Esta base presta un servicio de 24 horas. Dispone de una ambulancia y quizás sea uno de los destinos más duros por la gran dispersión geográfica de la provincia de Málaga. No es raro que un equipo salga de la base al inicio de su turno y no regrese hasta que finaliza la jornada”, comenta Juan González de Escalada. “Estos compañeros pueden recorrer hasta mil kilómetros al día durante sus guardias. Este servicio se caracteriza por muchos traslados de larga distancia de pacientes de alto nivel de soporte asistencial”.

“Estamos muy lejos de Sevilla, por lo que, para lo bueno y para lo malo, estamos solos. No obstante, una gran virtud que tiene esta base es que se respira mucho compañerismo. Somos una gran familia y, en los momentos de tensión, nos unimos más. A veces, con sólo mirarnos sabemos lo que pensamos, no nos hace falta hablar”, asegura Francisco Javier Guerrero, técnico de SAMU desde hace seis años.

Para este técnico de emergencias sanitarias, los momentos más duros de este trabajo son cuando se tienen que enfrentar a un accidente de tráfico o cuando los pacientes son niños. “Recuerdo mi primer gran prematuro. Pesaba sólo 500 gramos, 500 gramos de vida. Algo así siempre te impresiona, pero resulta muy gratificante cuando salen adelante y te das cuenta de que tu intervención en su asistencia ha servido para algo”, explica Francisco Javier Guerrero.

El técnico también destaca como hito dentro de la historia de Base Málaga el traslado en junio de 2017 de una pequeña desde el Hospital Materno de Málaga hasta el Hospital Reina Sofía de Córdoba en una situación crítica, que requirió la máxima coordinación de diferentes equipos y un despliegue logístico con muy pocos precedentes en el traslado de críticos. La pequeña estaba ingresada en Málaga pendiente de un trasplante cardíaco, pero su situación empeoró y pasó a la UCI. Allí tuvo que ser conectada a un complejo sistema capaz de mantenerla con vida sustituyendo sus funciones vitales (ECMO, oxigenación por membrana extracorpórea), pero este equipo sólo podía ser útil por la joven paciente durante unos días.

La niña debía ser trasladada de urgencias al hospital cordobés y para ello el ECMO debía instalarse en una UVI móvil, un procedimiento para el que no existía manual y que sólo se había realizado una o dos veces antes en España. Además, este traslado debía realizarse sin ningún parón, frenazo o contratiempo durante los 155 kilómetros del trayecto.

“Fue una auténtica odisea, pero lo logramos. Nunca lo olvidaré. Ha sido mi mayor reto profesional y una responsabilidad enorme”, destaca Francisco Javier Guerrero, que fue la persona encargada de coordinar este traslado. “Desde entonces, ya hemos realizado cuatro o cinco traslados más de este tipo. Estamos muy orgullosos de nuestro trabajo”.

En estos 20 años, las anécdotas vividas por la plantilla de esta base son innumerables. Antonio Sánchez recuerda especialmente la guardia de la Nochevieja de 2000. “Teníamos en la base preparada la cena de Nochevieja, con todos sus avíos. Nos disponíamos a cenar cuando sonó el teléfono. Traslado y… sorpresa, Ronda-Málaga, uno de los trayectos más temidos por el tipo de carretera que es. Cogimos las latas de uvas y salimos zumbando”, narra el técnico. “A mitad de camino, a las 23:57, paramos en una gasolinera ya cerrada por la hora que era y, con la radio puesta de la ambulancia, nos dispusimos a escuchar las campanadas y tomarnos las uvas. Pero ¡sorpresa de nuevo! Las latas no eran de apertura fácil y no teníamos abridor de latas. ¡Cómo lloraba uno del equipo, que no voy a decir su nombre! No había consuelo para él”.

Cada guardia es una aventura. Tienes que saber manejar y controlar mucho la frustración y los imprevistos”, apunta Johanna Pinales, médico de la base de Málaga desde 2008.

“En los últimos años se ha incrementado la demanda asistencial, especialmente de pacientes con patologías no demorables neurológicas y de origen coronario, como los ictus”, comenta la médico. “En este tipo de traslado, el tiempo juega en contra. A veces, de la rapidez del traslado depende la eficacia de la cirugía”.

Johanna Pinales destaca la tensión de su trabajo. “Siempre estás en alerta y, a veces, debes actuar sin pensar, de forma automática. Debes tener los procedimientos muy interiorizados para ser lo más rápido posible. No pensamos, actuamos”, anota. “Pero también tienes que tener en cuenta que la realidad sigue su curso y, a pesar de nuestros esfuerzos, a veces, no podemos sacar adelante un paciente o tienes que reanimarlo hasta diez veces”, señala la médico. “Nuestra misión es salvar vidas a granel”.

Además del traslado de pacientes críticos, otra de las funciones de este equipo es organizar jornadas de Soporte Vital Básico (SVB) y Reanimación Cardiopulmonar (RCP) en colegios e institutos. “El mensaje clave que queremos trasmitir a estos niños es que sepan reconocer a una persona inconsciente y pedir ayuda”, explica Francisco Javier Guerrero, que como él mismo reconoce está “metido en todos los ajos”. “Para los niños eres lo más cercano a un superhéroe y esto te llena de satisfacción, pero también es bastante duro transmitir nuestro mensaje a niños de 3 ó 5 años”.

Todos los entrevistados coinciden al afirmar que la evolución de esta base ha sido “bastante positiva”. “Además de adquirir mucha fluidez en la gestión de casos, SAMU es una empresa que te forma mucho, lo que te permite reciclarte”, destaca Johanna Pinales.

Para celebrar este 20 aniversario, todo el equipo de SAMU Málaga disfrutó de un almuerzo junto a la dirección de SAMU, en el que se entregó una placa conmemorativa a Leticia Ranea, la profesional más antigua del equipo y miembro de la plantilla inicial.

Acto de fin de curso de Escuela SAMU: El primer paso de un gran viaje

MÁS de 80 alumnos de la Escuela SAMU se han graduado este año en los diferentes másteres y cursos de Formación Profesional que imparte el centro. El acto de fin de curso se celebró el 25 de junio en el salón de actos de la Fundación CEU San Pablo Andalucía y contó con la presencia del doctor Carlos Álvarez Leiva, presidente de Fundación SAMU, y Jaime Javier Domingo Martínez, director de Desarrollo de Mercado de CEU Andalucía.

El acto arrancó con una actuación en directo de Manuel Muñoz, alumno de la Escuela, que interpretó al piano una canción compuesta por él mismo, Yo me quiero a mí.

Jorge González y Andrea Villar fueron los encargados de leer unas palabras en representación de los dos cursos de FP de grado medio en Técnico de Emergencias Sanitarias. “En SAMU hemos aprendido que hacer 20 cosas a la vez es posible”, comentaba Andrea Villar minutos antes de que su compañero diera las gracias al profesorado por su dedicación y esfuerzo. “Los profesores nos han demostrado que tienen verdadera pasión por lo que hacen, por las emergencias, y nos la han transmitido. Ellos han hecho posible que florezca en nosotros ese amor por esta profesión”.

“Hace nueve meses entramos en la Escuela con nuestros chalequillos amarillos y con ganas de comernos el mundo y SAMU nos comió a nosotros, con chalequillo y todo. Éste no es un máster cualquiera”, señalaba Paola Torres, alumna del Máster en Enfermería de Atención Prehospitalaria, Catástrofe y Acción Humanitaria. “Hoy me despido de los que durante nueve meses han sido mi familia, porque aquí he aprendido que la palabra hogar no se refiere a un sitio, sino a las personas que te rodean”.

Los alumnos del máster de enfermería protagonizaron una de las anécdotas de la jornada al ponerse todos unas gafas de sol polarizadas en el momento en el que iba a hablar el coordinador del curso, Andrés Rodríguez Holst, que no dudó en colocarse sus propias gafas, un objeto que le caracteriza.

“Este año he tenido alumnos que llevaban más de 20 años sin coger un libro, y aquí están. Ellos han aprendido que aunque existan límites, estos se pueden romper, que pueden superarse y hacer las cosas una vez más aunque les falle las fuerzas. Podemos llegar a donde queramos ir, no hay límites”, señaló el instructor.

Acto fin de curso Escuela SAMU 2

El director de Escuela SAMU recibe su título como TES

Carlos Álvarez Leiva, por su parte, recordó la necesidad de que “un profesional de la salud sea alegre” y “la importancia de una frase amable, una sonrisa o una mano amiga cuando alguien está sufriendo”.

El presidente de la Fundación SAMU protagonizó otro de los momentos anecdóticos y emotivos de la tarde al subir al escenario a uno de sus nietos, el hijo de Juan González de Escalada, director de la Escuela, sentado entre los alumnos ya que ese día se graduaba también como Técnico en Emergencias Sanitarias. “La familia te agradece tu gran esfuerzo”, se dirigió Álvarez a su hijo.

Durante el acto también se entregaron los diplomas a los mejores expedientes, que fueron para Andrés Chacón y Laura Gamíz en el caso del máster en Atención Prehospitalaria, Catástrofe y Acción Humanitaria; Rubén Muñoz Carpintero, del curso de FP en Técnico de Emergencias Sanitarias; y Silvia Barea y María Trinidad San José, alumnas de segundo y primer año de FP en Técnico de Cuidados Auxiliares de Enfermería.

Entre los asistentes no sólo estaban los familiares, amigos y profesores de los graduados, también profesionales del sector, como Francisco Bonilla, director de la Empresa Pública de Emergencias Sanitarias (061) en Sevilla, y Antonio Pajuelo, jefe del servicio de Emergencias 112 en Sevilla, además de la directiva de SAMU.

Titan Desert: Ciclistas al límite en el Sáhara marroquí

SAMU, a través de su filial SAMU Maroc, acudió a finales de abril por primera vez como observador a la famosa carrera de mountain bike por etapas Titan Desert, que se celebra anualmente en el Sáhara marroquí. El objetivo del equipo era establecer contacto con la organización del evento y realizar una evaluación de la zona en cuanto a la asistencia médica actual y sus posibilidades de mejora de cara a una posible entrada de SAMU en futuros eventos deportivos que se celebren en Marruecos, en concreto en el área de Merzouga, donde se celebran al año más de mil pruebas deportivas de iniciativa extranjera.

“Ha sido una experiencia muy interesante, sobre todo, tener la oportunidad de ver la organización de este evento desde dentro. Son un equipo muy experimentado y profesional. A mí me gusta el mundo del ciclismo de montaña y después de ver aquello sales con ganas de participar, aunque desde la barrera todo parece sencillo. Ésta es una de las pruebas ciclistas más exigentes que existen”, comenta Borja González de Escalada, que, junto a Juan González de Escalada, acudió al evento deportivo en representación de SAMU.

“La visita ha resultado muy interesante. Hemos visto que la asistencia sanitaria es similar a la que realizamos nosotros en pruebas deportivas a nivel nacional, pero mantenida en el tiempo durante una semana, cambiando emplazamientos y con las dificultades del desierto, el idioma y la incertidumbre de las prestaciones de los recursos hospitalarios locales. En España derivas a un paciente a un hospital de primer nivel en un radio de una hora. Allí, tú eres el primer nivel”.

Como conclusión de la visita, Borja González de Escalada asegura que “organizar este tipo de pruebas requiere de un equipo experimentado y con una gran formación logística, basada en la explotación de recursos locales”.

Además de observar, SAMU también prestó servicios básicos de asistencia y traslados por parte del equipo de SAMU Maroc,. “Uno de nuestros técnicos estuvo a cargo de un vehículo UVI Móvil y tuvo que realizar numerosas intervenciones. Estuvimos de apoyo, ya que el servicio sanitario corría a cargo de Cardio SOS International”, continúa González de Escalada.

Esta última edición del Titan Desert estuvo marcada por el fallecimiento de un ciclista español a causa de un fallo cardiaco en plena prueba. “Estuvimos hablando con la organización, RPM, de lo sucedido. En 14 años nunca había pasado algo así, pero la posibilidad siempre está ahí, estadísticamente es algo muy probable. Los participantes buscan la dureza, nuevos retos y un componente de aventura, y la aventura sin riesgos es toreo de salón”, indica Borja González de Escalada. Desde la dirección de SAMU reconocen que existe “muy buena sintonía” con RPM y esperan que cuenten con la entidad para futuros eventos.

Acto de graduación de Escuela SAMU: Una nueva hornada de ‘samuitas’

Más de 70 alumnos de la Escuela de Emergencias SAMU se han graduado este año en los diferentes másteres y cursos de Formación Profesional. El acto de fin de curso se celebró el pasado 26 de junio en el salón de actos de la Fundación CEU San Pablo Andalucía y contó con la presencia de el doctor Carlos Álvarez, presidente de la Fundación SAMU; Juan González de Escalada, director de Escuela SAMU; y Antonio Jiménez, gerente de la Fundación CEU San Pablo.

“Cuando empezamos hace dos años, algunos no sabíamos nada sobre sanidad y si nos pedían reflex nos poníamos nervioso”, señaló durante su intervención Virgilio Sánchez, que habló en representación de sus compañeros de los cursos de FP de Técnico en Emergencias Sanitarias (TES) y Técnico en Cuidados Auxiliares de Enfermería (Tecae). “Es muy difícil resumir dos años de nuestras vidas, pero sí puedo decir que lo bonito de esta profesión es que cada día es diferente”.

Escuela SAMU

“Cuando llegamos en octubre, nos dijeron que en junio seríamos personas diferentes, y así ha sido”, continuó Andrea Luis Castillo, alumna del máster en Atención Prehospitalaria, Catástrofes y Acción Humanitaria de SAMU y la Universidad de Sevilla. “Hemos superados obstáculos y situaciones que jamás pensábamos, hemos conocido nuestros límites y hemos aprendido a convivir 24 horas con 27 personas que hace nueve meses no conocíamos de nada, Somos una gran familia”, añadía Andrea Luis. “Lo hemos conseguido, somos samuitas”.

Durante el acto también intervino Alberto Portelo en representación del máster de Emergencias Médicas de SAMU y la Fundación CEU San Pablo, que destacó la seguridad con la que ahora él y sus propios compañeros afrontan su vida laboral como médicos.

Escuela SAMU

También tuvieron unas palabras para sus alumnos el instructor Andrés Rodríguez y la jefa del departamento de Sanidad, Lorena Fernández, que subrayaron los “fantástica” y “apasionada” que había sido esta promoción. “Ir contra el sistema e intentar cambiar el mundo agota, pero con nuestra labor sí podemos cambiarle el mundo a una persona”, les recordó a los estudiantes Andrés Rodríguez.

Entre los asistentes no sólo estaban los familiares, amigos y profesores de los graduados, también profesionales del sector, como Francisco Bonilla, director de la Empresa Pública de Emergencias Sanitarias (061) en Sevilla, y Antonio Pajuelo, jefe del servicio de Emergencias 112 en Sevilla.

El momento más emotivo llegó al final con el recuerdo a José Manuel Pérez Liñán, profesor de Escuela SAMU y miembro del equipo SAMU Huelva, que falleció hace un año. Compañeros y amigos aprovecharon la ocasión para rendirle un sentido homenaje.

Formación de élite en Tenerife

El equipo de SAMU ha vuelto a establecer un hito con la celebración del programa de formación en Atención a Múltiples Víctimas ofrecido en Tenerife a personal del Servicio de Urgencias Canario (SUC). El curso se ha desarrollado en la última semana de noviembre y ha tenido como particularidad el estar destinado directamente a formadores del SUC, especialistas que a su vez se encargarán de formar al resto de equipos de este servicio de urgencias en Tenerife y Gran Canaria.

La expedición de SAMU estuvo liderada por el presidente de Fundación SAMU, Carlos Álvarez Leiva, y contó con la participación de un enfermero instructor y dos Técnicos de Emergencias Sanitarias. Juan González de Escalada, director de Escuela SAMU y uno de los intervinientes en este programa, explica que por parte de SUC participaron seis alumnos entre técnicos, enfermeros y médicos , un equipo con una muy buena base que representan la élite de este servicio de emergencias, y que ahora tendrán la misión de llevar lo aprendido a sus compañeros.

“Hemos abordado las últimas tendencias, como por ejemplo la atención a múltiples víctimas en entornos hostiles, dado el cambio de paradigma que estamos viviendo con la proliferación de misiones en entornos en los que se ha producido un atentado terrorista. Nuestro objetivo es ayudar a estos profesionales a que desarrollen al máximo sus capacidades, sobre la base de nuestra experiencia”, relata el especialista de SAMU.

El programa formativo se ha desarrollado de forma progresiva. Primero, se han organizado sesiones teóricas, a cargo del propio Carlos Álvarez Leiva. En una segunda fase, se han supervisado despliegues de capacidades de los efectivos del SUC con su propio material para su uso y prueba. “En esta fase, el propio personal se ejercita en el montaje de su material, a fin de ofrecerles recomendaciones de mejora y alcanzar la máxima eficiencia”, explica González de Escalada. “Es un acompañamiento”.

En la fase práctica se realizaron simulacros con seis figurantes, en primer lugar, y hasta con 20 figurantes en el ejercicio final, en el que, como es habitual en los procesos formativos de SAMU, se hizo un enorme esfuerzo en la preparación del escenario de acción y en la caracterización de los heridos para que la práctica sea lo más real posible. Este programa formativo también incluye una evaluación final y la emisión de una memoria con recomendaciones.

SAMU mantiene una relación muy cordial desde hace años con el Servicio de Urgencias Canarias (SUC) que ahora se renueva con esta acción. El año pasado, organizó un curso similar para 061 Cantabria, aunque no para formadores.