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SAMU Wellness: un año al servicio de la salud mental en Sevilla

SAMU Wellness ha cumplido un año de vida. En el verano de 2017, esta clínica de atención integral a la salud mental, ubicada en Montequinto, en el término municipal de Dos Hermanas (Sevilla), abría sus puertas con un equipo interdisciplinar de profesionales que se ha duplicado en un año, entre psiquiatras, psicólogos, médicos generalistas, enfermeros especializados en salud mental, trabajadores sociales, fisioterapeutas y nutricionistas.

La inauguración oficial tuvo lugar el 6 de julio de 2017 y contó con la presencia del arzobispo de Sevilla, D. Juan José Asenjo. Desde el primer momento, se pusieron en marcha las consultas externas y los primeros ingresos hospitalarios llegaron en septiembre. En los primeros cuatro meses, se produjeron 18 hospitalizaciones y otros 12 pacientes se beneficiaron de los recursos del hospital de día. La clínica ha ido creciendo y cogiendo fuerza, y actualmente, la media de ingresos hospitalarios es de más de 7 pacientes al mes, con una media de estancia de 230 días. Julio ha sido el mes con mayor número de ingresos desde que la clínica comenzó su actividad, 13 en total. A estos datos se suman los pacientes atendidos en el hospital de día (cerca de 4 nuevos pacientes al mes con una estancia media de 72 días) y las diferentes consultas externas de psiquiatría, psicología de adultos y juvenil, trabajo social, nutrición, logopedia, medicina generalista o fisioterapia, entre otras especialidades.

“Desde la clínica de salud mental SAMU Wellness, en Sevilla, queremos dar cobertura a los pacientes que requieren asistencia y cuidados especializados con equipos de salud mental, unidades de hospitalización aguda con hospitalización de media y larga estancia, así como un hospital de día de salud mental. Con estas unidades se pretende cubrir las necesidades asistenciales de las personas afectadas por un trastorno mental, desde la detección precoz y gestión óptima del primer episodio de la enfermedad y el periodo crítico subsiguiente, hasta la atención continuada de aquellos pacientes que, por circunstancias diversas, bien por cuestiones intrínsecas de la propia enfermedad o bien por el insuficiente desarrollo de programas y recursos de la red de salud mental, no se vinculan a los servicios de salud mental y, por lo tanto, se encuentran en riesgo de abandono y exclusión de la realidad social y laboral”, apuntan desde la dirección del centro gestionado por SAMU.

Las patologías que se tratan en esta clínica son muy diversas, desde el trastorno bipolar hasta el trastorno límite de personalidad, pasando por desintoxicaciones por consumo de alcohol y droga, episodios psicóticos, trastorno dependiente de la personalidad y trastorno adaptativo con síntomas predominante ansioso depresivo, entre otras.

En palabras del doctor Zoilo Fernández, director técnico de SAMU Wellness, “el tratamiento de la enfermedad mental es global e integrador”. “No podemos abordar la curación de una persona enferma sin atender también sus circunstancias vitales, su biografía, su interrelación social y, por supuesto, su biología. Esto requiere a múltiples profesionales, cada uno especializado en un campo de la terapéutica, para así abordar la alteración biopsicosocial del paciente”.

“Nosotros trabajamos bajo el concepto de comunidad terapéutica. Todos los elementos personales, materiales, normativos y estructurales del centro que rodean al paciente son concebidos como agentes terapéuticos e intervienen en el desarrollo psicológico del paciente. SAMU Wellness no es un hotel psiquiátrico ni una residencia mental al uso basada en tratamientos individualizados. El propio centro es el principal instrumento terapéutico para el paciente”, destaca el doctor Fernández.

SAMU Wellness y Fundación SAMU cuentan, por otro lado, con un acuerdo de colaboración con Cáritas Diocesanas Sevilla, por el cual se establece una atención psicológica y psiquiátrica por parte de los profesionales de la clínica a familias sin recursos económicos y con problemas de salud mental acogidas y acompañadas por los voluntarios de Cáritas parroquial San Juan Pablo II, en Dos Hermanas (Sevilla). Estos derivan a la clínica a aquellas personas que estén bajo su atención y en las que detecten algún problema de salud mental.

Además de la atención de pacientes, desde la clínica se imparten numerosos cursos relacionados, principalmente, con el bienestar emocional, entre ellos, Mindfullness MSB, que en octubre celebrará su tercera edición, o Mindfull Eating (Alimentación Consciente), un curso pionero en Andalucía que celebrará su primera edición a partir del 21 de septiembre y que permite conocer nuestro estilo de vida respecto a la alimentación, alcanzando una mayor conciencia y crear una relación más adecuada y sana ante la ingesta de comida.

¿Cómo afectan las drogas a la salud mental?

Con demasiada frecuencia, los jóvenes consumidores desconocen los efectos que las drogas pueden tener sobre su salud mental. Los datos son claros: España es de los países europeos donde más se consume. Las drogas con mayor prevalencia de consumo son el alcohol (77,6%), el tabaco (40,2%) y los hipnosedantes (12,0%), seguidos del cannabis (9,5%) y la cocaína (2,0%), según el Informe del Observatorio Español de las Drogas y las Adicciones, elaborado con datos de 2015.

La doctora Irene Pérez Zapico, psiquiatra de la clínica de salud mental SAMU Wellness, en Sevilla, tiene claro que “falta conciencia” de los efectos del consumo de drogas entre los adolescentes y que ese desconocimiento está condicionado frecuentemente por el nivel socioeconómico y cultural. Pérez habla desde la experiencia, puesto que percibe en sus consultas un consumo “extenso y normalizado” de cannabis entre los jóvenes y advierte de que ese consumo interfiere con frecuencia con trastornos mentales.

“Todas las drogas pueden tener algún efecto sobre la salud mental”, apunta la psiquiatra, que concreta que pueden desencadenar un trastorno mental o agravar un trastorno preexistente. Con frecuencia, están asociadas a trastornos afectivos (depresión, ansiedad…) y, en casos más graves, a trastornos psicóticos. Sin embargo, los efectos son variables según cada droga. Le hemos preguntado por las tres más frecuentes en España:

Alcohol: Éste tiene unos riesgos orgánicos por todos conocidos. Suele usarse como vía de escape y tiene un efecto directo de desinhibición. Sin embargo, el efecto posterior es depresivo. “Si hay un cuadro depresivo de base y se tiende al consumo del alcohol para desconectar, lo que hacemos es agravarlo”. Si no existe ese cuadro previo, puede desencadenarlo.

Cannabis: “Muchos estudios muestran la relación entre trastornos mentales psicóticos con el consumo de cannabis”, comenta la psiquiatra. La investigación Relación entre consumo de drogas y predisposición a tener desórdenes del espectro esquizofrénico, de los profesores de la Universidad de Almería García Montes, Zaldívar Basurto, Moreno Montoya y Flores Cubos, concluye que “las personas que muestran un perfil de consumo de riesgo al alcohol y al cannabis también presentan niveles (puntuaciones) mayores de esquizotipia” (el conjunto de características de la personalidad relacionadas con la esquizofrenia).

Otro estudio concluye que la presencia de un determinado genotipo (ATK1) influye en el riesgo psicótico asociado al cannabis. Todos estos estudios corroboran la experiencia práctica de la doctora Pérez: “La mayoría de pacientes jóvenes que ingresan por trastornos psicóticos tiene un consumo de cannabis asociado”.

Sin embargo, la relación entre el consumo de cannabis y los trastornos psicóticos (particularmente, la esquizofrenia) ha sido objeto de un largo e inacabado debate. El matiz es: ¿El consumo desencadena el trastorno o lo que ocurre es que muchas personas psicóticas acuden al efecto ansiolítico del cannabis? “La causa-efecto no está demostrada”, comenta la experta.

El consumo puede ser un también un desencadenante de que, a largo plazo, un primer episodio psicótico evolucione hacia una esquizofrenia. No obstante, hay excepciones. “Es raro, pero hay personas muy susceptibles a los tóxicos que pueden presentar un episodio agudo o síntomas aislados, y que, cuando se para el consumo desaparece”.

Cocaína: es un excitante que genera una adicción muy rápida. Incidir sobre el consumo y mantener la abstinencia es complicado, comenta la psiquiatra. “Por eso se relaciona a problemas de ansiedad y a cuadros depresivos“, señala la especialista. También puede tener relación con patologías psicóticas.

Además del tipo de droga, la forma y regularidad del consumo influye en la afectación a la salud mental. “Si hablamos de cocaína, no es lo mismo un consumo de fin de semana asociado a alcohol y fiestas, que un consumo diario o habitual en una persona que lo usa como método de evasión y lo consume incluso en soledad”, explica la experta. En el caso del consumo de fin de semana hay que tener en cuenta la predisposición genética o biológica de desencadenar un trastorno mental. No obstante, Irene Pérez advierte: el consumo esporádico no elimina el riesgo de dependencia o de sufrir el síndrome de abstinencia y es, obviamente, la vía de entrada a un consumo regular y a la adicción.

La mayoría de las drogas intervienen en el sistema de recompensa de nuestro organismo y actúan sobre áreas cerebrales alteradas en trastornos mentales. ¿Hay relación de causalidad? “En la práctica es complicado establecer qué es lo que causa que, sobre todo con un cuadro agudo”, comenta la especialista, que añade que la información que aporta la familia es clave. Para los pacientes puede ser difícil reconocer una adicción y un trastorno mental.

Una vez diagnosticado el cuadro, ¿qué hacer? Aparte de los fármacos que generan un efecto adverso en caso de consumo, hay otros que inciden sobre el sistema de recompensa y pueden reducir el deseo. Pero además de los fármacos para el tratamiento de la adicción física, hay terapias para abordar la dependencia psicológica.

En la clínica de salud mental SAMU Wellness el tratamiento se adapta a cada situación y a la historia personal y familiar del paciente, individualizando las intervenciones. Si el episodio psicótico muestra un paciente fuera de la realidad se procederá al ingreso, siempre teniendo en cuenta el apoyo familiar. Una vez que se trata el episodio agudo y el tratamiento farmacológico permite una mejora, Irene Pérez comenta que “lo ideal es hacer algún tipo de psicoterapia” para mitigar y acabar con la dependencia psicológica.

SAMU Wellness dispone de un programa de hospital de día, muy útil para personas dependientes porque permite estructurar horarios, llevar la dinámica del día a día y alejarlas de contextos que pueden incitar al consumo. Hay una programación diaria de actividades, basada en talleres de terapias grupales, que cumplir con el objetivo de la clínica: funcionar como comunidad terapéutica.