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Menas en Dúrcal: La educación como parte de la migración

En el Centro de Atención Inmediata (AI) SAMU Dúrcal trabajamos desde el convencimiento de que la educación es la herramienta clave para el desarrollo integral de nuestros menores acogidos. Con la educación no sólo nos referimos a la formal, la que es planificada y reglada, la que conocemos como enseñanza obligatoria y postobligatoria. También nos referimos a la educación no formal, una educación organizada pero no totalmente institucionalizada, la que tiene lugar en un contexto extraescolar. Una educación complementaria, opcional y flexible.
El acceso a la educación, un derecho fundamental, constituye, en el caso de los menores, un paso clave para su integración en el país de acogida, y una de las vías de promoción social y laboral.

Los proyectos migratorios de nuestros menores tienen un denominador común: mejorar su vida y la de sus familiares a través de su inserción laboral. Si bien es cierto que el colectivo Menas, Menores Extranjeros No Acompañados, comparte características en cuanto al periodo evolutivo al que pertenece, países de origen, etcétera, no se puede considerar un grupo homogéneo. Los menores acogidos presentan características individuales que requieren una intervención individualizada.

En cuanto a la educación formal, los menores acogidos en el centro de AI Dúrcal presentan diferencias significativas. Una de las principales es el nivel de educación alcanzado en el país de origen. En la mayoría de los casos, nuestros menores han tenido una vida académica marcada por un fuerte absentismo escolar. Otra diferencia significativa está en la construcción de los proyectos migratorios. La mayoría de las migraciones son concebidas como migraciones laborales no académicas.

Ante esta situación, uno de los retos del equipo educativo del centro es lograr que nuestros menores tomen conciencia de que la educación es la base de cualquier proyecto migratorio. Y con esta premisa se trabaja desde el primer día de acogida.

Tras el ingreso de un menor, automáticamente es escolarizado en el Centro Público de Educación de Personas Adultas Valle de Lecrín, en el municipio de Dúrcal, Granada, para recibir, de lunes a viernes, clases de español por parte del profesorado perteneciente a ATAL y del profesorado propio de dicho centro.

Las Aulas Temporales de Adaptación Lingüística (ATAL) son programas de acogida y de enseñanza del español dirigidas a la integración del alumnado de origen extranjero con desconocimiento de la lengua y que garantizan la escolarización de los menores inmigrantes permitiendo su incorporación a los ritmos y las actividades de aprendizaje del nivel educativo correspondiente a su edad.

Nuestros profeses de ATAL, Manuel Morales Martín y Antonia María Torres Martos, son los encargados de esta labor desde septiembre de 2018. Es el profesorado de referencia de nuestros menores el que, en comunicación con el equipo educativo y directivo del centro, plantea los objetivos y es el encargado de la evaluación continua y la evaluación final previa, y de la determinación de la derivación de los menores a los Institutos de Educación Secundaria.

El profesado del Centro Público de Educación de Personas Adultas Valle de Lecrín, formado por Concepción Toquero Lupión, Esther Garzón Artacho y Antonio García Villena, complementa de manera encomiable la labor del profesorado de ATAL, siendo liderado por su director Eloy Roldán Aguilera.

Éste es el itinerario por el que han pasado todos nuestros menores. Hasta la fecha, en la unidad de AI Dúrcal se han matriculado un total de 30 menores en los institutos de los municipios de Dúrcal y Padul.

En la actualidad, 13 se encuentran escolarizados. Tres de ellos lo hacen en el IES Valle de Lecrín y dos en el IES Alonso Cano, ambos en el municipio de Dúrcal. Otros ocho menores se encuentran escolarizados en el IES La Laguna del municipio de Padul, Granada.

El resto han sufrido bajas por derivaciones a diferentes COISL (Centro Orientación Inserción Social Laboral), derivaciones por mayoría de edad y por abandonos voluntarios del centro.

Nuestros jóvenes sueñan con una vida mejor, y para conseguirlo, han llegado a la primera etapa, la educación. Algunos de nuestros ejemplos son: Fassine Camara, natural de Guinea, que cursa 4º de la ESO y cuyo sueño, desde la infancia, es ser profesor. Alhassan Diallo, de Guinea Conakry, cursa 4º de la ESO, y su sueño es ser sociólogo o trabajador social. Mohamed El Jedaoui, de Marruecos, cursa 4º de la ESO y también sueña con ser profesor. A Mohamed Mallouli, de Marruecos, que cursa 4º de la ESO, le encantaría dedicarse a la restauración. Éstos son solo algunos ejemplos.

Nuestros menores están viviendo, de una manera u otra, la experiencia de seguir construyendo su historia de vida. La escolarización está suponiendo para ellos una experiencia personal que va más allá de la adquisición de competencias. Está siendo una oportunidad para su educación en valores del país de acogida, una manera de relacionarse con otros adolescentes, ampliando así su red social. En definitiva, una experiencia intercultural enriquecedora.

No menos importante para nuestro centro es la educación no formal. El centro ofrece a los menores un amplio abanico de actividades extraescolares a las que acuden semanalmente. Los menores acuden todos los jueves a un curso de Iniciación a la Informática en el Centro Guadalinfo, donde se potencia el uso de las TICs como herramienta de aprendizaje. Otro grupo de menores acude a clases de inglés. Dentro de esta oferta formativa también contamos con la Asociación VALE, situada en nuestro municipio, donde algunos menores acuden semanalmente a una Batucada Inclusiva dirigida por el grupo BloCo Suca, cuyo objetivo es crear un espacio de ocio compartido entre personas diversas, fomentando la solidaridad y el respeto por la diferencia.

También hay tres menores que participan todos los jueves en un taller de cerámica dirigido por Miguel Ángel Lorente Fernández y desarrollado en las instalaciones de la Asociación VALE de Dúrcal.

La unidad de AI Dúrcal ha conseguido esta oferta formativa fruto del esfuerzo del equipo de SAMU Dúrcal y contando con la colaboración de los municipios colindantes y con el tejido asociativo. Sólo así podremos avanzar en la inclusión de nuestros menores en su país de acogida, garantizando su participación comunitaria de manera activa.

 

Autor: Siham Khalifa El Abdi. Auxiliar Técnico Educativo de la Unidad de Atención Inmediata SAMU Dúrcal.

 

Said, el pichichi de Arcos

El Patronato Municipal de Juventud y Deportes de Arcos de a Frontera (Cádiz) organiza cada año la Liga Local de Fútbol 7, en la que esta temporada 2018-2019 han jugado un total de 9 equipos de la localidad, entre ellos SAMU Arcos, un grupo formado por menores entre 14 y 17 años del centro de Atención Inmediata SAMU Arcos. La implicación y técnica de este equipo en el campeonato han sido tan grandes que uno de sus jugadores se ha alzado como pichichi de la liga: Yasaid Koakau, un joven de 17 años natural de Costa de Marfil que, gracias a su destreza con el balón, ha sido seleccionado recientemente para jugar en el C.D. Jédula.

“En el primer momento que vi tocar el balón a Said supe que este chico tenía talento, era especial”, comenta Gonzalo, entrenador de SAMU Arcos. “Es un jugador con mucha técnica y regate en el uno contra uno, que destaca por su gran velocidad. Ha conseguido un total de 18 dianas en 16 encuentros, dos de los cuales no pudo disputar por una lesión. Esta cifra es bastante buena teniendo en cuenta que Said, por circunstancias de los partidos, ha retrasado su posición al mediocampo en numerosas ocasiones para poder ayudar al equipo en la salida del balón, no pudiendo jugar así de delantero”, continúa el míster. “En lo personal, Said es un chico ejemplar, es muy buen compañero y tiene muy claro su objetivo en España: ser jugador profesional. Por ello y por su talento, decidí contactar con el entrenador del C.D. Jédula para ofrecerle la oportunidad de realizar unas pruebas y poder así abrirse puertas en el fútbol profesional. Estoy muy feliz por ello”.

Said nació en Bouaké, una de las ciudades más grandes de Costa de Marfil, pero poco después se mudó con su familia a San Pedro, donde empezó a jugar al fútbol en la calle. Tenía seis años. En 2009 falleció su padre y se fue a vivir con su hermano mayor a la capital, Yamusukro, donde jugó por primera vez en un equipo profesional.

“Ahora juego de delantero, pero en mis comienzos, cuando era pequeño, jugaba de defensa porque me gustaba mucho Kolo Toure, un exfutbolista marfileño que entonces jugaba en el Arsenal. Poco a poco empecé a jugar de extremo, en la banda derecha, porque me encantaba ver jugar a Cristiano Ronaldo. Me gustaba su velocidad, su técnica y su regate, yo quería ser como él”, explica el joven. “Me siento muy feliz por la oportunidad que me han dado en el C.D Jédula aunque estoy un poco triste porque aún no he podido jugar ningún partido oficial con el equipo. Para poder hacerlo tengo que federarme y para eso necesito la documentación y legalizar mi situación en España. Por ahora solo he podido entrenar con el C.D. Jédula. No obstante, sé que esto es positivo para poder tener una mejor preparación física pero quiero jugar con ellos”.

El equipo SAMU Arcos ha acabado quinto en la clasificación con 21 puntos, a 19 del último, un gran éxito si se tiene en cuenta que todos los jugadores del resto de equipos son mayores de edad (requisito para jugar en esta liga pero que con los jugadores de SAMU el Ayuntamiento hizo una excepción para fomentar su integración en el municipio), y que los jugadores no son fijos. “Cada semana hemos tenido que ir adaptándonos a la disponibilidad de nuestros jugadores supliendo las bajas por nuevos menores que llegaban al centro y que mostraban interés en participar”, explica el entrenador del equipo. Pese a este hándicap, SAMU Arcos ha contado con una gran aceptación entre el público, tanto que un grupo de menores de la localidad crearon un club de fans que acompañaba y animaba con cánticos y pancartas cada semana al equipo de Said, celebrando sus goles como si de la Champions League se tratase.

El primer contrato de Ismael Yazidi

Empujado por la necesidad de su familia y con la firme idea de cambiar su destino lejos de la tierra que lo vio crecer (Beni Melal – Marruecos), Ismael Yazidi llegó a las costas de Tarifa a finales de 2017, con sólo 16 años. Tras pasar por diferentes centros de menores, Ismael finalmente se estabilizó en el Residencial El Bosque, en Pelayo (Algeciras), donde comparte alojamiento con otros 30 menores.
De carácter tímido e introvertido, siempre ha destacado por su amabilidad, predisposición al trabajo, colaboración y respeto hacia sus compañeros y educadores. Hoy por hoy, constituye uno de los pilares de nuestro centro y es un ejemplo a seguir por los menores recién llegados, a los que recibe con agrado y ayuda en su proceso de adaptación.

El buen hacer de Ismael ha quedado patente en su primer período de prácticas en el área de hostelería y restauración donde, una vez más, ha demostrado la importancia de la voluntad, el empeño y la constancia con la que este chico persigue su objetivo: formarse para conseguir un trabajo cuando le llegue el momento de abandonar el centro en su mayoría de edad.

“Para eso vine a España y mi objetivo está cada vez más cerca. No se puede perder el tiempo en otras cosas. Se trata de trabajar y aprovechar las oportunidades que nos ofrecen. Siento que la recompensa a mi esfuerzo y el de mi familia, llegará más pronto que tarde”, enfatiza Ismael. Y tanto es así que, tras finalizar sus prácticas, José (empresario y dueño del establecimiento que emplea a Ismael), se ha comprometido a ofrecerle su primer contrato de trabajo. Compromiso que, con tremendo orgullo y merecido esfuerzo por su parte, queremos compartir con los lectores y compañeros de SAMU en este artículo, mostrando el instante en el que se materializa la firma de su precontrato.

Como Ismael, son muchos los menores de nuestro centro que actualmente desarrollan programas de inserción laboral en pequeñas y medianas empresas de la zona, hecho que perfila un horizonte esperanzador para nuestros chicos y que da sentido a su decisión de emprender el camino hacia Europa en la búsqueda de un futuro digno para ellos y sus familias.

Me gustaría aprovechar estas líneas para agradecer y ensalzar la encomiable labor de mis compañeros del Residencial Básico El Bosque, quienes día a día demuestran su compromiso en la defensa y continua construcción de la profesión, la cual está dando unos resultados excepcionales en términos de inclusión escolar, social y laboral de los menores que están bajo nuestra responsabilidad.

Autor: Jesús Pérez López

 

El sueño de Abel

La guerra, el hambre y el sueño de ser futbolista y labrarse un futuro llevaron al joven Neva Avit Abel Agbo, más conocido como Abel, a marcharse de su país natal, Costa de Marfil, dejando allí a su familia. Hoy, tres años después, en los que ha sufrido estafas, penurias y un viaje en patera por el Estrecho de Gibraltar, tiene su sueño un poco más cerca: ser futbolista. El joven, que ha vivido varios meses en el centro de menores de acogida de SAMU Miguel de Mañara, en Sevilla, ha sido fichado por el Cádiz Club de Fútbol, donde ya entrena con el equipo de juveniles.

Desde pequeño Abel soñaba con ser futbolista. Un día, un supuesto ojeador vio sus habilidades y le ofreció ir a un centro de formación de fútbol en Marruecos, según cuenta el joven. “En mi país estábamos en guerra y mi madre no tenía dinero para mandarme a Marruecos, pero un tío mío me dijo que él me ayudaría. Pagó el billete a Marruecos y la inscripción en el centro. Cuando llegamos a Marruecos me di cuenta que me habían estafado, a mí y a otro chico más. No había ningún centro de formación y se habían quedado con el dinero. Yo tenía 14 años”, recuerda. “Sobreviví como pude en Tánger. Trabajé en todo lo que me salía para poder comer y un día, un grupo de chicos y yo decidimos poner cada uno 50 euros y comprar una patera para cruzar el Estrecho de Gibraltar y llegar a España”.

Abel recuerda el viaje como “una auténtica pesadilla”. “Yo solo pensaba: Dios está contigo, saldrás de ésta”, relata el joven, que en diciembre cumple 18 años.

A su llegada a Tarifa, primero le enviaron a un centro de acogida de Alcalá de Guadaíra, luego a otro de Sanlúcar la Mayor, y, por último, al centro Miguel de Mañara de SAMU, en Dos Hermanas, donde ha permanecido cerca de un año. “El centro de SAMU es el mejor en el que he estado. Allí me han ayudado a sacarme un diploma de Ayudante de Cocina en el IES Pino Montano y ahora iba a empezar a hacer prácticas. Ya no pensaba en el fútbol, sólo en formarme y trabajar para poder enviarle dinero a mi madre”.

Pero el deporte siempre ha marcado de algún modo su vida. El pasado año estuvo en la Escuela de Fútbol Antonio Puerta-Nervión pero, al no estar regularizada aún su situación en España, no pudo disputar partidos oficiales. El club de fútbol de Tomares también estuvo interesado en él, pero finalmente ha optado por el Cádiz Club de Fútbol. “Yo voy donde me mande Dios y ahora me ha mandado a Cádiz. Aún falta solucionar algunos trámites administrativos con la Junta de Andalucía, porque soy menor de edad, pero ya estoy viviendo con otros jugadores del club y entrenando con el equipo de juveniles”.

“Estoy muy contento, nunca pensé que podía conseguir lo que tengo ahora”, confiesa Abel, que reconoce que quiere ser jugador profesional y “ayudar a los niños que viven en orfanatos y a mujeres viudas sin recursos y con hijos”.

Grupo SAMU: Nuevo cursos, nuevos retos

SAMU empieza un nuevo curso con todo el impulso de una organización definida por su director general como “una gran fuerza del bien”. Con optimismo renovado, afrontamos el último tramo del año lleno de nuevos proyectos.

En lo que llevamos de año, y especialmente este verano, SAMU ha afrontado con éxito un enorme reto: liderar la respuesta a la llegada masiva de niños a nuestras costas. Esto ha exigido un esfuerzo logístico sin precedentes, con la movilización de un equipo de más de doscientas personas.

Según cifras oficiales de la Junta de Andalucía, hasta agosto llegaron a nuestros puertos más de 28.000 personas, de las cuales 4.000 eran menores no acompañados. De ellos, alrededor del 55% ingresaron en un centro SAMU. En este periodo, SAMU ha abierto más de 15 recursos y acoge ahora a más de 600 chicos marroquíes y subsaharianos en riesgo extremo de vulnerabilidad.

Para los que formamos parte de SAMU es un gran orgullo que nuestra entidad esté a la cabeza del esfuerzo solidario de España y Andalucía, como referencia de calidad en la prestación de servicios de acogida. Queremos destacar la importantísima labor que ha llevado a cabo todo nuestro equipo de menores y de administración para hacer frente a las sucesivas oleadas y crisis migratorias.

Además de ello, el curso 2018-2019 nos traerá tres importantes novedades en la modernización de SAMU: en primer lugar, culminará la implantación del plan de igualdad que prevé, entre otras mejoras, potenciar la conciliación y contar con un Consejo de Dirección paritario, que supondrá incorporar un nuevo caudal de talento directivo imprescindible para mejorar como institución.

En segundo lugar, SAMU se adherirá a los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2020, una iniciativa de Naciones Unidas en la lucha contra la desigualdad y la preservación del planeta. Para su implantación, se creará una nueva Dirección de Sostenibilidad en este trimestre. Por último, en 2019 se implantará el nuevo Plan de Innovación que se está ultimando y que prevé el desarrollo de tecnología y sistemas de gestión propios.

Si continúa el mismo ritmo de crecimiento, se prevé que en pocos meses superaremos la cifra de 1.000 personas trabajando en nuestra entidad, lo que es un motivo de satisfacción y responsabilidad como una de las entidades líderes en la prestación de servicios sociales en toda España.

En el panorama internacional, prevemos que 2019 sea el año de la consolidación de SAMU Marruecos como una entidad puntera en los servicios de emergencias en el país vecino. También se está potenciando el lanzamiento de SAMU Foundation con sede en Washington DC, Estados Unidos.

En el plano científico, el 18 de octubre se celebrarán las Jornadas del Apego Infantil como Vínculo Afectivo, dirigidas a los profesionales que trabajan con menores. Esperamos recibir a los mejores profesionales de nuestro país en este campo.

SAMU sigue avanzando como una entidad respetada gracias al prestigio de nuestros profesionales, que son los protagonistas de la atención a las personas que dependen de nosotros.

El equipo directivo de SAMU

Proyecto Voluntariado Intergeneracional: cuando los usuarios de Santa Ana prestan ayuda

La Residencia Santa Ana de la Fundación SAMU, que atiende a personas gravemente afectadas con daño cerebral sobrevenido, ha puesto en marcha el proyecto Voluntariado intergeneracional, una iniciativa que convierte a estas personas en prestadores activos de ayuda a terceros en lugar de ser receptores de esa ayuda, fomentando su compromiso social y su autoestima.

A través de este proyecto, los responsables del centro pretenden crear “contextos integradores” que faciliten la inclusión de las personas residentes en la vida social, en este caso, planificando un marco desde el “aprendizaje servicio”. Esta fórmula consiste en prestar un servicio solidario destinado a atender necesidades reales y sentidas de una comunidad, y que en este caso se ha concretado en un voluntariado con personas mayores usuarias de una Unidad de Estancia Diurna (UED).

Los participantes en el Voluntariado intergeneracional abordan desde el planteamiento del proyecto (detectando necesidades y realizando propuestas) a la evaluación (reflexionando sobre la intervención y su mejora), articulando procesos de reflexión, trabajo colaborativo y competencias para la ciudadanía.

“El aprendizaje servicio es un proyecto con utilidad social. Es un reto de transformación de la realidad en el que se invierten los roles. Esta vez somos nosotros los que ayudamos, en este caso, a través de la realización de un voluntariado con personas mayores usuarias de una UED, prestando un servicio a la comunidad, favoreciendo la normalización, potenciando el sentimiento de utilidad y mejorando, en definitiva, su calidad de vida”, explica Cristina González-Valdayo Benítez, pedagoga de la Residencia Santa Ana.

González-Valdayo señala que la función del equipo con las personas mayores consiste en ofrecer apoyo a las actividades que ellos realizan dentro de su programación anual. “Nos ajustamos cada jueves a ellas, ayudándoles a realizarlas, dialogando con ellos y participando también en su realización. Los primeros días propusimos nosotros las actividades a través de dinámicas de presentación para conocernos e ir sentando las bases de comunicación y relación”, subraya.

Las actividades incluyen dinámicas de presentación, manualidades, estética y maquillaje, puzles, bailes, adivinanzas, conversaciones y apoyo en sus tareas, entre otras.

“El proyecto ha tenido una acogida entusiasta por parte de todos los participantes y su motivación ha contagiado a personas que en un principio no mostraron interés por participar. Los encuentros son cada vez más participativos y afectivos, fruto del afianzamiento en las relaciones sociales”, aplaude Gómez-Valdayo, que avanza que su equipo retomará este proyecto en septiembre.

La consejera de Bienestar Social de Castilla-La Mancha visita la residencia Santa Teresa

La consejera de Bienestar Social del Gobierno de Castilla-La Mancha, Aurelia Sánchez, visitó el 19 de julio la residencia para personas con discapacidad intelectual Santa Teresa de Villafranca de los Caballeros (Toledo), gestionada por Fundación SAMU, con el objetivo de conocer las instalaciones y el trabajo en uno de los centros más representativos del sector en la región.

La consejera de Bienestar Social estuvo acompaña del director general de Personas Mayores y Discapacidad, Javier Pérez; el director provincial de Bienestar Social en Toledo, Gregorio Gómez, y el alcalde de la localidad, Julián Bolaños, al que agradeció su acogida. “Estamos en un municipio que tiene unos recursos muy importantes para atender a los colectivos más vulnerables”, señaló.

La representante del Gobierno de Castilla-La Mancha realizó un recorrido por las instalaciones de la Residencia Santa Teresa y dedicó su tiempo a saludar a los chicos y chicas del centro, y a hacerse algunas fotografías con ellos. Todos recibieron esta ilustre visita con mucha ilusión y regalaron a los políticos objetos de artesanía que habían creado ellos mismos de forma previa a la visita, como una de las actividades más de su jornada.

Durante la visita, la consejera de Bienestar Social y sus acompañantes visitaron el huerto de la residencia, la clase de musicoterapia, el taller de laborterapia y las clases de gimnasia, que representan algunas de las actividades terapéuticas, formativas, de entretenimiento y de integración social que forman parte del programa de Santa Teresa.

Coincidiendo con la visita, Aurelia Sánchez destacó que “los datos de dependencia ya sitúan a Castilla-La Mancha en la senda de recuperación, con más de 54.000 personas incorporadas en el Sistema de Dependencia, 20.000 más en esta legislatura, y que tienen más de 65.000 prestaciones”.

La consejera celebró la intención del Gobierno de España de aprobar una ley para garantizar la capacidad jurídica de las personas con discapacidad, punto que ya está recogido en la ley de Protección y Apoyo Garantizado para Personas con Discapacidad en Castilla-La Mancha, recientemente aprobada.

La nueva singladura de Disfrutamar

El programa Disfrutamar, impulsado por Fundación SAMU en colaboración con la Obra Social La Caixa, ha superado una nueva fase en su desarrollo con otra experiencia piloto en aguas abiertas con los usuarios de la residencia San Sebastián de Cantillana (Sevilla) con el objetivo de familiarizar a los participantes con el mar, la seguridad a bordo y los conceptos náuticos básicos.

Disfrutamar es un proyecto pionero en el ámbito de la discapacidad intelectual enfocado a la mejora de la calidad de vida de las personas a través de la náutica y el deporte.

El programa quiere aprovechar las ventajas de la náutica para propiciar el desarrollo de los vínculos personales e interpersonales y de las habilidades de comunicación entre terapeuta, instructor y el deportista y entre ellos mismos en un ambiente de dispersión y relajación.

“Con 8.000 kilómetros de costas, España es un país donde tenemos una gran orientación al mar, especialmente en Andalucía, gracias a su clima y a su instalación náutica de primer orden”, ha explicado Borja González de Escalada, vicepresidente de la Fundación SAMU. “Con esta iniciativa, queremos que las personas discapacitadas adquieran nuevos aprendizajes referidos tanto a la comunicación con los demás como a la expresión y el reconocimiento de sus propias sensaciones”.

El proyecto respaldado por Obra Social La Caixa afrontará en el último trimestre del año una nueva fase que consistirá en participar en alguna regata del calendario de Puertos de Andalucía. La última parte del programa se desarrollará con los estudiantes de Educación Física, dentro de su asignatura de Deporte y discapacidad, en la que Fundación SAMU intentará dar a conocer a los alumnos las dificultades y los beneficios de trabajar con este colectivo para proporcionarles una base de conocimiento y experiencia con la que poder desempeñar su trabajo en el futuro.

La planificación incluye una fase de análisis de las experiencias vividas a través de las fases del programa y los beneficios que se han cosechado.

Además, se organizará una jornada en la que se volverán a subir a bordo y podrán aprender en fase práctica lo analizado en el aula. Este formato de trabajo se prorrogará con las distintas organizaciones con las que Fundación SAMU colabora y la intención es hacerla extensible a otras provincias.

Paso a paso hacia una cultura innovadora en Grupo SAMU

Grupo SAMU ha puesto en marcha un departamento de Innovación con el objetivo de minimiza los puntos críticos de la organización utilizando propuestas innovadoras y lograr que la entidad se adapte a los cambios socio-económicos del momento, persiguiendo así su continuidad y excelencia.

Al frente de este nuevo proyecto, que nació el pasado mes de febrero, está Almudena Chávez, actual directora de la Unidad de Estancia Diurna San Lucas, que cuenta con el apoyo durante esta primera fase de arranque de la Corporación Tecnológica de Andalucía (CTA), una entidad que ayuda a empresas a rentabilizar su esfuerzo en I+D+i (Investigación + Desarrollo + innovación).

“La innovación es un engranaje motivador que evita el bloqueo institucional”, subraya Almudena Chávez. “Lo que queremos es crear una cultura innovadora y mejorar todos los servicios, productos y procesos de SAMU, así como fomentar y favorecer nuestra colaboración con otras asociaciones, como Cáritas o Médicos del Mundo, por ejemplo, y visionar más y mejor todas las actividades que se realizan en los diferentes centros y unidades de SAMU y Fundanción SAMU”.

Para conseguirlo, se ha elaborado un Plan Estratégico, que incluye tres grandes retos trasversales: la gestión del talento dentro de la organización, la gestión de la comunicación interna y la gestión del fomento. Dentro de este plan se incluyen más de 100 objetivos operativos con un plazo de ejecución de dos años. También está en marcha la elaboración de un Plan de Acción I+D+i.

A partir de septiembre, se constituirá un comité innovador formado por unas siete personas como máximo, que se renovará cada semestre y que tendrá como objetivo de aportar nuevas ideas al proyecto para liderar el futuro de la organización.

Idilio Escénico: Sin barreras sobre el escenario

Alba Garrido Gata llegó hace poco más de un año a la residencia San Sebastián, en Cantillana (Sevilla), especializada en la atención de personas con discapacidad intelectual y trastorno de conducta. Maestra de profesión y formada en danza y expresión corporal, no dudó en aceptar nada más llegar un importante reto: crear una compañía de teatro entre los residentes del centro.

Tras un año de duro trabajo, montaje, muchas repeticiones para que los actores memorizaran sus movimientos y posiciones en el escenario, de nuevas incorporaciones y bajas inesperadas, de tardes buenas pero también malas, la compañía Idilio Escénico debutó con la obra Sinergia en la Casa de la Cultura de Cantillana, a final de año, con motivo del Día de la Discapacidad. El debut fue un gran éxito. A partir de entonces no han cesado de representar la obra en diferentes sitios como La Rinconada, ante los alumnos del CEIP Aníbal González, en Sevilla, en el IES Curro Jiménez o en la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Sevilla, entre otros lugares.

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Hoy es un día especial, no es un ensayo cualquiera, tienen público, una periodista y una fotógrafa, pero la cámara no les intimida. Están nerviosos, se nota en sus risas, pero en el momento que suena la música, todos se meten en su papel. “¿Empiezo ya?», pregunta Manuel Silva, el primer actor en aparecer en escena con un libro en la mano. “Cuando empiece la música”, le indica Alba Garrido.
Hoy son ocho actores en el ensayo, pero el grupo lo forman 10. “Hay dos actrices que no han podido venir porque no tienen un día bueno”, explica la directora de la compañía. “Uno de los retos que tenía era montar una obra donde si faltaba alguien no nos viéramos obligados a suspender, una obra que se pueda representar con cinco, siete o diez personas sin que se vea afectada”.

Durante la representación, Antonio, Isidoro, Chiquito, Salvador, Fernando, José Antonio y Manuel se despojan de sus defectos y todos los aspectos negativos de su persona. “Agresivo”, grita Chiquito. “Mentiroso”, continúa Isidoro. “Sacamos todo lo malo que tenemos dentro”, explica Antonio Romero una vez finalizada la obra.

“La evolución ha sido muy grande y sorprendente. No actúan, son ellos mismos, así de expresivos, no exageran, todo lo que se ve es verdad”, indica Garrido. “Creo que ahora es cuando están disfrutando de verdad de la obra porque los pasos ya les salen solos, no tienen que pensar, tienen los movimientos interiorizados”.

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Para todos ésta es la primera vez que hacen teatro, excepto Fernando. “Yo sí había hecho antes teatro, cuando estuve en Proyecto Hombre. Me ayuda a perder la vergüenza y la timidez”, asegura. “Cuando me pongo nervioso pienso que no hay nadie delante, que estoy solo”, añade Chiquito.

La sala de ensayo es pequeña y deciden volver a repetir la obra en el jardín de la residencia. “Os habéis colocado al revés. Isidoro, tú vas en el otro lado”, indica Alba Garrido, que da las últimas instrucciones antes de comenzar de nuevo la representación. “A veces, cuando cambia el escenario, se despistan un poco porque pierden sus referencias, pero es normal. Por lo general, se adaptan muy bien a todos los escenarios, pequeños y grandes”, afirma la directora de la compañía. “Están muy ilusionados con esta actividad y no siempre todos pueden ir a las representaciones. En la furgoneta sólo caben siete y dos monitores, y si todos tienen un día bueno, me resulta muy difícil decidir quién va y quién se queda en la residencia”.

Durante la interpretación, los actores gritan uno a uno “fuego”. “En los primeros ensayos, cuando llegábamos a esta parte, el de mantenimiento venía siempre asustado pensando que había un incendio. Ellos se partían de risa”, comenta Alba Garrido, que ya tiene en mente crear una nueva obra. Aún no tiene claro la temática pero sí que seguirá la misma línea que la primera. “Me reuniré con ellos y hablaremos, a ver qué sale de ahí. Me gusta que sean ellos mismos los que aporten ideas y sean plenos partícipes de este proyecto”.