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SAMU, en estado de alerta para cuidar de las personas

Hace un mes no podíamos imaginar dónde estaríamos en este raro comienzo de primavera. La crisis del coronavirus ha cambiado las pautas de trabajo y las costumbres domésticas de todos. Vivimos bajo confinamiento y en estado de alarma, y todos los esfuerzos se dirigen a evitar los contagios, especialmente en la población de riesgo.

SAMU, como organización que aspira a la excelencia en la atención médico sanitaria y a colectivos vulnerables, está en la primera línea de la batalla contra el coronavirus en todos sus servicios, centros y delegaciones. Además de nuestro servicio de ambulancias, a cuya actividad hemos dedicado un capítulo especial de esta edición, hemos hablado con responsables de los recursos de la organización, todos son esenciales en estas semanas: la Escuela SAMU, los centros de menores extranjeros no acompañados, los centros para personas con discapacidad intelectual y los pisos para menores extranjeros no acompañados. Todos están dando lo mejor de sí mismos para, en el ámbito de sus responsabilidades, ayudar a contener el coronavirus.

Centros de menores: un “vuelco total”

¿Cómo convencer a un adolescente de que durante unas semanas no podrá salir con sus amigos? ¿Cómo concienciarle de que su contribución es clave para parar al virus? Los centros de menores de SAMU trabajan con decenas de menores que, de la noche a la mañana, han tenido que cambiar radicalmente sus costumbres: no más salidas, no más colegio, no más prácticas.

Los directores de los centros de El Castillejo (en El Bosque, Cádiz), Miguel de Mañara (en Montequinto, Sevilla) y de la Unidad de Acogida Temporal de Emergencia de Ceuta aseguran que los chicos han comprendido la gravedad de la situación y respetan las nuevas normas. “Es un vuelco total, pero hasta ahora su comportamiento está siendo excelente. Me tienen sorprendido”, admite Javier Olier, director de un centro para 24 chicos (de entre 16 y 18 años) en El Bosque.

Los centros son estos días un “búnker” en el que han cambiado horarios y actividades. En Ceuta, donde hay un grupo de 15 niños de entre 10 y 15 años (de un total de 80), los monitores han tomado el relevo del colegio en las tareas de alfabetización. “También estamos haciendo el juego del coronavirus, pintar un virus en la parte de arriba de la mano. Por la noche, cuando se acuesten, tienen que tener el muñeco borrado”, añade Rafael Gallardo, director del centro.

Todos prestan especial atención a las medidas higiénicas. En Miguel de Mañara han tenido que tomar especial precaución con un niño que sufre una enfermedad del sistema inmune: pasa estos días en una habitación para él solo y, si sale, es con mascarilla y guantes.

Por la tarde, los centros suelen programar talleres especiales sobre las tareas más variopintas, casi siempre útiles para luchar contra la pandemia: cómo elaborar mascarillas con camisetas, manualidades de murales y pancartas, risoterapia, música en directo, autoestima, cinefórum con películas y reportajes sobre el coronavirus…

En el centro de Inserción Socio-Laboral de Corteconcepción, en la Sierra de Aracena de Huelva, por ejemplo, el equipo educativo combate el sedentarismo y la inactividad con talleres de movimiento expresivo. “A través de esta actividad, los chicos desarrollan la imaginación, el placer por el juego, la improvisación, la espontaneidad y la creatividad, con el objetivo fundamental de ayudar a gestionar el estrés diario”, explican desde el centro.

“Tener a los niños todo el día encerrados nos obliga a darnos a la imaginación”, explica Julia Almeida, directora del Miguel de Mañara (25 niños de 12 a 18 años), que detalla una actividad muy especial: consiste en que cada chico exponga un objeto personal y cuente la historia de ese objeto. Así se trabaja el arraigo, la autoestima y el conocimiento de los compañeros.

En el caso de El Bosque tienen la suerte de que cultivan sus propias verduras en un huerto que estos días los chicos miman con especial cariño. Producen cebollas, lechugas de roble, escarola, pimientos… “No hemos llamado al frutero, las verduras han salido de aquí”, cuenta con orgullo Olier.

Pero si algo tienen claro en todos estos centros es que para seguir en la buena línea será esencial trabajar la motivación y la disciplina. “De nada vale que lo hagan dos días y luego se les olvide”, advierte Gallardo. “Todas las mañanas, antes de desayunar, durante el recuento, me siento con ellos y les cuento la situación para que sean conscientes de que hay que continuar con las medidas”, concluye Olier.

Pisos de acogida: el papel de los referentes

Si es difícil concienciar a un grupo de adolescentes de un centro, la situación es aún más compleja cuando los chavales viven en un piso con mayor libertad de movimientos. “Al principio el confinamiento fue complicado. La mayoría están acostumbrados a entrar y salir a sus centros escolares, sus prácticas o su ocio. Son adolescentes y algunos rompían la norma”, admite Juan Carlos Rodríguez, responsable de tres pisos para un total de 40 menores no acompañados (de 12 a 18 años) en Coslada, Rivas y Fuencarral (Madrid).

Sin embargo, el esfuerzo del equipo educativo está logrando revertir la situación: “Poco a poco, hablando mucho con ellos, están cumpliendo. Están entendiendo que, aunque a ellos no les afecte considerablemente, pueden generar una situación muy compleja”, añade Rodríguez.

Es el momento de poner en práctica estrategias y habilidades de negociación y mediación y de echar mano de cualquiera que pueda ayudar. Es el caso de Allae y Salah, dos chicos que acaban de cumplir la mayoría de edad, pero que siguen en los pisos por la alerta sanitaria. Su ayuda está siendo esencial: “Cuando son modelos positivos se convierten en referentes muy fuertes. Se les escucha bastante ante cualquier crisis o frustración, a veces más que a un educador, porque los chicos se identifican con ellos”.

Centros para personas con una discapacidad intelectual: “Gracias por ser la sonrisa”

Hace unos días los usuarios de la residencia Santa Teresa de Villafranca de los Caballeros (Toledo) grabaron un vídeo en el que demostraban que ellos también saben lo que nos estamos jugando: “Tenéis que ser responsables, quédate en casa”. “Tenéis que lavaros las manos con frecuencia”, decían. Son personas con una discapacidad intelectual entre leve y moderada, y un día antes habían grabado otro vídeo para agradecer el trabajo de sus cuidadores. “Fue emocionante. No hacemos más que nuestro trabajo, pero llevamos unos días de muchos nervios y tensión para intentar protegerlos”, cuenta Sonia Oliver, directora del centro, que da servicio a 34 personas.

Estos días los pasacalles, las obras de teatro, los paseos con los perros que acoge la protectora de animales, el coro, los partidillos de fútbol o los cafés con las mujeres de este pequeño pueblo manchego se han sustituido por actividades de interior. Según Oliver, un cambio “brutal” que empezaron a aplicar dos días antes de que se decretara el estado de alarma.

“No salir es lo que peor llevan, porque lo asocian con una falta de premio”, confirma María José Tinoco, que dirige la residencia San Sebastián en Cantillana (Sevilla), con 56 usuarios. En este centro están documentando estas semanas en un diario fotográfico de la cuarentena. Los residentes tienen ahora menos tiempo para pasar fuera de sus habitaciones y se han configurado grupos de trabajo más reducidos para las actividades.

“Desde el momento en que hay una discapacidad intelectual podemos intuir que hay dificultad para gestionar determinadas situaciones o emociones”, resalta Tinoco. En Cantillana realizan talleres de emociones, donde aprenden a gestionar las emociones de estos días. De momento, funciona: cada día la hora del aplauso se adelanta unos minutos, porque todos quieren empezar a aplaudir los primeros.

La receta de Sonia Oliver es clara: “Darles información de lo que está sucediendo, que lo entiendan y que sepan que, si pasa algo, estamos preparados para cualquier urgencia. La sensación de que están protegidos es fundamental”.

El otro pilar debe ser la familia, estos días en la distancia. Hace unos días, Tinoco recibió una carta dirigida a todo el personal de su centro: “Gracias por ser la sonrisa, el apoyo, la motivación, la alegría, la calma, el paño de lágrimas, el cuidado de todos los residentes, que por desgracia sus familias no podemos darles en persona ahora”.

Unidad de Estancia Diurna San Lucas (Sevilla): el cierre, un “impacto para las familias”
Las unidades de estancia diurna están entre los centros cerrados por orden de las autoridades. Rocío Álvarez, directora en funciones de la unidad para personas con discapacidad intelectual de SAMU en Sevilla, cuenta que antes del cierre intensificaron los talleres de higiene de manos (adaptados a sus características) y enviaron una carta a las familias con recomendaciones para estos días.

El cierre es un impacto para las familias, porque deben reordenar su vida con una persona con discapacidad”, destaca Álvarez. Algunas se han agrupado para poder atender a personas con discapacidad que hasta ahora hacían uso de los centros de estancia diurna. Otros han reducido su jornada o reestructurado sus horarios.

Para el personal, el impacto también ha sido grande. Sin usuarios y por mucho trabajo que puedan hacer a distancia, hay servicios que no tiene continuidad. Álvarez asegura que el talante sigue siendo positivo: “Entendemos en lo que estamos”.

Escuela de SAMU: contribución a los gabinetes de crisis

Escuela de SAMU también ha alterado drásticamente su funcionamiento. Como todos los centros educativos del país, la formación presencial se ha sustituido por la educación a distancia mediante el uso de plataformas virtuales. Pero si algo distingue a SAMU es su experiencia en situaciones difíciles. Por eso, los alumnos del Máster de Enfermería se han volcado en la contribución a varios gabinetes de crisis.

“Es un grupo de alumnos bien formado y acostumbrado a trabajar de esta forma. Están prestando un gran apoyo a la rama sanitaria y prevención de riesgos”, apunta Thomas Couyotopoulo, responsable de la escuela.

Desde días antes de la declaración del estado de alarma, estos estudiantes trabajan sin descanso para recoger información de utilidad para los profesionales de SAMU, que sirve para actualizar los protocolos de prevención. Además, la Escuela está colaborando con la Junta de Andalucía en el estudio de un posible despliegue de un hospital de campaña. “En el máster estamos acostumbrados a hacer gabinetes de crisis y preparamos a los alumnos para estas situaciones”.

Fundación SAMU convierte a Villafanca de los Caballeros (Toledo) en capital del Deporte Inclusivo

Más de 250 personas han participado este martes en Villafranca de los Caballeros (Toledo) en una gran fiesta de inclusión deportivo-social, con la colaboración de más de una decena de entidades del entorno. Denominada Jornadas Deportivas Inclusivas Estación de Otoño, es un proyecto nacido en 2015 y promovido por la Fundación SAMU, que busca  fortalecer el compromiso social con la inclusión de personas con discapacidad.

Gran parte de los participantes han sido usuarios de la Residencia Santa Teresa, que ofrece servicio integral a personas con discapacidad intelectual de leve a moderada. La jornada ha sido inaugurada por Julián Bolaños Pozo, alcalde de Villafranca de los Caballeros (Toledo); Diego Gallardo Godoy, gerente de SAMU; y tres directores generales de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha: Ángeles Marchante Calcerrada, directora general de Inclusión Educativa y programas de la Consejería de Educación, Cultura y Deporte; Noelia Pérez González, Directora General de Juventud y Deportes; y Javier Pérez Fernández, Director General de Mayores y Personas con Discapacidad de la Consejería de Bienestar Social.

De esta manera, se ha fomentado la interacción y la inclusión mediante la práctica deportiva de numerosas personas con discapacidad intelectual y un amplio abanico de entidades de diferente ámbito social.

Las entidades colaboradoras en esta actividad han sido el Ayuntamiento de Villafranca de los Caballeros, el Club Deportivo Asodisal, el Centro de Día de Asodema, el Centro de Educación Especial Mingoliva  (Madridejos), el Centro Ocupacional ‘Picazuelo’, el Centro ‘Carpe Diem’ de Herencia, la Asociación de Discapacidad APANAS, el Centro Ocupacional y de Mayores Rogelio Sánchez, el IES La Falcata, el Club de Esgrima La Falcata, el Club de Ajedrez Villafranca de los Caballeros y Protección Civil, entre otros.

En este caso, la Estación de Otoño ha consistido en la realización de un circuito deportivo inclusivo con 10 actividades diferentes. Se han llevado a cabo de manera sucesiva y simultánea, con la participación en grupos de 10 de personas con discapacidad física o intelectual de las distintas asociaciones y fundaciones de Toledo, entre ellos la Residencia Santa Teresa, alumnos del primer y segundo ciclo de Secundaria del IES La Falcata y alumnos del Ciclo de Grado Medio del Técnico en Conducción de Actividades en el Medio Natural de Villafranca de los Caballeros.

Los juegos y deportes de la actividad han sido accesibles y sin barreras, para facilitar la interacción entre los participantes salvando cualquier problema de accesibilidad. El circuito ha estado compuesto de las siguientes actividades: voleibol adaptado, boccia, petanca adaptada, actividades musicales y expresión corporal, fútbol 7, baloncesto, balonmano, esgrima, golbol, ajedrez humano y acrosport. En todas ellas se han trabajado capacidades físicas como la velocidad, la fuerza, la resistencia y flexibilidad, y cualidades motrices como equilibrio, coordinación, agilidad y lateralidad.

El Hogar San Lázaro reabre sus puertas gracias al impulso de la Fundación SAMU

SAMU Hogar San Lázaro, centro especializado en Santa Cruz de Tenerife en atención a pacientes con discapacidad intelectual y/o trastorno mental grado 1 y 2, ha reabierto sus puertas tras hacerse la Fundación SAMU cargo de su titularidad, después de las circunstancias personales que obligaron a los anteriores responsables a decretar su cierre, dejando desasistidos a 16 pacientes.

Actualmente, SAMU Hogar San Lázaro puede acoger de manera inminente de 16 a 18 usuarios, y, además, está a la espera de recibir la acreditación del concierto de plazas con el gobierno de Canarias. El proyecto está avalado por la experiencia y fiabilidad de SAMU Wellness, entidad de referencia a nivel nacional en salud mental y bienestar emocional.

Después de reunirse hace unas semanas con el diputado del Común, con el ánimo de desbloquear la situación, la Fundación SAMU se comprometió a hacerse cargo del centro, en el que ha realizado una inversión de 20.000 euros destinada a remodelación de la sede y mobiliario nuevo para adaptar las instalaciones a las necesidades de los usuarios.

El perfil del paciente de SAMU Hogar San Lázaro es el de personas adultas dependientes (grado I y II -Ley 29/2006) con discapacidad intelectual y/o trastorno mental con edades comprendidas entre 16 y 64 años, de gran autonomía, sin necesidad de apoyos médicos constantes y que no tenga trastornos de conducta o personalidad graves. Es decir, que precisan de ayuda, control y supervisión en el desarrollo de las actividades de la vida diaria (alimentación, higiene, tratamiento y desarrollo personal) y que no pueden ser atendidos por sus familias o tutores por cualquier tipo de circunstancia.

Con este nuevo proyecto, SAMU implanta en este centro un nuevo modelo asistencial para la salud en Tenerife centrado en las personas, con el objetivo de dar apoyo en la normalización e integración social, la mejora de la autonomía personal y la potenciación de las habilidades sociales. Este modelo se caracteriza principalmente por la continua colaboración con equipos de salud mental, telemedicina, vida normalizada, apoyo de las familias, convivencia y desarrollo personal a través de excursiones y saludas, integración comunitaria y calidad asistencial. Para ello, SAMU Hogar San Lázaro cuenta con una experimentada plantilla de cuidadores que trata cada caso de manera especializada apoyado a través de la telemedicina por un diverso equipo de profesionales compuesto de psiquiatras, psicólogos, terapeutas ocupacionales y colaboraciones con equipos privados de psiquiatría en Tenerife.

SAMU, a través de su Fundación, cuenta con una amplia experiencia en atención a personas con discapacidad desde hace más de una década a través de varios centros especializados: Residencia Santa Ana (Sevilla), Residencia San Sebastián (Cantillana, Sevilla), Residencia Santa Teresa (Villafranca de los Caballeros, Toledo), UED San Lucas (Sevilla), y Centro El Alfar (Gijón. En cuanto a las cifras propias de SAMU, es pionero en España en el sector salud, acción social y emergencias, en el que acumula 37 años de experiencia. Tiene 52 centros de trabajo en 8 comunidades autónomas y presencia internacional en Marruecos y Estados Unidos, cuenta con una plantilla de más de 1250 profesionales y ha formado a más de 11.000 alumnos en salud y emergencias.

La consejera de Bienestar Social de Castilla-La Mancha visita la residencia Santa Teresa

La consejera de Bienestar Social del Gobierno de Castilla-La Mancha, Aurelia Sánchez, visitó el 19 de julio la residencia para personas con discapacidad intelectual Santa Teresa de Villafranca de los Caballeros (Toledo), gestionada por Fundación SAMU, con el objetivo de conocer las instalaciones y el trabajo en uno de los centros más representativos del sector en la región.

La consejera de Bienestar Social estuvo acompaña del director general de Personas Mayores y Discapacidad, Javier Pérez; el director provincial de Bienestar Social en Toledo, Gregorio Gómez, y el alcalde de la localidad, Julián Bolaños, al que agradeció su acogida. “Estamos en un municipio que tiene unos recursos muy importantes para atender a los colectivos más vulnerables”, señaló.

La representante del Gobierno de Castilla-La Mancha realizó un recorrido por las instalaciones de la Residencia Santa Teresa y dedicó su tiempo a saludar a los chicos y chicas del centro, y a hacerse algunas fotografías con ellos. Todos recibieron esta ilustre visita con mucha ilusión y regalaron a los políticos objetos de artesanía que habían creado ellos mismos de forma previa a la visita, como una de las actividades más de su jornada.

Durante la visita, la consejera de Bienestar Social y sus acompañantes visitaron el huerto de la residencia, la clase de musicoterapia, el taller de laborterapia y las clases de gimnasia, que representan algunas de las actividades terapéuticas, formativas, de entretenimiento y de integración social que forman parte del programa de Santa Teresa.

Coincidiendo con la visita, Aurelia Sánchez destacó que “los datos de dependencia ya sitúan a Castilla-La Mancha en la senda de recuperación, con más de 54.000 personas incorporadas en el Sistema de Dependencia, 20.000 más en esta legislatura, y que tienen más de 65.000 prestaciones”.

La consejera celebró la intención del Gobierno de España de aprobar una ley para garantizar la capacidad jurídica de las personas con discapacidad, punto que ya está recogido en la ley de Protección y Apoyo Garantizado para Personas con Discapacidad en Castilla-La Mancha, recientemente aprobada.

“Nos mueve un espíritu de aventura, investigación y crecimiento”

Francisco José Ruiz (Sevilla, 1977), compañero de la Residencia San Sebastián de Cantillana (Sevilla), asume la responsabilidad de Plan Idilio con el objetivo de dar más visibilidad a la acción social de SAMU.

—¿Cómo y cuándo entró a trabajar en SAMU?
—Mi ‘idilio’ con SAMU surgió en 2008. Me presenté en las oficinas de Cartuja decidido a matricularme en los dos cursos de Técnico en Emergencias Sanitarias que impartía SAMU. Durante ese periodo nos informaron de que la Fundación SAMU abriría un centro destinado al cuidado de personas con discapacidad intelectual en Cantillana. Recuerdo, una vez terminado el curso, hablar con mi querido compañero de promoción, Carlos Casado, docente de la Escuela sobre lo bonito que sería prolongar nuestra relación de amistad compartiendo también espacio de trabajo. Varios meses después, ahí estábamos…

—¿Cuáles son sus funciones en la residencia?
—Programar las actividades que se llevarán a cabo de manera diaria, semanal o mensual, como reuniones con los familiares de nuestros residentes. Diseñar los talleres con un enfoque individual o grupal, dentro del centro o fuera de él. Realizar junto al equipo técnico los PPA de cada usuario. Estar siempre presentes en las horas de comedor, etcétera.

—Háblenos de Plan Idilio.
—Plan Idilio no es más que la evolución natural del trabajo que venimos haciendo en la Fundación desde el 2012. Un paso más, un reto muy bonito a través del cual contribuiremos a dinamizar las actividades que surjan en el seno de los diferentes centros socio-asistenciales de SAMU y Fundación SAMU. Es un camino cuyo objetivo es ilusionante y motivador.

—¿Quién impulsa Plan Idilio?
—Es un proyecto que solo tiene sentido con el impulso y respaldo de todos y cada una de las personas que conforman la Fundación, de todos y cada uno de los centros. Desde nuestra dirección general, pasando por las direcciones de las diferentes unidades hasta el último de los trabajadores. Todos somos protagonistas de este proyecto.

—¿Cuáles son sus objetivos?
—Personalmente resaltaría la voluntad de proyectar la visualización de la marca SAMU, Fundación SAMU, dotando de una mayor originalidad y continuidad a las acciones que llevemos a cabo: actividades, jornadas deportivas, campañas de sensibilización, congresos, jornadas científicas, etcétera. Debemos trabajar transversalmente entre los diferentes recursos residenciales intercentros ideando una estrategia de organización y coordinación que unifique los diferentes servicios socio-sanitarios de la entidad. Además, nuestro objetivo es consolidar los lazos ya existentes con otras instituciones y ampliar los contactos de SAMU y Fundación SAMU con otros actores sociales. Por último, trabajar y abordar las diversas temáticas sociales (cultura, deporte, ocio y recreación, cooperación, etc), contando con todos los agentes comunitarios con el fin de generar un intercambio de recursos, humanos, económicos o tecnológicos.

—¿Qué diferencias hay entre Plan Idilio y Cuatro Estaciones?
—No hay ninguna diferencia. Ambos contienen la misma esencia, la misma raíz. Nos mueve un espíritu de aventura, investigación y crecimiento. Es el sello de la Fundación SAMU. A cada sitio que vamos, la gente nos reconoce, nos pregunta, nos insiste y demanda. Las Cuatro Estaciones por la Integración, Carrera Popular Inclusiva, Aljarafe Integra, Congreso de Discapacidad, Actividad Física y Salud, Disfrutamar, jornadas científicas de diferentes temáticas… Son las bases estructurales que dan vida a Plan Idilio.

—¿Sigue en marcha el proyecto Cuatro Estaciones? ¿Qué objetivos persigue?
—Sí. Este año hemos retomado el proyecto Cuatro Estaciones por la Integración, haciéndolo más sostenible, eso sí, pero manteniendo la misma originalidad e intentando crear nuevos lazos de amistad con diferentes instituciones. El pasado mes de abril celebramos la estación de primavera y pronto iremos desvelando las sorpresas que nos deparan las próximas estaciones. Nuestra máxima, la inclusión, además de mejorar la calidad de vida del colectivo de personas con discapacidad intelectual, que adquieran un hábito de vida saludable, la integración de los valores del trabajo en equipo, la amistad, el compañerismo, la superación, motivación y que aumenten su autoestima.

—¿Qué perfil atienden en la Residencia San Sebastián?
—A nuestro cargo hay 60 residentes, todos ellos personas con algún tipo de discapacidad o diversidad funcional intelectual que presentan trastorno de conducta.

—¿Cómo es trabajar con personas con discapacidad intelectual?
—Para mí, no hay trabajo más bonito y enriquecedor que éste. Las personas con discapacidad son un colectivo muy agradecido que reciben con mucho entusiasmo todo el trabajo que se hace con ellos. Se ilusionan con cualquier proyecto o actividad que se les proponga, por lo tanto, el feedback que recibes por el trabajo realizado es positivo al 100% y muy motivador.

—¿Qué es lo que más le gusta de su trabajo?
—Las muestras explícitas de cariño que recibo por parte de los chavales y pensar que el trabajo que realizamos les aporta felicidad y una mejora en su calidad de vida.

Almudena Chávez, directora de UED San Lucas: “Todos los que trabajamos aquí somos unos valientes”

Almudena Chávez Peinado (Sevilla, 1980), dirige la Unidad de Estancia Diurna (UED) San Lucas desde hace ocho años, especializada en la atención de personas con discapacidad intelectual con trastorno de conducta. Chávez es trabajadora social y antropóloga, además de alumna de Psicología de la UNED.

—¿Cómo fueron los primeros años de la UED San Lucas?
—Muy complicados. Hace diez años la información y la formación que se tenía sobre cómo atender a las personas con discapacidad intelectual con trastornos de conducta era muy escasa. San Lucas ha ido creciendo a la par que el propio conocimiento acerca de este tipo de personas.

—¿Cómo ha evolucionado el centro estos diez años?
—Muchísimo, sobre todo en seguridad a la hora de trabajar con ellos y la capacidad de crear pautas nuevas donde no las había. Aquí cada día es diferente y cada persona es diferente. Todo puede cambiar en cuestión de segundos, por lo que tenemos que desarrollar una gran resilencia.

—¿Cuáles son los retos de San Lucas para los próximos años?
—Como objetivo de mejora del centro, estamos impulsando unos proyectos muy específicos de ampliación de servicios, sobre todo, dirigidos a la familia. Todos los años queremos mejorar en la formación a los profesionales, además estamos trabajando para difundir mejor nuestra labor en las redes e ir más allá con programas de respiro familiar y acompañamiento en los domicilios que son algunas de las patas que le falta a San Lucas.

—Son proyectos dirigidos a los familiares, al cuidador.
—Las crisis de tipo conductuales en las personas con discapacidad intelectual que atendemos, se deben en el 95% de los casos por una inadecuada dinámica familiar, la poca o mucha aplicación de límites dentro del hogar. Sin límites, las malas conductas se descontrolan, van a más y comienza el deterioro del cuidador hasta que éste pide ayuda. Generalmente, cuando nace un niño o una niña con discapacidad intelectual, se pueden dar una serie de sentimientos en la familia, normalmente de pena, de culpa y de rechazo. Hay que saber sobrellevar estos sentimientos porque pueden generar una mala praxis dentro de la dinámica familiar. Por ejemplo, Se suele ceder mucho a este tipo de personas sin necesidad ninguna. Eso va generando una dinámica que a veces deriva en una agresión verbal, física, psicológica, de cualquier tipo, y por eso pueden llegar a este tipo de recursos, sin olvidarnos por supuesto, ni darle menos importancia, a las posibles causas orgánica de estos trastornos.

—Como profesional, ¿aprecia un rechazo por parte de la sociedad hacia este tipo de personas?
—Por supuesto, están estereotipados. Incluso en el propio ámbito profesional se producen situaciones de inseguridad y desconfianza, como por ejemplo cuando, tras años de trabajo vemos que ha remitido el trastorno de conducta de un usuario y creemos que es conveniente su traslado a un centro normalizado. A veces, cuando vamos a hacer ese traslado, los propios centros de acogida sienten desconfianza a la hora de aceptarlos porque este tipo de personas sigue dando miedo, sigue provocando rechazo, no gusta porque se cree que genera mucho trabajo.

—¿Qué se puede hacer para evitar este rechazo?
—Lo que hacemos en San Lucas. Incluirlos en muchos proyectos en la comunidad, fomentar una buena visión cuando hacemos los traslados, no dar un mensaje equivocado, dar la voz de alarma cuando se produce una broma no adecuada o un lenguaje poco apropiado, hacernos autocrítica permanentemente para no caer en actuaciones viciadas, sabiendo que es algo de lo que nadie está exento de cometer. Por ejemplo, en los primeros años de este centro hubo un trabajo intensísimo para evitar que a estas personas se les llamara niños y que fueran vestidos como niños o que trajeras cosas de niños. Esto fue un gran paso. Yo fui una gran defensora de ese cambio. Eso limitaba mucho el pensamiento hacia ellos. Son personas adultas y debemos tratarlos como adultos, independientemente de que tengan una discapacidad intelectual. Y, como éstas, hay muchas más barreras que el equipo de San Lucas ha conseguido derribar y otras muchas que aún nos quedan por eliminar.

—¿Le gusta trabajar en San Lucas?
—Mucho. Todos los que estamos aquí somos valientes y nos gustan mucho los retos. Valientes no porque nos atrevamos a estar delante de ellos aunque nos puedan agredir, que eso ya lo tenemos interiorizado, sino valientes porque somos capaces de hacer frente a la incertidumbre. Éste no es un trabajo cómodo, pero me encanta.

El debut de Idilio Escénico

La compañía de teatro Idilio Escénico, formada por usuarios de la Residencia San Sebastián, de Cantillana (Sevilla), especializada en la atención de personas con discapacidad intelectual, debutó el 23 de abril en el Colegio de Educación Infantil y Primaria (CEIP) Aníbal González de Sevilla con la obra Sinergia.

Este grupo de teatro fue fundado en enero por Alba Garrido Gata, educadora social de la Residencia San Sebastián y directora de la compañía, con el apoyo de Fundación SAMU. Idilio Escénico tiene como objetivo principal dar a conocer y desplegar las manifestaciones artísticas producidas por personas con discapacidad intelectual de la Fundación SAMU. Para ello, se organizan talleres creativos dirigidos por profesionales en las artes escénicas y las artes plásticas.

Discapacidad, arte, participación e inclusión social. Éstas son algunas de las piezas fundamentales del puzle que Idilio Escénico se ha propuesto montar a través de un proyecto con el que crear un espacio en el que se unan el mundo de las artes y el de la discapacidad. Un trabajo común entre profesionales de ambos sectores con el que contribuir al proceso creativo, social y personal de las personas con discapacidad intelectual.

“Idilio Escénico, promueve y organiza representaciones para dar a conocer a los actores y su obra, convirtiéndose en participantes de pleno derecho en el mundo del arte. Es una nueva forma de mediación e inclusión en las artes diferenciadas”, señalan desde la Fundación SAMU.

Sinergia es la opera prima de esta compañía de teatro, que debutó el 23 de abril ante los alumnos de 6º de Primaria del Colegio público Aníbal González. “La obra se centra en la idea de que las personas pueden cambiar y eliminar los aspectos más negativos de sus vidas y su personalidad”, explica la directora de la obra, Alba Garrido.

La compañía también participó el 30 de abril en el programa de actividades con motivo del Día Internacional de la Danza organizado por el Ayuntamiento de San José de la Rinconada (Sevilla).

San Lucas: Diez años de aventura

La Unidad de Estancia Diurna (UED) San Lucas de SAMU está de aniversario. Hace diez años abría sus puertas por primera vez en el barrio sevillano de Bellavista, y, para celebrarlo, el próximo martes 24 de abril, el centro organizará una fiesta en el Parque del Alamillo de Sevilla, a la que acudirán los usuarios y familiares tanto de esta unidad como del resto de centros gestionados por la Fundación SAMU, además de los profesionales de la entidad.

Hoy San Lucas atiende a más de 40 personas con discapacidad intelectual y trastorno de conducta, principalmente, pero cuando empezó sólo había 13 usuarios, según recuerda su primera directora, Rocío Álvarez, que aún continúa vinculada a la unidad como trabajadora social. “El centro ha cambiado mucho en estos diez años. Cuando llegamos no había nada de lo que ves ahora, estaba todo en obra, nosotros levantamos las paredes”, comenta la trabajadora social a la vez que atiende a Natalia, una de las usuarias del centro, que la saluda de forma efusiva.

El proyecto original, gestado por Don Carlos Álvarez Leiva, fundador de SAMU y presidente de la Fundación SAMU, estaba dirigido a personas mayores, pero la necesidad social del momento hizo que el Dr. Álvarez Leiva aceptara una petición por parte de la Junta de Andalucía para la apertura de un centro que atendiese a personas con discapacidad intelectual y trastorno de conducta.

“El primer año fue muy complicado, muy difícil, porque hace diez años no había formación ni muchos conocimientos sobre cómo atender y tratar a este tipo de personas. En realidad, nosotros hemos ido creciendo de forma paralela al propio avance del conocimiento y la formación acerca de este tipo de personas”, señala Almudena Chávez, directora del centro desde hace ocho años. “La atención especializada de personas con discapacidad intelectual y trastorno de conducta es muy nuevo. Antes eran atendidos en manicomios si además padecían una enfermedad mental o en asociaciones de personas con discapacidad intelectual sin trastornos de conducta, que no les hacía ningún bien porque estos centros no estaban preparados para atender correctamente a estas personas. Cuando nació San Lucas, había una asociación que sí atendía a este tipo de personas en residencias pero las unidades de día como San Lucas no existían. Entonces, todo era una aventura”, continúa Chávez, que además de trabajadora social es antropóloga y actualmente estudia Psicología en la Universidad Española a Distancia (UNED). “En estos diez años hemos ganado en seguridad a la hora de trabajar con ellos y la capacidad de crear pautas adaptadas a cada usuario y sus necesidades”.

La UED San Lucas cuenta con 31 plazas para personas con discapacidad intelectual con trastorno de conducta (asociado en algunos casos a una enfermedad mental), 9 para personas con daño cerebral sobrevenido y 3 plazas especiales para un perfil de discapacidad intelectual sin trastorno de conducta. “Las personas que vienen aquí presentan generalmente un perfil más autónomo que los atendidos en la Residencia Santa Ana de SAMU”, explica Almudena Chávez, que es la tercera directora de los cinco que han pasado por este centro, tras Rocío Álvarez y el enfermero Nacho Ávila, hoy en el servicio de SAMU Huelva, además de las enfermeras María Vargas y Paola Mora, ésta última actual subdirectora de la clínica de salud mental SAMU Wellness.

Uno de los aspectos que caracteriza a esta unidad desde sus comienzos son las rutas. Aquí vienen personas de Camas, Gelves, Alcalá de Guadaíra, Coria del Río y Sevilla, principalmente. Cada mañana, desde las ocho, trabajadores de la unidad realizan una ruta por la provincia de Sevilla recogiendo a los usuarios lo más cerca posible de sus domicilios. “Si no fuera por el servicio de ruta, muchas personas no asistirían porque sus familiares no pueden traerlos todos los días”, indica la actual directora de San Lucas.

Con motivo del décimo aniversario, la dirección de la unidad de día ha preparado una jornada de convivencia el próximo 24 de abril en el sevillano Parque del Alamillo. “Vamos a invitar a usuarios, familiares, asociaciones, a personal y usuarios  de la Clínica SAMU Wellness y del Centro de Acogida Miguel de Mañara, a los residentes del centro San Sebastián, en Cantillana, y Santa Ana, en Sevilla y a toda las personas vinculadas con la Fundación SAMU en general”, indica Almudena Chávez. Durante la jornada se desarrollará una serie de actividades deportivas y se desplegará una sábana para que todas las personas invitadas muestren su apoyo al proyecto San Lucas dejando la huella de sus manos en ella, además de otras muchas actividades de sensibilización e inclusión.

La UED San Lucas tiene por delante nuevos retos y ya trabaja en la mejora de su servicio con el objetivo de dar mayor difusión a la labor que aquí se realiza e impulsar nuevos proyectos relacionados con la ayuda a domicilio y el respiro familiar.

La aventura de trabajar con personas con discapacidad intelectual

Para trabajar con personas con discapacidad intelectual se necesita formación y desde la Fundación SAMU y otras entidades del sector hacen un llamamiento a la profesionalización. Escuela SAMU te ofrece la oportunidad de prepararte a través de su curso de formación especializada en la atención a personas con discapacidad intelectual y trastornos de conducta en centros específicos dirigidos a auxiliares de enfermería, técnicos de emergencias sanitarias y celadores, así como a alumnos en formación.

Trabajar con este tipo de personas es un reto, una aventura que merece la pena vivir. “Es un trabajo muy difícil porque te llevan al límite de tu paciencia. Ellos demandan mucha atención y están acostumbrados a no tener límites en cualquiera de sus acciones. Sin embargo, cuando se logra una reorientación, es un trabajo muy gratificante, ya que vives junto a ellos su proceso de cambio y evolución”, explica el especialista Rafael Rueda, fisioterapeuta en la Residencia San Sebastián de la Fundación SAMU desde 2011.

La aventura de trabajar con personas con discapacidad intelectual

En el desempeño laboral de los profesionales que trabajan en centros residenciales de personas con discapacidad intelectual, el abordaje de los trastornos de conducta supone uno de los mayores retos tanto a nivel técnico como a nivel humano.

Con este curso de Escuela SAMU, que comienza el 30 de enero y finaliza el 6 de marzo, se adquieren conocimientos sobre discapacidad intelectual, trastornos mentales y trastornos de conducta, y competencias profesionales y personales para el abordaje de los trastornos conductuales, además de herramientas para el trabajo en equipo.

Con él podrás acceder a la bolsa de trabajo de la Fundación SAMU, que cuenta con diversos centros como la Residencia San Sebastián, la Residencia Santa Ana y la Unidad de Estancia Diurna San Lucas, todas ellas en Sevilla, que trata con personas de este perfil.

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Una llamada a la profesionalización

La Fundación SAMU celebró en noviembre junto a la Universidad de Sevilla, la Universidad Pablo de Olavide y Special Olympics España el I Congreso Internacional de Discapacidad Intelectual, Actividad Física y Salud, un punto de encuentro para todos los profesionales e interesados en el deporte como medio de mejora de la calidad de vida y la inclusión de las personas con algún tipo de diversidad funcional.

El congreso arrancó a modo de previa el 16 de noviembre en el campus de la Universidad Pablo de Olavide, donde se desarrollaron diferentes talleres relacionados con la realidad virtual y la rehabilitación, el pádel adaptado, la atención temprana, los juegos inclusivos y el trabajo emocional mediante terapias lúdicas. Fueron muchas las personas que participaron y se divirtieron en estos talleres, entre ellas, los usuarios de la residencia San Sebastián de la Fundación SAMU, de Cantillana (Sevilla).

Carlos Álvarez Leiva, presidente de la Fundación SAMU, fue el encargado de abrir el congreso junto a Eric Blesa, director general de Special Olympics España; Alfonso Javier García González, decano de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Sevilla; África Calvo Lluch, decana de la Facultad de Ciencias del Deporte de la Universidad Pablo de Olavide; y Gonzalo Rivas, director general de Personas con Discapacidad de la Junta de Andalucía.

“Tenemos que dejar de ser voluntarios y ser profesionales, formarnos”, manifestó durante su intervención Carlos Álvarez Leiva. En esta misma línea, el decano de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Hispalense invitó a los alumnos asistentes al acto a “ser emprendedores” y “buscar alternativas para mejorar la calidad de vida” de las personas con algún tipo de discapacidad a través del deporte.

El deportista paralímpico Dionibel Rodríguez Rodríguez fue el encargado de inaugurar de manera oficial el congreso con una charla sobre su experiencia personal y deportiva. Dionibel Rodríguez, natural de la República Dominicana, es a sus 26 años 11 veces campeón de España en 400 metros lisos, campeón del Mundo en 2013 y diploma paralímpico por su cuarto puesto en los Juegos de Río 2016.

El deportista compartió con los presentes sus vivencias desde que llegó a España a los ocho años junto a su madre y su hermano, que también entrena con él.

“Si luchas cada día por tu sueño, se hará realidad”, comentó Dionibel Rodríguez. “Yo al principio no quería competir, pero Marcos, que siempre ha estado a mi lado, me dijo ‘quiero que vayas para que la gente vea que tienes talento’. Fui y gané el premio autonómico de la disciplina de campo a través”, indica el joven, acompañado por Marcos Herrero, director deportivo de la Asociación A la Par.

Dionibel Rodríguez ha viajado por medio mundo compitiendo. Roma, Shanghái, Río de Janeiro, Qatar, Múnich. Actualmente vive en el Centro de Alto Rendimiento (CAR) de Madrid, donde convive con otros deportistas de primera línea, entrena y trabaja como ayudante de mantenimiento. Pero no todos han sido alegrías. El joven deportista habló de sus lesiones, de cómo los nervios le jugaron una mala pasada y fue eliminado en el último Campeonato del Mundo IPC en Londres el pasado mes de julio, de su humilde familia y de cómo pasó injustamente 20 días en la cárcel dos meses antes del Campeonato del Mundo que se celebraba en la República de China, donde al final pudo competir, ganando la carrera e igualando la mejor marca. “Lloré por todo lo que tenía acumulado y por todo lo que había sufrido. Ganar fue como una descarga para mí, un desahogo”, confiesa.

En las jornadas también participaron el presidente de la Federación Española de Deportes de Personas con Parálisis Cerebral y Daño Cerebral Adquirido, Julián Rebollo, y numerosos entrenadores deportivos y expertos de la Universidad de Sevilla, la Universidad Miguel Hernández de Elche, la Universidad Autónoma de Madrid, la Politécnica de Madrid o la Universidad de Lisboa (Portugal), entre otras instituciones y entidades.