Cómo actuar frente a una lipotimia
POR Mª REYES GONZÁLEZ
Las altas temperaturas son las protagonistas esta Semana Santa. El calor es una de las causas que favorece que uno sufra bajadas de tensión, lipotimias o las llamadas bajadas de azúcar. Todas ellas tienen unos síntomas muy reconocibles: mareos, confusión, desvanecimiento, fatiga, visión borrosa, zumbidos en los oídos. En general, no suponen ningún riesgo para la salud, pero hacer pasar un mal rato no sólo a quien lo sufre, sino también a quien se encuentra alrededor del que lo padece.
Al producirse una bajada de tensión, es menor la sangre que llegar al cerebro y, por tanto, menos oxígeno. En ocasiones, además del calor, también suele estar ocasionada por la deshidratación y la falta de glucosa en la sangre, son las llamadas bajadas de azúcar. Los desvanecimientos no son más que un mecanismo de defensa del organismo para que el cuerpo se coloque en horizontal y el flujo sanguíneo llegue hasta el cerebro.
Desde SAMU te ofrecemos unas pautas a seguir en el caso de que tengas que atender a alguien con estos síntomas:
- Comprobar si la persona respira y está consciente. Ésta es la prioridad. Si está consciente, se le puede ofrecer alguna bebida azucarada o con cafeína o un caramelo. Esto ayudará a que aumente la glucosa en la sangre. Si no está consciente, es necesario llamar al servicio de emergencias.
- Tumbarse y levantar las piernas. Ante los primeros síntomas, se recomienda que la víctima se tumbe con las piernas en alto o bien se siente con la cabeza hacia abajo. De este modo, el riego sanguíneo llegará de una forma más fácil al cerebro.
- Aflojar la ropa. Si notamos que algunas de las prendas de vestir puede estar apretando a la víctima es conveniente que aflojemos su ropa. Así se facilita la respiración.
- Podemos abanicarle pero debemos recordar que no es conveniente que se produzca una multitud de gente a su alrededor. Esto agobiaría más a la víctima.
Si tras varios minutos observamos que la víctima no reacciona, debemos avisar a los servicios de emergencia. No hay que alarmarse, una bajada de tensión o de azúcar no suele ocasionar riesgos graves para la salud. La víctima vuelve a su estado natural en cuanto comience a fluir el oxígeno.