Misión SAMU Ucrania: Cinco contingentes y medio centenar de voluntarios

El 20 de mayo, cinco nuevos voluntarios partieron desde Sevilla hacia la frontera de Ucrania como parte del quinto contingente que SAMU organiza con el fin de atender a los miles de refugiados ucranianos que han huido de sus hogares ante la invasión de Rusia. Este último contingente está formado por estos cinco profesionales más otros cuatro que ya están en zona. Este grupo permanecerá en la frontera hasta el 18 de junio.

La misión de SAMU en Ucrania, que arrancó el 3 de marzo, va camino de convertirse en la segunda misión más larga de la historia de la organización, ya que en pocos días superará a la misión de SAMU en Haití en 2010, en la que también participaron cinco contingentes de voluntarios y que duró tres meses. “Acudimos a la frontera con Ucrania tan pronto como surgió el conflicto a tenor de los millones de desplazados por la guerra. SAMU siempre ha estado presente en todas las crisis humanitarias que han acaecido en los últimos años, desde la erupción del volcán de la Palma a la crisis de los refugiados de Bielorrusia. Ésta no iba a ser menos”, destaca Borja González de Escalada, vicepresidente de Fundación SAMU y, actualmente, jefe de la misión en zona.

Hasta la fecha, SAMU ha enviado 48 profesionales entre mandos, médicos, enfermeros y Técnicos de Emergencias Sanitarias (TES) de diferentes puntos de la geografía española: Madrid, Valladolid, Burgos, Alicante, Valencia, Barcelona, Cádiz y Sevilla. “Los profesionales que trabajan con nosotros de manera voluntaria son personas muy motivadas y entrenadas, con un alto grado de resiliencia ante las dificultades y muchos de ellos con experiencia previa, con espíritu de ayuda, de cooperación y de iniciativa. Llegan y permanecen con la moral muy alta, es fácil trabajar con ellos”, resalta Borja González de Escalada.

La labor de SAMU se centra en los puntos fronterizos de Tulcea (Rumanía) y Chisinau (Moldavia), donde SAMU cuenta con diferentes recursos médicos. Según datos de la propia organización, durante los dos primeros meses y medio, los profesionales de SAMU han atendido a más de 1.500 personas, la gran mayoría de ellas en Moldavia (1.324). El 68,8% de estos refugiados son mujeres. Las patologías más frecuentes (en un 54,23% de los casos) han sido no infecciosas (descompensación de enfermedades crónicas), seguidas, en un 26% de los casos, por enfermedades infecciosas (patologías respiratorias, gastrointestinales) y, en un 8%, patologías traumatológicas.

Los efectivos de SAMU están “perfectamente integrados en la estructura de respuesta” humanitaria desplegada en las fronteras de Ucrania, que de por sí cuenta con “equipos suficientemente nutridos con toda la logística sanitaria necesaria”, explica Juan González de Escalada, director del área de Emergencias de SAMU. Éste también comenta que los refugiados que llegan hasta estos dispositivos gozan de “buena situación física”, con lo que las actuaciones de los efectivos de SAMU suelen tener en estos momentos un cariz más social que sanitario.

“Proporcionamos asistencia médica básica a los desplazados y consulta de atención médica primaria y de urgencias a aquellas personas que cruzan en el ferry hasta Rumanía o están alojadas en albergues, para que tengan sus necesidades sanitarias cubiertas. En los puntos en los que trabajamos en Rumanía tenemos consulta tanto médica como de enfermería. En Moldavia, también hacemos traslados de pacientes que cruzan la frontera o de aquellos que necesitan traslado hospitalario”, continúa Borja González de Escalada.

En este dispositivo, SAMU está volcando toda su experiencia en la gestión de misiones humanitarias. Sólo en el último año, SAMU ha coordinado cuatro misiones humanitarias internacionales en los países de Dominica, El Salvador, Costa Rica y Polonia. Además, desplegó en La Palma un dispositivo de atención a los afectados por la erupción del volcán Cumbre Vieja.