Un afán insuperable de aprender y trabajar

Tres jóvenes, tres historias, tres sueños y una meta común. Una meta que sólo es posible alcanzar con esfuerzo, con perseverancia, con espíritu colaborador y con afán de aprender y superarse cada día. Ese objetivo vital no es otro que lograr una inserción laboral que les permita su completa autonomía y emancipación.

Hace ya casi un año que estos tres menores, Mohamed F., Abdolay N. y Aboubakar K. llegaron al centro SAMU de estudio y diagnóstico Cortijo, en Jimena (Cádiz). Guinea es el país de origen de Mohamed y Abdolay. Desde Costa de Marfil llegó Aboubakar Keita. Para ellos, llegar a España no fue un camino de rosas. Fue una larga y dura travesía en la que pasaron hambre, frío, soledad y miedo. Cruzaron países en conflicto, sin leyes laborales, en los que eran obligados a trabajar incontables horas al día por un ínfimo sueldo. Todo eso y más tuvieron que soportar para poder por fin conseguir llegar a Europa.

Desde su llegada al centro mostraron un gran interés por aprender y una motivación excepcional por dominar el idioma, esforzándose día a día por mejorar. También mostraron un trato amable y cariñoso, y un espíritu colaborador, educado y alegre. Son un ejemplo para todos los menores que conviven en el centro.

Si todo esfuerzo tiene su recompensa, estos menores se la han ganado. Desde agosto, Mohamed, Aboubbakar y Abdolay están realizando prácticas profesionales no remuneradas en tres empresas de la zona.

Los dos primeros realizan sus prácticas en dos talleres de automoción. Abdolay lo hace en el sector de hostelería, en un hotel en el pueblo. Los tres empresarios acogieron entusiasmados la iniciativa del Centro ED Cortijo para dar una oportunidad laboral a estos jóvenes.

Los menores realizan diferentes actividades, tanto teóricas como prácticas, permitiéndoles desarrollar laboralmente lo aprendido y brindándoles una magnífica oportunidad para su desarrollo personal. Ellos se muestran entusiasmados con sus progresos y, sobre todo, con el trato que reciben de sus compañeros. Se sienten parte del equipo.

Los empresarios colaboradores quisieron tener un gesto de agradecimiento con estos tres jóvenes que han mostrado compromiso, implicación y un afán insuperable de aprender y trabajar. Por ello, fueron invitados a disfrutar de un día en el circuito de karts de Tarifa. Acompañados por una trabajadora del centro, disfrutaron de una jornada inolvidable. Emocionaba ver la sonrisa que se dibujaba en sus caras.
Desde estas líneas, queremos mostrar el agradecimiento a los empresarios que de forma tan amable y generosa han dado esta oportunidad a tres de nuestros menores, impulsándoles en este gran paso en su camino a la emancipación.

Autor: AI Cortijo San Román