Ubuntu, mucho más que una residencia para trabajadores temporeros
Las chabolas en los campos de Lepe (Huelva) han sido durante décadas la única alternativa de alojamiento para muchos trabajadores temporeros dedicados a las campañas agrícolas. Estructuras improvisadas con plásticos y maderas recicladas, sin agua corriente ni electricidad, donde la precariedad formaba parte del día a día. Hoy, esa realidad empieza a cambiar.
Apenas un año después de su inauguración en abril de 2024, la residencia para trabajadores temporeros Ubuntu, gestionada por Fundación SAMU, ha demostrado ser un modelo de éxito en la erradicación del chabolismo en el municipio onubense. En la actualidad, 149 personas residen en el centro, que cuenta con 152 plazas. Este espacio ofrece a los temporeros un alojamiento digno, seguro y adaptado a sus necesidades.
La puesta en marcha de Ubuntu fue el resultado de una colaboración entre el Ayuntamiento de Lepe y Fundación SAMU. Este proyecto tampoco hubiera sido posible sin el apoyo de Jesús Toronjo Benítez, director general de Políticas Migratorias de la Junta de Andalucía; Adolfo Verano Domínguez, alcalde de Lepe; y Carolina Reyes González, delegada de Servicios Sociales, Subvenciones y Coordinación Administrativa del Ayuntamiento de Lepe.
El impacto de este recurso ha sido inmediato. Desde su apertura, se han desmantelado más de 220 chabolas. Quedan menos de un centenar en todo el término municipal. La Junta de Andalucía respalda este modelo como un referente en la lucha contra la infravivienda en zonas agrícolas.
«Este avance supone un hito importante para la Junta de Andalucía, el Ayuntamiento de Lepe y Fundación SAMU, y consolida esta innovadora iniciativa como un modelo a seguir», indica Carlos Carbia, coordinador de esta residencia para temporeros.
El centro está diseñado para garantizar condiciones adecuadas a sus residentes. El edificio es municipal y su construcción forma parte del plan de erradicación del chabolismo de Lepe. Dispone de 38 habitaciones con cuatro camas cada una, además de espacios comunes donde los trabajadores pueden socializar y descansar tras largas jornadas en el campo, como zonas ajardinadas, duchas, cocina-comedor, lavandería, salas de ocio, zona de taquillas, salas de reuniones, oficina y salas de formación. Un equipo de seis profesionales trabaja en turnos rotatorios para ofrecer asistencia las 24 horas del día.
Es una iniciativa social con la que se busca dar una salida habitacional al colectivo de inmigrantes que llegan al municipio para trabajar como temporeros y evitar así la creación de asentamientos de infraviviendas que se han cronificado en esta localidad en los últimos años.
Ubuntu no es solo un techo. Sus residentes reciben acompañamiento y apoyo social, lo que facilita su integración. La seguridad, la tranquilidad y el acceso a servicios básicos han sido los aspectos más valorados por los temporeros, que encuentran en este espacio una alternativa real a la insalubridad de los asentamientos irregulares.
Para poder alojarse en estas instalaciones, los temporeros pagan una cuota de 5,25 euros al día, que son 157,50 euros al mes, y pueden estar en sus instalaciones hasta un máximo de dos años.
Esta cuota se destina al sostenimiento de las instalaciones, y sirve, además, “para que estas personas, como ellas mismas demandan, no tengan nunca la sensación de que se les está regalando nada”, sino que pagan una cantidad simbólica pero que sale de su bolsillo, apuntan desde SAMU. No hay que olvidar que tener contrato de trabajo es una de las condiciones para vivir en la residencia.
Todas las personas que viven en esta residencia pasan un filtro previo del Ayuntamiento de Lepe, de modo que se valora si efectivamente reúnen todas las condiciones para beneficiarse de este servicio. Una vez que se certifica, el beneficiario comienza a vivir en la residencia. “Son personas que llevan muchos años trabajando en los asentamientos de chabolas y conocen perfectamente a estas personas, cuáles son sus necesidades, el tiempo que llevan allí, sus condiciones de vida, y son ellos los que derivan al centro de Fundación SAMU a una persona u otra”, explican, de modo que no existe el modelo de “gente que llega a la puerta, llama y entra a vivir”.
La repercusión de este proyecto ha despertado el interés de otros municipios, que estudian replicarlo. La combinación de una buena planificación y una gestión eficiente lo han convertido en una solución efectiva para dignificar la vida de los trabajadores del campo y reducir el chabolismo de forma sostenible.
El éxito de la residencia Ubuntu radica en su capacidad para ofrecer soluciones a un problema estructural. Sin embargo, su continuidad depende del compromiso de las administraciones y de la expansión de este modelo a otras zonas de alta demanda de mano de obra temporera.
Por ahora, en Lepe, 149 personas han encontrado algo que antes parecía inalcanzable: un hogar seguro, con luz, agua y estabilidad. Un paso firme hacia la dignificación de quienes sostienen con su trabajo parte de la economía agrícola del país.