Nueva misión internacional de SAMU: Polonia

Un equipo sociosanitario de voluntarios de SAMU formado por cuatro personas de diversas disciplinas (trabajador social, pedagogo, técnico en emergencias sanitarias y enfermero) acudieron en noviembre a la frontera de Polonia con Bielorrusia para realizar una incursión en el terreno y detectar las necesidades existentes y así tomar las acciones correspondientes, debido a la situación de extrema precariedad en la que se encuentran miles de personas procedentes en su mayoría de Oriente Medio y África, especialmente de países en conflicto o con una difícil situación económica tras años de guerra, como Siria, Afganistán o Iraq. El objetivo de SAMU era poner en marcha un dispositivo de atención a los refugiados.

La crisis migratoria en la frontera oriental de la Unión Europea, que empezó la primavera pasada, se ha agravado desde noviembre. Miles de personas han quedado atrapadas en tierra de nadie, vagando en difíciles condiciones por los bosques de la región que separa Bielorrusia de Polonia.

Los días más tensos se produjeron durante la primera quincena de noviembre, días en los que hubo enfrentamientos con la Policía polaca, equipada con material antidisturbios. En sólo cuatro días, más de 30.000 personas intentaron cruzar la valla de alambre de espino que separa ambos países.

Varsovia y Bruselas han acusado al régimen de Minsk de orquestar el tráfico ilegal de personas para presionar a la Unión Europea en represalia por las sanciones económicas impuestas, debido a las graves violaciones de derechos humanos en el país tras las protestas por las elecciones celebradas en agosto de 2020, cuyo resultado no ha sido reconocido por la UE.

Las autoridades polacas están viendo que no pueden con la avalancha de migrantes que están atrapados en su línea divisoria y que llegan empujados por las tropas del régimen bielorruso. El endurecimiento de sanciones o las gestiones diplomáticas para intentar tapar vuelos con destino a Minsk para refugiados iraquíes, sirios y yemeníes se escapan de la influencia de Varsovia. Y esa labor la están llevando a cabo las instituciones europeas.

La Misión Polonia, como ha sido denominada la acción de SAMU, se puso en marcha el 15 de noviembre, escasos días después de la llegada de cientos de migrantes a la frontera. El día 16, martes, se activó un gabinete de crisis, y, finalmente, el 17 se producía la salida de la expedición. Esta misión de cooperación tuvo como objetivo brindar apoyo y colaboración a las autoridades, principalmente locales, así como a las entidades que estaban prestando sus servicios en esta zona a los colectivos atendidos. El contingente de SAMU elaboró informes diarios que recogían aspectos sanitarios y sociales de la situación, y prestaron asistencia sociosanitaria. También donaron materiales a las entidades que atendían a las personas refugiadas in situ y realizaron una agenda de contactos y afianzaron posibles cooperaciones futuras.

“Los niños no entienden lo que está pasando. Ellos están bien. Son críos y al final se adaptan a lo que ven. No están tristes, se les ve felices”, asegura Ángel Jesús Casares, sevillano de 31 años y uno de los cuatro trabajadores del equipo multidisciplinar de SAMU que se trasladó desde Sevilla hasta Bialystok para trabajar con los pocos refugiados que conseguían superar la frontera. Junto al psicopedagogo Ángel Casares viajaron también el trabajador social Adrián Moreno, el enfermero Juan Manuel Tallón y el técnico en emergencias sanitarias Jesús Romero.

“Hay familias que están sobreviviendo en condiciones nefastas y tienen muchas carencias”, comenta Jesús Romero. “Antes de viajar, sabíamos que nos íbamos a encontrar con una barrera militar pero teníamos claro que íbamos a intentar acercarnos a ellos para ofrecerles nuestra ayuda. Están pasando frío y apenas tienen alimentos. Están retenidos”.

Adrián Moreno explica que en Polonia “la situación es complicada y no llega mucha información”. Todo el mundo se imagina qué ocurre allí, en el bosque, pero prácticamente nadie lo puede afirmar con exactitud. Las cifras que se manejan estiman que hay entre cuatro y cinco mil personas en medio de esa nube de árboles, según informa El Confidencial. “Tú pasas de día y no se ve nada, imagínate de noche. Allí hay bisontes, alces… Es muy peligroso. Más aún con estas temperaturas”, señala Moreno.

Entre las personas que tratan de acceder a Polonia, hay grupos familiares completos con menores a su cargo y mujeres en cinta, que son los casos más vulnerables. Pero en su mayoría son hombres de entre veinticinco y cuarenta y cinco años de edad, explican desde SAMU. Los grupos de migrantes han instalado tiendas de campaña a pocos metros de la frontera polaca y han encendido hogueras, según cuentan diferentes activistas. Entre ellos hay muchas mujeres y niños pequeños y las condiciones son extremadamente peligrosas, con temperaturas bajo cero durante la noche. En los últimos dos meses, al menos ocho personas han muerto en la zona.

El jefe de la misión de SAMU, Adrián Moreno, explica en un artículo de El Confidencial que algunos activistas solidarios se juegan hasta 15 años de prisión por llevar a los refugiados comida y ropa. “No entiendo cómo Europa consiente esto. La culpa no puede ser de quien se muere en los bosques. En otras crisis humanitarias dejan que se ayude a las personas. Al final, nosotros nos trasladamos a estos puntos para echar un cable en lo que podemos. En este contexto es más complicado de lo normal. Por la tensión política, claro, y porque están impidiendo que las entidades humanitarias colaboren”, aseguran desde SAMU, refiriéndose a la negativa del Gobierno de Polonia a dejar que las ONG entren en la zona de exclusión.

En esta misión, SAMU ha volcado toda su experiencia en la gestión de misiones de cooperación. Sólo en el último año, la entidad ha coordinado tres misiones humanitarias internacionales en los países de Dominica, El Salvador y Costa Rica. Asimismo, recientemente, desplegó un dispositivo de atención a los afectados por el volcán de La Palma, y está participando activamente, desde el inicio de la crisis migratoria, en la atención a los menores que llegaron desde Marruecos en mayo de 2021, gestionando actualmente varios de estos centros de atención a los menores.

Asimismo, SAMU viene llevando a cabo desde hace más de treinta años proyectos de carácter humanitario en numerosos lugares del mundo, y desde 2018 cuenta con presencia en Washington DC (EE.UU.) a través de SAMU First Response, cuyo objetivo es captar fondos y recibir donaciones corporativas y a título individual para llevar a cabo dichas misiones.