Casa rural Cortijo Román abre sus puertas

Tras 50 días de intenso trabajo, la Casa Rural Cortijo Román, situada en el Parque Natural de Los Alcornocales, en la provincia de Cádiz, ha abierto sus puertas y ya ha acogido en sus instalaciones a los primeros huéspedes. El proyecto, que nació como una iniciativa social para fomentar la inclusión y el empleo entre los menores del ISL Cortijo, gestionado por Fundación SAMU, ha tenido una gran acogida entre los vecinos del municipio de Jimena de la Frontera y sus alrededores, que conviven a diario con los jóvenes de este centro de inserción sociolaboral dirigido a menores extranjeros no acompañados.

Ocho chicos a punto de cumplir la mayoría de edad han participado desde el 6 de julio en este proyecto de la Casa Rural Cortijo Román, impulsado por el presidente y el vicepresidente de Fundación SAMU, el doctor Carlos Álvarez Leiva y Borja González de Escalada, respectivamente.

Durante las últimas semanas, los menores y un equipo de SAMU han acondicionado y habilitado el antiguo Cortijo Román. El objetivo final es que los chicos del ISL Cortijo, situado en el mismo pueblo que esta casa rural, sean los encargados del mantenimiento de las instalaciones y el cuidado de las zonas ajardinadas.

Los chicos implicados en este proyecto inclusivo han recibido diferentes cursos de formación a través de la Escuela de Oficios de SAMU, entre ellos, un curso básico de mantenimiento de edificios y piscinas y otros programas formativos de turismo rural, jardinería, pintura, albañilería, mantenimiento de piscinas y restauración.

Este alojamiento rural está formado por cinco casas: tres de un dormitorio y dos de dos dormitorios. Tiene una capacidad total para 14 personas, aunque es posible aumentar el número de huéspedes según las necesidades.

La Casa Rural Cortijo Román fue con anterioridad un centro de menores gestionado por SAMU. Actualmente se encontraba vacío y desde la organización se pensó en varios proyectos para darle utilidad, entre ellos, el actual proyecto de integración de turismo rural. El cortijo ha sido restaurado por los propios menores, preservando su estado rural, tradicional y costumbrista, y fomentando los espacios naturales que invitan a la relajación y al descanso.