Alba Garrido Gata: “Las personas somos más vulnerables de los que creemos”

Alba Garrido Gata (Sevilla, 1993) es la coordinadora del nuevo proyecto de Fundación SAMU dirigido a personas sin hogar en Sevilla, Córdoba y Cádiz.

—¿Cómo acaba una graduada en Educación Primaria trabajando en un proyecto dirigido a personas sin hogar?
—Me gusta aprender. Soy una persona muy curiosa. Yo creía que quería ser maestra, pero, poco a poco, me fui metiendo en proyectos vinculados a la educación social y me enamoré. De hecho, comencé a trabajar en Fundación SAMU en junio de 2017 con la perspectiva de trabajar sólo los meses de verano. Entré con funciones de monitora en la Residencia San Sebastián y ahora llevo la coordinación del programa para personas sin hogar en Andalucía y realizo labores de coordinación y seguimiento de otros proyectos y servicios del área de Dependencia e Inclusión Social de Fundación SAMU.

—¿Echa de menos su trabajo en la Residencia San Sebastián y a los chicos de la compañía de teatro Idilio Escénico, proyecto que promovió en 2018?
—Echo mucho de menos el contacto con los residentes de San Sebastián, aunque mantengo con algunos el contacto en la distancia. Del trabajo en la Residencia San Sebastián echo de menos esa libertad para proponer ‘locuras’, como la compañía de teatro. Siempre tuve la suerte de que la dirección del centro viera acertadas mis ideas, los usuarios y usuarias sintieran como suyas mis propuestas y mis compañeros y compañeras no me pusieran con las maletas en la calle (se ríe). De la compañía Idilio Escénico lo echo todo de menos. Cuando trabajas en vinculación directa con las emociones es muy difícil separarse de ello. Con el Covid-19, la actividad de la compañía decayó, pero existe un plan de vuelta a los escenarios que esperamos firmemente sea una realidad este 2023.

—Actualmente sus funciones se centra en el nuevo proyecto puesto en marcha por Fundación SAMU dirigido a personas sin hogar. ¿En qué consiste exactamente este programa?
—Se trata de un servicio de inserción social y laboral a través de pisos de baja supervisión destinados a personas sin hogar que tengan capacidad para acceder a un puesto de trabajo que le permita vivir de manera independiente. Las acciones principales son el desarrollo de habilidades de autonomía en la gestión del hogar (planificación de gastos, menús…), el asesoramiento y acompañamiento en el itinerario formativo-laboral y el apoyo social para la inclusión en la vida comunitaria. Desde Fundación SAMU realizamos un trabajo de seguimiento, orientación y acompañamiento.

—¿Cuál es el objetivo principal de este recurso?
—Acompañar a las personas en su itinerario de inserción sociolaboral mediante el apoyo en la formación, la realización de prácticas formativas y acuerdos de colaboración con empresas. El objetivo principal es que estas personas se enganchen al mercado laboral y que puedan ahorrar mientras permanecen en el servicio con el fin de que en un periodo de 8 a 12 meses puedan establecerse de manera independiente en una vivienda ajena al servicio.

—Lo que cuenta me recuerda a los Programas de Mayoría de Fundación SAMU, destinados a jóvenes migrantes que cumplen la mayoría de edad
—Sí, podemos decir que este proyecto toma como referencia los programas de mayoría. Es decir, el perfil de los usuarios es diferente, pero los objetivos y la metodología son similares.

—¿Cuál es el perfil de los usuarios?
—La gran mayoría son personas extranjeras. Hay un popurrí de nacionalidades, aunque muchos de ellos proceden de Marruecos y de la zona subsahariana. La edad también es muy variada. Los más jóvenes tienen 19 y 20 años, y los mayores, entre 50 y 55 años.

—¿De cuántos pisos disponéis y dónde se encuentran?
—SAMU presentó este proyecto de licitación pública en varias provincias andaluzas y, finalmente, logró su adjudicación en Sevilla, Córdoba y Cádiz. El proyecto cuenta con 36 pisos, 12 por provincia, y en cada uno de ellos viven 3 personas. Los pisos que actualmente tenemos en Sevilla se sitúan en Sevilla capital y la zona del Aljarafe. En la provincia de Cádiz están en la zona del Campo de Gibraltar, San Fernando, Jerez y Sanlúcar de Barrameda. Y en Córdoba, están concentrados entre Córdoba capital y el municipio de Lucena.

—¿Cómo está resultando la búsqueda de pisos de alquiler?
—Muy difícil. El precio del alquiler está disparado, de ahí que en puntos como Cádiz capital nos resulte casi imposible establecer este programa. Pero no sólo nos encontramos con un obstáculo económico. No siempre los propietarios quieren alquilarnos sus pisos debido al perfil de nuestros usuarios.

—¿Cómo han transcurrido estos primeros meses?
—El proyecto se puso en marcha en febrero. La primeras semanas, como en cualquier servicio nuevo, fueron un poco caóticas y de reajuste del servicio, con la incorporación de nuevos compañeros y compañeras en la organización, la llegada de las personas usuarias… Ahora ya todo tiene otro color, el proyecto va cogiendo forma y, en apenas dos meses, ya hay usuarios que han encontrado un empleo o han iniciado sus prácticas formativas. Es decir, ya estamos viendo el fruto del trabajo de nuestro magnifico equipo.

—¿Qué supone para usted, profesional y personalmente, trabajar en este nuevo proyecto?
—El crecimiento profesional es indudable. He dado un gran salto en las funciones de gestión de servicios y de responsabilidad al tener que coordinar el trabajo de un equipo en diferentes puntos de Andalucía. Además, ahora trabajo con un colectivo totalmente nuevo para mí. Estoy muy orgullosa y contenta de que Fundación SAMU haya confiado en mí para este nuevo cometido. Por otro lado, personalmente, este proyecto me ofrece la satisfacción de enfrentarme a un nuevo reto, me permite descubrir otras realidades, historias de vida con muchas dificultades que te hacen apreciar la suerte de no haberte encontrado en una situación de vulnerabilidad. Cuando conoces de cerca las historias de estas personas te das cuenta de que todos somos más vulnerables de lo que creemos.