La huella indeleble de José Manuel Pérez Liñán

Aunque, por la naturaleza de nuestra profesión, estamos acostumbrados a gestionar las situaciones más duras y complejas, aún hoy nos cuesta recuperarnos de la reciente pérdida de un compañero de cualidades extraordinarias, y, sobre todo, de un amigo que deja una huella imborrable en la memoria de cada uno de nosotros y en la de SAMU como colectivo. José Manuel Pérez Liñán, enfermero y docente, parte de la familia de SAMU, nos dejó hace solo unos días tras una larga enfermedad y con solo 36 años.

Nacido en Constantina , José Manuel cursó estudios de Enfermería en Melilla y fue alumno del IX Master en Atención Prehospitalaria, Catástrofes y Acción Humanitaria (antiguo Urgencias y Emergencias). Su trayectoria profesional quedó vinculada desde entonces a SAMU, donde ha trabajado durante más de un decenio en UVI Móvil y como  docente, llegando a dirigir el master del que había sido alumno. A SAMU también ha estado ligada su faceta personal, al formar pareja con nuestra compañera Caridad Vidal. A ella, como a su familia y allegados, le enviamos nuestro cariño y apoyo en estos momentos.

Sus amigos más íntimos recuerdan el carisma extraordinario, el sentido del humor único y la energía tan atractiva de José Manuel. “Donde él estaba, reinaba el buen ambiente. Mantenía contacto con muchos de sus alumnos, sabía tratar a las personas y crear equipo como ningún otro”, coinciden. Sobre el terreno, “todos queríamos estar con él por su capacidad de trabajar en equipo, su tranquilidad, por el control que mantenía de las situaciones y por su humanidad”, cualidades con las que destacó en dispositivos  de gran relevancia como el del terremoto de Haití.

De José Manuel Pérez Liñán nos queda todo lo valioso que ha dejado durante todos estos años en cada uno de nosotros, y eso es mucho e indeleble.
DEP.

El equipo de SAMU

José Manuel Pérez Liñán en Haití, 2010

José Manuel Pérez Liñán en Haití, 2010