José Bermudo, alumno de Escuela SAMU“Cuando vine y vi la escuela, supe que éste era mi sitio”

José Bermudo Sánchez (1992, La Puebla de Cazalla, Sevilla) decidió hace dos años poner al frente de su negocio a su madre y estudiar el ciclo de FP de Grado Medio de Técnico en Emergencias Sanitarias (TES) en Escuela SAMU con el claro propósito de poder ayudar a los demás.

 

—¿Por qué decidió estudiar en Escuela SAMU?
—Elegí este centro para formarme por su reconocimiento y prestigio. Escuela SAMU es un referente de la formación sanitaria, especialmente, de las emergencias. Sinceramente, creo que estudiar aquí es una de las mejores decisiones que he tomado en mi vida. Tenía muchas ganas de matricularme en el Grado Medio de Técnico en Emergencias Sanitarias. No lo había hecho hasta ahora por motivos laborales. Tenía una pequeña tienda en mi pueblo y no podía dejarla. Cuando vine para informarme, hablé con Virginia Morales, secretaria de la escuela, y vi el centro y sus instalaciones en persona supe que éste era mi sitio.

—¿Cómo conoció Escuela SAMU?
—Principalmente por internet, pero, después de buscar información en la web, un amigo me comentó que él también se estaba informado sobre la metodología del centro, los precios de los cursos y su oferta académica, entre otros asuntos.

—¿Por qué tomó la decisión de formarse en el campo sanitario?
—Yo tenía una tienda de alimentación en mi pueblo, pero siempre me ha gustado ayudar a los demás. En varias ocasiones he sido testigo o me he visto involucrado en dos accidentes de tráfico, un síncope, un ataque epiléptico o en el caso de un niño de cinco años que sufrió una hipoxia. En todos estos casos pude ayudar hasta que llegaron los sanitarios. Tras vivir estas experiencias decidí estudiar el Grado Medio de Técnico en Emergencias Sanitaria. Ahora es mi madre la que está al frente de la tienda.

—¿Qué expectativas tenía sobre el centro cuando comenzó sus estudios?
—Mi objetivo era sólo trabajar el día de mañana en una ambulancia de soporte vital avanzado, por eso me matriculé, pero, una vez en la escuela, con el tiempo, tengo nuevos retos más allá de ponerme al volante de una ambulancia. Por ejemplo, me gustaría trabajar con pacientes de salud mental o en logística. Lo que sí he tenido claro siempre es que quería trabajar en esta gran familia que es SAMU.

—¿Cree que es posible?
—Sí, de hecho, actualmente compagino mis estudios con mi trabajo en la clínica SAMU Wellness, especializada en la atención de pacientes de salud mental. Estoy muy contento tanto con el trabajo que realizo como por los compañeros que tengo porque hacen que todo sea más fácil.

—¿Cómo empezó a trabajar en SAMU Wellness?
—Durante mis estudios quería ir más allá y le pregunté a la jefa de estudios de Escuela SAMU, Beatriz Estrada, si podía realizar un voluntariado en SAMU Wellness. Quería comprobar si me sentía cómodo en el campo de la salud mental y ganar experiencia. Beatriz lo gestionó. A la dirección de la clínica le pareció bien. Empecé como voluntario sin saber realmente dónde me metía. Pero, cada día que pasaba, me gustaba más el trabajo que hacía. Tras un periodo de voluntario me llamaron para cubrir una necesidad.

—¿Cómo fue su primer año en Escuela SAMU?
—En mi primer año, especialmente en los primeros meses, recuerdo vivir mucha incertidumbre. No sabía si iba a ser capaz de adaptarme y de trabajar en el sector sanitario, entre otras cosas. Como suele decir mi instructor Andrés Rodríguez Holst, tuve que aprender a gestionar mis miserias.

—¿Qué destacaría de ese primer año?
—Lo que más me impresionó cuando llegué fue la calidad docente y la profesionalidad de los instructores, así como el modo de impartir las clases. Pero lo que más me gustó, sin duda, fueron los casos prácticos. Es cierto que soy una persona muy autoexigente y no me gusta fallar, por lo que siempre acudía a los casos prácticos nervioso y con la intención de darlo todo. Pero, sobre todo, lo que destacaría de mi primer año es la relación con los compañeros y todo lo aprendido tanto en los casos prácticos como en el aula y en los simulacros.

—Y el segundo año, ¿cómo está transcurriendo?
—Este segundo año está pasado volando. Cuando me he dado cuenta ya estábamos haciendo los exámenes de final de trimestre y eligiendo dónde vamos a hacer las prácticas. Yo, sin duda, he elegido hacerlas en SAMU. Lo que más me ha gustado este año ha sido poder colaborar en la gestión de una parte del dispositivo médico de la Maratón de Sevilla, que se celebró en febrero, y poder participar en las Olimpiadas TES. Gracias al trabajo en equipo, mi grupo quedó primero en las pruebas eliminatorias y segundos en la gran final.

—¿Qué destacaría de la formación que se imparte en Escuela SAMU?
—El lema que tienen en la escuela lo llevan al dedillo. Aprender haciéndolo. Es literal. La escuela cuenta con muchas instalaciones y escenarios diferentes, así como material de primera calidad, que te permite aprender de manera práctica desde el primer día. No hay otra escuela igual en España. Por otro lado, para ser un gran profesional es fundamental saber gestionar la incertidumbre, la inseguridad y saber priorizar las cosas. Lo primero es lo primero, lo segundo es lo segundo y lo tercero es lo tercero. Aquí te enseñan estas cosas desde el primer día. Además, gracias a los conocimientos adquiridos durante tu formación, tienes la posibilidad de participar en diferentes dispositivos de riesgos previsibles, como la Maratón de Sevilla o el festival de música de primer nivel Icónica Fest.

—Quedan pocos meses para que termine el curso. ¿Cuál será su siguiente paso?
—Me gustaría seguir formándome en salud mental y en el campo prehospitalario con cursos como el de Soporte Vital de Trauma Prehospitalario (PTHLS).

—¿Recomendaría a otros jóvenes estudiar en Escuela SAMU?
—Por supuesto que sí. Yo siempre digo que invertir en tu futuro profesional es la mejor inversión que puedes hacer cuando eres joven. Y, en concreto, en Escuela SAMU lo tienes todo: formación de calidad, casos prácticos, simulacros, grandes profesionales, dispositivos sanitarios… En mi caso personal, le estoy muy agradecido a todo el equipo de la escuela, desde su director, Thomas Couyotopoulo, hasta la secretaria del centro, Virginia Morales, pasando por la jefa de estudios y todos los instructores. Escuela SAMU me ha cambiado la vida.