SAMU en la XXXIX Maratón de Sevilla: el auxilio cuando el cuerpo supera sus límites

SAMU ha sido un año más un actor fundamental de la Maratón de Sevilla, que se celebró el 18 de febrero en la ciudad. Un total de 102 profesionales de la sanidad, las urgencias y las emergencias, entre médicos, enfermeros, Técnicos de Emergencias Sanitarias (TES), Técnicos en Cuidados Auxiliares de Enfermería (Tecae), técnicos de apoyo logístico, fisioterapeutas y personal en formación de Escuela SAMU, además de 33 vehículos (entre ellos, 12 UVI móviles y seis ambulancias SVB) formaron parte del dispositivo sanitario de SAMU en la XXXIX edición de la carrera, una de las más prestigiosas y multitudinarias del panorama nacional.

SAMU sólo ha estado ausente en una de las 39 ediciones celebradas, lo que demuestra la excelente calidad del dispositivo sanitario desplegado, así como la gran confianza depositada en la entidad por parte de los organizadores de la prueba, el Instituto Municipal de Deportes (IMD) y la empresa Motorpress Ibérica.

La Maratón de Sevilla ya es oficialmente una de las mejores carreras en ruta del mundo. Cuenta con el estatus IAAF Gold Label. Este sello se concede a las carreras en asfalto que cumplen determinados parámetros y requisitos acerca de su calidad organizativa, seguridad, nivel deportivo de la élite y marcas logradas, número de inscritos, promoción internacional, repercusión mediática y exposición de la prueba. Esto supone el broche al trabajo de los últimos años.

La Zurich Maratón de Sevilla 2024 tuvo la salida y meta en el Paseo de las Delicias. En esta ocasión, se repitió el recorrido del año anterior, en el que destaca la reducción del número de curvas, lo que favorece que los participantes mejoren sus tiempos. Los kilómetros finales discurrieron por el centro de la capital andaluza, con visita a todos los principales monumentos de la ciudad y el centro histórico. De este modo, se facilita el seguimiento por parte del público para que los participantes se encuentren más arropados y motivados en este reto que les lleva al límite. Todo esto obligó a SAMU a reestructurar en 2023 la logística de años anteriores para atender las necesidades organizativas de una prueba que cuenta con 12.000 dorsales reservados.

A SAMU le correspondió un año más la elaboración del Plan de Autoprotección (PAU) como parte del dispositivo de riesgo previsible para dar cobertura sanitaria de primera intervención a posibles urgencias, emergencias o incidentes de múltiples víctimas (IMV).

El equipo de profesionales de SAMU se citó a las seis y media de la mañana en la sede central de la organización, en la Isla de la Cartuja, dos horas antes del comienzo de la prueba. Allí, José Antonio Vázquez, director de operaciones de SAMU y mando del dispositivo sanitario de la XXXIX Zurich Maratón de Sevilla 2024, Maribel Álvarez, directora del Área Hospitalaria de SAMU, y Victoria Assaf, apoyo del mando del dispositivo de la maratón, dieron las últimas instrucciones a sus compañeros. Además, se revisó el material y se organizaron los diferentes equipos. Antes de que cada profesional ocupara su posición a lo largo de los 42 kilómetros de recorrido, todo el personal se concentró en una rampa fuera del edificio, junto a las ambulancias, para escuchar al doctor Carlos Álvarez Leiva, la voz de la experiencia.

Durante este briefing, el presidente de honor y fundador de SAMU recordó a cada uno de los asistentes la importante misión que tenían por delante y la gran responsabilidad que tenían como sanitarios. Después de estas palabras, cada equipo se marchó a sus puntos de referencia. Todos los profesionales estaban en sus puestos media hora antes del pistoletazo de salida.

El dispositivo estuvo bajo el mando de Carlos Álvarez Leiva, que actuó de director médico del servicio, y de José Antonio Vázquez, director de operaciones de SAMU. El objetivo del mismo era no sólo intervenir en la atención a deportistas, sino también en cualquier escenario de emergencias que pudiera producirse, como una avalancha o un atentado terrorista.
El dispositivo sanitario para dar cobertura a la maratón estuvo compuesto por un total de 102 profesionales de la sanidad y de las urgencias y emergencias repartidos en cinco categorías profesionales con distintas funciones organizativas, logísticas y asistenciales (médicos, enfermeros, técnicos y auxiliares de enfermería): director del dispositivo (1); médicos expertos en emergencias (17); enfermeros expertos en emergencias (26); TES (26); fisioterapeutas (2); auxiliares de enfermería (4); técnicos de apoyo logístico (15); técnicos CECOP (2); enfermeros expertos en emergencias motorizados (6); un médico especialista en cardiología; un médico especialista en traumatología y un médico especialista en cuidados intensivos.

Los recursos materiales estaban organizados en dos grandes grupos. Los primeros eran las infraestructuras fijas montadas y distribuidas en la carrera. Así, se habilitó un hospital de campaña en el Conservatorio de Danza Antonio Ruiz Soler de Sevilla para prestar asistencia sanitaria tanto a los corredores como al público del evento.

El segundo grupo incluía todos los recursos móviles repartidos a lo largo del circuito y distribuidos en 22 puntos. Éstos contaban con material de soporte vital, primeros auxilios y de desfibrilación temprana. Las UVIS móviles y puntos fijos, además, tenían un maletín polivalente y material para vía aérea.

La Zurich Maratón de Sevilla 2024 ha sido la edición de los récords en cuanto a la participación de atletas de élite (más de 250), la proyección internacional (se pudo seguir en directo en casi 400 canales de televisión de todo el mundo) y la participación extranjera, que alcanzó el 47% del total de los más de 12.000 inscritos.

“Estamos ante una edición que ya ha hecho historia muchísimo antes de celebrarse, la edición de los récords, por número de participantes, número de atletas de élite, récord también histórico de corredores internacionales, con más de 5.700 llegados de 100 países diferentes, y, por supuesto, el récord de mujeres participantes, más de 2.100, lo que supone un 17,5% de participación femenina en esta prueba que esperamos siga creciendo en las próximas ediciones”, aseguró durante la presentación de la prueba Minerva Salas, delegada de Cultura y Deportes del Ayuntamiento de Sevilla. Durante la prueba, además, se logró la mejor marca mundial del año y la sexta de todos los tiempos.

Desde SAMU explican que, en estos años, han identificado que existe una tendencia al alza en cuanto al número de intervenciones. En 2023 se realizaron 1.055 asistencias, casi el doble que el año anterior, en el que se realizaron 684. Igualmente, la gravedad de las asistencias también ha aumentado en los últimos años.

A falta del informe oficial, en esta edición se han registrado 698 asistencias sanitarias, la gran mayoría entre los kilómetros 25 y 40. Además, fueron necesarias ocho traslados a centros hospitalarios, dos de ellos fueron derivados al Hospital Virgen Macarena y los seis restantes al Hospital Virgen del Rocío, según explica Victoria Assaf, apoyo del mando del dispositivo sanitario del Zurich Maratón de Sevilla 2024.

Como en el resto de carreras de estas características, predominaron las hipotermias, la deshidratación, los síndromes gastrointestinales y los problemas musculoesqueléticos, todas ellas situaciones provocadas por el esfuerzo extremo al que se somete al organismo en una maratón, tanto en deportistas de alto nivel como en deportistas amateur.

Los más rápidos

La XXXIX edición del Zurich Maratón de Sevilla es una de las primeras maratones del año y una de las más planas de Europa. Este año, el protagonismo principal fue para el etíope Azmera Gebru, que con un registro de 2:03:27 logró el triunfo con récord incluido de la prueba en la que es de momento mejor marca mundial del año, situando de paso a la cita sevillana como la sexta mundial de todos los tiempos. El corredor africano respondió a las expectativas que le situaban entre los favoritos para rebajar en más de un minuto los hasta hoy vigentes 2:04:43, también superados en la meta por el segundo clasificado, el francés Morhad Amdouni (2:03:47), que de paso ha conseguido el récord de su país, acariciando el de Europa (2:03:36).

El espectacular mano a mano del africano y el galo desde el kilómetro 33, rompiendo el grupo cabecero antes de entrar en el Parque de María Luisa y la zona más icónica y monumental del maratón hispalense, se quebró de forma definitiva antes del paso por el 40. De esta forma, Geleta afrontó la recta final hasta el arco de meta saboreando las mieles del triunfo y su nuevo récord, que confirman el trazado sevillano como uno de los más rápidos del planeta y sitúan a la prueba como la sexta del ranking mundial de la historia.

En categoría femenina, la etíope Azmera Gebru se proclamaba vencedora absoluta con un tiempo de 2:22:13 en una carrera en la que las favoritas apenas inquietaron la plusmarca de la cita sevillana (2:18:51). Eso sí, se mantuvo la hegemonía africana: el podio de la categoría lo completaron las kenianas Josephine Chepkoech (2:22:38) y Magdalyne Masai (2:22:51).

La seguridad vial en el trabajo: por qué es vital no bajar la guardia

Millones de personas se desplazan diariamente desde sus hogares a sus puestos de trabajo y viceversa en cualquier medio de transporte: vehículo (privado o público), bicicleta, patinete, moto, bus, metro… Incluso, en determinados trabajos, el vehículo constituye la herramienta principal de los trabajadores para el desarrollo de sus funciones. Esta situación implica un riesgo latente de un accidente de tráfico. Uno de cada seis trabajadores se verá afectado por un siniestro de tráfico relacionado con el trabajo a lo largo de su vida laboral.

¿Son estos accidentes de tráfico accidentes de trabajo? La norma es muy clara al respecto, tal y como refleja el artículo 156 de la ley General de la Seguridad Social: “Se entiende por accidente de trabajo toda lesión corporal que el trabajador sufra con ocasión o por consecuencia del trabajo que ejecute por cuenta ajena”. Pero se complica cuando hablamos de accidentes de tráfico en jornada laboral: “Aquel que se produce durante la jornada laboral por motivos de trabajo”.

Este concepto engloba a su vez dos tipos de accidentes: In itinere, el sufrido por el trabajador al dirigirse o regresar del trabajo (apartado 2.a, art. 156, LGSS); en misión: Aquel sufrido por el trabajador que debe realizar desplazamientos fuera de las instalaciones de la empresa para cumplir su misión o labor asignada.
Junto a estos conceptos básicos no debemos olvidar los accidentes de conductores profesionales. Aquí hablamos de transportistas, repartidores o mensajeros.
Como factores que provocan el aumento de los accidentes de tráfico laborales, debemos destacar: Los errores humanos; los factores psicosociales y la capacidad de conducción; la motivación; las emociones; la fatiga o sueño; la conducción bajo los efectos de las drogas, alcohol o fármacos; la agresividad, el estrés y la ansiedad; el exceso de velocidad; y los estresores del ambiente de tráfico.

Una buena gestión es clave para que se mejore la seguridad laboral por parte de la empresa y sus trabajadores. Invertir en prevención no es un coste, es una inversión muy rentable: la vida tiene un valor incalculable. Por ello, SAMU Empresa Saludable ha creado una Directiva y Campaña de Conducción que estará abierta desde el 1 de julio de 2022 con una duración de un año para concienciar de la importancia de la seguridad vial. “Desde el Área de Prevención pretendemos establecer un procedimiento de comunicaciones periódicas, que redunde en concienciación de todo el personal sobre la importancia de no descuidar la seguridad vial y el cuidado y mantenimiento de los vehículos que utilizamos”, explican desde SAMU.

Programa online y presencial

El primer programa formativo online comenzó el 1 de julio y finalizará en febrero. Incluye diferentes actividades que tienen una duración media de 20 minutos y abordarán cuestiones como los requisitos, documentación y repuestos que deben llevar consigo siempre los conductores y cómo deben actuar en caso de siniestro, la importancia de mantener la atención al volante y de los elementos que pueden interferir en la conducción, y la prevención y capacidad de anticiparse utilizando todos los medios necesarios para evitar siniestros.

El segundo programa formativo será presencial: comenzará en marzo de 2023 y finalizará en junio del mismo año. Incluirá charlas con una duración de aproximadamente una hora y media para explicar que los siniestros de tráfico obedecen a unas causas y que, si las prevenimos, podemos evitarlos. “Se hará un repaso de los factores de riesgo y cómo minimizarlos o eliminarlos”, apuntan desde SAMU.

El proyecto Triple Zero de SAMU, premiado por la Universidad de Málaga

La Universidad de Málaga celebró del 28 al 30 de marzo Tecnosocial 2022, el primer Foro de Innovación y Nuevas Tecnologías en Servicios Sociales en Andalucía. Representantes de Escuela SAMU acudieron a esta cita en la que participaron profesores relacionados con el trabajo social, los servicios sociales, las ciencias sociales y la ingeniería social; profesionales del sistema público de servicios sociales, empresas, instituciones y entidades de atención a personas mayores, entre otros.
La Universidad reunió a cerca de 2.000 asistentes en torno a un programa de mesas redondas y ponencias a cargo de un centenar de profesionales e investigadores. Además, distintas empresas e instituciones, distribuidas en más de 20 expositores, mostraron los últimos avances tecnológicos en el sector.

Por parte de Escuela SAMU, su director, Thomas Couyotopoulo, fue el encargado de presentar una de las comunicaciones premiadas en este evento y seleccionadas para ser publicadas es un libro de la editorial Thomas Reuters Aranzadi Tecnología y sostenibilidad en Emergencias: Vehículo de Intervención Rápida (VIR). Esta comunicación (en la que han participado María Isabel Álvarez, Thomas Couyotopoulo, Juan González-Escalada y Alejandro Álvarez) versa sobre el proyecto de I+D−i de SAMU Triple Zero, el primer coche eléctrico alimentado por placas solares que SAMU ha incorporado a su dispositivo de emergencias.

Los objetivos específicos de SAMU eran crear un Vehículo de Intervención Rápida (VIR) de cero emisiones; reducir el impacto ecológico de Escuela SAMU, gracias a la instalación de placas fotovoltaicas en su aparcamiento; reducir el impacto ecológico de los vehículos de intervención en emergencias; y reforzar la imagen de marca responsable de SAMU.

Este vehículo, un Renault Twizy 80, se alimenta por placas solares durante el día y se abastece de electricidad proveniente de energías renovables el resto del tiempo. Con 80 kilómetros de autonomía y una velocidad máxima de 100 kilómetros por hora, el equipo de I+D+i de SAMU eligió el modelo Renault Twizy 80 por sus reducidas dimensiones, que confieren a este vehículo una maniobrabilidad excelente, permitiendo mejorar la atención sanitaria en lugares o situaciones de difícil acceso para una ambulancia.

Elisa Lallave, coordinadora de Prevención y Formación de SAMU: “Mis compañeros cuidan de las personas, y yo cuido de ellos”

Elisa Lallave (Almendralejo, Badajoz), diplomada en Relaciones Laborales por la Universidad de Sevilla, se incorporó al equipo de SAMU en mayo de 2016 con el reto de poner en marcha y coordinar el departamento de Prevención de Riesgos Laborales y Formación de la entidad, actualmente con más de 50 recursos y una plantilla que supera los 1.300 trabajadores.

 

—¿Por qué aceptaste el reto de trabajar en el departamento de Prevención de Riesgos Laborales de una empresa de emergencias como SAMU?
—En 2014 contacté con SAMU y les entregué mi currículum con el objetivo de trabajar en su departamento de recursos humanos, mi especialidad. Al cabo de dos años, en mayo de 2016 me llamaron y me ofrecieron el reto de liderar el departamento de Prevención de Riesgos Laborales y por supuesto que acepté. Era un privilegio para mí trabajar para SAMU.

—¿Cuál es su labor dentro de SAMU?
—Lidero toda las actividades de la empresa en materia de seguridad y salud en el trabajo, tanto a nivel interno (los trabajadores de SAMU) como a nivel externo (servicio de prevención ajeno, mutua, auditorías, administración…).

—¿Cómo se estructura el departamento que lidera?
—Mi departamento cuenta con dos pilares fundamentales. Por un lado están los planes de autoprotección y los planes de emergencia, que son específicos de cada centro. Se trata de una especie de manual que permite a cualquier persona, en especial a bomberos u otros servicios de emergencias, conocer el centro sin necesidad de visitarlo. En este documento se recoge toda la información necesaria sobre el centro, como por ejemplo, número de habitaciones, salidas, planos, boca de salida de agua, cómo hay que evacuar el edificio en caso de incendio o catástrofe… Todo. Es una herramienta imprescindible.

—¿Y el segundo pilar, cuál sería?
—La prevención de riesgos laborales en sí, que consiste en la evaluación, centro por centro y puesto por puesto, de los posibles riesgos laborales existentes. No son los mismos los riesgos que asume una limpiadora de las oficinas centrales de SAMU, que el educador de un centro especializado en la atención de personas con trastorno de conducta, por ejemplo. Una vez realizada esta evaluación, se informa y se forma a cada uno de los trabajadores en función de su puesto y su centro. Además, se planifican, coordinan, ejecutan y se realiza el seguimiento de medidas correctivas y preventivas para evitar posibles accidentes. En caso necesario, se hace entrega de los EPI (Equipos de Protección Individual). ¿Cómo se hace todo esto? Pues a base de información, formación, visita a los centros, hablando con los directores de los diferentes recursos, etcétera. Haciendo cosas muy sencillas se pueden evitar accidentes.

—¿Cuenta Fundación SAMU con un Servicio de Prevención Propio?
—Sí, debido al volumen de la plantilla, estamos obligados por ley. Este Servicio de Prevención Propio estaría dentro de este segundo pilar del que estamos hablando y su desarrollo ha sido posible gracias a la colaboración de mi compañera Laura Garnes Jordán.

—¿En qué consiste este Servicio de Prevención Propio?
—En la integración de la prevención en todos los niveles de la empresa y el fomento de la cultura preventiva. Nuestro objetivo es que toda la plantilla forme parte de este servicio y se implique en su desarrollo. Queremos que todos los niveles de la empresa tomen conciencia de los riesgos, se comprometan y confíen en la prevención.

—¿Cuáles son los principales retos que se plantea para el próximo año?
—Para mi departamento es muy importante el bienestar psicosocial de los trabajadores de SAMU, que se enfrentan a situaciones delicadas y estresantes. Hay que tener en cuenta que tratan con personas con discapacidad intelectual, trastorno de conducta, personas con problemas de salud mental, menores inmigrantes, pacientes críticos… La empresa ya trabaja en la comunicación no verbal, la gestión de emociones, el lenguaje no violento. Nuestro reto es escuchar a los trabajadores, saber qué les preocupa, sacar conclusiones y tomar medidas que mejoren su calidad laboral.

—¿Y otros objetivos a medio-largo plazo?
—Queremos desarrollar un manual sobre el procedimiento de prevención de riesgos laborales dirigido a todos los directores de centros, coordinadores y jefes de área; así como un protocolo de bienvenida para cada trabajador; campañas de concienciación, formación e información en colaboración con las mutuas o el servicio de prevención ajeno, como por ejemplo campañas de ergonomía para evitar lesiones de espalda, protocolos de riesgos biológicos sobre la transmisión de enfermedades como el sida, la tuberculosis o la sarna e investigación de accidentes laborales para bajar el índice de siniestralidad; además de fomentar el compromiso de la plantilla, la cultura preventiva y la constitución de un comité de seguridad donde estén representados todos los niveles de la empresa.

—La lista es larga, tiene mucho trabajo por delante.
—Me apasiona lo que hago con total compromiso, sin obviar la responsabilidad de velar por la seguridad y la salud de todo el equipo. Quiero devolverle a los trabajadores de todo el equipo de SAMU el compromiso que ellos tienen con la sociedad proporcionándoles bienestar. Son personas dedicadas a salvar vidas y acompañar a colectivos que requieren una atención especial. Ellos cuidan a las personas, y yo cuido de ellos, les escucho, quiero saber sus necesidades e inquietudes.

“El que no tiene miedo en un incendio no es un valiente, es un inconsciente”

Eduardo Sánchez (Sevilla, 1971) trabaja como bombero desde hace 17 años tras abandonar su trabajo en una empresa dedicada a la organización de eventos y decidirse por cumplir su sueño de niño. Desde hace algunos años colabora con SAMU en el desarrollo de varios cursos de formación como el de rescate en altura y el de seguridad dirigido a la plantilla de la organización.

—¿Por qué decidió ser bombero?
—Era un sueño que tenía desde niño, pero, en un primer momento, me dediqué a otra cosa totalmente diferente: la organización de eventos. Un día conocí a un bombero que me animó a presentarme a las oposiciones y así lo hice. Tenía 28 años.

—¿El riesgo de ser bombero es mayor al de su empleo anterior?
—Todos los trabajos tienes cosas buenas y cosas malas. En mi antiguo trabajo yo era el encargado de que todo saliera adelante. Me encargaba de contratar el catering, la orquesta, el equipo de luces, de sonido, la carpa… Si alguna de esas cosas fallaba, el responsable era yo y esa presión me quitaba el sueño a veces. Como bombero, tengo otro tipo de presión. Hay situaciones que te crean mucho estrés, como por ejemplo cuando alguien se encuentra atrapado. En una ocasión, el brazo de una mujer se quedó atrapado en una maquina amasadora. Ver a esa persona consciente, llorando y suplicándote que la saques de allí te crea mucho estrés. Cuando la gente ve llegar a los bomberos piensa ‘ya está el problema resuelto’, pero no es así. Cada caso es único. De hecho, la primera y única vez que he desmontado una máquina de amasar fue esa. También es un trabajo muy gratificante cuando sale todo bien. Las pasadas navidades, una chica metió los dedos en una trituradora de papel. Era una oficina llena de gente y la chica no paraba de llorar y gritar. Fue muy estresante, pero cuando salvamos su mano todo el mundo aplaudió. Fue muy emocionante.

—¿Ha pasado miedo alguna vez?
—Muchas veces. El que no tiene miedo en un incendio no es un valiente, es un inconsciente. El valiente es el que tiene miedo y lo supera. Como bombero, sabes que existe un peligro, te da miedo, por supuesto, pero sabes que tienes que hacerlo y lo haces. Tampoco te paras mucho a pensar. Sabes que tienes que entrar en un incendio y entras. Siempre quieres pensar que no te va a pasar nada.

—¿Ha vivido alguna situación que no le gustaría volver a repetir?
—Sí, especialmente incendios con mucha temperatura o con mucho humo en los que sabes que la salida está muy lejos y no puedes respirar bien. Pero una de las situaciones más complicadas fue cuando tuvimos que rescatar a dos albañiles que estaban subidos en un andamio de tres pisos de altura. Estaban derribando una casa cuando una de las paredes cedió. Cuando llegamos, los albañiles ya llevaban entre 15 y 20 minutos sujetando la pared encima del andamio. Subimos dos a relevarles, los albañiles bajaron y ahora el marrón era nuestro. Si soltábamos, la pared nos aplastaba y nos tiraba al suelo desde una altura de tres pisos. Íbamos pensando qué hacer mientras sujetábamos la pared por turnos. Al final, conseguimos sujetarla y tirarla sin riesgo, pero hubo momentos en los que pensaba que la pared podía caerme encima.

—¿Cómo surgió su colaboración con SAMU?
—Un año fui como bombero voluntario al Crisis Task Force, experiencia que repetí varios años más. A raíz de ahí conocí a Juan González de Escalada, director de la Escuela SAMU. Más tarde, fui a conocer las instalaciones de la Escuela y surgió la oportunidad de colaborar impartiendo un curso de rescate en altura. Yo estaba muy liado y tenía mucho trabajo, pero al final accedí y empecé a venir los lunes por la mañana.

—¿Cómo fue la experiencia de ese primer curso?
—Muy buena. Me lo pasé tan bien que decidí reservar los lunes para SAMU. De hecho, dos de mis alumnos, Noelia y Pablo, ambos enfermeros, están trabajando actualmente en un helicóptero de rescate en Castilla y León. Para mí, eso es un orgullo. La primera vez que hicieron un nudo en una cuerda fue conmigo y ahora están rescatando a personas en un helicóptero.

—Actualmente imparte un curso dirigido a los trabajadores de SAMU sobre seguridad y cómo actuar en caso de incendio. ¿Cuáles son los objetivos de este curso?
—Los objetivos principales son saber qué hay que hacer en caso de incendio, tener conocimientos de cómo es un incendio en realidad y aprender a usar un extintor. El 90% de la población tiene una imagen distorsionada de lo que es un incendio. Lo que vemos en la tele y en el cine no es real, y eso causa mucho daño y da una falsa seguridad.

—¿A qué se refiere exactamente?
—Si cogiera a toda la población, la sentara en mi cama y le dijera: “Voy a encender un mechero abajo, en el salón, y por cada minuto que estéis sentados en la cama os voy a dar mil euros”. Estoy seguro de que el 80% no salía de mi casa. Las personas no conocen la velocidad real de un incendio interior. Ellos conocen el fuego que ven en la televisión, donde dos personas se pelean durante media hora rodeados por las llamas, o el fuego de la chimenea o un incendio exterior, que son muy diferentes.

—¿En qué se diferencian?
—En una chimenea, el 80% de la energía y el calor se van por el tiro; y en un incendio exterior, se va todo, por supuesto. Sin embargo, en un fuego interior, toda la energía se queda ahí y se retroalimenta. En un minuto y medio, una habitación queda totalmente en llamas, y en dos minutos, todo aquel que no haya salido de la casa se queda atrapado.

—¿Cree que no somos conscientes de los peligros que supone un fuego?
—En España existe muy poca cultura de la prevención. La gente piensa que los accidentes de tráfico y los incendios sólo los tienen los demás o las personas despistadas, y no es así. Un aire acondicionado o una tele, sólo por el hecho de estar enchufados, pueden salir ardiendo, aunque estén apagados. Tampoco somos conscientes del peligro del humo, que contiene monóxido de carbono y actúa como anestesia. Cuanto más monóxido respires, más te duermes. He ido a muchos incendios en los que te encuentras a personas muertas en sus camas sin que las llamas hayan llegado a la habitación. La población no es consciente de lo importante que es tener detectores de humo en casa. ¿Sabes cuánto cuesta un detector? Seis euros.

SAMU pone en marcha un plan interno de formación en seguridad y extinción de incendios

En una apuesta por la seguridad de las personas que forman parte de la organización y por la prevención de riesgos laborales, SAMU ha puesto en marcha un programa de formación de extinción de incendios dirigido a toda su plantilla. Esta iniciativa se ha centrado de forma especial en los profesionales de los centros de acogida de menores que Fundación SAMU gestiona en diferentes puntos de España, además de en los trabajadores de las residencias y unidades especializadas en la atención de personas con discapacidad intelectual y trastornos de conducta, y de la clínica de salud mental SAMU Wellness situada en Montequinto (Sevilla).

El objetivo de estos cursos teórico-prácticos, que arrancaron hace casi un año, es formar a los trabajadores de SAMU sobre cómo actuar en caso de un incendio y, de forma particular, cómo utilizar un extintor. “Tenemos una imagen muy distorsionada de los incendios. No somos conscientes de lo rápido que se propaga un fuego y de su peligro”, advierte Eduardo Sánchez Manzanares, bombero de Alcalá de Guadaíra (Sevilla) y de la Diputación de Sevilla, además de instructor de este curso. “En mi clase pongo un vídeo donde se aprecia cómo en sólo tres minutos un salón queda totalmente calcinado”.

A través de este curso, de seis horas de duración, se pretende que los trabajadores de SAMU sepan cómo actuar en caso de alerta por fuego, que tengan conocimiento de cómo es un incendio en realidad y que, si algún día tienen que utilizar un extintor, sepan cuál es su capacidad. “Que no sea ésa la primera vez que cojan un extintor, que tengan una experiencia previa en su manejo y lo hagan con seguridad”, apunta el bombero.

Eduardo Sánchez ha viajado a los diferentes recursos que SAMU tiene en las provincias de Zaragoza, Madrid, Málaga, Córdoba o Cádiz para impartir este curso de extinción de incendios, mientras que otros trabajadores han acudido a las instalaciones de Escuela SAMU en Gelves (Sevilla) para recibir la formación, como fue el caso en julio de las plantillas del centro de Inserción Socio-Laboral (ISL) Polanco y de los nuevos recursos de El Castillo de las Guardas y Corteconcepción, todos ellos en la provincia de Sevilla.

“Aunque yo os grite, tenéis que mantener la calma. Os grito porque, si se produce un incendio, os vais a encontrar una situación muy estresante y caótica y tendréis que mantener la calma”, indicaba a algunos de los empleados del centro ISL Polanco Eduardo Sánchez, que también colabora con Escuela SAMU es sus cursos de rescate en altura desde hace varios años. “¡Apuntad a la base, al origen del fuego!”, gritaba. “¡Corre, coge otro extintor, ése está vacío!”; “Corre, corre, que te quemas”; “¡Aquí hay madera de bombero!”.

Los empleados de SAMU realizan las prácticas del curso ataviados con un casco y una chaqueta propia de los bomberos. “El calor no es el problema, sino lo que pesa la chaqueta, que te impide moverte con facilidad”, señalaba una trabajadora del centro ISL Polanco.

“El que no le tiene miedo a un incendio no es un valiente, es un inconsciente”, comentaba Eduardo Sánchez, que a los 28 años dejó su trabajo en una empresa especializada en la organización de eventos para presentarse a las oposiciones de bombero, su sueño desde niño. “Un televisor o un aire acondicionado, por el mero hecho de estar enchufados, pueden provocar un incendio, aunque estén apagados, por eso es tan importante tener en casa detectores de humo”, explicaba el bombero. “El monóxido de carbono actúa como anestesia y, por desgracia, he vivido casos donde las víctimas han fallecido mientras dormían por respirar monóxido de carbono, es decir, por el humo, no por el fuego”.

Lecciones aprendidas en los atentados de Barcelona

El atentado terrorista del 17-A en Barcelona puso a prueba la capacidad de los servicios sanitarios de emergencias, que respondieron con una enorme eficacia y profesionalidad. En unas circunstancias excepcionales, capaz de romper los esquemas de trabajo de equipos especializados en actuar al límite, el dispositivo logró atender a las múltiples víctimas en menos de tres horas y salvar decenas de vidas. Aun así, aquella tarde aciaga estuvo llena de lecciones y aprendizajes, tal y como reconoce la directora del área operativa del Servicio de Emergencias Médicas (SEM) Catalán. La doctora Judit Sánchez Castro, que estuvo al frente del dispositivo, y que compartió su experiencia con los alumnos del Máster en Atención Prehospitalaria, Catástrofes y Acción Humanitaria de SAMU y Universidad de Sevilla.

“El terrorismo está cambiando completamente la forma en la que tenemos que trabajar”, apuntó Sánchez Castro, que reconoció que, en escenarios tan complejos y duros, los profesionales sanitarios tienen que estar preparados no solo para salvar vidas, sino a conseguir perder al menor número de heridos posible: “Surge un conflicto muy duro en el momento en el que no eres capaz de llegar a todo y tienes que priorizar. Es algo para lo que no nos han preparado y que es contrario a nuestro instinto de auxilio”, reflexionó.

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De la actuación del SEM, los estudiantes y profesionales que participaron en esta jornada inaugural del máster en la Facultad de Enfermería, Fisioterapia y Podología de la Universidad de Sevilla pudieron extraer numerosas conclusiones relevantes. Como ejemplo, la activación inmediata de dos sectores en Emergencias: uno dedicado en exclusiva al atentado; y otro, completamente aislado, dedicado a seguir tomando el pulso a una ciudad en la que aquella tarde se siguieron produciendo emergencias médicas de todo tipo.

El número de recursos sanitarios se igualó al número de víctimas. 59 ambulancias participaron en la operación para atender a 139 heridos con diferentes consideraciones: 13 fallecieron en el acto, 16 estaban graves, 23 presentaban heridas leves y otros 50 resultaron prácticamente ilesos.

La red hospitalaria de alta resolución de la que dispone Barcelona influyó de forma decisiva en el éxito del dispositivo. En las 72 horas posteriores al ataque, que abarcan el periodo en el que se mide la eficacia y la capacidad de respuesta de un dispositivo, únicamente murió una de las víctimas, que llegó al hospital en estado crítico. “¿Qué hubiera ocurrido si el atentado se hubiese producido en otra ciudad con menos medios hospitalarios? Posiblemente estaríamos hablando de otra situación”, observó la directora.

El triaje en Las Ramblas fue de nuevo un punto complejo del dispositivo, debido a la dispersión de heridos a lo largo de más de 500 metros. Éste estuvo a cargo de un Vehículo de Intervención Rápida, que rastreó toda Las Ramblas. A partir de ahí, surgió la cuestión de cómo formar un área sanitaria en un espacio tan grande, “cómo adaptarse a una situación así”. Se estableció el Puesto de Mando Avanzado, en un principio, en Plaza de Cataluña, aunque, dada la dispersión de heridos, acabaron estableciéndose varias áreas sanitarias.

La doctora Sánchez Castro puso el acento en la seguridad de los propios sanitarios como una cuestión sobre la que hay que reflexionar. Admitió que su equipo entró en la “zona caliente” sin garantías de que no hubiera peligro, algo que quedó al descubierto cuando estallaron varios petardos que hicieron pensar en la existencia de uno o varios tiradores activos en el lugar. Hubo que trasladar el mando a El Corte Inglés. “Fue una falsa alarma, de lo contrario posiblemente no estaría aquí dando esta conferencia”, recordó. “Tenemos un procedimiento pero nuestras unidades tienen que adaptarse. No solo hablo de chalecos, cascos… Tenemos nuestro sistema de triaje, incluso en el más básico, pero debemos reflexionar sobre qué hacer en una situación en la que la seguridad no está garantizada. ¿Tal vez debamos mantenernos fuera? Nos han enseñado a cómo atender al crítico, a cómo salvar vidas, pero tal vez llegará un día en el que nos tengamos que mantener al margen porque tenemos que volver a casa”, reflexionó.

Otra de las lecciones cruciales aprendidas del atentado de Barcelona se refiere a la demanda de atención psicológica no solo de los heridos, sino de los damnificados, personas relacionadas con el accidente pero que son demandantes de atención (familiares, amigos, viandantes…), y, por supuesto, al propio personal sanitario que ha participado en el dispositivo, y que al día siguiente tiene que estar preparado para seguir enfrentándose a situaciones de emergencia.

La responsable del Servicio de Emergencias Médicas de Cataluña también se refirió a la trazabilidad de los pacientes como asignatura pendiente, sobre todo ante situaciones en las que la avidez de información por parte de las autoridades políticas es enorme. “Es un punto muy difícil de mejorar, pero cuando te piden información diaria, tres veces al día, de cómo están los pacientes, es complicadísimo. El recuento inicial de fallecidos en Las Ramblas fue una locura. En la zona caliente, un bombero, un médico y un policía tuvieron que hacer un barrido por la propia calle contándolos uno a uno. Es lo que al político le preocupa, porque lo tiene que decir él. La presión es brutal y es una situación complejísima para nosotros, con afectados de muchos países, y en la que no te puedes equivocar”.

Sánchez Casto advirtió que el sistema de emergencias tiene que estar preparado para estos “nuevos escenarios” que plantea el terrorismo. “Se hizo bien, pero nos queda mucho por aprender”, reflexionó, antes de admitir que, a pesar de lo «durísimo» de la experiencia, “no habría querido estar en otro lugar que no fuera allí”.

Qué hacer ante un accidente de tráfico

Ser testigo de un accidente de tráfico es una experiencia traumática. Lo normal es que no sepamos cómo actuar o temamos socorrer a las víctimas y perjudicar su vida por hacer algo mal.

Lo cierto es que, ante un acontecimiento de este tipo, todo ciudadano está obligado a prestar ayuda, aunque sea mínimamente. No solo se pueden salvar vidas si actuamos a tiempo, sino que las leyes españolas nos obligan a socorrer a los heridos.

Qué hacer si somos testigos de un accidente

Lo primero es aparcar en una zona segura, manteniendo por lo menos unos 50 metros de distancia del accidente, utilizando el chaleco reflectante si se decide bajar del vehículo. Luego se debe llamar al 112 o también se puede recurrir a las cabinas de S.O.S. situadas en varios puntos de las diferentes carreteras y decir su nombre, donde se encuentra y qué es lo que ha sucedido. Uno nunca se debe aproximar al accidente si no se está seguro de que la escena es segura, ya que esto podría hacer que la persona que intenta socorrer se convierta en otra víctima.

La mayoría de las personas, por lo general, no tienen nociones sobre primeros auxilios, por eso es necesario seguir las instrucciones que se reciban de los servicios de emergencias por teléfono antes de que lleguen al lugar del accidente.

Una vez que se ha contactado con los servicios de emergencias, estos harán preguntas sobre la situación, apoyando con instrucciones y facilitando la ayuda a las víctimas. No intente detener o redirigir el tráfico por su cuenta.

Nunca se debe intentar mover a las víctimas, ya que éstas podrían tener lesiones no visibles y su movilización podría comprometer su vida o incurrir en lesiones que produzcan algún daño permanente.

En caso de que el herido sea un motorista, bajo ningún concepto se le deberá quitar el casco, y probablemente desde emergencias indiquen que no se mueva a la víctima.

Tampoco deben arrancarse los objetos que haya podido clavarse el accidentado, a pesar de que le esté saliendo abundante sangre. Es posible que los servicios de emergencias indiquen por teléfono a la persona que está socorriendo a las víctimas que intente limpiar parte de la herida con una tela o gasa limpia, presionando la misma.

Los datos que deberán facilitarse a los servicios de emergencia

Los servicios de emergencias llevarán a cabo varias preguntas con respecto al accidente, algunas de las cuales estarán dirigidas al número de heridos que hay, el lugar exacto donde se produjo y ciertos aspectos necesarios para poder evaluar los primeros auxilios que se deben prestar en el mismo momento.

El apoyo a las víctimas es crucial, pues de éste depende que se salven vidas. Por esta razón, debe llamarse a los servicios de urgencias de inmediato. Ser testigos del accidente también favorecerá a las víctimas a la hora de hacer valer la cobertura de seguro para los gastos médicos posteriores.

 

SAMU renueva y amplía sus servicios sanitarios con el Sevilla FC

SAMU se encargará por segunda temporada consecutiva del dispositivo sanitario de los partidos que el Sevilla FC juegue en el estadio Ramón Sánchez-Pizjuán. En esta nueva temporada 2017-2018, como novedad, se ha ampliado el acuerdo con el club y SAMU cubrirá también la asistencia de urgencias y emergencias en los partidos del Sevilla Atlético, el equipo juvenil y el primer equipo femenino de la entidad sevillista, además de otras actividades en la Ciudad Deportiva del club.

Después de la exitosa experiencia de la temporada 2016-2017, SAMU renueva y amplía este servicio con el Sevilla FC. En el Sánchez Pizjuán, el equipo de SAMU despliega un dispositivo para dar cobertura sanitaria de primera intervención a posibles episodios de atención sanitaria, urgencias, emergencias y/o atención a múltiples víctimas tanto a los jugadores como a los espectadores en el estadio y el propio personal del club.

Este servicio se ha convertido en una prueba de gran éxito para la organización dada la magnitud técnica de cada evento, en un estadio con 40.000 localidades, y su enorme dimensión social. La peculiaridad principal del dispositivo en el estadio es que se trata de un recinto cerrado y con gran afluencia de público, en el que los patrones de evacuación son fundamentales.

Desvanecimientos, caídas, cortes, golpes e infartos son los incidentes más habituales en este tipo de eventos, aunque el equipo de asistencia sanitaria tiene que estar, desde antes del partido y hasta que los espectadores abandonen el estadio, en situación de alerta y preparados para intervenir frente a cualquier eventualidad.

En el primer partido de la Liga, celebrado este sábado 19 de agosto contra el RCD Espayol, SAMU desplegó un dispositivo formado por 26 profesionales, con tres médicos, ocho enfermeras y 15 TES (Técnicos en Emergencias Sanitarias), dos UVI Móvil, una ambulancia convencional, un vehículo de apoyo logístico y 10 puntos de desfibrilación precoz. Nacho Ávila, Jefe de Operaciones de SAMU, está al frente de este operativo que representa una prueba de altísimo nivel para cualquier organización dedicada a las emergencias sanitarias.

Al igual que en la temporada anterior, en este dispositivo también participarán de forma voluntaria alumnos de la Escuela de Emergencias de SAMU, lo que les permitirá profundizar y afianzar sus conocimientos y participar en la asistencia de casos reales.

Sanitarios que se convierten en rescatistas

La Escuela de Emegercias SAMU ha dado un paso más este año en su calendario de formación con la incorporación de un proyecto experimental que tiene como objetivo formar a profesionales sanitarios, de forma específica, en técnicas de rescate. Es el curso de Rescate en Entornos Cambiantes, que, además de adiestrar a estos especialistas todoterreno, tiene un carácter abierto y multidisciplinar: ha reunido cada martes en las instalaciones de Gelves, en Sevilla, a alumnos y exalumnos del centro, técnicos, personal de la plantilla de SAMU y también a personal externo relacionado con el mundo de las emergencias.

La iniciativa del director de la escuela, Juan Escalada, arrancó en enero bajo el liderazgo del bombero e instructor especializado en rescate Eduardo Sánchez. Una quincena de alumnos de diversos perfiles ha formado parte del equipo de trabajo, que se ha reunido durante la mañana de los martes en el campo de entrenamiento de Gelves. “Nuestro objetivo era que estos alumnos sepan desenvolverse en escenarios que te puedes encontrar en tu día a día, en la vida real, y que sean capaces de rescatar a personas de situaciones verdaderamente complejas”, relata Sánchez.

La formación comenzó “de cero”, con teoría. De forma progresiva, los alumnos han ido adquiriendo conocimientos y dominando técnicas. En primer lugar, trabajaron en autonomía vertical con el objetivo de que cada persona sea capaz de subir y bajar con cuerdas con seguridad y ser autosuficiente en una operación que requiera el uso de estos elementos.

Después, Sánchez y su equipo han desarrollado las más diversas operaciones de rescate en espacios abiertos y en espacios confinados: “desde un señor que está pintando una fachada y necesita asistencia sanitaria, a casos de politraumatismo que requerían inmovilización y evacuación en camilla, rescates en vertical en coche suspendido o, por ejemplo, rescates en espacios confinados como pozos o arquetas que requieren equipos de respiración y detectores de gases y explosividad”.

Los ejercicios han sido exigentes desde el punto de vista físico y también han requerido una gran concentración y autonomía por parte de todos los participantes a la hora de afrontar los rescates. A primera de cada jornada, el profesor plantea diferentes escenarios en el aula para que sean los propios participantes quienes vayan desarrollando sus planes de acción. Según explica Eduardo Sánchez, cada vez han ido demostrando más liderazgo y autonomía, aportando soluciones adecuadas para cada situación. Así, en los ejercicios de las últimas semanas, la intervención del instructor ha sido cada vez más puntual, pasando del liderazgo total en los ejercicios a una labor más centrada en la supervisión del trabajo de los alumnos y alumnas.

Aunque este tipo de formación ya se ha impartido en Escuela SAMU con anterioridad, es la primera vez que se hace de forma tan específica y sostenida en el tiempo, con prácticas de cuatro o cinco horas cada semana desde enero hasta junio, manteniendo a los alumnos activos y afianzando las técnicas con la práctica regular y con ejercicios imprevistos.

“La formación que hemos impartido es una formación de bomberos, no es habitual en el personal sanitario, pero aquí hemos ido más allá. El curso encaja muy bien con la filosofía de SAMU, que no enseña a sus alumnos de emergencias sólo a poner un vendaje, sino que les adiestra para estar en una catástrofe y saber actuar, a estar preparado para intervenir en cualquier escenario y a hacerlo de forma autónoma. En un rescate en altura o en un espacio confinado, estos alumnos ya tienen capacidad para ser autónomos, no dependerán de que los bomberos les tengan que trasladar de un sitio a otro como sujetos pasivos, y es un lujo poder trabajar con sanitarios así”, relata Sánchez.

El instructor valora la experiencia y avanza que la idea es que el programa de Rescate en Entornos Cambiantes continúe su desarrollo después del verano: “Después de todos estos meses de trabajo, como bombero puedo decir que yo me iría a intervenir en un rescate con este equipo con total garantía”, subraya.