Sebastián Girón, psiquiatra: “Una buena vinculación afectiva confiere al niño capacidad de resiliencia”

Sebastián Girón es psiquiatra del Centro de Tratamiento Ambulatorio de Drogodependencias de Cádiz. Será uno de los ponentes destacados de la jornada científica sobre el apego y su trascendencia en el desarrollo emocional que organiza Fundación SAMU el 18 de octubre. Hablamos de una teoría desarrollada en la segunda mitad del siglo pasado a partir de los estudios de John Bowlby. Este psicoanalista inglés descubrió que el bienestar psicológico depende fundamentalmente del sentimiento de “sentirse seguro”. La conclusión era evidente: las relaciones tempranas y su «calidad» son determinantes para el desarrollo de la personalidad y de la salud mental. Mary Ainsworth amplió y perfeccionó estos conceptos a partir de diversos experimentos.

Girón explica por teléfono que Konrad Lorenz (premio nobel de Medicina en 1973) ya había descubierto ese vínculo animal con su célebre experimento con gansos: cogió unos huevos y fue el primer ser vivo que vieron las crías, que a partir de entonces le siguieron como si de su madre se tratara. «En los seres humanos ese vínculo tiene la función principal a nivel biológico de garantizar la supervivencia del individuo y la especie, y además sirve para establecer la relación afectiva con el cuidador», explica Girón, antes de añadir que un apego seguro dará al niño (y al adulto, a largo plazo) la seguridad para afrontar mejor las dificultades que le presente la vida. Por el contrario, el apego inseguro les hará vulnerables al estrés y los traumas.

– ¿Qué consecuencias tiene en el desarrollo del niño la creación de un vínculo afectivo y una situación de apego “sanos”?

– La relación de proximidad que tienen los bebés con sus cuidadores cubre una doble función: que el adulto esté cercano al bebé para protegerlo en caso de peligro y que el bebé, al ser adecuadamente protegido, se perciba a sí mismo como alguien valioso y perciba a los demás como personas que van a socorrerlo en caso de necesidad. Cuando estas funciones se desarrollan de forma apropiada, el bebé establece un vínculo afectivo, es decir, amoroso, con sus cuidadores. Esa relación primaria y nutricia es básica para el aprendizaje de la autorregulación de los estados emocionales, para el desarrollo cognitivo y para nuestra capacidad de vivir en sociedad. Un bebé que ha establecido una relación de apego segura con sus cuidadores está mejor dotado psicológica y emocionalmente para afrontar situaciones difíciles de la vida. Una buena vinculación afectiva confiere al niño capacidad de resiliencia.

No obstante, la vinculación de apego no depende sólo del bebé. Al principio de la vida dispone de muy pocas conductas de apego, conductas que atraen la atención y suscitan los cuidados maternales (el llanto primero, y luego la sonrisa) por lo que son los adultos que cuidan los que tienen activadas dichas conductas y se mantienen alertas y próximos al bebé. Es imprescindible que el cuidador sea sensible a las señales de necesidad de apego del bebé, sea empático, responda lo mas adecuadamente posible (pida ayuda si se siente incapaz de atender al bebé) y de forma consistente (que la mayor parte de las veces responda de una forma parecida en los momentos en que el niño se estrese).

– ¿Qué trastornos se desarrollan a partir de un apego inseguro?

-En los años 70 y 80 del pasado siglo, un grupo de investigadores liderado por una psicóloga norteamericana, Mary Ainsworth, estudió detenidamente las conductas de apego hacia sus padres de niños de entre uno y tres años en diferentes poblaciones. Sobre dos terceras partes de los niños evaluados exhibían conductas que podían considerarse como seguras, en tanto que el tercio restante, manifestaban conductas que fueron descritas como inseguras, divididas en tres categorías distintas. Niños que no manifestaban ninguna conducta de búsqueda de proximidad en situaciones de estrés; niños que exageraban conductas de búsqueda de proximidad, sobre todo a través del llanto y de rabietas inconsolables; y, por último, un pequeño grupo de niños cuyas conductas de búsqueda de proximidad no estaban organizadas en un patrón predecible de comportamiento. De estos niños que presentaban conductas de apego inseguro, lo que se sabe a día de hoy es que son especialmente vulnerables para afrontar situaciones difíciles de la vida y que algunos de ellos podrán desarrollar en la vida adulta trastornos de la personalidad. Especialmente los niños que presentan conductas de apego inseguro-desorganizado.

– ¿Existen los grupos de riesgo en este tipo de trastornos?

– Se han realizado estudios para conocer si el resultado final de cómo es un vínculo de apego está relacionado con lo congénito o con lo ambiental. Se sabe que hay niños de temperamento fácil y bebés de temperamento difícil. Es evidente que ese temperamento influye en el cuidador. Es mucho más fácil relacionarse con un bebé tranquilo que con uno difícil. Aunque un cuidador tenga buenas cualidades, si un bebé es difícil va a haber mas riesgo de que se pueda desarrollar un apego inseguro. Sin embargo, si cuidamos del cuidador (si se le da tiempo de “recreo” con respecto a los cuidados de estos niños), el riesgo de que se desarrolle un apego inseguro en el bebé disminuye considerablemente, ya que un cuidador “cuidado” es mas tolerante a las dificultades que pueda encontrarse con su bebé.

– ¿Hay una influencia de factores socioeconómicos o culturales?

– Cuando Mary Ainsworth y su equipo realizaron sus investigaciones lo hicieron con diferentes muestras poblacionales, en diferentes lugares del mundo y con distintos estratos sociales y económicos. Y los resultados eran similares en la distribución de proporciones de apegos seguros e inseguros. El estatus económico, por tanto, no es un factor que influya directamente en el tipo de apego. Sí lo es cualquier situación que estrese a los cuidadores y que no sea bien manejada por ellos (crisis de empleo, de economía doméstica, emigración, enfermedades crónicas, muertes prematuras de miembros de la familia, etc.).

– ¿Hay una mayor predisposición a desarrollar estos problemas en los padres que a su vez los han sufrido?

– Numerosos estudios realizados sobre la transmisión intergeneracional de los patrones de apego atestiguan que efectivamente hay una mayor predisposición a que los niños desarrollen un tipo de apego similar al que su cuidador principal tuvo en su infancia. Este conocimiento ha invitado a los investigadores a tratar de averiguar qué medidas se pueden tomar para prevenir esa transmisión intergeneracional.

– ¿Se puede realizar una intervención externa para mejorar el apego?

– Claro. En este sentido, el pionero nuevamente fue Bowlby, quien se dio cuenta en los años 40 del pasado siglo, de que dedicar atención terapéutica a madres que tenían hijos con patrones de apego inseguro se traducía en una mejoría en la conducta de los niños. Parece que la condición para que se pueda revertir el tipo de apego inseguro en un niño es el establecimiento de una relación fuerte, íntima, de calidad afectiva, con un adulto disponible, cálido, consistente y empático. Cualidades que deben tener educadores o monitores que trabaje con niños, así como los profesionales de la psicoterapia. Cuanto más dañado esté el vínculo de apego en un niño, mas complicado va a ser poder revertirlo.

– ¿Se presta atención a estas cuestiones en las fases prenatal o en las primeras fases de la crianza?

– Pienso que en estos casos es mucho más fácil prevenir que tratar (o curar). Sé que en los programas de preparación están incluidos como temas a tratar, pero imagino que dependerá de la importancia y del conocimiento que los profesionales tengan para impartir esta formación. Igualmente, en los programas postnatales (el niño sano), se pueden hacer intervenciones dirigidas a detectar posibles problemas de apego y a ayudar a los padres a mejorarlos o corregirlos. A mi juicio, ese es el contexto preventivo ideal.

Cada familia establece una relación afectiva que considera conveniente con el niño o niña. Esta dimensión tan íntima y personal, de espacio familiar inviolable (excepto en casos delictivos) puede también provocar que no se detecten pautas relacionales «insanas».

– ¿Puede un educador corregir la relación afectiva establecida en una familia?

– Si no hay constancia de que se produzca un trato que pueda ser calificado como delictivo, no es posible una intervención si los padres no hacen ninguna demanda de ayuda u orientación. Y también es cierto que cada padre, como educador, establece prioridades o criterios educativos que pueden determinar cómo va a ser el futuro comportamiento del niño.

No obstante, yo subrayaría que la función educativa está relacionada, pero es distinta que la función de apego. Un niño que se está vinculando con un apego seguro con sus cuidadores, cuando empezamos el trabajo de educación (socializarlo a través de que interioricen normas) va a protestar cuando sea frustrado en algo, pero acabará asumiéndolo porque confía en que sus cuidadores lo que rechazan de él es una conducta inapropiada. Sin embargo, en un niño con un apego inseguro, el acto de reñirle puede conllevar que lo experimente como un daño añadido al que está sintiendo por esa falta de seguridad en su valía personal. En este caso la trascendencia psicológica del mismo acto de “reñir” o “corregir” al niño es completamente distinta.

Respetando las formas en que cada familia cree que debe educar, lo más importante para que el proceso de socialización sea exitoso, es que cuidemos de que el apego sea seguro. Para lo cual una buena preparación y formación en este tema de los agentes sociales que puedan detectar disfunciones del apego, así como la realización de actividades dirigidas a orientar y ayudar a los cuidadores podrían ser el mejor recurso para prevenir todos los trastornos relacionados con los apegos inseguros.

Sebastián Girón: el apego como vínculo afectivo

De los libros a la práctica en la clínica de salud mental SAMU Wellness

El recorrido teórico-práctico vivido como estudiantes del prácticum de Psicología en la clínica de salud mental de Sevilla SAMU Wellness Miguel de Mañara ha sido la experiencia más enriquecedora a nivel formativo durante nuestra trayectoria.

Decidimos apostar por este centro privado como destino de prácticas por diferentes motivos. Por un lado, la clínica SAMU Wellness presume de unas instalaciones que poco o nada tienen que ver con el modelo de centro psiquiátrico clásico. Goza de un entorno tranquilo donde predomina el verdor de la naturaleza, piscina, huerto, granja o sus salas destinadas a sesiones de grupo o reunión familiar. Además, el servicio asistencial favorece el bienestar integral de sus pacientes desde una perspectiva psicodinámica actual, diferenciándose del abordaje meramente conductual de los modelos clínicos habituales.

Por otro lado, confiábamos en no sufrir el prototipo de tareas asignadas a los estudiantes de prácticas, que se limita a actividades con poca respuesta a las necesidades formativas del alumnado. En ruptura a dicha afirmación, SAMU Wellness ha superado las limitaciones docentes de otras clínicas con el objetivo de brindarnos una formación más completa y real.

Desde esta clínica se nos ha ofrecido un día a día muy heterogéneo en el abordaje terapéutico de personas que padecen diferentes trastornos mentales. Todo el equipo multidisciplinar ha favorecido una participación activa dirigiendo nuestros conocimientos teóricos previos hacia intervenciones prácticas, tanto en sesiones individuales como de grupo, siempre previo consentimiento del paciente y supervisión del profesional correspondiente.

Además, en el centro se nos ha invitado a asistir a las reuniones y sesiones clínicas realizadas por el equipo técnico. Estas actuaciones están destinadas a integrar toda la información acerca de cada paciente en vistas a desarrollar un plan asistencial eficaz e individualizado en respuesta a sus necesidades.

Hemos sido partícipes de la favorable evolución de muchos pacientes, lo cual es el reflejo de todo el trabajo terapéutico realizado desde la clínica. Contribuir al bienestar mental de las personas de forma tan empática y cercana ha incentivado nuestra motivación interna, capacidad de reflexiva y ganas de seguir en formación.

Tras compartir entre los alumnos la valoración subjetiva realizada acerca de nuestra trayectoria en la clínica, las tres experiencias desembocan en una misma idea de crecimiento y autorrealización. Esta vivencia nos ha permitido desarrollar conocimientos académicos previos, adquirir un importante rodaje en técnicas de psicoterapia, proponer y dirigir dinámicas en beneficio formativo y, sobre todo, desarrollar múltiples capacidades de carácter tanto profesional como personal.

No podemos olvidar el apoyo y supervisión de nuestras principales referentes, Eva Fernández y Dulce Nombre Franco, y el refuerzo recibido por la gama de facultativos y personal asistencial, además del director médico del centro, el doctor Carlos Álvarez Leiva, y el director técnico, el doctor Zoilo Fernández. Nos sentimos muy satisfechos y agradecidos por habernos beneficiados de la docencia ofrecida por este equipo de alto nivel.

Artículo escrito por Andrea Osoro, Roberto Alconada y Alison Colbert, graduados en Psicología.

SAMU Wellness: apuntes sobre la esquizofrenia

La esquizofrenia es un trastorno mental grave que, según la Organización Mundial de la Salud, afecta a más de 21 millones de personas en el mundo. Muchos hemos escuchado historias de una persona con esquizofrenia más o menos cercana: un pariente lejano, el amigo de un amigo, una conocida. Sin embargo, a pesar de que afecta a tres de cada mil personas, sigue cubierta de un manto de desconocimiento.

Dice la OMS, máxima autoridad mundial de la salud, que la esquizofrenia se caracteriza por “una distorsión del pensamiento, las percepciones, las emociones, el lenguaje, la conciencia de sí mismo y la conducta”. Y cita entonces algunos ejemplos de experiencias comunes, como oír voces y los delirios. La esquizofrenia afecta más a hombres (12 millones) que a mujeres (9 millones) y sus síntomas se aprecian más frecuentemente entre los 16 y los 30 años, según Medline.

La OMS distingue tres tipos de síntomas:

  • Alucinaciones: oír, ver o percibir algo que no existe.
  • Delirios: ideas persistentes erróneas de las que el paciente está firmemente convencido incluso cuando hay pruebas de lo contrario.
  • Conducta extravagante: aspecto estrafalario, abandono del aseo personal, discurso desorganizado, vagabundeo, habla balbuceante.

Como recalca el doctor Zoilo Fernández, director técnico de SAMU Wellness, sólo un profesional de la salud mental puede diagnosticar la esquizofrenia. Aún hay un estigma asociado a esta enfermedad, lo que aconseja prudencia y minuciosidad en el diagnóstico. “Por darse en personas jóvenes, en momentos de maduración personal y de proyección de su futuro individual y social, las manifestaciones han de valorarse de manera muy minuciosa y por un equipo y en un tiempo suficiente de observación y estudio”, explica el experto.

Aunque la causa de la esquizofrenia sigue siendo desconocida, los expertos citan a la genética y los factores ambientales como factores probables. Zoilo Fernández explica que gracias a los avances en el estudio del genoma humano comienzan a identificarse “factores predisponentes de la aparición de la enfermedad”. Sin embargo, aclara: “En absoluto se han identificado los factores causales o etiológicos”. Es decir, el origen de la enfermedad.

Pese a que la esquizofrenia tiene un origen desconocido y sigue sin tener cura, es tratable gracias a la farmacoterapia y al apoyo psicosocial. “La enfermedad esquizofrénica tiene un origen multicausal y desde esa misma perspectiva hay que enfocar su tratamiento“, explica el doctor, que aboga por un estudio bio-psicosocial del paciente, para ofrecer un tratamiento “global e integrador” que incorpore, según un objetivo terapéutico individual, la amplia variedad de avances farmacológicos o de técnicas de psicoterapia y de “movilización personal” que se pueden aplicar.

Como explica Zoilo Fernández, la evolución de la enfermedad dependerá más del tratamiento y la intervención que con la propia “identidad fisiopatológica intrínseca” de la esquizofrenia o su manifestación: “Es un hecho constatado la muy diferente evolución que puede tomar la enfermedad en un medio socio cultural bajo o alto, o la disponibilidad de recursos terapéuticos aplicados en unos casos u otros”.

Fundación SAMU organiza una jornada científica sobre el apego

La Fundación SAMU, en colaboración con la Consejería de Igualdad y Políticas Sociales de la Junta de Andalucía, la Fundación CEU San Pablo Sevilla y SAMU Wellness, organizará en octubre una jornada científica sobre el apego como vínculo afectivo en la que diferentes profesionales y expertos compartirán experiencias en infancia y adolescencia.

Este encuentro está dirigido a profesionales que trabajan en atención a la infancia en áreas como los servicios sociales, servicios psicojurídicos, equipos psicopedagógicos, personal docente o de salud mental (psicólogos, médicos, trabajadores sociales, titulado en enfermería, pedagogos, sociólogos, técnicos en educación infantil, educadores), así como todas aquellas personas interesadas en los contenido de las jornadas.

Entre los ponentes participantes destacan Sebastián Girón García, psiquiatra del Centro de Tratamiento Ambulatorio de Drogodependencia de Cádiz; Pepa Horno Goicoechea, responsable del departamento de Promoción y Protección de los Derechos de la Infancia de Save de Children; y la profesora de la Universidad de Sevilla Maite Román, del departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación, entre otros.

Las inscripciones están abiertas en la página web www.samucongresos. También es posible solicitar más información en info@samucongresos.es.

Guía rápida de Mindfulness

La práctica del mindfulness está de moda. Copa titulares, aparece en la oferta formativa de decenas de centros y universidades y se recomienda para solucionar los problemas más variados. Algo tendrá el mindfulness cuando su aplicación a los males modernos como el estrés, la ansiedad y la depresión crece cada día. Pero, ¿sabemos qué es? ¿Cuándo se aplica? ¿Para qué sirve? Para responder a estas preguntas, hablamos con la experta en mindfulness, psicóloga y terapeuta de SAMU Wellness Dulce Nombre Franco.

Mindfulnesses, traducido literalmente del inglés, “atención plena”. En las sociedades modernas, nuestra atención salta de un punto a otro. Daniel Kahneman, psicólogo y Premio Nobel de Economía, cree que pasamos por unos 20.000 “presentes psicólogicos” cada día, lo que significa que abrimos una “ventana nueva” cada tres segundos. Esta acumulación de estímulos limita nuestra capacidad y puede llegar a saturarnos.

El mindfulness trata de despejar el ruido ambiental y emocional al que estamos sometidos. “Mindfulness nos entrena para centrarnos en la tarea, a través de una defusión cognitiva, nos ayuda a ser espectadores de nuestros pensamientos, tomar cierta conciencia de qué nos está pasando, qué sentimientos nos están viniendo y a dejarlos estar con nosotros “, explica.

Por razones obvias, el principal campo al que se está incorporando es la Psicología. La experta de SAMU Wellness destaca que el “mindfulness sirve como faro que nos alumbra algunas carencias, dificultades personales”. Por eso, en la práctica occidental de la escuela europea se despoja al mindfulness de los elementos religiosos que pudieran tener en la cultura oriental, para mantener la herramienta básica: la meditación.

Dulce Nombre es responsable del curso de mindfulness SAMU Wellness y especifica que este sigue el protocolo MBSR. Por sus siglas en inglés, “reducción del estrés basado en el mindfulness“. ¿Qué significa esto? Los instructores deben tener unas “horas de vuelo”, es decir deben practicar mindfulness antes de poder impartir una práctica. Además, el protocolo incorpora unas pautas comunes, un hilo único.

“Quien viene nota que algo está pasando en su vida, que no termina de encajar bien y necesita una atención. Quizá no lo relaciona con una patología o trastorno mental grave, pero ve que sus mecanismos de defensa no valen para reorganizar su circunstancia actual”. Es un inicio de transformación personal y conocimiento de sí mismo, comenta Dulce Nombre. Para realizar un curso de mindfulness no es necesario tener un diagnóstico clínico que aconseje un tratamiento psicológico sino, simplemente, “sentir una necesidad emocional, por una situación de estrés o vital, de reflexionar con respecto a su situación”.

Como explica la psicóloga y terapeuta de SAMU Wellness, con la práctica de mindfulness se pretende desarrollar una “mente de testigo”, “tener una conciencia de que este momento está pasando y relacionarme con él de otra manera”, sin juzgar. Entre sus beneficios, esta disciplina ayudar a mejorar la salud física y psíquica, desarrolla capacidades personales como la gestión del estrés o la comunicación, y, por último, puede contribuir a mejorar las relaciones personales.

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Hospital de día de SAMU Wellness: la inmersión terapéutica

En nuestra clínica de salud mental en Sevilla SAMU Wellness ofertamos un programa de Hospital de Día basado en una hospitalización parcial. Es un recurso ambulatorio con una programación concreta y delimitada en el tiempo que brinda servicios clínicos estructurados, coordinados e intensivos dentro de un ambiente terapéutico seguro. Es un dispositivo asistencial de tratamiento activo de la patología psiquiátrica en régimen de día.

La intencionalidad de este recurso es que los pacientes se impliquen en su proyecto vital con unos objetivos individualizados. Estos les permitirán organizarse en su día a día mediante una planificación, logrando la rehabilitación personal y social.

En el programa de Hospital de Día de la clínica de salud mental SAMU Wellness Miguel de Mañara, el paciente será atendido por un equipo multidisciplinar, formado por terapeutas ocupacionales, psiquiatras, psicólogos, enfermeros, técnicos sanitarios y auxiliares de clínica. Desde nuestro modelo de Hospital de Día y Rehabilitación Psicosocial, todo el personal de la clínica SAMU Wellness recibe formación continuada en salud mental y son parte del programa terapéutico y del día a día de los pacientes.

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Maribel Álvarez: “La formación en igualdad para todo el sector sanitario es clave”

Desde octubre, Maribel Álvarez Leiva (San José de la Rinconada, Sevilla, 1957) ostenta el cargo de presidenta del Comité de Igualdad de SAMU, rol que compagina con sus funciones como directora de posgrados de la Escuela SAMU y subdirectora de la Clínica de Salud Mental en Sevilla Samu Wellness.

—¿Qué significa SAMU para usted?
—Para mí, SAMU es una gran escuela. Es una empresa familiar en la que he trabajado mucho y que me motiva laboralmente. Me aporta ilusión a la hora de emprender nuevos proyectos y, lo más importante, me ofrece un aprendizaje continuo .

—¿Cuándo se incorporó a SAMU?
—En 2004 , cuando se abrió la residencia de mayores San Isidoro, en el centro de Sevilla. Yo soy enfermera y mi función era apoyar a la dirección en el montaje de la unidad de enfermería. Ahora tengo varias funciones, estoy en varios sitios. En la Escuela SAMU me encargo de la dirección de los posgrados y en la clínica de salud mental SAMU Wellness, de la subdirección del centro. También soy responsable de la gestión y puesta en marcha de los nuevos proyectos de SAMU hasta que dan sus primeros pasos.

—Recientemente ha sido nombrada presidenta del Comité de Igualdad de SAMU. ¿Cuándo se creó este comité?
—Se configuró en octubre de 2017 a raíz de la elaboración por parte de la empresa de un Plan de Igualdad y está formado por nueve personas, cinco mujeres y cuatro hombres. SAMU está muy comprometido con la igualdad de oportunidades y era necesario establecer un instrumento que incorporara este compromiso en el funcionamiento y gestión diaria de SAMU.

—¿Cuáles son los principales objetivos de este comité?
—Velar para que en la empresa se cumpla el principio de igualdad de trato y oportunidades entre mujeres y hombre, y sensibilizar a la plantilla sobre la importancia de incorporar la igualdad de oportunidades en la política de la empresa y la necesidad de que los trabajadores participen activamente en el desarrollo de las diferentes fases que va a poner en marcha el Plan de Igualdad y velar por el cumplimiento de dicho plan, entre otros.

—¿Cuáles son las principales demandas de la plantilla de SAMU en este sentido?
—Lo primero que hice como presidenta de este comité fue realizar una encuesta entre los trabajadores que nos permitió saber qué opinan sobre la igualdad en la institución y ver en qué debemos mejorar. Los resultados de esta encuesta mostraron una alta demanda en formación en igualdad por parte de los trabajadores.

—¿Y qué opinan los empleados?
—Un alto porcentaje cree que el lenguaje que se utiliza no es sexista, que se contrata y promociona a los trabajadores en igualdad de condiciones, que no existen desigualdades retributivas por razones de género y que la empresa favorece la conciliación familiar y laboral. Aunque, como contrapartida, opinan que los criterios de promoción no se hacen suficientemente públicos y que existen dificultades para el acceso de la mujer a puestos directivos. Además, proponen el fomento de actividades deportivas dirigidas a las mujeres residentes en los centros de la Fundación SAMU y la elaboración de un procedimiento público de promoción interna basado en la meritocracia.

—¿Cuántas mujeres forman parte de la plantilla de SAMU?
—En Grupo SAMU, las mujeres representan el 50,93% del total de trabajadores. Este porcentaje es mayor en la Fundación SAMU, que engloba los centros de menores y las residencias de personas con discapacidad. Aquí el dato es del 73,23%.

—¿Cree que existen desigualdades en el sector sanitario en general?
—No creo que haya desigualdades por razón de género en el sector sanitario ni en el ámbito de las emergencias, aunque en el campo de los Técnicos de Emergencias Sanitarias (TES) si se ven más hombres que mujeres trabajando. Uno de los motivos creo que puede ser el tipo de trabajo que estos profesionales desarrollan, más físico, como el traslado y transporte de pacientes, y por el hecho de que pocas mujeres disponen del carné necesario para manejar ambulancias.

—¿Qué aspectos cree que deben mejorar dentro del sector sanitario?
—Para mí es clave la formación en igualdad de todo el sector, desde la dirección hasta el último trabajador, así como la realización de una fotografía de la opinión de los trabajadores de la empresa. De este modo, se podrá crear conciencia en igualdad y mejorar los aspectos que cada sector considere oportuno.

Zoilo Fernández, psiquiatra de SAMU Wellness: “Los manicomios no podían seguir existiendo”

El doctor Zoilo Fernández  (Trigueros, Huelva, 1945) colabora como psiquiatra en la clínica de salud mental de Sevilla SAMU Wellness desde su apertura en 2017. Durante su extensa carrera destaca su paso como director del Hospital Psiquiátrico de Teruel y del Instituto Psicoanalítico de Zaragoza, además de su trabajo en la unidad de salud mental del Hospital Virgen del Rocío de Sevilla.

—Como director técnico y médico especialista en psiquiatría de la clínica SAMU Wellness, ha participado en su diseño asistencial desde el principio. ¿Por qué se ha apostado por un tratamiento que integra a distintos profesionales?
—Hoy, el tratamiento de la enfermedad mental es global e integrador. No podemos abordar la curación de una persona enferma sin atender también sus circunstancias vitales, su biografía, su interrelación social y, por supuesto, su biología. Esto requiere a múltiples profesionales, cada uno especializado en un campo de la terapéutica, para así abordar la alteración biopsicosocial del paciente.

—¿Cuál es el perfil de los pacientes que atiende en SAMU Wellness?
—El perfil es muy variado. Desde trastornos leves neuróticos y todo tipo de alteraciones de la conducta hasta enfermedades mentales más significadas como la depresión, el trastorno bipolar o las psicosis. Pretendemos dar una atención integral con las terapias más actuales y luchar contra la idea de la estigmatización de los trastornos mentales.

—¿Cómo se trabaja el problema de la estigmatización?
—Lo que prima en nuestro centro es preservar y cultivar en el paciente la dignidad ante su vida y su intimidad y el respeto a su libertad personal. Es el primer paso para que el paciente se perciba como persona y conciba su trastorno como otra enfermedad más. Y éste es el mensaje que hay que transmitirle a las familias, amigos y a la sociedad en general cuando el paciente sale del centro. Desgraciadamente no podemos borrar esa percepción negativa y ese miedo anclado históricamente en la sociedad.

—Usted trabajó durante 15 años en un hospital psiquiátrico tradicional, ¿qué aprendió de esa etapa?
—Aludiendo a una frase de la película Blade Runner, ‘he visto cosas que vosotros no creeríais’. Durante este tiempo me di cuenta de que los manicomios no podían seguir existiendo, que el tratamiento de las enfermedades mentales no era encerrar a los pacientes excluyéndolos de la sociedad, ni quitarles la dignidad como persona porque tuviesen sus facultades mentales alteradas. Luego, me formé como psicoanalista y me incorporé al Instituto Andaluz de la Salud Mental, donde me encargué del desmantelamiento de los hospitales psiquiátricos en Andalucía y de la planificación de la Rehabilitación en Salud Mental para los pacientes crónicos.

—¿Por qué existe ese miedo y rechazo de la sociedad a los hospitales psiquiátricos tradicionales?
—Porque allí se excluía a las personas de la sociedad, les anulaban sus derechos fundamentales y se les privaba de libertad sin fecha, lo que provocaba en el paciente nuevas enfermedades añadidas: la institucionalización, la cronificación y el deterioro personal y social. La sociedad era conocedora de todo ello pero negaba la evidencia. Rechazaba su propia acción condenándola a la marginación y al alejamiento de la comunidad.

—Cambiando de tema, ¿cree que los hábitos y el ritmo vida actual afectan a la salud mental de las personas?
—Todas las generaciones atribuyen a los nuevos cambios sociales una repercusión en la salud mental. El hombre tiene una enorme capacidad de adaptación para asumir cualquier cambio social y continuar en su evolución de maduración y crecimiento. Hace una generación, con el incremento de los divorcios, los hijos únicos, los hijos monoparentales, el fomento del juego o los tóxicos, los especialistas estábamos convencidos de su repercusión negativa, y no es así. Cuando la generación de hoy se enfrente a la de mañana dirán lo mismo: ‘Como viven no es bueno para su salud mental’.

—Pero hay un incremento de las depresiones y la demanda de ayuda psicológica.
—Sí, y también hay un incremento de la oferta de las técnicas especializadas en bienestar personal. La soledad, la frustración, la tristeza o la angustia existencial están presentes en el lenguaje cotidiano. La sociedad encuentra no sólo nuevas formas de expresiones ante los sentimientos de siempre, también las ayudas que se solicitan se adaptan a esos posibles nuevos remedios que se ofrecen y ambos se retroalimentan. Hoy es más fácil pedir ayuda médica y que te prescriban fármacos que apoyo espiritual o consejo.

—¿Y las nuevas tecnologías? ¿Cómo afectan a los más jóvenes?
—Un cerebro, una personalidad, un ser social en crecimiento requieren que los estímulos para su desarrollo no estén monopolizados en una sola dirección. Pero el cerebro está preparado para recibir y adaptarse al mundo que le espera. En ese punto está la clave del proceso de maduración.