Apoyo psicológico frente al Covid-19: La voz al otro lado del teléfono

Un gabinete formado por doce psicólogos de SAMU, principalmente de la clínica de salud mental SAMU Wellness, y de consultas privadas, todos ellos especializados en Psicología Clínica, ofrecen apoyo psicológico a pacientes y familiares del Hotel Alcora (Sevilla) y la Residencia de Tiempo Libre El Burgo de la Línea de la Concepción (Cádiz). Estos profesionales también asisten a trabajadores de SAMU que intervienen en el traslado de pacientes en Madrid o en alguno de los centros medicalizados mencionados anteriormente. Desde que se puso en marcha este servicio a finales de marzo, se han realizado más de 400 intervenciones psicológicas.

“El proyecto nació tras observar la magnitud creciente de los casos y las medidas de confinamiento tomadas para su prevención. Pensamos en las consecuencias psicológicas que podría sufrir la sociedad y cómo podríamos ayudar desde nuestra experiencia. Al mismo tiempo, se estaban gestando dos proyectos sanitarios dentro de SAMU: la apertura del Hotel Alcora como centro medicalizado de recepción de pacientes positivos derivados de residencias de ancianos, y el traslado de personas mayores de la residencia de Alcalá del Valle hasta la Residencia de Tiempo Libre El Burgo, en La Línea de la Concepción”, explica Roberto Alconada Padilla, psicólogo de SAMU Wellness y coordinador de este proyecto.

El trabajo de estos psicólogos se basa principalmente en gestionar la angustia de los familiares de los pacientes ingresados, ofrecerles información sobre su traslado y estado de salud, contener las respuestas emocionales a la situación de crisis que se presenta por tener a un familiar positivo en Covid-19 y ofrecerles herramientas para afrontar la situación cuando la persona se ve desbordada. Todo ello, de forma telemática.

“Otro trabajo ha sido el de gestionar la angustia de los propios usuarios ingresados. Muchos de ellos han presentado sintomatología ansioso-depresiva, crisis de angustia y desorientación”, continúa Roberto Alconada.

También se ofrece apoyo y tratamiento psicológico a los profesionales sanitarios, piezas claves en este proceso. “Estar lejos de la familia, o exponerse a situaciones de riesgo y de desgaste por los equipos de protección individual utilizados durante la jornada laboral pueden llevar a un desbordamiento de la situación que puede desencadenar en síntomas postraumáticos”, señala.

Las intervenciones se realizan de forma telefónica o por videollamada. Dependiendo del caso, se hacen sesiones diarias, semanales o quincenales.

“Lo más duro son las situaciones de duelo tras el fallecimiento de un familiar. Los familiares no pueden despedirse en condiciones de su ser querido. En el mejor de los casos podrán despedirse del difunto una vez acabe la crisis, fecha que nadie conoce. Por esta razón, en los centros gestionados por SAMU, la realización de videollamadas es algo primordial y de vital importancia”, destaca el psicólogo. “Estar lejos de un familiar contagiado resulta una situación vital estresante, más aún si la persona está en fase terminal. Para la familia es muy importante estar ‘presente’ aún en la distancia. Poder acompañar a su padre o madre en sus últimos días permite que la situación posterior de duelo sea más fácil de llevar”.

“También estamos tratando duelos de familias a las que no se les ha permitido despedirse de su ser querido en otros hospitales de España. Nos estamos encontrando familias muy desbordadas, situaciones que pueden desencadenar en duelos complejos por la mala gestión del fallecimiento. Nuestro gabinete de psicología acompaña a la familia antes, durante y después del fallecimiento”, continua Roberto Alconada.

El psicólogo de SAMU Wellness destaca que a la sociedad no se le ha preparado para esta pandemia y que cada persona tiene que utilizar sus propios recursos para hacer frente a esta situación. “Si contamos con herramientas útiles saldremos airosos de esta crisis, pero si las herramientas con las que contamos (o la situación en la que nos encontramos) no son las mejores, contar con un equipo de psicología que pueda ayudarnos a adquirir estrategias de afrontamiento más adaptativas es algo muy beneficioso. Saber que al otro lado del teléfono hay una persona que te escucha, entiende por lo que estás pasando y te ofrece técnicas para gestionar la situación hace que la situación de crisis se lleve de una forma más saludable y con el menor impacto emocional posible”.

Pacientes de salud mental: un grupo de riesgo olvidado en esta crisis sanitaria

La crisis social generada por el virus Covid-19 ha conllevado el establecimiento de medidas extremas por parte de los estados para controlar la expansión del virus. En España, el estado de alarma declarado el 14 de marzo ha impuesto importantes restricciones que limitan la cotidianeidad de las personas. En concreto, el confinamiento en los hogares es una de las medidas que podrían tener efectos psicológicos notables. Entre las cuestiones que pueden influir en esta evolución, están factores específicos del estresor: duración, impredecibilidad y nivel de repercusión, entre otros. En la situación actual, los factores implicados son múltiples y carecemos de referencias para poder cuantificar su impacto.

Una situación de carácter traumático

Nuestro cerebro está sufriendo estrés postraumático, en un grado u otro, en función de la capacidad individual y de la experiencia previa y los mecanismos que utilicemos para que esta situación se vaya integrando. El cerebro reacciona desde el sistema reptiliano ante este tipo de situaciones inesperadas, súbitas y traumáticas, y una de las funciones que tiene ese sistema es, a veces, desconectarse para atacar o correr, o congelarse realizando conductas agresivas, pasivas o drásticas de manera automática.

En muchas personas esta situación estresante va a conectar con experiencias similares anteriores no resueltas. En consulta hay a quien la situación de estar en casa “encerrados” les está precipitando recuerdos infantiles de castigo, de miedo y de pérdida de libertad. Otras personas más mayores están recuperando recuerdos narrativos de sus abuelos que vivieron en la guerra y afrontaron momentos de extrema necesidad.

Las noticias sobre la situación de enfermedad y muerte pueden estar resurgiendo recuerdos acerca de enfermedades previas o duelos no resueltos. Estos ejemplos sirven para clarificar que muchas de las emociones que estamos experimentando tienen su origen en el pasado traumático y no se justifican únicamente por lo que vivimos ahora. Por tanto, cuantos más traumas no resueltos asociados al estrés de esta situación tengamos, más probabilidad de estar sufriendo en estos momentos.

Personas con mayor vulnerabilidad

Se habla de grupo de riesgo para contraer el virus, pero a los profesionales de la salud mental también nos interesa tener en cuenta a las personas con vulnerabilidad psicológica y/o psiquiátrica cuya situación va aprovocar una agudización de los síntomas, descompensaciones y aparición de trastornos comórbidos futuros.

Como es una situación sin precedente, no tenemos estudios previos que nos indiquen a nivel psicopatológico las secuelas de esta realidad. Por ello, de momento solo nos queda identificar a los grupos vulnerables para estar atentos y reducir las consecuencias que puede llegar a producir en estas personas la situación de confinamiento.

Los profesionales de salud mental nos estamos encontrando con personas que buscan ayuda por descompensación de sus síntomas. Pacientes con trastornos psicóticos que mantenían estabilidad en los últimos tiempos están ahora elaborando delirios relacionados con esta situación de alarma con implicaciones políticas, económicas y sanitarias. El confinamiento está exarcebando las especulaciones.

Las personas que tienen dificultad para regular impulsos como los trastornos de personalidad, algunos trastornos alimentarios, dependencia de sustancias, etcétera, también están comenzando a pedir ayuda pues encuentran más dificultad para autocuidarse, gestionar la ira o usar su mente reflexiva. Comienzan a realizar conductas que alivian de inmediato la sensación de malestar, aunque a la larga sea autodestructivo para ellas. Otros sufren efectos de abstinencia por no encontrar la sustancia que consumen habitualmente.

Aquellos con trastornos de ansiedad previo, del tipo trastornos de pánico, están sintiéndose sobrepasados, experimentando la sensación de peligro continua y necesidad de “huir”. Las personas con rasgos de ansiedad generalizada tienen un sinfín de nuevas preocupaciones con las que rumiar constantemente, alejándose del contacto con la realidad presente y experimentando síntomas desagradables como palpitaciones, insomnio u opresión en el pecho.

Las ideas autolíticas así como las ideas pasivas de muerte puede que también sufran un aumento con el paso de los días pues la sensación de indefensión y los pensamientos de impotencia de las personas con tendencias depresivas favorecen los pensamientos de desesperanza. Estos pacientes tendrán dificultades para ayudarse echando mano de creencias positivas y racionales como que “esto es temporal y que volveremos a nuestra vida normal”, y se quedarán ancladas en pensamientos catastrofistas que puede que nunca lleguen a cumplirse.

Las personas con problemas psicosomáticos de índole digestivo, dermatológico o de dolor expresarán mediante el cuerpo el estrés psíquico al que están sometidos. Las que tienen rasgos hipocondríacos es posible que se encuentren sobrepasados por la posibilidad de enfermar.

Estos solo son unos ejemplos. El otro problema añadido es que estas personas que están sufriendo conviven con familiares que tienen la energía mínima imprescindible para regularse y cuidarse a sí mismos. Ahora no pueden contener como lo hacía antes. Por estos motivos estamos recibiendo a muchas personas que encuentran serias dificultades en la convivencia en casa debido a la aparición de conflictos con sus familiares que no pueden ni saben gestionar. Por tanto, mientras que antes el problema psicológico lo padecía una persona, ahora forma parte de toda la familia.

La importancia de pedir ayuda

Los profesionales de la salud mental estamos volcados en estudiar e investigar las repercusiones de este fenómeno en el estado psicológico de las personas con y sin patología previa. Y, sobre todo, estamos implicados desde nuestro campo de actuación en contribuir y ayudar a la población a gestionar mejor esta crisis.

Desde la clínica de salud mental SAMU Wellness estamos formados y preparados para dar respuesta a las personas que acudan a nosotros. Mediante intervenciones telemáticas, para evitar la transmisión del virus, ofrecemos sesiones con nuestros pacientes externos, y con aquellos que, aunque fueron dados de alta y ya mantienen estabilidad clínica, desean consulta y recibir algunas indicaciones para manejar mejor esta situación.

Autora: Dra. Ana García-Dantas. Psicóloga especialista en psicología clínica

Así fue la comida de Navidad de SAMU

El Real Círculo de Labradores de Sevilla fue el escenario de la fiesta de Navidad de SAMU 2019, una jornada festiva y de confraternización de toda la organización que se consolida año tras año y que, en esta edición, contó con la participación de más de 250 compañeros llegados de todos los puntos de Andalucía y del país. Junto al Guadalquivir, se sirvió un cóctel amenizado con música para todo el equipo que se alargó, en algunos casos, hasta entrada la noche.

Carlos González de Escalada, director general de SAMU, agradeció a todos los compañeros su presencia para disfrutar de esta jornada de amistad y distensión después de un año, en ocasiones, “convulso”. “Todo lo que conseguimos es posible por vosotros. Sois un equipazo”, enfatizó el director general.
Durante la fiesta, se hizo un reconocimiento a los centros que más han destacado en la reciente campaña de recogida de kilos de comida para el Banco de Alimentos, que se ha saldado con casi una tonelada, con el liderazgo de los centros de La Cartuja (85 kilos), Santa Ana (86) y, de forma destacada, por el centro de menores de El Bosque (522), cuyo equipo se ganó un jamón ibérico como premio por su esfuerzo y lo celebró a lo grande en el salón del Real Círculo de Labradores.

Carlos Álvarez Leiva, fundador de SAMU, recordó como en 2007 recibió una llamada de la Junta de Andalucía solicitando la ayuda de la organización para atender a los menores que estaban llegando de forma masiva a las playas de Motril. “Aquello significó un gran reto para la familia SAMU. Fue el principio del camino que nos lleva hasta la posición de enorme responsabilidad que ocupamos hoy”, apuntó.

Álvarez Leiva dirigió la entrega de reconocimientos a personas que han destacado por su labor en cada una de las áreas de la organización, y brindó con todo el equipo: “Todos tenemos una familia de sangre, de la que estoy muy orgulloso, y otra familia que es la que te vincula a la vida y a la tierra. Ambas están cargadas de emociones y sentimientos, y hoy todos vosotros formáis parte inequívoca de esa familia. Os deseo lo mejor. Buscad la felicidad interior bruta: será la única manera de hacer felices a las personas con las que trabajamos”.

El Hogar San Lázaro reabre sus puertas gracias al impulso de la Fundación SAMU

SAMU Hogar San Lázaro, centro especializado en Santa Cruz de Tenerife en atención a pacientes con discapacidad intelectual y/o trastorno mental grado 1 y 2, ha reabierto sus puertas tras hacerse la Fundación SAMU cargo de su titularidad, después de las circunstancias personales que obligaron a los anteriores responsables a decretar su cierre, dejando desasistidos a 16 pacientes.

Actualmente, SAMU Hogar San Lázaro puede acoger de manera inminente de 16 a 18 usuarios, y, además, está a la espera de recibir la acreditación del concierto de plazas con el gobierno de Canarias. El proyecto está avalado por la experiencia y fiabilidad de SAMU Wellness, entidad de referencia a nivel nacional en salud mental y bienestar emocional.

Después de reunirse hace unas semanas con el diputado del Común, con el ánimo de desbloquear la situación, la Fundación SAMU se comprometió a hacerse cargo del centro, en el que ha realizado una inversión de 20.000 euros destinada a remodelación de la sede y mobiliario nuevo para adaptar las instalaciones a las necesidades de los usuarios.

El perfil del paciente de SAMU Hogar San Lázaro es el de personas adultas dependientes (grado I y II -Ley 29/2006) con discapacidad intelectual y/o trastorno mental con edades comprendidas entre 16 y 64 años, de gran autonomía, sin necesidad de apoyos médicos constantes y que no tenga trastornos de conducta o personalidad graves. Es decir, que precisan de ayuda, control y supervisión en el desarrollo de las actividades de la vida diaria (alimentación, higiene, tratamiento y desarrollo personal) y que no pueden ser atendidos por sus familias o tutores por cualquier tipo de circunstancia.

Con este nuevo proyecto, SAMU implanta en este centro un nuevo modelo asistencial para la salud en Tenerife centrado en las personas, con el objetivo de dar apoyo en la normalización e integración social, la mejora de la autonomía personal y la potenciación de las habilidades sociales. Este modelo se caracteriza principalmente por la continua colaboración con equipos de salud mental, telemedicina, vida normalizada, apoyo de las familias, convivencia y desarrollo personal a través de excursiones y saludas, integración comunitaria y calidad asistencial. Para ello, SAMU Hogar San Lázaro cuenta con una experimentada plantilla de cuidadores que trata cada caso de manera especializada apoyado a través de la telemedicina por un diverso equipo de profesionales compuesto de psiquiatras, psicólogos, terapeutas ocupacionales y colaboraciones con equipos privados de psiquiatría en Tenerife.

SAMU, a través de su Fundación, cuenta con una amplia experiencia en atención a personas con discapacidad desde hace más de una década a través de varios centros especializados: Residencia Santa Ana (Sevilla), Residencia San Sebastián (Cantillana, Sevilla), Residencia Santa Teresa (Villafranca de los Caballeros, Toledo), UED San Lucas (Sevilla), y Centro El Alfar (Gijón. En cuanto a las cifras propias de SAMU, es pionero en España en el sector salud, acción social y emergencias, en el que acumula 37 años de experiencia. Tiene 52 centros de trabajo en 8 comunidades autónomas y presencia internacional en Marruecos y Estados Unidos, cuenta con una plantilla de más de 1250 profesionales y ha formado a más de 11.000 alumnos en salud y emergencias.

Abre en Tenerife SAMU Hogar San Lázaro

Fundación SAMU SAMU ha puesto en marcha SAMU Hogar San Lázaro, un centro situado en Santa Cruz de Tenerife que aplica un nuevo modelo asistencial para la salud mental, con el aval de SAMU y de SAMU Wellness. Este espacio tiene como objetivo mejorar la calidad de vida de las personas con discapacidad intelectual y/o trastorno mental y sus familias por medio de una atención integral personalizada.

La residencia Hogar San Lázaro, situada en el barrio de Villa Ascensión, ha funcionado durante los últimos cinco años como centro destinado a las personas con discapacidad psíquica y bajo la gestión de una empresa familiar. Tras el cese de la actividad de la empresa, que dejó en situación complicada a los 16 residentes del centro, Fundación SAMU ha tomado la decisión de poner en marcha este proyecto con una nueva filosofía de trabajo.

SAMU Hogar San Lázaro adopta ahora la tipología de hogar funcional para el alojamiento de usuarios dependientes con discapacidad intelectual y/o trastorno mental, explica Maribel Álvarez Leiva, subdirectora de SAMU Wellness.

Su cartera de servicios está dirigida a usuarios de gran autonomía que precisan de ayuda, control y supervisión en el desarrollo de las actividades de la vida diaria (alimentación, higiene, tratamiento y desarrollo personal) pero que no pueden ser atendidos por sus familias o tutores.
La estructura personal básica del nuevo centro consta de cuatro profesionales de atención directa y un encargado de la coordinación general y servicios generales. Tras la reforma acometida en octubre, este recurso ya está operativo.

La clínica SAMU Wellness recibe el Premio Empresa con Alma

El equipo de SAMU Wellness está de enhorabuena tras haber recibido el premio Empresa con Alma, concedido por Grupo ESSAE, por la labor que la entidad realiza en el ámbito sanitario y por su excelencia profesional y humana.

Irene Prieto, directora general de ESSAE, y Carmen de la Cámara, directora de relaciones institucionales, se desplazaron al centro de Miguel de Mañara para proceder a la entrega de este galardón. Subrayaron “el trato humano y el servicio exquisito del centro, tanto al paciente como a sus familiares, que hacen de SAMU Wellness dignos merecedores de este premio”, según la valoración de los alumnos que han realizado las prácticas en el centro.

Maribel Álvarez Leiva, subdirectora de SAMU Wellness, expresó su satisfacción por el reconocimiento y valoró de forma especial el hecho de que sean los propios alumnos en prácticas lo que evalúen el trabajo que realizan sus compañeros día a día. “Es un orgullo y refuerza nuestro compromiso para seguir esta línea de trabajo y mantenernos siempre alerta para mejorar”.

El doctor Zoilo Fernández recogió el galardón, acompañado de Carlos Álvarez Leiva, presidente de Fundación SAMU, y todo el equipo técnico y personal asistencial del centro.

SAMU Wellness tiene un convenio de practicas con la Escuela Superior de Auxiliares y Experto ESSAE con el objetivo de recibir en prácticas a sus alumnos de cursos como auxiliar de enfermería y celador, entre otros.

“No tenemos consciencia de lo grave que puede ser la obesidad”

Francisco José Soler, nutricionista de SAMU Wellness, es especialista en obesidad y sobrepeso y trastornos de la conducta alimenticia. Nos atiende para explicarnos la relación entre la alimentación y la salud mental, así como la incidencia cada vez mayor de la obesidad y los trastornos de la conducta alimenticia entre chicos y chicas muy jóvenes.

—¿Cuál es la relación entre nutrición y salud mental?
—No existe una relación exacta, aunque a veces se relaciona la salud mental con problemas alimentarios. El caso más concreto es cuando hay un trastorno de la conducta alimentaria. La salud mental está relacionada con la alimentación porque muchas veces los trastornos mentales tienen como consecuencia el comportamiento alimentario.

—¿Una población mejor alimentada es una población con mejor salud mental?
—No tiene por qué. La alimentación forma parte de la vida de las personas, y la sociedad nos marca cada vez más unas pautas que nos alejan de una alimentación correcta y hay más transgresiones alimentarias que van en contra de una mejor salud mental. No hay relación entre salud mental y alimentación, pero cuando nos alimentamos mejor esto influye en la salud general, y lógicamente en la salud mental. El cerebro se tiene que nutrir igual que cualquier órgano. Al final, la salud mental relacionada con la alimentación está más encuadrada con alguna enfermedad psiquiátrica.
Hay nutrientes y elementos, como la vitamina B12, cuya influencia en la salud mental sí está cada vez más clara.
La vitamina B12 es uno de los elementos que hasta ahora no se ha tenido mucho en cuenta, no se le ha dado la importancia que puede tener en un paciente. Se han hecho muchos estudios con veganos y se ha visto una carencia excesiva de B12 cuando no se suplementa la alimentación. Se está encontrando evidencia científica aplastante de la relación entre ciertas enfermedades psiquiátricas con carencia de vitamina B12. Muchas enfermedades de la vejez, como la demencia senil, tienen que ver con falta de B12, por problemas en la absorción de los nutrientes. Son personas que suelen estar peor nutridas y eso puede desembocar en una demencia. En cuanto a enfermedades psiquiátricas, se pueden desarrollar psicosis y alterar muchos neurotransmisores que desembocan en trastornos bipolares o maníacos y en depresiones. Es muy importante. Por eso siempre insisto con pacientes veganos en la importancia que tiene para su desarrollo mental.

—¿Qué otros nutrientes o elementos son importantes para la salud mental?
—No hay estudios concluyentes, pero todo lo que puede alterar la función celular influye en las neuronas, que son las células del cerebro. Esto se traduce en cambios químicos en los neurotransmisores, que cuando se desequilibran tienen como consecuencia la enfermedad mental.

—¿Qué papel juegan los folatos (vitamina B9)?
—No está totalmente demostrado, pero cuando la cantidad de ácido fólico en las células baja mucho (el ácido fólico influye en la actividad sanguíneo) esto puede tener consecuencias neuronales. No hay relación directa, pero un déficit puede influir negativamente en la función neuronal.

—¿Hay relación entre alimentación y depresión?
—Sí. Hay una relación desde el momento en que tu cuerpo no está recibiendo los nutrientes adecuados, y las células neuronales manifiestan ese déficit en un mal funcionamiento. Para tener nuestros neurotransmisores bien regulados necesitamos estar bien alimentados, porque así funciona mucho mejor el cerebro. Una alimentación adecuada incide en el equilibrio neuronal. No obstante, una enfermedad depresiva tiene unos componentes sociales muy acusados. De modo que no cura la enfermedad, pero sí puede ayudar a la curación.

—¿Qué tipo de pacientes suele atender en su consulta?
—En mi práctica habitual tengo dos especialidades, sobrepeso y trastornos de la conducta alimenticia (TAC). La mayor parte, el 90%, es sobrepeso y obesidad, que tiene unos efectos que inciden mucho en la salud mental. Cuando una persona con autoestima baja o depresión empieza a bajar de peso y adquirir hábitos correctos, se ve cómo evoluciona positivamente a un estado anímico más positivo.

—¿Qué trastornos alimenticios encuentra en la práctica diaria?
—Son enfermedades psiquiátricas, y aquí veo anorexias, bulimias… Vigorexias y ortorexias menos veces, pero también me las encuentro. Están muy relacionadas con las formas de vida actuales. Internet y las redes sociales influyen mucho, sobre todo en los más jóvenes, para desarrollar estas enfermedades. Para muchos jóvenes, pertenecer a un grupo es una forma de estar en la sociedad. Pero también son trastornos. Una vigorexia es un trastorno. La ortorexia, igual. La persona se llega a obsesionar con la higiene de un alimento y su manipulación, y la consecuencia es que dejan de relacionarse, se aíslan y acaban con problemas psiquiátricos.

—¿Hay un aumento de la obesidad?
—Sí, todos los estudios detectan mayor número de personas con sobrepeso y obesidad. Es alarmante. Se convierte ya en una pandemia. No tenemos la concepción de enfermedad, como se tiene de otras, pero es una enfermedad que puede ser muy grave. Al final conlleva problemas cardiovasculares, diabetes… que producen un deterioro grave de la salud. Y a veces parece que está aceptado por la sociedad como algo normal. Debe preocuparnos y mucho.

—¿Afronta ese problema en su consulta?
—Sí, pero cuando vienen ya lo hacen con la idea de que ya quieren cuidarse, que lo que están haciendo no les está llevando por el buen camino. Lo malo es que vienen cuando han recibido ciertas noticias, un análisis de rutina o el descubrimiento o agravamiento de una enfermedad. Entonces quieren cuidarse. A veces vienen en un estado de patología bastante agravada por los años de sobrepeso u obesidad, y llegan asustados. Es cuando verdaderamente se ponen manos a la obra. Si no llega a producirse la noticia no lo perciben como enfermedad. Por eso, mi papel es no sólo plantear unos hábitos de alimentación, sino hacer ver la importancia de una alimentación correcta, y de un peso adecuado a la edad y actividad.

—¿Y los niños?
—En los niños cada vez hay más casos de obesidad. La prevalencia es mayor. Me vienen padres con niños con sobrepeso, que son carne de cañón para desarrollar enfermedades cardiovasculares. Cuando empieza a desarrollarse en la pubertad puede desembocar en una enfermedad mental más grave por verse con sobrepeso y no pertenecer al grupo de otros niños de su edad mejor vistos estéticamente. El responsable normalmente es el ambiente familiar. Ahora nos preocupamos de que en el colegio se dé la alimentación más equilibrada posible, pero si cuando llega a casa los hábitos no son saludables, al final sirve de muy poquito. La industria alimentaria es muy perversa. Cada vez se come peor, alimentos precocinados y poco saludables, con tal de vender. La legislación va por detrás de la industria, que nos vende productos poco saludables. La obesidad infantil tiene cada vez más incidencia, con graves trastornos orgánicos y con respecto a la estética, que puede desarrollar patologías mentales que pueden desembocar también en anorexia o bulimia.

—En esa relación entre el trastorno de la alimentación y conducta, ¿qué ocurre antes? ¿Hay relación de causa-efecto?
—Insisto en el papel fundamental de la psiquiatría y psicología porque son problemas de principio psiquiátricos, cuya semilla suelen ser problemas familiares desde edades muy tempranas. Personas que viven en ciertos ambientes familiares empiezan a desarrollar patologías psiquiátricas, que pasado el tiempo desembocan en una mala relación con la alimentación. La consecuencia es una conducta alimentaria anómala. Pero vienen de raíz familiar. Por ejemplo, los casos de anorexia pueden venir de madres muy controladoras y manipuladoras sobre sus hijos, sobre todo chicas. Cuando empiezan a desarrollarse son niñas con autoestima muy baja, que no controlan prácticamente nada, y una de las cosas que controlan es la alimentación de una forma anormal.

—¿Cómo se coordina con los psiquiatras?
—Mi papel es secundario respecto a la práctica psiquiátrica. Cuando SAMU Wellness me ofreció formar parte de su equipo vi el cielo abierto porque es una práctica que no puedo hacer en mi consulta. Necesito un equipo de psiquiatras en los que me voy a apoyar. Mi papel es el de dotar al paciente de las herramientas para que cambie sus hábitos alimentarios. El psiquiatra o psicólogo no ahonda sobre esos hábitos, sino sobre lo que le está produciendo la enfermedad psiquiátrica, y mi papel es reeducar al paciente. Por ejemplo, en la bulimia reeducar al paciente que ha perdido los hábitos correctos o no los sabe ver. Reeducar y pautarle dietas que vayan en consonancia a la recuperación.

—¿En qué momento debe empezar a preocupar una determinada alteración de las pautas de alimentación?
—Normalmente cuando se observa que la relación con la comida empieza a modificarse empezamos a sospechar. Cuando la persona se aísla, debemos sospechar muchísimo más. Si no quiere relacionarse con otras personas, y la comida forma parte de un tabú, no quiere hablar de comida o compartirla con nadie, empezamos a sospechar que la conducta de alimentación se está viendo trastocada.

—¿Qué debemos hacer?
—Tengo padres que han venido con ese problema, y yo siempre aconsejo derivarlo a los médicos, para que estos lo deriven en su casa a una unidad de salud mental. Un especialista en psiquiatría que evalúe y valore esa pauta de actuación. Yo soy experto en estas terapias, pero mi papel es puramente alimentario. Aunque pueda detectar el problema, mi función es derivarlo al médico con un informe para que tome cartas en el asunto y vaya a la unidad de salud mental si es necesario.

SAMU Wellness: un año al servicio de la salud mental en Sevilla

SAMU Wellness ha cumplido un año de vida. En el verano de 2017, esta clínica de atención integral a la salud mental, ubicada en Montequinto, en el término municipal de Dos Hermanas (Sevilla), abría sus puertas con un equipo interdisciplinar de profesionales que se ha duplicado en un año, entre psiquiatras, psicólogos, médicos generalistas, enfermeros especializados en salud mental, trabajadores sociales, fisioterapeutas y nutricionistas.

La inauguración oficial tuvo lugar el 6 de julio de 2017 y contó con la presencia del arzobispo de Sevilla, D. Juan José Asenjo. Desde el primer momento, se pusieron en marcha las consultas externas y los primeros ingresos hospitalarios llegaron en septiembre. En los primeros cuatro meses, se produjeron 18 hospitalizaciones y otros 12 pacientes se beneficiaron de los recursos del hospital de día. La clínica ha ido creciendo y cogiendo fuerza, y actualmente, la media de ingresos hospitalarios es de más de 7 pacientes al mes, con una media de estancia de 230 días. Julio ha sido el mes con mayor número de ingresos desde que la clínica comenzó su actividad, 13 en total. A estos datos se suman los pacientes atendidos en el hospital de día (cerca de 4 nuevos pacientes al mes con una estancia media de 72 días) y las diferentes consultas externas de psiquiatría, psicología de adultos y juvenil, trabajo social, nutrición, logopedia, medicina generalista o fisioterapia, entre otras especialidades.

“Desde la clínica de salud mental SAMU Wellness, en Sevilla, queremos dar cobertura a los pacientes que requieren asistencia y cuidados especializados con equipos de salud mental, unidades de hospitalización aguda con hospitalización de media y larga estancia, así como un hospital de día de salud mental. Con estas unidades se pretende cubrir las necesidades asistenciales de las personas afectadas por un trastorno mental, desde la detección precoz y gestión óptima del primer episodio de la enfermedad y el periodo crítico subsiguiente, hasta la atención continuada de aquellos pacientes que, por circunstancias diversas, bien por cuestiones intrínsecas de la propia enfermedad o bien por el insuficiente desarrollo de programas y recursos de la red de salud mental, no se vinculan a los servicios de salud mental y, por lo tanto, se encuentran en riesgo de abandono y exclusión de la realidad social y laboral”, apuntan desde la dirección del centro gestionado por SAMU.

Las patologías que se tratan en esta clínica son muy diversas, desde el trastorno bipolar hasta el trastorno límite de personalidad, pasando por desintoxicaciones por consumo de alcohol y droga, episodios psicóticos, trastorno dependiente de la personalidad y trastorno adaptativo con síntomas predominante ansioso depresivo, entre otras.

En palabras del doctor Zoilo Fernández, director técnico de SAMU Wellness, “el tratamiento de la enfermedad mental es global e integrador”. “No podemos abordar la curación de una persona enferma sin atender también sus circunstancias vitales, su biografía, su interrelación social y, por supuesto, su biología. Esto requiere a múltiples profesionales, cada uno especializado en un campo de la terapéutica, para así abordar la alteración biopsicosocial del paciente”.

“Nosotros trabajamos bajo el concepto de comunidad terapéutica. Todos los elementos personales, materiales, normativos y estructurales del centro que rodean al paciente son concebidos como agentes terapéuticos e intervienen en el desarrollo psicológico del paciente. SAMU Wellness no es un hotel psiquiátrico ni una residencia mental al uso basada en tratamientos individualizados. El propio centro es el principal instrumento terapéutico para el paciente”, destaca el doctor Fernández.

SAMU Wellness y Fundación SAMU cuentan, por otro lado, con un acuerdo de colaboración con Cáritas Diocesanas Sevilla, por el cual se establece una atención psicológica y psiquiátrica por parte de los profesionales de la clínica a familias sin recursos económicos y con problemas de salud mental acogidas y acompañadas por los voluntarios de Cáritas parroquial San Juan Pablo II, en Dos Hermanas (Sevilla). Estos derivan a la clínica a aquellas personas que estén bajo su atención y en las que detecten algún problema de salud mental.

Además de la atención de pacientes, desde la clínica se imparten numerosos cursos relacionados, principalmente, con el bienestar emocional, entre ellos, Mindfullness MSB, que en octubre celebrará su tercera edición, o Mindfull Eating (Alimentación Consciente), un curso pionero en Andalucía que celebrará su primera edición a partir del 21 de septiembre y que permite conocer nuestro estilo de vida respecto a la alimentación, alcanzando una mayor conciencia y crear una relación más adecuada y sana ante la ingesta de comida.

Paola Mora, subdirectora de SAMU Wellness: «Nuestro punto fuerte es el equipo técnico y asistencial»

La enfermera Paola Mora (Palos de la Frontera, Huelva, 1989) es subdirectora de SAMU Wellness. Además, desde hace cuatro años es profesora en Escuela SAMU y también dirigió durante varios periodos la UED San Lucas, especializada en la atención de personas con discapacidad intelectual y trastorno de conducta.

—Se ha cumplido un año de la apertura de SAMU Wellness. ¿Qué balance haría de la clínica?
—Estamos muy contentos con el resultado. Los inicios fueron difíciles, como en cualquier otro proyecto. El primer paciente hospitalizado estaba solo y todo el personal se centraba en él. Hoy, el 90% de las plazas de ingresos están ocupadas. También hemos aumentado el personal, cada vez tenemos más técnicos y más profesionales especializados. En poco tiempo hemos crecido mucho.

—¿Habéis cumplido los objetivos que os planteasteis al principio?
—Uno de los objetivos que perseguían el doctor Zoilo Fernández y el doctor Carlos Leiva, director técnico y director médico de SAMU Wellness, respectivamente, era que la clínica no fuese el típico hospital psiquiátrico que todos conocemos. Buscaban que la atención del paciente fuera integral y siguiera el guión de una comunidad terapéutica. De ahí que nuestro centro cuente con instalaciones para la realización de ejercicio físico, zonas verdes, una granja con animales, talleres ocupaciones, de pintura o manualidades.

—¿Qué nuevos retos os planteáis en SAMU Wellness?
—Nuestro gran reto es ofrecer una calidad asistencial digna a aquellas personas que lo están pasando mal, arroparlos, ayudarlos y ofrecerles una atención integral. Ese siempre ha sido nuestro objetivo principal.

—Los servicios de SAMU Wellness son muy amplios, pero ¿Cuál diría que es su punto fuerte?
—En la clínica tratamos diferentes patologías y pacientes muy diversos, jóvenes y mayores. Quizás uno de nuestros puntos fuertes sean los trastornos de conducta, ya que SAMU tiene mucha experiencia en este campo. También tratamos muchos trastornos de personalidad, trastorno de conducta alimentaria, pacientes con riesgo de suicidio o adicciones como el consumo de tóxicos. Pero, sin lugar a duda, nuestro punto fuerte es el equipo técnico y asistencial. Hay grandes profesionales volcados en este el proyecto, que no miran la hora y lo dan todo.

—¿Qué aspectos cree que habría que mejorar de cara al futuro?
—Estamos trabajando en la búsqueda de terapeutas ocupacionales. Hasta ahora, todos los pacientes trabajan en grupo y creemos que es bueno diferenciarlos en función de su progreso y evolución. Necesitamos personal de referencia para atender a los pacientes más estables. Creo que esto es clave para mejorar y crecer.

—¿Cuándo llegó usted a la clínica?
—Llegué el 16 de agosto de 2017, un mes después de la inauguración. Almudena Chávez fue la primera directora de la clínica y la persona que puso esto en marcha. Yo entonces era directora de la Unidad de Estancia Diurna San Lucas, especializada en la atención de personas con discapacidad y trastorno de conducta.

—¿Fue muy duro el cambio?
—Reconozco que al principio fue un estrés total. Llevaba muchos años trabajando en San Lucas y la gestión era diferente. Aquí hay el doble de personal. Pero yo me lo tomo todo con filosofía. El doctor Carlos Álvarez ha sido de gran ayuda. Prácticamente me cogió de la mano y me fue dando pautas. Se metía conmigo en el despacho o me decía, ‘ven, vamos a dar una vuelta, tienes que conocer todas las instalaciones del centro y cada servicio. Tienes que controlarlo todo, cada rincón de la clínica’. Otra gran ayuda ha sido Maribel Álvarez, nos complementamos muy bien. Ambos me han enseñado mucho.

—¿Y usted, qué cree que ha aportado a la clínica?
—Positivismo, ese es mi punto fuerte. En los momentos más difíciles, cuando se han producido situaciones complicadas o el doctor Carlos Álvarez estaba preocupado por los datos de la clínica, creo que le echaba muchas ganas, aportaba energía al grupo y ganas de tirar con el proyecto hacia delante.

—¿Qué es lo que más le gusta de su trabajo?
—Las personas, los compañeros. Con muchos ya había trabajado pero otros han sido un gran descubrimiento. Nada sería lo mismo sin los profesionales que están detrás, desde el personal sanitario hasta el de mantenimiento, limpieza o cocina.

¿Cómo afectan las drogas a la salud mental?

Con demasiada frecuencia, los jóvenes consumidores desconocen los efectos que las drogas pueden tener sobre su salud mental. Los datos son claros: España es de los países europeos donde más se consume. Las drogas con mayor prevalencia de consumo son el alcohol (77,6%), el tabaco (40,2%) y los hipnosedantes (12,0%), seguidos del cannabis (9,5%) y la cocaína (2,0%), según el Informe del Observatorio Español de las Drogas y las Adicciones, elaborado con datos de 2015.

La doctora Irene Pérez Zapico, psiquiatra de la clínica de salud mental SAMU Wellness, en Sevilla, tiene claro que “falta conciencia” de los efectos del consumo de drogas entre los adolescentes y que ese desconocimiento está condicionado frecuentemente por el nivel socioeconómico y cultural. Pérez habla desde la experiencia, puesto que percibe en sus consultas un consumo “extenso y normalizado” de cannabis entre los jóvenes y advierte de que ese consumo interfiere con frecuencia con trastornos mentales.

“Todas las drogas pueden tener algún efecto sobre la salud mental”, apunta la psiquiatra, que concreta que pueden desencadenar un trastorno mental o agravar un trastorno preexistente. Con frecuencia, están asociadas a trastornos afectivos (depresión, ansiedad…) y, en casos más graves, a trastornos psicóticos. Sin embargo, los efectos son variables según cada droga. Le hemos preguntado por las tres más frecuentes en España:

Alcohol: Éste tiene unos riesgos orgánicos por todos conocidos. Suele usarse como vía de escape y tiene un efecto directo de desinhibición. Sin embargo, el efecto posterior es depresivo. “Si hay un cuadro depresivo de base y se tiende al consumo del alcohol para desconectar, lo que hacemos es agravarlo”. Si no existe ese cuadro previo, puede desencadenarlo.

Cannabis: “Muchos estudios muestran la relación entre trastornos mentales psicóticos con el consumo de cannabis”, comenta la psiquiatra. La investigación Relación entre consumo de drogas y predisposición a tener desórdenes del espectro esquizofrénico, de los profesores de la Universidad de Almería García Montes, Zaldívar Basurto, Moreno Montoya y Flores Cubos, concluye que “las personas que muestran un perfil de consumo de riesgo al alcohol y al cannabis también presentan niveles (puntuaciones) mayores de esquizotipia” (el conjunto de características de la personalidad relacionadas con la esquizofrenia).

Otro estudio concluye que la presencia de un determinado genotipo (ATK1) influye en el riesgo psicótico asociado al cannabis. Todos estos estudios corroboran la experiencia práctica de la doctora Pérez: “La mayoría de pacientes jóvenes que ingresan por trastornos psicóticos tiene un consumo de cannabis asociado”.

Sin embargo, la relación entre el consumo de cannabis y los trastornos psicóticos (particularmente, la esquizofrenia) ha sido objeto de un largo e inacabado debate. El matiz es: ¿El consumo desencadena el trastorno o lo que ocurre es que muchas personas psicóticas acuden al efecto ansiolítico del cannabis? “La causa-efecto no está demostrada”, comenta la experta.

El consumo puede ser un también un desencadenante de que, a largo plazo, un primer episodio psicótico evolucione hacia una esquizofrenia. No obstante, hay excepciones. “Es raro, pero hay personas muy susceptibles a los tóxicos que pueden presentar un episodio agudo o síntomas aislados, y que, cuando se para el consumo desaparece”.

Cocaína: es un excitante que genera una adicción muy rápida. Incidir sobre el consumo y mantener la abstinencia es complicado, comenta la psiquiatra. “Por eso se relaciona a problemas de ansiedad y a cuadros depresivos“, señala la especialista. También puede tener relación con patologías psicóticas.

Además del tipo de droga, la forma y regularidad del consumo influye en la afectación a la salud mental. “Si hablamos de cocaína, no es lo mismo un consumo de fin de semana asociado a alcohol y fiestas, que un consumo diario o habitual en una persona que lo usa como método de evasión y lo consume incluso en soledad”, explica la experta. En el caso del consumo de fin de semana hay que tener en cuenta la predisposición genética o biológica de desencadenar un trastorno mental. No obstante, Irene Pérez advierte: el consumo esporádico no elimina el riesgo de dependencia o de sufrir el síndrome de abstinencia y es, obviamente, la vía de entrada a un consumo regular y a la adicción.

La mayoría de las drogas intervienen en el sistema de recompensa de nuestro organismo y actúan sobre áreas cerebrales alteradas en trastornos mentales. ¿Hay relación de causalidad? “En la práctica es complicado establecer qué es lo que causa que, sobre todo con un cuadro agudo”, comenta la especialista, que añade que la información que aporta la familia es clave. Para los pacientes puede ser difícil reconocer una adicción y un trastorno mental.

Una vez diagnosticado el cuadro, ¿qué hacer? Aparte de los fármacos que generan un efecto adverso en caso de consumo, hay otros que inciden sobre el sistema de recompensa y pueden reducir el deseo. Pero además de los fármacos para el tratamiento de la adicción física, hay terapias para abordar la dependencia psicológica.

En la clínica de salud mental SAMU Wellness el tratamiento se adapta a cada situación y a la historia personal y familiar del paciente, individualizando las intervenciones. Si el episodio psicótico muestra un paciente fuera de la realidad se procederá al ingreso, siempre teniendo en cuenta el apoyo familiar. Una vez que se trata el episodio agudo y el tratamiento farmacológico permite una mejora, Irene Pérez comenta que “lo ideal es hacer algún tipo de psicoterapia” para mitigar y acabar con la dependencia psicológica.

SAMU Wellness dispone de un programa de hospital de día, muy útil para personas dependientes porque permite estructurar horarios, llevar la dinámica del día a día y alejarlas de contextos que pueden incitar al consumo. Hay una programación diaria de actividades, basada en talleres de terapias grupales, que cumplir con el objetivo de la clínica: funcionar como comunidad terapéutica.