SAMU es el nuevo ‘fichaje’ del Real Betis para esta temporada

SAMU, con más de 40 años de experiencia en el ámbito de las emergencias sanitarias, ha firmado un acuerdo con el Real Betis Balompié para encargarse del dispositivo de emergencias sanitarias del club en los partidos que dispute en su estadio, el Benito Villamarín, durante toda la temporada 2024/2025. Este convenio fue rubricado por el director general corporativo del Real Betis. Federico Martínez, y el director general de SAMU, José Antonio Trujillo.

El dispositivo sanitario se desplegará en el estadio Benito Villamarín, o en las instalaciones que el club designe en partidos como local, en los partidos de La Liga, la Copa del Rey, amistosos o competiciones europeas, garantizando la cobertura ante cualquier eventualidad sanitaria que pueda surgir durante estos encuentros. Estos dispositivos sanitarios estarán formados por cuatro médicos especializados en emergencias y catástrofes, seis enfermeros y 19 Técnicos de Emergencias Sanitarias (TES), además de cuatro ambulancias medicalizadas con Soporte Vital Avanzado.

SAMU atenderá las emergencias sanitarias de los jugadores y personal técnico, y a las decenas de miles de espectadores en las instalaciones del estadio de un club que cuenta con más de 50.000 abonados.

Las coberturas que asumirá la entidad contemplan la atención al paciente crítico y de riesgo; la asistencia de urgencias y emergencias médicas; la asistencia patológica banal sanitaria; el traslado medicalizado y no medicalizado de los pacientes atendidos a centros hospitalarios de referencia y la coordinación, gestión de recursos y alerta hospitalaria desde el centro coordinador de emergencias de Sevilla.

Este acuerdo con el Real Betis Balompié se suma a la experiencia de SAMU en dispositivos sanitarios en grandes eventos deportivos, como su trabajo con el Sevilla FC en las temporadas 16/17, 17/18 y 19/20, en la Maratón de Sevilla o en la Titán Desert, demostrando su capacidad para planificar y ejecutar operativos que aseguran la seguridad y bienestar de todas las personas implicadas en la celebración de grandes eventos.

SAMU aportará un equipo de profesionales de alta cualificación y con experiencia en emergencias sanitarias. Estarán respaldados por un despliegue logístico y asistencial de primer nivel que se activará 120 minutos antes de cada partido y se desactivará 30 minutos después de la finalización del mismo.

La entidad se compromete además a ofrecer un curso de formación en Soporte Vital Avanzado para el personal propio de los servicios médicos del Real Betis.

Con esta nueva colaboración, SAMU sigue consolidándose como un referente en la cobertura de emergencias en eventos de gran magnitud, y reafirma su compromiso con el deporte andaluz y el bienestar de la ciudadanía.

El equipo de SAMU First Response desarrolla su mayor simulacro de respuesta inmediata

El equipo de SAMU First Response llevó a cabo el 22 de julio su mayor simulacro de respuesta inmediata hasta la fecha: el equipo de gestión de desastres organizó y completó un despliegue de emergencia tras un capítulo de graves inundaciones en el que debía atender y reubicar a más de 400 personas afectadas.

La singularidad de este ejercicio, además de su propia dimensión, es que el equipo tuvo que reaccionar sin aviso ni preparación previa, solo alerta en la jornada anterior, activación y despliegue. «Me ha impresionado vuestra energía y dedicación en este primer ejercicio de despliegue inmediato. La jornada ha ido a más y habéis brillado a gran altura», subrayó Carlos González de Escalada, presidente-director general de SAMU, que evaluó este ejercicio sobre el terreno.

El simulacro se realizó durante toda la jornada en el parque Prince William Forrest, ubicado en la periferia de Woodbridge, unos 15 kilómetros al sureste de Washington D.C. El despliegue de más de una veintena de efectivos se enfrentó a una situación en la que debía asumir la atención a entre 400 y 500 personas afectadas por fuertes inundaciones, que necesitaban ser reubicadas. Su evacuación y reubicación debía producirse en varios refugios diferenciados para hombres no acompañados, mujeres no acompañadas, familias y menores no acompañados. La misión contemplaba la asistencia inmediata, la habilitación de albergues y la logística para atender a los afectados. Los figurantes recrearon situaciones de todo tipo, incluyendo ataques de pánico al ser recibidos por el equipo de SAMU First Response.

Con este ejercicio, el equipo de Estados Unidos sigue desarrollando y perfeccionando sus capacidades de atención inmediata en casos de catástrofes. Como entidad con amplia experiencia en cooperación internacional, ayuda humanitaria y emergencias sanitarias, SAMU First Response también quiere posicionarse como entidad disponible en casos de catástrofes en los ámbitos nacional e internacional.

El objetivo principal del ejercicio desarrollado en el parque de Woodbrige era demostrar las capacidades logísticas y asistenciales como equipo de emergencia. Además, se plantearon como objetivos secundarios asegurar una dotación de estructuras adecuada al tipo de demanda operativa que se pretende cubrir; garantizar un suministro eléctrico para cubrir todas las necesidades energéticas durante el despliegue; establecer un mecanismo de flujos de trabajo que mantenga la operatividad de las actividades y demandas de la situación; identificar las necesidades de la población a atender, trazar las rutas de trabajo para responder a estas necesidades y garantizar la acogida hasta su relevo; y asegurar una zona de vida y de avituallamiento para el personal interviniente, entre otros. Todos los objetivos se cumplieron de forma satisfactoria.

SAMU First Response: dos años al servicio de los más vulnerables en Estados Unidos

SAMU First Response continúa su compromiso incansable con la asistencia y el apoyo a personas solicitantes de asilo y migrantes que llegan a Estados Unidos y, tras dos años de duro trabajo, la organización se plantea ahora nuevos horizontes para brindarle su ayuda a poblaciones vulnerables en el campo de los servicios sociales y las emergencias, como por ejemplo, los desastres naturales.

El 21 de junio se cumplieron dos años del inicio de la operación de recepción y acogida de migrantes desarrollada por SAMU First Response (SFR) en el Centro Respiro de Montgomery Country, en el estado de Maryland, y en las calles de Washington D.C., lo que ha permitido una evolución y un crecimiento exponencial de la organización hasta llegar a lo que es hoy.

Estados Unidos sufre una crisis migratoria constante en su frontera con México desde la primavera de 2022. El 6 de abril de ese mismo año, el Gobernador de Texas anunció el envío masivo de personas migrantes en autobuses hasta la Estación Central de Washington D.C. (Union Station). Dos meses después ya habían llegado a este punto más de 2.000 personas procedentes, principalmente, de Colombia, Venezuela, Cuba y Nicaragua.

A estas personas se les permitió entrar en EEUU mientras sus casos eran procesados por el Servicio de Aduanas e Inmigración de Estados Unidos. Generalmente, carecían de acceso a los sistemas de transporte y comunicación y, por tanto, necesitaban ayuda y recursos para llegar con seguridad a sus destinos y comenzar una nueva vida.

Durante este proceso, las organizaciones locales de asistencia de Washington D.C. se vieron colapsadas por la gran afluencia de personas. Además, a medida que pasaba el tiempo, la frecuencia y el número de autobuses aumentaban, lo que ponía de manifiesto la necesidad de una respuesta coordinada a gran escala.

Fue en este contexto cuando nació la operativa dirigida por SFR con el objetivo de dar atención primaria a los migrantes y solicitantes de asilo que llegaban a Washington D.C. en autobús.

El origen

SAMU First Response es la evolución de SAMU Foundation, que abrió su primera oficina en Washington D.C. en 2018 con el fin de captar fondos para sus misiones humanitarias internacionales. Tres años después, la entidad logró hacerse un espacio en EEUU a través de SAMU First Response, que empezó su labor centrándose en los menores.

En abril de 2022, ante la importante crisis migratoria que sufría EEUU, las tres personas que formaban entonces el equipo de SFR empezaron a trabajar de manera voluntaria en la acogida de familias que cruzaban las fronteras de manera irregular en apoyo a otras asociaciones como Carecen y Caridades Católicas.

Gracias a financiación externa, SAMU First Response abrió el 21 de junio de 2022 el Centro Respiro en Montgomery Country, en el estado de Maryland, en el que los migrantes podían permanecer hasta 30 días. La apertura de este recurso fue el inicio de la operación de acogida de migrantes y el punto de partida del crecimiento exponencial que ha experimentado la organización.

Recepción y acogida de migrantes en Washington D.C.

La llegada masiva de migrantes hizo que se ampliara el equipo de SFR y que éste desarrollara también su misión de recepción y acogida en la estación principal de autobuses de Washington D.C. y en las propias calles de la ciudad, ya que los autobuses llegaban a diferentes puntos de la ciudad.

El primer autobús al que dio la bienvenida SFR en Union Station llegó desde Texas con 28 personas. Y en el primer mes, la organización proporcionó servicios directos a un total de 1.325 personas, comidas calientes a 1.612 y alojamiento nocturno a 380. También se ofrecieron talleres y sesiones de información a 103 migrantes.

“Los autobuses llegaban entre las cinco de la mañana y las once de la noche, y cada semana el horario variaba. Al principio, el equipo de SAMU First Response estaba formado por cinco personas, dedicadas a coordinar la operación, junto con la asistencia de cuatro voluntarios de España que ayudaron como apoyo adicional. En los meses siguientes, la organización pudo contratar personas adicionales dedicadas y apasionadas y el equipo creció hasta alcanzar unas 20 personas que integraron los equipos de admisión, logística y soporte de servicio. En ese momento, la operación tenía un centro de relevo que se llenaba muy rápidamente cada pocos días y un equipo de admisión móvil que se reunía y daba la bienvenida a los autobuses dondequiera que llegaran dentro de los límites de la ciudad”, explican desde la organización estadounidense.

“Durante este tiempo, trabajamos muy de cerca con la comunidad y otras organizaciones que compartían pasiones similares a las nuestras para ayudar a las familias y personas individuales migrantes que llegaban al área de Washington D.C. Hubo una gran dependencia de las donaciones comunitarias de ropa, kits de higiene y alimentos de restaurantes locales para ayudarnos a apoyar nuestra misión de ayudar a la comunidad de inmigrantes. Con el tiempo, el equipo de admisión pudo mudarse a ubicaciones más seguras dentro de las iglesias de la ciudad, lo que creó un espacio más seguro para todos y un flujo más constante de recursos que pudimos brindar a quienes llegaban en autobuses desde Arizona y Texas”, continúan.

En mayo de 2023, el programa de Recepción y Centros de Respiro para Migrantes de SAMU First Response experimentó una transformación. La organización trasladó su operación de recepción desde la principal estación de autobuses en Washington D.C. (Union Station) y, posteriormente, en varias iglesias de la ciudad, a un nuevo centro de recepción y acogida ubicado en el noreste de Washington D.C. Este nuevo centro de recepción, que también ha servido como espacio de respiro, duplicó la capacidad de la organización para brindar una recepción segura y digna a las personas que llegaban a Washington D.C.

Este nuevo centro ha resultado un apoyo y complemento a los esfuerzos que desde junio de 2022 se viene realizando en el otro centro que SAMU tiene en Montgomery Country (Maryland).

En este nuevo recurso de Washington D.C., las familias migrantes pueden permanecer un mayor tiempo (hasta seis meses), a la vez que reciben una amplia gama de servicios que incluye la gestión de casos y el apoyo de otras organizaciones como Carecen y Caridades Católicas. Aquí, no sólo se atienden a las personas que llegan en autobús desde Texas o Arizonas, sino que las familias y las personas que llegan a Washington D.C. por sus propios medios pueden entrar directamente y pedir ayuda.

“Este nuevo espacio ha cambiado la trayectoria de la misión y a lo que SAMU puede aspirar en su misión de salvar vidas. Ahora podemos ofrecer servicios inmediatos con acceso a instalaciones para almacenar agua fría o café caliente, cocina para preparar comidas, opciones de ropa y un lugar seguro para cambiarse, y un área de juegos para que los niños vuelvan a tener imaginación”, apuntan desde EEUU. “La organización ha pasado de atender a los migrantes que llegaban al país en las calles y en las mesas de Union Station a poder brindarles un espacio seguro y cálido mientras se les da la bienvenida a la ciudad junto con todos los recursos que están al alcance de la mano”.

A todo eso se añade la creación en enero de 2024 de un nuevo proyecto de apoyo y asistencia humanitaria a migrantes y solicitantes de asilo en el estado de Maryland, una iniciativa que en los últimos meses se ha extendido al resto de Estados Unidos y hasta ahora ha completado varias misiones. Este equipo de despliegue está listo en cualquier momento para ayudar cuando ocurre un desastre o cuando se solicita apoyo de otras organizaciones en Maryland.

Apoyo y asistencia humanitaria a migrantes y solicitantes de asilo

Dentro de este proyecto de apoyo y asistencia a migrantes y solicitantes de asilo, SFR, en colaboración con otras organizaciones, ha participado en varios eventos de apoyo en clínicas legales, actividades comunitarias y de extensión, actividades en iglesias o programas de familias saludables, reparto de kits de higiene, ropa, teléfonos móviles o alimentos, entre otros.

En tres meses, de abril a junio, SAMU ha colaborado con unas 14 asociaciones y ha implementado con éxito una decena de eventos diseñados para satisfacer las diversas necesidades de la comunidad. En total, estas actividades y eventos de divulgación han beneficiado a 2.482 personas en Maryland (al margen del programa de recepción y respiro en el condado de Montgomery). Sólo a través de las clínicas legales se han ofrecido servicios críticos, asistencia y orientación a 886 migrantes con bajos ingresos; se han distribuidos 200 kits de higiene y 156 teléfonos móviles; y se han repartido más de mil prendas para bebés y más de 2.300 comidas.
Baltimore, Wheaton, Silver Spring, Rockville, New Carrollton, Laurel, Shady Grove, Chevy Chase, Burtonsville, Gaithersburg y Annapolis han sido los lugares en los que se han desarrollado hasta el momento estas actividades en las que se brindó asistencia legal, apoyo de salud y servicios esenciales a miles de personas migrantes.

“Este proyecto ha fortalecido la resiliencia y la autosuficiencia de la comunidad migrante, y se les ha preparado para acceder a recursos vitales y mejorar su estabilidad y bienestar”, apuntan desde SFR.

De manera paralela, SAMU ha desarrollado también otros proyectos como Relief and Support (Mitigación y Apoyo), que consiste en atender situaciones de emergencia y/o catástrofes naturales a través del registro de víctimas y manejo de donaciones y voluntarios tanto a nivel nacional como internacional; y Smile, que ha llevado a la organización a expandir su trabajo a otros lugares como Puerto Rico.

Más de 15.000 beneficiarios en dos años

SAMU First Response es hoy una organización muy diferente a la que era hace dos años, pero tiene los mismos valores, pasión y dedicación para ayudar a cerca de 15.000 personas de la comunidad migrante. Actualmente, cuenta con un equipo de más de 90 personas que trabajan incansablemente en múltiples equipos en toda la organización para apoyar la misión.

En concreto, en estos dos años 14.922 personas, entre ellas 3.227 familias, se han beneficiado de los servicios y programas de SAMU First Response. En este tiempo, la organización ha dado la bienvenida a 287 autobuses, la gran mayoría procedentes de Texas y Arizona; y ha repartido más de 200.000 comidas.

El 47,5% de estos migrantes y solicitantes de asilo proceden de Venezuela. Le sigue Colombia (11,5%), Perú (9,5%) y Ecuador (9%). Otras personas llegan desde Honduras, Nicaragua, Guatemala, México, Mauritania, Senegal o Cuba.

“Día a día, la plantilla de SAMU First Response trabaja arduamente para encontrar constantemente formas nuevas e innovadoras de cambiar las vidas de aquellos a quienes sirven y ayudan. Amamos la comunidad a la que servimos y el hecho de que podemos marcar la diferencia en las vidas de tantas personas que se han cruzado en nuestro camino. En SAMU First Response estamos emocionados de celebrar dos años salvando vidas y esperamos continuar la misión en los años venideros”, señalan desde la propia organización.

SFR tiene su mirada puesta en el futuro y se enfrenta a desafíos significativos. El equipo de Estados Unidos confía en que, con una visión de crecimiento sostenible y una sólida red de colaboradores, la organización esté preparada para abordar los desafíos que el futuro presenta, manteniendo siempre su compromiso con las misiones y su objetivo fundamental de ayudar a quienes buscan una vida mejor en Estados Unidos.

 

SAMU en la XXXIX Maratón de Sevilla: el auxilio cuando el cuerpo supera sus límites

SAMU ha sido un año más un actor fundamental de la Maratón de Sevilla, que se celebró el 18 de febrero en la ciudad. Un total de 102 profesionales de la sanidad, las urgencias y las emergencias, entre médicos, enfermeros, Técnicos de Emergencias Sanitarias (TES), Técnicos en Cuidados Auxiliares de Enfermería (Tecae), técnicos de apoyo logístico, fisioterapeutas y personal en formación de Escuela SAMU, además de 33 vehículos (entre ellos, 12 UVI móviles y seis ambulancias SVB) formaron parte del dispositivo sanitario de SAMU en la XXXIX edición de la carrera, una de las más prestigiosas y multitudinarias del panorama nacional.

SAMU sólo ha estado ausente en una de las 39 ediciones celebradas, lo que demuestra la excelente calidad del dispositivo sanitario desplegado, así como la gran confianza depositada en la entidad por parte de los organizadores de la prueba, el Instituto Municipal de Deportes (IMD) y la empresa Motorpress Ibérica.

La Maratón de Sevilla ya es oficialmente una de las mejores carreras en ruta del mundo. Cuenta con el estatus IAAF Gold Label. Este sello se concede a las carreras en asfalto que cumplen determinados parámetros y requisitos acerca de su calidad organizativa, seguridad, nivel deportivo de la élite y marcas logradas, número de inscritos, promoción internacional, repercusión mediática y exposición de la prueba. Esto supone el broche al trabajo de los últimos años.

La Zurich Maratón de Sevilla 2024 tuvo la salida y meta en el Paseo de las Delicias. En esta ocasión, se repitió el recorrido del año anterior, en el que destaca la reducción del número de curvas, lo que favorece que los participantes mejoren sus tiempos. Los kilómetros finales discurrieron por el centro de la capital andaluza, con visita a todos los principales monumentos de la ciudad y el centro histórico. De este modo, se facilita el seguimiento por parte del público para que los participantes se encuentren más arropados y motivados en este reto que les lleva al límite. Todo esto obligó a SAMU a reestructurar en 2023 la logística de años anteriores para atender las necesidades organizativas de una prueba que cuenta con 12.000 dorsales reservados.

A SAMU le correspondió un año más la elaboración del Plan de Autoprotección (PAU) como parte del dispositivo de riesgo previsible para dar cobertura sanitaria de primera intervención a posibles urgencias, emergencias o incidentes de múltiples víctimas (IMV).

El equipo de profesionales de SAMU se citó a las seis y media de la mañana en la sede central de la organización, en la Isla de la Cartuja, dos horas antes del comienzo de la prueba. Allí, José Antonio Vázquez, director de operaciones de SAMU y mando del dispositivo sanitario de la XXXIX Zurich Maratón de Sevilla 2024, Maribel Álvarez, directora del Área Hospitalaria de SAMU, y Victoria Assaf, apoyo del mando del dispositivo de la maratón, dieron las últimas instrucciones a sus compañeros. Además, se revisó el material y se organizaron los diferentes equipos. Antes de que cada profesional ocupara su posición a lo largo de los 42 kilómetros de recorrido, todo el personal se concentró en una rampa fuera del edificio, junto a las ambulancias, para escuchar al doctor Carlos Álvarez Leiva, la voz de la experiencia.

Durante este briefing, el presidente de honor y fundador de SAMU recordó a cada uno de los asistentes la importante misión que tenían por delante y la gran responsabilidad que tenían como sanitarios. Después de estas palabras, cada equipo se marchó a sus puntos de referencia. Todos los profesionales estaban en sus puestos media hora antes del pistoletazo de salida.

El dispositivo estuvo bajo el mando de Carlos Álvarez Leiva, que actuó de director médico del servicio, y de José Antonio Vázquez, director de operaciones de SAMU. El objetivo del mismo era no sólo intervenir en la atención a deportistas, sino también en cualquier escenario de emergencias que pudiera producirse, como una avalancha o un atentado terrorista.
El dispositivo sanitario para dar cobertura a la maratón estuvo compuesto por un total de 102 profesionales de la sanidad y de las urgencias y emergencias repartidos en cinco categorías profesionales con distintas funciones organizativas, logísticas y asistenciales (médicos, enfermeros, técnicos y auxiliares de enfermería): director del dispositivo (1); médicos expertos en emergencias (17); enfermeros expertos en emergencias (26); TES (26); fisioterapeutas (2); auxiliares de enfermería (4); técnicos de apoyo logístico (15); técnicos CECOP (2); enfermeros expertos en emergencias motorizados (6); un médico especialista en cardiología; un médico especialista en traumatología y un médico especialista en cuidados intensivos.

Los recursos materiales estaban organizados en dos grandes grupos. Los primeros eran las infraestructuras fijas montadas y distribuidas en la carrera. Así, se habilitó un hospital de campaña en el Conservatorio de Danza Antonio Ruiz Soler de Sevilla para prestar asistencia sanitaria tanto a los corredores como al público del evento.

El segundo grupo incluía todos los recursos móviles repartidos a lo largo del circuito y distribuidos en 22 puntos. Éstos contaban con material de soporte vital, primeros auxilios y de desfibrilación temprana. Las UVIS móviles y puntos fijos, además, tenían un maletín polivalente y material para vía aérea.

La Zurich Maratón de Sevilla 2024 ha sido la edición de los récords en cuanto a la participación de atletas de élite (más de 250), la proyección internacional (se pudo seguir en directo en casi 400 canales de televisión de todo el mundo) y la participación extranjera, que alcanzó el 47% del total de los más de 12.000 inscritos.

“Estamos ante una edición que ya ha hecho historia muchísimo antes de celebrarse, la edición de los récords, por número de participantes, número de atletas de élite, récord también histórico de corredores internacionales, con más de 5.700 llegados de 100 países diferentes, y, por supuesto, el récord de mujeres participantes, más de 2.100, lo que supone un 17,5% de participación femenina en esta prueba que esperamos siga creciendo en las próximas ediciones”, aseguró durante la presentación de la prueba Minerva Salas, delegada de Cultura y Deportes del Ayuntamiento de Sevilla. Durante la prueba, además, se logró la mejor marca mundial del año y la sexta de todos los tiempos.

Desde SAMU explican que, en estos años, han identificado que existe una tendencia al alza en cuanto al número de intervenciones. En 2023 se realizaron 1.055 asistencias, casi el doble que el año anterior, en el que se realizaron 684. Igualmente, la gravedad de las asistencias también ha aumentado en los últimos años.

A falta del informe oficial, en esta edición se han registrado 698 asistencias sanitarias, la gran mayoría entre los kilómetros 25 y 40. Además, fueron necesarias ocho traslados a centros hospitalarios, dos de ellos fueron derivados al Hospital Virgen Macarena y los seis restantes al Hospital Virgen del Rocío, según explica Victoria Assaf, apoyo del mando del dispositivo sanitario del Zurich Maratón de Sevilla 2024.

Como en el resto de carreras de estas características, predominaron las hipotermias, la deshidratación, los síndromes gastrointestinales y los problemas musculoesqueléticos, todas ellas situaciones provocadas por el esfuerzo extremo al que se somete al organismo en una maratón, tanto en deportistas de alto nivel como en deportistas amateur.

Los más rápidos

La XXXIX edición del Zurich Maratón de Sevilla es una de las primeras maratones del año y una de las más planas de Europa. Este año, el protagonismo principal fue para el etíope Azmera Gebru, que con un registro de 2:03:27 logró el triunfo con récord incluido de la prueba en la que es de momento mejor marca mundial del año, situando de paso a la cita sevillana como la sexta mundial de todos los tiempos. El corredor africano respondió a las expectativas que le situaban entre los favoritos para rebajar en más de un minuto los hasta hoy vigentes 2:04:43, también superados en la meta por el segundo clasificado, el francés Morhad Amdouni (2:03:47), que de paso ha conseguido el récord de su país, acariciando el de Europa (2:03:36).

El espectacular mano a mano del africano y el galo desde el kilómetro 33, rompiendo el grupo cabecero antes de entrar en el Parque de María Luisa y la zona más icónica y monumental del maratón hispalense, se quebró de forma definitiva antes del paso por el 40. De esta forma, Geleta afrontó la recta final hasta el arco de meta saboreando las mieles del triunfo y su nuevo récord, que confirman el trazado sevillano como uno de los más rápidos del planeta y sitúan a la prueba como la sexta del ranking mundial de la historia.

En categoría femenina, la etíope Azmera Gebru se proclamaba vencedora absoluta con un tiempo de 2:22:13 en una carrera en la que las favoritas apenas inquietaron la plusmarca de la cita sevillana (2:18:51). Eso sí, se mantuvo la hegemonía africana: el podio de la categoría lo completaron las kenianas Josephine Chepkoech (2:22:38) y Magdalyne Masai (2:22:51).

RCP, materia obligatoria

Las consejerías de Salud y Consumo y de Desarrollo Educativo y Formación Profesional de la Junta de Andalucía, junto a un centenar de instituciones colaboradoras, entre las cuales se encontraba SAMU y su escuela de emergencias, han entrenado este año a más de 14.000 jóvenes andaluces en técnicas de reanimación cardíaca. Esta es la décima edición de estos denominados Cardiomaratones 061, que se han celebrado en todas las provincias andaluzas con motivo del Día Europeo de concienciación ante la Parada Cardíaca, que se conmemora el 16 de octubre.

Las jornadas celebradas en Sevilla, en el Paseo de Roma, frente al Palacio de San Telmo, contó con la presencia del viceconsejero de Salud y Consumo, Miguel Ángel Guzmán, y la viceconsejera de Desarrollo Educativo y Formación Profesional, Macarena O’Neill. En estas jornadas participaron unos 2.400 jóvenes procedentes de centros de Educación Secundaria Obligatoria, centros de Educación Infantil y Primaria, grados formativos sanitarios y universitarios, que a lo largo de la mañana y en grupos reducidos se entrenaron en estas técnicas de reanimación cardíaca durante una hora cada uno.

Un total de 27 alumnos de segundo curso del ciclo de Técnicos en Emergencias Sanitarias de la modalidad presencial y semipresencial de Escuela de SAMU participaron en esta iniciativa como formadores. De este modo, Escuela SAMU montó ocho puestos dotados de tres alumnos formadores con un responsable cada uno y un busto, con material suficiente (gel hidroalcólico, guantes y gasas). Se impartieron clases a grupos reducidos para enseñar las técnicas correctas para poder ejecutar una reanimación cardiopulmonar efectiva.

Al evento también acudió el delegado del Gobierno de la Junta de Andalucía, Ricardo Sánchez; la delegada territorial de Salud y Consumo, Regina Serrano; y el delegado territorial de Desarrollo Educativo y Formación Profesional y de Universidad, Investigación e Innovación en Sevilla, Miguel Ángel Araúz; así como por el director gerente del Centro de Emergencias Sanitarias 061, Fernando Ayuso, y el director del 061 de Sevilla, José María Villadiego. Estas autoridades entregaron un reconocimiento especial a siete personas que actuaron como primeros intervinientes aplicando las técnicas básicas de reanimación y contribuyendo así de manera decisiva a salvar una vida de una persona en Dos Hermanas y en otra en Sevilla. Miguel Ángel Guzmán apuntó que “la alerta inmediata al 061, la detección por parte de los gestores telefónicos de la parada y la decidida intervención de los intervinientes aplicando las maniobras de reanimación mientras llega el equipo de emergencias sanitarias han salvado la vida de estos pacientes”.

Por su parte, O’Neill destacó la importancia de esta formación a los jóvenes cuya finalidad es “facilitarles un entrenamiento básico para intervenir en situaciones críticas y sensibilizarlos sobre la importancia de saber actuar a tiempo y con eficacia, lo que permitirá incrementar la supervivencia de las personas que sufren una parada en el ámbito extrahospitalario”.

Estas jornadas de entrenamiento masivo en reanimación cardiaca son coordinadas por el Centro de Emergencias Sanitarias 061 desde 2013, tras la designación del Parlamento Europeo del 16 de octubre para la concienciación en esta materia en toda la Unión Europea. A lo largo de estos diez años se han entrenado a 118.443 andaluces en las técnicas de reanimación cardiopulmonar a través de estos cardiomaratones, 19.673 de ellos en Sevilla.

Durante las sesiones formativas, los asistentes ponen en práctica los consejos y recomendaciones de los profesionales sanitarios para realizar la reanimación cardiopulmonar sobre maniquíes o pacientes simulados, al tiempo que aprenden la secuencia de actuaciones que determinan un aumento de la supervivencia tras sufrir una parada cardiorrespiratoria (PCR), lo que se ha llamado la Cadena de Supervivencia.

La parada cardíaca (PCR) es la principal causa de muerte prematura en España y en los países de nuestro entorno. En la mayoría de los casos, su origen es cardíaco y se denomina muerte súbita cardíaca y puede afectar a personas jóvenes en una proporción importante. Se estima que la incidencia de la Parada cardíaca extrahospitalaria en Andalucía es de 19,5 por cada 100.000 habitantes y año, de las que más de la mitad ocurren en el domicilio.

La parada cardíaca es considerada la emergencia sanitaria tiempo dependiente por excelencia, ya que el pronóstico del paciente y, por tanto, las probabilidades de supervivencia, van a depender del tiempo que transcurre desde que ocurre hasta que se inician las maniobras básicas de reanimación. Según ha manifestado el director gerente del Centro de Emergencias Sanitarias 061, Fernando Ayuso, “es una lucha contra el tiempo y en gran medida, el éxito de los equipos sanitarios de emergencias en la atención a la PCR va a depender de que se hayan comenzado en el menor tiempo posible las maniobras de reanimación básica por los testigos”.

La parada cardiorrespiratoria es la interrupción brusca, generalmente inesperada y potencialmente reversible de la respiración y de la circulación espontánea. Una recuperación del paciente sin secuelas neurológicas exige que los tiempos de actuación sean mínimos. En este punto, la colaboración ciudadana, el aviso y el inicio inmediatos de maniobras de reanimación son imprescindibles para conseguir un buen resultado final.

La técnica de reanimación cardiopulmonar consiste en el mantenimiento de la vía aérea abierta, de la respiración y de la circulación de la sangre, sin equipo específico, sólo utilizando las manos y la boca, pudiéndose usar dispositivos de barrera para la vía aérea, evitando así el contacto directo con la víctima.

SAMU se une oficialmente al sistema andaluz de emergencias

El consejero de la Presidencia, Interior, Diálogo Social y Simplificación Administrativa, Antonio Sanz, y el presidente-director general de SAMU, Carlos González de Escalada, firmaron el 27 de septiembre, en el Palacio de San Telmo de Sevilla, un convenio de colaboración para ampliar la capacidad de respuesta y prestar un mejor servicio a la ciudadanía en situaciones de grave riesgo y emergencia.

“Hoy ensanchamos un poco más la gran familia de las emergencias en Andalucía con la suma de los más de 2.300 profesionales que conforman SAMU. Unos especialistas que desarrollan una labor excepcional y que despliegan en toda Andalucía su labor de asistencia a pacientes críticos, personas con distintas tipologías de discapacidad o menores, entre otros”, indicó el consejero de la Presidencia, que hace unos meses visitó las instalaciones de Escuela SAMU, en el municipio de Gelves, junto con buena parte de su equipo con el objetivo de poder conocer de primera mano la labor formativa que aquí se realiza en el campo de las emergencias, urgencias y la acción social y humanitaria, así como sus grandes posibilidades de proyección nacional e internacional.

Durante su intervención, Antonio Sanz destacó que el acuerdo tiene una duración de cuatro años y viene a sellar una colaboración que ya se venía dando entre ambas instituciones. De hecho, el consejero recordó que es frecuente recibir en el 112 a los alumnos de la Escuela SAMU para conocer de primera mano cómo es el proceso de gestión y coordinación de las emergencias, así como también es habitual contar con su personal en simulacros y actividades de carácter formativo en el Instituto de Emergencias y Seguridad Pública de Andalucía (IESPA). “Ahora formalizamos y mejoramos ese trabajo conjunto”, añadió.

A la colaboración de ambas instituciones ante situaciones de grave riesgo colectivo, catástrofe o calamidad pública, se suma también el establecimiento de protocolos de colaboración tanto en el resto del Estado como en el marco internacional a través del Mecanismo Europeo de Protección Civil.
El consejero de la Presidencia recordó que, en los últimos terremotos de Turquía y Marruecos, los equipos del SAMU han contado con la colaboración de un guía canino, experto en búsqueda y rescate del Grupo de Emergencias de Andalucía (GREA) de la base de Los Palacios.

Formación e información

La Consejería resaltó que el convenio también contempla el desarrollo e implantación de programas de formación conjuntos dirigidos a profesionales en ejercicio y alumnos de la Escuela SAMU o el IESPA, además de actividades de formación e información a la población en materia de riesgos.

“Sentamos las bases para mejorar la formación a los operativos y futuros profesionales de las emergencias y avanzamos en el conocimiento de los riesgos entre andaluces y visitantes para seguir construyendo una Andalucía resiliente. Y todo ello sin coste alguno para los andaluces”, subrayó el consejero Sanz en el momento de la rúbrica, que ha contó también con la presencia de la secretaria general de Interior, Lourdes Fuster, y el director general de Emergencias y Protección Civil, Javier Gil. Será el titular de esta dirección general quien presidirá durante el primer año la comisión de seguimiento encargada de velar por la implementación y buen funcionamiento del acuerdo.

Misión SAMU Marruecos: «No hallamos supervivientes, pero sí salvamos vidas»

Fundación SAMU ha vuelto a demostrar su capacidad operativa y de respuesta inmediata con la misión desplegada en Marruecos entre el 9 y el 29 de septiembre tras la crisis provocada por un terremoto de magnitud 7 en la escala de Richter y con epicentro en Ighil, en el sur del país, que ha dejado más de 3.000 personas fallecidas y más de 5.000 heridos.

Dos expediciones de voluntarios, respaldadas por Project HOPE, se han relevado sobre el terreno durante todo el mes. La primera se centró en tareas de búsqueda de supervivientes con la unidad cinológica y en primeras intervenciones sanitarias en la localidad de Adassil, a 100 kilómetros de Marrakech, y sus alrededores. La segunda, establecida en Tigouga, en la provincia de Taroundant, realizó tareas de asistencia sanitaria a la población de zonas más apartadas y de difícil acceso. Los equipos de SAMU realizaron más de 600 intervenciones y su labor, en numerosos casos, sirvió para salvar vidas.

Pocas horas después del temblor de tierra, Fundación SAMU activó un gabinete de crisis y preparó un equipo médico de primera intervención para su traslado a Marruecos. El dispositivo partió el mismo sábado y llegó a Adassil, la zona de trabajo asignada por las autoridades del país, en apenas 36 horas.

Despliegue inmediato

Este inmediato despliegue fue posible gracias a una rápida toma de decisiones, a una gran capacidad de respuesta logística y humana, y también al hecho de que SAMU cuente con presencia corporativa en Tánger desde 2017, lo que facilitó las autorizaciones oportunas para enviar este contingente de ayuda.

La primera misión desplegada en Marruecos estuvo formada por 19 personas: cinco médicos, dos enfermeros, ocho técnicos de emergencias sanitarias y cuatro especialistas en rescate acompañados de dos perros.

Este equipo estaba dividido en dos unidades: un equipo principal de búsqueda procedente de Andalucía que partió de Sevilla, formado por 10 personas, además de los dos canes, complementado por dos unidades de Soporte Vital Avanzado (SVA) procedentes de SAMU Tánger. A este dispositivo se unió el presidente de honor y fundador de SAMU, el doctor Carlos Álvarez Leiva, que se encontraba en Marrakech en el momento del terremoto.

Carlos González de Escalada, presidente-director general de SAMU, participó en la misión como responsable de relaciones institucionales; y Borja González de Escalada, vicepresidente de Fundación SAMU, ejerció como mando operativo de este primer contingente.

La agrupación estuvo equipada con seis vehículos: un vehículo de primera intervención; una ambulancia de Soporte Vital Avanzado (SVA); una unidad de rescate quirúrgico y tres vehículos todoterreno.

La expedición de Sevilla llegó a Tánger por ferry en la noche del sábado, un día después del suceso, y se trasladó por carretera hasta Marrakech. Allí, la misión recibió la autorización del gobernador de Marrakech para trasladarse a Adassil y comenzar allí las tareas sanitarias y de rescate. La Clínica Internacional de Marrakech también ofreció un apoyo decisivo en las gestiones locales.

Búsqueda de supervivientes

La primera parte de la misión se centró en las tareas de búsqueda de supervivientes a cargo de los perros Homero y Birka. Se encontraron con un hándicap: en una zona de construcciones de adobe y piedra, el terremoto arrasó con la mayor parte de los edificios, provocando un desplome total de las estructuras. Los vecinos y familiares habían logrado sacar a algunas personas de sus viviendas justo después del temblor, pero después ya no fue posible localizar a ninguna persona con vida: no quedaba espacio para resistir bajo los escombros.

“Al ver aquello tuve claro que si había alguien debajo estaba ya en el otro mundo. No eran escombros, era tierra. Allí estaba todo enterrado, como si la tierra de la montaña junto a la que estaban las casas lo hubiera tapado todo. Era imposible que de allí saliera alguien con vida”, relata Juan Hidalgo, al frente de una de las unidades de rescate canino. “Costaba imaginar que allí antes hubieran vivido decenas o centenares de familias. La posibilidad de vida se reducía a la nada”, añade su compañero Juan Miguel Paisano, que, junto al guía Antonio Miranda, completan este equipo.

Junto a estas laboras de búsqueda, Fundación SAMU mantuvo activo un puesto médico avanzado en Adassil. Allí se atendió a las personas heridas durante el terremoto y también a aquellas que tuvieran cualquier necesidad sanitaria.

Además, el equipo realizó cada día diferentes expediciones a aldeas de los alrededores, conforme se iban limpiando los caminos rurales de escombros. Se visitaron más de 20 aldeas. También se llevaron a cabo traslados en ambulancia medicalizada a hospitales de mayor entidad en ciudades como Marrakech e incluso Tánger.

La primera expedición de SAMU a Marruecos regresó una semana después de su partida con más de 120 intervenciones sanitarias realizadas. Algunas de ellas han sido de gravedad, cuestión de vida o muerte, según explica Borja González de Escalada: “No hemos logrado rescatar supervivientes, pero sí hemos salvado vidas, y esto le da sentido y un gran valor al esfuerzo del equipo, de toda la organización y de todas las personas y entidades que nos apoyan”.

Una de las intervenciones más graves fue el episodio crítico sufrido por una niña que llegó al puesto médico con una cámara de bicicleta a modo de torniquete en su brazo izquierdo, que estaba fracturado. El estado de la paciente empeoró hasta el punto de tener que ser intubada por el equipo y trasladarla de urgencia a la Clínica Internacional de Marrakech, donde fue intervenida.

Otros casos destacados fueron la atención a un chico que sufrió un ataque epiléptico que puso en peligro su vida, y otro niño con un traumatismo craneoencefálico severo. Además, se realizaron numerosas atenciones a personas a las que se habían realizado curas de emergencia pero sin ningún tratamiento ni seguimiento.

Relevo inmediato

El primer contingente fue relevado de forma inmediata por una segunda expedición, bajo petición de las autoridades locales y de Project HOPE. Estuvo formada por 10 personas (dos médicos, un enfermero, cinco TES, una psicóloga y un médico), bajo el mando operativo de Andrés Rodríguez Holst.
La misión se dirigió a la aldea de Tigouga, en la provincia de Taroudant, a unos 300 kilómetros de Marrakech y cerca del epicentro del seísmo. Este fue el destino asignado por las autoridades marroquíes.

Los voluntarios estaban agrupados en equipos móviles con capacidad logística ligera y capacidades para la autosuficiencia. Dos equipos sanitarios se desplazaron a numerosas aldeas con vehículos 4×4 y, de esta forma, consiguieron acceder a poblaciones más apartadas y de difícil acceso.

Los habitantes de estos lugares habían recibido asistencia médica inmediata tras el terremoto y los más graves habían sido evacuados. Sin embargo, después dejaron de recibir asistencia, por lo que la labor de los sanitarios de SAMU fue muy importante para curar heridas, retirar vendajes, quitar suturas y, en definitiva, dar continuidad a los cuidados inmediatos. Además, se atendió a mujeres embarazadas, niños y adultos dependientes o personas con enfermedades crónicas, como hipertensos y diabéticos.

Andrés Rodríguez Holst reconoce que la presencia en el equipo de una psicóloga permitió ofrecer charlas comunitarias y acometer los síntomas tempranos de estrés postraumático que ya se está revelando entre la población. Desde el 18 de septiembre y durante sus diez días de trabajo, este segundo contingente asistió a medio centenar de personas cada día, hasta sumar más de 500 intervenciones, a falta de balance oficial.

Ola de solidaridad

Borja González de Escalada ha destacado la ola de solidaridad del pueblo marroquí con sus vecinos, con miles de personas desplazándose a las zonas afectadas con sus vehículos cargados de agua, pan y mantas en las primeras jornadas que siguieron al desastre. También ha subrayado el enorme agradecimiento que ha vivido su equipo por parte de los propios marroquíes, que aplaudían y saludaban a los vehículos de SAMU durante todo su recorrido desde Marrakech a Tánger.

La misión de SAMU ha contado con el respaldo de la ONG estadounidense Project HOPE, colaboradora habitual de la entidad en proyectos de ayuda internacional.

SAMU cuenta con presencia corporativa en Tánger desde 2017 y, en la última década, ha desplegado hasta tres misiones humanitarias en el país. De hecho, la organización estuvo en el terremoto de Alhucemas de 2004.

Una escuela que mira al mundo

SAMU y su escuela de emergencias cuentan desde hace ocho años con la colaboración de la empresa Global Education and Career Development Abroad (GlobalEd), especializada en el desarrollo de programas de educación internacional que permiten a estudiantes norteamericanos viajar a Sevilla para mejorar sus conocimientos académicos y/o realizar prácticas formativas.

Steven Davis, fundador y director de GlobalEd, lleva 23 años trabajando en el sector de los estudios extranjeros, pero no se independizó y formó su propia empresa hasta 2009. “Mi pasión siempre han sido las prácticas formativas. Mi objetivo es lograr que mis estudiantes aumenten su empleabilidad durante su estancia en el extranjero, es decir, sus aptitudes y actitudes para poder conseguir y conservar un empleo, además de ayudarles a lograr un curriculum de calidad que les permita tener una candidatura competitiva”.

En el ámbito sanitario, las primeras rotaciones que realizaron los estudiantes extranjeros en Sevilla fueron en el Hospital Infanta Luisa en 2011. “La primera rotación fue un éxito. Todos los médicos dijeron que les había encantado la experiencia. Y, a partir de ese momento, hubo un efecto dominó con otros hospitales”, relata Steven Davis.

La relación con SAMU y su escuela de emergencias comenzó en 2015. “SAMU y GlobalEd tienen una mentalidad y una filosofía de trabajo similar. Siempre estamos pensando en cómo seguir creciendo y mejorando”, observa Davis.

Durante los primeros años de esta colaboración, varios grupos de estudiantes de entre 18 y 23 años de la Universidad de Texas (Dallas, Estados Unidos) que querían ser médicos se formaron durante varios días en las instalaciones de Escuela SAMU, lo que les permitió conocer de primera mano la realidad del sector de las emergencias sanitarias.

En Estados Unidos, a su edad, las prácticas no son participativas, sino que los alumnos se dedican exclusivamente a observar. Sin embargo, en Escuela SAMU, los estudiantes se tienen que poner manos a la obra y participar de forma activa en cada ejercicio. “Aquí pueden llevarse hasta 14 horas trabajando sin parar y acaban completamente exhaustos, pero están encantados porque participan y están en contacto directo con las víctimas”, explica Steven Davis.

En concreto, este programa de estudio en el extranjero incluía tres semanas de formación en hospitales de Sevilla, donde realizaban rotaciones por las diferentes especialidades médicas, y otra semana de ejercicios prácticos en Escuela SAMU sobre soporte vital al trauma en el ámbito prehospitalario.

“Estudiar en el extranjero en mi época, a finales de los años ochenta, significaba una inmersión cultural y lingüística. Hoy esto ha cambiado mucho. La duración de los programas es menor y cada vez más clases se imparten en inglés. No hay una inmersión cultural ni lingüística, sino que esta experiencia se basa más en saborear y descubrir el mundo”, explica Steven Davis, director de GlobalEd. “El número de estudiantes extranjeros se ha incrementado muchísimo en los últimos treinta años y para las universidades es algo a su favor tener alumnos en el extranjero”.

Con la llegada de la pandemia, GlobalEd, al igual que otras muchas empresas, tuvo que renovarse y explorar nuevas formas de colaboración con las diferentes entidades, incluida SAMU. “Los efectos de la crisis del Covid-19 en mi sector, que se basa en estudios extranjeros, fueron catastróficos. Pasamos de 100 a menos cero. Los gastos fijos eran los mismos, pero no teníamos ingresos y, además, tuvimos que hacer frente a devoluciones de pagos realizados”, recuerda Steven Davis.

“Empezamos entonces a pensar qué podíamos hacer y una de las ideas que tuvimos fue poner en marcha prácticas online. Hablamos con universidades en Estados Unidos sobre este nuevo plan y fue nuestra salvación. El mundo no estaba preparado para una pandemia y el aislamiento que esto provocó. Había muchas carreras que requerían de prácticas para terminar los estudios. Nosotros empezamos a ofrecer prácticas online, pero muy enfocadas a empresariales, marketing, gestión, finanzas y las tecnologías de la información, principalmente. En el caso del sector sanitario, hablamos con hospitales para que nuestros estudiantes realizasen prácticas, pero siempre relacionadas con la gestión y la administración”.

Según explica el fundador de GlobalEd, conforme se comenzaban a abrir las fronteras y las normas anticovid eran más flexibles, comenzaron a desarrollar un nuevo programa de rotaciones en ambulancias junto a SAMU, en concreto en Sevilla y Málaga, pero éste no tuvo la aceptación que se esperaba.

Además, durante la pandemia, los estudiantes de GlobalEd participaron como voluntarios en varias iniciativas de SAMU First Response, la filial de SAMU en Estados Unidos. “Un grupo de alumnos de la Universidad de Dallas colaboró en la creación de conciencia y en darle visibilidad al proyecto de SAMU en Estados Unidos, ayudamos a contactar con posibles donantes y participamos durante un año en las diferentes fases del programa de acogimiento y asesoramiento de familias y menores no acompañados durante la última gran crisis migratoria vivida en EEUU”, apunta Steven Davis.

El pasado año, varios egresados realizaron prácticas formativas en la clínica SAMU Wellness, especializada en salud mental, y en la Residencia Santa Ana, que se centra en la atención a personas dependientes con daño cerebral adquirido, centro gestionado por Fundación SAMU.

Además, este año un grupo de 19 estudiantes han realizado un curso intensivo de un día en Escuela SAMU y GlobalEd ha desarrollado un programa de dos semanas con ejercicios de soporte vital de trauma prehospitalario en Escuela SAMU que se completarían con rotaciones en hospitales de Sevilla. “Este verano no hemos podido sacarlo adelante, no he logrado venderlo bien, pero es un buen programa y estamos seguros de que podremos ponerlo en marcha el próximo año. No obstante, estamos contentos porque en julio tuvimos a 100 estudiantes de manera simultánea en Sevilla y 37 de ellos realizaron prácticas en hospitales”, apunta Steven Davis.

“Ahora no tenemos un programa claro sobre la mesa con SAMU, pero no me sorprendería estar hablando de uno la semana que viene. SAMU me ve como un recurso, igual que yo los veo a ellos. Juan González de Escalada, director de Emergencias de SAMU, y todo su staff son unos grandes profesionales, especialmente, Thomas Couyotopoulo, director de escuela SAMU, y el instructor Andrés Rodríguez Holst, unos magníficos líderes y profesionales”.

“Para mí, SAMU forma parte de mi familia. Tenemos una mentalidad muy parecida, muy abierta, siempre con la intención de colaborar y de crecer juntos en muchas iniciativas”, continúa Davis, que asegura que sus estudiantes viven una experiencia única en SAMU y que “jamás podrán tenerla en EEUU”. “Aquí tienen contacto directo con el mundo de las emergencias y hospitalario. En EEUU, son demasiados jóvenes, no por edad, sino por su trayectoria académica, y no pueden realizar prácticas médicas. Mis estudiantes, cuando echan su solicitud para ser pediatras, por ejemplo, pueden explicar su experiencia y decir que han estado presentes en más de un parto o que han hecho rotaciones en cardiología, radioterapia, pediatría o urgencias”. Estos estudiantes tienen una experiencia diferente a la del resto de alumnos, lo que los hace más competitivos y únicos.

“Todo el mundo debería vivir una experiencia así”

Alba Molina Fajo y Julia Ceballos Ramírez. Enfermeras y miembros del contigente que ha participado en la Misión de Chile.

 

Las enfermeras especialistas en Pediatría Alba Molina Fajo (Jaca, Huesca, 1995) y Julia Ceballos Ramírez (Granada, 1998) formaron parte de la misión humanitaria de Fundación SAMU en Chile que se desarrolló entre junio y julio de este mismo año en Coyhaique, ciudad de la región de Aysén, al sur del país. Durante 18 jornadas consecutivas, ambas voluntarias hicieron frente al brote de virus respiratorio sincitial que ha afectado, de forma especial, a bebés menores de un año, provocando al menos siete fallecimientos en los peores días de la crisis y una saturación de camas para pacientes críticos.

Este despliegue volvió a demostrar la capacidad de respuesta y de especialización de Fundación SAMU ante la llamada de la OPS/OMS (Organización Panamericana de la Salud/Organización Mundial de la Salud) y su vocación de ayudar a los que lo necesitan, allá donde estén.

—¿Por qué decidieron participar en la misión humanitaria de SAMU en Chile?

—Alba Molina (AM): SAMU buscaba para esta misión un perfil específico de enfermera con experiencia en cuidados críticos pediátricos y casos de bronquiolitis. Todo ello se adaptaba bien a mi experiencia profesional y personal. Siempre intento estar atenta a este tipo de oportunidades laborales y de voluntariado. Cuando me enteré de esta misión sentí que estaba lo bastante preparada para dar el paso.

—Julia Ceballos (JC): En mi caso, conozco SAMU desde que comencé a estudiar la carrera de Enfermería, e incluso me atrevería a decir que desde antes. Siempre me ha interesado mucho su escuela de emergencias, la formación que imparten y todas las labores y acciones que realizan. De hecho, aún tengo pendiente realizar su Máster de Enfermería en Urgencias, Emergencias, Catástrofes y Acción Humanitaria. La verdad es que no me pensé mucho el participar en la misión de Chile. Desde que era pequeña he querido participar en algún proyecto de ayuda humanitaria y, en este caso, al ser con SAMU, la decisión fue fácil.

—¿Cómo supieron que SAMU estaba preparando una misión a Chile?

—AM: Una compañera que hizo el Máster de Enfermería de SAMU me lo comentó.

—JC: Lo mismo. Me enteré también a través de una compañera que realizó este mismo máster hace ya unos años.

—¿Habían participado anteriormente en alguna otra misión humanitaria?

—AM: Sí, con una ONG local pequeña en Huancayo, Perú, y con la Fundación Pablo Horstmann en Lamu, Kenia.

— JC: En mi caso, ésta ha sido la primera vez.

—¿Qué se encontraron cuando llegaron a Chile?

—AM: Encontramos una situación un poco diferente a la que esperábamos. Había niños ingresados con un diagnóstico de bronquiolitis y necesidades de cuidados críticos en un servicio de UCI de adultos con una falta de profesionales con experiencia en el manejo del paciente crítico pediátrico.

—¿En qué estado ingresaban los niños?

—JC: No todos los niños ingresaban con la necesidad de unos cuidados intensivos. Todo se iba viendo en función de la evolución del paciente. Pero sí es cierto que algunos de ellos llegaban al hospital directamente con necesidad de ventilación mecánica o con un patrón respiratorio complicado.

—¿Les recordaba la virulencia del virus sincitial a los tiempos del coronavirus en España?

—AM: Sí, en general, la virulencia y el estado en el que ingresaban los pacientes resultaba similar al que nos habíamos enfrentado en España unos meses antes en nuestra propia epidemia en invierno.

—JC: Más que a la situación de 2020 ó 2021, a mí me recordó más a la situación vivida el pasado invierno en España. Nosotras mismas en nuestra unidad vivimos una situación difícil. Hubo muchos niños ingresados por VRS (virus sincitial respiratorio), que requirió de un aumento de personal y de camas de cuidados críticos pediátricos.

—¿Cuál era el estado de alerta entre la población?

—AM: La población estaba bastante enterada de la situación de la epidemia de infección respiratoria infantil y los medios de comunicación se hacían eco constantemente de la misma, así como de la preocupación local sobre la falta de una UCI pediátrica para dar respuesta a los niños que llegaban en una situación crítica.

—JC: Las personas estaban algo angustiadas porque relacionaban esta situación con otra anterior vivida en 2017, cuando tuvieron una carga asistencial muy grande, sobre todo, de pacientes pediátricos, y en la que en más de una ocasión vivieron momentos difíciles y duros.

Recursos disponibles

—¿Cómo era el hospital en el que trabajaron?

—JC: Si tuviese que clasificarlo como normalmente hacemos aquí en España, diría que se trataba de un hospital de carácter comarcal. El centro contaba con la mayoría de los servicios esenciales. Estaba bien dotado tanto de personal como de material y equipamiento. Y, con respecto a lo que nos podemos encontrar en nuestro país, no había mucha diferencia. Lo que sí es cierto es que, en los que se refiere al área de pediatría, no contaba con todos los recursos necesarios. En este caso, no contaba con una UCI pediátrica, un proyecto que se lleva gestionando, según nos informaron, desde 2017.

—¿Con qué medios contaban? ¿Eran similares al de un hospital de España?

—AM: A nivel de medios, el hospital de Coyahique, hasta lo que nosotras humildemente pudimos conocer, estaba adecuadamente dotado. Las diferencias se evidenciaban más a nivel de recursos humanos formados de forma específica para utilizar los medios disponibles para dar unos cuidados concretos a la población pediátrica.

—¿Cómo fue el trabajo con el equipo local?

—JC: El trabajo con el equipo de allí fue muy fácil. Nos recibieron muy bien. Además, creo que nuestro equipo se adaptó muy bien a ellos, al igual que ellos a nosotros. SAMU fue a ayudar y, aunque es verdad que acabamos adaptándonos a su forma de trabajar, siempre aceptaban cualquier consejo o experiencia que les transmitíamos.

—¿Qué aprendizajes y lecciones se han traído de esta experiencia?

—AM: La colaboración fue muy satisfactoria. Nos recibieron con amabilidad y compartieron con nosotras turnos y momentos duros, aportando con ellos a la vez nuestros conocimientos y experiencias particulares.

—JC: Con esta experiencia he podido confirmar que dedicarse al ámbito sanitario es algo vocacional, pues, independientemente de los recursos que se tengan, todo el personal se involucra al cien por cien para que el paciente salga hacia delante o para que los cuidados que reciban sean siempre los más óptimos posibles.

—¿Cómo valoran la experiencia?

—JC: Ha sido muy positiva tanto a nivel profesional como personal. Creo que todo el mundo debería vivir alguna vez una experiencia así.

—¿Qué fue lo que más les impresionó o les resultó más difícil de hacer?

—AM: Para mí, quizás, la parte más difícil fue lidiar con algunas situaciones críticas en las que, en mi contexto de trabajo, estoy acostumbrada a proceder de forma protocolizada, lo que asegura una respuesta organizada y eficaz, pero, en Chile, no siempre podía actuar así, ya que el servicio de UCI pediátrica todavía estaba en proceso de desarrollo, con algunos profesionales instruidos en ese área de práctica clínica pero con muchos todavía en el proceso de formación.

—JC: Lo que más me impresionó fue el hecho de que un hospital un poco incomunicado a nivel de carreteras no contará con una unidad de cuidados críticos pediátricos y sí con otros servicios. Y lo que tal vez me costó un poco más fue el tema burocrático, dado que los pacientes con ventilación mecánica tenían que ser trasladados a un hospital que contara con unidad de críticos pediátrica y eso suponía realizar varias gestiones. Es algo que nosotras no llegábamos a manejar del todo. Pero es cierto que todo es hacerse al sistema de trabajo.

—¿Repetirían la experiencia?

—AM: Me encantaría tener la oportunidad de repetir con SAMU en próximas misiones, especialmente en proyectos de ayuda humanitaria motivada por desastres naturales, un área humanitaria en la que no he trabajado nunca y en la cual tengo un gran interés en aprender.

—JC: Repetiría sin lugar a dudas. La experiencia ha sido enriquecedora en todos los sentidos. Y trabajar con SAMU también lo ha hecho todo mucho más fácil.

Fernando Segura: «Tras un año en Escuela SAMU, me apunto a un bombardeo»

Fernando Segura Román (Sevilla, 2000) acaba de finalizar sus estudios del Máster de Enfermería en Urgencias, Emergencias, Catástrofe y Acción Humanitaria en Escuela SAMU con el mejor expediente de su promoción, título que comparte con su compañera Eva María Gil Centeno.

 

—Enhorabuena, acaba de graduarse con uno de los dos mejores expedientes de su promoción. ¿Qué le pasó por la cabeza cuando le dieron el diploma en el acto de graduación tras un duro año en Escuela SAMU?
—Lo primero que hice fue dirigirme a Andrés Rodríguez, instructor y una de las personas más importantes para mí en Escuela SAMU, y le dije: “Andrés, yo ese chaleco me lo voy a poner. Voy a ser instructor. El día de mañana quiero trabajar en SAMU”. Sé que ahora no es el momento, no tengo experiencia y tengo que aplicar todo lo aprendido antes de enseñárselo a los demás, pero voy a volver.

—Tiene muy claro su futuro.
—El miedo que me da es perder el contacto con SAMU en ese tiempo. Ahora, por ejemplo, estoy trabajando en Mallorca en el servicio de Urgencias de Pediatría del Hospital Son Espases, pero me han dicho que ese contacto nunca lo voy a perder, que si ya he entrado en SAMU, siempre van a contar conmigo cuando sea necesario.

—Vayamos por orden. ¿Por qué decidió estudiar el Grado de Enfermería?
—No fue por tradición familiar, de hecho, soy el primer enfermero de mi familia. Fue por un tema personal, por la pérdida de un ser querido. Esto me hizo acercarme al mundo de la sanidad y querer salvar la vida de los demás, ya que, en aquella ocasión, no pude hacerlo.

—¿Puedo preguntarle quién era ese ser querido?
—Sí, mi padre. Murió en su casa. Yo tenía 13 años. Su pérdida me hizo interesarme por el mundo sanitario, totalmente desconocido para mí en ese momento.

—¿Y siempre tuvo claro que quería especializarse en el campo de las emergencias?
—A lo largo de la carrera fui cambiando muchas veces de opinión. Entré queriendo ser matrona, después me atrajo la Atención Primaria, luego quise hacer la especialidad de Enfermería Familiar y Comunitaria porque existía la opción de trabajar en el DCCU (Dispositivos de Cuidados Críticos y Urgencias). Y cuando hice prácticas en la UCI me enamoré de la especialidad de críticos. Durante mi estancia en Portugal con una beca Erasmus hice varias guardias en una ambulancia, y también me di cuenta de que lo mío eran las situaciones críticas e impredecibles.

—¿Conocía el Máster de Enfermería de Escuela SAMU?
—Cuando terminé la carrera de Enfermería, lo primero que pensé fue en irme fuera a trabajar. De hecho, acepté un contrato en Barcelona. Pero, en realidad, me apetecía seguir estudiando, no trabajar, porque, realmente salí de la carrera con la sensación de no saber nada. Me sentía inseguro, sentía que me faltaba formación y empecé a buscar posgrados presenciales. Finalmente, encontré dos, uno en La Universidad Pablo de Olavide y el de SAMU.

—¿Por qué se decantó por el máster de Escuela SAMU?
—Laura Fernández, una compañera de la facultad, que ya había hecho el máster de SAMU, me lo recomendó, pero fue muy sincera conmigo. Me dijo: “Haz este máster. Va a ser un año en el que perderás tu vida social y te aislarás. Si tienes pareja, puedes perderla, y también a los amigos, pero, por su formación, merecerá la pena. No te arrepentirás en ningún momento”. También le pregunté a otros compañeros que habían ido a una visita a Escuela SAMU mientas yo estuve de Erasmus y me dijeron: “Allí están todos locos, son unos salvajes”. Y en el fondo tenían razón, un toque de locura tenemos todos en SAMU. Al final me fié de Laura y me matriculé. No fue fácil tomar la decisión. Cambié la opción de estar un año ganando dinero en Barcelona por la de gastarme lo que me quedaba de la herencia de mi padre en esta formación. Aposté todas mis cartas a una y rechacé el contrato de trabajo de Barcelona sólo 12 días antes de empezar y me preparé a conciencia las pruebas de acceso. Iba a muerte. Me lo tomé muy en serio.

—¿Se arrepiente de esa decisión?
—En absoluto. No me arrepiento para nada. Ha sido un año muy difícil, de enorme esfuerzo económico y personal. He perdido a mi pareja y me he enfadado con amigos, pero tenía claro que quería priorizar mi formación y mi futuro laboral.

—¿Qué se lleva de este año en Escuela SAMU a nivel personal y profesional?
—A nivel personal, he alucinado con el vínculo que se crea tanto con los profesores como con los compañeros. Te llevas un año compartiendo tu día a día, tu rutina, un estilo de vida, tus risas y tus desgracias con las mismas 30 personas y eso une mucho. Respiras el mismo oxígeno. Duermes durante cuatro días seguidos con ellos en medio de la nieve y sufres con ellos los retos de las acampadas de supervivencia que te llevan al límite. Somos muy distintos todos, pero esa diferencia hace que seamos un grupo tan compatible. Ellos y la escuela en general han sido mi familia y mi casa durante un año, una familia y un hogar que me hacían mucha falta. Y, cuando se ha finalizado el curso, me ha costado mucho aceptar que todo esto se ha acabado.

—¿Y profesionalmente?
—Aún no puedo contestar a esta pregunta porque no soy plenamente consciente de ello. Solamente llevo una semana trabajando en Mallorca y ya me he dado cuenta de lo mucho que he evolucionado en un año. Me refiero al cambio de actitud por mi parte y a la seguridad que tengo ahora en mí mismo.

—¿Cómo se ve, profesionalmente hablando, con respecto a otros compañeros de Mallorca?
—Compañeros que llevan un año trabajando en ese hospital me preguntan cosas a mí, que sólo llevo una semana, sobre todo, el por qué hago algo de una manera y no de otra. En este tiempo, he tenido varios casos graves, por ejemplo, un niño que llevaba 30 minutos convulsionando. Ahora, después de un año en Escuela SAMU, me apunto a un bombardeo. Antes evitaba los problemas, me quedaba sólo con lo mío, más tranquilo, y ahora me meto en los casos más graves para echar una mano. En SAMU he aprendido a preparar los fármacos, las dosis, sé lo que el médico necesita antes de que me lo diga. Puedo emitir un juicio aunque la decisión final sea de otros. Sé manejar todo el material de críticos y los protocolos de actuación en caso de epilepsia de un niño, por ejemplo. En el máster he aprendido cosas que van más allá de mis competencias como enfermero, pero eso me ha permitido tener mucha más seguridad en el trabajo y saber en todo momento qué estoy haciendo, por qué y saber que lo estoy haciendo bien.

—El Máster de Enfermería incluye una parte de acción humanitaria. ¿Ha podido ir ya de misión?
—Aún no, pero tengo claro que lo haré. Es mi sueño. Cuando ocurrió el terremoto de Turquía nos dijeron que nos íbamos todos de misión y que teníamos tres días para prepararnos. En ese momento, estaba trabajando a media jornada en un hospital privado de Sevilla. Como siempre hago, aposté todo por algo. Dejé el trabajo, lo que me acarreó muchos problemas, y me involucré al máximo en los preparativos de la misión. El día antes de salir, nos dijeron que no nos iban a activar porque la demanda había bajado. Me quedé clavado en la mesa. Otros compañeros también habían renunciado a su trabajo para poder ir. Fue un palo muy grande. Esa es la parte negativa de las misiones, que de 30 salen 5, y que hay q estar preparado tanto para vivir una aventura en otro país como para quedarte en el caso de que se cancele.