La cocina de Fundación SAMU

En marzo de 2022 encendían sus fogones las cocinas de Kata Universo Catering, un nuevo proyecto empresarial bajo el paraguas protector de SAMU que nació ante la necesidad de la organización de dar servicio a los recursos de dependencia e infancia gestionados por Fundación SAMU. En sólo doce meses, este proyecto, aún en fase inicial, ha crecido y explorado nuevas líneas hasta abordar servicios como son la formación, cobertura de eventos empresariales, banquetes, alimentos de colectivos, suministro para campañas y emergencias y la puesta en marcha de una cafetería con el objetivo de batir sus alas y volar solo, bajo la batuta de Virginia Blanco como jefa de cocina.

Kata Universo Catering tiene su origen en Canarias, concretamente en la crisis migratoria del verano de 2021. La llegada masiva de menores migrantes sin la compaña de un adulto provocó la inmediata respuesta de Fundación SAMU que, a través de su área de Infancia y Familia, puso en marcha varios dispositivos de acogimiento temporal. La propia organización puso entonces en funcionamiento una cocina para dar cobertura a todos estos recursos.

“Estábamos en plena pandemia del Covid-19, las islas estaban cerradas y los precios eran muy elevados. SAMU tenía una necesidad que debía cubrir: alimentar a las decenas de niños que llegaban de manera masiva a Canarias. Así que pensamos: ‘si SAMU es capaz de abrir un dispositivo en 24 horas, ¿por qué no vamos a poder montar una cocina para dar de comer a colectivos con la misma celeridad?”, explica Concepción Pérez, directora de Servicios de Nuevos Medios Logísticos (Numed).

Esta cocina, posteriormente, se convertiría en Numed, una empresa auxiliar de SAMU que cubre necesidades de servicio de la propia organización, como limpieza, gobernanza y otros servicios auxiliares entre los que se encuentran la alimentación de colectivos y la provisión de suministros para campañas y emergencias.

Numed cuenta actualmente con tres cocinas centrales en todo el país: Canarias, Ceuta y Sevilla. Tiene una plantilla de 23 trabajadores y, de momento, da cobertura a 13 dispositivos diferentes dirigidos a personas con discapacidad y a menores migrantes con un total de 465 usuarios diarios de media.
La cocina de Canarias, en concreto, da servicio completo a cuatro centros de menores con 142 jóvenes. Las instalaciones de Ceuta sirven para complementar un servicio externo de catering ofreciendo los desayunos y las meriendas a 161 menores de tres centros distintos. Y la cocina de Kata en Sevilla elabora los menús completos de tres centros especializados en la atención de personas con discapacidad, con 126 residentes, y tres centros de menores, con 36 niños. En 2022, en estas cocinas se elaboraron más de 350.000 menús.

“La cocina central de Sevilla es el primer centro de Numed que trabaja con la línea fría. Eso nos permite preparar menús de hasta tres días seguidos”, explica Concepción Pérez, directora, además, del área de Intervención Socioeducativa y de la Mujer de SAMU.

Virginia Blanco es la jefa de cocina de Sevilla. Con una larga trayectoria entre fogones, Blanco ya capitaneaba la cocina de la Residencia San Sebastián, en Cantillana, donde ha trabajado diez años. Desde estas instalaciones, se elaboraban menús para el propio centro de Cantillana y para la Residencia Santa Ana, en Sevilla capital, por lo que la experiencia de Blanco en la alimentación de colectivos está más que demostrada.

“Cuando me dijeron ‘Virginia, te necesitamos al 100%. Queremos tu comida para otros centros’, para mí fue una motivación muy grande. Reconozco que, después de tantos años, sentía que necesitaba crecer y que el trabajo que hacía hasta ese momento, aunque me encantaba, me quedaba ya un poco pequeño. Necesitaba un proyecto como éste”, reconocía recientemente Virginia Blanco en una entrevista de Revisa SAMU.

Siempre bajo la supervisión de una nutricionista, en la cocina central de Sevilla se elaboran diferentes variedades de menú en función de los comensales. Hay que tener en cuenta que se trata de perfiles diferentes y algunos residentes, especialmente los de los centros del área de Dependencia, tienen patologías muy diversas. Así se elaboran menús triturados, enteros, semitriturados, bajos en sal, se tienen en cuenta las alergias, intolerancias alimenticias o si el comensal es diabético, entre otros condicionantes.

Kata Universo Catering también se adapta a la cultura de los diferentes usuarios en la medida de lo posible. Por ejemplo, la mayoría de los menores bajo la protección de Fundación SAMU profesan la religión musulmana, por lo que sus menús elaborados para ellos no llevan cerdo ni derivados y tampoco ningún ingrediente derivado del vino, como por ejemplo el vinagre.

Durante el Ramadán, también se realizan menús especiales para ellos. “Estos jóvenes suelen romper el ayuno con una cena con dátiles o unos dulces típicos que les aportan mucha energía. Les preparamos una sopa muy densa llamada harira que lleva muchas proteínas con legumbres, verduras, ternera o pollo, apio, cúrcuma y muchas especias. Es una mezcla explosiva. Luego, hacemos un plato principal que puede ser de albóndigas o alguna carne en salsa, excepto cerdo, claro. Y para las cinco de la mañana, les preparamos filetes empanados, hamburguesas de pollo, tortilla…”, detalla Virginia Blanco.

Según indica Concepción Pérez, el principal objetivo para el año que acaba de comenzar es seguir creciendo. “Nos encontramos en una fase inicial. Kata solo tiene un año. De momento, sólo damos cobertura a recursos de SAMU en la provincia de Sevilla. En los próximos meses queremos incluir los centros de Lucena y Moriles, en Córdoba, además de otros recursos de la provincia de Cádiz, incluido el Campo de Gibraltar. Nuestro plan de futuro es crear una estructura y una logística fuerte que nos permita dar cobertura a todos los centros de Fundación SAMU”.

De manera paralela, Numed cuenta con una cafetería abierta al público en general que comparte instalaciones con las cocinas de Kata Universo Catering en el Polígono Pisa de Mairena del Aljarafe. “De momento, la mayoría de nuestros clientes son trabajadores de este polígono empresarial, pero la idea es poder celebrar almuerzos, desayunos y otros eventos ejecutivos y empresariales, por ejemplo. De hecho, contamos con un salón con capacidad para 70 personas”, comenta Concepción Pérez.

Kata Universo Catering también tiene en marcha un proyecto educativo: un centro de Formación Superior con la colaboración de la Escuela de Oficios de SAMU cuyo objetivo principal es formar en valores y fomentar la excelencia entre sus alumnos, proyectando sus habilidades y competencias hacia un mercado laboral exigente, en continuo cambio y de ámbito global. “La amplia cobertura que ofrece Kata al sector de la restauración, con restaurante y cafetería propios, servicios de catering variados y atención a colectividades, ofrece a los alumnos la posibilidad de hacer sus primeras prácticas inhouse, algo que, sin duda, facilitará su futura inserción en el mercado laboral”, señalan desde Kata Universo Catering. De este modo, se asume como propio uno de los grandes lemas de SAMU y, especialmente, de su escuela de emergencias: Aprender haciéndolo.

José Antonio Trujillo, nuevo director general adjunto

El hasta ahora adjunto a la dirección general de SAMU, José Antonio Trujillo, ha sido nombrado en enero director general adjunto de la entidad. Carlos González de Escalada, director general y presidente de la organización ha sido el encargado de anunciar este ascenso. “Este nombramiento refuerza la profesionalización de SAMU”, destaca González de Escalada.

José Antonio Trujillo es Licenciado en Derecho por la Universidad de Sevilla y cuenta con un Máster en Organización de Empresas por el Instituto de Empresa. Ha ejercido cargos de dirección en diversas multinacionales hasta su llegada a SAMU en diciembre de 2019, donde, en un primero momento, ejerció como director del departamento de Desarrollo. En diciembre de 2021, fue nombrado adjunto a la dirección general de SAMU, puesto que ha ejercido hasta la fecha.

Hace un año, José Antonio Trujillo impulsó el Plan 2030, una hoja de ruta que pretende convertir a SAMU en una multinacional de la salud, los servicios sociales y las emergencias, siendo fiel a su herencia fundacional: compromiso y calidad, superior capacidad de organización y fortaleza logística.

El instituto que aglutina la investigación de SAMU

El Instituto SAMU de Investigación Científica (ISIC) ha cumplido su primer año de vida. En febrero de 2021, Fundación SAMU puso en marcha este órgano que aglutina todos los proyectos de investigación en materia de salud, servicios sociales y nuevas tecnologías de SAMU. Se activó con el propósito de recopilar, producir y transferir las iniciativas, proyectos e investigaciones que se realizan en las diferentes áreas funcionales de SAMU (área de Innovación, Escuela SAMU o SAMU Wellness). Este proyecto se vio fortalecido a través de la existencia de convenios de investigación con diversas instituciones académica, entre ellas la Universidad de Sevilla, la Universidad Loyola, la Universidad Pablo de Olavide o la Universidad de Comillas.

“SAMU ha demostrado una excelente motivación investigadora desde sus inicios en 1981 con el Grupo de Investigación Operativa del área de Emergencias. Asimismo, destaca su amplia producción científica a lo largo de sus 35 años de postgrado universitario con una producción de más de 1.300 trabajos académicos”, explica Maribel Álvarez Leiva, directora del área Hospitalaria de SAMU. Este proyecto se vio fortalecido con la puesta en marcha de la dirección de Innovación en febrero de 2018 con su primer Plan de Innovación trianual, y también con la consecución en mayo de 2020 de la acreditación de calidad de gestión de su innovación UNE 166.002, sumada a la de calidad ISO 9001 y a la calidad medioambiental ISO 14001.

“En la actualidad, SAMU tiene como objetivo convertirse en Agente del Conocimiento en Andalucía y en figuras análogas en otras comunidades autónomas. Esto exige demostrar una clara actividad investigadora a través de un órgano propio que aglutine y transfiera la producción científica generada en sus diferentes áreas funcionales”.

El Instituto SAMU de Investigación Científica lo dirige un consejo asesor formado por todos los miembros de SAMU que ostentan el título de doctor universitario o están en proceso doctoral, así como por un representante doctor externo a la institución y dos directivos referentes de áreas afines: la dirección de Innovación y el área de docencia. Estos consejeros son Carlos González de Escalada Álvarez, presidente-director general de SAMU; Juana Macías Seda, presidenta del Consejo Científico de SAMU; Federico Alonso Trujillo, representante externo; Juan González de Escalada, director de área de Emergencias de SAMU; Alejandro Álvarez Macías, consejero de SAMU y médico; Almudena Chávez Peinado, directora del área de Innovación de SAMU; y Maribel Álvarez Leiva, directora de Docencia y del área Hospitalaria de SAMU.

Los objetivos del ISIC son impulsar proyectos de investigación en los campos de la salud, bienestar social y educación; aglutinar y coordinar la actividad investigadora y de divulgación científica ya existente en SAMU; publicar libros científicos y facilitar la publicación de artículos de SAMU en revistas indexadas; participar en grupos de trabajo relacionados con la investigación y el desarrollo; y favorecer que el profesorado de SAMU pueda tener actividad investigadora con respaldo universitario, entre otros objetivos.

Actualmente, las principales líneas de investigación del ISIC son innovación robótica en Medicina Prehospitalaria y Emergencias; neuro-desarrollo y neuro-rehabilitación; salud mental y bienestar emocional; atención domiciliaria (salud en casa); diversidad intelectual y actividad físico-deportiva; integración social de colectivos vulnerables; migraciones y emergencias sociales; tecnología de gestión de centros sociosanitarios; y aplicaciones tecnológicas para colectivos vulnerables, entre otras.

Actualmente, el ISIC trabaja en la organización de las I Jornadas Internacionales Sobre Experiencias e Iniciativas en Innovación Social para este mes de febrero; y se están planificando las acciones de mejora para la web institucional que permita visualizar fácilmente la producción científica. Para ello, se está diseñando un repositorio académico-científico digital de fácil manejo.

También asesora al Comité Bioético de SAMU sobre criterios actualizados de aspectos bioéticos en la innovación, investigación y en la asistencia; y participa en el programa Mentoring prodoctoral que consiste en acompañar y asesorar a los profesionales de SAMU para que puedan desarrollar el doctorado, a lo largo de sus fases, en el acceso a algún programa doctoral, en realización de la tesis doctoral y transferencia de la investigación realizada.

Carmen Soraya Asián: “El TES de SAMU está entrenado para crear orden en el desorden”

Carmen Soraya Asián Gómez (1990, Sevilla) es la única mujer TES en la plantilla de SAMU. Actualmente, trabaja en el departamento de Logística, donde se encarga de que todos sus compañeros tengan a punto todo el material necesario para salvar vidas.

 

—¿Cuándo entró a formar parte de la familia SAMU?
—En 2019 decidí sacarme el título de TES (Técnico en Emergencias Sanitarias).
Tras conocer la experiencia de varias amistades que ya lo habían cursado y valorar los distintos centros formativos que ofrecían esta titulación, decidí optar por Escuela SAMU porque era el centro que cubría todas mis expectativas formativas. Esta escuela me ofrecía formación teórica, pero, sobre todo, práctica, ya que disponían de todo el material logístico con el que en un futuro iba a trabajar. Sus docentes son magíster en urgencias y emergencias extrahospitalarias y todos tienen experiencia laboral en el sector.
Luego, en junio de 2021, me dieron la oportunidad de formar parte del equipo de logística de la escuela. Esta oportunidad me abrió la puerta para entrar en el equipo de logística de SAMU, comenzando así mi andadura laboral en esta gran empresa.

—¿Cuáles son sus funciones?
—Las funciones de un TES son muy variadas. SAMU no solo ofrece la posibilidad de conducir una ambulancia, sino que tiene más áreas donde desarrollar nuestra labor de TES: logística, dispositivos de riesgos previsibles, centros de día, rutas, traslados de soporte vital básico, traslados de pacientes críticos… Aunque la mayor parte de mi trabajo lo desarrollo en la logística, también participo en las demás áreas anteriormente mencionadas. Un TES de SAMU no solo está entrenado para conducir una ambulancia, está entrenado para crear orden en el desorden, trabajar en situaciones adversas con el propósito de conseguir el objetivo marcado (gestión del caos).

—¿Cuál diría que es su fortaleza dentro del departamento de Logística de SAMU?
—Mi seguridad, mi compromiso laboral, mi capacidad resolutiva ante una situación no prevista. Acción-reacción.

—Usted es la única mujer TES en la plantilla de SAMU ¿Por qué cree que hay tan pocas mujeres TES en el sector sanitario?
—Quizás porque la población asocia más esta titulación al hombre por la fuerza física y la conducción de vehículos pesados que requiere este tipo de trabajo. Por mi experiencia, puedo afirmar que es un trabajo que no va vinculado al sexo. Esta profesión requiere también de muchas habilidades adquiridas, capacidades y liderazgo, entrega y pasión por el trabajo, cualidades necesarias para desarrollar cualquier tipo de profesión.

—¿Por qué decidió sacarse el título de Técnico de Emergencias Sanitarias?
—Porque es una profesión que cubre todas mis expectativas y me hace sentir realizada tanto a nivel personal como profesional.

—¿Cuáles son sus retos profesionales?
—Mis retos son seguir aprendiendo y creciendo cada día.

—¿Ha participado en alguna misión humanitaria de SAMU?
—Si me preguntas por si he estado en la zona caliente, te tengo que decir que no, pero las misiones humanitarias tienen detrás un gran trabajo logístico, en el cual sí he sido parte activa. De este trabajo que hay detrás depende que las personas que realizan la labor en la zona caliente lo desarrollen con el mayor confort posible y, con ello, se logre el objetivo de la misión.

Más de cien líderes para impulsar el Plan 2030 de SAMU

El 24 de noviembre, Escuela SAMU acogió la celebración de la reunión plenaria de directores y jefes de SAMU, a la que acudieron 110 directivos y jefes de todos las áreas y recursos de esta entidad con más de 40 años de experiencia en emergencias sanitarias, salud, formación y acción social, centrada en la atención a los colectivos más vulnerables. De todos los participantes, 64 de ellos lo hicieron de manera presencial. Estos acudieron a la cita desde diferentes puntos de España como Sevilla, Ceuta, Madrid, Islas Baleares, Islas Canarias, Cádiz o Granada, entre otros lugares. Los otros 40 participantes lo hicieron de manera telemática.

El acto comenzó a las diez de la mañana con la ponencia del presidente-director general de SAMU, Carlos González de Escalada, que habló sobre el nuevo modelo de gestión SAMU: liderazgo, competencia técnica y competencia financiera. Y, a continuación, José Antonio Trujillo, adjunto a la dirección general, presentó el Plan 2030 de la organización.

“El objetivo de nuestro Plan 2030 es convertir a SAMU en una multinacional de la salud, los servicios sociales y las emergencias, siendo fiel a su herencia fundacional: compromiso y calidad, superior capacidad de organización y fortaleza logística. Este plan se asienta sobre pilares realistas y un concienzudo análisis de nuestro entorno, teniendo presentes variables sociales, económicas, demográficas e institucionales, basándonos en la solidez y con el objetivo de adaptarse a las circunstancias de un entorno complejo, cambiante y difícilmente predecible”, destacó José Antonio Trujillo durante su intervención. “La marca SAMU, el equipo profesional multidisciplinar y su carácter innovador, así como la diversificación de servicios, llevarán a nuestra organización, junto a la excelencia demostrada, a dar el salto cuantitativo que nos proponemos dentro y fuera de nuestras fronteras”.
Este Plan 2030 se basa en tres grandes pilares: internacionalización, modernización (financiera, transformación digital, procesos) y gestión del talento.

Tras un coloquio, una foto de familia y un descanso para tomar un café, la reunión continuó con la intervención de Juan Feito Álvarez, director financiero de SAMU, que informó a los presentes sobre el nuevo modelo de gestión financiera contable; y Juana Macías Seda, directora de la Academia y el Instituto Científico de SAMU, que habló de los cursos sobre formación directiva previstos para el año 2023.

“El Instituto SAMU de Investigación Científica (ISIC) es el órgano de la Fundación SAMU que aglutina todas las acciones científicas en materia de salud, servicios sociales y nuevas tecnologías. Sus objetivos son impulsar proyectos de investigación en los campos de la salud, bienestar social y educación; aglutinar y coordinar la actividad investigadora y de divulgación científica en SAMU; publicar libros científicos y facilitar la publicación de artículos de SAMU en revistas indexadas; participar sus miembros en grupos de trabajo relacionados con la investigación y el desarrollo; y favorecer que los profesores de SAMU puedan tener actividad investigadora, máxime cuando se consiga una adscripción universitaria”, señaló durante su intervención Juana Macías.

Almudena Chávez Peinado, directora de innovación de SAMU, fue la encargada de exponer las novedades de la implantación del sistema SAMS, en funcionamiento desde hace 16 meses.
Actualmente, 3.026 trabajadores y 1.886 usuarios y pacientes están dados de alta en este sistema que ya está implantado en 148 centros y recursos de SAMU.

Las dos últimas personas en intervenir en esta reunión fueron Tatiana Laborde, directora de SAMU First Response, que fue la encargada de presentar un balance sobre la misión de SAMU en EEUU y el papel de SAMU First Response en Washington DC; y Santiago Llop, director de SAMU Iberoamérica, quien presentó el programa de la entidad en esta zona.

Entre junio y septiembre de 2022, equipos de voluntarios de SAMU desplegaron un dispositivo en Washington DC (EEUU) para atender a la emergencia declarada por la ciudad para recibir a las personas migrantes desplazadas desde los estados fronterizos del sur de los Estados Unidos. La misión de Fundación SAMU ha atendido a más de 3.500 personas en la capital estadounidense.

Por otro lado, la organización española ha fortalecido su presencia internacional a través de diversos convenios firmados en los últimos años entre los que destaca el firmado recientemente con la provincia del Guayas (Ecuador), cuyo objetivo gira en torno a la elaboración de programas para tratar las adicciones y otro sobre nutrición, ambos dirigidos a la población más vulnerable. Asimismo, SAMU trabaja para llevar a cabo la creación de la Escuela de Urgencias y Emergencias Médicas con la Marina de Perú, dentro de la Escuela de Sanidad de la Marina, con el fin de ofrecer formación a profesionales sanitarios y el mismo sistema de prácticas internacionales que se está promoviendo en El Salvador, en este caso, para estudiantes peruanos que deseen realizar una estancia formativa en centros de SAMU, Fundación SAMU, Escuela SAMU y SAMU Wellness. Por último, en octubre se firmaron dos convenios de cooperación en Lima: el primero con la Marina del Perú y el segundo con la Universidad Norbert Wiener.

Más de 200 personas asisten a la tradicional copa de Navidad de SAMU

Hablar de Navidad es hablar de familia, la de sangre o la elegida formada por amigos y compañeros de trabajo. SAMU no ha querido desaprovechar la oportunidad y, tras el paréntesis provocado por la pandemia, ha recuperado la tradicional copa de Navidad, un momento especial para compartir y confraternizar con los compañeros fuera del lugar de trabajo de manera distendida y sin la presión del día a día, y más en un sector como las emergencias y la salud.

Este año, unos 200 trabajadores de la organización asistieron a la fiesta navideña que la empresa organizó en unos salones de eventos de Olivares, en la provincia de Sevilla, el 15 de diciembre y que arrancó con el discurso del presidente fundador de SAMU, Carlos Álvarez Leiva.

“Hoy me gustaría poner en valor el milagro de cada día de cada uno de vosotros. El milagro en cosas que pasan desapercibidas, como ese despertarse a las cuatro de la mañana para hacer un Osuna o contener a un paciente psicótico, agresivo, que nos da miedo, pero que es nuestra responsabilidad. El que significa la vida que salvamos directa o indirectamente a través de nuestra Escuela o el milagro que supone que esos menores sean atendidos por nuestros equipos diariamente en Ceuta, Canarias o EEUU”, manifestó el doctor Álvarez Leiva durante su intervención. “La magia de SAMU sois cada uno de vosotros, esas 3.000 familias que, gracias a Dios, hoy están aquí representadas y que son nuestro reto. Es nuestra responsabilidad, de la dirección, el mantener nuestro espíritu fundacional y nuestra lealtad con todos vosotros”.

Álvarez Leiva también tuvo palabras para Juan Meléndez Jiménez y Antonio Sánchez Montero, dos trabajadores de la empresa recién jubilados que recibieron un homenaje por parte de la empresa y sus compañeros.

“Hoy nos acompañan dos personas que representan esos milagros de los que he hablado, quizás porque han dedicado su vida a nosotros: Juan Meléndez, el hombre tranquilo, el hombre silencioso, nos acompaña desde hace muchos años y tiene un merecido retiro; y Antonio Sánchez, que se ha comido infinidad de pequeños marrones que han hecho posible muchos de esos milagros sencillamente arreglando equipos, manteniéndolos, haciendo posible que los instrumentos salven las vidas. Todo es importante, no hay nada que no sea trascendente”.

El servicio de catering Kata, perteneciente a la empresa Numed, fue el encargado de la elaboración de todos los platos que se degustaron en el evento. Además, la empresa Bodas 360 instaló un servicio de videomatón 360, que permitió que los compañeros se divirtieran en grupos y recibieran un gran recuerdo del evento en formato de vídeo.

Melibea Romero, Tcae en la UATE La Esperanza: “Trabajar con menores en Ceuta me ha hecho renacer”

En mayo de 2021, durante la crisis migratoria de Ceuta, Melibea Romero Carmona (La Puebla del Río, Sevilla, 1989) decidió ir de voluntaria junto con otros profesionales de SAMU para asistir a los menores marroquíes que cruzaban la frontera. Más de un año después, continúa trabajando en Ceuta con estos chicos.

—Actualmente trabaja en la UATE La Esperanza, un recurso de acogida para menores extranjeros de Fundación SAMU en Ceuta, pero tengo entendido que también fue alumna de Escuela SAMU, ¿cierto?
—Sí, estudié el Grado Medio en Técnico en Cuidados Auxiliares de Enfermería en Escuela SAMU (promoción 2020-2021), aunque también tengo formación relacionada con la intervención social en drogodependencia y otras adicciones. Y, actualmente, estoy cursando el Grado Superior de Técnico en Integración Social.

—¿Qué recuerda de su etapa en Escuela SAMU?
—Para mí fue un reto estudiar en Escuela SAMU, ya que venía de un mundo laboral completamente diferente. Es una etapa que recuerdo con mucho cariño. La empecé un poco perdida, con miedo e incertidumbre, y me fui encontrando cada vez más cómodo en ella conforme pasaban los meses. Me encantaba ir a la escuela. En ella he reído, he llorado, he aprendido, me he puesto a prueba y he sentido admiración por el trabajo que realizaban mis docentes. En la Escuela SAMU conocí una versión diferente de mí. SAMU te enseña disciplina, te enseña valores, te enseña a trabajar en equipo. Siempre digo que SAMU tiene un veneno que engancha, que te incita a querer ser mejor persona, a cuidar de los demás.

—¿Por qué decidió ir de voluntaria a Ceuta en plena crisis migratoria?
—Cuando la crisis de Ceuta, en mayo de 2021, SAMU activó un gabinete de crisis y yo formaba parte de él. Conforme pasaban los días, veía las imágenes que inundaban los medios, el trabajo que íbamos realizando y las necesidades que iban surgiendo. Sentí que tenía que estar ahí, que era el momento de poder brindarle mi ayuda a todas esas personas. Siempre me ha motivado mucho la labor social, ayudar a otros y, en ese momento, ya contaba con conocimientos para ello. Realmente no me equivoqué al sentir que era el momento idóneo.

—¿Cuál fue su primera impresión cuando llegó a Ceuta?
—Pisé Ceuta por primera vez el 22 de mayo de 2021. Me dio respeto la situación, había muchos menores. Se habilitaron campamentos improvisados, polideportivos, naves. Dormían en literas militares, tenían baños portátiles, se montaron carpas que hacían de comedor… Se hizo todo lo posible para que mil menores pudieran tener las condiciones más optimas posibles dada la situación de emergencia hasta que se encontrara una solución a dicha crisis.

—¿Cuál es su labor en Ceuta?
—Principalmente, hago las funciones de sanitaria. Realizo curas, preparo medicación, intervenciones psicosociales con menores con conductas disruptivas y adicciones, documentación sanitaria, realizo test de antígenos, control y seguimiento de pacientes Covid, bioseguridad, gestión y organización de citas médicas, control y stock de medicación, cuidado y seguimiento de menores y siempre apoyo al equipo educativo.

—¿Cuáles son las principales necesidades que tienen los menores cuando llegan a los recursos de SAMU en Ceuta?
—La mayoría de nuestros menores llegan a través del mar, a nado, por tanto, suelen traer erosiones en la piel de las rocas, quemaduras que les hacen las aletas o los trajes de neopreno e, incluso, a veces llegan en una situación de hipotermia. Ellos siempre llegan con mucha necesidad de atención y reclamo. Es muy novedoso para ellos tener un sanitario en el centro de acogida y, por tanto, tienden a decirte la mínima cosa que les suceda aunque no tenga importancia.

—¿Cuáles son los principales aspectos que trabaja SAMU con estos menores?
—SAMU ofrece una atención integral a los menores. Promovemos una educación basada en una rutina saludable, donde los menores aprenden a tener hábitos tanto de higiene personal como de alimentación, de limpieza, reciben clases de español… El principal objetivo es conseguir la inclusión social de estos menores. Todo este aprendizaje, mientras viven en el centro de acogida temporal, les sirve para tener mayor seguridad a posteriori y que les sea más fácil lograr la integración en nuestra sociedad.

—¿Cuánto tiempo lleva trabajando en Ceuta?
—Llevo trabajando aquí un año y seis meses. He pasado por diferentes recursos de SAMU en esta ciudad autonómica, pero actualmente trabajo en el centro La Esperanza.

—¿Qué es lo que más le gusta de su trabajo?
—Para mí este trabajo ha sido un renacer. He descubierto una vocación que desconocía y que es muy gratificante para mí. Aunque realmente mi trabajo está más enfocado a la parte sanitaria, me gusta implicarme con los menores. Siempre defendí la idea de que el equipo sanitario no curaba y se iba. A los menores hay que observarles, hablar con ellos, saber de dónde vienen, qué sueños tienen… En definitiva, saber quiénes son y con quién estamos trabajando. Al final, esto es lo que hace que lo menores acaben depositando en ti su confianza y, para mí, esto es muy importante porque cuando llega el momento de que estos chicos se marchan del recurso, se acercan a ti y te dicen: “Gracias. Gracias por siempre tener una sonrisa para mí”, “Gracias por todo lo que has hecho por mí”, “Perdona si alguna vez no me porté bien”. Ahí es cuando sabes que tu trabajo ha surtido efecto.

—¿Qué destacaría de la labor que hace Fundación SAMU en Ceuta?
—Destaco la capacidad de reinventarse, ya que desde el año pasado hemos tenido muchos movimientos de menores, tanto en traslados a la Península como en entradas de Marruecos que no esperábamos. SAMU siempre se ha encontrado la manera de adaptarse a todos estos movimientos aunque a veces hayan sido muy urgentes. Y aun así, el equipo humano de SAMU nunca ha perdido de vista que estamos aquí para velar por el bienestar y salvaguardar a todos nuestros menores, independientemente de los contratiempos que surjan.

—¿Qué retos profesionales se planteas a corto y medio plazo?
—Terminar mis estudios de Técnico en Integración Social y seguir creciendo en este camino profesional porque, como he dicho anteriormente, es vocacional.

Roberto Alconada, psicólogo de SAMU Wellness: “Hablar del suicido no incita a hacerlo a otras personas”

Roberto Alconada Padilla (Sevilla, 1994) forma parte del equipo de psicólogos de la clínica de salud mental SAMU Wellness desde hace casi cuatro años. Evalúa e interviene con personas que padecen algún tipo de trastorno mental mediante terapias individuales y grupales. Una de sus especialidades es el suicidio.

—Cada 10 de septiembre se conmemora en todo el mundo el Día Internacional para la Prevención del Suicidio, sin embargo, hasta hace relativamente poco tiempo, el suicidio ha sido un tema tabú. ¿Qué ha cambiado?
—Considero que el suicidio sigue siendo un tema tabú hoy en día. Es cierto que cada vez existen más campañas de sensibilización y son más las personas que hacen públicas sus vivencias relacionadas con el tema, pero la realidad es que hace falta hablar más de ello. Si bien existen desde hace tiempo campañas para otros problemas sociales como son los accidentes de tráfico y el consumo de sustancias, la conducta suicida no ha tenido tanta suerte. Es ese el motivo por el que las cifras no han disminuido desde que se tiene constancia, a diferencia de esos otros problemas de salud pública en los que sí se han visto una disminución significativa.

—Cada año, alrededor de 700.000 personas se quitan la vida y muchas más intentan hacerlo, según datos de la agencia de la Naciones Unidas. Tal es la situación que la Organización Mundial de la Salud ha llegado a calificarlo como la epidemia del siglo XXI. A pesar de estos datos, ¿por qué cree que la sociedad, en general, da la espalda a este problema?
—El tabú existe porque el suicidio ha tenido unos precedentes a lo largo de la historia. Hablamos de que hace cientos de años la persona que se suicidaba se la consideraba rechazada y confiscaban todas sus propiedades, además de negarle la sepultura. En otras épocas, el suicidio era castigado con penas muy graves que siempre salpicaban a la familia del suicida. Hoy en día, sin existir esas medidas, prevalecen muchos mitos que dificultan hablar del suicidio como se debería. Todo esto ha ido contribuyendo a interiorizar el mensaje de que hablar del suicidio es algo malo o que hay que encubrir y dificultar la creación de campañas de sensibilización que ayuden a prevenirlo.

—En las redacciones de los medios de comunicación, durante mucho tiempo, y aún hoy, ha existido la norma de no publicar noticias cuando la causa de la muerte es el suicidio por un posible efecto contagio o imitación. ¿Existe realmente este efecto o es un mito?
—Está más que comprobado que hablar del suicidio es un factor protector para el mismo. Hablar del suicidio no incita, provoca ni introduce la idea en la cabeza de las personas y, mucho menos, existe un efecto contagio. Los medios de comunicación tienen protocolos y existen algunas recomendaciones para que traten el tema de forma responsable, como nunca indicar el método o no caer en romantizar o idealizar la conducta suicida. El problema es que, ante el miedo generalizado y la falta de información, se acaba optando por no hablar del tema, lo que alimenta la idea de que el suicidio es un tabú. La investigación hasta la fecha indica el efecto protector que tienen las campañas de sensibilización y ayuda, pero luchar contra los miedos y tabúes no es algo sencillo. La creación del número de ayuda para la prevención del suicidio (024) es un logro en este país, y está dando unos resultados magníficos después de haber atendido a miles de personas. Esto es un ejemplo de una medida social necesaria para un problema de salud pública.

—Los motivos que llevan a una persona a suicidarse son muy variados, pero, en función de su experiencia y sus pacientes, ¿cuáles son las principales causas?
—En SAMU Wellness estamos acostumbrados a tratar con personas con una patología mental y ésta es una población vulnerable al suicidio. Si bien trastorno mental y conducta suicida son dos variables que están muy relacionadas, la ideación autolítica está presente mucho más allá. La conducta suicida no implica solamente el acto de suicidarse, lo que sería la manifestación más grave. En su expresión más leve aparece una idea pasiva de acabar con lo que nos genera malestar de forma rápida e indolora. La realidad es que esta ideación pasiva es más común de lo que parece, ya que hay un porcentaje de personas que en algún momento de sus vidas tienen pensamientos o deseos suicidas que nunca llegan a materializarse. Aunque existan desencadenantes, el suicidio siempre es multicausal. Tenemos que entender al ser humano como una balanza que se compone de factores de riesgo y de protección y, siempre que los factores de protección tengan más peso que los de riesgo, el ser humano apostará por la vida. Tener redes de apoyo, vínculos significativos, estrategias de afrontamiento, gestión emocional y buena salud mental son algunos de los factores que más nos protegen frente a la conducta suicida. Cualquier persona que carezca de ellos es vulnerable a la aparición de ideación suicida.

—¿Cuáles son las principales señales de alerta?
—La realidad es que se conoce que, en un porcentaje muy alto, la persona que se suicida lo ha llegado a comunicar previamente, ya sea de manera verbal o no verbal. Entre las señales verbales más comunes destacan comentarios o verbalizaciones negativas sobre sí mismo o sobre su vida, sobre su futuro y despedidas verbales o escritas. Comentarios como “mi vida no tiene sentido“, “estoy harto de esta situación”, “las cosas no van a mejorar” o “me gustaría dejar de sufrir y no sé cómo”. Entre las señales de alarma no verbales destacan cambios repentinos de conducta, consumo de sustancias, alteración del sueño, regalar objetos muy personales, preciados y queridos, cerrar asuntos pendientes, preparar documentos para cuando uno no esté, extraña tranquilidad después de un periodo de angustia.

—¿Qué debemos y que no debemos hacer cuando detectamos algunas de estas señales en alguna persona cercana a nosotros?
—Lo primero de todo es preguntar. Muchas veces por temor a la respuesta preferimos no indagar en cómo se encuentra la persona, lo que acaba provocando que no hablemos de ello. Si detectamos que alguien en nuestro entorno pueda tener pensamientos de este tipo es mejor escuchar que buscar a toda costa qué decir. Si la persona es capaz de expresarlo, tenemos que validar lo que está compartiendo con nosotros y bajo ningún concepto juzgarlo. No existen frases milagrosas o consejos de autoayuda, ni tampoco debemos hacerle ver lo bonita que es la vida porque esa persona, en su situación, no es capaz de verla del mismo modo que tú. Acompañar a la persona, escucharla y ofrecerle un espacio para que pueda expresar sus pensamientos es primordial. Lo más importante es ofrecer nuestra ayuda y orientarla a que pida ayuda profesional.

—¿Qué tipo de trabajo se realiza en SAMU Wellness con las personas en esta situación?
—Ofrecemos un lugar seguro en el que ellos permiten dejarse ayudar y sostenerse cuando no son capaces de hacerlo por sí mismos. Evaluamos muy bien los desencadenantes que han llevado a esa persona a desarrollar la ideación autolítica o a llevarlo a cabo. Le ofrecemos las herramientas y recursos necesarios para poder trabajar con esos desencadenantes y pueda anclarse a la vida. Como eje principal, ayudamos a la persona a acabar con el sufrimiento de una manera funcional y que aprenda a pedir ayuda si vuelve a sentirse en una situación de crisis.

—¿Se trabaja también con sus familiares?
—Trabajar con la conducta suicida implica aprender a identificar las señales de alarma para poder prevenirlas, y ahí la familia tiene un papel fundamental en esto. Como forma preventiva, pedimos a la familia que reduzcan el acceso a medios letales y refuercen el vínculo que tengan con la persona para convertirse en figuras de sostén. Es muy importante enseñar a los familiares esos indicadores de riesgo suicida y qué deben hacer si su familiar se encuentra en crisis.

—¿Cómo se aborda el duelo con las familias?
—Se llama superviviente tanto a la persona que ha conseguido superar una situación de crisis suicida como a aquella que ha perdido a un familiar por suicidio. Y es que el duelo por suicidio es uno de los duelos más complicados. Tenemos interiorizado que las personas se mueren, que las personas mayores tienen más probabilidades de morir (lo que nos ayuda a vivir el duelo de forma anticipada) y, en muchas enfermedades crónicas, comprendemos que la muerte es algo inevitable. Como seres humanos entendemos que son causas que se salen de nuestro control y poco podemos hacer para evitarlo. La muerte por suicidio no tiene las mismas características y aceptar la intencionalidad autolítica de la persona es algo complejo. Además, las familias necesitan dar una explicación a la conducta del fallecido. En algunas ocasiones, la culpa les acompaña, probablemente como forma de buscar una explicación irracional a la conducta. Es común que la familia repase los últimos días del fallecido y se pregunten injustamente qué podrían haber hecho para haberlo evitado. Otras veces, aparecen emociones como la rabia o el enfado hacia la persona fallecida, pues jamás llegan a explicarse el por qué acabaron tomando esa decisión. Estas emociones pueden dificultar que se elabore el duelo de forma natural y será necesario trabajarlas con ayuda profesional.

Dependencia e Inclusión Social: La capacidad de emocionarse

Son muchas las ocasiones en las que escuchamos expresiones como: ¡qué emoción!, ¡es emocionante!, ¡muestra tus emociones!, ¡vive con emoción! o ¡no juegues con mis emociones! Así, se llega a generar una especie de “negocio emocional”, donde parece que todo lo que nos rodea maneja nuestras emociones y pagamos un precio por ello.

Puede que nos hayamos tomado la libertad de usar una palabra tan importante en nuestro lenguaje diario sin saber lo que conlleva y qué significa. Si verdaderamente la interiorizamos y tomamos conciencia del cambio tan profundo que supone sentir, expresar y canalizar las emociones, percibiríamos en nuestras vidas una transformación que se proyectaría en todos los contextos sociales, y lo que es más importante: seríamos nosotros los dueños de ese “negocio emocional”.

¿Construimos las emociones?

Según Lisa Feldman Barrett, en su libro La vida secreta del cerebro, nos narra que esta teoría pertenece a una tradición científica conocida como “construcción”, la cual sostiene que tanto nuestras experiencias como nuestras conductas se crean en el momento por unos procesos biológicos dentro del cerebro y del cuerpo.
Partiendo de este enfoque, nos parece interesante abordar este artículo de emociones en discapacidad y trastornos de conducta desde el construccionismo, ya que desde esta visión se han abarcado muchos temas relacionados con la intervención que realizamos centrada en este colectivo: la memoria, la percepción, los trastornos mentales, los trastornos de conducta y, por su puesto, las emociones.

Hace unos años que ha tomado relevancia el tema de las emociones en colectivos como el que venimos tratando, ya que, dada la ignorancia social hacia ciertos colectivos, se sacaban conclusiones como que las personas con discapacidad sienten diferente o sienten menos, o no perciben el dolor, la tristeza, la alegría. En definitiva, que no expresan emociones.

Por supuesto, y dado el auge que ha tomado la educación emocional en los últimos años, hemos dado un gran giro. En centros especializados en el trabajo con estos colectivos, pretendemos dar cobertura a todos los aspectos relevantes que contribuyen a la mejora de calidad de vida de todos los usuarios, desde una intervención directa, a través de talleres donde, de manera transversal, se trabaja el autocontrol y la gestión de emociones en su día a día.

Hemos escuchado hablar de construcción social, y la función de ésta no es más que estudiar los valores y los intereses sociales según la percepción que tenemos del mundo. Si lo trasladamos a las emociones, esa percepción que tenemos sobre el mundo que nos rodea influye en nuestros sentimientos.

En el caso del colectivo donde nos encontramos todo se magnifica, de manera que estas personas pueden llegar a un estado de bloqueo por la falta de herramientas para poder autogestionar sus emociones. Así se produce un empeoramiento de su conducta, debido a que encuentran una salida de desfogue en la autoagresidad, la heteroagresividad y el comportamiento disruptivo, entre otros.

¿Cómo actúan los profesionales?

Tras el análisis del contexto, el trato directo e individualizado con los usuarios pretende acompañar y dar las herramientas necesarias a las personas para un desarrollo emocional íntegro, donde sepan identificar sus sentimientos, darles nombre y canalizarlos de manera adecuada, lo que posteriormente será reflejado en la convivencia con sus familiares y en sus entornos más próximos.

Para ello se preparan diversos talleres que ayudan a generar situaciones en las que han de experimentar y desenvolverse, siempre con nuestro apoyo y acompañamiento, pero siendo ellos los protagonistas. Siguiendo a autores como Saarni (1997), trabajamos las competencias emocionales en dichos talleres. Dentro de ellos destacamos el taller de Habilidades Sociales donde trabajamos:

  • Habilidades de la competencia emocional por medio de la toma de conciencia o el posicionamiento empático en situaciones ajenas. Por otro lado, la habilidad para afrontar emociones negativas mediante la utilización de estrategias de autocontrol que regulen la intensidad y la duración de tales estados emocionales.
  • Habilidad para afrontar emociones negativas mediante la utilización de estrategias de autocontrol que regulen la intensidad y la duración de tales estados emocionales.
  • La capacidad de autoeficacia emocional, donde se ven a sí mismos y se sienten como se quieren sentir, aceptando así su propia experiencia emocional.
  • Las competencias socioemocionales: responsabilidad, actitud positiva, aceptación de normas sociales, aceptación de puntos de vista diferentes a los propios, respeto a los demás, resolución de conflictos, comunicación expresiva y receptiva, cooperación, negociación, autoconciencia y autoestima.
  • La capacidad de adaptación a cada contexto social.
  • Emo-cognición por medio del reconocimiento de emociones mediante fichas elaboradas y dirigidas.
  • Juegos de interpretación de emociones a través del cuerpo.

El objetivo final es abrirles nuevas puertas a un cambio posible que les llevará a un estado de calma con ellos mismos y, por consiguiente, con su familia, profesionales y entorno social. Por el contrario, al no saber actuar ante algunas situaciones, estas personas pueden llegar a un estado de estrés, ansiedad, miedo y de frustración que desemboca en conductas desajustadas, dificultando su inclusión íntegra en la sociedad.

Podemos ver que todo es una cadena. El mito de que las personas con discapacidad no sienten igual, o que no les duele o alegra alguna noticia, se rompe al ver cada día situaciones tan complejas y reacciones por parte de los usuarios que muestran todo lo contrario. Esas conductas desafiantes les genera, en muchos de los casos tratados, un gran sufrimiento. Según Riviere (1998), al disminuir las experiencias de miedo, de frustración o ansiedad, y aumentar las experiencias positivas de serenidad, autovaloración, afecto positivo y alegría, conseguiremos un estado de bienestar emocional pleno.

La guía de un profesional

Para finalizar, cabe resaltar que la educación emocional ayuda a las personas con discapacidad y trastornos de conductas a partir de una base diferente pero no nula. Necesitan de profesionales formados en esta materia para guiarles hacia un camino en el que, poco a poco, irán rompiendo esquemas y consiguiendo sus propias metas.

Al tener miedo de ser mirados como seres diferentes, estas personas actúan condicionadas por esos ojos que juzgan, cohíben y que no les permiten expresar sus emociones, o más bien ni las consideran, encontrando así dificultades que influyen en sus propias emociones y comportamiento.

Para un desarrollo íntegro de cualquier ser humano es necesario tener en cuenta tres vertientes: afectiva, cognitiva y social. Y podríamos hacer una discriminación positiva, ya que consideramos que es aún más destacable en personas que presentan ciertas limitaciones, ya sean físicas o psíquicas.

Yendo más allá de una clasificación de emociones positivas o negativas considerada por muchos autores conocidos como Goleman y Bisquerra, consideramos que todas forman parte de la vida y generan cambios importantes en las personas, y tanto unas como otras tienen necesidad de dejarse sentir, gestionar y autorregular, partiendo de igual forma de un estímulo sensorial que llega al hipotálamo y después se convierte en estímulo cerebral.

Si de verdad queremos enriquecer la calidad de vida de las personas con discapacidad y trastornos de conducta, es preciso inculcarles la formación en el conocimiento y el dominio de las emociones, con el claro objetivo de ayudarles a mejorar en este terreno. Una mayor autosatisfacción personal, una ampliación de sus interacciones sociales o un alto grado de autocontrol, son algunos de los aspectos en que sus vidas se pueden ver beneficiadas.

ROCÍO GARCÍA. Educadora en la Unidad de Día San Lucas.

La seguridad vial en el trabajo: por qué es vital no bajar la guardia

Millones de personas se desplazan diariamente desde sus hogares a sus puestos de trabajo y viceversa en cualquier medio de transporte: vehículo (privado o público), bicicleta, patinete, moto, bus, metro… Incluso, en determinados trabajos, el vehículo constituye la herramienta principal de los trabajadores para el desarrollo de sus funciones. Esta situación implica un riesgo latente de un accidente de tráfico. Uno de cada seis trabajadores se verá afectado por un siniestro de tráfico relacionado con el trabajo a lo largo de su vida laboral.

¿Son estos accidentes de tráfico accidentes de trabajo? La norma es muy clara al respecto, tal y como refleja el artículo 156 de la ley General de la Seguridad Social: “Se entiende por accidente de trabajo toda lesión corporal que el trabajador sufra con ocasión o por consecuencia del trabajo que ejecute por cuenta ajena”. Pero se complica cuando hablamos de accidentes de tráfico en jornada laboral: “Aquel que se produce durante la jornada laboral por motivos de trabajo”.

Este concepto engloba a su vez dos tipos de accidentes: In itinere, el sufrido por el trabajador al dirigirse o regresar del trabajo (apartado 2.a, art. 156, LGSS); en misión: Aquel sufrido por el trabajador que debe realizar desplazamientos fuera de las instalaciones de la empresa para cumplir su misión o labor asignada.
Junto a estos conceptos básicos no debemos olvidar los accidentes de conductores profesionales. Aquí hablamos de transportistas, repartidores o mensajeros.
Como factores que provocan el aumento de los accidentes de tráfico laborales, debemos destacar: Los errores humanos; los factores psicosociales y la capacidad de conducción; la motivación; las emociones; la fatiga o sueño; la conducción bajo los efectos de las drogas, alcohol o fármacos; la agresividad, el estrés y la ansiedad; el exceso de velocidad; y los estresores del ambiente de tráfico.

Una buena gestión es clave para que se mejore la seguridad laboral por parte de la empresa y sus trabajadores. Invertir en prevención no es un coste, es una inversión muy rentable: la vida tiene un valor incalculable. Por ello, SAMU Empresa Saludable ha creado una Directiva y Campaña de Conducción que estará abierta desde el 1 de julio de 2022 con una duración de un año para concienciar de la importancia de la seguridad vial. “Desde el Área de Prevención pretendemos establecer un procedimiento de comunicaciones periódicas, que redunde en concienciación de todo el personal sobre la importancia de no descuidar la seguridad vial y el cuidado y mantenimiento de los vehículos que utilizamos”, explican desde SAMU.

Programa online y presencial

El primer programa formativo online comenzó el 1 de julio y finalizará en febrero. Incluye diferentes actividades que tienen una duración media de 20 minutos y abordarán cuestiones como los requisitos, documentación y repuestos que deben llevar consigo siempre los conductores y cómo deben actuar en caso de siniestro, la importancia de mantener la atención al volante y de los elementos que pueden interferir en la conducción, y la prevención y capacidad de anticiparse utilizando todos los medios necesarios para evitar siniestros.

El segundo programa formativo será presencial: comenzará en marzo de 2023 y finalizará en junio del mismo año. Incluirá charlas con una duración de aproximadamente una hora y media para explicar que los siniestros de tráfico obedecen a unas causas y que, si las prevenimos, podemos evitarlos. “Se hará un repaso de los factores de riesgo y cómo minimizarlos o eliminarlos”, apuntan desde SAMU.