Una odisea de 155 kilómetros hacia la vida

Con el objetivo de salvar la vida a una niña de tan solo 20 meses, efectivos de la Guardia Civil y de cuerpos sanitarios, entre los que figuraba SAMU Málaga, llevaron a cabo a principios de junio una misión extraordinaria cuyos protagonistas difícilmente olvidarán. Consistió en el traslado de la pequeña desde el Hospital Materno de Málaga hasta el Hospital Reina Sofía de Córdoba en una situación crítica, que requirió la máxima coordinación, un despliegue logístico con muy pocos precedentes en el traslado de críticos, y el mejor desempeño de todas las personas implicadas para dar una oportunidad a una vida que tan solo comienza.

La pequeña estaba ingresada en Málaga pendiente de unos estudios que debían determinar si necesitaba un trasplante cardíaco. En ese trance, sin embargo, su situación empeoró y pasó a la UCI. Allí tuvo que ser conectada a un complejo sistema capaz de mantenerla con vida sustituyendo sus funciones vitales (ECMO, Oxigenación por membrana extracorpórea), pero este equipo solo podía ser útil para la joven paciente durante unos días.

La niña requería su traslado urgente al Hospital Reina Sofía de Córdoba: primero, porque necesitaba un trasplante cardíaco que sólo se realiza en este centro; y, segundo, porque en el Reina Sofía disponen de otro equipo ECMO más sofisticado al que la pequeña podría estar conectada durante más un tiempo, mientras esperaba la llegada de un donante compatible.

Un procedimiento sin manual

Las circunstancias eran cualquier cosa menos rutinarias. El ECMO debía instalarse en una UVI Móvil, un procedimiento para el que no existe manual, que nunca se había realizado en Andalucía y que en España sólo había uno o dos antecedentes, y el traslado debía realizarse sin ningún parón, frenazo o contratiempo durante los 155 kilómetros del trayecto.

La responsabilidad logística recayó en el Técnico en Emergencias Sanitarias de SAMU Málaga Francisco Guerrero, especializado en traslado de pacientes críticos, que actuó con el apoyo de dos de sus compañeros Miguel Ángel Maisanaba (TES) y Tatiana Mérida (enfermera). “Nunca lo olvidaré. Ha sido mi mayor reto profesional y una responsabilidad enorme. Recuerdo la llamada de Ignacio Ávila [jefe de operaciones de SAMU] en la víspera diciendo que había que preparar el traslado YA”, recuerda Guerrero.

El TES de Málaga se reunió en el Materno con el equipo de la UCIP (Unidad de Cuidados Intensivos Pediátricos). “Estuvimos cinco horas reunidos intensivistas, perfusionista, enfermeros de UCIP y un cirujano cardiovascular para estudiar si era posible realizar un traslado con ECMO en una ambulancia. Desmontamos otro ECMO que tenían allí similar al que estaba conectado la niña y vimos dónde y cómo podíamos transformar la UVI para que todo se acoplara y para que su funcionamiento no se viera afectado en ningún momento durante el traslado”, relata.

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La problemática se acrecentaba porque todo el material electromédico debía estar conectado a la red eléctrica y ésta debía mantener el abastecimiento de energía durante el trayecto: “consola de la ECMO, calentador, filtros, alrededor de 15 bombas de perfusión, respirador, monitores y un largo etcétera”, enumera el especialista de SAMU Málaga. “Me vi rodeado de grandes profesionales a los que tenía que explicar cómo actuar en mi ámbito, una UVI Móvil, algo que desconocían”.

Además de la UVI Móvil titular, se movilizó una segunda por si la primera sufría problemas eléctricos. El dispositivo se replicó en esta segunda, en la que también se cargó el soporte físico de la ECMO, un carrito metálico, que quedó vacío después de que el equipo se desmontara “hasta todo lo desmontable” para mantener el soporte de la pequeña. “El mismo día del traslado tuvimos que dedicarle otras tres horas al montaje. No podía salir bien, tenía que salir perfecto. No había lugar para el error”, recuerda Guerrero.

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En la UVI que transportaba a la niña estaban operativos dos intensivistas, una enfermera de UCIP, un perfusionista controlando la ECMO, y la enfermera y el propio Francisco Guerrero de SAMU. En la otra unidad, otra enfermera de UCIP y un cirujano cardiovascular preparado para actuar en caso de urgencia. Además, participó el 061 Málaga a cargo de un VIR (Vehículo de Intervención Rápida) con un técnico, un enfermero y un médico.

A las 8:00 del 31 de mayo comenzó la operación en el Materno, con salida de los vehículos a las 11:00 y llegada al Reina Sofía alrededor de las 13:00 horas.

Desde Málaga, dos motos de la Guardia Civil abrieron paso a la comitiva a fin de garantizar que el transporte no sufriera ningún tipo de interrupción ni percance, y, ya en la provincia de Córdoba, dieron el relevo a un vehículo de la propia Benemérita que llevó a los sanitarios hasta la misma puerta del hospital cordobés.

En total, fueron 155 kilómetros en unas dos horas de máxima tensión que acabaron en un éxito gracias a la coordinación de todos los implicados. Para la pequeña, fue un paso más, impulsado por más de treinta especialistas de los servicios sanitarios y de seguridad, en su particular carrera hacia la vida.

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SAMU renueva y amplía sus servicios sanitarios con el Sevilla FC

SAMU se encargará por segunda temporada consecutiva del dispositivo sanitario de los partidos que el Sevilla FC juegue en el estadio Ramón Sánchez-Pizjuán. En esta nueva temporada 2017-2018, como novedad, se ha ampliado el acuerdo con el club y SAMU cubrirá también la asistencia de urgencias y emergencias en los partidos del Sevilla Atlético, el equipo juvenil y el primer equipo femenino de la entidad sevillista, además de otras actividades en la Ciudad Deportiva del club.

Después de la exitosa experiencia de la temporada 2016-2017, SAMU renueva y amplía este servicio con el Sevilla FC. En el Sánchez Pizjuán, el equipo de SAMU despliega un dispositivo para dar cobertura sanitaria de primera intervención a posibles episodios de atención sanitaria, urgencias, emergencias y/o atención a múltiples víctimas tanto a los jugadores como a los espectadores en el estadio y el propio personal del club.

Este servicio se ha convertido en una prueba de gran éxito para la organización dada la magnitud técnica de cada evento, en un estadio con 40.000 localidades, y su enorme dimensión social. La peculiaridad principal del dispositivo en el estadio es que se trata de un recinto cerrado y con gran afluencia de público, en el que los patrones de evacuación son fundamentales.

Desvanecimientos, caídas, cortes, golpes e infartos son los incidentes más habituales en este tipo de eventos, aunque el equipo de asistencia sanitaria tiene que estar, desde antes del partido y hasta que los espectadores abandonen el estadio, en situación de alerta y preparados para intervenir frente a cualquier eventualidad.

En el primer partido de la Liga, celebrado este sábado 19 de agosto contra el RCD Espayol, SAMU desplegó un dispositivo formado por 26 profesionales, con tres médicos, ocho enfermeras y 15 TES (Técnicos en Emergencias Sanitarias), dos UVI Móvil, una ambulancia convencional, un vehículo de apoyo logístico y 10 puntos de desfibrilación precoz. Nacho Ávila, Jefe de Operaciones de SAMU, está al frente de este operativo que representa una prueba de altísimo nivel para cualquier organización dedicada a las emergencias sanitarias.

Al igual que en la temporada anterior, en este dispositivo también participarán de forma voluntaria alumnos de la Escuela de Emergencias de SAMU, lo que les permitirá profundizar y afianzar sus conocimientos y participar en la asistencia de casos reales.

“Las empresas exigen jóvenes todopoderosos”

Abogado y doctor en Derecho, Francisco José Fernández (Alcalá del Río, Sevilla, 1971), es desde 2015 socio director del Grupo Consea, entidad especializada en el asesoramiento financiero y jurídico a empresas del ámbito público y privado, entre ellas SAMU.

 

¿Qué es Grupo Consea?
—Grupo Consea existe desde 1978. En sus comienzos se dedicó al asesoramiento financiero y en la década de los 90 y 2000 incorporó nuevos servicios como el asesoramiento de políticas públicas, compliance, reestructuraciones y un servicio de cobertura a los proyectos de innovación y tecnológicos.

En los últimos años se ha puesto de moda el concepto compliance, pero ¿qué es esto exactamente?
—Es una nueva exigencia en el mundo de la empresa que supone una cultura del buen cumplimiento. Asesoramos a las compañías para que no infrinjan la ley ni la ética empresarial, algo que puede ocurrir simplemente por desconocimiento. El tener implantado un servicio de compliance, exime de responsabilidad a los dueños o accionistas de la empresa en el caso de que se produzca alguna infracción.

—También es profesor. ¿Dónde imparte clases actualmente?
—Doy clase en los grados de Derecho, Economía y Relaciones Internacionales sobre contratación, que es mi especialidad, en la Universidad Loyola Andalucía, además de en los máster jurídicos sobre organización de empresa y modelo de gestión de despachos de abogados. Llevo 12 años dedicándome a la docencia.

—¿Se les exige hoy más a los jóvenes para acceder al mercado laboral?
—La juventud tiene ahora muchos inconvenientes para acceder al mercado laboral. Las empresas exigen jóvenes todopoderosos, que sepan idiomas, argumentar, escribir, que tengan habilidades sociales y humanas, capacidad de liderazgo, tener empatía y muchas cosas más. Esto hace que el nivel de frustración de los jóvenes a la hora de buscar trabajo aumente.

—¿Cómo aprende uno estas habilidades?
—Las empresas tienen parte de responsabilidad. Un buen plan de formación de una compañía no sólo implica que los trabajadores tengan una buena formación informática y técnica, sino también una buena formación humana, ética. En ese sentido, el proyecto que está desarrollando SAMU con la implantación del compliance dice mucho de la organización. En el fondo, la cultura del compliance lo que te imprime es un carácter y una forma de hacer las cosas que especialmente para los jóvenes es muy valorable.

—¿Cómo conoció el proyecto SAMU?
—El sector empresarial no es tan grande como parece, nos conocemos casi todos. Me llamó mucho la atención el proyecto y su historia, además de la forma que tienen sus directivos de entender el mundo de la empresa. Me apasiona ayudar al desarrollo de una compañía de este tipo. Me siento muy orgulloso.

—¿Cómo colabora con SAMU?
—Soy una pieza de apoyo para sus directivos en la evolución y la expansión del grupo. Aporto nuevas experiencias, marco un nuevo camino de estrategia en cuanto a la contratación pública y guío el proceso de la implantación del compliance dentro de la compañía.

—¿Cuáles cree que son las principales fortalezas de SAMU?
—Una cultura corporativa sana y un trabajo en equipo. Es una compañía que hace camino al andar y con un gran respecto por los trabajadores. Tiene muchas posibilidades de futuro. Creo que será una compañía con importantes metas.

—Y, como crítica constructiva, ¿algo en lo que deba mejorar?
—Lo mismo que le ocurre a todas las compañías en proceso de expansión: deben canalizar de forma más adecuada el futuro para no malgastar esfuerzos que no vayan a ningún sitio. Esto es un síntoma muy habitual en los procesos de expansión.

—¿Cuál es la clave del éxito empresarial?
— No hay reglas generales. Hoy ser empresario es una cultura de riesgo, pero hay algo en que coinciden los empresarios de éxito: la paciencia. Paso corto y vista larga, como dicen en el ejército.

—¿Qué consejo le daría a los jóvenes?

—Que busquen referentes en los que mirarse, que intenten tener buenos jefes de los que aprender, que sean exigentes con ellos mismos y que intenten desarrollar valores éticos, ya que con ellos se llega a todos lados.

Sanitarios que se convierten en rescatistas

La Escuela de Emegercias SAMU ha dado un paso más este año en su calendario de formación con la incorporación de un proyecto experimental que tiene como objetivo formar a profesionales sanitarios, de forma específica, en técnicas de rescate. Es el curso de Rescate en Entornos Cambiantes, que, además de adiestrar a estos especialistas todoterreno, tiene un carácter abierto y multidisciplinar: ha reunido cada martes en las instalaciones de Gelves, en Sevilla, a alumnos y exalumnos del centro, técnicos, personal de la plantilla de SAMU y también a personal externo relacionado con el mundo de las emergencias.

La iniciativa del director de la escuela, Juan Escalada, arrancó en enero bajo el liderazgo del bombero e instructor especializado en rescate Eduardo Sánchez. Una quincena de alumnos de diversos perfiles ha formado parte del equipo de trabajo, que se ha reunido durante la mañana de los martes en el campo de entrenamiento de Gelves. “Nuestro objetivo era que estos alumnos sepan desenvolverse en escenarios que te puedes encontrar en tu día a día, en la vida real, y que sean capaces de rescatar a personas de situaciones verdaderamente complejas”, relata Sánchez.

La formación comenzó “de cero”, con teoría. De forma progresiva, los alumnos han ido adquiriendo conocimientos y dominando técnicas. En primer lugar, trabajaron en autonomía vertical con el objetivo de que cada persona sea capaz de subir y bajar con cuerdas con seguridad y ser autosuficiente en una operación que requiera el uso de estos elementos.

Después, Sánchez y su equipo han desarrollado las más diversas operaciones de rescate en espacios abiertos y en espacios confinados: “desde un señor que está pintando una fachada y necesita asistencia sanitaria, a casos de politraumatismo que requerían inmovilización y evacuación en camilla, rescates en vertical en coche suspendido o, por ejemplo, rescates en espacios confinados como pozos o arquetas que requieren equipos de respiración y detectores de gases y explosividad”.

Los ejercicios han sido exigentes desde el punto de vista físico y también han requerido una gran concentración y autonomía por parte de todos los participantes a la hora de afrontar los rescates. A primera de cada jornada, el profesor plantea diferentes escenarios en el aula para que sean los propios participantes quienes vayan desarrollando sus planes de acción. Según explica Eduardo Sánchez, cada vez han ido demostrando más liderazgo y autonomía, aportando soluciones adecuadas para cada situación. Así, en los ejercicios de las últimas semanas, la intervención del instructor ha sido cada vez más puntual, pasando del liderazgo total en los ejercicios a una labor más centrada en la supervisión del trabajo de los alumnos y alumnas.

Aunque este tipo de formación ya se ha impartido en Escuela SAMU con anterioridad, es la primera vez que se hace de forma tan específica y sostenida en el tiempo, con prácticas de cuatro o cinco horas cada semana desde enero hasta junio, manteniendo a los alumnos activos y afianzando las técnicas con la práctica regular y con ejercicios imprevistos.

“La formación que hemos impartido es una formación de bomberos, no es habitual en el personal sanitario, pero aquí hemos ido más allá. El curso encaja muy bien con la filosofía de SAMU, que no enseña a sus alumnos de emergencias sólo a poner un vendaje, sino que les adiestra para estar en una catástrofe y saber actuar, a estar preparado para intervenir en cualquier escenario y a hacerlo de forma autónoma. En un rescate en altura o en un espacio confinado, estos alumnos ya tienen capacidad para ser autónomos, no dependerán de que los bomberos les tengan que trasladar de un sitio a otro como sujetos pasivos, y es un lujo poder trabajar con sanitarios así”, relata Sánchez.

El instructor valora la experiencia y avanza que la idea es que el programa de Rescate en Entornos Cambiantes continúe su desarrollo después del verano: “Después de todos estos meses de trabajo, como bombero puedo decir que yo me iría a intervenir en un rescate con este equipo con total garantía”, subraya.

Una estructura “a prueba de terremotos”

El cuerpo directivo de SAMU celebró el pasado mes su reunión anual con el objetivo de repasar logros y analizar los retos de la organización después de superar un año de adversidades, en palabras de Carlos Álvarez Leiva, fundador de SAMU, que presidió esta jornada de convivencia en el Parador de Carmona (Sevilla). “SAMU ha demostrado ser una organización a prueba de terremotos, con una estructura muy sólida que nos ha permitido superar el escenario tan complicado que dibujábamos en esta misma reunión hace un año”, señaló el presidente de SAMU.

Carlos Álvarez dedicó unas palabras a cada uno de los veinte directivos de la organización reunidos en Carmona y reconoció su liderazgo a la hora de “asumir y gestionar los ruidos” que se producen en cada centro de actividad, y no ser meros “tambores de resonancia”. Además, les recordó que uno de los objetivos principales de su trabajo debe ser “buscar la felicidad de las personas”, algo que es fácil “decir de palabra” y “muy complicado de llevar a la realidad”, admitió, pero que debe ser el “camino a seguir” en una organización que está formada por una plantilla de 637 trabajadores.

Carlos González de Escalada fue el encargado de repasar los hitos de 2017. El director general de SAMU subrayó la “brillante implantación” de la empresa en Tánger, con la formación integral de un equipo que empezaba de cero y la dotación de equipamientos que hoy son punteros en todo el país como el SVA; el lanzamiento de SAMU Wellness, centro para el que vaticinó una “evolución enorme”; la participación de la organización en licitaciones de proyectos de cooperación en Marruecos y Rumanía que están en el ciclo final de adjudicación; la llegada de la Fundación SAMU a Estados Unidos; y la primera temporada de trabajo en los servicios médicos del Sevilla FC, que ha dejado una “impronta muy fuerte”. También destacó el avance de investigaciones y proyectos con la Universidad de Sevilla y la organización en noviembre del Congreso de Discapacidad y Deporte.

González de Escalada también destacó la modernización de procesos que está llevando a cabo la organización, con avances como digitalización y las certificaciones en calidad, medio ambiente e innovación, y animó a sus compañeros a mantener el pulso del lema de SAMU: “Nuevos tiempos, nuevos retos”.

“Yo no he hecho la mili, he hecho el máster de SAMU”

El enfermero Nacho Ávila Guerra (La Palma del Condado, Huelva, 1982) es desde febrero el nuevo jefe de operaciones de SAMU, cargo que compagina con guardias en ambulancias en Sevilla y Huelva.

—¿Cómo conoció SAMU?
—Tras terminar Enfermería en 2005, empecé a trabajar en un centro de salud haciendo guardias sueltas. En el verano de 2006, en Matalascañas, tuve una guardia muy mala, con muchos accidentes de tráfico. El conductor de la ambulancia me sacó las castañas del fuego y al verme sobrepasado por los avisos me dijo que había una empresa en Sevilla que se dedicaba a la formación en emergencias y que creía oportuno que hiciera el curso.

—¿Qué recuerda del máster de SAMU?
—Yo siempre digo: no he hecho la mili, he hecho el máster de SAMU. Es muy intenso, absorbente, con formación paramilitar. Hacemos muchos simulacros junto con fuerzas especiales y trabajamos en equipo con diferentes dispositivos. Es un ambiente de entrenamiento severo. Pero al que le gusta este mundo, cuando lo prueba, le pica el gusanillo y no para.

—¿Por qué estudió Enfermería?
—Cuando tenía 15 años saqué a un niño de una piscina que se estaba ahogando. Todo el mundo me dijo que tenía que ser socorrista o sanitario, lo típico. Además, yo tengo un tío que es enfermero y me contaba cosas de este mundo, y me entró el gusanillo. Ya cuando entras en contacto con la profesión te das cuenta de si esto es realmente tu vocación.

—¿Qué significa ser jefe de operaciones?
—Todo. Control de personal, de cuadrantes, de vacaciones, sustituciones. A la primera persona a la que acuden los profesionales de guardia cuando se produce cualquier incidente en los servicios de Sevilla, Huelva y Málaga es a mí.

—¿Por qué decidió asumir este reto?
—A nivel profesional y personal, creo que era el momento. Yo ya había sido, de forma accidental, director de la unidad de día San Lucas, por lo que tenía experiencia en el ámbito de la dirección de SAMU. Además, la plaza de jefe de operaciones no sale todos los años. La anterior compañera, Victoria Galiani, se ha llevado más de 12 años en el cargo. Hubiera sido más fácil quedarme en mi puesto de enfermero normal, pero me gustan los retos, asumir nuevos proyectos e ir creciendo.

—Durante tres años trabajó en Málaga, ¿cómo fue la experiencia?
—Hubo un periodo de reestructuración de la plantilla de Huelva y me mandaron para Málaga, pero no cambié de residencia, seguí viviendo en La Palma del Condado. Eso suponía salir de casa a las cuatro y media de la mañana para entrar a trabajar a las ocho. Al día siguiente, sales a las ocho de la mañana y sobre las once y media o doce llegas al pueblo. Te pegas una ducha y te vas a por tu hija a la guardería y disfrutas de ella durante la tarde. Era mi forma de verlo. Cuando estaba en Málaga tenía más tiempo para estar con mi hija que ahora que estoy en Sevilla.

—Participó en la misión de SAMU en Haití en 2010. ¿Cuál fue su función allí?
—SAMU envió cinco expediciones. Yo fui como jefe del último contingente y con la misión de hacer un repliegue lo más ordenado posible. El periodo de emergencias ya había pasado.

—¿Qué vio en Haití?
—Cuando llegué se suponía que lo peor ya había pasado pero lo cierto es que Haití no podía estar peor. No tenían agua potable en las casas, los escombros estaban sin recoger y la gente vivía en campamentos de refugiados. Siete años después, esto sigue igual. Estructuras como el Parlamento, la comisaría central, la escuela de policía o facultades como Medicina o Enfermería se habían derrumbado, matando promociones enteras de profesionales. No tenían policías ni sanitarios porque habían muerto en el terremoto.

—¿Qué significa SAMU para usted?
—SAMU es mi segunda familia. Es un gran conglomerado de distintos profesionales que nos apasiona lo que hacemos. Es una filosofía de vida, una forma de entender el trabajo y las responsabilidades, una religión. Es algo más grande que una empresa en sí.

El otro equipo del Sánchez-Pizjuán

El final de la temporada 2017 del Sevilla F.C. ha sido también el fin de la temporada paralela de SAMU al frente del dispositivo sanitario en los partidos como local del equipo en el Estadio Ramón Sánchez-Pizjuán. Este servicio, en el que nos estrenábamos este año, se ha convertido en una prueba de gran éxito para la organización y para nuestro equipo, dada la magnitud técnica de cada evento, en un estadio con 40.000 localidades, y su enorme dimensión social.

Un equipo formado por 30 personas de los más diversos perfiles y una flota de tres UVI móviles ha cubierto el dispositivo de emergencias en los partidos de fútbol. Victoria Galiani, con más de treinta años de experiencia en diversas responsabilidades dentro de SAMU, ha sido la responsable del dispositivo. “Ha sido una temporada en la que hemos respondido a un alto nivel, que también nos ha servido para aprender mucho, y en la que además no hemos tenido que lamentar situaciones extremadamente críticas”, relata Galiani desde el mando operativo.

Dispositivo de SAMU en el Sevilla F.C.

La responsable del dispositivo explica que la peculiaridad principal del dispositivo en el estadio es que se trata de un recinto cerrado y con gran afluencia de público, en el que los patrones de evacuación son fundamentales. SAMU asume la labor asistencial frente a emergencias y es responsable del traslado de heridos a la zona de concentración de ambulancias, en el lateral del estadio, y la posterior coordinación con Emergencias. “Esto nos hace estar en una tensión constante. En una maratón, tenemos a más de 20.000 personas repartidas en 42 kilómetros de recorrido en los que puede darse una situación de emergencia. Aquí, estamos concentrados en este recinto, que además está cerrado, que tiene diferentes puertas, diferentes alturas, escaleras…”.

El reparto de efectivos en cada partido ha respondido al siguiente patrón: En pista, un médico, un enfermero y dos TES (Técnicos de Emergencias Sanitarias) se encargan de atender a los futbolistas y cualquier circunstancia médica que ocurra sobre el terreno de juego. Tienen las camillas a su disposición para evacuar a los futbolistas a banda o directamente a vestuarios, en coordinación con el equipo médico del club, aunque, en caso de emergencias, es el director médico asignado a este equipo de pista quien se erige como máximo responsable de la estabilización y traslado del jugador hasta el hospital.

Dispositivo de SAMU en el Sevilla F.C.

En la Unidad de Estabilización, punto de reunión de equipo, atención sanitaria y acopio de material, operan un médico, dos enfermeros, y dos técnicos, con un jefe de transmisiones. El equipo satélite, con un médico, un enfermero y un TES, está preparado para cualquier contingencia, mientras que los TANGO, hasta siete en un partido normal, se reparten por todas las coordenadas del estadio, con dos o tres personas (en función de la proximidad al centro de estabilización) para la atención más inmediata al público que llena el graderío.
Galiani y el equipo que lidera han aprendido a identificar las altas variaciones de tensión que se producen en un escenario como es un partido de fútbol: ¿Quién es el rival? ¿El equipo gana, o va perdiendo? ¿En qué momento del partido estamos? ¿Qué se juega el club? “Es algo que se respira en el ambiente y que hay que valorar en cada momento. En el derbi, por ejemplo, la tensión es altísima, lo mismo que en los partidos de Champions”.

Desvanecimientos, caídas, cortes y golpes figuran en la mayoría de los partes médicos que se han abierto en el centro de operaciones. Los episodios más graves han sido varios infartos, según relata Galiani, aunque a lo largo de la temporada no se han lamentado situaciones de mayor gravedad.

La colaboración de SAMU con un club de máxima solvencia como es el Sevilla F.C. y con los distintos equipos de seguridad que forman parte del dispositivo organizativo de cada partido ha sido fluida y muy eficaz. Son decenas de especialistas que hacen posible que los partidos de fútbol sean un espacio seguro de disfrute para los ciudadanos, sea cual sea el resultado en el marcador cuando el árbitro pita el final del partido.

Samu inaugura una Clínica en Tánger

El acto de inauguración a la sociedad de Tánger fue presidido por el presidente del grupo, Dr. D. Carlos Álvarez Leiva, que hizo el saludo inicial y por el director general, D. Carlos González de Escalada. Se presentaron unos vídeos sobre la escuela de formación, la acción humanitaria, las instalaciones de Samu en Tánger y se realizó un ejercicio de simulación de una práctica de desencarcelación y rescate de un accidente entre un coche y una moto.

El servicio médico de Samu Tánger ha comenzado a prestar sus servicios el día 2 de enero de 2017.

El Dr. Álvarez ofreció detalles de esta iniciativa y afirmó que en “el marco de las buenas relaciones entre Marruecos y España, que ahora abre una oportunidad en el ámbito de la asistencia médica, que ofrecemos sus servicios para que las ambulancias no sean sólo un medio de transoporte del enfermo a los hospitales, sino salas de tratamiento móviles equipados con los últimos equipos y tecnología médica que pueden tratar con todos los casos medícales”.

El servicio que ofrece SAMU comprende las siguientes capacidades asistenciales:

• Escucha permanente 24h24h/365 en en un teléfono.
• Consejo terapéutico en el idioma convenido.
• Atención domiciliaria adaptada, médico, enfermero y/ técnico.
• Primera medicación de urgencia a excepción de antifibrinolíticos y antiagregantes.
• Transporte asistido en ambulancia medicalizada a la clínica metropolitana.
• Transporte interhospitalario en la región Tánger/ Tetuán.
• Atención en consulta en el Centro Médico.
• Repatriación aérea medicalizada (previo acuerdo de las partes).
• Revisión médica básica individual en las instalaciones para evaluar factores de riesgo.
• Curso básico de primeros auxilios de cuatro horas.
• Visitas a domicilio para tratamientos de enfermería.
• Seguimiento diario a pacientes hospitalizados en clínicas locales por parte del equipo médico SAMU.

La Residencia Santa Ana lidera la transferencia digital

En todos los centros Samu desde agosto de 2015 se lleva implementando el nuevo sistema de gestión de residencias Soft4care.

Los directores de los diferentes centros comenzaron la formación a través de videoconferencias bajo la coordinación de Maribel Álvarez Leiva.

Inicialmente se comenzó con la formación y la cumplimentación de datos relacionados con la gestión administrativa del centro, y la asignación de funciones y roles a los trabajadores para que pudieran acceder al sistema.

En septiembre se unieron los técnicos de los diferentes centros a las sesiones formativas ya que se comenzó a tratar los datos relacionados con la atención terapéutica de las personas usuarias y se empezó con el modelo de intervención de los diferentes centros para construir el plan personal de apoyo.

Como Santa Ana lleva años trabajando con el modelo de calidad de vida, se decidió, comenta la directora del centro, “que desde nuestro centro se aunaran las áreas de intervención junto con las diferentes categorías y las tareas que realizan los profesionales con las personas usuarias para alcanzar sus objetivos de trabajo con cada usuario/a. De este modo se construyó un modelo de intervención común a todos los centros de atención a personas con discapacidad”.

En octubre se abrieron los libros de incidencias de coordinación y el de enfermería, con la intención de que se eliminaran en el formato papel.

Durante el año 2016 los diferentes profesionales de todos los centros han estado cumplimentando los datos relacionados con cada área de trabajo, valorando y evaluando a los residentes, para poder ir construyendo sus planes personales de apoyo.

También se han pasado al sistema Soft4care los diferentes registros que se llevan a cabo desde las diferentes áreas de atención, haciendo hincapié en las tareas de atención asistencial que son fundamentales por el perfil de perso- nas que atienden, personas con daño cerebral sobrevenido que presentan además muchas enfermedades que hacen prioritario que se haga un control exhaustivo de su estado y bienestar físico.

En octubre de 2016 se impuso la directiva de que se habían de realizar los registros de todos los usuarios tanto en papel como en el sistema de gestión con el objetivo de ir familiarizándose con la forma de trabajar a través del TSAD y a partir del uno de marzo han desaparecido los registros en papel.

SAMU realizará el II Curso de Urgencias Prehospitaliaras en sus instalaciones de Tánger

Ha comenzado en Tánger el II Curso de Urgencias Prehospitalarias con el que el equipo docente de SAMU pretende que el personal adquiera conocimientos y habilidades para realizar transporte medicalizado de pacientes.

Las competencias específicas son:

• Ejecutar maniobras de RCP Básica e intermedia.
• Ejecutar maniobras de RCP Avanzada
• Manejar paciente con politraumatismo. (SVAT)
• Adiestrar para resolver las emergencias pediátricas.
• Gestionar emergencias cardiorespiratorias, traumáticas, tóxicas y metabólicas.
• Capacitar para resolver las urgencias obstétricas.
• Atender de forma integral un accidente de tráfico.
• Conocer el material de uso común en la atención al paciente crítico.
• Trasladar a pacientes en medios móviles de medicina intensiva.
• Prestar socorro de emergencias en presencia de múltiples víctimas.
• Aplicar los principios básicos de la organización en el manejo de situaciones de crisis.
• Desarrollar habilidades para trabajar en escenarios y condiciones de especial tensión y austeridad medioambiental.

Los módulos que se impartirán son: Resucitación Cardiopulmonar Básica, Socorrismo de campo, Soporte Vital instrumental, Soporte vital avanzado cardiológico, atención al trauma grave, Atención infantil y neonatal, Grandes síndromes, Situaciones especiales, y Logística aplicada “OUT DOOR.

Este curso de formación consta de 300 horas en modalidad práctico teórico y presencial, se imparte en la unidad docente de las instalaciones que SAMU tiene en Tánger, y está dirigido a médicos, enfermeros y técnicos de emergencias.Están asistiendo veinte personas y los docentes son: Macarena Montesinos (médico), Chakib (enfermero), Kenza (enfermera), Douha (enfermera) y José Antonio Vázquez (enfermero) y el Dr. D. Carlos Álvarez Leiva.