Fundación SAMU

Islas Baleares: un modelo de esperanza y humanidad en la atención de menores

En las costas de Islas Baleares, cada niño, niña, adolescente migrante no acompañado (en adelante NNAMNA) que llega tras cruzar la peligrosa ruta argelina, trae consigo una historia de vida cargada de lucha, esperanza y valentía. Desde que se inició el servicio de atención a menores migrantes no acompañados el 28 de noviembre de 2021, la respuesta en Islas Baleares ha sido mucho más que un despliegue operativo, ha sido un acto de humanidad en su forma más pura. Desde el primer centro con capacidad para ocho menores hasta los 13 centros operativos actuales, Fundación SAMU ha experimentado una transformación basada en la excelencia y la empatía, demostrando que el crecimiento puede ser compatible con una atención personalizada y de calidad.

Debido a la alta demanda, en 2024, Fundación SAMU abrió en el archipiélago balear nueve nuevos recursos, cinco de ellos en el último trimestre, lo que ha permitido atender a 534 menores en el último año en 13 centros.

Detrás del crecimiento y la consolidación de la red de atención está el liderazgo inspirador de Suhaila El Haddad, directora de Islas Baleares de Fundación SAMU. Bajo su visión, los centros de acogida se han convertido en espacios donde los NNAMNA no solo encuentran refugio, sino también una oportunidad para reconstruir sus vidas. Estos menores llegan con cicatrices visibles e invisibles, resultado de un viaje lleno de riesgos. Por esta razón, los centros de acogida no son simplemente lugares donde se cubren necesidades básicas, son entornos seguros donde encuentran consuelo, apoyo emocional y una nueva esperanza.

Suhaila El Haddad ha liderado con empatía y determinación los centros de estas islas, entendiendo que cada menor es una historia de superación que merece un futuro digno. Su sensibilidad para diseñar programas que abordan las heridas emocionales, al tiempo que les ofrecen herramientas para crecer, ha hecho que esta red sea un modelo de atención integral.

Cada menor migrante que pasa por los centros gestionados por Fundación SAMU encuentra una mano que lo guía hacia la independencia y la autosuficiencia. Desde el aprendizaje de un idioma hasta la formación en habilidades laborales, cada paso dado dentro de esta red de atención está diseñado para empoderar a los NNAMNA y recordarles que su futuro aún está por escribirse.

El Instituto Mallorquín de Asuntos Sociales (IMAS) ha demostrado que la solidaridad puede ser la piedra angular de una sociedad inclusiva. Su compromiso no solo garantiza que los NNAMNA reciban atención, sino que fomenta la comprensión y la empatía entre la comunidad local.

Por su parte, Fundación SAMU, con su capacidad para reunir a equipos humanos excepcionales, como el equipo de Islas Baleares, ha transformado cada desafío en una oportunidad para ofrecer una atención que va más allá de lo material. Es la combinación de esta solidaridad institucional y la dedicación diaria de este equipo de profesionales lo que ha permitido que cientos de NNAMNA encuentren en Islas Baleares un punto de partida para una nueva vida. La red de atención en este archipiélago no solo atiende a menores, transforma vidas.

En un mundo donde las fronteras dividen y la desesperación empuja, las Islas Baleares demuestran que la solidaridad, la humanidad y la esperanza pueden ser más fuertes que cualquier desafío. Porque cada niño merece algo más que sobrevivir, merece vivir con dignidad y soñar sin límites. En Islas Baleares esos sueños encuentran un lugar donde empezar.

Autora: SIHAM KHALIFA 

Directora nacional adjunta del área de Infancia y Familia de SAMU

ROCÍO GARCÍA / Educadora social

La revolución de hacer comprensible un documento

A lo largo de 2024 he trabajado en un proyecto importante y transformador para los usuarios de SAMU: Accesibilidad para Todos. El objetivo principal ha sido en todo momento facilitar a las personas usuarias de los diferentes centros la comprensión de documentos importantes que son entregados en el momento de ingreso y durante su estancia, entre ellos, las normas a seguir y las rutinas. Los centros involucrados en el proyecto han sido la Residencia San Sebastián, la Residencia de Santa Ana y la Unidad de Estancia Diurna San Lucas, los tres situados en la provincia de Sevilla.

En este proceso, he priorizado el uso de imágenes explicativas y pictogramas, por la respuesta positiva que hemos percibido hacia este tipo de recursos. También he trabajado con alguna información de uso o normas de lugares frecuentados por las personas usuarias como son centros deportivos o algunas cafeterías de la zona.

He buscado conectar con las emociones de los usuarios a través de un trabajo centrado en su bienestar y haciéndoles partícipes del mismo a través de valoraciones en las que me iban comunicando sus necesidades y expectativas. He sido consciente de que conseguir los objetivos no pasaba solo por cambiar una palabra técnica por otra coloquial, sino que este proyecto requiere un alto grado de sensibilización hacia ellos y hacia el personal que trabaja en estos centros.

El proyecto ha consistido, en primer lugar, en hacer una valoración y un diagnóstico inicial. En cada centro se han realizado visitas para hacer un diagnóstico previo, o para realizar una evaluación continua, con el objetivo de introducir cambios y mejoras durante el proceso. Así, he adaptado cada acción a la necesidad de las personas usuarias de cada centro y a la valoración de los profesionales que cuidan de ellas.

Las principales acciones que llevé a cabo fueron la transformación de los documentos más importantes, sobre todo los correspondientes al ingreso de cada usuario. Entre ellos, el contrato de ingreso o el Reglamento de Régimen Interno, los documentos de aceptación de protección de datos, la autorización de desplazamientos, los consentimientos informados y la autorización de empadronamientos, entre otros.

Tras una primera revisión de documentos, concreté una visita a los centros junto con la coordinadora del proyecto, Elena Duque, para hacer una primera valoración con un grupo de personas usuarias y de profesionales. En esta visita, anotamos las percepciones de los procesos tanto de las personas usuarias como de los trabajadores. Después, trabajamos para transformar documentos complejos en documentos de lectura fácil, y testeamos estos cambios.

Con respecto a las redes sociales, les recomendamos el uso de los principios de lectura fácil en cada publicación, promoviendo de esta forma una plena inclusión desde todas las perspectivas posibles.
Hemos proporcionado al personal de cada centro material con una formación voluntaria en lectura fácil a fin de capacitar a los equipo en estrategias de comunicación accesible, de uso de pictogramas y de fomento de una actitud proactiva para facilitar la inclusión.

Los beneficios que ha generado este proyecto en las personas usuarias han sido numerosos. Me atrevo a decir que ha rebajado su nivel de frustración al sentirse parte de cada uno de los procesos. Hemos conseguido aumentar su confianza y seguridad.

Con el acceso para todos se ha hecho posible una lectura fácil a través de un lenguaje claro y sencillo, usando símbolos y manteniendo una estructura clara. Hemos fomentado la autonomía de las personas. Se han reducido las barreras de comunicación y se ha facilitado la inclusión social. Dando acceso a las personas a la información sobre sus derechos, hemos fomentado su participación activa en la vida pública. Les hemos ofrecido autonomía y poder.

Las personas usuarias que han participado en las evaluaciones han mostrado una gran motivación y alto nivel de participación. Ellos consideran que este trabajo es necesario. Pero no todo ha sido fácil. He encontrado algunas limitaciones en lo que respecta a la accesibilidad en los lugares públicos. En ocasiones ha sido un desafío.

Este proceso me ha llevado a la conclusión de que es fundamental seguir trabajando y sensibilizar a nuestra sociedad de que es esencial garantizar el acceso para todos, sin importar su condición física, mental o cognitiva, para participar plenamente en la vida pública, acceder a todos los servicios, y conocer y ejercer los derechos. En un mundo cada vez más interconectado, la accesibilidad tendría que ser una obligación moral en la sociedad. Este proyecto ha avanzado con humildad hacia ese objetivo.

Una accesibilidad global no solo beneficia a las personas con discapacidad, sino que lo hace a toda la sociedad. Promovemos una sociedad inclusiva, productiva y creativa, donde todas las personas tienen acceso a la cultura, deporte, ocio y recreación en igualdad de condiciones, favoreciendo el entendimiento y la solidaridad en un mundo cada vez más diverso. La diversidad en accesibilidad es la mayor riqueza para valorar las múltiples formas en las que las personas experimentan el mundo. Sigamos caminando hacia una transformación en la que ganemos todos.

Por ROCÍO GARCÍA / Educadora social

El Gobierno de las Islas Baleares financia un proyecto de SAMU en Bolivia.

Equipamiento para la primera línea frente a desastres en Bolivia

La ciudad boliviana de La Paz se ha enfrentado en 2024 a grandes retos debido a las intensas precipitaciones causadas por el fenómeno climático de El Niño. Las constantes lluvias, sumadas a la escarpada orografía del valle en el que se asienta la ciudad, provocaron el desbordamiento de ríos y deslizamientos de tierra poniendo en peligro a miles de ciudadanos. Estos eventos geodinámicos evidenciaron la urgente necesidad de modernizar el equipamiento del Grupo de Atención de Emergencias Municipales.

En respuesta a esta situación, la colaboración entre Cáritas Bolivia y Fundación SAMU ha sido crucial. Con el apoyo del Gobierno de las Islas Baleares ha sido posible financiar un proyecto destinado a renovar con nuevos equipos a los bomberos de la ciudad de La Paz. Esta iniciativa busca mejorar la capacidad operativa del personal mediante la entrega de equipamiento especializado, que sustituye al material obsoleto, y la capacitación para su uso, cuidado y manejo. Esta modernización será un elemento clave para mitigar el impacto de futuros desastres naturales.

En diciembre se realizó la entrega de una importante cantidad de equipos modernos esenciales como arneses y cascos de seguridad de la marca Petzl. En el acto de entrega participaron Elizabeth Zabala, directora ejecutiva de Cáritas Bolivia; el secretario municipal de Resiliencia y Gestión de Vulnerabilidades, Juan Pablo Palma; los directores de Gestión de Vulnerabilidades y de Emergencias del gobierno municipal, Andrés Anahua y Vladimir Vargas; Lizeth Aquilar, coordinadora técnica de Emergencias de La Paz; entre otras autoridades.

La emoción entre los trabajadores era palpable. Muchos de ellos destacaron que esta renovación no solo facilitará su trabajo, sino que literalmente salvará sus vidas. Por su parte, el arquitecto Vladimir Vargas, director de Emergencias, resaltó “el agradecimiento de las y los rescatistas por la importancia que tiene el equipamiento recibido para la seguridad de su personal, cumplir estándares internacionales y aumentar la eficiencia del trabajo que realizan”.

También se han desarrollado las capacitaciones necesarias para el uso de los nuevos equipos, en colaboración con el proveedor The Wall, representante de la marca Singing Rock, especializada en cuerdas y poleas. Estos talleres aseguran que los recursos humanos no sólo dispongan de herramientas modernas, sino que también estén preparados para utilizarlas de manera eficiente y segura en las condiciones extremas que frecuentemente enfrentan.

Fundación SAMU y el Ayuntamiento de Cariñena colaboran en un proyecto en Bolivia.

Unión de fuerzas para transformar vidas en Bolivia

Fundación SAMU, en colaboración con la Fundación Alirio Henao, ha lanzado un proyecto crucial para mejorar la calidad de vida de niños y jóvenes con discapacidad en el Hogar San José, ubicado en Warnes, Bolivia. Este proyecto, titulado La alimentación como base para el desarrollo integral de los niños, niñas y jóvenes con discapacidad del Hogar San José, se centra en proporcionar una nutrición adecuada y servicios esenciales para garantizar el bienestar y desarrollo integral de los beneficiarios. Gracias a la generosa financiación del Ayuntamiento de Cariñena (Zaragoza), se han podido cubrir necesidades tan básicas como los alimentos y un servicio especializado de nutrición.

El Hogar San José atiende a un total de 53 menores con discapacidades físicas, cognitivas y sensoriales, a los que se les brinda atención integral que incluye salud, educación y desarrollo personal.

La iniciativa no solo asegura una alimentación equilibrada, sino que también mejora las capacidades de autonomía y desarrollo de los niños y jóvenes, permitiéndoles alcanzar una mejor calidad de vida.

En esta oportunidad, la financiación del Ayuntamiento de Cariñena (Zaragoza) ha permitido adquirir los alimentos necesarios para cubrir la compra de frutas, verduras, lácteos y granos durante seis meses.

Fundación SAMU colabora desde 2020 con la Fundación Alirio Henao para mantener y mejorar las instalaciones y los servicios del Hogar con el objetivo de ofrecer un entorno seguro y enriquecedor para sus residentes. Con el apoyo del Ayuntamiento de La Rinconada (Sevilla), fue posible impulsar el proyecto Apoyando el derecho a vida digna y desarrollo integral de niños y niñas con discapacidad múltiple del Hogar San José en Bolivia. Este proyecto, dedicado a mejorar el servicio de terapia respiratoria del Hogar San José, benefició directamente a 53 niños, niñas, adolescentes y jóvenes con discapacidad, y ha propiciado un impacto positivo y duradero en sus vidas y en la de sus familias.

Estas iniciativas son un ejemplo destacado de cooperación internacional y ha demostrado cómo el apoyo de entidades locales y la solidaridad de sus habitantes puede tener un impacto significativo en comunidades vulnerables a nivel global.

Proyecto de Fundación SAMU en Tetuán

Tejer redes de cuidado para las personas que cuidan

Fundación SAMU y la Asociación Hanan, en colaboración con otras siete organizaciones de la sociedad civil marroquí dedicadas a garantizar servicios y derechos para las personas con discapacidad, han concluido con éxito un proyecto destinado a mejorar la calidad de vida de las cuidadoras de personas con discapacidad intelectual y/o motora (PcDIM) en los barrios de Jbel Dersa, Jamaa Mezouak y Sidi Talha de la ciudad de Tetuán. Esta iniciativa, financiada por el Ayuntamiento de Sevilla, ha generado un impacto transformador en comunidades gravemente afectadas por la pandemia del Covid-19, especialmente en aquellas personas para quienes las tareas de cuidado se volvieron aún más desafiantes tras la crisis sanitaria.

Antes del inicio de este proyecto, las PcDIM y sus familias hacían frente a grandes desafíos: la falta de atención adecuada, recursos limitados y una carga desproporcionada sobre las cuidadoras, usualmente madres, quienes soportaban soledad, estrés y agotamiento emocional. Esta realidad, agravada por la escasez de profesionales capacitados, limitaba la autonomía y la integración de estas personas en su comunidad.

Por ello, los principales elementos del proyecto se han centrado en la creación de un gabinete de asesoramiento para el cuidado y la autonomía de personas con discapacidad intelectual y/o motora (PcDIM), la formación de alta calidad de más de 60 profesionales de ONGDs y servicios públicos y el diseño e implementación de planes de atención personalizados para 100 familias cuidadoras. Además, los profesionales formados desarrollaron 10 jornadas de enseñanza-aprendizaje para las cuidadoras, quienes participaron en otras cuatro sesiones con enfoque de género en los cuidados y en cuatro actividades de ocio. Todo esto se realizaba con el propósito de empoderarlas, dotarlas de herramientas para reducir la sobrecarga de los cuidados y fomentar la integración social de las PcDIM.

El éxito de este proyecto ha estado marcado por la realización de un diagnóstico al inicio. Esto permitió identificar las necesidades de formación de las y los profesionales de los servicios para PcDIM y las buenas prácticas en los cuidados, para, a partir de ahí, diseñar el programa de formación y las sesiones de orientación a las cuidadoras y familias.

Resultados que inspiran

A lo largo del proyecto, se alcanzaron importantes hitos que han sentado bases sólidas para el cambio. Así, 100 familias cuentan con planes personalizados de atención familiar, fortaleciendo su capacidad para enfrentar desafíos diarios desde un enfoque de género y derechos humanos. Más de 60 profesionales de ONGDs y servicios públicos participaron en 80 horas de formación semipresencial, adquiriendo herramientas prácticas para asesorar a las PcDIM y sus familias. Actualmente cuentan con 6 guías didácticas para mejorar su trabajo cotidiano. Además, 60 cuidadoras cuentan con herramientas para gestionar la sobrecarga de los cuidados e impactar en su propia salud mental y en la corresponsabilidad en el hogar, generando un espacio de empoderamiento y reconocimiento hacia ellas. Se les ha proveído de una guía con técnicas y herramientas prácticas para facilitar su labor.

Las actividades inclusivas de ocio y tiempo libre brindaron a 60 cuidadoras momentos de recreación y aprendizaje en entornos comunitarios, promoviendo su integración social. Y se creo un gabinete de asesoramiento para garantizar la sostenibilidad de estas acciones, fortaleciendo la red de apoyo en la región.

También se ha llevado a cabo un diagnóstico de situación que, además de facilitar información sobre las necesidades formativas del personal de servicios de atención a PCDIM, brinda elementos para adoptar medidas y diseñar políticas públicas más adecuadas, convirtiéndose en un instrumento de incidencia pública a nivel local.

Este proyecto ha evidenciado que mejorar los servicios profesionales dirigidos a las PcDIM es fundamental para aliviar la carga de sus cuidadoras. Profesionales capacitados en enfoques de género y derechos humanos pueden proporcionar atención más integral y efectiva, permitiendo a las cuidadoras enfocarse en su bienestar y desarrollo personal. La corresponsabilidad entre los servicios sociales y las familias es clave para crear un entorno donde las PcDIM puedan alcanzar su máximo potencial, mientras sus cuidadoras experimentan una disminución significativa del estrés y el agotamiento.

Un impacto humano profundo

Durante el evento de cierre del proyecto, desarrollado en diciembre en Tetuán, y que contó con la participación de Nadia Chadi, vicepresidenta del Ayuntamiento de Tetuán y coordinadora de Asuntos Sociales del mismo organismo; María José Tinoco, directora de Acción Social de Fundación SAMU; Abdeslam Bakouri y Fouab Benajiba, presidente y secretario general de la Asociación Hanane, respectivamente; organizaciones de la sociedad civil; miembros del Gabinete de Asesoramiento; profesionales de los servicios de atención a PCDIM, cuidadoras y personas con discapacidad, se tuvo constancia de que, para las familias beneficiarias, este proyecto no solo ha representado un acceso a recursos, sino también el inicio de un cambio cultural en torno a los cuidados de las personas con discapacidad.

Afia Samira, madre y cuidadora de dos niñas con discapacidad, una con Síndrome de Down y la segunda con trastorno del espectro autista, compartió con los asistentes al acto cómo el proyecto transformó su vida: “Conocí a Hanane a través de una profesora de este centro. Desde que hice los talleres con Hanane, me siento más incluida, más valorada y preparada para apoyar a mis hijas. Las salidas de ocio y los talleres con Sonia me han ayudado muchísimo. Gracias a eso, ya no me da vergüenza salir a la calle con mis hijas e ir a diferentes lugares. Antes lo reprimía muchísimo, pero ahora me siento mucho más segura y capaz».

Por su parte, Muna Harrachi, una joven profesional de los servicios de la Asociación Hanane resaltaba que “este proyecto ha servido muchísimo para las familias»: «Nos hemos dado cuenta de que las cuidadoras quizás necesitan más apoyo, porque es a través de ellas que llegamos a los niños. Tanto los talleres con enfoque de género como las formaciones para cuidadoras han sido fundamentales. Además, las salidas de ocio son un tiempo necesario para que las mamás puedan tener un espacio para ellas mismas, recargar energías y disfrutar. Eso les permite transmitir más energía positiva a sus hijos”.

La difusión posterior de los resultados y materiales del proyecto contribuirá a que las lecciones aprendidas sirvan como modelo para iniciativas similares en Marruecos. Este proyecto, enmarcado en la Agenda 2030, refuerza el compromiso con la justicia social y la promoción de los derechos humanos. Tal como aseguró María José Tinoco, directora de Acción Social de Fundación SAMU, en el acto de cierre: “Fundación SAMU está dedicada a apoyar el logro de las metas de la Agenda 2030 en todos los países donde tenemos presencia. Creemos firmemente en el anhelo de una vida buena para toda la humanidad, y trabajamos incansablemente para contribuir a este objetivo global. La Agenda 2030 nos proporciona un marco claro y ambicioso para abordar los desafíos más apremiantes de nuestro tiempo».

La Fundación SAMU muestra su agradecimiento a todos los actores que hicieron posible esta transformación, principalmente al Ayuntamiento de Sevilla, la Asociación Hanan y a las organizaciones locales. Todos juntos han demostrado que la cooperación internacional puede ser un motor de cambio real y duradero, iluminando el camino hacia comunidades más inclusivas y solidarias.

Rocío Álvarez. Directora de la Unidad de Estancia Diurna (UED) San Lucas (Sevilla)

Rocío Álvarez: «Es crucial fortalecer los lazos entre los centros de día y la comunidad»

La Unidad de Estancia Diurna San Lucas abrió sus puertas en 2008. La trabajadora social Rocío Álvarez (Sevilla, 1979) fue su primera directora. Catorce años después y tras una etapa al frente del área de Sostenibilidad, vuelve a dirigir este centro especializado en la atención de personas con discapacidad intelectual.

—¿Cuándo comenzó a trabajar en SAMU?
—Comencé a trabajar en SAMU en 2007 como educadora en el primer centro de acogida inmediata que abrió en Motril dirigido a menores que llegaban a la costa en pateras. Fue una experiencia muy dura e intensa. Yo venía del otro lado, hacía voluntariado en una ONG de Educación y Cooperación para el Desarrollo en Marruecos.

—Justo un año después, SAMU abrió la Unidad de Estancia Diurna (UED) San Lucas, centro que hoy dirige. ¿Cuál es su historia con este recurso?
—San Lucas es mi campo base. Fui su primera directora, cargo que ocupé durante tres años. Luego me fui de España y estuve trabajando en Chile en el área de salud mental y personas sin hogar como trabajadora social. Cuando regresé a SAMU volví a San Lucas como trabajadora social, labor que, más tarde, compaginé con la dirección del área de Sostenibilidad de SAMU junto con la inestimable ayuda de mi querida compañera Beatriz Estrada Vida. Y en mayo asumí de nuevo la dirección del centro.

—Lleva muchos años vinculada a la organización. ¿Cómo describiría su evolución?
—He participado en gabinetes de crisis de varias misiones de ayuda humanitaria, lo que me ha permitido conocer más y mejor la entidad, a la que considero mi casa. He llevado la coordinación del dispositivo de emergencias para la acogida de personas sin hogar en el polideportivo sevillano de Rochelamber durante la pandemia y la dirección del dispositivo de emergencias para la acogida de personas temporeras, la mayoría extranjeras, en Lleida. Durante este tiempo, he visto a SAMU crecer con pasos de gigante y ampliar los proyectos de acción social, multiplicándose las personas beneficiarias del buen hacer de los profesionales con los que cuenta SAMU. Recuerdo que antes conocías a todos los compañeros. SAMU era una pequeña familia. Y ahora hay muchas caras nuevas y otras no tan nuevas pero que ya no conoces, pero siempre con la misma profesionalidad y cercanía que caracteriza a esta casa. Es la misma familia pero mas grande.

—¿Cómo vive esta segunda etapa como directora de la UED San Lucas?
—Es una gran responsabilidad y conlleva un grado de implicación muy alto. La vivo con entusiasmo y alegría, y también con mucha exigencia. San Lucas es un recurso especializado en la atención de personas con discapacidad intelectual y graves trastornos de conducta, además de personas con daño cerebral sobrevenido. Aquí es fundamental que esté todo coordinado, sin grietas. De ahí la importancia del trabajo en equipo, todos remando hacia una misma dirección. Por otro lado, me hace especialmente ilusión en esta segunda etapa como directora volver a contar con parte del equipo con el que abrí el centro en 2008. Yo les llamo la resistencia.

—¿Cuáles son sus retos como directora de San Lucas?
—Actualmente, uno de mis objetivos principales es poder cubrir todas las plazas que tenemos a través de una fuerte campaña de difusión del recurso. Sabemos que hay muchas familias que necesitan un recurso como el nuestro. Otro de mis objetivos siempre será cuidar a mi equipo, que cuente con los medios y tiempos necesarios para llevar a cabo la inmensa labor que realiza.

—¿Por qué decidió centrar su carrera profesional en el campo de la dependencia?
—Creo que por la misma razón por la que estudié Trabajo Social. Considero que es una manera de generar un impacto positivo en las vidas de las personas que más lo necesitan. Sé lo complicado que es convivir con personas que presentan una discapacidad intelectual y trastornos de conducta en un domicilio. Por regla general, los progenitores o los cuidadores principales se hacen mayores y, a la vez, la persona dependiente adquiere cada vez más fuerza. En la mayoría de las ocasiones, los cuidadores no pueden, no saben o no cuentan con las herramientas necesarias para abordar una situación difícil en casa. La mayoría de las familias se sienten abrumadas y también desesperadas. Nuestro centro de día tiene un equipo de profesionales que trabaja con la persona usuaria y también con las familias. Trabajar en este ámbito es una oportunidad para promover la inclusión, la autonomía, la igualdad de oportunidades y el respeto por la dignidad de cada persona. Y esto es lo que me motiva. A través de mi trabajo puedo contribuir a que esto pueda ser una realidad, que deje de ser un eslogan, que estas personas tengan una mayor calidad de vida y que puedan alcanzar su máximo potencial.

—¿Cuántas personas han pasado por San Lucas desde su apertura en 2008?
—En total hemos atendido a 144 personas. Actualmente, contamos con 43 plazas, de las cuales 33 están ocupadas.

—¿Cómo promueve el centro la autonomía y la inclusión social de los usuarios?
—Participamos en los talleres del distrito como cualquier otro vecino. Realizamos excursiones y salidas a muchos lugares de interés para ellos y propuestos por ellos. En estas actividades, los profesionales procuramos no llevar el uniforme porque, de alguna manera, con él estamos señalando a las personas que necesitan apoyo. Ya nos ha pasado que en una cafetería el camarero ha invisibilizado a las personas usuarias preguntando directamente al monitor qué querían tomar ellos. Igualmente, participamos en los eventos organizados por otras entidades dedicadas a la atención de la discapacidad. Y asistimos a los grandes eventos de la ciudad, como la Feria, la Navidad o la Semana Santa como cualquier otro ciudadano. Uno de nuestros principios es no hacer aquello que ellos pueden realizar por sí mismos. De hecho, muchos de nuestros usuarios utilizan de manera independiente el transporte público. Esto supone el manejo de dinero, orientación, conocer los medios de transporte, su recorrido. Trabajamos para que otros usuarios puedan hacerlo también.

—¿Cuáles son los principales desafíos a la hora de ofrecer una atención de calidad?
—Uno de los principales desafíos es adaptar las intervenciones con los usuarios. Cada uno tiene un perfil único y esto implica adaptar constantemente los apoyos, los espacios y talleres de una manera personalizada. La formación continua del personal es otro de los desafíos al que nos enfrentamos, ya que aunque el equipo de trabajo está muy cualificado y cuenta con una larga trayectoria en la unidad, una atención de calidad requiere constantemente una actualización de los enfoques terapéuticos y de la metodología. De igual forma, los trastornos de conducta exigen manejar situaciones complejas, de estrés y, en la mayoría de las ocasiones, estas situaciones son imprevisibles. Esto requiere unos protocolos bien establecidos y la capacidad de adaptarnos rápidamente en cada caso sin comprometer la seguridad ni la dignidad de las personas usuarias. Por último, la sensibilización social sigue siendo un aspecto critico de nuestro trabajo, así como facilitar la participación activa de las personas en su entorno comunitario.

—¿Cómo cree que la sociedad podría mejorar la integración y el apoyo a las personas con discapacidad?
—Es crucial fortalecer los lazos entre los centros de día y la comunidad. Esto genera más oportunidades para que las personas con discapacidad participen en actividades educativas, culturales y recreativas en igualdad de condiciones. Es fundamental promover la sensibilización y la educación para derribar los estigmas y prejuicios que aún existen. Esto implica campañas de concienciación que muestren las capacidades y el valor de estas personas. Además, los centros de día deben apoyar a las familias que cuentan con un miembro con una discapacidad, las cuales no se encuentran preparadas psicológica ni económicamente. Tenemos la responsabilidad de proveer un paraguas protector que les permita a muchos sobrevivir en la comunidad. Se necesitan políticas publicas sociales sólidas que garanticen recursos adecuados a centros de días y otros servicios de apoyo. Y, por último, recae en cada uno de nosotros poder contribuir adoptando una actitud mas empática, abierta y libre de prejuicios. La inclusión no es solo responsabilidad de las instituciones, es un esfuerzo colectivo que beneficia a toda la sociedad.

Proyecto Resurge Mujer de Fundación SAMU

ResurgeMujer transforma la vida de mujeres migrantes

Fundación SAMU ha puesto en marcha la iniciativa ResurgeMujer, un programa de inserción sociolaboral subvencionado por el Instituto Andaluz de la Mujer cuyo eje central es el empoderamiento de mujeres migrantes en situación de vulnerabilidad. Este programa contribuye de manera conjunta a la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) número 5 (lograr la igualdad de género y empoderar a las mujeres), 8 (promover el crecimiento económico sostenido e inclusivo), 10 (asegurar un empleo productivo y decente, mediante acciones integrales centradas en la persona) y 17 (el trabajo en red a través de alianzas y colaboraciones).

«El nombre Resurge refleja la resiliencia, el empoderamiento y la capacidad de superación de las mujeres participantes», apuntan desde el área de Intervención Socioeducativa y de la Mujer de SAMU.

El programa cuenta con un equipo interdisciplinar compuesto por una coordinadora (socióloga), una técnica de inclusión (educadora y trabajadora social), una psicóloga sanitaria y un auxiliar administrativo, además de personas voluntarias que enriquecen las actividades: una profesora de español, una educadora infantil que ofrece asesoramiento en temas relacionados con la crianza positiva, la promoción de hábitos saludables para la infancia, una abogada que ofrece asesoramiento legal en extranjería, y una enfermera que aborda temas de salud sexual y reproductiva y ofrece información sobre el sistema sanitario andaluz.

Un espacio seguro y transformador

ResurgeMujer es un espacio seguro, de confianza y libre de prejuicios, donde las mujeres pueden compartir sus vivencias, sentirse apoyadas y trabajar en sus procesos personales y profesionales. Destaca por su metodología interseccional con perspectiva de género, donde el diseño personalizado de las intervenciones se consideran las múltiples identidades de cada persona (género, orientación sexual, estatus migrante), y cómo interactúan para generar experiencias únicas. Este enfoque facilita la comprensión de sus realidades y necesidades, impulsando acciones que aseguren el acceso a oportunidades y recursos.

Se distingue también por su compromiso con la inclusión, acogiendo a mujeres independientemente de su situación legal administrativa: solicitantes de protección internacional, mujeres con protección internacional concedida, mujeres en situación irregular, apátridas o aquellas con residencia regularizada. Actualmente, el programa cuenta con participantes de diversas nacionalidades, como Ucrania, El Salvador, Marruecos, Costa de Marfil y Colombia, lo que refleja la diversidad y riqueza cultural de las participantes.

Los ejes de trabajo de este programa combinan la atención directa a las mujeres participantes con acciones dirigidas a lograr cambios estructurales, partiendo del principio de que, sin bienestar personal y empoderamiento, no puede haber una inserción laboral sostenible y real. Por esta razón, se prioriza el abordaje de aspectos sociales y emocionales antes de trabajar directamente en la empleabilidad. Este enfoque integral reconoce que el bienestar psicológico, la construcción de redes de apoyo y la recuperación de la confianza son esenciales para que las mujeres puedan acceder y mantener un empleo en el tiempo.

Los servicios que se ofrecen son: acompañamiento individualizado (con derivaciones a otras entidades y organismos cuando se requiere), terapia psicológica y talleres grupales que fortalecen el bienestar emocional y fomentan el empoderamiento. Un ejemplo de ello es el Café-Cháchara, un taller que nace para favorecer la creación de redes y fomentar espacios de aprendizaje del idioma. Se trata de unos encuentros semanales en español dirigidos a mujeres no hispanohablantes y se imparten en torno a un café o té. Además, se imparten formaciones orientadas al empleo, que constituyen otro pilar fundamental.

Paralelamente, el programa ResurgeMujer trabaja intensamente en la sensibilización empresarial, un área clave que busca involucrar a las empresas como agentes de cambio y espacios de inclusión. Aquí las empresas no solo son vistas como lugares de empleo, sino como aliadas estratégicas en el proceso de integración. Se llevan a cabo acciones para concienciarlas sobre la importancia de contratar mujeres en sectores tradicionalmente masculinizados, promoviendo un cambio en sus culturas organizacionales y fomentando la igualdad de género. «Uno de nuestros trabajos prioritarios es lograr que las empresas en las que realicen prácticas formativas consideren las necesidades de las mujeres participantes, teniendo muy presente el momento vital del que parten. Este enfoque permite que el proceso de inserción esté acompañado de confianza y seguridad, tanto para la empresa como para las mujeres, asegurando un acompañamiento real durante el periodo de inserción, lo que facilita que adquieran las habilidades y la confianza necesarias para mantener un empleo a largo plazo», apuntan.

Otro aspecto destacado del programa es la valorización del pequeño comercio, otorgando un papel relevante al comercio de proximidad. Generar alianzas con pequeños negocios no solo apoya la economía local, sino que también permite un acompañamiento más personalizado y cercano en el proceso de inclusión laboral. Cuando las empresas se involucran, el impacto se refleja directamente en las mujeres.
Por último, cabe mencionar el espacio de ludoteca, diseñado para facilitar la participación de las mujeres con hijos e hijas. Este espacio, equipado con juegos y cuentos, permite que los menores se entretengan y disfruten mientras sus madres asisten a sesiones o talleres en el mismo espacio, promoviendo la conciliación y reduciendo el absentismo.

Cada mujer participante aporta una historia única de lucha, resiliencia y superación. Los talleres grupales, diseñados para compartir vivencias y reflexionar sobre los desafíos de la migración, han permitido a las participantes reconocerse en las experiencias de otras, transformando el sentimiento de aislamiento en un poderoso sentido de comunidad. Muchas mujeres llegan con expectativas altas sobre su nueva vida en España, que pronto se ven frustradas por las barreras sociales, legales y laborales. Sin embargo, el programa las acompaña en su proceso de reconstrucción, ayudándolas a reencontrar su confianza y a redefinir sus metas.

Una de estas historias es la de una mujer superviviente de mutilación genital femenina y trata de personas. Ésta llegó a España con una historia de sufrimiento marcada por la separación de sus hijos y la pérdida de su pareja. Sus vivencias han afectado profundamente su capacidad de comunicación y aprendizaje, pero su determinación para superar estos desafíos es extraordinaria. Gracias al programa, ha logrado establecer redes de apoyo que la están ayudando a recuperar la confianza. Actualmente, participa en unas prácticas formativas en una empresa que, al ser sensible a su situación, le ofrece un entorno adaptado a sus necesidades, permitiendo que la acompañemos los primeros días o en momentos puntuales, pues también cuenta con la barrera del idioma. Este caso refleja cómo el programa no solo facilita el acceso al mercado laboral, sino que también acompaña de forma integral a las mujeres durante todo el proceso.

«Estas historias reflejan el impacto transformador de ResurgeMujer. A través de talleres grupales y espacios de apoyo mutuo, las mujeres comparten sus trayectorias, enfrentan barreras comunes y encuentran en las experiencias de otras la fortaleza para avanzar. Sin embargo, el programa aún enfrenta el reto de consolidarse en el barrio, trabajando en colaboración con otras entidades», destacan.
ResurgeMujer continúa creciendo, fortaleciendo alianzas y consolidándose como un espacio donde las mujeres migrantes puedan encontrar apoyo, reconstruir sus vidas y alcanzar nuevas oportunidades.

Voluntarios de SAMU en Valencia tras el paso de la DANA.

SAMU en Valencia: historias de barro, resiliencia y esperanza

El 29 de octubre, la Comunidad Valenciana fue azotada por una Depresión Aislada en Niveles Altos (DANA) que dejó una estela de destrucción y dolor sin precedentes en la historia reciente de nuestro país, y cuyos efectos seguirán vigentes durante un tiempo por determinar. Las lluvias torrenciales y los desbordamientos de ríos afectaron gravemente a municipios como Catarroja, Picanya, Paiporta y Utiel. Las infraestructuras colapsaron y las viviendas quedaron sumergidas bajo el agua. Hasta el 26 de noviembre, las autoridades habían confirmado 221 víctimas mortales en la provincia de Valencia.

«Aquello era una película de miedo. En la zona cero, la gente gritaba y todo estaba lleno de barro. Había destrucción mirases por donde mirases. Me impactó mucho aquel paisaje tan desolador», explica Manuel Orozco, uno de los voluntarios del primer equipo que Fundación SAMU desplazó hasta la Comunidad Valenciana para ayudar a los afectados por la peor DANA del siglo. «Antes de llegar había visto muchas noticias e imágenes en las redes sociales, pero aquello había que verlo para creerlo».

La psicóloga María Casado, otra de las voluntarias de Fundación SAMU, coincide con su compañero en que «la realidad superaba con creces todas las noticias» que les llegaba a través de las redes sociales o los medios de comunicación. «El paisaje era desolador. Parecía que estábamos en guerra y que se había detenido el tiempo», reconoce Casado, que participó en el segundo contingente que activó la organización. «A pesar de que yo llegué en el segundo equipo, diez días después de la DANA, parecía que la gran riada había ocurrido el día anterior».

La magnitud de la tragedia ha movilizado a miles de voluntarios que, desde el primer momento, se han volcado en las labores de rescate, limpieza y apoyo a los damnificados. La respuesta solidaria ha sido masiva, con ciudadanos de toda España desplazándose a las zonas afectadas para brindar su ayuda, entre ellos profesionales de Fundación SAMU.

La misión

Un equipo de once voluntarios especializados en emergencias sanitarias y protección civil de SAMU partió el 31 de octubre de Gelves (Sevilla) con dirección al municipio de Utiel para ayudar a las comunidades afectadas.

SAMU activó un gabinete de crisis el martes 29 de octubre por la noche, cuando empezaron a llegar las alertas del desastre desatado esa misma tarde por las fuertes lluvias. En la mañana del miércoles día 30, la organización empezó a coordinar los preparativos para una posible misión de emergencia y a movilizar a sus profesionales y a los alumnos de Escuela SAMU. Y por la noche, la dirección de SAMU tomó la decisión de enviar un dispositivo a Utiel para atender el llamamiento de auxilio realizado por su Ayuntamiento. Utiel, con 11.000 habitantes, fue uno de los municipios más afectados por las riadas e inundaciones. Las lluvias asociadas a la DANA provocaron el desbordamiento del río Magro. Las imágenes de puentes destruidos, carreteras levantadas, barrios devastados y rescates al límite han dado la vuelta al mundo.

Este primer equipo que se desplazó al levante español estaba formado por once personas, bajo el mando de Sergio Vitrián, experto en protección civil. Viajaban profesionales con diversos perfiles: enfermería, técnico en emergencias sanitarias, bomberos y especialistas en emergencias sanitarias y protección civil. El convoy contaba con dos vehículos todoterreno, un puesto de mando 4×4 y una UVI Móvil, además de material de intervención logística.

El gabinete de crisis de SAMU estaba en contacto con las autoridades tanto de Andalucía como de Valencia, así como con otras organizaciones de emergencias, en una situación en el que todos los recursos se vieron desbordados para determinar las zonas prioritarias de actuación y para identificar los espacios y las tareas en los que se requería asistencia.

Cuando el equipo de SAMU llegó a la zona se encontró con numerosos recursos y efectivos, pero faltaba coordinación. Por esta razón, en un primer momento, SAMU llevó a cabo funciones de coordinación de emergencias y, posteriormente, se desarrollaron labores de asistencia sanitaria casa por casa y de logística y rescate. «Era necesario coordinar todos los recursos. Había muchas manos, pero faltaba coordinación. Yo fui el responsable de organizar los diferentes profesionales que acudían de manera voluntaria, como enfermeros, bomberos, electricistas, fontaneros o cerrajeros. Estos últimos eran muy importantes, pues había numerosas casas cerradas y sus propietarios no tenían forma de entrar en ellas», comenta Manuel Orozco, responsable de logística del primer contingente de SAMU y alumno de ciclo de FP de Técnico de Emergencias Sanitarias de Escuela SAMU.

«En la vida trabajamos y nos esforzamos para tener una casa y un coche, y aquellas personas lo habían perdido todo en cuestión de minutos. Vieron desaparecer su casa y su coche delante de sus ojos sin poder hacer nada, porque, si intentaban evitarlo, podían perder su vida», continúa Orozco.

Este profesional recuerda ya en Sevilla cómo los vecinos de Utiel trataba a los voluntarios de SAMU como héroes sólo por el hecho de ayudarles. «Es algo que no se puede explicar. Nosotros hacíamos nuestro trabajo, pero para los vecinos de Utiel era mucho más. Les llamaba la atención que un grupo de personas vinieran desde Sevilla, siete horas en coche, a ayudarles», apunta Orozco, que también participó este verano en el dispositivo de emergencias de Ceuta que SAMU activó ante la llegada masiva de personas migrantes.

Tras una semana en Utiel, Fundación SAMU envió un segundo equipo de 14 voluntarios formado por cuatro psicólogos, dos enfermeros, ocho técnicos de emergencias sanitarias y expertos en protección civil al municipio de Catarroja como respuesta a la demanda de apoyo formulada por las autoridades locales y regionales que estaban al frente de la gestión de la emergencia.

Este equipo multidisciplinar dio el relevo al primer contingente enviado por SAMU al municipio de Utiel, que regresó a la base el 2 de noviembre.

El nuevo dispositivo tenía como objetivos proporcionar primeros auxilios a la población; proporcionar equipo de protección individual (EPIs) y atender a aquellas personas afectadas por la propagación de enfermedades transmisibles; colaborar en la gestión, almacenamiento y transporte de los centros de recepción de alimentos en el municipio de Catarroja; y proporcionar apoyo psicológico fijo y móvil ante la posible alta demanda por parte de la población afectada por la DANA. La misión se prolongó durante 10 días.

«En cuanto llegamos nos pusimos al servicio de las autoridades locales para dar apoyo psicológico. Por un lado, realizábamos el seguimiento de casos que ya estaban identificados por los servicios sociales, y, por otro, detectábamos casos nuevos», explica la psicóloga María Casado.

«Los afectados por la DANA necesitaban hablar, alguien que les escuchara. Cuando hay una catástrofe de estas características, si no hay pérdidas humanas en nuestro entorno más cercano, sólo pérdidas materiales, decimos que estamos bien, pero no es verdad», continúa Casado. «Nos hemos encontrado con personas muy resilientes, especialmente las personas mayores, muchas de las cuales vivían en plantas bajas y se habían refugiado en las casas de sus vecinos o llevaban hasta diez días sin poder salir de sus viviendas. Muchas personas mayores, que ya habían vivido una riada anterior en los años 50, nos dijeron que la de 2024 había sido mucho peor».

Manuel Orozco, por su parte, reconoce que no han sido consciente de lo que han visto y vivido en Valencia hasta que no han regresado a Sevilla. «Allí estás en una burbuja. Allí estás, literalmente, metido en el fango y sin parar de trabajar de ocho a ocho y, sin embargo, cuando terminas parece que sólo ha pasado una hora. Ya en Sevilla, nos dimos cuenta de que somos unos privilegiados. Hemos tenido mucha suerte porque ésta ha sido la mayor catástrofe que ha sufrido España».

Orozco también destaca la importancia del trabajo en equipo y del compañerismo. Reconoce que no conocía a ninguno de sus compañeros hasta que salieron hacia Utiel, pero que rápidamente conectaron. «En una misión humanitaria, los compañeros son tu familia, lo más importante». Los compañeros son la piedra en la que apoyarse y recargar fuerzas para seguir ayudando a los demás.

Proyecto 'Languages of Welcome'

Una guía de herramientas para ayudar a personas migrantes

Sevilla acogió entre los días 7 y 11 de noviembre la tercera etapa del proyecto Languages of Welcome, dentro del programa europeo Erasmus+, una iniciativa de intercambio de buenas prácticas entre países de la frontera sur y el Mediterráneo norte. Este evento trasnacional contó con diversas actividades, entre las cuales destacó la presentación de la Guía Internacional de Buenas Prácticas LOW, que incluye varias metodologías innovadoras para la intervención con personas migrantes en frontera norte y sur. La presentación se realizó en Escuela SAMU el 8 de noviembre.

Fundación SAMU, a través de su área de Infancia y Familia, participa desde el año pasado en el programa Erasmus+ K2 Languages of Welcome, que se desarrolla en el marco de las iniciativas de la Comisión Europea para el intercambio de buenas prácticas entre distintos países miembros y países vecinos. Es un curso formativo sobre migración e inclusión a partir de buenas prácticas y para el cual se cuenta con la colaboración de Fundacione Emmanuel, con sede en Lecce (Italia). Esta iniciativa tiene financiación de la Unión Europea a través de su programa de movilidad Erasmus Plus (+).

Las actividades de Erasmus+ se basan en intercambios formativos de prácticas ejemplares en el marco de la Unión Europea. Este tipo de actividades ponen en contacto a entidades no gubernamentales y los jóvenes vinculados a estas entidades de distintos países, bien porque son usuarios de los servicios que ofrecen o bien porque forman parte de su personal laboral. En el caso concreto de la iniciativa K2 no se trata solo de población joven, sino que, por el contrario, está dirigido a activos con más experiencia de las distintas entidades.

El objetivo principal de este tipo de iniciativas es establecer redes de comunicación y colaboración en iniciativas globales que potencien la implantación internacional de la entidad, la mejora de las competencias sociolaborales de sus equipos y, por supuesto, los estándares de calidad de las organizaciones participantes.

Italia es el socio principal del programa a través de la Fundación Enmmanuel y España el segundo socio a través de Fundación SAMU. En este proyecto internacional también participan otras entidades de Portugal, Grecia, Albania y Túnez, como Glocal Music (Portugal), ROES Coperativa (Grecia), BVV (Portugal), Network for Children Right (Grecia) o Fractals Educación Artística (España).

Este proyecto se divide en tres partes que se desarrollarán a lo largo de dos años, 2023-2025 con actividades de diferente índole, como la que tuvo lugar este mes de noviembre en Sevilla.

En este caso concreto, los participantes visitaron diferentes dispositivos de Fundación SAMU, así como las instalaciones de Escuela SAMU, en Gelves, de la mano de su director, Thomas Coyoutopoulo, y los centros de menores DISL Nervión y el RB El Olivar, especializado en la atención de niños con discapacidad. También se llevó a cabo una evaluación del programa por parte de todos los operadores en el Hogar Virgen de los Reyes y una visita a los principales enclaves de la ciudad de Sevilla. «Para Fundación SAMU era muy importante ser un buen anfitrión y que los asistentes del resto de países se sintieran como en casa», explica Laura G. Rebolo, coordina el proyecto Erasmus+ K2 Languages of Welcome.

En este evento trasnacional participó un equipo de 14 personas procedentes de los diferentes operadores de los socios europeos y españoles: Italia, Portugal y Grecia, además de Fundación SAMU como principal socio español y la entidad valenciana Fractals Educación Artística. No obstante, a la presentación de la Guía Internacional de Buenas Prácticas LOW, que se realizó en Escuela SAMU, acudieron cerca de 40 personas, entre las que se encontraba tanto miembros de Fundación SAMU como de otras entidades que trabajan con población migrante en Andalucía, como Hijas de la Caridad, Fundación Don Bosco, Acercando Realidades o DOC2001.

La jornada de presentación estuvo dividida en tres partes. La primera parte estuvo centrada en la presentación de las diferentes entidades trasnacionales que participan en el proyecto.

Un paquete de buenas prácticas

Luego, fue el turno de la presentación de la Guía Internacional de Buenas Prácticas y el paquete de herramientas que se ha elaborado a lo largo de todo el proceso. Esta presentación corrió a cargo de Luana Duma, la coordinadora del programa desde Italia, con el apoyo de Raquele Bianchi, de Fundacione Enmanuele.

«Este proyecto se enmarca dentro de la prioridad horizontal del programa Inclusión y Diversidad y con él se pretende contribuir a la promoción de una Europa inclusiva. El proyecto quiere contribuir a la formación de valores comunes, compromiso cívico y participación, ya que incluye metodologías creativas y participativas que permiten la implicación de las comunidades locales de los países socios en los procesos de inclusión de las personas migrantes, la construcción de valores compartidos y prácticas de acogida innovadoras que permitan la promoción de la ciudadanía activa y los procesos de convivencia pacífica», explica Laura García Rebolo.

«Aunque fue una iniciativa un poco complicada para muchos asistentes ya que la presentación de la guía se realizaba en inglés, el sentir general fue de admiración hacia el proceso y ganas de poder acceder al material definitivo. Recibimos muchas felicitaciones de otras entidades. Estas nos dijeron que les parecía un proyecto muy interesante. Desde las áreas de Acción Social e Infancia y Familia de Fundación SAMU, dentro de las cuales se enmarca este proyecto, hemos recibido una valoración muy positiva y el impulso para continuar con iniciativas de esta índole», continua Rebolo.

Uno de los objetivos de estos eventos trasnacionales es la creación y el fortalecimiento de redes entre diferentes organizaciones y países que puedan colaborar en la construcción de una Europa más fuerte y mejor.

ISL SAMU Dúrcal

ISL SAMU Dúrcal: un espacio creativo para sanar y conectar

Durante los últimos meses, en el centro ISL SAMU Dúrcal (Granada) se ha llevado a cabo un taller de arteterapia en colaboración con la asociación The Red Pencil Europe. El programa se divide en dos fases: la primera se centra en la formación del equipo profesional en la metodología y razón de ser de la arteterapia; y la segunda fase está dirigida a los menores residentes del recurso, con un total de 12 sesiones impartidas en el propio centro.

Este proyecto ha ofrecido una plataforma única para explorar y expresar vivencias, emociones, necesidades y preocupaciones. A través de diversas técnicas artísticas, cada sesión ha proporcionado un entorno seguro y creativo donde poder compartir historias personales y conectar con las emociones.

Esta experiencia ha permitido a los jóvenes explorar una variedad de medios artísticos, incluyendo la pintura, el dibujo y la escultura. Cada sesión ha sido diseñada para abordar diferentes temas relevantes para los adolescentes, como la identidad, la resiliencia y el duelo. Bajo la guía de Irene Rodríguez, terapeuta especializada, los participantes encontraron en el arte una forma de comunicar lo que a menudo es difícil de expresar con palabras.

Uno de los logros más destacados del taller ha sido la creación de un mural colectivo que simboliza la diversidad y la unidad del grupo. Este mural, que ahora se exhibe en el centro, no solo refleja las experiencias individuales de los adolescentes, sino también su capacidad para trabajar juntos y apoyarse mutuamente en su nueva vida.

Los participantes del taller han expresado una gran satisfacción e implicación al poder compartir sus historias y conectar con otros jóvenes que atraviesan situaciones similares. «Me siento más comprendido y menos solo», comentó uno de los participantes. Asimismo, al finalizar cada sesión se realizaron reuniones de seguimiento entre la terapeuta especializada y el área de Psicología del ISL SAMU Dúrcal, lo que ha permitido detectar nuevas necesidades y preocupaciones que deben ser abordadas.

El taller de arteterapia ha demostrado ser una herramienta valiosa no solo para la expresión personal, sino también para el fortalecimiento de la comunidad dentro del centro de acogimiento. En un contexto donde la migración forzada y la separación familiar pueden generar profundos sentimientos de pérdida y desarraigo y donde existe una clara barrera idiomática, iniciativas como este taller de arteterapia son esenciales para el bienestar emocional de los adolescentes. Este tipo de vivencias proporcionan un espacio donde los jóvenes pueden crecer y encontrar un sentido de pertenencia en su nueva realidad.