Escuela SAMU arranca el curso 2024-2025 con cerca de 300 alumnos de FP

Cerca de 300 jóvenes han comenzado ya en Escuela SAMU el curso que cambiará sus vidas. Algunos aún no saben lo que les espera en los próximos meses, aunque llegan advertidos, y otros ya tienen la experiencia de un año cargado de lecciones y prácticas excepcionales que no encontrarán en ningún otro sitio. Como dice Juan González de Escalada, vicepresidente de Corporación SAMU, «Escuela SAMU es un centro distinto en el que se aprovecha cualquier excusa para enseñar, lo que hace única la educación que aquí se imparte».

Como es ya tradición, el Teatro Municipal María José Jaramillo Ramírez de Gelves acogió la celebración del acto inaugural del curso 2024-2025 de los alumnos de Formación Profesional de Escuela SAMU el 16 de septiembre. Además de los estudiantes y profesores, también estuvo presente en el acto el delegado de Recursos Humanos, Educación y Gobierno Interior del Ayuntamiento de Gelves, David Mir; el vicepresidente de Corporación SAMU, Juan González de Escalada; y el director de Escuela SAMU, Thomas Couyotopoulo. La gran ausencia fue la de Carlos Álvarez Leiva, fundador de SAMU, que desde hace semanas se encuentra en Ceuta trabajando en primera línea en el dispositivo de emergencias puesto en marcha por SAMU ante la llegada masiva de menores migrantes.

A pesar de no poder acudir, Álvarez Leiva, quiso enviarle un mensaje de bienvenida a los alumnos de la escuela a través de un vídeo. «Quiero transmitir dos mensajes claros. El primero está dirigido a los profesores. Tenéis la responsabilidad y la trascendencia de aplicar y transmitir nuestros valores y capacidades. Sois el ADN de SAMU. Estos jóvenes vienen a cambiar el curso de sus vidas», destacó Carlos Álvarez Leiva. «Y el segundo mensaje es para los alumnos. Vais a vivir infinidad de experiencias y vais a aprender un nuevo modelo de cómo vivir el trabajo y cómo ayudar a los demás. Vais a aprender a servir mejor a los demás».

Este curso 2024-2025, Escuela SAMU oferta un total de 13 grupos de cinco titulaciones de Formación Profesional (FP) distintas: Técnico en Emergencias Sanitarias (TES), Técnico en Cuidados Auxiliares de Enfermería (TCAE), Técnico en Emergencias y Protección Civil, Técnico Superior en Integración Social y Técnico Superior en Coordinación de Emergencias y Protección Civil.

Actualmente, hay matriculados 282 alumnos en los cursos de FP, de los cuales 139 son de nuevo ingreso. El plazo de matriculación permanece aún abierto para aquellas titulaciones en las que quedan plazas disponibles, como son la modalidad semipresencial de los ciclos de TES y Técnico Superior en Integración Social, y en la modalidad presencial del ciclo de TCAE.

El ciclo medio de Técnico en Emergencias y Protección Civil ha sido el más demandado este año. Escuela SAMU ha solicitado a la Consejería de Desarrollo Educativo y Formación Profesional una autorización para ampliar el número de plazas y dar salida a la lista de espera de alumnos que desean matricularse en este curso.

A los 282 estudiantes de FP que iniciaron el curso el 16 de septiembre, se sumarán el 14 de octubre los alumnos del Máster de Enfermería en Urgencias, Emergencias, Catástrofes y Acción Humanitaria de SAMU y Fundación San Pablo Andalucía CEU; y los matriculados en el Máster de Emergencias Médicas.

«Os quiero trasmitir un mensaje sencillo pero clave que os puede ayudar a aprovechar al máximo vuestro paso por nuestra Escuela», manifestó Thomas Couyotopoulo durante su intervención en el acto de inauguración del curso escolar. «No os preocupéis demasiado por los conocimientos previos que tenéis de vuestra etapa anterior. El equipo de profesores van a repasar y enseñar desde la base. No os preocupéis por la capacidad física porque Claudio os va a preparar, independientemente de vuestro nivel actual. Lo único que os pedimos y os recomendamos es tener actitud. La actitud es lo que nosotros no podemos suplir, es lo que tenéis que traer de casa cada día. Es lo que os va a permitir afrontar cada reto, paso a paso, no solamente en vuestra etapa como alumno, sino también luego como profesional. (…) No juzgamos a nadie por una falta de conocimiento o capacidad inicial, pero sí valoramos la perseverancia y esa constancia y esfuerzo que os hace mejorar».

El director de Escuela SAMU hizo hincapié en la exigencia y en la calidad de la educación que aquí se imparte: «Sabéis que apostamos por una formación de calidad y exigente. No regalamos ningún título», señaló Couyotopoulo. «Lo que marca la diferencia y lo que ofrecemos, más que un título, es la oportunidad de entrenar, de aprender, repetir y optimizar cada gesto, cada técnica para que luego, en vuestro puesto de trabajo, tengáis la seguridad y la eficacia de los mejores. (…) No nos podemos confiar habiendo visto una técnica una vez, tenemos que practicar, fallar, insistir en ejercicios cada vez más complejos, saliendo de nuestra zona de confort, hasta que se convierta en un gesto casi automático que podremos realizar incluso en las situaciones más desfavorables, con cansancio, estrés, poca visibilidad. Estas situaciones son las que ponen de manifiesto quien tiene únicamente un título y quién es un gran profesional».

Juan González de Escalada, vicepresidente de Corporación SAMU y antiguo director de Escuela SAMU, también quiso transmitirle un mensaje a los alumnos: «Hoy empieza vuestra oportunidad para ser un gran profesional mañana. Por eso hoy es un gran día», destacó. «El futuro es incierto, pero no esperéis sentados a que llegue, perseguirlo. El futuro está en vuestras manos».

Durante el acto también se entregaron unos diplomas de reconocimiento a aquellos alumnos que ahora entran en su segundo curso y que lograron los mejores expedientes durante su primer año en la escuela. Estos estudiantes fueron Alicia Hoyos Cobos (TES), Lucía González Liáñez (Técnico Superior en Coordinación en Emergencias y Protección Civil), David Ropero Soltero (Técnico en Emergencias y Protección Civil) y Francisco Velasco González (Técnico Superior en Integración Social).

La nota más simpática del acto la puso Sara Lucena, antigua alumna de Escuela SAMU, que contó cómo a los 40 años decidió darle un giro a su vida, dejó un trabajo fijo y estudió primero el ciclo de TCAE. «Cuando finalicé, ya tenía el gusanillo de esta profesión dentro y decidí estudiar el ciclo de TES a la vez que cuidaba de mi hijo y ponía en práctica todo lo que había aprendido en mi primer contrato de trabajo como TCAE. Fueron dos años de locura, pero merecieron la pena».

Sara Lucena quiso darle tres «importantes» consejos a los nuevos alumnos: «Primero, no os quitéis nunca ese llamativo chalequillo, siempre os pillan. Segundo, las manos nunca en los bolsillos. Y tercero, si vais a desayunar a la cafetería, la tostada y el café siempre para llevar o llegaréis tarde».
Este curso, además, como novedad, se han producido cinco nuevas incorporaciones a la plantilla de instructores de Escuela SAMU, profesionales con perfiles muy variados: desde un educador social hasta una profesional de las emergencias y protección civil, pasando por sanitarios y una docente que va a trabajar con los alumnos de Técnico en Integración Social la gestión de las emociones y el control de éstas.

«Para la profesionalización del técnico en Integración Social consideramos un pilar fundamental la inclusión de la inteligencia emocional como herramienta imprescindible para el trabajo con personas, y aún más importante cuando trabajamos con colectivos vulnerables o en riesgo de exclusión social, como es nuestro caso. Para ello, incluimos como eje transversal aprendizajes tales como el autoconocimiento, la gestión emocional y las habilidades sociales, utilizando recursos como el mindfulness», explica Beatriz Estrada, jefa de estudios de Escuela SAMU.

«Vuestra labor es esencial. Estáis llamados a ser los héroes de nuestro tiempo», destacó David Mir, delegado del Ayundamiento de Gelves. «Hagamos de este año un año extraordinario».

 

XXX Máster de Enfermería: un desafío físico, técnico y mental

Con la llegada de septiembre vuelve la actividad en Escuela SAMU, que un año más ha celebrado las pruebas de selección del Máster de Enfermería en Urgencias, Emergencias, Catástrofes y Acción Humanitaria de SAMU y la Fundación CEU San Pablo Andalucía, una de las grandes señas de identidad de este centro formativo ubicado en Gelves (Sevilla). Numerosos enfermeros graduados se presentaron los días 10 y 11 de septiembre a las pruebas de acceso de este posgrado, que este año cumple su trigésima edición.

Estos ejercicios están diseñados para valorar la respuesta actitudinal del aspirante y los conocimientos básicos imprescindibles para cursar un postgrado. Las pruebas se dividen en tres fases: pruebas físicas, un test psicotécnico y una entrevista personal.

Las pruebas físicas se realizaron en las instalaciones de Escuela SAMU y, de forma individualizada, al igual que en años anteriores. Cada alumno fue citado a una hora distinta (por sorteo) desde las once de la mañana hasta las dos de la tarde. Estos ejercicios consistieron en un circuito de ejercicios continuados en el cual el aspirante debía demostrar resistencia física de moderado impacto, además de control del estrés y liderazgo durante todo el recorrido. Para la realización de los diversos ejercicios se utilizaron los diferentes recursos de la escuela, como el edificio de rescate, el tren, la pista de 4×4, el foso y la piscina.

«El perfil de los aspirantes ha sido muy variado. Había enfermeros recién titulados y otros con varios años de experiencia que han decidido dejarlo todo y continuar formándose. También hay muchos aspirantes que nos han reconocido que su intención es renunciar a sus contratos de trabajo actuales para realizar el máster; y otros, que llevan muchos años ahorrando para poder pagarse ellos mismos este posgrado. Todo esto dice mucho de ellos», destaca Andrés Rodríguez, coordinador de este Máster.

Los aspirantes fueron evaluados en una prueba de velocidad (50 metros en 9 segundos en el caso de los hombres y 11, las mujeres), flexiones (hombres, 10; mujeres, 6 ó 10 sobre rodillas); carga de peso muerto (10 kilos en 25 metros); arrastre de peso muerto en pendiente (30 kilos en 5 metros con una pendiente del 55%); natación contracorriente (un minuto) y buceo libre (apnea, 30 segundos).

“En todo el proceso de selección lo que más valoramos fue la motivación y el interés por terminarlas en las mejores condiciones posibles. El objetivo no es llevar al aspirante al límite como ocurre en los grandes simulacros que organizamos, sino someterlos en determinados escenarios para valorar su respuesta actitudinal, física y emocional”, continúa Andrés Rodríguez.

Los participantes salieron de uno en uno cargados con una mochila que simulaba un maletín polivalente y debían pasar a través de unos troncos en posición de viga para demostrar equilibrio. Una vez superado, se dirigían al edificio de rescate. En la planta baja, el participante se dirigía hacia la cuarta planta donde debía coger una bala de oxígeno y cargarla hacia la segunda planta, en el debía realizar las flexiones.

Luego, el aspirante bajaba por la trampilla hacia la primera planta, donde realizaba cinco minutos de RCP. De ahí, se dirigían hacia el rocódromo, donde intentaban cruzar de lado a lado sin pisar el suelo, la mayor distancia posible.

Después, se dirigían hacia la puerta norte del tren. Cargados con la mochila, los aspirantes debían atravesar el vagón, donde había una persona simulando ser un paciente agitado por consumo de drogas al que debían atender. Al finalizar, salían del tren y dejaban la mochila para realizar la prueba de velocidad de 50 metros.

Ya en la pista de 4×4, se llevó a cabo la prueba de liderazgo, donde los aspirantes se enfrentaban a un accidente de tráfico en el que estaba implicado un coche con un adulto y un lactante atrapados, con un fuego activo en la proximidad. El futuro alumno debía dar instrucciones a dos TES y tenía que tomar decisiones bajo presión. A continuación, se llevaba a cabo la prueba de arrastre. El aspirante se encontraba ante una carga de 30 kilos dentro del foso y debían extraerlo tirando de éste con una cuerda, hasta lograr desplazarla cinco metros.

Luego, en una de las aulas se realizaba la prueba de control de estrés. Y, por último, en la piscina, se le pedía al enfermero que extrajera a un maniquí de la jaula que estaba en el fondo de la piscina y, posteriormente, que nadara a contracorriente durante un minuto.

Una vez finalizadas las pruebas físicas, al aspirante se le entregó un cuestionario diseñado para proporcionar una evaluación global de la personalidad y tendencias psicopatológicas en adultos, con preguntas de control y escalas clínicas. Las pruebas terminaron por la tarde con una entrevista para conocer los intereses y la personalidad de los aspirantes.

«Creemos que el sanitario de emergencias debe tener condiciones físicas adecuadas para desempeñar su labor de forma eficiente en las más diversas circunstancias, de ahí las pruebas físicas a las que sometemos a nuestros futuros alumnos antes de ingresar en este máster», apuntan desde Escuela SAMU.

La XXX edición del Máster de Enfermería en Urgencias, Emergencias, Catástrofes y Acción Humanitaria de SAMU, que cuenta con 24 plazas y comenzará el 14 de octubre.

Oxígeno para 53 niños en Santa Cruz (Bolivia)

El proyecto impulsado por Fundación SAMU y la Fundación Alirio Henao, con apoyo del Ayuntamiento de La Rinconada (Sevilla), Apoyando el derecho a vida digna y desarrollo integral de niños y niñas con discapacidad múltiple del Hogar San José en Bolivia, finalizó en junio con éxito. Este proyecto, dedicado a mejorar el servicio de terapia respiratoria del Hogar San José, en Warnes (Santa Cruz, Bolivia), ha beneficiado directamente a 53 niños, niñas, adolescentes y jóvenes con discapacidad, y ha propiciado un impacto positivo y duradero en sus vidas y en la de sus familias.

El proyecto tuvo dos ejes principales: el equipamiento de la sala de terapia respiratoria y la capacitación del personal del centro en maniobras respiratorias para atender contingencias. Gracias a la subvención de La Rinconada se logró dotar al centro de los equipos necesarios, que incluyen nebulizadores, concentradores de oxígeno, ultrasonido, autoclave, sillas de rueda, camillas y otros equipos esenciales para la terapia respiratoria. Este equipamiento permitió llevar la capacidad de atención del centro al 70% de la demanda, quedando el 30% dependiendo del personal dedicado a este servicio, que requiere ser incrementado.

Además del equipamiento, uno de los logros más significativos fue la capacitación integral del personal del centro. Diez profesionales, entre enfermeras, cuidadoras, terapeutas y voluntarias, participaron en un programa de formación, que fue extendido a otras doce madres de los niños con discapacidad que asisten al Centro de Día. Este programa, diseñado por expertos en terapia respiratoria de Fundación SAMU, se centró en las técnicas más avanzadas para el manejo de emergencias respiratorias y la optimización del uso del nuevo equipamiento.

«Ahora, contamos con recursos y más conocimientos para ofrecer una atención de mayor calidad, lo que nos ha permitido mejorar significativamente la calidad de vida de nuestros chicos y chicas. Estamos profundamente agradecidos al Ayuntamiento de la Rinconada y a Fundación SAMU, que hicieron posible este anhelo. Su apoyo nos ha permitido continuar con nuestra misión de mejorar las vidas de nuestros chicos y sus familias”, ha señalado Yanine Montero, directora del Hogar San José.

Los beneficios del proyecto, que contó con una subvención de 5.283 euros del Ayuntamiento de La Rinconada, ya se están notando. La capacidad de respuesta ante emergencias respiratorias ha mejorado notablemente, reduciendo el riesgo de complicaciones graves para la población atendida. Las familias también han expresado su gratitud y destacan la tranquilidad que sienten al saber que sus hijos están en manos de un personal capacitado y con acceso a tecnología avanzada. «Este proyecto ha transformado la forma en que podemos atender a nuestros hijos. Además, ahora estoy tranquila de que cuando viene al Centro de Día recibirá una mejor terapia», ha comentado una de las madres de un chico beneficiario.

La culminación de este proyecto no marca el fin del compromiso de Fundación SAMU con el Hogar San José. Al contrario, sienta las bases para futuras iniciativas que continúen mejorando los servicios que allí reciben los 33 jóvenes con discapacidad que viven en el hogar y los 20 que asisten a través del Centro de Día.

Para Roxana Pintado, coordinadora del área de Cooperación Internacional de Fundación SAMU, este proyecto abre un camino sólido para la alianza de ambas organizaciones: “Nuestra organización está comprometida a seguir trabajando mano a mano con la Fundación Alirio Henao para garantizar que todos los niños, independientemente de sus capacidades, tengan acceso a la mejor atención posible. Este proyecto es la muestra de que, con pocos recursos, usados de manera eficiente, se pueden conseguir grandes cambios. Nuestro agradecimiento al pueblo de La Rinconada por su solidaridad”.

Escuela SAMU gradúa a más de cien especialistas en emergencias sanitarias

Una nueva promoción de estudiantes de Escuela SAMU sale a la calle para enfrentarse a la realidad y poner en práctica todo lo aprendido durante su paso por la escuela con total garantías y con el único propósito de salvar vidas. Y lo hacen con la convicción de que el esfuerzo realizado estos dos últimos años ha merecido la pena.

El acto de graduación de estos nuevos ‘samuitas’ se celebró la tarde del 28 de junio, en el salón de actos de la Fundación San Pablo CEU Andalucía, en Bormujos, como ya viene siendo tradición.

Estos jóvenes se pusieron sus mejores galas y junto con su familiares, amigos y profesores celebraron el fin de su etapa como estudiantes de Escuela SAMU en la que, durante dos años, han sido entrenados para hacer frente a cualquier tipo de situación crítica, trabajar en equipo y conocer sus propios límites y así poder superarlos.

En concreto, se graduaron más de un centenar de alumnos del Máster de Enfermería en Urgencias, Emergencias, Catástrofe y Acción Humanitaria de SAMU y la Fundación San Pablo CEU Andalucía, y de los ciclos de Formación Profesional de Técnico en Emergencias Sanitarias (TES), Técnico en Cuidados Auxiliares de Enfermería (TCAE), Técnico Superior en Integración Social (TSIS) y Técnico Superior en Coordinación en Emergencias y Protección Civil.

El acto estuvo presidido por María Luisa Ríos Camacho, directora del Instituto de Posgrado y Extensión Académica de la Fundación San Pablo CEU. En la mesa presidencial también estaban presente el doctor Carlos Álvarez Leiva, presidente de honor de SAMU y fundador de la entidad; Thomas Couyotopoulo, director de Escuela SAMU; Andrés Rodríguez Holst, coordinador del Máster de Enfermería e instructor de Escuela SAMU; Beatriz García Ortega, docente de Escuela SAMU; y Francisco Bonilla Quintero, exresponsable regional de emergencias colectivas y catástrofe del 061, además de antiguo director provincial del 061 en Huelva y Sevilla.

El pasado, el presente y el futuro de las emergencias

Como invitados al acto, también acudieron profesionales, compañeros y directivos de numerosas entidades del sector de las emergencias como, por ejemplo, el director del Centro de Emergencias Sanitarias 061 de Sevilla, José María Villadiego.

“Podríamos decir que aquí está representado el pasado, el presente y el futuro de las emergencias. El pasado, con un sentido positivo y respetuoso porque nos acompañan grandes personas y profesionales que estuvieron durante muchos años trabajando, creando, mejorando servicios hospitalarios y prehospitalarios para conseguir que lleguen al nivel que tienen ahora”, destacó Thomas Couyotopoulo, director de Escuela SAMU.

“El presente, porque vuestros docentes también son profesionales involucrados en el sector que dedican mucho tiempo y energía a sus funciones operativas además de volcarse en la enseñanza, trasmitiendo no solamente lo que conocen, sino también lo que saben que tenéis que aprender para crecer (…). Y el futuro, está claro, sois vosotros”, continuó Couyotopoulo.

El director de la escuela también quiso transmitir un mensaje muy sincero a sus alumnos: “No sois héroes. No somos héroes. Hemos elegido profesiones que pueden llevarnos a vivir situaciones de tensión, situaciones complicadas, a veces situaciones de vida o muerte y tenemos la suerte de tener una profesión que tiene un gran impacto en las personas. Lo digo en muchas ocasiones: los pacientes o victimas que asistimos posiblemente estén viviendo uno de los peores días de su vida y no lo han decidido, pero nosotros sí hemos elegido estar allí. Por lo tanto, tenemos, y tenéis, la responsabilidad de actuar como grandes profesionales, de estar y manteneros formados, entrenados, actualizados y eficaces, pero no como héroes. Los comportamientos heroicos suelen conllevar una parte de riesgo que no es coherente ni aceptable para un profesional”.

Durante el acto también intervinieron Ignacio Salvador Picchi, jefe de departamento de Seguridad y Medio Ambiente y docente de Escuela SAMU; y Andrés Rodríguez Holst, coordinador del Máster de Enfermería y docente de Escuela SAMU.

“Desde el primer día en que nos encontramos, he sido testigo del esfuerzo incansable, constancia y sacrificio con el que habéis llegado a la escuela cada mañana. Hemos creado una pequeña familia, y cada uno de vosotros ha contribuido a que esta experiencia sea inolvidable. En cada clase, en cada práctica, he visto brillar vuestras sonrisas, incluso en los días más duros, cuando las exigencias físicas y mentales os han llevado al límite de vuestras fuerzas”, destacó Ignacio Salvador Picci dirigiéndose a la primera promoción de Técnicos Superiores en Coordinación en Emergencias y Protección Civil de Escuela SAMU y que esa tarde se graduaba.

“Lo que hemos compartido en estos dos años ha sido mucho más que conocimientos técnicos y habilidades profesionales. Hemos forjado lazos de compañerismo y amistad que trascienden las paredes de la escuela. Vuestra dedicación, ética de trabajo y vuestro espíritu inquebrantable han dejado una huella imborrable en esta institución. No ha habido, no hay y probablemente no habrá un grupo como el vuestro”, añadió el profesor.

Por su parte, Andrés Rodríguez quiso transmitir a sus alumnos de la XXIX edición del Máster de Enfermería en Urgencias, Emergencias, Catástrofe y Acción Humanitaria tres ideas principales: “la importancia de cometer errores, pues estos son siempre oportunidades para aprender”; que “la vida es muy corta para tomársela en serio y no todo en la vida es ganar puntos para una bolsa, hay un mundo ahí fuera y hay que salir a buscarlo”; y, por último, “que somos las historias que contamos”

Por otro lado, en representación del alumnado, los encargados de subir a la tribuna y hablar en nombre de sus compañeros sobre la experiencia vivida estos dos años fueron Ana Franco Pérez y Marina Gómez Calvo, estudiantes del ciclo de Técnico Superior en Integración Social; Alejandro Álvarez Rodrigo y Mauricio de Chiclana Alonso, del ciclo de Técnico Superior en Coordinación de Emergencias y Protección Civil; Lucena Cejas y Joaquín Benítez Serradilla, del ciclo de Técnico en Emergencias Sanitarias; Silvia Clar Chaques y Belén Ollero Benítez, del ciclo de Técnico en Cuidados Auxiliares de Enfermería; y Antonio Tallón Ruíz y Adrián Costa Callero, del Máster de Enfermería.

Reconocimientos especiales

Como novedad, este año se quiso hacer un reconocimiento a los servicios de Prevención, Extinción de Incendios y Salvamento y, en particular, a los parques de bomberos de Lebrija y de Los Palacios y Villafranca en agradecimiento a su colaboración e implicación con la formación del alumnado de Protección Civil. Marco Antonio Sánchez Delgado, oficial jefe bomberos de Lebrija, y Francisco Begines Parejo, bombero del parque de Los Palacios y Villafranca, fueron los encargados de subir al escenario para recoger el reconocimiento.

También hubo un reconocimiento especial para Francisco Bonilla, responsable regional de emergencias colectivas y catástrofe del 061 hasta su jubilación en 2022, y que este año actuó como padrino de la promoción 2024 de Escuela SAMU.

Carlos Álvarez Leiva, fundador de SAMU, fue el encargado de entregarle un obsequio. SAMU y el 061, empresa de emergencias pública andaluza, han compartido experiencia y formación desde hace más de 30 años. De hecho, tal como ha reconocido el propio Bonilla en alguna ocasión, más del 80% de la plantilla del 061 en Sevilla se ha formado en SAMU.

Ambas organizaciones han trabajado conjuntamente en numerosos simulacros y ejercicios prácticos de diferente índole y escenarios, como los realizados en el aeropuerto de Sevilla o en infraestructuras ferroviarias. También han participado en varias ediciones del Crisis Task Force, ejercicio que organiza anualmente SAMU, además de en sucesos reales, como el devastador incendio de la noche del 5 de enero de 2021 en una residencia de mayores de Sevilla.

Tras este reconocimiento personal, se procedió a la entrega de diplomas a los nuevos graduados, que fueron subiendo al escenario en grupos de cinco personas, y se reconocieron los mejores expedientes académicos, que este año lo lograron María de la O Gallego López, Técnico Superior en Integración Social con un 9,92 de nota media; Inés De Marco Real, Técnico Superior en Coordinación en Emergencias y Protección Civil con una media de 9,54; Rafael López Cordero, Técnico en Emergencias Sanitarias con un 9,67; Braian Agustín Argañaraz Vivas y Celia Pérez García, ambos Técnicos en Cuidados Auxiliares de Enfermería con un 9,88 de nota media; y Pablo Pérez Cano, mejor expediente del Máster de Enfermería con un 9,02.

Además, este año con motivo del décimo aniversario de la primera promoción de TCAE de Escuela SAMU, se invitó a Yedra Torres Parrilla, exalumna de esta primera promoción, quién compartió con los presentes su trayectoria profesional.

Otro de los momentos más emotivos del acto estuvo protagonizado por las docentes María Soto y Lorena Fernández que, tras varios años como instructoras y referentes de los ciclos de Formación Profesional, se despiden este curso de Escuela SAMU.

Escuela SAMU ya calienta motores para el curso 2024-2025

En Escuela SAMU nunca se descansa y la maquinaria siempre está funcionando para poder ofrecer a los alumnos la mejor formación posible. El curso 2023-2024 acaba de finalizar con la satisfacción de haber alcanzado los objetivos planteados a principio de curso. Pero para mantener el sobresaliente, hay que seguir esforzándose, y el equipo directivo del centro, antes de que acabase junio, ya calentaba motores de cara al curso 2024-2025. Así, la escuela, con su director Thomas Couyotopoulo al frente, trabaja duro para poder ofrecer una amplia oferta académica para el nuevo año académico con novedades destacadas, haciendo gala de uno de sus mayores valores: una metodología multisensorial y vivencial que marca la diferencia.

Durante el curso que acaba de finalizar, 228 jóvenes se han formado en el Máster de Enfermería en Urgencias, Emergencias, Catástrofes y Acción Humanitaria o en alguno de los cinco ciclos de Formación Profesional que se imparten en Escuela SAMU: dos grados superiores (Técnico Superior en Integración Social y Técnico Superior en Coordinación en Emergencias y Protección Civil) y tres grados medios (Técnico en Emergencias y Protección Civil, Técnico en Emergencias Sanitarias y Técnico en Cuidados Auxiliares de Enfermería). A este número de alumnos hay que sumar 115 matriculados más en el Máster de Emergencias Médicas y en los cursos intensivos de emergencias médicas.

Este curso ha sido el primero en el que se ha graduado una promoción del ciclo de Técnico Superior en Coordinación en Emergencias y Protección Civil, que comenzó a impartirse en el curso 2022-2023. Asimismo, en septiembre de 2023 arrancó el primer curso del ciclo de Grado Medio de Técnico en Emergencias y Protección Civil, cuya primera promoción se graduará en junio de 2025.

“La incorporación de perfiles docentes especialistas en las diferentes materias, unidas a la alta implicación y motivación del alumnado, ha hecho posible que el curso haya sido un éxito”, apunta Beatriz Estrada, jefa de estudios de Escuela SAMU. “Este año se ha graduado la primera promoción del ciclo superior de Técnico en Coordinación en Emergencias y Protección Civil y los alumnos salen con un alto nivel de satisfacción no sólo a nivel académico, sino también a nivel personal”.

Escuela SAMU ha contado con la colaboración de diferentes instituciones y empresas para el desarrollo de las prácticas formativas de sus alumnos. Así, los estudiantes de los dos ciclos vinculados a Protección Civil han contado con la participación activa de los parques de bomberos de Lebrija, Consorcio de Huelva, Los Palacios y Villafranca, Dos Hermanas y Alcalá de Guadaíra, además del Servicio de Protección Civil de Bormujos. Todos ellos han aportado a los alumnos una visión más cercana a la realidad en cuanto a exigencias del mercado laboral.

Con respecto a los ciclos sanitarios, este año se ha afianzado la colaboración con empresas como Ambulancias ADEA, Ambulancias Andalucía, Ambulancias Autoamtax, Ambulancias Almonte y Ambulancias Pajares. Y se han establecido nuevas colaboraciones con Ambulancias Forser, Ambulancias Sume 24, la clínica de salud mental SAMU Wellness y con el servicio de críticos de SAMU en lo que respecta al traslado de pacientes críticos en sus diferentes bases y la ambulancia colectiva.

Para el curso 2024-2025 que comenzará en septiembre, Escuela SAMU tiene previsto ofertar el mismo número de titulaciones que este año, pero se está trabajando para duplicar las plazas ofertadas en los ciclos de Grado Medio y Grado Superior de Protección Civil debido a la alta demanda de profesionales con este título que existe en estos momentos en el mercado laboral. De hecho, ya está completo el grupo de Grado Medio de Técnico en Emergencias y Protección Civil.

“Recomiendo estudiar en Escuela SAMU al 100%, sobre todo el Grado Superior de Técnico en Coordinación en Emergencias y Protección Civil, puesto que aprendes mucho de toda la rama de las emergencias”, explica Inés de Marco Real, alumna de Escuela SAMU y recién graduada.
“Durante mis estudios en el ciclo superior de Prevención de Riesgos Laborales me llamó mucho la atención una asignatura que tenía sobre emergencias. Cuando terminé, busqué en este ámbito y animada por mi padre que es médico y una prima que había estudiado el Máster de Enfermería en Escuela SAMU, me decidí a matricularme en el ciclo superior de Protección Civil”, cuenta la joven. “Cuando comenzaron las clases, me di cuenta de que todos mis compañeros querían ser bomberos. Yo no, sabía que no daba el perfil para bombero, pero decidí continuar porque me encantaba todo lo que estaba aprendiendo y el ambiente que se respiraba en la escuela. Además, las salidas profesionales de este ciclo son muchas, no solo la de bombero. A mí, por ejemplo, me gustaría dedicarme al ámbito de la coordinación de las emergencias”.

Inés de Marco destaca la formación práctica que reciben en Escuela SAMU. “La teoría es muy importante, pero hasta que no realizas ejercicios prácticos y tocas los materiales no aprendes de verdad. Además, otra cosa muy positiva de estudiar aquí es que en los ejercicios y simulacros también participan los alumnos de otros cursos como los Técnicos en Emergencias Sanitarias o los enfermeros, lo que te permite aprender a coordinarte con otros profesionales del sector de las emergencias”.

A la oferta de ciclos de FP se suman los cursos de Experto en Cuidados de Enfermería en Hospitalización y Centros Sociosanitarios y Experto en Atención Integral en Salud Mental, además de tres másteres ya consolidados y reconocidos: Máster en Emergencias Médicas, Máster en Emergencias Pediátricas y Máster de Enfermería en Urgencias, Emergencias, Catástrofes y Acción Humanitaria.

El plazo de matricula ya está abierto para el curso 2024-2025. Las personas interesadas podrán inscribirse hasta octubre, siempre y cuando queden plazas libres.

Pruebas de selección

Por otro lado, las pruebas de selección para acceder al Máster de Enfermería en Urgencias, Emergencias, Catástrofes y Acción Humanitaria de SAMU y la Fundación San Pablo Andalucía CEU se celebrarán los días 10,11 y 12 de septiembre. Ya hay preinscritos más de 60 personas, la cifra más alta de los últimos cuatro años.

En lo que respecta a las instalaciones y recursos del centro formativo, en diciembre, Escuela SAMU adquirió un vehículo de extinción de incendios con capacidad de intervención mediante agua y espuma a través de su depósito de 4.000 litros de agua y 500 litros de espumógeno. Una bomba urbana pesada con el que los alumnos de Escuela SAMU, especialmente los de los dos ciclos de Protección Civil, han podio realizar prácticas y vivir experiencias más reales durante su formación.

“De cara al próximo curso, queremos seguir adquiriendo e incorporando nuevos equipamientos y espacios tanto de simulación como reales. Estamos atentos a la disponibilidad de nuevos modelos de material de inmovilización, tenemos un espacio de simulación de transporte de mercancías peligrosas, se ha instalado en la escuela una Boca de Incendio Equipada (BIE) real, un sistema de suspensión del simulador de helicóptero HEMS, un espacio de entrenamiento a la prueba de trepa de cuerda, materiales asistenciales y un camión de bombero con su bomba y accesorios operativos”, explica Beatriz Estrada.

Escuela SAMU es un centro educativo innovador que potencia el aprendizaje a través de la experiencia real del alumno. Cuenta con unas instalaciones de más de 17.000 metros cuadrados con numerosos escenarios de intervención en emergencias siendo el mayor complejo europeo en simulación sociosanitaria y de emergencias.

Dos monstruos en el equipo de SAMU

SAMU ha realizado en los últimos meses dos importantes adquisiciones que suponen un doble avance: por un lado, un importante apoyo a nivel logístico para la organización, especialmente para el transporte de mercancías y materiales tanto a nivel nacional como internacional; y, por otro, la posibilidad de seguir mejorando la formación que se imparte en Escuela SAMU. Estos dos nuevos recursos son un camión de grandes dimensiones y un camión de bomberos, en concreto, una bomba urbana pesada.

El vehículo de extinción de incendios fue adquirido en diciembre, aunque no llegó a Escuela SAMU hasta enero. “Llevábamos desde que abrió la escuela en 2012 queriendo tener un coche de bomberos pero, hasta ahora, todo lo que habíamos visto eran camiones en malas condiciones, con pocas capacidades o prácticamente para llevarlos al desguace. Fue a finales del año pasado cuando encontramos este vehículo y lo vimos como una gran oportunidad, pues estaba a pleno rendimiento y nos lo vendían con todas sus capacidades y dotaciones”, explica Juan González de Escalada, vicepresidente de Corporación SAMU. “Los profesores y alumnos lo recibieron como si de un regalo de Reyes se tratara”.

El vehículo se utiliza desde principios de año para ejercicios prácticos de extinción de incendios, salvamento y rescate por parte, especialmente, de los alumnos de los ciclos de FP de Técnico Superior en Coordinación en Emergencias y Protección Civil y del Grado Medio de Técnico en Emergencias y Protección Civil.

El camión es una bomba urbana pesada con monitor incorporado y con capacidad de extinción de incendios mediante agua y espuma a través de su depósito de 4.000 litros de agua y 500 litros de espumógeno. También tiene capacidad de dosificación directa para generación de mezcla espumante.
Cuenta con bomba de baja presión 16/8 (Q=1.600 l/m en trabajo máximo); capacidad de aspiración con altura geodésica máxima de 7,5 metros, e impulsión desde cisterna mediante llenado por presión o mediante aspiración (los dos últimos sin necesidad de que el agua pase previamente por la cisterna). Además, cuenta con un acelerador de bomba en cabina y manual en bomba con toma de fuerza en puesto de control de cabina.

“Es un vehículo muy versátil en uso urbano e industrial por sus prestaciones técnicas y su capacidad de transporte de material de extinción, salvamento y rescate”, apuntan desde la dirección de Escuela SAMU.

“En nuestra escuela, cuyo lema es Aprende Haciéndolo, no podíamos estar formando a nuestros alumnos de los ciclos de Protección Civil en la extinción de incendios sólo con extintores o con un todoterreno al que le habíamos incorporado una bomba y un contenedor de agua para sofocar algún conato de incendio. Había que dar un paso más y que ellos pudieran hacer prácticas con bombas urbanas de verdad, que estarán en su día a día cuando se incorporen al mercado laboral. Ahora tienen el mejor equipamiento, al igual que los estudiantes de Técnicos en Emergencias Sanitarias tienen ambulancias en la propia escuela para su formación en el traslado de pacientes críticos”, continúa Juan González de Escalada.

Una formación multidisciplinar

“Nosotros siempre hemos apostado por la multidisciplinariedad, porque, en el caso de que seamos primeros intervinientes en un incidente, a lo mejor, el técnico de emergencias sanitarias, el enfermero o el médico tienen que empuñar un extintor. Por esta razón, en nuestros simulacros siempre hemos intentado que parte de los alumnos participantes asuman el lugar de otros cuerpos intervinientes para saber cómo pueden colaborar en un incidente en el que intervienen otros especialistas y conocer las funciones del resto de profesionales de las emergencias. De ahí nuestro anhelo histórico de tener un camión de bomberos”, explica el vicepresidente de Corporación SAMU.

Con respecto a la otra incorporación a la flota de vehículos de SAMU, es un camión de grandes dimensiones que realiza labores de apoyo logístico. Este vehículo se utiliza para el transporte de material en los despliegues del equipo de intervención de emergencias, y también en misiones humanitarias.

“Debido a sus grandes dimensiones, este camión agiliza mucho el trabajo de despliegue o proyección de material. En un sólo porte podemos transportar todo el material que necesitamos desde la base logística de SAMU, en Sevilla, hasta el lugar en el que se realice la intervención”, explica Juan González de Escalada.

“Además, también se utiliza para el apoyo en la apertura y montaje de nuestros centros de menores, tal como está ocurriendo actualmente en Ceuta, donde va a abrir un nuevo centro, y para el despliegue de material en misiones humanitarias, siempre y cuando al destino se pueda llegar por carretera, como fue el caso de la última misión humanitaria de SAMU en Marruecos”, detalla Juan González de Escalada. Un camión siempre en alerta.

Camión de apoyo logístico de SAMU

Camión de apoyo logístico de SAMU

Despertarse en pleno Crisis Task Force

Con todos los elementos en contra, el equipo de instructores de Escuela SAMU ha vuelto a dar todo de sí mismo para poder ofrecer a sus alumnos la mejor formación posible en una nueva edición de Crisis Task Force (CTF). Este ejercicio de gestión de crisis de grandes contingencias estaba previsto que se celebrara a principios de abril, pero las intensas lluvias caídas durante la Semana Santa en Sevilla anegaron los terrenos en los que se iba a celebrar esta acampada logística de cuatro días de duración en los que el trabajo duro y la convivencia son los principales protagonistas.

La lluvia provocó que estos terrenos estuvieran intransitables, y obligó al equipo de dirección de Escuela SAMU a cambiar de planes y posponer la actividad que se enmarca dentro del Máster de Enfermería de Urgencias, Emergencias, Catástrofes y Acción Humanitaria de SAMU y la Fundación CEU San Pablo.

Finalmente, la acampada se celebró del 21 al 24 de mayo. A diferencia de años anteriores, los alumnos no sabían cuándo se iba a celebrar ni dónde. “Las circunstancias hicieron que tuviéramos que adaptar el calendario del máster y que algunos de los participantes externos a SAMU no pudieran acudir tras el cambio de fecha porque habían asumido otros compromisos. Un contratiempo del que hicimos una oportunidad, pues los alumnos fueron activados sólo doce horas antes y eso nos permitió que vivieran el ejercicio de manera más realista”, explica Andrés Rodríguez Holst, instructor y coordinador del Máster de Enfermería.

En condiciones normales, el gabinete de crisis que planifica esta acampada se activa con dos meses de antelación y los alumnos tienen todo este tiempo para organizarse. En esta ocasión, sólo se les informó de que debían estar disponibles la semana del 20 al 26 de mayo, pero no se les comunicó por qué. Así, los alumnos fueron activados el lunes 20 de mayo, por lo que el gabinete de crisis sólo se constituyó 12 horas antes de que comenzara la acampada. “Esto es lo real. Cuando te activan porque ha sucedido una catástrofe, sólo tienes 12 horas para salir con el petate, no dos meses, por lo que los alumnos vivieron la activación más intensamente y de manera más realista”, continúa el docente.

“Esta acampada logística representa una oportunidad clave para aplicar los conocimientos teóricos adquiridos en un entorno controlado y seguro. Esta actividad está diseñada para simular escenarios de emergencia y catástrofe, proporcionando a los participantes una experiencia práctica y realista que fomente el desarrollo de habilidades esenciales en gestión de crisis, intervención en emergencias y coordinación de equipos multidisciplinarios”, destacan desde Escuela SAMU. “El objetivo principal de esta acampada es preparar a los estudiantes para enfrentar situaciones de alta presión y complejidad, donde la toma de decisiones rápida y eficaz puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte. Durante esta actividad, los participantes se enfrentan a diversos desafíos que abarcan desde la atención médica de emergencia hasta la logística y la gestión de recursos en situaciones de catástrofe”.

La acampada se desarrolló en los terrenos de la antigua base militar americana de Sevilla, situada en el barrio de Sevilla Este, bajo el nombre de Operación Venecia. Este espacio cuenta con un conjunto de instalaciones abandonadas y derruidas donde los alumnos pueden poner en práctica todo lo aprendido a lo largo del año a través de diversos ejercicios y simulacros de la más alta exigencia.

En las jornadas de esta edición participaron los alumnos del Máster de Enfermería en Urgencias, Emergencias, Catástrofes y Acción Humanitaria (UECAH) y los alumnos de segundo año de los ciclos de Formación Profesional de Técnico en Emergencias Sanitarias (TES) y Técnico Superior en Coordinación de Emergencias y Protección Civil, además de un nutrido equipo de docentes con una amplia experiencia en este tipo de ejercicios entre los que se encontraban Thomas Couyotopoulo (director de Escuela SAMU), Andrés Rodríguez, Manuel Ángel Andrade, María Soto y Lidu Díaz, entre otros. También participaron otros profesionales del sector de las emergencias como bomberos y militares.

Las condiciones de austeridad y hostilidad se muestran impensables y lejanas a la realidad de nuestro entorno, sin embargo, no pasan desapercibidas en lugares donde sucesos como conflictos bélicos, terremotos, inundaciones o distintas enfermedades provocan desastres naturales que suponen pérdidas materiales y humanas. El trabajo del personal sanitario en estas situaciones se ve sometido a la falta de recursos, la gran cantidad de víctimas y la presión psicológica que envuelve el suceso.

Situaciones límite

“Escuela SAMU, bajo su lema Aprende haciéndolo, consigue cada año llevar a la práctica mediante simulaciones escenarios de catástrofe. Esto nos ayuda a comprender y conocer nuestras posibilidades y limitaciones que encontraríamos en la asistencia real. Durante esta actividad, el alumnado experimentó situaciones límites, adquiriendo de esta forma los conocimientos y habilidades necesarias para gestionar diferentes situaciones y coordinar recursos ante las mismas”, destacan desde el centro formativo.

Durante la acampada se realizaron varios talleres de diferente temática: tácticos, de fuego y agua, rescate, extracción de víctimas del interior de vehículos y detección de riesgos. También se llevaron a cabo dos simulacros, uno de ellos nocturno. Este último ejercicio que arrancó a las doce de la noche consistió en un circuito de cinco estaciones independientes que los alumnos debían superar en grupo de cuatro personas.

Andrés Rodríguez explica que este año han participado menos alumnos de la escuela por el cambio de fecha. Sin embargo, esto ha permitido desarrollar un CTF más personalizado e íntimo, es decir, más centrado en cada uno de los alumnos, lo que les ha permitido aprovechar mejor los talleres y que éstos hayan sido más dinámicos. Además, en ediciones anteriores, las tareas estaban más repartidas y, sin embargo, este año, todos hacían de todo. La implicación ha sido mayor.

“A estas alturas, los alumnos ya no saben qué es el sueño”

Los alumnos del Máster de Enfermería en Urgencias, Emergencias, Catástrofe y Acción Humanitaria de Escuela SAMU han recibido formación especializada en incidentes NBQ (Nuclear, Biológico y Químico) dentro del módulo Gestión de Catástrofe y Múltiples Víctimas del propio posgrado. Además de las lecciones teóricas, dicha formación cuenta con diferentes ejercicios prácticos y simulacros, celebrados del 6 al 9 de mayo, en los que también participaron los alumnos de segundo curso del grado superior de FP de Técnico en Coordinación de Emergencias y Protección Civil.

La importancia de este tipo de formación es su complejidad y la escasa familiarización de los profesionales con los incidentes de este tipo. Hay que tener en cuenta que, antes de la crisis sanitaria del coronavirus, pocos servicios de emergencias eran capaces de aportar el material y las capacidades necesarias para ello, según explican desde Escuela SAMU.

“Esta formación se caracteriza por aspectos tan importantes como la descontaminación, la sectorización, el tratamiento de los pacientes víctimas de un incidente de este tipo o cómo se tienen que evacuar”, destaca Andrés Rodríguez Holst, instructor y coordinador del Máster de Enfermería en Urgencias, Emergencias, Catástrofe y Acción Humanitaria de Escuela SAMU.

“Antes del Covid-19, Escuela SAMU llevaba años formando a sus alumnos en incidentes NBQ, algo en lo que Carlos Álvarez Leiva, fundador de SAMU, insistía mucho. Él le daba mucho valor a este tipo de formación a pesar de que muchos lo consideraban un loco, pues creían que algo así nunca iba a suceder. El Jefe insistía en la importancia de saber colocarse un EPI (Equipo de Protección Individual), de vestirse y desvestirse sin contaminarse, quizás el momento más crítico; de estar con el mono completo puesto varias horas, con la mascarilla, las gafas y la pantalla con el calor de Sevilla, montando y desmontando tiendas… La gente que pasaba por aquí y veían el despliegue que se montaba decían que todo esto era de locura e incluso una fantasía. Pero llegó el Covid-19 y todo cambió. Ya no estábamos tan locos”, continúa Andrés Rodríguez.

El instructor reconoce que, tras la pandemia del coronavirus, tanto la sociedad como los propios alumnos son más receptivos a la hora de recibir este tipo de formación porque son conscientes de que algo así puede pasar.

“Es muy importante que los alumnos aprendan a trabajar con los EPI puestos. Estos pueden llegar a ser un poco agobiantes, puedes sentir que te falta el aire y que tus movimientos se vean limitados. No es fácil trabajar con los guantes de estos equipos de protección puestos. Debes acostumbrarte a ellos antes de que realmente necesites usarlos”, explica otro instructor de Escuela SAMU. Por esta razón, en este módulo de incidente NBQ lo importante no es sólo aprender a gestionar una crisis o una situación de estrés, como ocurre en otros módulos del máster de Enfermería, sino también aprender a gestionar el cansancio.

En este sentido, en la etapa final de este módulo los alumnos participaron en un ejercicio práctico de incidente NBQ que arrancó por la tarde y finalizó a las once de la noche. “En esta actividad, algunos alumnos hacían de víctimas y otros, de sanitarios, y después rotaban. El ejercicio se centraba en la atención de las víctimas, así como en el proceso de vestido, desvestido y descontaminación”, explica Andrés Rodríguez.

Tras el repliegue, los estudiantes pudieron descansar y dormir un poco en un campamento instalado en la propia escuela, pero fueron activados de nuevo a la una de la mañana para un nuevo ejercicio práctico que se prolongó hasta las tres de la mañana. En este ejercicio, los alumnos tenían que enfrentarse a un vertido de residuos nucleares que eran trasportados en un tren que había descarrilado.

Después de finalizar la actividad, los alumnos pudieron nuevamente descansar, pero a las seis de la mañana se despertaron de nuevo para poder realizar el examen final, que consistió en un circuito con varias estaciones, cada una de ellas con un ejercicio diferente e independiente, y, a continuación, un examen práctico.

“A estas alturas del curso, los alumnos ya no saben lo que es el sueño”, bromea el profesor. “Detrás de esta falta de sueño y del cansancio hay una cuestión psicológica. Deben aprender a gestionar el cansancio porque un incidente NBQ o similar no se soluciona en un par de horas, se prolonga en el tiempo. Una cosa es gestionar el estrés y las emociones, algo que está muy presente a lo largo del Máster de Enfermería en módulos como el de IMV (Incidente con Múltiples Víctimas), pero en la formación NBQ o de Acción Humanitaria tiene más importancia la gestión del estado físico del sanitario. Estar muchas horas con un EPI puesto agota y agobia”, añade Rodríguez.

A pesar del esfuerzo realizado, el profesor asegura que los alumnos han disfrutado mucho de esta experiencia. “Esto es algo diferente que posiblemente no van a volver a hacer, por eso aprecian tanto este tipo de formación y de ejercicios prácticos”. El adiestramiento en NBQ responde a la filosofía y compromiso de Escuela SAMU con sus alumnos: Aprende haciéndolo.

Triaje rápido y coordinación eficaz en las jornadas IMV de Escuela SAMU

Escuela SAMU ha organizado en sus instalaciones del Gelves (Sevilla) las II Jornadas IMV (Incidente con Múltiples Víctimas) para médicos de Atención Primaria, en las que participaron los alumnos del IX Máster en Emergencias Médicas. En un primer momento, estas jornadas estaban programadas dentro del Crisis Task Force de este año, que iba a celebrarse a principios de abril, pero las intensas lluvias caídas durante la Semana Santa obligaron a su aplazamiento al inundarse el terreno en el que se iba a realizar este macroejercicio integral, una de las señas de identidad de la escuela.

Desde Escuela SAMU explicaron que “estas jornadas son cruciales para fortalecer la preparación de los sanitarios ante situaciones de emergencia”. “Este tipo de eventos proporciona oportunidades de capacitación en protocolos específicos, coordinación efectiva y toma de decisiones bajo presión, mejorando así la respuesta y atención inmediata ante eventos catastróficos”, señalaron.

“Si revisamos eventos y antecedentes históricos desarrollados en los últimos 20 años en nuestro país, podemos destacar el atentado del 11 de marzo de 2004 en Madrid, cuando una serie de explosiones en trenes de Cercanías causaron la muerte de 191 personas y dejaron más de 2.000 heridos. Este evento fue uno de los mayores ataques terroristas en Europa y generó una respuesta inmediata por parte de los servicios de emergencias y los profesionales de la salud para atender a las víctimas. También podemos destacar el accidente de tren en Santiago de Compostela ocurrido el 24 de julio de 2013, cuando un tren de pasajeros descarriló en una curva. El accidente causó la muerte de 79 personas y dejó a más de 140 heridos. Estos desastres destacan la importancia de la preparación y capacitación del personal médico para responder eficazmente ante situaciones de emergencia ofreciendo atención médica de calidad y coordinando esfuerzos con otros profesionales de la salud y servicios de emergencia para salvar vidas”, apunta Escuela SAMU en la operativa de este ejercicio.

Al dotar a los médicos de las habilidades y conocimientos necesarios con actividades de IMV como la celebrada este mes, se maximiza la capacidad de la atención primaria para gestionar eficazmente situaciones críticas, se minimiza el impacto en la salud pública y se optimizan los recursos disponibles.
La capacitación en escenarios de desastres permite a los médicos adquirir habilidades específicas como triaje rápido, manejo de traumatismos masivos y coordinación con otros servicios de emergencia.

Además, estas jornadas fomentan la colaboración interdisciplinaria mejorando la comunicación y la coordinación entre profesionales de la salud, lo que resulta esencial en situaciones caóticas. La toma de decisiones rápida y eficaz se convierte en un componente crucial, y la práctica de escenarios realistas durante las jornadas prepara a los médicos para abordar dilemas éticos y logísticos.

“Al apostar por la formación de médicos de atención primaria en el manejo de IMV, se fortalece la capacidad del sistema de salud para responder de manera efectiva las emergencias, minimizando la morbilidad y mortalidad en la población. Esta preparación contribuye a la resiliencia del sistema de salud en su conjunto, asegurando una respuesta integral y coordinada ante eventos críticos”, apuntan desde Escuela SAMU.

Estos eventos de capacitación ofrecen también la oportunidad de evaluar y mejorar los protocolos existentes, identificando posibles brechas y áreas de mejora en la gestión de recursos, comunicación y logística durante situaciones de crisis.

El programa de estas jornadas, celebradas el 11 de abril, incluía una serie de ponencias en las que se abordaron ejemplos de situaciones que pueden desencadenar un IMV (desastres naturales, accidentes de tráfico o incidentes terroristas), los principios básicos de la atención en un IMV (triaje, estabilización y transporte), la organización de recursos o la importancia de una comunicación y coordinación efectivas, entre otros temas.

También se desarrollaron talleres simultáneos y rotativos y un ejercicio integral en el que los alumnos debían aplicar y poner en práctica todos los principios y procedimientos aprendidos.

La jornada logró proporcionar a sus participantes una visión general de los aspectos teóricos y prácticos de la atención a incidentes de múltiples víctimas, con un enfoque en la comprensión de los principios fundamentales y su aplicación en situaciones reales.

Escuela SAMU simula un atentado en un colegio con la participación de la Policía Nacional

Si hay algo que caracteriza por encima de todo la formación que se imparte en Escuela SAMU son sus simulacros. No se trata de ejercicios prácticos al uso sino de auténticas recreaciones de episodios reales que permiten al alumnos enfrentarse a situaciones críticas y extremas del mismo modo que lo haría un profesional de las emergencias en la vida real.

A finales de febrero, Escuela SAMU organizó uno de estos simulacros integrales en los que no sólo participaron alumnos del centro, sino que también se contó con la colaboración de la Unidad de Prevención y Reacción (U.P.R.) de la Policía Nacional. En esta ocasión, los participantes se enfrentaron a un atentado terrorista en un centro educativo con múltiples víctimas.

“Dentro del ámbito de urgencias, emergencias, catástrofes y acción humanitaria es fundamental adquirir los conocimientos y las habilidades necesarias para poder afrontar un accidente IMV (Incidente de Múltiples Víctimas). La gestión del caos en estos casos es un punto crucial para superar el incidente de manera óptima, ya que los recursos y el tiempo para actuar son limitados. Por tanto, el entrenamiento y el aprendizaje en este campo es un punto importante dentro de la emergencia sanitaria”, explican desde Escuela SAMU.

En este caso, aunque el simulacro se enmarcaba dentro de la XXIX edición del Máster de Enfermería en Urgencias, Emergencias, Catástrofes y Acción Humanitaria, además de los alumnos de este posgrado, también participaron los estudiantes de los ciclos de Formación Profesional del Grado Medio de Técnico en Emergencias y Protección Civil; del Grado Superior de Técnico en Coordinación de Emergencias y Protección Civil; del Grado Medio de Técnico en Emergencias Sanitarias (TES) y del Grado Medio de Técnico en Cuidados Auxiliares de Enfermería.

“Los objetivos de este tipo de simulacros que se realizan de forma periódica en la escuela son trabajar de manera coordinada en un ejercicio multidisciplinar; coordinar los diferentes recursos para dar solución a las situaciones de emergencia que se van a simular; realizar la valoración primaria a los diferentes pacientes y decidir sobre qué hacer con el paciente en cada caso; tener capacidad de decisión bajo situaciones de presión; decidir qué acciones llevar a cabo para conseguir un bien común, y poner en práctica los resultados de aprendizaje que aportan los diferentes módulos”, añaden desde el equipo docente de la escuela.

“La realización de un simulacro IMV dentro del Máster de Enfermería se justifica como una estrategia de aprendizaje fundamental para preparar a los estudiantes en situaciones críticas y complejas. A través de este ejercicio, los alumnos de toda la escuela tienen la oportunidad de aplicar y consolidar los conocimientos teóricos adquiridos, así como de desarrollar habilidades prácticas esenciales en la gestión eficiente de dichos escenarios, donde se involucra un gran número de víctimas y un recurso limitado de personal asistencial”, explican.

Además, se fomenta la toma de decisiones rápida y precisa, la coordinación efectiva entre equipos multidisciplinarios y la comunicación fluida en situaciones de alta presión. Esta experiencia también contribuye al fortalecimiento de la resiliencia y la capacidad de adaptación de los futuros profesionales de enfermería.

Finalmente, tras la realización del mismo, se pueden identificar áreas de mejora en los protocolos y procedimientos, promoviendo un enfoque continuo de aprendizaje y perfeccionando y mejorando la asistencia.

El ejercicio comenzó a las ocho y media de la mañana con una reunión de los miembros del gabinete con aquellos alumnos que interpretaban el papel de víctimas. A estos les explicaron en que iba a consistir el atentado, los caracterizaron con maquillaje y, a continuación, se prepararon los diferentes escenarios.

Un poco más tarde, a las 9:00, estaban citados el resto de participantes. En este momento, fueron asignados los roles a los responsables del IMV y sus respectivos equipos. Todos ellos esperaron en el parking de la escuela a que diera comienzo el ejercicio.

El simulacro arrancó a las 9:30. Todos los alumnos recibieron en sus móviles fotos y vídeos de las víctimas heridas en uno de los aulario del centro. También se realizaron múltiples llamadas al CCU (Centro Coordinador de Urgencias), el cual activó los servicios de emergencias. Al mismo tiempo, el sonido de los tiros invadió la Escuela. Los terroristas se habían movido y en ese momento se encontraban en otro de los aularios. En este punto, intervinieron los diferentes agentes de la Policía Nacional, que debían asegurar la zona antes de que interviniera ningún sanitario.

Una vez que avisaron por walkie-talkie de que el tirador había sido abatido y la zona era segura, los alumnos, que se encontraban esperando en el parking, pudieron intervenir y atender a las víctimas.

Pero aquí no terminó todo. Cuando los servicios sanitarios se encontraban actuando en el punto de impacto del aulario nuevo, apareció una víctima-terrorista, que se había hecho el inconsciente y simuló un estado de gravedad de nivel rojo. Su objetivo era el equipo de rescate, al cual abatió mientras le estaban evacuando al nido de heridos ya fuera del aulario.

Los cuatro miembros del equipo de rescate resultaron heridos de diferente consideración, e, incluso uno de ellos acabó ‘muriendo’ en el PMA (Puesto de Mando Avanzado). Al escuchar los disparos, los demás equipos se desplegaron a una zona segura. En este instante, fue necesaria de nuevo la intervención policial para reducir al nuevo terrorista.

El simulacro finalizó en torno a las 13:30 con la evacuación de los pacientes a los diferentes centros hospitalarios.

“Un simulacro es un modelo de situación estudiado y programado que imita a un suceso real de forma controlada, y en el que se procura la máxima aproximación a la realidad. Esto es lo que buscamos y lo que hace que los alumnos se encuentren sometidos a presión real. Así se ven obligados a gestionar y modular sus comportamientos en situaciones extraordinarias, aplicando sus conocimientos y demostrando sus habilidades resolutivas”, explican responsables de Escuela SAMU.

En este tipo de ejercicios integrales se representa toda la secuencia en la que interviene un sanitario. Desde la activación del dispositivo y la llegada de los primeros intervinientes hasta el traslado de los heridos a los distintos hospitales y su atención hospitalaria.

Hasta 2020, en los simulacros de Escuela SAMU los hospitales estaban representados por una carpa. Desde aquel año, los alumnos cuentan con una clínica de simulación, un recurso formativo de primer nivel que recrea un hospital a pequeña escala.

Con esta herramienta, desde Escuela SAMU se pretende fomentar la formación no sólo de la atención prehospitalaria, su punto fuerte, sino también de la hospitalaria. Esto hace posible que todos los alumnos de la escuela de las diferentes ramas puedan formarse al mismo nivel y participar juntos en los simulacros al 100%, desde los enfermeros hasta los médicos, pasando por los TES, los técnicos en cuidados auxiliares de enfermería y los de integración social. De hecho, la clínica cuenta incluso con una sala de espera en la que los estudiantes aprenden a ofrecer apoyo psicológico a los familiares de las víctimas.