Un estudio subraya el impacto fiscal positivo de los refugiados en EE.UU.

U nuevo estudio del gobierno de Estados Unidos ha puesto de manifiesto que el colectivo de personas refugiadas y solicitante de asilo han supuesto un abrumador impacto positivo en la economía del país en los últimos años.

Este estudio innovador realizado por el departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos (HHS) resulta bastante llamativo y revelador si se tiene en cuenta que el discurso actual sobre la inmigración estadounidense gira en torno a la problemática en la frontera sur y los temores sobre el número de solicitantes de asilo que ingresan al país.

El informe, titulado El impacto fiscal de los refugiados y asilados a nivel federal, estatal y local entre 2005 y 2019, muestra que estas personas han generado 123.800 millones de dólares en beneficios fiscales netos para la economía y los presupuestos gubernamentales de Estados Unidos, y añade que han contribuido con más ingresos fiscales que los costos que generaron al Gobierno durante este período de 15 años.

Entre las conclusiones de este estudio destaca que el gasto gubernamental en refugiados y asilados ascendió a alrededor de 457.200 millones de dólares, mientras que estas personas aportaron aproximadamente 581.000 millones de dólares en ingresos. Esto demuestra que el coste inicial de reasentar a los refugiados y procesar las solicitudes de los asilados compensa cuanto más tiempo permanezca esta población en Estados Unidos.

Otra de las conclusiones del informe hace alusión a la renta per cápita y señala que los refugiados y asilados tuvieron un impacto fiscal positivo comparable al de la población total de Estados Unidos. Esto indica que las personas migrantes se integran exitosamente en la economía estadounidense cuando se les da la oportunidad.

Impacto fiscal y cultural

El estudio publicado en el último mes se centra únicamente en las poblaciones atendidas por la Oficina de Reasentamiento de Refugiados del HHS, y, específicamente, en aquellos a quienes se les concedió asilo o recibieron el estatus de refugiados en en país después de 1980. Esto incluye a los titulares de Visados Especiales de Inmigrante de Irak y Afganistán, así como a los de Haití y Cuba. A pesar de estas limitaciones, el informe “demuestra de manera convincente el impacto fiscal y cultural positivo del programa humanitario de Estados Unidos para los refugiados”, señala el documento.

Además de estimar el impacto fiscal neto general de los refugiados y asilados, este estudio federal proporciona información interesante a la hora de tomar decisiones gubernamentales sobre programas de reasentamiento, incluida la integración y la autosuficiencia de los refugiados.

La Iniciativa sobre Refugiados y Desplazamiento Forzado (RAFDI), en un comunicado, expresó que recibe con agrado las conclusiones de este informe, que muestran que las soluciones sostenibles a los desafíos del desplazamiento forzado deben implicar la participación activa de los refugiados como contribuyentes.

RAFDI está comprometida a ampliar el espacio para nuevas perspectivas, diálogo constructivo y soluciones sostenibles para enfrentar los desafíos del desplazamiento forzado global.