Proyecto Eco SAMU: acciones sostenibles como objetivos empresariales

La naturaleza no necesita a las personas, las personas necesitan de la naturaleza. La naturaleza sobreviviría a la extinción del ser humano sin problema alguno, pero ni la cultura humana ni los seres humanos podrían sobrevivir sin la naturaleza”. Esta frase del actor internacional Harrison Ford encabeza el Proyecto Eco SAMU llevado a cabo en 2019, y que permitió que diversos centros de la entidad participaran en la recogida de residuos en la zona donde están ubicados con los objetivos de reducir nuestra huella ecológica y promover la sensibilización comunitaria sobre la importancia de respetar el entorno natural.

La importancia del medio ambiente es hoy en día innegable y esto tiene que ver con el abuso y el desgaste que el ser humano genera, de manera cada vez más notoria, sobre los complejos fenómenos naturales, provocando alteraciones al medio ambiente que afectan no sólo a otros seres vivos, sino también a sí mismo. El medio ambiente es una prioridad para SAMU, cuidando de aquellas zonas en la que estamos presentes y reduciendo el impacto ecológico de nuestras acciones. Ha llegado el momento de pasar a la acción para proteger de manera eficaz el espacio en el que convivimos.

Es una urgencia respetar el planeta, siendo éste uno de los objetivos primordiales del área de Sostenibilidad de SAMU y responsabilidad de todas las personas.
Bajo este marco de los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible), nació el proyecto Eco-SAMU, compromiso real para contribuir directamente con la retirada de residuos implicando no sólo a personas sino a entidades públicas o privadas.

Para destacar una de las acciones bajo esta línea, menores inmigrantes acogidos por Fundación SAMU del centro Roque Nublo V, ubicado en Las Palmas de Gran Canaria, con sus compañeros de clase fueron a limpiar la playa del Confital en octubre. Así le siguen numerosos ejemplos de otros centros, haciendo partícipes a las personas con las que trabajamos para mejorar su calidad de vida. Destacamos esta acción por la importancia y preocupación de los residuos que acaban en el mar.

Investigadores de diversos países han calculado que hay más de cinco billones de piezas de plástico en el océano. El 80% provienen de la tierra y prácticamente todos estos objetos acaban acumulándose en las grandes profundidades. El plástico, además de tardar decenas de años en descomponerse, provoca daños graves a la fauna marina.

Platos, vasos, botellas y bolsas, cubertería, pajitas y envases. Vivimos rodeados de plástico y, cuando nos deshacemos de él, puede acabar en un vertedero, ser reciclado o incinerado. Pero en ocasiones termina en el mar. Un globo tarda más de seis meses en descomponerse. Una bolsa de plástico, más de 50 años. Un mechero, más de 100. Y una botella, más de 500. Son objetos que pueden causar graves daños a la fauna marina. Cada año, más de un millón de aves y más de 100.000 mamíferos marinos mueren como consecuencia de todos los plásticos que llegan al mar.

Baja el lema de Objetivos globales, acciones locales, pequeñas acciones tienen una gran repercusión, aunque no somos muy conscientes de ello en la mayoría de las ocasiones. A veces una pequeña acción es suficiente para contribuir a la mejora ambiental. Una muestra de ello: las acciones llevadas a cabo por el CADF El Sauzal, en Tenerife. En este recurso gestionado por Fundación SAMU consumían mensualmente 1.000 baberos  de plásticos y la media de gasto en  consumo de agua cada dos meses era considerable, por lo que se plantearon las siguientes acciones: reutilización de baberos de plásticos en buen estado; disminución del uso de cañitas plásticas de cada comida, reduciendo el vertido al mar; confección de una cartelería informativa para la clasificación de residuos sólidos y uso razonable de recursos naturales como el agua, electricidad, plásticos, entre otros.

Un estudio publicado en la revista científica Plos one indica que hay más de cinco billones de piezas de plástico en el océano. “Algunos datos alarmantes citan que producimos 381 millones de toneladas de basura plástica al año y que cada minuto se vierte al mar el equivalente a un camión de basura lleno de plásticos”, comenta Helena Álvarez, científica marina de la organización internacional Oceana. Como consecuencia, “una de cada tres capturas de pescados para consumo humano contiene plástico y, para 2050, se calcula que habrá más plásticos en los océanos que peces”. Un vertedero para el plástico.

Reducir y reutilizar

Ante esto, ¿qué podemos hacer? Una de las medias propuestas y fundamentales es evitar que el plástico llegue al mar. La clave está en reducir y reutilizar. Se calcula que sólo se ha reciclado en torno al 9% de todo el plástico que se ha producido en el mundo. Se considera necesaria la implicación de la Administración Pública para desarrollar una legislación ambiciosa a la hora de eliminar los artículos de un solo uso e implantar un sistema de envases retornables. Por su parte, la industria debería eliminar al máximo el sobreempaquetado y el uso de plásticos en el transporte y distribución de productos.

A nivel individual también hay mucho que hacer. Es muy importante fomentar la economía circular. “Somos los que tenemos la última palabra sobre qué consumimos. Debemos tratar de escoger productos sin plástico así como sustituir objetos cotidianos tales como bastoncillos o toallitas húmedas por productos más sostenibles”, señala Helena Álvarez, científica marina de la organización internacional Oceana. Por ejemplo, a la hora de hacer la compra, sugiere llevar nuestras propias bolsas de tela o un carrito, bolsas ligeras para fruta y verdura o recipientes para la pescadería o carnicería. También, escoger puntos de venta a granel, llevar una botella de agua para rellenar en fuentes o grifos y evitar productos de higiene íntima desechables. Reciclar los residuos electrónicos que usamos en los centros en el punto limpio de SAMU, reciclaje de las pilas, los tóner, reutilización y reciclaje de papel, Proyecto ECO SAMU…. En este sentido el plan es continuar con estas acciones sostenibles que ya lleva a cabo SAMU, consolidarlas e integrarlas en nuestros objetivos empresariales para seguir avanzando en nuevos retos sostenibles.

Autor: Rocío Álvarez. Directora del área de Sostenibilidad de SAMU