Agenda 2030: Conciencia ecológica, cultura de empresa

Vivimos en una sociedad que genera un volumen de residuos muy superior al que debería. Este hecho ha originado en las personas una conciencia ecológica y de reciclaje no sólo en nuestros hogares sino también en los espacios en los que trabajamos. Según los datos de Ecoembes, España generó en 2018 111 millones de toneladas de residuos de los que sólo fueron reciclados el 30%, datos que nos invitan a realizar una reflexión sobre la importancia de trabajar y vivir en un entorno más sostenible.

La creación de centros de trabajo sostenibles se ha convertido en una necesidad, y, por ello, el reciclaje en las empresas es una práctica que está creciendo y cuya finalidad se centra en cuidar el planeta para las futuras generaciones. Reciclar hace posible reutilizar los residuos que generamos para darles una segunda vida disminuyendo las emisiones de CO2 de nuestra atmósfera y, por tanto, la contaminación, y reduciendo el gasto energético.

El término CTS (Centros de Trabajo Sostenibles) hace referencia a entidades que cuentan con un punto limpio donde ubican los diferentes contenedores que organizan los residuos generados. Para ello deben tener claros los residuos que son susceptibles de ser reciclados.

“El concepto de sustentabilidad corporativa ha cobrado importancia en los últimos años debido a las presiones de diferentes grupos de interesados (ecologistas, consumidores verdes, gobiernos y de la sociedad en general), los cuales demandan que la empresa responda por los problemas sociales y ambientales que son ocasionados por el actuar empresarial”, según el autor Gómez Contreras J.L. Pero este concepto exige, además de modificaciones internas, transformaciones no sólo a nivel operativo sino en la actitud, los valores de la organización y sus miembros, así como de sus normas.

Tomando conciencia de esta situación, la dirección del área de Sostenibilidad de SAMU, al hilo de una de las líneas de estrategias marcadas por el Plan de Sostenibilidad presentado para este año a nivel de toda la entidad, se plantea conocer la realidad de los centros sobre cómo trabajan la gestión de residuos, de cara a crear unas buenas prácticas sobre el reciclaje. Para dar respuesta a esta primera necesidad se está trabajando en la elaboración de un cuestionario inicial donde podamos obtener los datos que necesitamos para conseguir un diagnóstico sobre la actividad del reciclaje en los mismos y adecuar las acciones que sean necesarias llevar a cabo.

Escuela SAMU es el primer centro donde hemos puesto en marcha esta iniciativa, pasando de gestionar residuos biosanitarios, pilas, papel, cartón y residuos electrónicos en un punto concreto, a ampliar esta gestión a envases, latas, plásticos, residuos orgánicos y restos, aumentando el número de contenedores en puntos estratégicos de la Escuela donde se generan residuos de un tipo concreto y dándoles visibilidad para que no pasen desapercibidos por nuestro equipo docente y alumnado. Esta reorganización se ha hecho de forma sostenible, ya que se evita el uso de bolsas de plástico en todas las papeleras de las oficinas que se cambiaban cada día, permitiendo una reducción de más de 2.000 bolsas al año. Esto supone un ahorro cuantitativo y de consumo de recursos.

La dirección de sostenibilidad asume que trabajar en esta línea tiene beneficios para nuestra entidad. Es un factor que favorece una imagen positiva de SAMU, puede repercutir en una mayor oportunidad de negocio, puesto que conecta con un público que siente cada vez más propia la responsabilidad social y el cuidado del planeta, reduce costes aumentando la eficacia ambiental y puede ayudar a fomentar el buen clima laboral porque favorece la pertenencia a un grupo.

Por Beatriz Estrada. Directora del departamento de Sostenibilidad de SAMU.