Los Defensores del Pueblo visitan el centro de menas de El Bosque

«El niño es una persona, no un extranjero ni un migrante. Es un niño”. El Defensor del Pueblo andaluz, Jesús Maeztu, recordó con estas palabras la obligación legal y moral de ofrecer una atención adecuada a los niños migrantes que llegan a España durante la reunión de sus homólogos de todo el país celebrada entre Sevilla y Tarifa en octubre. Esta cumbre, en la que Fundación SAMU ha jugado un papel destacado a través de su experiencia directa en la gestión de centros de acogida, finalizó con la firma de la Declaración de Tarifa, un documento de diez puntos en defensa de estos menores.

Los Defensores del Pueblo de España y de las comunidades autónomas de Andalucía, Aragón, Canarias, Galicia, País Vasco, Comunidad Valenciana, Navarra, Castilla y León y Cataluña respaldaron este documento, una voz que se ha alzado para reclamar a los poderes públicos un plan estratégico nacional de atención a menores extranjeros no acompañados (menas) que garantice su protección.

Estas 34 Jornadas de Coordinación de los Defensores del Pueblo estuvieron dedicadas a la atención a estos niños y, por ello, han contado con una destacada participación de SAMU, cuyos responsables han compartido la experiencia directa de la organización en la gestión de centros y en el trato con los menores. Los defensores visitaron el centro de El Bosque, donde pudieron conocer de primera mano cómo es el día a día de un centro de atención a menas. Al igual que en la visita de Maeztu en octubre al centro de la Macarena, en Sevilla, junto a la consejera de Políticas Sociales, Rocío Ruiz, y el grupo de parlamentarios de la comisión de Infancia, los representantes institucionales pudieron charlar con los jóvenes residentes en El Bosque y conocer sus historias e inquietudes.

En su declaración conjunta, los defensores del pueblo reivindican que “todas las decisiones que se adopten con los menores extranjeros no acompañados respondan al interés superior de los mismos, primando la condición de niños frente a la condición de extranjeros”.

Además, reclaman que se elabore un plan estratégico de atención a los menores y la elaboración de planes para los jóvenes extutelados, aquellos que cumplen 18 años y quedan fuera de los centros, para evitar que puedan caer en la exclusión social. Desde Fundación SAMU se ha insistido a representantes políticos e institucionales en la necesidad de abordar la frustración y el desamparo que sufren estos niños cuando se asoman a la mayoría de edad.

En la Declaración de Tarifa, los defensores han pedido un refuerzo de la protección de los menores que han sufrido la trata de seres humanos sin referentes familiares, y han recordado la responsabilidad de la Unión Europea y de las administraciones nacionales de “establecer un sistema de protección garantista”. El fin último de ese sistema debe ser, para aquellos que quieran permanecer en el país, lograr su plena integración.

“Estamos convencidos de que la presencia de menores extranjeros sin referencias familiares no es tanto una carga para los sistemas de protección sino que, por el contrario, supone una aportación de gran valor para el desarrollo de la sociedad de acogida”, señaló Maeztu.

La declaración también reivindica la cooperación con los países de origen para prevenir la inmigración insegura y reclama respeto a los derechos de los menores, pronunciándose contra su criminalización.

La visita de los defensores a Tarifa sirvió para inaugurar en la Isla de Las Palomas una escultura de Alejandro Pedrajas como homenaje a la solidaridad de los pueblos del Campo de Gibraltar, y para hacer un reconocimiento a la sociedad civil e instituciones de la comarca en el que participaron varios menores bajo tutela de Fundación SAMU.