Sidiki, el aplicado compañero del taller de BMW

En el taller de Todomoto Sevilla, el joven Sidiki C. pone a punto una de las motos BMW que han llegado desde fábrica para su venta en este prestigioso concesionario. Sobre una plataforma, Sidiki coloca algunos de los accesorios, como los espejos retrovisores y el cofre. A su alrededor hay otras 20 motos de gran cilindrada, todas de la marca BMW, aunque también se ven algunas clásicas Harley-Davidson.

Sidiki C. realiza prácticas profesionales en esta casa de motos de Sevilla capital desde el 11 de agosto gracias a un acuerdo de colaboración entre Fundación SAMU y Todomoto Sevilla. Natural de Guinea Conakry, Sidiki llegó a las costas andaluzas de manera irregular hace dos años. Desde entonces ha pasado por varios centros de acogida de Granada, Cádiz y Sevilla, hasta llegar al ISL de Alcalá de Guadaíra (centro de inserción sociolaboral) gestionado por Fundación SAMU.

“Pasar por tantos centros por un lado es bueno, pero por otro, no. Cuando consigues hacer amigos y te cambias de centro, tienes que empezar de nuevo”, cuenta el joven, de 17 años. “Los primeros meses fueron difíciles, no sabía nada de español. No entendía nada. Pero tenía muchas ganas de aprender y gracias a que hablo francés, no me resultó muy difícil”.

Durante su estancia en el centro de Fundación SAMU, Sidiki ha realizado un curso profesional de jardinería pero actualmente está realizando prácticas profesionales en este taller de motos. Por la tarde, estudia para sacarse el título de Educación Secundaria Obligatoria (ESO).

La jardinería no me gustaba mucho pero tenía que estudiar algo, necesitaba un oficio. Lo que estoy haciendo ahora me gusta mucho más, he tenido mucha suerte”, admite el joven. “Me encantan las motos y la mecánica en general. Mi padre era chófer y en casa teníamos una moto pequeña”.

Sidiki trabaja seis horas diarias en el taller. Cada mañana, Jordi Luque Sánchez, jefe de Postventa del Grupo Todomoto, le recoge en coche en el ISL Alcalá para que el joven no tenga que ir hasta Sevilla en autobús. Estos viajes en coche le han permitido a Jordi ganarse la confianza de Sidiki y ser alguien más que su tutor de prácticas. “Sidiki es un 10. Es un chico maravilloso, es especial”, asegura Jordi Luque. “Tiene muy buena actitud en el trabajo. Sabe lo que quiere en la vida y es muy aplicado. Estamos muy contentos con él, sobre todo teniendo en cuenta que cuando llegó no tenía ninguna experiencia en mecánica”.

El trabajo de Sidiki en Todomoto Sevilla consiste en mover las motos dentro del taller, lavarlas, subirlas a las plataformas y montarlas para su pre-entrega. “Sidiki lava las motos como nadie”, manifiesta su tutor de prácticas. “Estamos muy contentos con la experiencia y, si todo va bien, la idea es que se quede con nosotros trabajando. Chicos como él necesitan una oportunidad, y si podemos dársela, se la daremos”.

“Sidiki es muy buen chaval. Lo mejor que tiene es que es muy constante. Tiene mucha hambre de aprender”, comenta Fernando, uno de los compañeros del joven en el taller, mientras trabaja en otra moto. “Yo le enseño todo lo que sé. Entre los compañeros hay muy buen clima. Se ha adaptado bien y le hacemos bromas”, continúa el trabajador. “Temo que alguien le coja y le lleve por el mal camino, me daría mucha pena porque es buen chaval y se merece una oportunidad”.

Jordi Luque no descarta, una vez que termine Sidiki sus prácticas, acoger a otro menor en su taller. “Quizás no inmediatamente, pero la experiencia ha sido muy buena y no descartamos repetir si dentro de unos meses necesitamos a alguien más. Así también le ayudamos a formarse en esta profesión”.

Para Sidiki, contar con un contrato de trabajo sería una gran oportunidad. El 5 de febrero cumplirá 18 años, una edad que muchos menores inmigrantes temen. Es el momento en el que, por ley, deben abandonar los centros de acogida y cuando su proceso migratorio se ve más comprometido.