Próxima estación: Honduras

Dos huracanes han azotado con fuerza Centroamérica en menos de 20 días. La crisis sanitaria y la alta presión hospitalaria en Europa a causa del Covid-19 han eclipsado mediáticamente esta catástrofe natural que ha dejado millones de damnificados en Honduras, Nicaragua, Guatemala, El Salvador o Costa Rica, entre otros países. La situación es especialmente grave, sobre todo en Honduras, país al que viajará el 2 de diciembre un equipo formado por 14 personas de SAMU tras responder a la alerta lanzada por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

El huracán Eta arrasó Centroamérica los primeros días de noviembre. Los gobiernos de Honduras y Nicaragua emitieron alertas y advertencias de tormenta tropical y huracán durante todo el 1 de noviembre a medida que la tormenta se acercaba a la región. También se instalaron refugios en El Salvador y Costa Rica. Eta, huracán de categoría 4, alcanzó un máximo de 150 mph (240 km/h), convirtiéndose en el segundo más fuerte de la temporada de huracanes en el Atlántico de 2020, superado por el huracán Iota (categoría 5), que azotó esta
misma zona pocos días después.

Se estima que 2,5 millones de personas se han visto afectadas directamente por la tormenta Eta, entre ellos, 1,7 millones de hondureños.
Las autoridades han registrado, de momento, más de 140 muertos y 120 desaparecidos. A esto hay que sumar decenas de muertos (la mayoría de ellos en Nicaragua) tras el paso de Iota, que tocó tierra el 18 de noviembre, aunque se teme que el número final resulte mayor porque hay desaparecidos en numerosas zonas que han quedado aisladas. Miles de supervivientes claman ayuda urgente tras haberlo perdido todo.

SAMU ya está preparado y listo para viajar a la espera de que le den luz verde. Los huracanes han destruido carreteras y aeropuertos, y tampoco se puede acceder al país por mar.

“Están habilitando una pista de aterrizaje provisional en San Pedro Sur para poder acceder al país. En cuanto esté lista, viajaremos. Hay más equipos de emergencias internacionales en nuestra misma situación. De hecho, un equipo canadiense y otro colombiano están varados en Guatemala y El Salvador a la espera de poder llegar a Honduras, una de las zonas más afectadas por esta catástrofe natural junto a Nicaragua”, explica Andrés Rodríguez Holst, team manager de la misión SAMU Honduras 2020.

“Una vez en el país, realizaremos una atención primaria de urgencia. No sabemos que nos vamos a encontrar y debemos de ser autosuficientes, por lo que llevamos una potabilizadora de agua y todo lo necesario para montar un hospital de campaña”, explica el enfermero.

Tras varios días a la espera de autorización, el equipo de SAMU emprenderá este viaje el 2 de diciembre. Esta misión, cofinanciada por SAMU y la organización Proyecto Hope, tiene una duración de dos semanas y en ella participan 14 profesionales entre médicos, enfermeros y técnicos en emergencias sanitarias, algunos de los cuales estuvieron este verano en la misión de SAMU en El Salvador.

El equipo también cuenta con dos alumnos del Máster de Enfermería en Urgencias, Emergencias, Catástrofes y Acción Humanitaria (UECAH) 2020-2021 y otro estudiante de la promoción anterior de este mismo posgrado que acaba de terminar su formación.

A los efectos de los huracanes hay que sumarle un sistema sanitario mermado a causa de una pandemia mundial, la del coronavirus, complicando aún más la situación. El Gobierno de Honduras informó a mediados de noviembre de más de 100.500 casos confirmados de Covid-19 dentro de sus fronteras y unas 3.000 muertes relacionadas con el virus.

En el momento de la catástrofe natural, existía toque de queda en Honduras como medida para frenar los contagios, pero esta restricción ha
quedado suspendida temporalmente por el Gobierno nacional para facilitar los esfuerzos de respuesta a la depresión tropical Eta e Iota.