El año en el que hicimos cosas extraordinarias

Queridos compañeros:

Cuando suenan los últimos valses de 2020 todos tenemos la tentación de gritar: “¡Por favor, que acabe ya!”. Ha sido un año en el que hemos sufrido y llorado, quizá el peor en décadas. Hemos penado por los 55.000 compatriotas fallecidos sin despedida; hemos pasado miedo por tantos que han perdido su sustento; hemos rezado por todos los enfermos que hoy están con nosotros de milagro; hemos redescubierto la importancia de que nuestros familiares y allegados estuvieran sanos. Ha sido un año en el que nos ha tocado ser fuertes y resistir, haciendo de la necesidad, una virtud. Hemos tenido que trabajar en condiciones imposibles porque nuestro trabajo, además, es sanar y cuidar a los demás. Nadie ha entrado a mi despacho a quejarse, al contrario, la disposición ha sido óptima.

A pesar de las fatigas, también ha sido un año en el que nos hemos sorprendido a nosotros mismos “saliendo a la contra”. Con la sorpresa de la primera ola, nos llamaron para medicalizar hoteles y organizar albergues municipales de emergencia. Este verano un equipo de médicos, enfermeros y sanitarios de SAMU estuvo ayudando a la población de El Salvador. Hoy, mientras escribo estas líneas, nuestros compañeros están desplegados en la isla de Gran Canaria atendiendo la llegada de inmigrantes adultos y adolescentes, personas que han atravesado el mar en cayuco buscando una vida mejor. “Siempre a tu lado” es la frase que resume esta disponibilidad permanente de servicio a los
demás. Nuestro privilegio es que nuestro trabajo consista en ayudar a personas que necesitan sanar, mejorar su autonomía o emprender una vida mejor. Eso nos convierte en una gran fuerza del bien.

Para ninguno de nosotros ha sido fácil, pero a pesar del miedo nos hemos crecido y lo hemos dado todo por los demás. Hemos cuidado de nuestras familias y hemos cumplido con nuestras obligaciones de manera brillante. Cada uno de vosotros ha dado ejemplo de entereza y de entrega, sin mirar el reloj, sin preguntar “¿cuándo se termina esto?”. Hemos pasado malos tiempos, claro, pero también hemos descubierto la abnegación, la generosidad, la canción Resistiré, los balcones alegres y engalanados. Sobre todo, éste ha sido el año en el que se ha brillado como sociedad, el de las mil historias bonitas, el de dar sin esperar recibir. Sin la pandemia, 2020 quizá habría sido un año más (¿quién se acuerda de lo que hizo en 2015?). Sin embargo, a pesar de todo, 2020 ha sido el año en el que hicimos cosas extraordinarias, el año que no olvidaremos nunca.

¡Feliz Navidad y próspero año nuevo!

Carlos González de Escalada. Director general de SAMU