Hamza y la décima historia de emancipación en El Castillejo
Hamza es un chico responsable y trabajador nacido en la localidad de Daward Jadid, del reino de Marruecos. Desde muy joven tuvo que abandonar sus estudios primarios debido a la falta de recursos económicos. Estuvo un tiempo trabajando en el campo marroquí con un empleo precario y decidió dejar su tierra y su entorno familiar para buscar una vida mejor. Su familia le ayudó económicamente para realizar el viaje de Marruecos a España en patera. Cuenta que la experiencia fue muy traumática para él. No se le olvidará nunca la fuerza del mar al golpear la embarcación, lo que le causó una tremenda angustia y mucho miedo. Felizmente pudo llegar a nuestras costas y se sintió feliz porque había conseguido su primer gran objetivo: abandonar aquella vida llena de dureza y penurias.
Tras pasar como menor por el Recep de San Roque (donde estuvo dos días) y por el ISL de Arcos de la Frontera (donde residió durante diez meses), y habiendo cumplido la mayoría de edad, ingresó en el JEM El Castillejo, en El Bosque (Cádiz). Sin referencias de la localidad de El Bosque y viniendo de Arcos de la Frontera, población en desmesura mayor, se sintió un poco desorientado y emocionalmente decaído.
Según comenta Hamza, con el paso de los días en nuestro centro fue descubriendo el compañerismo que había entre los residentes, y su adaptación fue rápida. “Comprendí que trabajar en equipo y adquirir una formación era el camino para seguir cumpliendo mis objetivos”. Ya solo era cuestión de esperar una buena oportunidad. Tras un breve tiempo de espera, en septiembre de 2020 comenzó un periodo de prácticas en el Horno Artesa de Arcos, donde se desplazaba desde la localidad de El Bosque a diario.
Le costó adaptarse al ritmo de horarios y de trabajo. No fue tarea fácil afrontar un trabajo del que no tenía conocimientos previos. Según relata, los primeros días de trabajo estaba un poco desconcertado, pues no tenía mucha idea de las labores a realizar. Ahora dibuja su situación laboral expresando que desde su incorporación todo ha sido un aprendizaje continuo y agradece a la empresa las buenas enseñanzas que le han aportado. Como él bien define: “¡una experiencia única y difícil de olvidar!”. Finalizado dicho periodo de prácticas consiguió un contrato, después de las gestiones realizadas desde este JEM y por nuestra trabajadora social, Estefanía, la cual realiza una labor encomiable a diario, como la tramitación del alquiler de la vivienda de Hamza.
Desde que El Castillejo comenzó su andadura ya hay diez chicos que han logrado su emancipación. Hamza se marcha para vivir su propia vida independiente en Arcos, lo que supondrá un nuevo reto para él. Para Fundación SAMU, su éxito es también el de todo el equipo.
Autor: ISL El Castillejo