Horizonte Sevilla: la riqueza de la diversidad

Uno de los objetivos principales que Fundación SAMU persigue tanto con menores tutelados como con mayores extutelados es su inclusión total en la sociedad, tanto en el ámbito social como el laboral. En su mayoría, los menores y jóvenes atendidos por SAMU son migrantes. Sin embargo, la atención que ofrece actualmente el Programa de Autonomía Horizonte Sevilla, dirigido exclusivamente a chicas mayores de edad que provienen de centros de menores, se basa en la diversidad, ya que de este recurso se benefician tanto mujeres nacionales como extranjeras.

Normalmente, los jóvenes deben aprender a relacionarse con el entorno para conseguir su inclusión social. En el caso del Programa de Autonomía Horizonte Sevilla esta inclusión se trabaja día a día desde el propio recurso, para que, posteriormente, puedan llevarlo a cabo en la sociedad.

Aunque el choque cultural puede parecer, en un comienzo, un hándicap para la convivencia, poco a poco se le ha ido dando un enfoque positivo a este factor, que hace posible un feedback de valores y una retroalimentación entre las culturas que conviven en el centro. Un ejemplo de ello ha sido en la época de Ramadán, cuando se han producido variaciones de horarios respecto a las comidas y el sueño. En todo este tránsito las jóvenes han sabido adaptarse perfectamente a las circunstancias.

Según la Unesco, la inclusión es un enfoque que responde a la diversidad de las personas y a las diferencias individuales, entendiendo que la diversidad no es un problema, sino una oportunidad para el enriquecimiento de la sociedad a través de la activa participación en la vida familiar, en la educación, en el trabajo y, en general, en todos los procesos sociales, culturales y en las comunidades.

Este programa constituye el último paso antes de la emancipación. Por ello es tan importante que las jóvenes se nutran de buenos valores que pondrán reflejar en el futuro en su entorno. Desde el Programa de Autonomía Horizontes se trabaja con las jóvenes de manera transversal el respeto mutuo y la empatía, haciéndolas sentir como un equipo, cada una con sus virtudes y sus defectos; formando un grupo diverso pero unido; haciendo partícipes a todas de los logros de cada una de ellas para sentirse fortalecidas y apoyadas por cada una de sus compañeras; y atendiendo y reconociendo cada una de las adversidades que pueda tener cada joven para aprender a hacerles frente.