Francisco Bonilla (EPES-061): “Debemos estar orgullosos de lo bien que trabajamos juntos”

Durante 17 años, el médico Francisco Bonilla (Sevilla, 1957) ha sido director provincial del 061 en Sevilla, empresa de emergencias pública andaluza que echó a andar oficialmente el 15 de abril de 1992, cinco días antes de la inauguración de la Expo Universal del 92. Hasta entonces, SAMU, de índole privado, era la única empresa de emergencias en Sevilla y ambas entidades tuvieron que aprender a caminar juntas. Las dos organizaciones han compartido experiencia y formación. De hecho, tal como reconoce el propio Bonilla, más del 80% de la plantilla del 061 en Sevilla se ha formado en SAMU. Francisco Bonilla, a sus 63 años, comenzaba a principios de 2021 una nueva etapa en EPES-061 como responsable de las emergencias colectivas y catástrofes a nivel regional.

—Durante 17 años ha sido director provincial del 061 en Sevilla, y, anteriormente, estuvo casi cinco en Huelva ocupando el mismo cargo. Ahora, da un paso atrás y se aleja de la primera línea. ¿A qué se debe este cambio?
—Ya me queda poco para jubilarme y me ofrecieron, dada mi experiencia, terminar mi carrera profesional en el 061 al frente de los dispositivos de riesgos previsibles, encargándome también de la planificación y organización de grandes dispositivos de emergencias como el Plan Romero (El Rocío); el Plan del Cerro (Romería de la Virgen de la Cabeza) o el dispositivo del Campeonato de Motos de Jerez, entre otros dispositivos de riesgo previsibles. Es un cargo más tranquilo. Ya no llevo la gestión del personal en el día a día. Es un trabajo más centrado en la planificación y formación.

—Vayamos a los orígenes. ¿Cómo surge su relación con las emergencias?
—Yo estudié Medicina y el primer trabajo que tuve fue una sustitución en un servicio normal de urgencias, como se llamaba entonces, en Dos Hermanas a principios de los 80. Me gustó y surgió la posibilidad de entrar en el servicio especial de urgencias de Sevilla. Me gustó tanto que en todos estos años no he salido de esta rama. Fui encadenando sustituciones e interinidades una detrás de otra hasta que se creó en 1991 el 061. Opté por una plaza, la saqué y hasta hoy.

—¿Cuándo conoció a SAMU y al doctor Carlos Álvarez Leiva?
—Al doctor Álvarez Leiva lo conocí en el servicio militar. Yo era cabo primero de sanidad militar y él, capitán jefe de la UCI del Hospital Militar de Sevilla. Después, cuando terminé la carrera y empecé a trabajar en el servicio de urgencias, me matriculé en varios cursos de emergencias y urgencias y, casualmente, él era el docente. En el máster que hice de urgencias y emergencias de la Universidad de Sevilla, él impartía el módulo de emergencias colectivas y catástrofes. Para entonces, ya nos conocíamos más y, poco a poco, la relación fue estrechándose.

—¿Cómo era el doctor Álvarez Leiva como profesor en aquellos años?
—Aquí ya hablas con parte interesada. Yo no soy aséptico, lo digo siempre. Con Carlos Álvarez Leiva pierdo los papeles. Es un magnífico profesional. Yo lo tengo como un maestro, con la acepción grande que es ser un maestro, no profesor. Es un hombre que sabe mucho y que sabe transmitir muy bien lo que sabe. He aprendido mucho de él, y sigo aprendiendo.

—¿Cuándo nació el 061?
—Oficialmente, el 061 se creó el 15 de abril de 1992, cinco días antes de la inauguración de la Expo’92, pero nosotros ya estábamos trabajando desde febrero del 91 en silencio desde el Centro Coordinador de Urgencias, que antes se llamaba Centro Provincial de Comunicaciones Sanitarias. No teníamos UVI-móviles propias, sino que coordinábamos las ambulancias y los médicos del servicio de Urgencias del SAS. No se le dio publicidad. De hecho, en aquellos meses previos, hubo un desprendimiento en el Puente de Hierro, y quien atendió a los heridos fue SAMU porque el 061 aún no funcionaba oficialmente.

—¿Cómo fue la relación entre ambas entidades, una pública y otra privada, en aquellos primeros años?
—La relación entre el 061 y SAMU, al menos en Sevilla, siempre ha sido excelente, siempre. Y lo digo a boca llena.

—¿Son compatibles en Andalucía dos servicios de emergencias?
—Bajo mi punto de vista, sí, totalmente. Se complementan.

—¿Fue en la Expo’92 la primera vez que coincidieron ambos servicios de emergencias?
—Efectivamente. Durante la Expo´92, SAMU se encargó de la asistencia sanitaria dentro del recinto de la Cartuja desde la colocación de la primera piedra, mientras que el 061 se encargó del dispositivo sanitario de los eventos y actividades vinculados a la Expo fuera del recinto, además de la cobertura sanitaria de los mandatarios que visitaban la Exposición Universal.

—¿Es cierto que siguieron a Mijail Gorbachov por el sevillano barrio de Santa Cruz?
—En la Expo, cada día se dedicaba a una nación distinta. El día de Rusia, Mijail Gorvachov viajó hasta Sevilla. Como le he comentado, el 061 se encargaba de la cobertura sanitaria de los mandatarios. Durante el día, una UVI Móvil sin identificar ni rotular acompañaba a la comitiva. Incluso el personal sanitario que iba dentro de la ambulancia iba vestido de paisano. Pero por la tarde noche, esa ambulancia terminaba su turno y entraba una unidad del 061, todos con sus uniformes naranjas. Aquel día, Gorvachov paseaba por el barrio de Santa Cruz y la unidad del 061 iba detrás de la comitiva. En un momento dado, Gorvachov preguntó quiénes eran esos hombres vestidos de naranja que tanto le inquietaban. No es que se asustara, pero sí le llamó la atención.

—¿En qué otras ocasiones han colaborado SAMU y 061?
—Hemos trabajado en numerosos simulacros y ejercicios prácticos de diferente índole y escenarios, como los realizados en el aeropuerto San Pablo o en infraestructuras ferroviarias. También hemos participado en varias ediciones del Crisis Task Force, ejercicio que organiza anualmente SAMU, además de en hechos reales. Por ejemplo, la noche del 5 de enero de 2021 hubo un incendio en una residencia de mayores de Sevilla y SAMU y el 061 trabajaron codo con codo. SAMU está contratada en Sevilla para el traslado de pacientes críticos, y en un momento de desbordamiento o necesidad, los llamamos y ellos acuden y a la perfección.

—¿Cómo cree que beneficia este tipo de simulacros conjuntos a trabajadores y alumnos de ambas entidades?
—El beneficio es total porque pones toda la teoría en práctica y aprendes a atender a varios pacientes a la vez, no de uno en uno. En el incendio de la noche de Reyes se asistió a 92 personas. Esto no es fácil. Hay que hacerlo con una metodología específica, y eso tienes que ejercitarlo. Puedes tener la teoría muy trillada, pero cuando te enfrentas a una situación así, te puedes bloquear y te come el lobo. Los simulacros son para evitar exactamente eso.

—En el caso del incendio del pasado día de Reyes en Sevilla, los medios aplaudieron la rápida y eficaz actuación de los servicios de emergencias.
—Eso es gracias a los numerosos ejercicios y simulacros conjuntos que hacemos. Y uno de los pioneros en poner este tipo de actividad en práctica fue el doctor Carlos Álvarez Leiva. En Sevilla, los servicios de emergencias trabajan muy muy bien. Todos, no solo los sanitarios. Bomberos, Policía Nacional, Policía Local, la Guardia Civil, el DCU. ¿Pero sabe usted por qué? Porque llevamos muchos años trabajando conjuntamente. Debemos estar orgullosos de lo bien que funcionamos juntos.

—Algunos trabajadores del 061 se han formado en la Escuela SAMU.
—Algunos no, muchos. Entre el 80% y el 85% de la plantilla del 061 de Sevilla proviene de SAMU. Son exalumnos de SAMU. En el resto de provincias andaluzas, el porcentaje también es bastante alto. Te hablo de Sevilla porque es el servicio que conozco perfectamente. Además, los médicos residentes de familia que se incorporan al 061 reciben un curso específico de emergencias que se imparte en SAMU, es decir, vienen al 061 con la doctrina de SAMU. Yo mismo vengo de una escuela de SAMU.

—¿Qué destacaría de la formación que se imparte en SAMU?
—La disciplina y el hecho de priorizar la práctica a la teoría. El doctor Carlos Álvarez Leiva es uno de los pocos profesionales especializados en la formación sobre el puesto de mando y el mando. Hay muy pocos textos escritos sobre este campo. SAMU lo tiene a él y sabe impartir estos conocimientos muy bien.

—¿Tiene el 061 una línea de formación en emergencias?
—Luis Olavarría Govantes, antiguo gerente de EPES-061, es el encargado ahora del área de formación. Yo nunca he sido trabajador de SAMU pero Olavarría sí. El 16 de julio de 1992, durante el ensayo de la ópera Otello en el Teatro de la Maestranza, el decorado se desplomó. En el accidente murió una persona y 36 resultaron heridas, cuatro de ellas de gravedad. La primera unidad móvil que llegó al lugar fue de SAMU y Olavarría iba dentro como médico.

—No puedo terminar esta entrevista sin preguntarle sobre el Covid-19. ¿Cómo están viviendo esta crisis?
—En la primera ola, el servicio del 061 de Sevilla fue el más afectado. Yo mismo me contagié diez días después de la declaración del estado de alarma. Caímos unos 18 médicos, 20 teleoperadores, tres o cuatro enfermeros y un técnico. Le hablo de memoria. La primera ola nos cogió a todos con la guardia baja y no contábamos con el material que deberíamos haber tenido. La segunda ola fue diferente. Teníamos una experiencia y contábamos con material. En aquel momento solo cayeron enfermos tres enfermeros y uno o dos técnicos. Ningún teleoperador. Llevamos más de un año trabajando sobrecargados, sobre todo en la sala de coordinación. Sin embargo, la asistencia en la calle y a domicilio ha disminuido.

—¿Y el ánimo de los trabajadores?
—El nivel de espíritu de trabajo no ha disminuido, al revés. La gente sigue con un ánimo y un espíritu de trabajo encomiable, pero claro, somos humanos, de carne y hueso, y todos tenemos miedo, no tanto por uno mismo, sino por nuestros familiares. Lo que más temes es coger el virus y que puedas contagiárselo a tus seres queridos.

—¿Es ésta la peor crisis sanitaria que usted ha vivido?
—Prolongada en el tiempo, sí. Puede que haya vivido situaciones más críticas pero durante unas dos o tres horas. De forma prolongada, nunca antes había vivido algo así. Esto no se lo esperaba nadie. Quizás, cuando la crisis del ébola, algunos vislumbrábamos que algo así podía ocurrir. Recuerdo que yo decía, ‘como el ébola entre en España o en Europa nos vamos a reír’, sin pensar que otro bichito hasta entonces desconocido iba a llegar. Posiblemente el ébola hubiera sido mucho peor que el Covid: es más mortal.