ISL Valencina: la figura de la menor migrante

Desde Sevilla, nos llena de satisfacción ver cómo la familia SAMU sigue creciendo. En esta ocasión, se comienza el año con la apertura de un nuevo ISL (Centro de Inserción Sociolaboral) en la ciudad. Los centros de ISL, como su nombre indica, tienen como objetivo principal la integración social y laboral de un colectivo vulnerable y en riesgo de exclusión social en la etapa de la adolescencia. El ISL Valencina se caracteriza además por atender a menores de género femenino, un fenómeno menos usual por la escasez de demanda, ya que generalmente el proyecto migratorio suele estar protagonizado por la figura masculina.

Somos conscientes de que es un reto importante que asumir, pero estamos llenos de ilusiones y de ganas de progresar para conseguir los objetivos marcados. Para ello, el centro cuenta con diferentes expertos en distintos sectores para ofrecer a las menores una diversidad de oportunidades y experiencias que las nutrirá favorablemente en su acompañamiento hasta la mayoría de edad.

Desde el 27 de diciembre, se atiende a la primera beneficiaria de este recurso. Con 16 años, de origen marroquí y residente en España desde hace ya tres años, esta menor ha hecho un recorrido por diferentes centros. Ahora, desde Fundación SAMU tenemos la prioridad de potenciar su autonomía con el objeto de prepararla para su emancipación. Con ansias esperamos la llegada de nuevas chicas para seguir dando forma a este proyecto.

La migración de estas chicas supone una profunda alteración emocional y personal. Esta situación debe ir acompañada de un equipo de profesionales que muestren su apoyo y sean referencia para las menores. Por ello, es importante abordar con ellas esta transición a la vida adulta poniendo el punto de mira en diferentes enfoques, ya sean de ámbito educativo, social, psicológico, laboral, etc, según las necesidades que se detecten.

Es imprescindible que las jóvenes aprendan a relacionarse con iguales y con figuras adultas, y que lo hagan de manera respetuosa. Que sepan detectar las relaciones tóxicas, ya sean personales o de amistad, haciéndoles entender su capacidad de elección y el valor de su autonomía.

Desde su ingreso en el recurso, las jóvenes marcan unos objetivos a corto y largo plazo. Así, creamos un plan personalizado que el equipo educativo y técnico revisa y va amoldando a las particularidades de cada menor. La joven es capaz de reconocer los logros y habilidades que va adquiriendo, y puede hacerse cargo de sus responsabilidades. El objetivo es que las jóvenes se sientan partícipes y con la fuerza de poder elegir su futuro, de saber cuáles son sus metas y cómo alcanzarlas.

Desde Fundación SAMU, trabajamos para que estas jóvenes sean conscientes de su realidad y para proporcionarles ese apoyo que les permitirán superar sus limitaciones y dificultades, convirtiéndolas en mujeres con poder, capaces y libres.

CELIA LÓPEZ GONZÁLEZ.
Directora del ISL Valencina