“Yo sé quién soy: Barakissa”
Barakissa Doumbia, natural de Costa de Marfil, ingresó en septiembre en el programa de autonomía Horizontes Sevilla de Fundación SAMU. Es una chica que, a pesar de estar llena de miedos e incertidumbres, poco a poco se abre camino en la sociedad, demostrando que sus ganas de aprender y superarse así misma pueden más que cualquier barrera que se le pueda presentar.
—¿Cuánto tiempo lleva en España? ¿Qué ha aprendido en todo este tiempo?
—Llevo ya casi tres años en España. Cuando llegué, no sabía nada de español y los policías que me interceptaron me daban mucho miedo. Después, entré en un centro de menores y ya estuve más tranquila. En este centro de menores aprendí a hablar español e hice un curso para trabajar de camarera. Ahora que ya soy mayor de edad, estoy recibiendo clases de español para aprender más el idioma, ya que quiero sacarme el título de ESA (Educación Secundaria para Adultos) y quiero trabajar como mis compañeras. Además, estoy aprendiendo cosas de la casa y soy voluntaria en Cruz Roja, donde trabajo con niños.
—¿Qué expectativas tiene ahora que ha cumplido la mayoría de edad?
—Quiero arreglar mis papeles y trabajar para poder irme a Francia con mi hermana menor, pero, hasta que no tenga los papeles en regla, sé que no puedo trabajar y eso me pone triste.
—¿Por qué aún no ha podido arreglar su situación documental?
—En el centro de menores en el que estuve, la educadora habló con mi madre porque necesitaba un papel para saber que soy Barakissa. Yo sé quién soy, Barakissa Doumbia, pero la policía necesita un papel para identificarme. Mi educadora se lo pidió muchas veces, pero mi madre dice que no tiene ningún papel en mi país. Ahora que soy mayor de edad, mi nueva educadora ha hablado de nuevo con mi madre, y sigue diciendo que no tiene ningún documento oficial. Yo no sé si nací en un hospital o en mi casa, pero sí recuerdo haber ido a la escuela. La educadora me ha pedido que le diga a alguien que pregunte en mi país sobre estos papeles, pero yo no confío en nadie.
—¿Cómo le afecta esta situación?
—Me pone muy triste. Yo quiero llevar una vida normal como mis compañeras, pero no sé cómo hacerlo. Sé que me están ayudando para poder arreglar mis papeles de otra manera, pero el no saber qué va a pasar conmigo me pone muy nerviosa. Yo sé que mi madre quiere lo mejor para mí, por eso tengo que obedecerla e irme a Francia, pero sé que sin papeles no puedo. Tampoco entiendo por qué no quiere mandar mis papeles. Se lo he pedido muchas veces y no quiere. Confío en que mi educadora pueda ayudarme.
Conclusión del autor
Como se puede observar, Barakissa Doumbia padece desde su llegada a España una situación de frustración constante. El hecho de embarcarse en un viaje, el temor del mismo, el no saber a dónde va ni qué se va a encontrar cuando llegue, el adaptarse a una nueva vida compartida en un centro de menores, los cambios al haber cumplido su mayoría de edad… Todo esto requiere un procedimiento que los jóvenes llevan a cabo con la ayuda de los profesionales que conformamos esta gran familia que es SAMU para que estos chicos sientan que su esfuerzo ha merecido la pena. El objetivo principal de los recursos de mayoría de edad es que estos jóvenes alcancen la autonomía plena, abandonen este recurso y otros similares dedicados a jóvenes extutelados con un puesto de trabajo, con la documentación en regla, con habilidades adquiridas y con la capacidad de emanciparse.
El caso de Barakissa Doumbia se está alargando en el tiempo debido a los continuos baches encontrados en el camino y que arrastra desde que era menor de edad. A pesar de las dificultades y controversias, la joven no pierde la esperanza de que su situación irregular pueda cambiar. Barakissa se involucra con el equipo ante las alternativas que se le plantean para conseguir la documentación necesaria y estamos seguros de que, con su entrega y ganas de progresar, conseguirá superar todos estos obstáculos.
CELIA LÓPEZ GONZÁLEZ. Técnico responsable del programa Horizontes Sevilla