Transformación digital: el mayor reto de la historia reciente de SAMU

La evolución constante del entorno tecnológico y las expectativas cambiantes de los beneficiarios y colaboradores presentan desafíos y oportunidades. La innovación emerge como un principio cardinal en la visión estratégica de SAMU, que se plantea, tal y como recoge el Plan 2030 de la organización, un horizonte digital integral.

En este contexto es ineludible un programa de iniciativas de digitalización que no solo reconozca la importancia de la tecnología, sino que también comprenda su potencial para transformar la manera en la que SAMU opera en todos los ámbitos internos y externos.

El plan de transformación y digitalización de SAMU se sitúa en el epicentro de la transformación corporativa de la empresa, tal como explica José Antonio Trujillo, director general adjunto de SAMU e impulsor de todo este proceso de transformación de la organización.

El principal objetivo de este plan es superar las limitaciones del paradigma de gestión tradicional y abrazar un futuro digitalmente habilitado tanto en desarrollos como en procesos.

Ha sido en 2023 y gracias a la subvención concedida desde el Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030 para el apoyo a la modernización de las entidades del tercer sector, financiada a cargo del Fondo Europeo de Recuperación, Transformación y Resiliencia, cuando SAMU ha podido dar un paso de gigante, complementando sus fondos propios e impulsando su plan de transformación digital.

En este periodo, SAMU ha realizado un enorme esfuerzo y, gracias a la colaboración de la empresa tecnológica Inside Business Advisor, ha desarrollado importantes herramientas que han permitido grandes avances en la gestión de departamentos claves como el de administración y finanzas y laboral.

“En primer lugar, se trazaron elementos esenciales desde el punto de vista de la tecnología doméstica. Así, nos dotamos de herramientas de gestión, no pensando en 2023, sino mirando a 2030, porque esto avanza de una forma muy rápida. Por ejemplo, cuando nosotros empezamos con esto no se sabía nada de la Inteligencia Artificial y ahora no se habla de otra cosa”, explica José Antonio Trujillo, que tomó la decisión de externalizar este trabajo con empresas de tecnología en lugar de crear un nuevo departamento interno en esta primera fase del proyecto.

El primer hito de SAMU fue tener un sistema central a nivel administrativo y financiero actual. Se realizó un importante trabajo de programación y de actualización de todo el sistema. “El primer hito fue conseguir tener una cuenta de resultados centro a centro de toda la organización. Podemos saber a tiempo real cuáles son los números de todos los centros (beneficios, gastos, deudas y todo un complejo cuadro de mandos con las principales magnitudes de gestión de toda la organización). Esto nos permite tomar decisiones de manera empírica y no por intuición”, aclara Trujillo. “Esto ha provocado un nuevo enfoque y un cambio en el modelo de trabajo en los distintos niveles de los servicios que presta SAMU en todas sus áreas y departamentos, en España y fuera de España”.

A partir de ahí, SAMU empezó a elaborar indicadores básicos de gestión (KPI’S) y unas métricas cuantitativas que muestran cómo una empresa progresa hacia sus objetivos empresariales más importantes.

“Las cuentas de resultados, la posición de cada uno de los centros y áreas y sus resultados y sus ranking y la gestión de las deudas en clientes y proveedores representan algunos ejemplos de este cambio y del proceso de transformación que de forma imparable llevamos a cabo. Ha costado mucho ponerlo en marcha, pero ahora tenemos un sistema que nos dice a tiempo real cuál es la situación de cada centro a un nivel de detalle extraordinario”, continúa José Antonio Trujillo. “Esto no es el futuro. Es algo esencial de lo que SAMU carecía”.

A raíz de este nuevo sistema general de gestión, que está en continua actualización, se han ido desarrollando otros sistemas según las necesidades de cada centro o departamento y la información que estos necesitaban saber de su actividad. “Ahora, por ejemplo, estamos desarrollando uno para datos laborales, datos de absentismo, datos para costes de personal versus ingresos…”, destaca el director general adjunto.

Lo que se pretende es que toda la transformación digital de SAMU sea circular, es decir, que todos los sistemas estén vinculados con todos y haya cruce de datos.

“Esta ha sido la primera fase del plan de digitalización de SAMU y el esfuerzo más grande que hemos hecho en 2023”, comenta Trujillo.

También se han desarrollado otras herramientas, como un sistema de ticketing o de seguimiento de incidencias que relaciona usuarios con departamentos. De este modo, ya no se atienden llamadas para resolución de incidencias.

Reedición de SAMS

Por otro lado, se ha seguido trabajando en SAMS (SAMU Advanced Management System), un sistema de gestión integral desarrollado por la propia entidad en 2018 con el principal objeto de permitir un registro sistematizado y exhaustivo de todas las intervenciones en los servicios en el complejo universo de actividades de SAMU.

Este sistema se creó pensando exclusivamente en el área de Dependencia e Inclusión Social, pero pronto se unieron otras áreas como Infancia y Familia, Emergencias o Salud lo que generó problemas de concepción y de nomenclaturas. El sistema requería evolucionar al mismo ritmo que lo hacía la propia organización, que no ha parado de crecer en los últimos años.

Así, en julio de 2023, se inició el proyecto SAMS 5.0, una reedición de este sistema que cuenta, a su vez, con sistemas diferentes según las áreas operativas y sus necesidades. “Hemos cambiado el modelo de trabajo. Ahora es el usuario el que indica lo que necesita para su gestión diaria y el programador adapta al sistema la implementación requerida”, cuenta Trujillo.

“SAMS es una base de datos central única. Es el sistema de gestión del servicio de SAMU. Aquí están las fichas de los usuarios con sus diarios de actividades e historiales, la historia social de los menores con sus evoluciones o de los pacientes de las residencias de personas dependientes”, explica el director general adjunto. “De SAMS se están sacando utilidades que no están relacionadas con la gestión de personal y se está llevando a nuestra nueva Intranet”.

SAMU entiende su Intranet, otro de los proyectos desarrollados en 2023, como un lugar de obligado uso y paso para toda la organización para trabajar. Aquí están todas las áreas representadas, el directorio de centros, el sistema de facturación, comunicación, calendario laboral. “Lo que hace la Intranet es vincular por detrás numerosas aplicaciones y herramientas y servir de nodo entre diferentes sistemas”, comenta Trujillo.

“Ahora, nuestro mayor reto es conseguir que SAMS camine hacia la plena integración de todos los sistemas propios y su interoperatividad con los sistemas de las Administraciones Públicas, lo que supondrá una simplicidad enorme a la hora de reportar datos en ámbitos tan sensibles como la atención a la discapacidad o la protección de menores. Este proceso debe estar concluido a finales de 2024”, continúa el director general adjunto. “El año 2023 ha sido muy productivo”.

Proyecto SAMU ORIÓN

En las últimas semanas se han producido importantes cambios en la dirección de SAMU, entre los cuales se encuentra la creación de la dirección de Innovación e Implantación Digital, que ha sido asumida por Almudena Chávez. “El cometido principal de esta nueva dirección es la implantación total y obligatoria de SAMS y del resto de herramientas, así como la coordinación de las necesidades de las áreas con nuestros proveedores tecnológicos. Esto va a culminar en la creación de un departamento TIC propio en 2025, cuando ya esté todo rodado”, confirma Trujillo.

De esta nueva dirección nace la Comisión de Transformación, órgano en el que están representadas todas las áreas de SAMU y los proveedores (OGA e Inside Business Advisor) y que trabajará en la estrategia de generar procesos y en el impulso hacia el uso de las herramientas digitales y los desarrollos que SAMU va adquiriendo, todo ello en un contexto de integración circular entre todos los sistemas existente y los desarrollos que están por venir.

Todo este proceso de transformación digital y los numerosos cambios realizados y herramientas y aplicaciones desarrolladas evolucionan hacia la segunda fase de todo este plan que ha sido bautizado con el nombre de SAMU ORIÓN.

“SAMU ORIÓN es el proyecto global de digitalización de SAMU y aquí es donde vamos a pasar a la tecnificación y digitalización de los servicios de SAMU. ¿Y esto en qué se traduce? Pues en generar un sistema de identificación biométrica en los centros para la identificación de los menores, por ejemplo, o, a través de la Inteligencia Artificial poder identificar su edad; se traduce en la domótica en los centros de dependencia aplicada a los cuidados y a los modelos predictivos, o en la generación de un Data-Lake operativo y transversal, entre otros proyectos”, explica Trujillo.

Los objetivos de SAMU ORIÓN se dividen en dos grandes bloques: por un lado, principales necesidades en la transformación digital de SAMU en cuanto a herramientas y funcionalidades internas; y, por otro lado, tecnología aplicada a los servicios y diseño de nuevos productos en salud y servicios sociales y la constante evolución de SAMS.

Otros objetivos comunes son la digitalización aplicada a la mejora e innovación de los servicios que ya presta Fundación SAMU desde la automatización y optimización de los mismos aplicando el estado del arte de las tecnologías actualmente disponibles; y la conceptualización y desarrollo de nuevas soluciones y servicios digitales disruptivos y de alto impacto y valor para los usuarios finales y las Administraciones Públicas entendidas como target de SAMU y siempre bajo el paradigma del recorrido del data-driven.
En este sentido se han diseñado hasta 30 oportunidades de desarrollo, de los cuales 10 de ellos pretenden ser abordados en 2024.

Una de estas oportunidades de desarrollo mencionada y que adquiere una gran relevancia es el Data-Lake. “A la Administración Pública le interesa mucho la gestión de nuestros datos. Le podemos dar información sobre cómo va a evolucionar el flujo migratorio en Canarias, por ejemplo. Lo que vamos a hacer es ordenar todos los datos que tenemos y sistematizarlos, generando así sistemas que nos ofrezcan consultas de datos y modelos predictivos como un valor añadido y diferencial”, explica José Antonio Trujillo.

Otras oportunidades de desarrollo son el reconocimiento de usuarios menores mediante datos biométricos por visión artificial, predicción del absentismo escolar, digitalización de la predicción de reingreso a centros, la optimización del servicio de transportes de usuarios, predicción de consumos, optimización de rutas para cuerpos de seguridad con restricciones específicas, la optimización del calendario laboral de los diferentes centros de SAMU para asignación de turnos y la traducción de lenguaje de signos mediante una aplicación móvil con avatares de inteligencia artificial.

La gran mayoría de estos proyectos están pensados para favorecer y mejorar el desarrollo de SAMU, pero, por otro lado, son desarrollos exportables a disposición de otras organizaciones y de los clientes de SAMU.

Triaje rápido y coordinación eficaz en las jornadas IMV de Escuela SAMU

Escuela SAMU ha organizado en sus instalaciones del Gelves (Sevilla) las II Jornadas IMV (Incidente con Múltiples Víctimas) para médicos de Atención Primaria, en las que participaron los alumnos del IX Máster en Emergencias Médicas. En un primer momento, estas jornadas estaban programadas dentro del Crisis Task Force de este año, que iba a celebrarse a principios de abril, pero las intensas lluvias caídas durante la Semana Santa obligaron a su aplazamiento al inundarse el terreno en el que se iba a realizar este macroejercicio integral, una de las señas de identidad de la escuela.

Desde Escuela SAMU explicaron que “estas jornadas son cruciales para fortalecer la preparación de los sanitarios ante situaciones de emergencia”. “Este tipo de eventos proporciona oportunidades de capacitación en protocolos específicos, coordinación efectiva y toma de decisiones bajo presión, mejorando así la respuesta y atención inmediata ante eventos catastróficos”, señalaron.

“Si revisamos eventos y antecedentes históricos desarrollados en los últimos 20 años en nuestro país, podemos destacar el atentado del 11 de marzo de 2004 en Madrid, cuando una serie de explosiones en trenes de Cercanías causaron la muerte de 191 personas y dejaron más de 2.000 heridos. Este evento fue uno de los mayores ataques terroristas en Europa y generó una respuesta inmediata por parte de los servicios de emergencias y los profesionales de la salud para atender a las víctimas. También podemos destacar el accidente de tren en Santiago de Compostela ocurrido el 24 de julio de 2013, cuando un tren de pasajeros descarriló en una curva. El accidente causó la muerte de 79 personas y dejó a más de 140 heridos. Estos desastres destacan la importancia de la preparación y capacitación del personal médico para responder eficazmente ante situaciones de emergencia ofreciendo atención médica de calidad y coordinando esfuerzos con otros profesionales de la salud y servicios de emergencia para salvar vidas”, apunta Escuela SAMU en la operativa de este ejercicio.

Al dotar a los médicos de las habilidades y conocimientos necesarios con actividades de IMV como la celebrada este mes, se maximiza la capacidad de la atención primaria para gestionar eficazmente situaciones críticas, se minimiza el impacto en la salud pública y se optimizan los recursos disponibles.
La capacitación en escenarios de desastres permite a los médicos adquirir habilidades específicas como triaje rápido, manejo de traumatismos masivos y coordinación con otros servicios de emergencia.

Además, estas jornadas fomentan la colaboración interdisciplinaria mejorando la comunicación y la coordinación entre profesionales de la salud, lo que resulta esencial en situaciones caóticas. La toma de decisiones rápida y eficaz se convierte en un componente crucial, y la práctica de escenarios realistas durante las jornadas prepara a los médicos para abordar dilemas éticos y logísticos.

“Al apostar por la formación de médicos de atención primaria en el manejo de IMV, se fortalece la capacidad del sistema de salud para responder de manera efectiva las emergencias, minimizando la morbilidad y mortalidad en la población. Esta preparación contribuye a la resiliencia del sistema de salud en su conjunto, asegurando una respuesta integral y coordinada ante eventos críticos”, apuntan desde Escuela SAMU.

Estos eventos de capacitación ofrecen también la oportunidad de evaluar y mejorar los protocolos existentes, identificando posibles brechas y áreas de mejora en la gestión de recursos, comunicación y logística durante situaciones de crisis.

El programa de estas jornadas, celebradas el 11 de abril, incluía una serie de ponencias en las que se abordaron ejemplos de situaciones que pueden desencadenar un IMV (desastres naturales, accidentes de tráfico o incidentes terroristas), los principios básicos de la atención en un IMV (triaje, estabilización y transporte), la organización de recursos o la importancia de una comunicación y coordinación efectivas, entre otros temas.

También se desarrollaron talleres simultáneos y rotativos y un ejercicio integral en el que los alumnos debían aplicar y poner en práctica todos los principios y procedimientos aprendidos.

La jornada logró proporcionar a sus participantes una visión general de los aspectos teóricos y prácticos de la atención a incidentes de múltiples víctimas, con un enfoque en la comprensión de los principios fundamentales y su aplicación en situaciones reales.

José Luis de Augusto, presidente del Real Aeroclub de Sevilla: «Queremos normalizar la imagen de un piloto en silla»

José Luis de Augusto Gil (Sevilla, 1983) es piloto y un brillante ingeniero aeronáutico. Era uno de los especialistas de ensayos en vuelo del A400M que se estrelló en Sevilla el 9 de mayo de 2015. Sobrevivió al desastre y su vida cambió. Ahora trabaja por la inclusión de personas con discapacidad a través de la aviación adaptada. Además, preside el Aeroclub de Sevilla, que inicia colaboración con SAMU.

 

—Su vocación aérea, el sueño de volar, ¿dónde se sitúa? ¿Dónde está el origen?
—Desde siempre. No recuerdo un momento de mi vida en el que no quisiera ser piloto. Hasta los 16 años viví muy cerca del aeropuerto, igual eso me inspiró. Después va madurando la idea, a lo largo de la adolescencia, y uno va analizando cómo llegar hasta esa meta. Siempre tuve clara mi vocación por la aeronáutica y por ser piloto, aunque en mi familia no había tradición. Primero me preparé para ser piloto y después me planteé estudiar Ingeniería Aeronáutica.

—Pero empezó a volar joven. ¿Recuerda la primera vez?
—Exactamente la primera vez, no. Empecé a estudiar con 18 años. Cuando terminé el instituto entré en el Curso Integrado de Transporte de Líneas Aéreas, que eran tres años. Era una fase formativa que recuerdo con nervios, con la presión de hacerlo bien, de hacerlo cada día mejor y empezar a trabajar pronto.

—Ya era perfeccionista y autoexigente.
—Es cierto que, cuando hago las cosas, me gusta no ser el mejor desde el punto de vista competitivo, sino intentar profundizar en lo que estoy haciendo lo máximo posible. Por eso estudié Aeronáutica. Consideraba que lo de piloto estaba muy bien, pero que conocer aún más en profundidad cómo se diseña un avión o cómo son sus entrañas era fascinante.

—En 2008 recibió un premio especial de la competencia universitaria Arquímedes por su estudio de un generador de trayectorias globales para aviones. ¿En qué consistía?
—Estaba terminando la carrera e hice un proyecto sobre separación autónoma de aeronaves en el espacio aéreo. Es decir, hacer de manera automatizada la labor de los controladores aéreos; que los aviones, entre ellos, tengan capacidad de decidir trayectorias para separarse en vuelo y organizarse para aterrizar en aeropuertos de forma coordinada. Ahora están empezando a aplicarse estos temas. Fue una manera de empezar la vida productiva, digamos, aunque desde que terminé el curso de piloto empecé a trabajar como instructor. Cogía cada mañana el tren a las seis treinta y cinco para ir a Córdoba, volaba allí y regresaba para estar a las tres de la tarde en clase.

—¿Cuál fue su siguiente paso?
—Seguir avanzando. Di un paso muy importante al entrar en Airbus. Primero, en la parte de certificación.

—Sería, para alguien como usted, llegar a un gigante, entrar en un parque temático de la aeronáutica.
—Es curioso. Airbus tiene muchas facetas. Hay partes en las que no ves aviones ni en pintura, y otras en las que estás todo el día con un avión. Certificación era papeleo, documentación… Allí estás en contacto con la autoridad para poder certificar el producto, demostrar que aquello es seguro. Estuve un año en ese puesto y aprendí mucho, aunque lo que quería era estar en ensayos en vuelo. Entonces salió una vacante y le dije a mi jefe que quería irme a ese puesto bajo cualquier circunstancia. Se levantó y se fue. Pensaba que me echaban, pero fue a hablar con el responsable de ese otro equipo. Y así fue como empecé en el programa del A400M.

—Había llegado a la primera línea, a la vanguardia de la aeronáutica mundial.
—Sí, el programa estaba empezando. Había un equipo de gente joven, muy proactivo. El A400M era el niño mimado de Airbus a nivel europeo. Había recursos para hacer lo que quisieras. Me formaron como ingeniero de ensayos en vuelo. Hacíamos las pruebas de los aviones en vuelo antes de entregarlos al cliente, para su certificación.

—Había hecho un recorrido desde la parte más práctica de la aviación, pilotar y ser instructor, a convertirse en ingeniero y llegar a lo máximo, y además en muy poco tiempo. ¿Cómo lo vivió?
—Sí. Tuve suerte de poder, con 32 años, dirigir algo de esa magnitud. Me lo había currado, también es cierto. Fueron años duros, de mucho trabajo y estudios, pero, cuando estaba allí, pensaba: “no me lo creo”. Sin embargo, todo se cortó con el accidente. A veces me pregunto cómo habría evolucionado mi carrera dentro de la empresa, qué habría sido de mi vida profesional.

—¿Qué supuso el accidente?
—Era el momento cumbre del A400M. Mi jefe se había ido a Madrid y yo estaba al frente de ese apartado de ensayos, al 150% de rendimiento profesional, de trabajo y de dedicación. Y, de un día a otro, pasé del 150% al 0%. O a menos uno. Es duro, porque tienes tu vida, tu mente, tus objetivos y tu ritmo. Y, de repente, ¡plac! Aquí te quedas. Apareces en el hospital, sedado, con una lesión medular.

—¿Cómo lo recuerda? No ya la parte física, sino la parte emocional. Esa reconversión. Ese cambio de vida.
—Pues es duro. Es durísimo. Hay mucho conferenciante y mucho gurú por ahí que dice: “Es lo mejor que me ha pasado en mi vida”. Mentira. O estás un poco tocado de la cabeza, o no es verdad. O al menos no es mi experiencia. Tener un accidente y que cambie tu vida así no es lo mejor que te puede haber pasado. Yo tenía una vida plena y maravillosa, y si pudiera, la recuperaría, pero te tienes que saber adaptar a las circunstancias. Los dos primeros años fueron muy duros.

—¿Cómo lo superó?
—Pensé que, después de todo, había tenido una segunda oportunidad, y que debía tomármelo como tal. Una segunda oportunidad para hacer otras cosas.

—Cambió sus metas.
—Qué remedio. Dos años después, fui sensato y decidí que no podía seguir trabajando en Airbus. No me llenaba dedicarme a algo que no estuviera cerca del avión, de volar. Y, además, físicamente no me encontraba con capacidad para estar ocho horas trabajando delante de un ordenador. Ni antes ni ahora. Tengo una serie de dolores y secuelas que me limitan. En ese momento fue difícil, pero tuve que dejar la empresa. Y empecé a reinventarme. Así fue cómo apareció el tema de la aviación adaptada.

—¿Cómo apareció?
—Mis compañeros de Airbus me abrieron los ojos: “Puedes seguir volando”. Vi que podía retomar mi vida profesional y mi sueño, que era volar.

—Porque, tras el accidente, ¿no había valorado en ningún caso esa posibilidad?
—No, no. Para nada. Bastante tenía con intentar recuperar mi autonomía. Lo primero era intentar estar un día entero en actividad, sin tener que estar dos horas en la cama por dolores, y, a partir de ahí, pensar en otras cosas. Después, gracias al ánimo de mis compañeros, descubrí que había opciones. Vino un piloto italiano, Paolo, que tiene un avión adaptado, y ahí fue cuando me di cuenta de que podría seguir volando y trabajando como instructor de vuelo, es decir, seguir haciendo las cosas que me emocionaban antes.

—Entonces, ¿cómo fue el primer contacto con la aviación adaptada?
—Es que es muy básico, un avión adaptado no es nada complejo, solo tiene una adaptación mecánica, como un coche, salvando las distancias. Empecé a descubrir ese mundo, cómo funcionaba, y, a partir de ahí, empecé a aplicar mis conocimientos técnicos. Al final, soy ingeniero. Y soy piloto. Diseño cosas y las pruebo. Así se facilita todo mucho. Recuperé mi licencia de piloto, que me llevó un año, y volví a volar.

—¿La recuperó porque la había perdido? ¿No es posible ser instructor estando en silla?
—La normativa, el certificado médico, establece unos requisitos para obtener la licencia, como el carné de conducir, y no estar en silla de ruedas es uno de ellos. Pero, desde 2000, la normativa incluye un apartado específico que indica que puedes obtener la licencia si el hecho de no cumplir alguno de los requisitos no compromete la seguridad en vuelo, siempre que se valoren y analicen esas limitaciones de forma específica. En mi caso, con un avión adaptado puedo volar en perfectas condiciones. Creo que es una postura inteligente de la AESA (Agencia de la Unión Europea para la Seguridad Aérea). ¿Por qué vamos a limitar a las personas? Ahí es donde entra nuestra lucha día a día. ¿Qué afecta o no afecta a la seguridad de un vuelo? Tenemos muchas cosas que aportar, con un trabajo de sensibilización y de ofrecer datos y certezas. Entonces creamos un proyecto pionero, Newwings, dentro del Real Aeroclub de Sevilla, para que personas con discapacidad puedan ponerse a los mandos de un avión.

—Es un cambio técnico, pero también cultural, ¿no?
—Claro. Esta formación y homologación no solo aporta a una persona en particular, sino que contribuye a un cambio de mentalidad, a un cambio cultural. Imagina, por ejemplo, a las personas del control de seguridad del aeropuerto que ven entrar cada día o cada semana a una persona con discapacidad formándose para ser piloto. Primero está la sorpresa, pero después esa situación se va normalizando y así se transforman las mentalidades. Ahora vamos a San Javier, a un gran festival aéreo. Llevaremos dos aviones adaptados, con pilotos con discapacidad, y lo único que queremos es visibilidad. Habrá 300.000 personas que sabrán que hay aviones adaptados y que dentro de ellos van pilotos que utilizan silla de ruedas. Queremos normalizar la imagen de un piloto en silla. Trabajamos desde el punto de vista de las administraciones y de la normativa, pero también de sensibilización de la sociedad.

—¿Hay mucho trabajo por hacer en ese sentido?
—Sí, sí. Lo sabéis bien en Fundación SAMU. Las cosas van evolucionando y cambiando, pero es un tema cultural. Yo antes de tener el accidente había escuchado qué era una lesión medular, pero realmente no sabía lo que había. Incluso ahora me pasa con otros muchos tipo de discapacidad que ves desde fuera, sin saber qué está sintiendo esa persona. Hay que trabajarlo como sociedad. En este caso concreto, estamos ante un sector muy tecnificado y evolucionado como es la aviación. Y además tenemos al piloto, al que siempre se le ve como figura ideal. Esas ideas hay que romperlas. Lo mismo ocurre con otro sector como es el espacial: ¡cómo cambiarán las cosas el día en el que una persona con discapacidad vaya al espacio!

—De hecho, usted ya ha estado en ese proceso. Ha participado en una convocatoria de la Agencia Espacial Europea para ser astronauta. ¿En qué punto se encuentra esa aspiración?
—El proceso acabó en 2022. Fueron dos años. Pasé todas las fases. Quedé finalista con otras cinco personas. Al final fue una decisión condicionada por el tipo de discapacidad. Curiosamente, en un proceso en el que se busca la inclusión, se produce una situación no inclusiva, al elegirse no al mejor expediente, sino al perfil con menor discapacidad. Me sirvió para ver que hay otro campo de acción con mucho trabajo por hacer. Aprendí mucho.

—¿A qué dedica ahora su tiempo?
—A varias historias. Para empezar, tuve un hijo hace un año y medio. Así que he bajado un poco el ritmo. Sigo con el tema de la presidencia del Real Aeroclub de Sevilla y con la escuela llevando proyectos adelante, como la colaboración con Fundación SAMU. Además, puse en marcha una clínica de rehabilitación y entrenamiento personal en Los Remedios [Sevilla]. Y voy combinando esas facetas con otras muchas que van surgiendo, con mi inquietud.

—¿Y volar?
—Vuelo menos de lo que he volado en otras etapas de mi vida, pero sigo volando continuamente. Ahora selecciono mucho las cosas que me gusta hacer.

Idilio Escénico: un viaje hacia la expresión personal y la inclusión social

Hace casi ocho años nació en el seno de la Residencia San Sebastián, en Cantillana (Sevilla), un proyecto de expresión corporal entre los propios residentes del centro bajo la dirección de Alba Garrido, por aquel entonces educadora del centro. El proyecto evolucionó hacia la creación de una compañía de teatro que fue bautizada con el nombre de Idilio Escénico.

Tras un año de duro trabajo, montaje, muchas repeticiones para que los actores memorizaran sus movimientos y posiciones en el escenario, de nuevas incorporaciones y bajas inesperadas, de tardes buenas pero también de otras malas, la compañía Idilio Escénico debutó con la obra Sinergia en la Casa de la Cultura de Cantillana a finales de 2017 con motivo del Día de la Discapacidad. El debut fue un gran éxito. A partir de entonces no cesaron de representar la obra por diferentes puntos de la provincia de Sevilla.

Sin embargo, la pandemia del coronavirus paró en seco el proyecto. Esto y otras circunstancias impidieron que la compañía continuara creciendo hasta hoy.

El proyecto Idilio Escénico logró renacer con fuerza en febrero de este mismo año y se ha convertido en una iniciativa que va más allá de la mera expresión artística y se erige como un faro de inclusión social para las personas usuarias de los centros de atención a personas con discapacidad de Fundación SAMU de la provincia de Sevilla. De hecho, en esta segunda etapa del proyecto, ya no sólo participan usuarios de la Residencia San Sebastián, sino que también se ha empezado a desarrollar en la Residencia Santa Ana y en la Unidad de Estancia Diurna San Lucas, ambos centros en Sevilla capital. Además, las nuevas sesiones cuentan con la participación de personas voluntarias sin discapacidad.

Este proyecto es posible gracias a una subvención de la Consejería de Inclusión Social, Juventud, Familias e Igualdad de la Junta de Andalucía, a través de la dirección general de Personas con Discapacidad.

“Idilio Escénico no es sólo un programa, es un viaje hacia la inclusión, la autoexpresión y el empoderamiento. Desde su inicio en 2016, este proyecto se ha convertido en una voz para aquellos que se enfrentan a desafíos similares”, explican desde Fundación SAMU.

Esta iniciativa no solo busca mejorar la calidad de vida de las personas que se atienden en Fundación SAMU, sino también proporcionarles un espacio donde puedan explorar, crear y crecer. Al alinearse con los valores de la organización, el proyecto promueve la inclusión, el bienestar emocional y la igualdad de oportunidades para todos sus participantes.

El equipo que hay detrás de Idilio Escénico, guiado por la pasión y la dedicación, ha desarrollado una metodología que fomenta la expresión artística sin límites. Con un enfoque en la danza comunitaria, el programa ofrece un ambiente seguro y de apoyo donde cada individuo es valorado y respetado por sus habilidades. A través de la exploración creativa y el trabajo en valores, se construye un espacio donde se celebra la diversidad y se fomenta la expresión personal.

Los beneficios que aporta esta actividad a los usuarios de los centros de Fundación SAMU son diversos: aumento de la autoestima (valoración y sentimiento de competencia con el trabajo realizado), reconocimiento (recompensa al esfuerzo realizado, sentirse realizado, útil y competente), admiración (reconocimiento de las habilidades de las personas de su entorno, así como la del propio individuo por su crecimiento y superación), emoción (reviven recuerdos, sentimiento de pertenencia al grupo), empatía y valores como la constancia y la responsabilidad individual y grupal.

“Desde sus inicios, Idilio Escénico ha sido mucho más que un programa, ha sido un faro de transformación. A medida que el proyecto continúa creciendo, su impacto se expande más allá de las paredes del centro. A través de actuaciones periféricas, actividades de sensibilización y participación comunitaria, Idilio Escénico se ha convertido en un modelo de acción cultural inclusiva, inspirando a otros a seguir su ejemplo”, señalan desde Fundación SAMU.

En estos dos meses desde que se retomó el programa, la compañía ha llevado a cabo acciones en diversos espacios de la provincia de Sevilla, como el Centro Cívico de Bellavista, el Centro Cívico Las Columnas en Triana, el centro de formación CAFA Cantillana y la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Sevilla.

Para dar a conocer el regreso de la compañía Idilio Escénico y el trabajo realizado desde febrero, Fundación SAMU organiza el I Festival de Arte Inclusivo Uniendo Voces, que se celebrará el 16 de mayo en el Centro Cultural de la Villa, en La Rinconada (Sevilla).

Con Idilio Escénico como anfitrión del evento y la participación de otros colectivos como la Asociación Paz y Bien o la Asociación Liman, este evento marcará un hito en el camino hacia la inclusión y será una celebración del poder transformador del arte.

Un centro pionero para alojar a temporeros en Lepe

El área de Dependencia e Inclusión Social de SAMU ha puesto en funcionamiento un nuevo servicio en la provincia de Huelva. Se trata de la residencia para trabajadores temporeros Ubuntu, en la localidad de Lepe. El centro fue inaugurado el 5 de abril por la consejera de Inclusión Social, Juventud, Familias e Igualdad de la Junta de Andalucía, Loles López Gabarro, y el alcalde de Lepe, Juan Manuel González.

Al acto de inauguración también asistieron en representación de SAMU Carlos González de Escalada Álvarez, presidente y director general de la entidad; Juan González de Escalada, vicepresidente de SAMU Corporación; José Antonio Trujillo, director general adjunto; José Luis Benavente, gerente de SAMU, S.A.; María José Tinoco, directora de Acción Social; y Rafael Rueda, director del área de Dependencia e Inclusión Social.

La nueva residencia está dirigida a trabajadores temporeros. El edificio es municipal y su construcción se enmarca dentro del plan de erradicación del chabolismo de Lepe. Se trata de uno de los eslabones para acabar con los asentamientos chabolistas de esta localidad onubense y será gestionada por Fundación SAMU, a través de una concesión del Ayuntamiento de Lepe.

Es una iniciativa social con la que se busca dar una salida habitacional al colectivo de inmigrantes que llegan al municipio para trabajar como temporeros y evitar así la creación de asentamientos de infraviviendas que se han cronificado en esta localidad en los últimos años. El centro abrió sus puertas los primeros días de mayo.

Esta residencia cuenta con capacidad para 152 personas. Estas se reparten en 38 habitaciones con capacidad para cuatro personas cada una y distribuidas en dos plantas. Tiene un carácter temporal ya que se pretende que sea un recurso de paso hasta que los usuarios del servicio cuenten con un alojamiento definitivo.

El complejo, además, cuenta con zonas ajardinadas, duchas, cocina-comedor, lavandería, salas de ocio, zona de taquillas, salas de reuniones, oficina y salas de formación.

En una primera fase, se dará respuesta habitacional y cobertura de las necesidades básicas, todo autofinanciado por los propios temporeros. Dentro de esta fase, contarán con un equipo formado por una persona coordinadora con titulación en Trabajo Social, cuatro controladores de acceso y una persona de limpieza.

Este equipo se pretende ir ampliando con personal técnico en la segunda fase, en la cual se ofrecerá un servicio de acompañamiento para llevar a cabo itinerarios de inserción con el fin de conseguir su autonomía y proyecto personal de manera completa.

Sus responsables han destacado la importancia de este recurso, que es pionero en toda España, ya que, además de alojamiento, ofrecerá servicio de inserción sociolaboral y busca erradicar los asentamientos chabolistas.

Un sueño cumplido gracias a las hermandades de El Rocío

En un gesto de generosidad y solidaridad que ha conmovido corazones, las Hermandades del Rocío de Sevilla han unido fuerzas para hacer realidad el sueño de Leandro Zahir Jesús Serna, un joven residente en el DISL Nervión (Sevilla). Desde su llegada al mismo en septiembre de 2023, Leandro ha demostrado un comportamiento ejemplar y un gran interés en su formación, sin olvidar su sueño de pertenecer a un equipo de fútbol de la zona.

Tras recibir Leandro la noticia de ser aceptado en el IES Ramón Carande para cursar 4º de ESO, con esfuerzo y dedicación, ha obtenido calificaciones de sobresaliente. Sin embargo, la noticia de un viaje de fin de curso trajo consigo un desafío económico para el joven, quien, al encontrarse en un centro de protección y no residir con su familia, creyó que no tendría la oportunidad de participar.

Y aquí es donde entra en juego la magia de la solidaridad. Tras redactar Leandro una emotiva carta expresando su deseo de unirse al viaje con sus compañeros, el equipo del DISL Nervión se puso en acción para cumplir el sueño del menor. En noviembre de 2023, contactaron con los responsables de Obras Asistenciales de las Hermandades del Rocío de Sevilla, quienes, conmovidos por la historia del joven, se comprometieron a ayudarle.

La sorpresa llegó el 6 de marzo, cuando Leandro fue invitado a un evento especial en la casa Hermandad de Rocío de la Macarena, acompañado de Belén Montiel, mediadora del Servicio de Protección de Menores de Sevilla; Nuria Ruiz, delegada de Andalucía Centro de Fundación SAMU; Carlos Manuel Fernández, director de DISL Nervión, y María Cristina Cruz, trabajadora social de dicho centro.

Allí, creyendo que recibiría entradas para un partido de fútbol, Leandro se encontró con la sorpresa de que las hermandades habían decidido financiar su viaje de fin de curso. Así se lo trasladó Pilar García como portavoz de los allí presentes.

Emocionado hasta no poder contener las lágrimas, al igual que todos los allí presentes, Leandro expresó su gratitud en una carta dirigida a las correspondientes Hermandades del Rocío de Sevilla; diputados de Caridad de las Hermandades del Rocío de Sevilla: Pontificia Real e Imperial Ilustre Fervorosa y Antigua Hermandad de Nuestra Señora del Rocío de Sevilla Triana; Pontificia Real Ilustre Fervorosa y Mariana Hermandad de Nuestra Señora Del Rocío de Sevilla; Ilustre y Fervorosa Hermandad de Nuestra Señora del Rocío de Sevilla Cerro del Águila; Real Ilustre y Fervorosa Hermandad de Nuestra Señora del Rocío Sevilla Sur; Real e Ilustre Fervorosa de Nuestra Señora del Rocío Sevilla- Macarena, y Real e Ilustre Hermandad Castrense de Nuestra Señora del Rocío.

En sus palabras, Leandro agradeció el apoyo incondicional y la solidaridad demostrada, describiendo el gesto como un “faro de luz” en su camino. “ Hoy quiero expresar con todo mi corazón la inmensa gratitud que siento hacia cada uno de ustedes. Gracias a su apoyo incondicional voy a poder cumplir un sueño. Vuestra generosidad y solidaridad han sido un faro de luz en mi camino, mostrándome que la unión y el compañerismo pueden dar fuerza a quien lo está necesitando. Cada gesto de ayuda ha sido como un rayo de esperanza que ha iluminado mi camino y me ha impulsado a seguir adelante”, escribió el joven.

Gracias al espíritu solidario y la bondad de las Hermandades del Rocío de Sevilla, Leandro podrá cumplir su sueño de viajar a Valencia con sus compañeros de clase como actividad de fin de curso. Un ejemplo inspirador de cómo la generosidad puede cambiar vidas y unir comunidades. ¡Enhorabuena, Leandro, y gracias a las Hermandades del Rocío de Sevilla por hacer posible este sueño!

Por DISL SAMU NERVIÓN

El deporte, base de la formación de menores en ARB SAMU Motril

En el ARB SAMU Motril se le otorga gran importancia a la práctica deportiva y a los beneficios que ésta aporta no solo a nivel físico, sino también a nivel cognitivo y emocional a los niños, niñas y adolescentes (en adelante NNA). Por esta razón, el deporte siempre se encuentra presente en la planificación de actividades de este centro y se erige como parte de la columna vertebral de la intervención educativa diseñada.

En la búsqueda de nuevos recursos con los que aportar novedad y motivar a los NNA, ha surgido la posibilidad de llevar a cabo la firma de un convenio de colaboración con la localidad de Vélez de Benaudalla, un pequeño pueblo a medio camino entre la costa y la Alpujarra. Este acuerdo nos permite descubrir nuestro entorno más cercano y un amplio abanico de actividades para que niños y adultos disfruten de la naturaleza y del deporte. Entre las posibilidades disponibles contamos con acceso a piscina municipal, campo de fútbol, pista de pádel, albergue municipal y zonas de recreo.

Debido a la afición de los NNA de ARB Motril por la práctica de pádel, surgió la idea de realizar un torneo benéfico en las instalaciones del municipio de Vélez de Benaudalla con motivo del día de Andalucía. Los beneficios obtenidos tras el torneo fueron destinados al fomento de la práctica deportiva entre el grupo de NNA atendido en ARB Motril (material deportivo, equipaciones, cuotas de inscripción…).

El grupo de NNA del recurso, junto con parte del equipo de profesionales, acudieron al evento contribuyendo con diferentes opciones gastronómicas como aperitivo para participantes y asistentes.
La experiencia resultó un gran éxito. Todos los presentes se mostraron muy agradecidos con la aportación realizada por los menores quienes también disfrutaron de un magnífico día de convivencia, deporte y ocio saludable.

VANESSA LÓPEZ
/ Educadora ARB SAMU Motril

SAMU en Marruecos: sobrecarga y agotamiento entre las cuidadoras

Fundación SAMU y la Asociación Hanane realizaron en marzo la presentación de los resultados del diagnóstico sobre las necesidades de formación y atención de quienes cuidan a las personas con discapacidad en tres barrios urbanos de la ciudad de Tetuán (Marruecos), un proyecto que se desarrolla con el apoyo del Ayuntamiento de Sevilla.

El acto, que tuvo lugar en el salón de actos del Colegio de Abogados de Tetuán, contó con la presencia de más de 80 personas representantes de todos los colectivos implicados en el proyecto (personas con discapacidad, expertos nacionales e internacionales, cuidadoras, autoridades nacionales y municipales de la cooperación y los servicios sociales, voluntarios y estudiantes universitarios de la carrera de Psicología), y estuvo presidido por la subdirectora de Cooperación Nacional de Marruecos, Wisal Hadeb; la vicepresidenta de la alcaldía de Tetuán, Nadia Shadi; Isolina Antequera, psicóloga del área de Dependencia e Inclusión Social de Fundación SAMU, y Soulaiman Amrani, director de la Asociación Hanane, entre otros.

El experto marroquí Ahmed Ait Ibrahim, encargado de llevar adelante el estudio, presentó los resultados obtenidos en un proceso de consultas e investigación en el que participaron 30 profesionales, 41 cuidadoras y cinco representantes de los servicios públicos de atención. El estudio fue ejecutado en colaboración con dos profesionales de psicología clínica y de la discapacidad de la Universidad Mohamed V.

Los resultados obtenidos son altamente ilustradores sobre las necesidades de formación y atención de las personas que cuidan. Así, el estudio ha evidenciado que la atención a la sobrecarga y el agotamiento de quienes cuidan y su salud mental deben estar en el punto de mira, pues el 85% de las cuidadoras consideran que el cuidado de las personas con discapacidad a su cargo representa una carga de moderada a severa. Además, dos de cada diez cuidadoras que sufren una carga grave requieren intervención y apoyo urgentes. El 50% de estas mujeres reconoció tener toda la responsabilidad sobre el cuidado de sus familiares con discapacidad y solamente el 10% dijo haber obtenido algún apoyo económico (bono) gubernamental.

Otro asunto importante es la facilidad de acceso a servicios especializados, lo que significaría un alivio para la sobrecarga de las cuidadoras. Sin embargo, el 88% de las familias reciben los servicios de asociaciones, mientras que solamente el 12% puede acudir a servicios públicos. Esto, además de incrementar la carga económica sobre la familia, se constituye en un elemento más de estrés para las cuidadoras.

“Uno de los aspectos más destacados del estudio es, en mi opinión, la perspectiva sobre los cuidados psicológicos hacia la figura responsable del cuidado, tanto de los profesionales como de los referentes directos de las personas con discapacidad. El estrés, la ansiedad y el autocuidado se presentan como el núcleo vertebral de estas necesidades. Esto adquiere también especial relevancia en el contexto social de Tetuán, pues este año la Universidad ha iniciado la primera promoción de Psicología”, señala Isolina Antequera, experta de Fundación SAMU en Discapacidad.

Los resultados de este estudio han permitido identificar la necesidad de establecer servicios que han resultado altamente demandados por las cuidadoras, como la provisión de atención psicológica para mejorar las relaciones entre el cuidador y la persona cuidada; la detección de sobrecarga y agotamiento y la provisión de atención oportuna y adecuada; el diseño y puesta en marcha de servicios de atención domiciliaria que aligeren la carga de las cuidadoras; y la entrega de bonos financieros cuyo fin sea la contratación de servicios externos de cuidado o el reconocimiento económico del trabajo de cuidado que realizan. Todo ello se presenta como un desafío para futuros proyectos de desarrollo y para la incidencia en políticas públicas que la Asociación Hanane y Fundación SAMU llevan adelante.

Escuela SAMU simula un atentado en un colegio con la participación de la Policía Nacional

Si hay algo que caracteriza por encima de todo la formación que se imparte en Escuela SAMU son sus simulacros. No se trata de ejercicios prácticos al uso sino de auténticas recreaciones de episodios reales que permiten al alumnos enfrentarse a situaciones críticas y extremas del mismo modo que lo haría un profesional de las emergencias en la vida real.

A finales de febrero, Escuela SAMU organizó uno de estos simulacros integrales en los que no sólo participaron alumnos del centro, sino que también se contó con la colaboración de la Unidad de Prevención y Reacción (U.P.R.) de la Policía Nacional. En esta ocasión, los participantes se enfrentaron a un atentado terrorista en un centro educativo con múltiples víctimas.

“Dentro del ámbito de urgencias, emergencias, catástrofes y acción humanitaria es fundamental adquirir los conocimientos y las habilidades necesarias para poder afrontar un accidente IMV (Incidente de Múltiples Víctimas). La gestión del caos en estos casos es un punto crucial para superar el incidente de manera óptima, ya que los recursos y el tiempo para actuar son limitados. Por tanto, el entrenamiento y el aprendizaje en este campo es un punto importante dentro de la emergencia sanitaria”, explican desde Escuela SAMU.

En este caso, aunque el simulacro se enmarcaba dentro de la XXIX edición del Máster de Enfermería en Urgencias, Emergencias, Catástrofes y Acción Humanitaria, además de los alumnos de este posgrado, también participaron los estudiantes de los ciclos de Formación Profesional del Grado Medio de Técnico en Emergencias y Protección Civil; del Grado Superior de Técnico en Coordinación de Emergencias y Protección Civil; del Grado Medio de Técnico en Emergencias Sanitarias (TES) y del Grado Medio de Técnico en Cuidados Auxiliares de Enfermería.

“Los objetivos de este tipo de simulacros que se realizan de forma periódica en la escuela son trabajar de manera coordinada en un ejercicio multidisciplinar; coordinar los diferentes recursos para dar solución a las situaciones de emergencia que se van a simular; realizar la valoración primaria a los diferentes pacientes y decidir sobre qué hacer con el paciente en cada caso; tener capacidad de decisión bajo situaciones de presión; decidir qué acciones llevar a cabo para conseguir un bien común, y poner en práctica los resultados de aprendizaje que aportan los diferentes módulos”, añaden desde el equipo docente de la escuela.

“La realización de un simulacro IMV dentro del Máster de Enfermería se justifica como una estrategia de aprendizaje fundamental para preparar a los estudiantes en situaciones críticas y complejas. A través de este ejercicio, los alumnos de toda la escuela tienen la oportunidad de aplicar y consolidar los conocimientos teóricos adquiridos, así como de desarrollar habilidades prácticas esenciales en la gestión eficiente de dichos escenarios, donde se involucra un gran número de víctimas y un recurso limitado de personal asistencial”, explican.

Además, se fomenta la toma de decisiones rápida y precisa, la coordinación efectiva entre equipos multidisciplinarios y la comunicación fluida en situaciones de alta presión. Esta experiencia también contribuye al fortalecimiento de la resiliencia y la capacidad de adaptación de los futuros profesionales de enfermería.

Finalmente, tras la realización del mismo, se pueden identificar áreas de mejora en los protocolos y procedimientos, promoviendo un enfoque continuo de aprendizaje y perfeccionando y mejorando la asistencia.

El ejercicio comenzó a las ocho y media de la mañana con una reunión de los miembros del gabinete con aquellos alumnos que interpretaban el papel de víctimas. A estos les explicaron en que iba a consistir el atentado, los caracterizaron con maquillaje y, a continuación, se prepararon los diferentes escenarios.

Un poco más tarde, a las 9:00, estaban citados el resto de participantes. En este momento, fueron asignados los roles a los responsables del IMV y sus respectivos equipos. Todos ellos esperaron en el parking de la escuela a que diera comienzo el ejercicio.

El simulacro arrancó a las 9:30. Todos los alumnos recibieron en sus móviles fotos y vídeos de las víctimas heridas en uno de los aulario del centro. También se realizaron múltiples llamadas al CCU (Centro Coordinador de Urgencias), el cual activó los servicios de emergencias. Al mismo tiempo, el sonido de los tiros invadió la Escuela. Los terroristas se habían movido y en ese momento se encontraban en otro de los aularios. En este punto, intervinieron los diferentes agentes de la Policía Nacional, que debían asegurar la zona antes de que interviniera ningún sanitario.

Una vez que avisaron por walkie-talkie de que el tirador había sido abatido y la zona era segura, los alumnos, que se encontraban esperando en el parking, pudieron intervenir y atender a las víctimas.

Pero aquí no terminó todo. Cuando los servicios sanitarios se encontraban actuando en el punto de impacto del aulario nuevo, apareció una víctima-terrorista, que se había hecho el inconsciente y simuló un estado de gravedad de nivel rojo. Su objetivo era el equipo de rescate, al cual abatió mientras le estaban evacuando al nido de heridos ya fuera del aulario.

Los cuatro miembros del equipo de rescate resultaron heridos de diferente consideración, e, incluso uno de ellos acabó ‘muriendo’ en el PMA (Puesto de Mando Avanzado). Al escuchar los disparos, los demás equipos se desplegaron a una zona segura. En este instante, fue necesaria de nuevo la intervención policial para reducir al nuevo terrorista.

El simulacro finalizó en torno a las 13:30 con la evacuación de los pacientes a los diferentes centros hospitalarios.

“Un simulacro es un modelo de situación estudiado y programado que imita a un suceso real de forma controlada, y en el que se procura la máxima aproximación a la realidad. Esto es lo que buscamos y lo que hace que los alumnos se encuentren sometidos a presión real. Así se ven obligados a gestionar y modular sus comportamientos en situaciones extraordinarias, aplicando sus conocimientos y demostrando sus habilidades resolutivas”, explican responsables de Escuela SAMU.

En este tipo de ejercicios integrales se representa toda la secuencia en la que interviene un sanitario. Desde la activación del dispositivo y la llegada de los primeros intervinientes hasta el traslado de los heridos a los distintos hospitales y su atención hospitalaria.

Hasta 2020, en los simulacros de Escuela SAMU los hospitales estaban representados por una carpa. Desde aquel año, los alumnos cuentan con una clínica de simulación, un recurso formativo de primer nivel que recrea un hospital a pequeña escala.

Con esta herramienta, desde Escuela SAMU se pretende fomentar la formación no sólo de la atención prehospitalaria, su punto fuerte, sino también de la hospitalaria. Esto hace posible que todos los alumnos de la escuela de las diferentes ramas puedan formarse al mismo nivel y participar juntos en los simulacros al 100%, desde los enfermeros hasta los médicos, pasando por los TES, los técnicos en cuidados auxiliares de enfermería y los de integración social. De hecho, la clínica cuenta incluso con una sala de espera en la que los estudiantes aprenden a ofrecer apoyo psicológico a los familiares de las víctimas.

Taller de Conducción de Emergencias de Escuela SAMU: otra habilidad para salvar vidas

Los alumnos del segundo curso del ciclo de Grado Medio de Técnico en Emergencias Sanitarias (TES) de Escuela SAMU han tenido la oportunidad de participar en un taller de Conducción de Emergencias. Hay que tener en cuenta que los TES son los responsables de la conducción del vehículo que traslada al paciente y al equipo asistencial, sin embargo, este tipo de formación no es obligatoria.

Este taller práctico, que complementa a una clase teórica previa de tres horas, tiene como objetivo poner al alumno en situación en las diferentes fases de la conducción a la que tendrán que enfrentarse en un futuro en su desempeño profesional.

“Escuela SAMU se preocupa por la formación de los futuros profesionales más allá de los requisitos administrativos de la titulación, que no recogen en detalle las capacidades y habilidades que tienen que tener los TES a nivel de conducción. Escuela SAMU es consciente de las necesidades y la importancia de esto, por eso cada año imparte formaciones teóricas y prácticas en esta materia”, explica Thomas Couyotopoulo, director de Escuela SAMU.

“El TES no sólo tiene la vida de un paciente en sus manos, al igual que el enfermero y el médico, sino también la suya y la de los compañeros del equipo asistencial que se desplaza en la ambulancia; y también tiene un impacto importante en la seguridad vial del resto de ciudadanos que hacen uso de la vía”, continúa Couyotopoulo. “A veces, nos encontramos con alumnos con 20 años de experiencia en conducción pero con malos hábitos al volante, y también con alumnos jóvenes con el carné de conducción recién sacado. Nos preocupa que, tras lograr su título como TES y unos meses de prácticas en empresas, aquellos que consigan un contrato de trabajo tendrán la responsabilidad de llevar un vehículo de emergencias en unas condiciones peculiares, en las cuales nadie les prepara”.

Para conducir una ambulancia sólo es necesario el permiso de clase B (turismo), pero la mayoría de los vehículos de Soporte Vital Avanzado (SVA) con los que trabaja SAMU o el 061 sobrepasan los 3.500 kilos, por lo que se requiere como mínimo el permiso C, popularmente conocido como el carné de camión.

A pesar de este requisito, el carné C está enfocado a la conducción de camiones, principalmente, no de ambulancias, por lo que aquellos que deciden sacarse este permiso no reciben formación específica para la conducción de este tipo de vehículos. Por otro lado, la ley permite, bajo la responsabilidad del conductor, saltarse ciertos límites de velocidad o señales como los semáforos. “Es fundamental que los TES estén formados en este campo tanto a nivel teórico como práctico para poder ponerse al frente de un volante y asumir la responsabilidad sin desarrollar situaciones de riesgo para los demás y para él mismo”, comenta Couyotopoulo.

Los conductores de ambulancias se enfrentan en su día a día a diferentes situaciones en la carretera como maniobras a baja velocidad o maniobras a alta velocidad con el paciente dentro del vehículo. También es importante el factor tiempo (debido a la patología del paciente), algo difícil de gestionar tanto a nivel emocional como legal. “Hay que ser consciente de la limitación que tiene el conductor y el vehículo, y de los riesgos que se pueden o no asumir”, apunta el director de Escuela SAMU. “También es muy importante saber minimizar el impacto que la conducción tiene en el paciente”.

En algunos de los ejercicios que se realizan durante el taller práctico de Escuela SAMU se pone al TES en posición de paciente, tanto en silla de ruedas en la parte trasera de la ambulancia como en camilla, de tal manera que el propio TES pude llegar a ser consciente de las sensaciones que genera en el paciente la conducción.

El taller también incluye ejercicios de maniobras a baja velocidad, técnicas de manejo del volante en varias trazadas, la frenada de emergencia o pista mojada.

“Es importante que el alumno sea consciente de que todo no es poner las luces de la sirena y correr. Tienen una responsabilidad vial muy grande delante del volante”, puntualiza Couyotopoulo.

Esta formación de Escuela SAMU está dirigida tanto a alumnos del centro como a profesionales del sector.