La labor terapéutica de la perrita Musa en SAMU Wellness

Sin vestir bata blanca y a veces solo con la magia de su presencia, Musa realiza una labor terapéutica fundamental en la clínica de salud mental SAMU Wellness. Desde su llegada al centro hace siete años, esta perrita se convirtió en mucho más que una mascota para trabajadores y, sobre todo, para los usuarios. Es habitual verla trotar libremente por las estancias y el jardín, con su pelaje dorado, lomo negro y pecho blanco, y sus ojos tiernos coronados por grandes orejas que alza cuando escucha su nombre, algo que ocurre con mucha frecuencia. «¡Aquí es indispensable!», observa la psicóloga Raquel García.

Musa apareció hace siete años en el recinto de la clínica situada en Montequinto (Dos Hermanas, Sevilla) como una perra callejera, y fue acogida por el equipo. Al principio no parecía sentirse cómoda cerca de las personas. «Prefería estar sola». Pero, poco a poco, fue acercándose a los humanos que habitan el centro. Además, su carácter noble y templado hizo que se ganara la confianza y el cariño de todos. «Siempre decimos que nos ayudamos en ambos sentidos, que ella ayuda a nuestros usuarios al igual que a ella también le ayudó estar aquí», explica Raquel García.

En SAMU Wellness hay pacientes con patologías graves: esquizofrenia, trastornos alimenticios, intentos autolíticos, depresión, ansiedad, bipolaridad… En el centro encuentran un lugar de bienestar en el que sus necesidades son atendidas de forma integral.

En este contexto, la aportación de Musa es importante para la evolución de muchos de ellos, tal y como subrayan desde el centro. Lo hace de tres formas. En primer lugar, Musa les da «bienestar y calma» y contribuye a reducir el estrés. «Es una figura empática», apunta Raquel García. «Además, el propio gesto de acariciar un animal genera bienestar», añade. En segundo lugar, la perra también es un nexo con la rutina, la responsabilidad y las obligaciones. Los usuarios se reparten las tareas que implica el cuidado del animal: ponerle la correa, sacarla a pasear, estar pendiente de su bienestar… Y, por último, Musa acompaña a muchos usuarios que sienten una gran soledad. «Podemos decir que, a cada persona, Musa puede aportarle algo diferente, por eso su papel es importante, ayuda a crear un ambiente positivo de apoyo en el centro», relata la psicóloga.

De la ayuda que Musa puede llegar a prestar a los usuarios del centro da cuenta María Aragón, una paciente que ingresó en el centro hace más de cinco años debido a un trastorno límite de la personalidad y que encontró en la perra una gran aliada hacia su recuperación.

María contó su historia en el programa Patas Arriba, de Canal Sur Televisión, que se interesó por la historia de Musa y le dedicó un extenso reportaje que ha tenido una repercusión muy notable, tal y como explican desde SAMU Wellness.

«Ella me ha dado la vida»

«Es muy especial para mí. Ella me ha dado vida. Lo que un animal puede dar, y mucho más. El vacío tan grande que yo sentía cuando estaba sola se acababa con su llegada. Ella venía y me daba un lametazo o un cariño con su hocico y me hacía sentirme muy bien. Así empezó mi conexión con Musa», recordó María Aragón en este reportaje.

«Musa ha hecho una labor terapéutica conmigo, no tengo ninguna duda. No te puedes imaginar cómo estaba, en un agujero… No quería salir, no quería hacer nada. Ella me lleva. Ella sabe cuándo estás mal, es como si lo oliera, es como magia. Ahora no me siento sola. Siento que tengo una responsabilidad. Y, cada vez que la veo, siento alegría. Me ha cambiado la vida totalmente».

Ahora María ha salido del centro pero sigue encargándose de la perrita, sacándola a pasear. Asegura que desea que el bien que Musa le ha hecho a ella pueda hacérselo también a otras personas.

 

Francisco López Aguado: «Las empresas se han dado cuenta que las personas con discapacidad tienen talento»

Francisco López Aguado (Granada, 1972) es desde 2007 director regional del programa de Fundación ONCE Inserta Empleo en Andalucía, Ceuta y Melilla, que está dirigido a empresas que apuestan por el desarrollo de proyectos que potencien el empleo de las personas con discapacidad en sus plantillas.

 

—Tengo entendido que estudió Derecho y que lleva más de dos décadas dedicado a la inserción laboral de las personas con discapacidad. ¿Cómo decidió dedicar su vida profesional a este ámbito?
—Acabé Derecho en 1997 y, después, hice el CAP (Curso de Adaptación Pedagógica). De ahí me apunté a los cursos de la Junta de Andalucía como docente. Luego, me ofrecieron una oferta de Fundosa para el BBVA. No me seleccionaron, pero ya se quedaron con mi perfil en Fundosa, que más tarde se convirtió en Inserta Empleo, y me llamaron para un curso de Técnico de Inserción Laboral en Sevilla. Al final me enganché con este curso y dejé la perspectiva jurídica. Así llevo casi 25 años: primero como técnico, luego como coordinador y, desde 2007, como director regional.

—¿Cuál es el objetivo de Inserta Empleo?
—Nuestro principal objetivo es la inclusión laboral de las personas con discapacidad. Para ello, contamos con numerosos programas y servicios que van desde la orientación profesional a la mejora de competencias y habilidades de las personas, la mejora de la empleabilidad a través de formación para el empleo y, sobre todo, la intermediación laboral. Hacemos una gestión importante con todo el tejido empresarial, buscamos oportunidades de empleo y enviamos candidatos. Es en esa selección de candidatos donde está nuestro factor diferenciador. Las empresas contactan con nosotros y nos dicen qué puesto quieren cubrir y qué perfil profesional necesitan, y nosotros seleccionamos y les enviamos una persona que no sólo cumple con el perfil profesional que requiere la empresa, sino que también cumple con las capacidades, competencias y habilidades necesarias para cubrir ese puesto. Es decir, su discapacidad no influye ni afecta a la hora de hacer las funciones en el puesto de trabajo.

—¿Cómo ha evolucionado en estas dos décadas la percepción que los empresarios tienen de las personas con discapacidad?
—Afortunadamente la percepción que se tenía de las personas con discapacidad ha mejorado con los años. La responsabilidad social es algo que ha ido calando en la estrategia empresarial de las compañías y se ha puesto de relieve que las personas compran un producto o adquieren un servicio no sólo por el precio, sino por lo que hay detrás. Y, muchas veces, eso que hay detrás es una responsabilidad social. Con los años, en las empresas ha ido calando la necesidad de incorporar en sus plantillas a personas de diferentes circunstancias y situaciones, entre ellas las personas con discapacidad. Además, las empresas se han dado cuenta de que las personas con discapacidad tienen talento, conocimientos, competencias y habilidades. Y aunque las empresas han tardado bastante en darse cuenta de esto, ahora no sólo se contrata a personas con discapacidad para cumplir con una ley, sino porque las personas son productivas y tienen una rentabilidad económica y social que refuerza su imagen de marca.

—¿Cuáles son las principales dificultades a la que se enfrenta una persona con discapacidad en una entrevista de trabajo?
—Lograr que la empresa o la personas encargada de seleccionar al mejor candidato deje a un lado la discapacidad de la persona que tiene delante, que es lo primero que se ve. Eso condiciona mucho una entrevista de trabajo. Tenemos que dejar a un lado la discapacidad de la persona y centrarnos en sus capacidades, habilidades, competencias y en su perfil profesional, que es realmente lo importante a la hora de cubrir un puesto de trabajo.

—¿Qué otras excusas o reticencias os encontráis entre los empresarios?
—Existe mucha reticencia o miedo a cómo será la acogida por parte de la plantilla o cómo le tienen que explicar a los demás trabajadores que se va a incorporar una persona con discapacidad. A todos nos cuesta entrar en un equipo de trabajo, tengamos una discapacidad o no. A todos nos cuesta conocer a nuevos compañeros, encajar en un nuevo ambiente, aprender cómo funciona una empresa. Sin embargo, muchas veces, hay muchas reticencias, muchos obstáculos y objeciones a la hora de contratar a alguien por el simple hecho de tener una discapacidad. Y con la discapacidad no se trabaja ni se produce. Se produce con las capacidades, habilidades y competencias que las personas demuestran día a día en su trabajo. Por otro lado, hay empresas que piensan que tienen que hacer grandes modificaciones para que una persona con un alto porcentaje de discapacidad física o movilidad reducida pueda trabajar allí. Es cierto que sí son necesarias determinadas adaptaciones del espacio, pero al final no son tantas.

—¿Esa reticencia de la que habla aumenta según el tipo de discapacidad que se padece?
—Sí, hay personas que por su tipo de discapacidad lo tienen mucho más difícil para su incorporación en el mercado laboral. Es el caso de las personas con discapacidad intelectual o psicosocial. Desgraciadamente, hay una creencia de que las personas con discapacidad intelectual no pueden hacer cognitivamente una serie de tareas y aprenderlas. Para ayudarlas, en Inserta Emplea contamos con un servicio de apoyo. Tenemos personal que acompañan a estas personas en los primeros meses de su incorporación laboral para que se puedan adaptar, aprender y realizar sin ningún problema las funciones y tareas asignadas. Tenemos a muchas personas con discapacidad intelectual que buscan empleo pero a las empresas les cuesta mucho ver el puesto y las tareas que pueden desempeñar estas personas.

—Ha mencionado antes también la discapacidad psicosocial.
—El principal hándicap que tienen las personas con una discapacidad psicosocial a la hora de encontrar un trabajo es el estigma y el temor a que éstas sufran una descompensación o crisis. Estas personas pueden desarrollar una tarea al igual que cualquier otra. Es cierto que existe el riesgo de que pueda sufrir una descompensación, pero como cualquier otra persona que tenga un tratamiento médico.

—Y tras la incorporación de estas personas, ¿se muestran satisfechas las empresas?
—Sí, y mucho. Se muestran muy sorprendidas. Por lo general, cuando una persona con discapacidad quiere trabajar y busca activamente un empleo, cuando lo encuentra sabe lo difícil que ha sido conseguirlo y, por tanto, pone mucho empeño para mantenerlo y en demostrar que lo puede hacer. Esa actitud es muy importante para las empresas, que, muchas veces, se sorprenden por la dedicación de las personas con discapacidad.

—¿Cuál es el perfil de las personas que llaman a la puerta de Inserta Empleo?
—Destacan las personas de entre 45 y 55 años con una trayectoria profesional previa, que su discapacidad es sobrevenida y que está en búsqueda activa de empleo para reincorporarse al mercado laboral. En cuanto al género, los porcentajes son similares, aunque hay más hombres. La gran mayoría tienen una discapacidad física, pero trabajamos con todo tipo de discapacidades y perfiles.

—La educación y la formación son factores claves a la hora de encontrar un empleo.
—Efectivamente, por ello tenemos contacto tanto con la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía como con las diferentes universidades de la región. Durante muchas décadas, las personas con discapacidad se quedaban con el graduado escolar y con eso ya la sociedad se daba por satisfecha. Hoy, las estadísticas nos dicen que un gran porcentaje de las personas con discapacidad se quedan en los estudios de Primaria, pocas pasan a Secundaria y menos aún acceden a la Universidad. Y si los comparamos con la población sin discapacidad, los porcentajes son mínimos. Por eso es importante que se tengan en cuenta las necesidades de las personas con discapacidad, que reciban apoyo y orientación desde la educación básica y que tanto la comunidad educativa como la propia persona crea que tiene capacidades suficientes para superar los estudios primarios, secundarios y los universitarios. Tenemos muchas ofertas de empleo de grandes empresas que requieren graduados con diferentes titulaciones y no podemos cubrirlas porque las personas con discapacidad no acceden a los estudios universitarios como nos gustaría.

—Supongo que el papel de las familias también es clave.
—El entorno hace mucho, por eso en nuestro programa de empleo juvenil del Fondo Social Europeo también trabajamos con las familias. A la hora de encontrar trabajo influye mucho la familia y las expectativas que ésta tenga. Muchas familias piensan que su hijo o hija no tiene posibilidades y se conforman con que aporte a la economía familiar una pensión de 500 euros. No se dan cuentan de que con esa actitud están cortando su desarrollo profesional y personal. Todos tenemos en nuestra mente la idea de encontrar un trabajo, independizarnos y casarnos. Tenemos que trabajar mucho con las familias para decirles que tienen que cambiar de mentalidad y avanzar, sobre todo porque llegará un momento en el que el apoyo familiar falte y las personas con discapacidad tienen que sobrevivir por sí mismas.

—En su opinión, ¿cuál debería ser el papel de Fundación SAMU y otras entidades que trabajan con personas con discapacidad?
—Creo que el papel de SAMU es muy importante y puede actuar como altavoz, pues la organización trabaja de manera diaria con personas con discapacidad, prestándoles servicios y ayudándolas. Al final, a Fundación ONCE se la relaciona con la venta de cupones, pero la gran mayoría desconoce todo lo que hay detrás de formación, empleo, accesibilidad. Entidades como SAMU, quizás en un simple trayecto en ambulancia en los que escucharéis infinidad de historias, puede dar a conocer a través del boca a boca los diferentes servicios, recursos y oportunidades que están a disposición de estas personas.

—Hace más de un año, Fundación ONCE y Fundación SAMU firmaron un convenio de colaboración para fomentar la inserción laboral de las personas con discapacidad. ¿Existe voluntad de seguir colaborando?
—Sí, la voluntad existe y está clara. SAMU trabaja con personas con discapacidad y, además, tiene en su plantilla a muchas personas con discapacidad. Es cierto que a veces la entidad requiere unos perfiles profesionales que no tenemos por lo que hablábamos antes de esa falta de titulación para determinadas tareas. Pero estamos trabajando mucho en ello. Creo que podemos hacer muchas acciones junto a Ilunion. Hay mucha sinergia y juntos podemos lograr grandes cosas.

Familias colaboradoras: el calor de un hogar

El 24 de febrero de 2022, tropas rusas cruzaron la frontera con Ucrania en varios puntos e invadieron el país vecino tras meses de tensiones y acumulación de fuerzas militares. Esta invasión, que dura ya dos años y medio, continúa en varios puntos del país, al igual que los bombardeos sobre las ciudades ucranianas, prolongando la incertidumbre y el exilio de millones de desplazados.

Al inicio del conflicto le siguió una ola de solidaridad en diferentes países, entre ellos España, y se desarrollaron numerosas iniciativas de voluntarios centradas en ayudar a la población ucraniana desplazada.

En España, numerosas familias colaboraron a través de donaciones económicas o de materiales, como alimentos, mantas y ropa, y otras muchas abrieron las puertas de sus casas para cobijar bajo su techo a quien lo necesitara. Este fue el caso de la sevillana Nuria Carmona y su familia, que, en su empeño por ayudar, acogieron en su hogar a dos hermanas que entonces tenían 13 y 8 años.

La economista y psicóloga infantil Nuria Carmona y su familia, formada por su marido Luis Moreno, y sus dos hijos, tenían claro cuando comenzó la invasión rusa a Ucrania que ellos querían ayudar de manera activa, no sólo con donaciones, sino que querían dar un paso más. Por esta razón, se pusieron en contacto con varios organizaciones y asociaciones hasta que una de ellas les propuso participar en la reunificación familiar de dos hermanas menores de edad, una de las cuales estaba en ese momento viviendo en Málaga y la otra, en Cádiz.

“Las niñas llegaron a nuestra casa en junio de 2022 y estuvieron viviendo con nosotros hasta octubre de ese mismo año. Tanto mi marido como yo las acogimos como si fueran nuestras hijas y en casa se forjó un vínculo muy especial con ellas. Las escolarizamos en el colegio de nuestros hijos, las llevamos al dentista, les compramos ropa. Eran unas hijas más nuestras. De hecho, ellas nos llaman papá y mamá”, explica Nuria Carmona.

“Decidimos dar el paso porque mi propósito de vida es ayudar a los niños. Para mi era brutal pensar que un niño, por culpa de una guerra, se hubiera visto obligado a separarse de sus padres y marcharse a otro país. Donar ropa o dinero, a mí, se me quedaba corto, por eso decidimos acoger a un niño”.

Las dos niñas que Carmona acogió no sólo tuvieron que abandonar su casa y a sus padres, que se quedaron en Ucrania. También fueron separadas de sus otros dos hermanos, que fueron trasladados a la Comunidad Valenciana. Además, cada una de ellas fue a una provincia andaluza distinta.

Carmona es economista, pero después decidió estudiar Psicología y especializarse en los niños, pues percibió “que había mucha necesidad en la infancia tanto en la educación en las escuelas como a nivel de apoyo emocional y gestión de las emociones, algo que no nos enseñan en ningún sitio”. “Pasando yo mi propia crisis, me di cuenta de estas necesidades y de lo importante que es que desde pequeños recibamos esta ayuda”, continúa Carmona, que, además de ser mentora de liderazgo, creó hace 20 años el Centro de Psicología y Arteterapia Canuca, el cuál dirige y en el que atiende a personas que necesitan un apoyo psicológico para gestionar su mundo emocional.

Durante el verano de 2022, las dos niñas ucranianas se integraron tanto en la familia Moreno Carmona como en el barrio en el que viven, pero, con el tiempo, la sevillana empezó a percibir en las menores, especialmente en la mayor, una serie de comportamientos y “cosas raras”. “Conseguí que se abrieran y hablaran conmigo hasta que identifiqué una situación de desamparo muy grave en su familia de origen”, señala Carmona. “Con la única intención de ayudarlas, me puse en contacto con los servicios sociales de mi municipio y denuncié dicha situación. Las niñas entraron rápidamente en el Sistema de Protección de Menores de la Junta de Andalucía y de un día para otro tuvieron que abandonar nuestra casa y marchase a un centro de acogida. Fue un golpe muy duro. Nosotros sólo queríamos ayudarlas, sobre todo si algún día debían regresar a su país de origen. En ningún momento pensamos que nos las quitarían, que ya no vivirían con nosotros. Fue todo tan rápido, que no pude explicarles bien qué estaba pasando y cuál era la situación, por lo que ellas se sintieron abandonadas, y nosotros, desde entonces, no paramos de luchar para poder verlas de nuevo”.

Fue así como la familia de Carmona pasó de ser una familia de acogida a colaboradora. “La Junta de Andalucía trasladó a las niñas a un centro de menores gestionado por Fundación SAMU, pero eso lo supimos después. Al no tener ningún vínculo familiar con ellas, no podíamos contactar con las niñas, no éramos nadie”, cuenta la mujer. “Estuvimos nueve meses luchando para poder, al menos, hablar con ellas por teléfono hasta que la Asociación Paz y Bien nos habló de la figura de las familias colaboradoras y que todo el mundo podía hacerlo”.

El espacio más idóneo para que se desarrolle la vida de las niñas, niños y adolescentes es en el seno de una familia, por ese motivo, desde los Servicios de Protección de Menores se da prioridad a las medidas que suponen la integración familiar de los menores, frente a la convivencia en un centro de protección.

Estas medidas de integración familiar pueden ir desde el retorno del menor a su núcleo familiar de origen, a proporcionarles algún recurso alternativo como puede ser el acogimiento con otros miembros de su familia o con una familia ajena, o incluso la guarda con fines de adopción.
No obstante, hay muchos menores que por diversos motivos viven en centros de protección, ya sea de forma temporal o más estable en el tiempo, que también pueden beneficiarse de la convivencia con una persona o familia participante en el programa de familias colaboradoras con los centros de protección.

Estas familias o personas colaboradoras se comprometen a compartir periodos de tiempo determinados (generalmente no lectivos como fines de semana, festivos, vacaciones) con una niña, niño o adolescente que reside en un centro de protección de menores. Dicha convivencia puede ser en el domicilio familiar o en el lugar donde transcurran las vacaciones de la familia.

En el caso de las dos niñas ucranianas de esta historia, ambas pasan los fines de semana y las vacaciones escolares con Nuria Carmona y su familia. “Ellas nos dicen que son muy felices aquí y que no quieren volver a su país, sólo desean saber que su madre y su abuela, que aún viven en Ucrania están bien y hablan con ellas por teléfono con frecuencia”.

“Fundación SAMU realiza una maravillosa labor de acogida y apoyo psicológico, de educación en valores, el establecimiento de rutinas y le enseñan mucha autonomía, algo muy importante teniendo en cuenta que a los 18 años deben abandonar el centro. Pero estos menores, muchos de los cuales han sido alejados de su ambiente familiar para protegerlos de situaciones de negligencia, abandono o violencia por parte de sus padres o cuidadores, necesitan establecer vínculos emocionales sanos, ampliar su red de apoyo social y un sitio en el que de verdad le puedan ofrecer un ambiente familiar, de hogar”, añade Carmona.

“Todo el mundo puede ser familia colaboradora. Hay muchos niños que lo necesitan porque aunque estén bien atendidos en un centro de acogida, hay que tener en cuenta que están con educadores, no en un ambiente familiar. Y es muy sencillo pasar un fin de semana con uno de estos niños, al igual que a veces llevas a tu casa a un amigo de tu hijo a pasar el día”.

Nuria Carmona también destaca los beneficios que tiene ser familia colaboradora para sus propios hijos: “A mi hijo, que va a cumplir 13 años, le ha cambiado mucho la mentalidad y se ha dado cuenta de la suerte que tiene. Es una forma de educar a nuestros hijos en valores. Para nosotros está siendo una gran experiencia”.

Según datos de ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, actualmente, hay casi 6,5 millones de refugiados de Ucrania que han buscado protección en todo el mundo, mientras que alrededor de 3,7 millones de personas siguen desplazadas forzosamente dentro del país.

España es uno de los países receptores, y desde que el 9 de marzo de 2022 se activara el mecanismo de protección extraordinario que otorga de manera inmediata permiso de residencia y de trabajo a los desplazados por la invasión rusa, nuestro país ha concedido protección temporal a más de 200.000 ciudadanos ucranianos. Según datos del Ministerio del Interior, el 31,3% de estas personas tienen menos de 18 años.

Todas las miradas vuelven a Ceuta

Ceuta se enfrenta a una nueva emergencia humanitaria debido al aumento de la llegada de menores migrantes no acompañados procedentes de Marruecos. La ciudad autónoma comenzó a recibir a principios de agosto un goteo constante de entradas de menores migrantes, que se ha ido intensificado hasta el punto de que el 15 de agosto el Ejecutivo local lanzó una llamada de auxilio a Gobierno y comunidades autónomas para que se articulen mecanismos que permitan trasladar a estos adolescentes a otros puntos de la Península.

El frente de Marruecos es Ceuta. Con casi 20 kilómetros cuadrados de extensión y 83.000 habitantes, la frontera sur de Europa ha registrado un incremento de un 175% de entradas por vía terrestre (que incluyen los que llegan a nado) con respecto al año pasado, y suman ya más de 1.600 personas en lo que va de año, según datos del Ministerio del Interior. En las primeras dos semanas de agosto llegaron 251 migrantes, un 15% del total de 2024 hasta la fecha.

Fundación SAMU puso en marcha en febrero la Operación Ceuta 2024 con el objetivo de reactivar infraestructuras de acogida y reforzar el dispositivo de atención a menores existentes en la ciudad autónoma. Este verano, especialmente en agosto, la actividad se ha intensificado ante el incremento de la llegada de menores extranjeros no acompañados.

«Ceuta, con su singular enclave geográfico entre África y Europa, se encuentra en el epicentro de un flujo migratorio constante que refleja las tensiones y esperanzas de quienes buscan una vida mejor al otro lado del Mediterráneo. La proximidad a Marruecos y las circunstancias socioculturales de la región han fomentado un mestizaje progresivo y un tránsito transfronterizo estable, que, sin embargo, enfrenta desafíos complejos debido a las presiones demográficas y socioeconómicas», comenta Carlos Álvarez Leiva, fundador de SAMU.

«Es evidente que las dinámicas demográficas juegan un papel crucial en la migración. Ningún poder puede detener los flujos migratorios cuando estos responden a desigualdades profundas y desequilibrios vitales. En Ceuta, llevamos años gestionando la llegada de menores no acompañados, que llegan en oleadas marcadas por las coyunturas de una frontera problemática y una proximidad geográfica».

Actualmente, Fundación SAMU tiene activos en Ceuta tres centros dirigidos a menores: dos de acogida inmediata y un centro de inserción sociolaboral. Se trata del centro Nueva Esperanza, el centro Aljarafe y el ISL Triana. En total, los tres recursos suman 156 plazas.

Estos centros garantizan una acogida digna y una atención integral en condiciones de seguridad. Se garantiza, de esta manera, una atención específica de los menores según el tiempo de permanencia en el país de acogida y el diseño de un itinerario de inclusión social que permita una transición a la vida independiente en condiciones de igualdad.

Todos los centros trabajan en coordinación y colaboración con otras instituciones y organizaciones, tanto gubernamentales como no gubernamentales, para asegurar una atención integral y efectiva.

Álvarez Leiva advierte que este verano la ciudad autónoma se ha enfrentado a una «avalancha de intensidad media, con la llegada de hasta 100 menores por semana», lo que ha sobrepasado la capacidad de acogida local que sostiene la estructura de la ciudad y un reducido grupo de instituciones, entre ellas Fundación SAMU.

«Gestionar un centro de menores es una tarea apasionante, y solo puede concebirse de esta manera si se entiende la trascendentalidad del resultado esperado. Se trata de transformar una materia prima en elementos cruciales que son altamente demandados en una sociedad envejecida y con crecientes niveles de dependencia en todos los servicios. Estamos ayudando a construir el futuro de nuestra sociedad a través de estos menores», continúa el fundador de SAMU. «Esta visión no es romántica, es una realidad pragmática. Mi objetivo es transmitir esta realidad a mi entorno, donde hemos atendido a más de 3.000 menores. Hemos pasado de un modelo que veía al menor como destructor a uno que lo considera menor trascendental, aquel que la sociedad, tanto en España como en Europa, necesita de manera urgente para garantizar nuestra sostenibilidad. Es una oportunidad mutua».

Álvarez Leiva hace hincapié en el valioso papel de los menores más veteranos de los centros a la hora de acoger, orientar y acompañar a los jóvenes recién llegados. «Cuando decimos que los menores forman parte de la organización, lo hacemos en términos sencillos. En SAMU, la estructura se expresa a través de líderes que ejecutan funciones específicas. Estos líderes, o jefes deben ser visibles y activos para ser efectivos. Identificamos talentos y los reforzamos, formando equipos básicos como los jefes de habitación, quienes controlan el orden, la limpieza y evitan actividades de riesgo. Luego están los jefes de día, que supervisan a los jefes de habitación. Estos roles son sencillos, rotativos y se identifican con un chaleco de color. También formamos equipos para funciones de mantenimiento, jardinería y carpintería, alineando y desarrollando las competencias individuales. Todo ello reforzado por nuestros profesionales previamente comprometidos en una tarea de todos: ejemplo, disciplina y trabajo. En SAMU, la organización, la disciplina y el trabajo son parte de nuestro ADN».

Para la acogida de los menores recién llegados, Fundación SAMU cuenta con «hermanos mayores», los antiguos acogidos que, tras haber pasado por sus propias dificultades, están especialmente capacitados para absorber la ansiedad de los nuevos y guiarlos en su adaptación a la nueva vida. Según Álvarez Leiva, «todo esto hace que el proceso sea más humano y cercano, pues no debemos olvidar que detrás de cada menor hay un trauma familiar, un desarraigo y una incertidumbre vital que a veces se traduce en conductas desadaptadas».

Carlos Álvarez Leiva: «A las personas migrantes se les debe garantizar seguridad, abrigo, alimentación y salud»

Carlos Álvarez Leiva, presidente de honor y fundador de SAMU, reflexiona sobre la importancia de que la sociedad tenga claro qué es una crisis y cómo debe gestionarse para entender lo que sucede en Ceuta.

«Lo que vivimos en Ceuta no es un suceso, es una crisis. Son dos conceptos diferentes ¿Y qué es una crisis? Una crisis es un concepto dinámico, cambiante, en el que hay tensiones, órdenes, contraórdenes, ausencias, malos modos, comunicados y artículos de prensa interesados, oportunistas que ganan dinero, desenfados y enfados de la Administración con las entidades que ejecutan, pérdida de confianza de unos con otros. Todo eso es una crisis. Una crisis no es un momento político que va pasando. Es un magma, y quien no sepa navegar en una alta mar enardecida no es un gestor de crisis», puntualiza.

El fundador de SAMU considera que es clave tener claro este concepto para entender el contexto de Ceuta. «Si no tenemos claro qué es una crisis, podemos perdernos de la realidad. ¿Y cuál es la realidad? Pues que decenas de personas llegan cada día a Ceuta jugándose la vida y con una mochila llena de incertidumbres y de miedo y sin saber qué les va a pasar. Estas personas tienen que ser atendidas, pero no pueden ser acogidas en hoteles de cuatro estrellas, pues estamos en medio de una crisis. Por supuesto que deben ser atendidas con dignidad pero no podemos pedir ningún milagro. Y esto no sólo pasa en España, sino también en Estados Unidos, Italia, Inglaterra y en cualquier parte del mundo».

Para Carlos Álvarez Leiva, a las personas que llegan de manera irregular a las costas españolas se les debe garantizar «seguridad, abrigo, alimentación y salubridad», y «a partir de ahí, haremos un gran esfuerzo para reforzar logísticamente su atención».

A pesar de todas las dificultades y el gran esfuerzo que este trabajo conlleva, Álvarez Leiva tiene las ideas claras: «Ceuta es y será un reto apasionante en el que podamos influir para hacer un mundo mejor».

Maouda cuida ahora de los demás en DISL SAMU Huelva

En todos los rincones del recurso DISL SAMU Huelva el ambiente es de celebración y el motivo es Maouda. Desde que llegó a España en julio de 2023, Maouda, un menor extranjero no acompañado, se ha enfrentado a desafíos que pondrían a prueba a cualquier persona. Sin embargo, su historia es un testimonio vivo de la fortaleza humana, del trabajo, la constancia y del poder del apoyo y el acompañamiento comunitario.

Desde el primer día, Maouda demostró ser un luchador. Provenía de un entorno difícil y se enfrentaba cada día a la soledad de estar en un país extranjero. A pesar de ello, nunca perdió la esperanza ni la determinación. Sus primeros días en el DISL SAMU Huelva fueron una mezcla de emociones: la incertidumbre de un futuro desconocido y la esperanza de encontrar un lugar seguro donde poder construir una nueva vida. Gracias al equipo de profesionales del centro, así como a sus compañeros, Maouda encontró un hogar y un sistema de apoyo que le ayudó a adaptarse, integrarse y prosperar.

Maouda llegó al centro onubense de Fundación SAMU a mediados de septiembre de 2023 y, apenas un mes después, fue matriculado en el CDP Virgen de Belén con un objetivo claro: aprender. Ni el equipo de profesionales de SAMU que lo acompañamos cada día, ni sus profesores, ni tan siquiera él mismo, podíamos imaginarnos lo que estaríamos celebrando tan solo nueve meses después. El 20 de junio, nos llenó de orgullo saber que nuestro Maouda no solo había alcanzado su meta, sino que la había superado con creces al graduarse, recibiendo el respeto y la admiración de todos los que le rodean.

Cada mañana, Maouda se levantaba temprano y se preparaba para enfrentarse a un día lleno de retos académicos. A pesar de las barreras idiomáticas y las diferencias culturales, su espíritu indomable nunca se tambaleó. Pasaba horas estudiando y asistiendo a clases, siempre con una sonrisa y una actitud positiva. Sus compañeros y el equipo docente no tardaron en notar su dedicación y esfuerzo. En poco tiempo, Maouda se convirtió en una fuente de inspiración para todos, demostrando que, con determinación y apoyo, cualquier obstáculo puede superarse.

El proceso de integración no fue sencillo. Los primeros meses fueron especialmente duros, pero Maouda trabajaba incansablemente para mejorar su español y adaptarse al nuevo sistema educativo. Sus profesores y profesoras, impresionados por su ética de trabajo, sus ganas de avanzar y su deseo de aprender, le brindaron el apoyo necesario para que no se sintiera solo en su propósito. A medida que pasaban los meses, Maouda comenzó a destacar en sus estudios, mostrando un progreso notable en todas las materias.

El equipo de profesionales de Fundación SAMU también jugó un papel crucial en el éxito del menor. Su compromiso y dedicación fueron fundamentales para crear un entorno en el que él pudiera prosperar. Cada miembro del equipo se aseguró de que Maouda tuviera acceso a todos los recursos necesarios para su desarrollo personal y académico. Por ello, todo el equipo se siente profundamente orgulloso de haber sido parte de su viaje. Todo el equipo ha sido testigo de su transformación, pasando de ser un joven tímido y reservado a un estudiante ejemplar, seguro de sí mismo y lleno de potencial.

También, el apoyo emocional brindado por los profesionales es vital para Maouda. En momentos de duda o dificultad, siempre encuentra un oído atento y un consejo sabio que le ayudan a mantener su enfoque y motivación. Este respaldo constante le permite construir una base sólida de confianza en sí mismo y en sus capacidades, algo que se ha reflejado en su rendimiento académico y en su actitud positiva hacia los desafíos diarios.
Los compañeros de Maouda también tienen mucho que decir sobre su carácter y determinación. Han visto de cerca su lucha y han sido testigos de su resiliencia. A lo largo del año escolar, Maouda se ganó su respeto y admiración, no solo por sus logros académicos, sino también por su amabilidad y disposición para ayudar a los demás. En muchas ocasiones, compartió su propia experiencia y motivó a otros a no rendirse, mostrando que, con trabajo y perseverancia, los sueños se pueden alcanzar.

El camino de Maouda no termina aquí. Su graduación fue solo el comienzo de un nuevo capítulo lleno de posibilidades. Con su diploma en la mano, Maouda tiene grandes planes para el futuro. Sueña con continuar sus estudios y, algún día, ayudar a otras personas en situaciones vulnerables. Su deseo es devolver a la comunidad lo que ha recibido, convirtiéndose en un faro de esperanza y una fuente de inspiración para todos los que le rodean.
Este curso académico Maouda estará más cerca de conseguir ese anhelado sueño, pues continuará su formación en el grado medio de Formación Profesional de Técnico en Cuidados Auxiliares de Enfermería en uno de los institutos de educación secundaria más reconocidos de la capital onubense.

Hoy, Maouda se despierta y a lo lejos puede vislumbrar su uniforme blanco perfectamente planchado y colgado en su armario. El menor ya realiza prácticas formativas en la Unidad de Estancia Diurna para Mayores Juventud y Experiencia de Huelva, que pertenece a la Asociación Todoresidencias Edad Avanzada. Aquí desempeña tareas orientadas al acompañamiento y dedicación a personas mayores que se encuentran en situación de dependencia y/o soledad.

Y, una vez más, en esta nueva etapa, Maouda muestra su afán por seguir creciendo personal y profesionalmente. Desde el primer día, ha demostrado su trabajo constante y dedicación, ganándose el aprecio y la admiración de todos, tanto en el entorno institucional como comunitario. Maouda no solo se encarga de las tareas asignadas con precisión y cuidado, sino que también va más allá de lo esperado. Su empatía y paciencia han permitido que los residentes sientan compañía y consuelo en momentos difíciles. Los profesionales del centro destacan su capacidad para conectar con los mayores, siempre atento a sus necesidades y dispuesto a ofrecer una mano amiga. Su actitud proactiva y su deseo de aprender son evidentes, y busca constantemente mejorar y adquirir nuevas habilidades. Por ello, solo buenas palabras y muestras de afecto nos llegan sobre él.

Su capacidad para adaptarse, su ética de trabajo y su inquebrantable dedicación lo convierten en un ejemplo para todos. Sin duda, Maouda continuará dejando una huella positiva en la vida de muchos, demostrando que, con esfuerzo y corazón, se pueden superar todas las adversidades que se presentan en la vida.

En nombre de todo el equipo del DISL SAMU Huelva, queremos expresar nuestro más profundo respeto y admiración por Maouda. Su historia es un recordatorio poderoso de lo que se puede lograr con esfuerzo, dedicación y apoyo. Estamos seguros de que su futuro está lleno de éxitos y nos llena de emoción ver todo lo que va a lograr.

Maouda, eres un verdadero ejemplo de valentía y determinación. Gracias por enseñarnos que, con el corazón, el trabajo, la constancia y la valentía, no hay sueño demasiado grande ni desafío insuperable. Felicidades por tu graduación, por tu nueva etapa y por todos los éxitos que están por venir.

 

MARTA MORA MORO
/ Educadora DISL Huelva

Skate: autoexpresión, resiliencia y relaciones significativas en ISL SAMU Dúrcal

En un mundo donde el deporte trasciende fronteras y culturas, el skateboarding emerge como una herramienta poderosa para la inclusión y el empoderamiento de los jóvenes. En este contexto, el programa Skate for Children ha dejado una huella significativa en los jóvenes del centro ISL SAMU Dúrcal (Granada) y les ha ofrecido una experiencia transformadora.

El skateboarding no es solo una actividad física, es una forma de vida que fomenta la creatividad, la resiliencia y el trabajo en equipo. Para los menores del ISL SAMU Dúrcal, este programa no solo les ha brindado la oportunidad de aprender a montar en un skate, sino que también les ha dado un espacio seguro para expresarse libremente y construir relaciones significativas con compañeros.

Durante los cinco meses que ha durado este proyecto, estos jóvenes han encontrado en el skateboarding una vía para superar barreras tanto físicas como mentales. A través de caídas y victorias en el parque de skate, han aprendido lecciones valiosas sobre perseverancia y autoconfianza. Cada truco dominado no solo representaba un logro en el skate, sino también un paso adelante en su camino hacia la integración y el bienestar emocional.
El programa Skate for Children se ha centrado en el desarrollo de habilidades técnicas y en enfatizar valores fundamentales como el respeto mutuo, la cooperación y la aceptación de la diversidad. En un mundo donde las diferencias a menudo dividen, el skateboarding ha actuado como un puente que ha unido, independientemente de su origen o historia.

Además del impacto individual, este programa también ha tenido un efecto positivo en la comunidad. Las sesiones de skate han supuesto momentos de diversión y aprendizaje, además de oportunidades para fomentar la comprensión y la solidaridad entre los residentes locales y nuestros menores. A través del skateboarding, se han derribado prejuicios y se han construido lazos de amistad que han trascendido más allá de las diferencias culturales y lingüísticas.

En resumen, Skate for Children ha demostrado el poder transformador del deporte como vehículo de inclusión social. Ha permitido a nuestros menores descubrir su propio potencial y encontrar un sentido de pertenencia en una comunidad que los acogió con los brazos abiertos. En un mundo dividido, el skateboarding se ha convertido en un símbolo de unidad, superando fronteras y construyendo un futuro más inclusivo para todos.

 

ALBERTO ESQUITINO GARRIDO
/ Educador de ISL Dúrcal

 

La Residencia San Sebastián disfruta del mar

Fundación SAMU ha puesto en marcha este verano una nueva edición del proyecto Disfrutamar, que promueve la mejora de la calidad de vida de las personas a través del deporte y la náutica. En esta ocasión, los primeros en disfrutar de la actividad fueron los usuarios con diversidad funcional de la Residencia San Sebastián (Cantillana, Sevilla).

El programa Disfrutamar fue inaugurado por Fundación SAMU el 23 de septiembre de 2017, gracias al apoyo de la Obra Social La Caixa. Esta iniciativa tiene como objetivo principal acercar el mar y las actividades náuticas a los residentes y usuarios de los diferentes servicios de la Fundación, principalmente personas con discapacidad intelectual, graves trastornos de conducta, daño cerebral sobrevenido, y menores migrantes o nacionales que se encuentran dentro del sistema de protección de la Junta de Andalucía.

Tras dos años de parón como consecuencia de la pandemia del coronavirus. Fundación SAMU recuperó esta actividad en 2022. Esta iniciativa innovadora se ha desarrollado nuevamente durante los veranos de 2023 y 2024, recuperando así el ritmo previo a la pandemia.

Lo que comenzó como una prueba dirigida a personas con discapacidad intelectual es hoy un proyecto consolidado. Gracias a este programa, los usuarios y residentes de prácticamente todos los recursos de SAMU ubicados en Andalucía de las áreas de Dependencia e Inclusión Social e Infancia y Familia han participado en alguna de las salidas marítimas efectuadas a través de Disfrutamar. El programa aprovecha las ventajas de la náutica para propiciar el desarrollo de vínculos personales e interpersonales y de habilidades de comunicación entre instructor, monitor de referencia y los mismos usuarios, siempre en un ambiente de dispersión y relajación.

El impacto social del programa Sevilla Integra

En los últimos nueve meses, el programa Sevilla Integra se ha consolidado como un proyecto emblemático de SAMU. Ha destacado por su impacto en la comunidad sevillana, en concreto en los distritos de Casco Antiguo, Triana y Los Remedios. Este programa, dedicado a la inclusión social y laboral de personas en situación de vulnerabilidad, ha demostrado ser una herramienta para mejorar la calidad de vida de sus beneficiarios y promover una sociedad más justa.

Sevilla Integra ha desarrollado iniciativas que abarcan desde la formación y capacitación laboral hasta el apoyo psicosocial y la mediación intercultural. Uno de los logros más notables del proyecto ha sido la implementación de talleres formativos en diversas áreas como la administración, el comercio y la ayuda a domicilio. Estas formaciones no solo han proporcionado habilidades técnicas a los participantes, sino que también han reforzado su autoestima y confianza, elementos clave para la integración de estas personas en el mercado laboral.

Sevilla Integra ha atendido a cerca de 500 personas durante estos nueve meses. El 60% de los participantes encuentran empleo o continúan su formación en programas más avanzados. Este éxito se debe en gran medida a la colaboración con empresas locales y nacionales que han ofertado prácticas profesionales y oportunidades laborales a los beneficiarios del programa.

Fundación SAMU, comprometida con la innovación social, ha implementado un sistema de evaluación para medir el impacto del programa y adaptarlo a las necesidades emergentes de la población. Este enfoque dinámico ha permitido a Sevilla Integra mejorar su metodología y ampliar su alcance para que cada vez más personas puedan beneficiarse de sus recursos y servicios.

SAMU Orión: el rol de la tecnología en los servicios sanitarios y sociales

Orión es una constelación icónica, observable desde ambos hemisferios y, por eso, reconocible por las más diversas culturas. Está formada por estrellas prominentes que, juntas brillan aún con más intensidad en el cielo nocturno. Tal es así que, en la antigüedad, marcaba un rumbo a seguir por viajeros y navegantes. Estas singularidades de Orión permiten establecer paralelismos con SAMU y, por eso, Orión es el nombre elegido para denominar al proyecto de transformación digital integral de la organización. «Habla de tradición y modernidad, y de pasado y de futuro», explica José Antonio Trujillo, director general adjunto de SAMU e impulsor de este proceso.

Después de 40 años de trayectoria, SAMU está inmersa en un camino para superar las limitaciones de la gestión tradicional y abrazar un futuro digitalizado y tecnológico en la gestión, los procesos y los servicios. SAMU Orión es la marca que engloba todos estos avances, los ya realizados, los que están en marcha y los que están por llegar.

La transformación digital, de hecho, es un compromiso a largo plazo y estratégico para la organización. Tal y como recuerda Trujillo, es uno de los tres ejes del Plan 2030, sobre los que debe construirse el SAMU del futuro como «organización de personas que cuidan de las personas»: transformación digital, internacionalización y gestión del talento.

La dirección de SAMU ha iniciado la fase de socialización de los avances y retos que abarca la transformación digital del grupo, que, hace solo cuatro años, sufría un retraso estructural en cuanto al uso de herramientas informáticas y soluciones digitales aplicadas a sus dinámicas de trabajo y de gestión.

José Antonio Trujillo recuerda que las licencias de aplicaciones de Office de Microsoft no se generalizaron en SAMU hasta 2020, momentos en los que la información estaba aislada por departamentos, registrada mayoritariamente en papel, y en el que muchas decisiones se tomaban más por intuición y experiencia que por un análisis de la realidad basada en datos. Ya entonces, se inició una transformación progresiva hacia la digitalización de la información.

Este proceso recibió un impulso crucial en 2023, gracias a la subvención concedida desde el Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030 para el apoyo a la modernización de las entidades del tercer sector, financiada a cargo del Fondo Europeo de Recuperación, Transformación y Resiliencia.

La transformación digital de SAMU avanza en varios frentes. En primer lugar, en la mejora de procesos internos, gracias a la colaboración de la empresa tecnológica Inside Business Advisor, con herramientas que han permitido avances en la gestión de departamentos clave como los de administración, finanzas y laboral. Y en segundo lugar, la entidad trabaja en la creación de proyectos tecnológicos disruptivos y de alto impacto, de la mano de otro socio tecnológico, OGA Data Driven Solutions. «Aquí hablaríamos de soluciones tecnológicas dirigidas a mejorar la atención y el cuidado de las personas», explica José Antonio Trujillo.

Algunos resultados de estas estrategias son ya tangibles. Por ejemplo, la creación de un sistema central a nivel administrativo y financiero en SAMU, o la elaboración y disponibilidad inmediata de KPI´S o indicadores clave de rendimiento. «Ahora podemos conocer los resultados económicos de la empresa, o de cada una de las áreas o cada uno de los centros, con gran nivel de detalle; podemos conocer y gestionar las deudas con proveedores o clientes; trabajamos en otros muchos frentes como tener datos en tiempo real sobre aspectos laborales, centro a centro… Son solo algunos ejemplos de cómo la digitalización nos permite tener información real para tomar decisiones estratégicas para la organización, no basadas en la intuición, sino en la realidad contrastada, en lo que está ocurriendo», explica el director general adjunto.

En el capítulo de proyectos tecnológicos, OGA, junto a los equipos de SAMU, ha identificado hasta 30 oportunidades de desarrollo: desde la predicción del absentismo escolar a la identificación biométrica de usuarios menores; o de la creación de un data-lake transversal (el repositorio de los miles de millones de datos procesados por SAMU) a la traducción en lengua de signos mediante avatares de inteligencia artificial. En estos momentos, el comité de transformación digital de SAMU, liderado por Almudena Chávez y en el que están representadas las diferentes áreas de la entidad, está estableciendo prioridades para el desarrollo de estas iniciativas. Así, se decidirá qué proyectos se ponen en marcha ya.

En paralelo a todas estas iniciativas, se trabaja en la actualización de SAMS (SAMU Advanced Management System), el sistema de gestión integral desarrollado por la organización en 2018 con el objeto de permitir un registro sistematizado y exhaustivo de todas las intervenciones en los servicios en el complejo universo de actividades de SAMU. En este reedición del sistema se busca que sea capaz de responder con solvencia a las necesidades de gestión cotidiana de cada trabajador y de cada equipo.

Según apunta Trujillo, la entidad debe estar preparada para que sus sistemas puedan operar con los de las administraciones públicas para las que trabaja. Este es otro de los retos de SAMU Orión, el proyecto que aspira a situar a SAMU a la vanguardia de la tecnología asociada a servicios sanitarios.