SAMU en Marruecos: sobrecarga y agotamiento entre las cuidadoras

Fundación SAMU y la Asociación Hanane realizaron en marzo la presentación de los resultados del diagnóstico sobre las necesidades de formación y atención de quienes cuidan a las personas con discapacidad en tres barrios urbanos de la ciudad de Tetuán (Marruecos), un proyecto que se desarrolla con el apoyo del Ayuntamiento de Sevilla.

El acto, que tuvo lugar en el salón de actos del Colegio de Abogados de Tetuán, contó con la presencia de más de 80 personas representantes de todos los colectivos implicados en el proyecto (personas con discapacidad, expertos nacionales e internacionales, cuidadoras, autoridades nacionales y municipales de la cooperación y los servicios sociales, voluntarios y estudiantes universitarios de la carrera de Psicología), y estuvo presidido por la subdirectora de Cooperación Nacional de Marruecos, Wisal Hadeb; la vicepresidenta de la alcaldía de Tetuán, Nadia Shadi; Isolina Antequera, psicóloga del área de Dependencia e Inclusión Social de Fundación SAMU, y Soulaiman Amrani, director de la Asociación Hanane, entre otros.

El experto marroquí Ahmed Ait Ibrahim, encargado de llevar adelante el estudio, presentó los resultados obtenidos en un proceso de consultas e investigación en el que participaron 30 profesionales, 41 cuidadoras y cinco representantes de los servicios públicos de atención. El estudio fue ejecutado en colaboración con dos profesionales de psicología clínica y de la discapacidad de la Universidad Mohamed V.

Los resultados obtenidos son altamente ilustradores sobre las necesidades de formación y atención de las personas que cuidan. Así, el estudio ha evidenciado que la atención a la sobrecarga y el agotamiento de quienes cuidan y su salud mental deben estar en el punto de mira, pues el 85% de las cuidadoras consideran que el cuidado de las personas con discapacidad a su cargo representa una carga de moderada a severa. Además, dos de cada diez cuidadoras que sufren una carga grave requieren intervención y apoyo urgentes. El 50% de estas mujeres reconoció tener toda la responsabilidad sobre el cuidado de sus familiares con discapacidad y solamente el 10% dijo haber obtenido algún apoyo económico (bono) gubernamental.

Otro asunto importante es la facilidad de acceso a servicios especializados, lo que significaría un alivio para la sobrecarga de las cuidadoras. Sin embargo, el 88% de las familias reciben los servicios de asociaciones, mientras que solamente el 12% puede acudir a servicios públicos. Esto, además de incrementar la carga económica sobre la familia, se constituye en un elemento más de estrés para las cuidadoras.

“Uno de los aspectos más destacados del estudio es, en mi opinión, la perspectiva sobre los cuidados psicológicos hacia la figura responsable del cuidado, tanto de los profesionales como de los referentes directos de las personas con discapacidad. El estrés, la ansiedad y el autocuidado se presentan como el núcleo vertebral de estas necesidades. Esto adquiere también especial relevancia en el contexto social de Tetuán, pues este año la Universidad ha iniciado la primera promoción de Psicología”, señala Isolina Antequera, experta de Fundación SAMU en Discapacidad.

Los resultados de este estudio han permitido identificar la necesidad de establecer servicios que han resultado altamente demandados por las cuidadoras, como la provisión de atención psicológica para mejorar las relaciones entre el cuidador y la persona cuidada; la detección de sobrecarga y agotamiento y la provisión de atención oportuna y adecuada; el diseño y puesta en marcha de servicios de atención domiciliaria que aligeren la carga de las cuidadoras; y la entrega de bonos financieros cuyo fin sea la contratación de servicios externos de cuidado o el reconocimiento económico del trabajo de cuidado que realizan. Todo ello se presenta como un desafío para futuros proyectos de desarrollo y para la incidencia en políticas públicas que la Asociación Hanane y Fundación SAMU llevan adelante.

Escuela SAMU simula un atentado en un colegio con la participación de la Policía Nacional

Si hay algo que caracteriza por encima de todo la formación que se imparte en Escuela SAMU son sus simulacros. No se trata de ejercicios prácticos al uso sino de auténticas recreaciones de episodios reales que permiten al alumnos enfrentarse a situaciones críticas y extremas del mismo modo que lo haría un profesional de las emergencias en la vida real.

A finales de febrero, Escuela SAMU organizó uno de estos simulacros integrales en los que no sólo participaron alumnos del centro, sino que también se contó con la colaboración de la Unidad de Prevención y Reacción (U.P.R.) de la Policía Nacional. En esta ocasión, los participantes se enfrentaron a un atentado terrorista en un centro educativo con múltiples víctimas.

“Dentro del ámbito de urgencias, emergencias, catástrofes y acción humanitaria es fundamental adquirir los conocimientos y las habilidades necesarias para poder afrontar un accidente IMV (Incidente de Múltiples Víctimas). La gestión del caos en estos casos es un punto crucial para superar el incidente de manera óptima, ya que los recursos y el tiempo para actuar son limitados. Por tanto, el entrenamiento y el aprendizaje en este campo es un punto importante dentro de la emergencia sanitaria”, explican desde Escuela SAMU.

En este caso, aunque el simulacro se enmarcaba dentro de la XXIX edición del Máster de Enfermería en Urgencias, Emergencias, Catástrofes y Acción Humanitaria, además de los alumnos de este posgrado, también participaron los estudiantes de los ciclos de Formación Profesional del Grado Medio de Técnico en Emergencias y Protección Civil; del Grado Superior de Técnico en Coordinación de Emergencias y Protección Civil; del Grado Medio de Técnico en Emergencias Sanitarias (TES) y del Grado Medio de Técnico en Cuidados Auxiliares de Enfermería.

“Los objetivos de este tipo de simulacros que se realizan de forma periódica en la escuela son trabajar de manera coordinada en un ejercicio multidisciplinar; coordinar los diferentes recursos para dar solución a las situaciones de emergencia que se van a simular; realizar la valoración primaria a los diferentes pacientes y decidir sobre qué hacer con el paciente en cada caso; tener capacidad de decisión bajo situaciones de presión; decidir qué acciones llevar a cabo para conseguir un bien común, y poner en práctica los resultados de aprendizaje que aportan los diferentes módulos”, añaden desde el equipo docente de la escuela.

“La realización de un simulacro IMV dentro del Máster de Enfermería se justifica como una estrategia de aprendizaje fundamental para preparar a los estudiantes en situaciones críticas y complejas. A través de este ejercicio, los alumnos de toda la escuela tienen la oportunidad de aplicar y consolidar los conocimientos teóricos adquiridos, así como de desarrollar habilidades prácticas esenciales en la gestión eficiente de dichos escenarios, donde se involucra un gran número de víctimas y un recurso limitado de personal asistencial”, explican.

Además, se fomenta la toma de decisiones rápida y precisa, la coordinación efectiva entre equipos multidisciplinarios y la comunicación fluida en situaciones de alta presión. Esta experiencia también contribuye al fortalecimiento de la resiliencia y la capacidad de adaptación de los futuros profesionales de enfermería.

Finalmente, tras la realización del mismo, se pueden identificar áreas de mejora en los protocolos y procedimientos, promoviendo un enfoque continuo de aprendizaje y perfeccionando y mejorando la asistencia.

El ejercicio comenzó a las ocho y media de la mañana con una reunión de los miembros del gabinete con aquellos alumnos que interpretaban el papel de víctimas. A estos les explicaron en que iba a consistir el atentado, los caracterizaron con maquillaje y, a continuación, se prepararon los diferentes escenarios.

Un poco más tarde, a las 9:00, estaban citados el resto de participantes. En este momento, fueron asignados los roles a los responsables del IMV y sus respectivos equipos. Todos ellos esperaron en el parking de la escuela a que diera comienzo el ejercicio.

El simulacro arrancó a las 9:30. Todos los alumnos recibieron en sus móviles fotos y vídeos de las víctimas heridas en uno de los aulario del centro. También se realizaron múltiples llamadas al CCU (Centro Coordinador de Urgencias), el cual activó los servicios de emergencias. Al mismo tiempo, el sonido de los tiros invadió la Escuela. Los terroristas se habían movido y en ese momento se encontraban en otro de los aularios. En este punto, intervinieron los diferentes agentes de la Policía Nacional, que debían asegurar la zona antes de que interviniera ningún sanitario.

Una vez que avisaron por walkie-talkie de que el tirador había sido abatido y la zona era segura, los alumnos, que se encontraban esperando en el parking, pudieron intervenir y atender a las víctimas.

Pero aquí no terminó todo. Cuando los servicios sanitarios se encontraban actuando en el punto de impacto del aulario nuevo, apareció una víctima-terrorista, que se había hecho el inconsciente y simuló un estado de gravedad de nivel rojo. Su objetivo era el equipo de rescate, al cual abatió mientras le estaban evacuando al nido de heridos ya fuera del aulario.

Los cuatro miembros del equipo de rescate resultaron heridos de diferente consideración, e, incluso uno de ellos acabó ‘muriendo’ en el PMA (Puesto de Mando Avanzado). Al escuchar los disparos, los demás equipos se desplegaron a una zona segura. En este instante, fue necesaria de nuevo la intervención policial para reducir al nuevo terrorista.

El simulacro finalizó en torno a las 13:30 con la evacuación de los pacientes a los diferentes centros hospitalarios.

“Un simulacro es un modelo de situación estudiado y programado que imita a un suceso real de forma controlada, y en el que se procura la máxima aproximación a la realidad. Esto es lo que buscamos y lo que hace que los alumnos se encuentren sometidos a presión real. Así se ven obligados a gestionar y modular sus comportamientos en situaciones extraordinarias, aplicando sus conocimientos y demostrando sus habilidades resolutivas”, explican responsables de Escuela SAMU.

En este tipo de ejercicios integrales se representa toda la secuencia en la que interviene un sanitario. Desde la activación del dispositivo y la llegada de los primeros intervinientes hasta el traslado de los heridos a los distintos hospitales y su atención hospitalaria.

Hasta 2020, en los simulacros de Escuela SAMU los hospitales estaban representados por una carpa. Desde aquel año, los alumnos cuentan con una clínica de simulación, un recurso formativo de primer nivel que recrea un hospital a pequeña escala.

Con esta herramienta, desde Escuela SAMU se pretende fomentar la formación no sólo de la atención prehospitalaria, su punto fuerte, sino también de la hospitalaria. Esto hace posible que todos los alumnos de la escuela de las diferentes ramas puedan formarse al mismo nivel y participar juntos en los simulacros al 100%, desde los enfermeros hasta los médicos, pasando por los TES, los técnicos en cuidados auxiliares de enfermería y los de integración social. De hecho, la clínica cuenta incluso con una sala de espera en la que los estudiantes aprenden a ofrecer apoyo psicológico a los familiares de las víctimas.

Taller de Conducción de Emergencias de Escuela SAMU: otra habilidad para salvar vidas

Los alumnos del segundo curso del ciclo de Grado Medio de Técnico en Emergencias Sanitarias (TES) de Escuela SAMU han tenido la oportunidad de participar en un taller de Conducción de Emergencias. Hay que tener en cuenta que los TES son los responsables de la conducción del vehículo que traslada al paciente y al equipo asistencial, sin embargo, este tipo de formación no es obligatoria.

Este taller práctico, que complementa a una clase teórica previa de tres horas, tiene como objetivo poner al alumno en situación en las diferentes fases de la conducción a la que tendrán que enfrentarse en un futuro en su desempeño profesional.

“Escuela SAMU se preocupa por la formación de los futuros profesionales más allá de los requisitos administrativos de la titulación, que no recogen en detalle las capacidades y habilidades que tienen que tener los TES a nivel de conducción. Escuela SAMU es consciente de las necesidades y la importancia de esto, por eso cada año imparte formaciones teóricas y prácticas en esta materia”, explica Thomas Couyotopoulo, director de Escuela SAMU.

“El TES no sólo tiene la vida de un paciente en sus manos, al igual que el enfermero y el médico, sino también la suya y la de los compañeros del equipo asistencial que se desplaza en la ambulancia; y también tiene un impacto importante en la seguridad vial del resto de ciudadanos que hacen uso de la vía”, continúa Couyotopoulo. “A veces, nos encontramos con alumnos con 20 años de experiencia en conducción pero con malos hábitos al volante, y también con alumnos jóvenes con el carné de conducción recién sacado. Nos preocupa que, tras lograr su título como TES y unos meses de prácticas en empresas, aquellos que consigan un contrato de trabajo tendrán la responsabilidad de llevar un vehículo de emergencias en unas condiciones peculiares, en las cuales nadie les prepara”.

Para conducir una ambulancia sólo es necesario el permiso de clase B (turismo), pero la mayoría de los vehículos de Soporte Vital Avanzado (SVA) con los que trabaja SAMU o el 061 sobrepasan los 3.500 kilos, por lo que se requiere como mínimo el permiso C, popularmente conocido como el carné de camión.

A pesar de este requisito, el carné C está enfocado a la conducción de camiones, principalmente, no de ambulancias, por lo que aquellos que deciden sacarse este permiso no reciben formación específica para la conducción de este tipo de vehículos. Por otro lado, la ley permite, bajo la responsabilidad del conductor, saltarse ciertos límites de velocidad o señales como los semáforos. “Es fundamental que los TES estén formados en este campo tanto a nivel teórico como práctico para poder ponerse al frente de un volante y asumir la responsabilidad sin desarrollar situaciones de riesgo para los demás y para él mismo”, comenta Couyotopoulo.

Los conductores de ambulancias se enfrentan en su día a día a diferentes situaciones en la carretera como maniobras a baja velocidad o maniobras a alta velocidad con el paciente dentro del vehículo. También es importante el factor tiempo (debido a la patología del paciente), algo difícil de gestionar tanto a nivel emocional como legal. “Hay que ser consciente de la limitación que tiene el conductor y el vehículo, y de los riesgos que se pueden o no asumir”, apunta el director de Escuela SAMU. “También es muy importante saber minimizar el impacto que la conducción tiene en el paciente”.

En algunos de los ejercicios que se realizan durante el taller práctico de Escuela SAMU se pone al TES en posición de paciente, tanto en silla de ruedas en la parte trasera de la ambulancia como en camilla, de tal manera que el propio TES pude llegar a ser consciente de las sensaciones que genera en el paciente la conducción.

El taller también incluye ejercicios de maniobras a baja velocidad, técnicas de manejo del volante en varias trazadas, la frenada de emergencia o pista mojada.

“Es importante que el alumno sea consciente de que todo no es poner las luces de la sirena y correr. Tienen una responsabilidad vial muy grande delante del volante”, puntualiza Couyotopoulo.

Esta formación de Escuela SAMU está dirigida tanto a alumnos del centro como a profesionales del sector.

Fundación SAMU, en los peores incendios de la historia de Tejas

Fundación SAMU, a través de su entidad hermana en Estados Unidos, SAMU First Response, ha enviado durante marzo un equipo de voluntarios desde Washington, D.C., para colaborar en las labores de protección civil para la población afectada por los peores incendios de la historia del estado de Tejas.

El fuego desatado a principios de marzo causó la muerte de dos personas y calcinó más de 450.000 hectáreas al norte del estado. Los bomberos trabajaron durante dos semanas en la extinción de sus numerosas réplicas en diferentes condados. El gobernador de Tejas, Greg Abbott, declaró que el estado ha sido testigo de daños causados por tornados o huracanes, pero que estos incendios forestales han provocado una destrucción sin precedentes y una devastación total para miles de familias que irá más allá del propio estado de emergencia causado por el fuego.

El equipo de voluntarios de SAMU First Response trabajaron desde el día 5 de marzo en dos puntos. En primer lugar, en un centro de donación y distribución de suministros situado en Borger, una ciudad del condado de Hutchinson.

El sevillano Borja González de Escalada, jefe de la misión, relata: “Lo que vivimos es que llegaban camiones con todo tipo de productos. Nadie viene con una sola caja, sino con palés de agua, pañales, jabón de manos, ropa nueva y material de limpieza. La movilización de recursos y de solidaridad es enorme, Esto se está distribuyendo a la gente para que tengan todo lo que necesitan durante semanas”.

El segundo lugar en el que los voluntarios de SAMU estuvieron operativos fue en Canadian, ciudad situada en el condado de Hemphill. Allí, el equipo se encargó de recibir, organizar y distribuir suministros agrícolas y de alimentación de ganado. Según el Departamento de Agricultura de Tejas, cerca del 85% de los más de cuatro millones de cabezas de ganado del estado se encuentran en la zona afectada por los incendios. En algunos condados, el número de reses supera con creces al de personas.

“Los incendios han afectado gravemente a los medios de subsistencia de muchos ganaderos de la zona”, declaró Sid Miller, comisario de Agricultura de Tejas. “Estos incendios no sólo amenazan vidas y propiedades, sino que también tendrán un impacto sustancial en nuestra industria agrícola”. Las autoridades han advertido de que estas pérdidas tendrán repercusiones en todo el país.

Tras controlar muchos de los incendios forestales, aún quedaron activos durante semanas frentes en la zona conocida como Panhandle (mango de sartén, en español), bautizada así debido a la forma que tiene en el mapa esta zona del extremo norte del estado de Tejas.

Un estudio subraya el impacto fiscal positivo de los refugiados en EE.UU.

U nuevo estudio del gobierno de Estados Unidos ha puesto de manifiesto que el colectivo de personas refugiadas y solicitante de asilo han supuesto un abrumador impacto positivo en la economía del país en los últimos años.

Este estudio innovador realizado por el departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos (HHS) resulta bastante llamativo y revelador si se tiene en cuenta que el discurso actual sobre la inmigración estadounidense gira en torno a la problemática en la frontera sur y los temores sobre el número de solicitantes de asilo que ingresan al país.

El informe, titulado El impacto fiscal de los refugiados y asilados a nivel federal, estatal y local entre 2005 y 2019, muestra que estas personas han generado 123.800 millones de dólares en beneficios fiscales netos para la economía y los presupuestos gubernamentales de Estados Unidos, y añade que han contribuido con más ingresos fiscales que los costos que generaron al Gobierno durante este período de 15 años.

Entre las conclusiones de este estudio destaca que el gasto gubernamental en refugiados y asilados ascendió a alrededor de 457.200 millones de dólares, mientras que estas personas aportaron aproximadamente 581.000 millones de dólares en ingresos. Esto demuestra que el coste inicial de reasentar a los refugiados y procesar las solicitudes de los asilados compensa cuanto más tiempo permanezca esta población en Estados Unidos.

Otra de las conclusiones del informe hace alusión a la renta per cápita y señala que los refugiados y asilados tuvieron un impacto fiscal positivo comparable al de la población total de Estados Unidos. Esto indica que las personas migrantes se integran exitosamente en la economía estadounidense cuando se les da la oportunidad.

Impacto fiscal y cultural

El estudio publicado en el último mes se centra únicamente en las poblaciones atendidas por la Oficina de Reasentamiento de Refugiados del HHS, y, específicamente, en aquellos a quienes se les concedió asilo o recibieron el estatus de refugiados en en país después de 1980. Esto incluye a los titulares de Visados Especiales de Inmigrante de Irak y Afganistán, así como a los de Haití y Cuba. A pesar de estas limitaciones, el informe “demuestra de manera convincente el impacto fiscal y cultural positivo del programa humanitario de Estados Unidos para los refugiados”, señala el documento.

Además de estimar el impacto fiscal neto general de los refugiados y asilados, este estudio federal proporciona información interesante a la hora de tomar decisiones gubernamentales sobre programas de reasentamiento, incluida la integración y la autosuficiencia de los refugiados.

La Iniciativa sobre Refugiados y Desplazamiento Forzado (RAFDI), en un comunicado, expresó que recibe con agrado las conclusiones de este informe, que muestran que las soluciones sostenibles a los desafíos del desplazamiento forzado deben implicar la participación activa de los refugiados como contribuyentes.

RAFDI está comprometida a ampliar el espacio para nuevas perspectivas, diálogo constructivo y soluciones sostenibles para enfrentar los desafíos del desplazamiento forzado global.

Jara Díaz Vázquez: “Todos los días deberían ser 8M”

La trayectoria profesional de la socióloga Jara Díaz Vázquez (Fuentes de Andalucía, Sevilla, 1989) siempre ha estado vinculada a colectivos vulnerables. Llegó a SAMU por primera vez en 2018 y regresó en 2023 como técnico de proyectos del área de la Mujer de SAMU.

—Su trayectoria profesional en SAMU tiene dos etapas: la primera en 2018 y la segunda cuando decidió regresar en 2023. ¿Por qué decidió marcharse la primera vez?
—Llegué a SAMU por primera vez en 2018 tras finalizar el proyecto Espacios Comunes del Ayuntamiento de Sevilla, el cual coordinaba. Trabajé en el departamento de Desarrollo pero, en aquel momento, sentía que me faltaba práctica y, aunque disfrutaba con los proyectos, tenía la necesidad de estar en el terreno, de ponerle rostro a las personas a las que se dirigían los proyectos que redactaba. Así fue como llegué a la intervención social. Me alegra mucho poder contar con esa experiencia, pues me ha permitido crecer tanto a nivel personal como laboral. Creo que es muy necesaria la experiencia en el terreno cuando te dedicas a elaborar proyectos, pues aprendes que detrás de los datos siempre hay rostros de personas.

—¿Por qué decidió volver a SAMU?
—Fue a principios de 2023. Llevaba cinco años trabajando como técnica de acogida en la CEAR (Comisión Española de Ayuda al Refugiado) y, en aquel momento me encontraba en un punto de inflexión en mi vida, que coincidió con la maternidad, algo que todos sabemos que te cambia la vida. Trabajar en la CEAR, aparte de una implicación mental, requiere una implicación humana y un gran compromiso que, en ese momento, con mi hija tan pequeña y las pocas horas de sueño de las que disfrutaba, me suponían un desafío más que una satisfacción. Tras cinco años en la CEAR empecé a plantearme la vuelta a los proyectos. Sentía que necesitaba un cambio en la metodología de trabajo, un trabajo más de pensar, redactar, reflexionar. Fue entonces cuando me enteré de que había una vacante en SAMU como técnica de proyectos. Además, aquí me reencontré con Conchi Pérez como directora del área de Intervención Socioeducativa y de la Mujer. Ya había coincidido con ella en SAMU, lo cual me dio mucha alegría. De hecho, quiero aprovechar para agradecerle a Conchi la confianza que depositó en mí y la oportunidad que me dio. También por su apoyo y confianza en el día a día, pues así lo complejo se hace más simple.

—¿Cómo ha evolucionado el área de la Mujer desde su puesta en marcha hace relativamente poco tiempo?
— Cuando regresé a SAMU, este área estaba ya funcionando. Tenían varios proyectos pendientes de ejecutar, que eran en su totalidad proyectos nacionales. La principal evolución que ha experimentado esta área ha sido que el foco de atención se ha puesto en la intervención social, en lograr servicios propios dirigidos a mujeres en situación de vulnerabilidad (migrantes, embarazadas sin recursos, etcétera). También, en los últimos meses se está trabajando en la presentación de proyectos a convocatorias con fondos europeos. Es complicado comenzar desde cero en la gestión de servicios de intervención social con mujeres, pero creo que vamos por el buen camino. Actualmente hemos presentado diferentes proyectos y estamos a la espera de resoluciones. Algunos de estos proyectos son Resurge Mujer, Programa Nido o Vínculos.

—¿Cuáles han sido las principales dificultades que os habéis encontrado en este camino?
—La solvencia. Hay que tener en cuenta que es un área de reciente creación. A veces también nos hemos quedado fuera de algunas convocatorias porque en los estatutos no aparecía específicamente algún ámbito de actuación.

—¿Cuál es el gran reto del área de la Mujer de SAMU?
—Nuestro gran reto es contar con servicios propios de intervención social dirigidos a mujeres. Estos servicios abarcan diversos ámbitos, desde la inserción sociolaboral hasta la atención integral a mujeres víctimas de violencia de género o trata de personas, así como programas orientados a promover una parentalidad positiva.

—¿Qué aspectos de la organización cree que deberían cambiar o mejorar para conseguir este gran reto?
—Desde aquí pido que sigan apostando por el área de la Mujer, que confíen en nosotras. Es complicado arrancar, los inicios suelen ser así, pero lo conseguiremos. Hemos desarrollado proyectos que han tenido muy buena acogida por parte de diferentes organizaciones y donantes, solo nos falta un poco de tiempo.

—Coincidiendo con el mes de marzo, me gustaría preguntarle por qué es para usted importante el 8M.
—Para no olvidar. Es una fecha en la que pienso en todas las mujeres, pero principalmente en las oprimidas, en las que viven en situación de más precariedad, en las que se ven obligadas a migrar. Pienso en las mujeres de la fresa de Huelva, en las mujeres sin hogar, en las que no pueden conciliar. En las mujeres palestinas. Todos los días deberían ser 8M, pero, al menos, cuando aparece en el calendario sabes que es un día en el que la lucha colectiva se extiende a todas. La rabia y el coraje se transforman en unión y recordamos que, aunque estemos cambiando el mundo, aún nos queda mucho camino por recorrer juntas. Para mí este día viene cargado de emociones. Es un día de salir a la calle, de estar juntas, de compartir. Me siento muy cómoda en los espacios que se forman en torno al 8M, no importa que no conozca a nadie. Cualquier mujer en estos espacios puede decir que se siente arropada. Y libre.

—¿Hizo huelga el pasado 8 de marzo?
—Sí, al igual que en años anteriores. Mi razón para hacerla este día es la movilización a nivel mundial, la visibilización que se le da ese día al trabajo de las mujeres. ¿Qué pasaría si un solo día, sólo uno, paramos todas? No sólo en el ámbito laboral, sino en otros espacios y trabajos, como los cuidados, el consumo. Pero no todas podemos permitirnos parar ese día o no a todas se nos permite hacerlo. Por otro lado, respeto la decisión de aquellas mujeres que deciden no hacer huelga. Lo respeto y lo entiendo. Y las apoyo. Por eso tenemos que seguir saliendo a la calle, por las que no pueden. Y por las que no están porque el machismo les quitó la vida. También por las que vendrán.

—¿Cómo se ha celebrado en SAMU el 8M?
—Hemos querido desarrollar una acción interna en la que pudiéramos involucrar a cualquier persona de la plantilla, incluso en la distancia. Por esta razón, hemos elaborado un mural colectivo bajo el lema ¿Qué es para ti el feminismo? La idea era crear un espacio abierto en el que cada persona pudiese expresar sus ideas y sentimientos sobre el feminismo a través de cualquier forma de arte, y que esto pudiese llevar a la reflexión colectiva sobre el feminismo en nuestras vidas. El mural estaba ubicado en la sede central de SAMU, en la isla de la Cartuja, en Sevilla.

—¿Cómo han respondido los trabajadores a esta actividad?
—La participación ha sido elevada. En el mural se han plasmado frases, collages, fotografías, canciones, incluso una camiseta… Nos han llegado aportaciones de trabajadores que no se encuentran físicamente en la isla de la Cartuja, como por ejemplo murales elaborados por las personas usuarias de otros centros. Son maravillosos y me gustaría aprovechar para darles las gracias. Este mural lo digitalizaremos para poder utilizarlo en cartelería, como portadas de proyectos, trípticos…

—Y para usted, ¿qué es el feminismo?
—Hace tiempo que pienso en el feminismo del día a día, el feminismo de la cotidianeidad. Para mí el feminismo es mi abuela vendiendo huevos para que mi madre y mi tío pudiesen ir al colegio; es mi madre dando clases de Sevillanas para pagarse la carrera de Magisterio; o las abuelas que cuidaban a sus nietas y a su vez asistían al programa de Empleo que desarrollamos en Ceuta. Al hablar de feminismo se me vienen a la mente nuestras ancestras, y el día a día de esas personas que no han sido consideradas referentes y que han luchado tanto por lo que somos ahora. También es feminismo una entidad como SAMU que apuesta por proyectos enfocados en la mejora de la calidad de vida de las mujeres, o donde más de la mitad de los cargos directivos los ocupan mujeres. Allí donde se luche por la igualdad de derechos, ahí hay feminismo. Desde el derecho a la educación a los derechos sexuales y reproductivos, la libertad de circulación o a caminar por la calle sin miedo.

Fundación SAMU promueve la lectura fácil

A largo de la historia, el ser humano ha ido creando diversos códigos de comunicación. Según Óscar García Muñoz en su libro Lectura fácil: métodos de redacción y evaluación, hace 8.000 mil años el ser humano desarrolló un código a través del cual eran viables los mensajes escritos en piedra, que eran descifrados gracias a la capacidad del ser humano para la lectura, que a su vez dispone de tres competencias claves: la lingüística, la cognoscitiva y la comunicativa.

Siguiendo la línea de este autor, el proceso de lectura comprensiva es una actividad compleja que implica percepción a través de los ojos y memoria icónica para retener la información más importante en unión a un proceso léxico, sintáctico y semántico, que nos permite obtener el significado del texto leído y adquirir ciertos conocimientos.

La lectura fácil nació en Suecia hace 50 años y llegó a España en 2002 con la Asociación de Lectura Fácil en Barcelona.

El concepto de lectura fácil ha tenido una evolución a lo largo de la historia. Según recoge García Muñoz (2012), existen distintas definiciones de lectura fácil. Por un lado, la International Federation of Library Associations and Institutions en 1997, dice que la lectura fácil consiste en la adaptación lingüística de un texto con el fin de hacerlo más fácil de leer, pero no más fácil de comprender. Por otro lado, el Grupo Educación y Diversidad (EDI) nos lanza otra definición más general: “Es un planteamiento general sobre la accesibilidad a la información y a la comprensión de los mensajes escritos de las personas con diversidades intelectuales y de aprendizaje”.

Lenguaje sencillo y claro

Actualmente nos apoyamos en conceptos más completos, como el dado en 2022 por Discapnet, que llama lectura fácil a “aquellos contenidos resumidos y realizados con lenguaje sencillo y claro, de forma que puedan ser entendidos por personas con discapacidad cognitiva o discapacidad intelectual, personas con baja formación cultural o problemas de tipo social”.

Y según la Fundación Adecco, podemos hablar de lectura fácil como “un método de redacción o adaptación que permite una lectura y comprensión más sencilla de un contenido”. Es una herramienta fundamental en la búsqueda de la accesibilidad universal, ya que permite que todas las personas, independientemente de su nivel de educación o capacidad cognitiva, puedan acceder a la información de forma clara y comprensible, y la entienda.

En definitiva, con el Programa de Accesibilidad Universal pretendemos hacer posible una lectura adaptada a cada persona usuaria de los centros de Fundación SAMU en el que lo llevamos a cabo, como son la Residencia Santa Ana (Sevilla), la Residencia San Sebastián (Cantillana, Sevilla) y la Unidad de Día San Lucas (Sevilla).

Además, queremos hacer este programa extensivo a las familias de nuestros usuarios con el fin de buscar un beneficio mayor y fomentar en todo momento el cumplimiento de la Declaración Universal de los Derechos Humanos en lo que respecta a los derechos al acceso a la información y la comunicación (artículo 5) y a estar plenamente informados de todo lo que forma parte de sus vidas (artículo 27.5).

Fases del programa

El Programa de Accesibilidad Universal tiene como objetivo que cada persona que reside en los recursos de Fundación SAMU y sus familias accedan a la información, comprendan y tomen parte de su propio proceso vital conociendo sus derechos y deberes.

Para implantarlo, este programa se organiza en distintas fases. En una primera fase, se visita cada centro y se identifican y seleccionan aquellos documentos que deben ser adaptados a lectura fácil. Estos documentos son los contratos de ingreso, el reglamento de régimen interno y los menús, entre otros.

En una segunda fase, se procede a realizar los cambios en estos documentos, usando un lenguaje más simple, imágenes o pictogramas y eliminando palabras técnicas, frases extensas o abreviaturas, por ejemplo. Para ello, el técnico responsable cuenta con un plazo de 10 meses.

Tras el trabajo de adaptación de cada documento y de una parte de la cartelería de cada centro (pictogramas que señalen cada sala, despachos, talleres, menús…), se lleva a cabo una última fase de validación con reuniones con profesionales (dinamizadores) y validadores (personas usuarias) para comprobar si, una vez leídos los documentos adaptados, los usuarios captan la información y la entienden.

Para finalizar, queremos resaltar que todos los profesionales de Fundación SAMU buscan vías de acceso adaptadas a las necesidades de cada persona usuaria.

Contamos con profesionales formados en la materia que acompañan a cada persona usuaria en este proceso de inclusión social a través de este Programa de Accesibilidad Universal para todos.

Mediante una lectura fácil construimos una sociedad más solidaria, comprensiva y abierta a una plena inclusión para cualquier persona con algún tipo de dificultad en comprensión lectora.

Hay que tener en cuenta que de la lectura fácil no sólo se benefician las personas con algún tipo de diversidad funcional, sino toda persona que necesite algún tipo de apoyo para acceder a la información que debe o desea conocer como sus familiares o su entorno más cercano.

De esta forma, aumentarán las relaciones sociales y la autosatisfacción personal, adquiriendo autonomía en todo lo que respecta a sus vidas y actividades del día a día.

 

ROCÍO GARCÍA GÓMEZ Y ELENA DUQUE RECIO.

Área de Dependencia e Inclusión Social de Fundación SAMU

Punto perfecto para el arroz de ISL Valencina

Este año las menores y los profesionales del ISL Valencina nos hemos aventurado a hacer algo completamente desconocido: participar en el XV Concurso de Paellas organizado por el Ayuntamiento de Gines (Sevilla). Desde el primer momento nos llamó la atención esta actividad, por lo que decidimos apuntar a las menores al concurso. La actividad suponía un gran reto tanto para educadores como para los menores del centro, pues no contábamos con una experiencia culinaria previa.

Sin pensar más en las barreras que pudieran suponer presentarse a dicho concurso, nos armamos de valor y el día 13 de enero a las 10:30 de la mañana, con todos nuestros preparativos e ingredientes, nos presentamos en el Parque Concejala Dolores Camino, en Gines, donde se iba a desarrollar el concurso. Es cierto que cometimos algunos fallos de principiantes, como que se nos olvidó llevar la paellera, cuchillos y una bombona que tuviera gas suficiente, pero bueno, esos son detalles que aclararemos a continuación.

Una vez situadas en el stand y llenas de incertidumbre, pudimos notar como el ambiente era tierno, amigable y cercano. La competitividad no era algo que primara puesto que nuestros vecinos paelleros se volcaron con nosotras en todo y pasamos una mañana de elaboración muy entretenida entre risas y carcajadas.

Esta experiencia permitió a las menores disfrutar de la convivencia vecinal, la cual es una excelente oportunidad para ampliar la red de contactos y entablar relaciones sociales con el entorno.

La actividad supuso la puesta en marcha de competencias como el trabajo en equipo, el liderazgo, la empatía, la comunicación y la confianza. Supimos solventar los contratiempos sobrevenidos y, a pesar de ellos, nunca perdimos el espíritu de participación en el concurso. Vivimos situaciones un poco estresantes, como el hecho de tener que ir corriendo en busca de una bombona en mitad del concurso puesto que nos quedamos sin gas. Sin embargo, este contratiempo nos hizo confiar en nuestra capacidad de resiliencia.

Tras un parón musical protagonizado por una banda rockera, llegó el momento de la entrega de premios. Nuestras esperanzas de ganar algo no eran elevadas, pero estábamos muy felices por el resultado exquisito y la gran cantidad de público que quería degustar nuestra paella. Tras 15 minutos de entrega de premios a todas las categorías existentes que pueda tener una paella, la concejala del Ayuntamiento de Gines que entregaba los premios giró su cabeza y mirándonos fijamente mencionó: “El segundo premio a la mejor paella es para… ¡las chicas de Valencina!”.

En esos momentos, todas saltamos de júbilo y nos dimos un abrazo. Acto seguido subimos al escenario y todos nos recibieron con gozo y alegría. Las chicas estaban muy contentas y, en ese momento, pensamos que todo el esfuerzo había mereció la pena. Habíamos hecho historia.

Anna: “Quiero ahorrar más dinero para comprarme mi propio equipo para jugar al hockey”

—¿Qué significa para ti haber participado en este concurso?
—Fue muy divertido, había muchísima gente en un espacio muy grande. También había muchas personas que querían participar y hacer su propia paella. Fue toda una fiesta.

—Teníais mucha competencia.
—Sí, no nos lo creíamos, cuando llegamos y vimos el ambiente que se respiraba nos quedamos muy sorprendidas.

—¿Habías cocinado antes una paella?
—No, nunca había cocinado antes, pero mis compañeras Amira y Houda sí que tenían más experiencia. Ellas me decían cómo tenía que cortar las verduritas y el resto de los ingredientes, dónde tenía que echar las cosas cortadas, cómo había que hacerlo en la sartén… Yo hacía de pinche. Al final nos salió muy buena.

—¿Cómo fue el momento del anuncio del premio?
—Fue una sorpresa. Ninguna nos lo esperábamos. Estábamos muy felices, nos pusimos a celebrarlo y luego nos llamaron para subir al escenario y darnos el premio, un marco de fotos donde ponía 2º Premio a la Mejor Paella y un diploma de agradecimiento por participar en la paella. ¡Ah! Y también nos dieron 100 euros.

—¿Qué vas a hacer con ese dinero?
—Quiero ahorrar más dinero para comprarme cosas para el hockey y así poder ir con mi propio equipo a las clases.

—¿Algo más que quieras añadir?
—Si, que me gustan mucho las actividades que hacemos en el centro porque nos permiten conocer más gente del pueblo.

Ruslana: “Me gusta que en el centro hagamos tantas cosas, espero que siga siendo así”

—¿Cómo has vivido esta experiencia?
—Al principio estaba muy nerviosa porque yo no sabía muy bien cómo cocinar la paella. Era la primera vez que lo hacíamos y no sabíamos si iba a salir bien, pero la educadora estaba con nosotras y nos ayudó en cada paso que teníamos que ir dando.

—¿Qué tipo de paella cocinasteis?
—De marisco y verduras.

—¿Qué te gustaría hacer con tu premio de 100 euros?
—Aún no lo sé. Creo que lo voy a ahorrar.

—¿En qué te gustaría invertir el dinero que ahorres?
—Me gustaría comprar la ropa para el arbitraje o me compraría un piso.

—¿Qué opinas de las actividades que se realizan en el ISL Valencina?
—Me gusta mucho que en el centro nos ayuden y aprendamos tanto. Hacemos muchas cosas y espero que siga siendo así.

Houda: “Aprendí a cocinar paellas y a hablar español en un curso en el que me apuntó el centro”

—¿Habías cocinado antes de participar en este concurso?
—Sí, en el centro nosotras hacemos la comida para la semana con las educadoras y aprendemos a cocinar. Me gusta mucho cocinar.

—¿Dónde has aprendido a preparar una paella?
—En un curso en el que me apunto el equipo del centro. Los fines de semana, a veces, también hacemos paellas en el centro para comer, de pollo, marisco o verduras.

—¿En ese curso aprendiste a cocinar recetas típicas españolas?
—Sí, a cocinar y a hablar español.

—¿Qué tienes pensado hacer con tu parte del premio?
—Dentro de poco cumplo 18, por lo que ese dinero lo utilizaré para algo importante cuando cumpla la mayoría de edad o lo ahorraré.

—¿Quieres añadir algo más?
—Sí, agradecer al centro de Valencina y al Ayuntamiento de Gines la oportunidad que nos han dado de participar en una actividad así.