Una herramienta digital para atender mejor a los menores

Un grupo de científicos han identificado los perfiles de riesgos más habituales en menores y jóvenes migrantes residentes en Andalucía y han creado una herramienta digital capaz de facilitar a los profesionales una atención individualizada y especializada a los niños y niñas migrantes: VRIME (Instrumento de Valoración del Riesgo en Menores y Jóvenes Migrantes Residentes en Andalucía).

El 14 de abril se celebró en el Campus de Sevilla de la Universidad Loyola un evento de difusión de los resultados del proyecto VRIME. Con la financiación de la Consejería de Universidad, Investigación e Innovación de la Junta de Andalucía, los científicos organizaron este evento para informar a las entidades interesadas de Andalucía sobre los últimos resultados de los trabajos realizados. Participaron más de 50 personas de centros de acogida y de atención al menor incluidos los socios colaboradores del proyecto, Fundación SAMU y la Fundación EMET-Arcoiris.

VRIME es una experiencia pionera en la sistematización del proceso de detección de riesgos en menores migrantes no acompañados a través de una aplicación digital. El uso de esta herramienta por parte de los actores implicados es capaz de detectar tanto las necesidades de intervención como los riesgos de los menores acogidos en los centros residenciales en función de una serie de parámetros conductuales y de situación que presentan estos menores habitualmente. Además, se pueden detectar y atender necesidades específicas en los menores, facilitando a los profesionales la formulación de objetivos y propuestas de intervención social en los recursos que proporcionen una atención individualizada y especializada a los niños y niñas migrantes.

Definir perfiles estadísticos de riesgo

Para ello, se ha realizado un estudio con metodología mixta, en una primera etapa el grupo de investigación ha identificado indicadores de los diferentes riesgos, a través de una revisión de la literatura y de la experiencia práctica de las entidades colaboradoras del proyecto SAMU y Emet Arcoíris. Seguidamente, se utilizaron esos factores de riesgo y de protección para crear un cuestionario para definir perfiles estadísticos dentro de la herramienta digital VRIME.

En una segunda etapa, el grupo de investigación ha utilizado una metodología cualitativa para detectar indicadores de protección o resiliencia, recopilando las historias de éxito y de hospitalidad que influyen positivamente en la inclusión social de los menores. Actualmente, se está elaborando una publicación en la que se han recopilado experiencias de las buenas prácticas combinándolas con una base teórica científica, para apoyar la intervención de los centros de acogida y organizaciones sociales implicadas en la inserción social de este colectivo.

La creciente afluencia de menores extranjeros no acompañados en España está adquiriendo un ritmo cada vez mayor. En la práctica totalidad de los casos, estos menores han sufrido experiencias traumáticas, abusos y malos tratos que, con frecuencia, aumentan su vulnerabilidad y pueden dificultar su integración social. Andalucía, en este escenario, tiene un rol peculiar siendo una de las principales puertas de la frontera sur de Europa, muy próxima a los lugares de origen (Noroeste de África), y zona de “tránsito” de estos menores en su viaje migratorio. Ante esta realidad, la detección previa de perfiles de riesgo de mala adaptación en el ámbito escolar o social, de problemas de salud mental, de victimización o de problemas legales, puede garantizar la optimización del uso de recursos en los procesos de acogida e inserción por parte de las instituciones correspondientes y facilitar la protección de los derechos humanos de estos menores.

Cuando una vida está en juego

El área de Emergencias es una de las piedras angulares de SAMU. Las emergencias son el origen de la organización, su razón de ser. SAMU nació en una UVI Móvil, la primera que se introdujo en España hace ya más de 40 años. Hoy, esta área de la organización cuenta con una amplia cartera de servicios tanto en el traslado de pacientes críticos como en el sector de la formación, el despliegue de dispositivos médicos y riesgos previsibles y la acción humanitaria a nivel mundial.

A través de los dispositivos de UVI-Móviles de Sevilla, Málaga y Huelva, SAMU atiende las necesidades de pacientes críticos gracias a los contratos vigentes con el 061, dependiente del Servicio Andaluz de Salud de la Junta de Andalucía. En total, en 2022, se realizaron 7.309 traslados entre interhospitalarios y primarios.

Sevilla es la provincia con la plantilla más numerosa de las tres unidades de críticos existentes. Allí trabajan cerca de 50 personas entre médicos, enfermeros y técnicos en emergencias sanitarias (TES). Alfredo Delgado Vargas y José María Rodríguez Pérez son dos de los técnicos más veteranos de SAMU. El primero lleva 20 años trabajando en esta empresa y, el segundo, 18 años. “Lo mío es pura vocación. Yo estuve trabajando como camionero ocho años, pero, cada vez que veía una ambulancia, se me ponían los vellos de punta. Yo quería ser sanitario”, reconoce José María Rodríguez.

En el año 2000, decidió formarse cómo TES. Tres años después comenzó a trabajar en Ambulancias Tenorio, y, en marzo de 2005, en SAMU. “Siempre llevaba en mi camión libros de Soporte Vital Básico, de Soporte Vital Avanzado y de Trauma para estudiar durante las horas de descanso. Quería quitarme de la carretera”, recuerda ahora.

Las funciones de un TES son múltiples, pero José María Rodríguez admite que lo que más le gusta de su profesión es “el volante”. “Mi prioridad es llevar y traer a mi equipo de manera segura y, en el caso del paciente, trasladarlo a un centro sanitario en las mejores condiciones.

Los dispositivos de UVI-Móviles de SAMU se dedican al traslado de pacientes críticos. Estos traslados pueden ser primarios o secundarios. Los primeros “hacen referencia a pacientes cronodependientes, es decir, que el tiempo es vital para su diagnóstico, como es el caso de los pacientes que sufren un ictus o un infarto y las víctimas de accidentes de tráfico o de incendios, por ejemplo”, explica el técnico. Los traslados secundarios son los interhospitalarios para un mejor diagnóstico o tratamiento del paciente. Muchos de estos traslados son interprovinciales.

En el caso de Sevilla, en cada turno de 24 ó 12 horas trabajan seis personas divididas en dos equipos de tres miembros cada uno (un médico, un enfermero y técnico).

La coordinación es clave

Rodríguez hace hincapié en que, en los avisos, especialmente en los incidentes con múltiples víctimas, la coordinación de los equipos es fundamental. Siempre debe haber un mando al que no se le puede discutir. “El doctor Carlos Álvarez Leiva, presidente de honor y fundador de SAMU, siempre nos dice que más vale una mala decisión que una indecisión, y que orden más contraorden es igual a desorden”, señala el técnico a la vez que recuerda la actuación reciente en el incendio de una vivienda en el Polígono Norte de Sevilla. “Cuando nos dieron el aviso nos dijeron que íbamos como apoyo del equipo del 061, pero, por mi experiencia, sabía que no iba a ser así”.

En un incidente de estas características, según cuenta Rodríguez, se moviliza a todas las dotaciones disponibles porque, en un primer momento, no se conoce la magnitud ni la gravedad de la situación. “En SAMU nos enseñan a gestionar el caos y la incertidumbre. Yo no me pongo nervioso nunca, pero, aquel día, estaba inquieto porque había niños atrapados en la vivienda. Al principio fue un poco caótico. En la zona había muchos vecinos y familiares de las víctimas”, relata. La primera persona que salió del edificio fue el padre de la familia, que había saltado por la ventana para huir de las llamas. Tenía graves quemaduras en las dos extremidades superiores, varias fracturas y una intoxicación por monóxido de carbono.

“La orden fue que lo atendiera el equipo de SAMU, a pesar de que íbamos como equipo de apoyo. Nosotros seguimos las instrucciones y trabajamos en perfecta armonía con el 061 porque, como he comentado antes, don Carlos siempre nos ha inculcado que orden más contraorden es igual a desorden”.

Rodríguez explica que un técnico siempre debe estar preparado para cualquier cosa e ir por delante de la situación. “Debo saber en todo momento cuáles son los pasos que van a dar el enfermero y el médico para prestarle apoyo avanzado. Por ejemplo, si es necesario intubar, yo tengo que saber el tipo de tubo que necesita el médico antes de que él me lo pida. En estas situaciones, las órdenes son concisas y concretas. Se habla poco. No podemos titubear”.

El técnico reconoce que hay días más duros que otros y, en algunos casos, por mucho que intentes “no llevarte el trabajo a casa, es imposible quitar el enchufe y desconectar; hay actuaciones que recuerdas de por vida”. En el caso de José María Rodríguez, nunca olvidará un aviso en un domicilio de Las Cabezas de San Juan, en la provincia de Sevilla.

“Era una señora de cuarenta y pocos años. Al parecer, le había dado un infarto mientras estaba en la piscina y se había ahogado. Cuando llegamos, su hijo de cuatro años estaba en el borde de la piscina llorando e intentaba rescatar a su madre muerta con el recogehojas. Cogí al niño en brazos y me lo llevé de allí. Jamás olvidaré esa escena ni la cara del niño mirándome a la vez que me agarraba la pierna. Llevo 18 años aquí y éste ha sido mi peor caso. A la vuelta, tuve que parar la ambulancia para llorar”.

Para Alfredo Delgado, otro de los técnicos de Sevilla, su actuación más impactante también está relacionada con un menor de edad. “Era un 5 de enero, en la barriada sevillana de El Tardón. Recuerdo perfectamente el nombre de la calle y el número. Un bebé de dos meses estaba en parada. Estuvimos dos horas intentando reanimarlo con la madre a nuestro lado rota de dolor hasta que llegó el padre al domicilio y nos dijo que parásemos. El bebé había nacido con una malformación congénita y existía la indicación ‘no reanimar’. Imagínate lo difícil que es para un padre decirle a un médico que pare y no reanime a su hijo”, cuenta el técnico.

“Recuerdo que era una octava planta y cada uno de nosotros bajamos de una forma distinta, uno por las escaleras, otro por el ascensor, y otro se asomó a una ventana antes de bajar. Queríamos estar solos. Sólo queríamos llorar. Cuando llegamos abajo, la asociación de vecinos estaba preparando la visita del cartero real. Hablamos con ellos y les pedimos que trasladaran la fiesta a otro lugar porque en breve iban a bajar unos padres que acababan de perder a su hijo”, continúa Alfredo Delgado. “Todos tenemos fantasmas de los que no nos vamos a olvidar nunca por mucho que pase el tiempo”.

El técnico asegura que su profesión también es vocacional. En un primer momento estudió Pedagogía porque no le alcanzó la nota para entrar en Enfermería, carrera que ahora está a punto de terminar. “Gracias al apoyo de mis compañeros he podido estudiar Enfermería, algo que deseaba mucho hacer. Y no descarto estudiar ahora Fisioterapia”, comenta. “He aprendido más en SAMU gracias a los simulacros, sus cursos y ejercicios prácticos que en la propia carrera de Enfermería”.

De guardia

Durante la entrevista telefónica, el técnico es testigo de una colisión. “Ahora te llamo. Ha habido un accidente”, se despide precipitadamente Alfredo Delgado mientras sale de su vehículo para ayudar a los heridos olvidándose de apagar el móvil. Al parecer, un hombre de 27 años había resultado herido tras colisionar la motocicleta que conducía contra un turismo que habría realizado un giro indebido en la Avenida de El Greco de Sevilla, según informó después Emergencias Sevilla.

El técnico logra retomar la entrevista minutos después: no quiere olvidarse de mencionar a sus compañeros. “El nivel de los profesionales que salen de Escuela SAMU es muy potente, especialmente los enfermeros y los técnicos. Yo me iría con cualquiera de ellos de misión humanitaria”, reconoce Alfredo Delgado, que participó en las misiones de SAMU en Haití y en el Atlas Marroquí.

En el caso de la unidad de Málaga, la plantilla está formada por 12 enfermeros, nueve TES y seis médicos, y cuenta con dos servicios: el Equipo de Coordinación Avanzada (ECA), formado por un enfermero y un técnico; y una UVI-Móvil, compuesta por un médico, un enfermero y un técnico.

“Solemos realizar entre seis y 15 traslados al día entre avisos de críticos y primarios”, explica Ana Julia Suárez, que trabaja como médico de SAMU desde hace 15 meses. “Soy anestesista, natural de Venezuela, y decidí trabajar en el campo de las emergencias mientras conseguía la homologación de mi especialidad. No creía que me fuera a gustar tanto. Estoy encantada con el equipo. Estamos completamente compenetrados. Aquí se trabaja muy bien. Disfruto mucho trabajando en SAMU. La colaboración y la coordinación de los diferentes profesionales es perfecta”, comenta la médico que también ha trabajado en el servicio DCCU (Dispositivo de Cuidados Críticos y Urgencias) del Servicio Andaluz de Salud. “Creo que he elegido muy bien mi lugar de trabajo, ya que cuento con un equipo muy bien formado y con ansias de superarse cada día. SAMU es sinónimo de calidad y eficiencia”.

Al preguntarle sobre una actuación reciente, la médico recuerda un accidente de tráfico en el que un coche, que circulaba por un puente volteó y cayó sobre otro coche que circulaba por la carretera que estaba debajo del puente. “Íbamos de regreso a la base cuando nos encontramos con el accidente. Avisamos al centro coordinador y empezamos a atender a las víctimas porque en ese momento no había más recursos disponibles y nosotros ya estábamos allí”, relata.

La doctora Suárez explica que el equipo de Málaga realiza muchos traslados interhospitalarios: Jaén, Sevilla, Córdoba, Ronda, Antequera o Marbella son los principales destinos.

La médico reconoce que, una vez que consiga la homologación de su título de anestesista, su intención es compaginar el quirófano con las emergencias. “Me llena de satisfacción saber que estás contribuyendo positivamente en la salud de un paciente”.

La base más reciente de SAMU con servicio de 24 horas es la de Huelva, que en 2022 cumplió diez años. Aquí trabajan unos 20 profesionales, y, a diferencia de Málaga y Sevilla, cuyas bases son independientes, en Huelva comparten base con el personal del 061, lo que permite una mejor relación con los compañeros de otros dispositivos de emergencias.

Carmen Espina es una de las enfermeras de la unidad de Huelva. Recientemente, ella y dos de sus compañeros, un médico y un técnico, han sido reconocidos por el 061 por su actuación durante el incendio de una vivienda a finales de enero en el que fallecieron tres jóvenes estudiantes.

“El aviso llegó a las 7:50 de la mañana. Nuestros turnos son de 24 horas y empiezan a las ocho de la mañana, por lo que, afortunadamente, todos los miembros del turno entrante ya estábamos allí y fuimos los que acudimos al aviso”, explica la enfermera, antigua alumna de Escuela SAMU. “La situación era bastante compleja. Había muchos heridos. En un principio, pensábamos que sólo habría entre dos y cinco víctimas. Pero no fue así”.

El fuego se originó a primera hora de la mañana en un piso de estudiantes en la barriada de Isla Chica de Huelva. En el piso, de cuatro habitaciones, los bomberos encontraron varios colchones distribuidos por el suelo. Diez amigos habían salido la noche anterior para celebrar el fin de los exámenes y se habían quedado a dormir en el piso de cuatro de ellos. Siete jóvenes lograron salir por su propio pie, pero los otros tres dos chicas y un chico de entre 20 y 22 años, se quedaron atrapados en una de las habitaciones y fallecieron en el hospital por la inhalación del humo. La causa del fuego fue una estufa. “Trabajamos en equipo junto con el 061 y el servicio SUAP de Huelva. Además de los estudiantes, también resultaron heridos otros vecinos del edificio. Nosotros atendimos a una víctima que estaba inconsciente”, recuerda Espina.

Trabajar en el caos

En total hubo 13 heridos y tres fallecidos. “En aquel momento era muy importante saber gestionar el caos y trabajar de manera coordinada no sólo con el resto de los sanitarios, sino también con los bomberos y la policía. Fue una situación muy difícil porque había muchos familiares nerviosos esperando noticias y las víctimas eran muy jóvenes”, comenta. “El resto del día fue muy complicado. No había hecho más que empezar el turno y teníamos que estar a la misma altura. Fue un día muy duro y difícil”.

Tanto SAMU como el 061 han alabado la actuación de este equipo de Huelva. “En este tipo de avisos hay que estar a la altura profesional y personalmente y, al finalizar, tener la tranquilidad de que se hizo todo lo que se pudo”.

Además de participar en incidentes con múltiples víctimas, otra de las funciones principales de la unidad de Huelva son los traslados interhospitalarios de pacientes críticos. “Es común trasladar a un paciente desde Huelva hasta Sevilla o Málaga para un mejor diagnóstico o tratamiento. En nuestro caso, realizamos muchos traslados de pacientes pediátricos porque Huelva no tiene un hospital Materno-Infantil. Trasladamos a Sevilla muchos neonatos en incubadora. Estos avisos son los que más me impactan. Es injusto que una provincia como Huelva no tenga un centro de referencia materno-infantil. Es muy necesario”.

“Los profesionales de estas tres unidades son nuestros héroes del día a día. Héroes 24 horas diarias, 365 días del año”, destaca Juan González de Escalada, director del área de Emergencias de SAMU, que se muestra muy orgullosos del equipo de críticos, de su entrega y dedicación”.

Un nuevo recurso para las personas mayores de Isla Mayor

Fundación SAMU y el Ayuntamiento de Isla Mayor (Sevilla) han unido fuerzas para la puesta en marcha de una Unidad de Estancia Diurna (UED) dirigida a personas mayores en el municipio isleño. Esto va a ser posible gracias a una concesión administrativa por parte del Consistorio de un bien de dominio público. Esta residencia de mayores, que abrirá próximamente sus puertas, está ubicada en una parcela de titularidad municipal situada en la calle Paseo del Lucio Real. Es una edificación de nueva planta que ocupa una superficie construida total de 333 metros cuadrados. Esta UED tiene una capacidad de 30 plazas.

Con el propósito de dar a conocer este nuevo centro, Fundación SAMU organizó el 31 de marzo una jornada de puertas abiertas dirigida tanto a los vecinos de Isla Mayor como a las distintas organizaciones asociativas de la localidad.

“Ese edificio ha tardado años en construirse y la ciudadanía necesitaba conocer que ya este proyecto es una realidad que no tardará en comenzar a funcionar. El Ayuntamiento de Isla Mayor quería dar respuesta a esa necesidad y que los ciudadanos supieran, a través de las buenas calidades y aspecto del centro, el respeto que los mayores de Isla Mayor merecen en la atención de sus necesidades”, comenta María José Tinoco, directora del área de Dependencia e Inclusión Social de SAMU.

Además de vecinos de la localidad, a esta jornada de puertas abiertas acudió también Asunción Llamas Rengel , del área de Cohesión Territorial de la Diputación de Sevilla; Juan Molero Gracias, alcalde de Isla Mayor; y la delegada de Igualdad, Bienestar Social, Sanidad y Mujer de Isla Mayor, Verónica Vega Gómez, entre otros miembros de la corporación municipal.

Por otro lado, por parte de SAMU, acudieron al evento el director general adjunto, José Antonio Trujillo Martínez; y el subdirector del área de Dependencia e Inclusión Social, Rafael Rueda Amador.

El edificio se desarrolla en una sola planta y se accede a él por la fachada que discurre frente al Paseo Lucio Real, a través de una cancela metálica por la que se entra al patio exterior del edificio que sirve de zona de descanso y ocio de uso exclusivo para los usuarios. Desde el patio se accede al interior del edificio a través del vestíbulo donde se ubican la recepción y administración del centro. A través de un distribuidor principal se conectan las estancias de sala de estar, comedor, aseos y zonas de atención especializada (terapia ocupacional y rehabilitación). En la zona noroeste, para facilitar el acceso de mercancías y personal, se ubica una entrada de servicio, la cual comunica la cocina, el almacén, cuarto de limpieza y aseos, de uso exclusivo del personal del centro. Todas las instalaciones se encuentran totalmente terminadas y en uso.

El Ayuntamiento de Isla Mayor ha aportado el mobiliario y el equipamiento valorado en 35.180,37 euros. Éste está adaptado a los requisitos materiales y funcionales que la normativa exige para la dotación de Unidades de Estancia Diurna. La concesión del edificio por parte del Ayuntamiento para el uso y gestión de SAMU como UED para personas mayores tiene una vigencia de 10 años, prolongable a 75 años más pasado el primer periodo.

Fundación SAMU tiene todo a punto para la puesta en marcha de este nuevo proyecto. La dirección de la organización quiere que el centro abra sus puertas en pocos meses, en cuanto la dirección territorial de Inclusión Social, Juventud, Familias e Igualdad de Sevilla de la Junta de Andalucía autorice su funcionamiento.

La experiencia de San Isidoro

Este es el único centro dirigido a personas mayores con el que cuenta actualmente Fundación SAMU, pero no es el primero. La organización ya puso en marcha en 2005 la residencia de mayores San Isidoro en Sevilla capital. Hasta el momento, la labor de la organización se centraba en los servicios y la formación en el ámbito de las emergencias. Con esta residencia de mayores, ya extinta, SAMU daba su primer paso en el campo de la acción social. Tres años después de esta experiencia, en 2008, SAMU tendió su mano a las personas con discapacidad y abrió dos nuevos recursos: la Unidad de Estancia Diurna San Lucas y la Residencia Santa Ana, ambas en Sevilla capital.

SAMU, a través de su Fundación, continuó creciendo y en 2010 abrió sus puertas la Residencia San Sebastián, en Cantillana (Sevilla), con capacidad para 60 personas con discapacidad intelectual y graves trastornos de conducta. “Este recurso se distingue de los demás porque es temporal. El objetivo es estabilizar a la persona, proveerla de las herramientas personales necesarias para que pueda convivir en un contexto normalizado (domicilio, otra residencia, unidad de día…). Hasta que esta situación no se da, no disponen del alta terapéutica. Cuando llega ese momento es cuando se ve el sentido del trabajo de los profesionales. Esto supone una gran satisfacción para el equipo”, apunta Tinoco.

“SAMU es una entidad valiente, que le gusta afrontar retos y atender aquellas situaciones que requieren de una madera especial en los profesionales que se dedican a ello. Es una organización que ve la necesidad de las personas y la ocasión de atenderlas. Es una entidad que sirve a las personas”, explica María José Tinoco.

“Desde el inicio de la atención sociosanitaria en SAMU, los equipos profesionales han sabido crecer, unas veces equivocándose, y muchas otras aumentando sus conocimientos a través de la formación. Los equipos del área de Dependencia e Inclusión Social son maduros, asentados, con buenos procedimientos, motivados y conocedores de la importancia de su quehacer diario. Han desarrollado competencias adaptadas a las necesidades de los colectivos que atienden y han perfeccionado sus métodos y protocolos. Han sabido mejorar la profesionalización de su atención”, continúa la directora del área de Dependencia e Inclusión Social de SAMU.

Once proyectos activos en 2023

El año 2022 ha supuesto un antes y un después para el área de Dependencia e Inclusión Social de SAMU al ampliar sus horizontes con hasta seis nuevos recursos y servicios ubicados en diferentes puntos de España. Hasta hace un año, esta área perteneciente a Fundación SAMU, y liderada por María José Tinoco, se enfocaba principalmente a la atención de personas dependientes con discapacidad intelectual. En los últimos meses, este departamento ha asumido nuevos retos y su influencia se extiende a otros colectivos vulnerables y en riesgo de exclusión social, como por ejemplo, las personas mayores, inmigrantes adultos y personas en situación de exclusión social, entre otros colectivos.

El pasado año ha sido relevante para esta área no solo por su redefinición y ampliación de alcance, sino también por su trabajo para homogeneizar los procedimientos internos de los centros. Asimismo, se ha llevado a cabo un plan de formación para todo el personal vinculado al área.

Ésta área cerró el año 2022 con 10 recursos de dependencia, cuatro de ellos abiertos el pasado año; y 4 centros y servicios de inclusión social, de los cuales dos son de nueva creación. Gracias a todos estos dispositivos, el área de Dependencia e Inclusión Social de SAMU atendió en 2022 a más de 3.700 personas individuales y familias.

SAMU ha continuado creciendo en 2023. En febrero, la organización puso en marcha un servicio de inserción socio laboral en pisos de baja supervisión dirigido a personas sin hogar. Este nuevo proyecto se desarrolla en las provincias de Sevilla, Cádiz y Córdoba.

Formación para sanitarios todoterreno

Los alumnos del segundo año del ciclo de Formación Profesional del Grado Medio de Técnico en Emergencias Sanitarias (TES) han participado en dos nuevos talleres puestos en marcha por Escuela SAMU con motivo del final del segundo trimestre y la entrega de notas. Las actividades han consistido en un taller de Conducción 4×4 y otro taller de Técnicas de Autoprotección, con una duración total de tres horas.

“Estas actividades están planteadas para seguir formando a nuestros alumnos en planos diferentes y que puedan ser de utilidad en su futuro laboral. Los principales objetivos del taller de Conducción 4×4 son conocer cómo es un vehículo de estas características y sus diferentes posibilidades. Además, enseñamos a los alumnos cómo conducir un todoterreno en distintas situaciones y también les mostramos técnicas específicas de manejo. Por último, realizamos prácticas sobre circuitos aplicando todas las técnicas aprendidas”, detalla Beatriz Estrada, jefa de estudios de Escuela SAMU.

Una de las principales funciones que el Técnico de Emergencias Sanitarias (TES) asume durante una asistencia sanitaria es la de asegurar el desplazamiento del vehículo de emergencia, con sus ocupantes y material, hacia el lugar de destino y, luego, hacia el centro hospitalario asignado. Esta función se debe garantizar con la máxima seguridad y en el menor tiempo posible. Para ello, además de estar en posesión de los carnets de conducir requeridos a nivel legal para cada tipo de vehículo de emergencia, el Técnico en Emergencias Sanitarias debe ser capaz de gestionar una gran variedad de situaciones de conducción manteniendo la calma, la eficacia y el control del vehículo en todo momento.

Por otro lado, según detalla Estrada, el taller de autoprotección impartido en Escuela SAMU busca fortalecer el carácter profesional del alumno aportándoles ciertas capacidades de actuación en situaciones de riesgos, tanto el cuidado de su integridad física como la capacidad de proteger al paciente en el caso de posibles alteraciones conductuales. Este curso quiere aportar al alumnado una nueva herramienta de seguridad laboral bidireccional: mantenerse a salvo y salvaguardar a la vez la integridad de los pacientes; y aprender a utilizar de manera adecuada técnicas de inmovilización, esquivas y agarres.

“El resultado de ambos talleres ha sido satisfactorio. Los alumnos y alumnas han demostrado destreza y soltura en las prácticas. Han aprendido nuevos conceptos y han disfrutado de un espacio formativo diferente donde han podido poner en práctica nuestro lema: aprender haciéndolo”, destaca la jefa de estudios de Escuela SAMU.

Cuatro ciclos de FP

Durante este curso 2022-2023, Escuela SAMU cuenta con unos 200 alumnos de Formación Profesional. Por primera vez, este año se imparten hasta cuatro ciclos diferentes de Formación Profesional: el Grado Medio de Técnico en Emergencias Sanitarias, que este año, dada la alta demanda, cuenta con dos grupos presenciales y un tercero semipresencial; el Grado Medio en Técnico en Cuidados Auxiliares de Enfermería; el Grado Superior Técnico en Integración Social; y el Grado Medio Técnico en Emergencias y Protección Civil, un ciclo que por primera vez se imparte en Escuela SAMU y que cuenta con bomberos con experiencia entre sus docentes.

“En Escuela SAMU nos comprometemos con la excelencia en la enseñanza. Fomentamos la investigación, la innovación y el desarrollo como medio para el crecimiento continuado de nuestra escuela. Garantizamos la calidad en la enseñanza creando una escuela viva, innovadora, abierta a los cambios, a las necesidades del momento y a la búsqueda continua de la mejora”, explican desde la dirección de Escuela SAMU. “Además, nuestros alumnos adquieren un papel activo en su formación, asimilando estrategias de resolución de problemas en situaciones de estrés, de trabajo en equipo multidisciplinar y trabajando sobre procedimientos actualizados. La formación más exigente tiene como fruto a los profesionales mejor preparados”.

Un recurso de referencia

Escuela SAMU es el mayor complejo europeo en simulación sociosanitaria y de emergencias. Es un centro educativo innovador que potencia el aprendizaje a través de la experiencia real del alumno. Cuenta con unas instalaciones de más de 17.000 metros cuadrados con numerosos escenarios de intervención en emergencias.

A la clínica de simulación existente, el avión, el tren, una zona con coches siniestrados, un edificio que permite realizar rescates en altura, una piscina donde se practican rescates acuáticos y otros muchos escenarios de simulación más, se ha sumado este curso con una ambulancia accidentada y un helicóptero sanitario (HEMS) donde los alumnos del Máster propio de Enfermería de Urgencias, Emergencias, Catástrofes y Acción Humanitaria ya han podido empezar a formarse en el traslado aéreo de pacientes.

 

José Bermudo, alumno de Escuela SAMU“Cuando vine y vi la escuela, supe que éste era mi sitio”

José Bermudo Sánchez (1992, La Puebla de Cazalla, Sevilla) decidió hace dos años poner al frente de su negocio a su madre y estudiar el ciclo de FP de Grado Medio de Técnico en Emergencias Sanitarias (TES) en Escuela SAMU con el claro propósito de poder ayudar a los demás.

 

—¿Por qué decidió estudiar en Escuela SAMU?
—Elegí este centro para formarme por su reconocimiento y prestigio. Escuela SAMU es un referente de la formación sanitaria, especialmente, de las emergencias. Sinceramente, creo que estudiar aquí es una de las mejores decisiones que he tomado en mi vida. Tenía muchas ganas de matricularme en el Grado Medio de Técnico en Emergencias Sanitarias. No lo había hecho hasta ahora por motivos laborales. Tenía una pequeña tienda en mi pueblo y no podía dejarla. Cuando vine para informarme, hablé con Virginia Morales, secretaria de la escuela, y vi el centro y sus instalaciones en persona supe que éste era mi sitio.

—¿Cómo conoció Escuela SAMU?
—Principalmente por internet, pero, después de buscar información en la web, un amigo me comentó que él también se estaba informado sobre la metodología del centro, los precios de los cursos y su oferta académica, entre otros asuntos.

—¿Por qué tomó la decisión de formarse en el campo sanitario?
—Yo tenía una tienda de alimentación en mi pueblo, pero siempre me ha gustado ayudar a los demás. En varias ocasiones he sido testigo o me he visto involucrado en dos accidentes de tráfico, un síncope, un ataque epiléptico o en el caso de un niño de cinco años que sufrió una hipoxia. En todos estos casos pude ayudar hasta que llegaron los sanitarios. Tras vivir estas experiencias decidí estudiar el Grado Medio de Técnico en Emergencias Sanitaria. Ahora es mi madre la que está al frente de la tienda.

—¿Qué expectativas tenía sobre el centro cuando comenzó sus estudios?
—Mi objetivo era sólo trabajar el día de mañana en una ambulancia de soporte vital avanzado, por eso me matriculé, pero, una vez en la escuela, con el tiempo, tengo nuevos retos más allá de ponerme al volante de una ambulancia. Por ejemplo, me gustaría trabajar con pacientes de salud mental o en logística. Lo que sí he tenido claro siempre es que quería trabajar en esta gran familia que es SAMU.

—¿Cree que es posible?
—Sí, de hecho, actualmente compagino mis estudios con mi trabajo en la clínica SAMU Wellness, especializada en la atención de pacientes de salud mental. Estoy muy contento tanto con el trabajo que realizo como por los compañeros que tengo porque hacen que todo sea más fácil.

—¿Cómo empezó a trabajar en SAMU Wellness?
—Durante mis estudios quería ir más allá y le pregunté a la jefa de estudios de Escuela SAMU, Beatriz Estrada, si podía realizar un voluntariado en SAMU Wellness. Quería comprobar si me sentía cómodo en el campo de la salud mental y ganar experiencia. Beatriz lo gestionó. A la dirección de la clínica le pareció bien. Empecé como voluntario sin saber realmente dónde me metía. Pero, cada día que pasaba, me gustaba más el trabajo que hacía. Tras un periodo de voluntario me llamaron para cubrir una necesidad.

—¿Cómo fue su primer año en Escuela SAMU?
—En mi primer año, especialmente en los primeros meses, recuerdo vivir mucha incertidumbre. No sabía si iba a ser capaz de adaptarme y de trabajar en el sector sanitario, entre otras cosas. Como suele decir mi instructor Andrés Rodríguez Holst, tuve que aprender a gestionar mis miserias.

—¿Qué destacaría de ese primer año?
—Lo que más me impresionó cuando llegué fue la calidad docente y la profesionalidad de los instructores, así como el modo de impartir las clases. Pero lo que más me gustó, sin duda, fueron los casos prácticos. Es cierto que soy una persona muy autoexigente y no me gusta fallar, por lo que siempre acudía a los casos prácticos nervioso y con la intención de darlo todo. Pero, sobre todo, lo que destacaría de mi primer año es la relación con los compañeros y todo lo aprendido tanto en los casos prácticos como en el aula y en los simulacros.

—Y el segundo año, ¿cómo está transcurriendo?
—Este segundo año está pasado volando. Cuando me he dado cuenta ya estábamos haciendo los exámenes de final de trimestre y eligiendo dónde vamos a hacer las prácticas. Yo, sin duda, he elegido hacerlas en SAMU. Lo que más me ha gustado este año ha sido poder colaborar en la gestión de una parte del dispositivo médico de la Maratón de Sevilla, que se celebró en febrero, y poder participar en las Olimpiadas TES. Gracias al trabajo en equipo, mi grupo quedó primero en las pruebas eliminatorias y segundos en la gran final.

—¿Qué destacaría de la formación que se imparte en Escuela SAMU?
—El lema que tienen en la escuela lo llevan al dedillo. Aprender haciéndolo. Es literal. La escuela cuenta con muchas instalaciones y escenarios diferentes, así como material de primera calidad, que te permite aprender de manera práctica desde el primer día. No hay otra escuela igual en España. Por otro lado, para ser un gran profesional es fundamental saber gestionar la incertidumbre, la inseguridad y saber priorizar las cosas. Lo primero es lo primero, lo segundo es lo segundo y lo tercero es lo tercero. Aquí te enseñan estas cosas desde el primer día. Además, gracias a los conocimientos adquiridos durante tu formación, tienes la posibilidad de participar en diferentes dispositivos de riesgos previsibles, como la Maratón de Sevilla o el festival de música de primer nivel Icónica Fest.

—Quedan pocos meses para que termine el curso. ¿Cuál será su siguiente paso?
—Me gustaría seguir formándome en salud mental y en el campo prehospitalario con cursos como el de Soporte Vital de Trauma Prehospitalario (PTHLS).

—¿Recomendaría a otros jóvenes estudiar en Escuela SAMU?
—Por supuesto que sí. Yo siempre digo que invertir en tu futuro profesional es la mejor inversión que puedes hacer cuando eres joven. Y, en concreto, en Escuela SAMU lo tienes todo: formación de calidad, casos prácticos, simulacros, grandes profesionales, dispositivos sanitarios… En mi caso personal, le estoy muy agradecido a todo el equipo de la escuela, desde su director, Thomas Couyotopoulo, hasta la secretaria del centro, Virginia Morales, pasando por la jefa de estudios y todos los instructores. Escuela SAMU me ha cambiado la vida.

Estrategia, concentración y mucha puntería en El Sauzal

Todos los sábados desde hace cinco años, una decena de residentes del Centro de Atención de Personas en Situación de Dependencia derivada de Discapacidad Física (CAMF) El Sauzal, situado en Santa Cruz de Tenerife, acuden a un espacio municipal llamado La Pirámide donde entrenan durante dos horas al boccia, un deporte adaptado por categorías para personas con discapacidad que consiste en lanzar unas bolas lo más cerca posible de la pelota blanca que sirve de objetivo, a la vez que intentan alejar las de sus rivales, en un ejercicio continuo de tensión y precisión. Es similar a la petanca.  La afición a este deporte en este centro de Fundación SAMU es tan grande que han creado el Club Deportivo Aidifte Boccia, referente de este deporte paralímpico en Santa Cruz de Tenerife.

“Hace 17 años, nuestro compañero Juan Jesús Escobar, junto con dos personas más, fundó Aidifte (Asociación para la Integración de Discapacitados de Tenerife). Esta asociación se creó para mejorar nuestros recursos dentro del centro, como por ejemplo con la adquisición de un proyector o un ordenador”, explica Ana Violeta Silva Pestana, vicepresidenta de la Aidifte y del Club Deportivo Aidifte Boccia.

Más recientemente, hace cinco años, los miembros de la propia asociación fueron conscientes de la importancia del deporte como elemento integrados de las personas con discapacidad en la sociedad, y se decidió crear un club deportivo especializado en la boccia, que se convirtió en el primer club dedicado a este deporte adaptado de Canarias. Desde finales de 2022, es un club federado.

En la isla de Gran Canaria se ha creado recientemente otro club de Boccia, lo que ha generado una gran ilusión en El Sauzal. Ya han iniciado algunas conversaciones con el equipo vecino para poder realizar competiciones amistosas. “En cuanto los compañeros de Gran Canarias tengan un poco más de rodaje, se acabaron las competiciones amistosas”, comenta entre risas Ana Violeta Silva desde Santa Cruz de Tenerife a través de una videollamada en la que le acompañan Felisa Aránzazu López de León, presidenta del Club Deportivo Aidifte Boccia; Juan Jesús Escobar, socio fundador y tesorero de Aidifte y secretario del club; y María Delfina Llano Pérez, jugadora del club deportivo.

Los jugadores de El Sauzal se reúnen todos los sábados para entrenar y para profundizar más en este deporte a través de charlas y talleres. Además, los miembros del club deportivo también realizan visitas a colegios e institutos donde ofrecen charlas a los escolares sobre el boccia y les invita a colaborar con ellos como voluntarios.

“Gracias al boccia puedo practicar un deporte. Tengo una movilidad muy reducida y, a pesar de eso puedo decir que practico un deporte. No puedo moverme ni lanzar una bola con el brazo, pero el boccia es un deporte adaptado y gracias a una canaleta puedo practicarlo. Es un juego de mucha concentración, estrategia y puntería”, destaca Ana Violeta Silva, que se desplaza en silla de ruedas. “Es un deporte muy metódico”, añade Juan Jesús Escobar, (“Suso para los amigos”), uno de los jugadores con mayor puntería, según aseguran sus propios compañeros.

En la conversación también participa Felisa Aránzazu López de León, presidenta del Club Deportivo Aidifte Boccia. En su caso, ella no es jugadora, sino que actúa como árbitro durante las competiciones y como apoyo para sus compañeros. “Yo no puedo agacharme para coger las pelotas, pero si puedo colocarle la canaleta a un compañero para que lance su bola. Gracias a este deporte y a mi implicación en el club, me siento útil y satisfecha”.

Una importante labor social

Una decena de residentes del CANF El Sauzal practican este deporte de manera fija. A ellos se suma otro grupo de usuarios temporales del centro. El propósito de este equipo es poder competir en breve “con los vecinos” de la isla de Gran Canarias. “Nos hace mucha ilusión que exista un referente del boccia en las islas Canarias”, apunta Ana Violeta Silva. Patricia Martínez Haro, directora del CADF El Sauzal, destaca también la “importante labor social” que se lleva a cabo a través de la asociación Aidifte.

“Nosotros no sólo necesitamos ayuda, sino que también podemos prestarla. Por ejemplo, en Navidad, colaboramos con una campaña solidaria de La Caixa y apadrinamos a un niño de 13 años y a una abuelita, que tuvieron su regalo el día de Reyes”, explica Felisa Aránzazu López de León.
“Es muy importante la labor que hacen para dar visibilidad al deporte adaptado. Las charlas en los colegios son muy constructivas y durante la Semana de la Discapacidad mostraron cómo se practica el boccia en la plaza del pueblo”, añade Patricia Martínez.

Estos jugadores cuentan con un grupo numeroso de voluntarios que los apoya durante los entrenamientos y las competiciones formado por vecinos del municipio, miembros de la asociación Tenerife Solidario y usuarios y trabajadores del centro gestionado por Fundación SAMU, además de una extrabajadora. Ana Violeta Silvia reconoce. “Todo el que llega y nos conoce no se quiere ir”.

El reto del equipo para 2023 es poder competir fuera de Santa Cruz de Tenerife. Y pronto, los jugadores de Aidifte tendrán sus propias camisetas de color azul, rojo y blanco.

Monkam Josué Mozar, premio al esfuerzo y superación

La Consejería de Desarrollo Educativo y Formación Profesional de la Junta de Andalucía concedió el 15 de marzo a 20 estudiantes los premios al esfuerzo y a la superación personal en Educación Secundaria Obligatoria para personas adultas. Estos galardones tienen como objetivo reconocer y valorar públicamente los méritos de este alumnado, tanto por la superación de la etapa con excelente rendimiento académico, como por la actitud sobresaliente en el interés y dedicación por el aprendizaje y la superación personal.

El joven Monkam Josué Mozard, que estuvo viviendo en el ISL El Castillejo hasta su mayoría de edad, fue uno de los premiados. Alumno del IES Nuestra Señora Del Rosario de Ubrique (Cádiz), Monkam ha sido galardonado como el mejor estudiante de la provincia de Cádiz. El joven cuenta con la segunda mejor nota de los 20 galardonados.

Desde su ingreso en el ISL El Castillejo en mayo de 2021, Monkam ha sido un joven constante y perseverante en el cumplimiento de sus objetivos. Ha participado en todas las actividades del centro, con una actitud muy positiva ante cualquier actividad y tratando siempre de conciliar las actividades laborales y su implicación en las mejoras de las condiciones del entorno.

Si por algo siempre se ha caracterizado Monkam ha sido por su constancia y perseverancia en todo lo que se proponía. Ha cumplido con encomiable interés con sus prácticas formativas, realizadas en un Bar-Restaurante de El Bosque y que, a su vez, compaginaba con sus estudios de español en el CEPER, así como el perfeccionamiento de la lengua inglesa, sin olvidarnos de la superación de los estudios de la Educación Secundaria para adultos (E.S.A) con excelente calificación”, explica Mariano Garrido, del equipo de ISL El Castillejo.

“Después de haber sufrido una travesía durísima y complicada, nunca me vine para atrás porque salí de mi país con muchas ganas de desarrollar el potencial que tengo”, comentaba recientemente el joven en una entrevista en la radio. “El esfuerzo y la superación personal no nace de la nada, tiene que haber un sentimiento de motivación y autoestima que siempre encontré en mis educadores y educadoras. Por ello, quiero agradecer a Fundación SAMU, a ISL El Castillejo, a su dirección y al equipo educativo por darme la oportunidad y el acompañamiento durante mi proceso de aprendizaje, inserción sociolaboral y la adquisición en valores, que han sido claves en mi desarrollo personal”.

“Quiero agradecer a todas aquellas personas que me han apoyado en los momentos difíciles y que han sido fuente de inspiración. No me puedo olvidar de Sonia, Silvia y María, profesoras del Ceper Siete Villas del Bosque, mis primeras instructoras; de Isabel Aguilar, antigua directora del mismo Ceper, quien me ayudó a creer en mí mismo y en mis posibilidades; así como del profesorado del IES Remedios de Ubrique, encargados de la plataforma virtual para la ESA”, mencionaba el joven. “Finalmente quiero ante todo agradecer a todos aquellos organismos oficiales que me han dado la posibilidad de crecer como persona, estudiante y trabajador, especialmente a la Consejería de Desarrollo Educativo y Formación Profesional de la Junta de Andalucía, por haber reconocido la excelencia en mi rendimiento académico y mi interés por el aprendizaje, otorgándome el premio al esfuerzo y la superación personal.

El equipo de profesionales de ISL El Castillejo se siente muy orgulloso de las palabras de Monkam, de su buen trabajo y esfuerzo realizado y le anima a seguir imponiéndose nuevas metas y retos que le lleven a la consecución de nuevos logros que le impulsen y le ayuden en su total crecimiento laboral y en su desarrollo personal.

Equipo de ISL El Castillejo

Una emancipación óptima desde los centros de menores de Fundación SAMU

La emancipación por mayoría de edad dentro de los centros de menores es un proceso complejo por el que deben pasar todos los menores que son acogidos en los diferentes recursos que habilitan las administraciones una vez que llegan a España desde sus países de origen. Este proceso se convierte, en la mayoría de los casos, en una situación de estrés y de incertidumbre para los jóvenes, por lo que desde los centros de menores se trabaja desde prácticamente su llegada al recurso para ir preparándolos y dotándoles de las herramientas que faciliten este gran paso.

Desde que los menores ingresan en el recurso, todo lo que se trabaja en los centros está enfocado al proceso de emancipación, toda la formación que reciben y los aprendizajes que adquieren en el recurso se realizan con la intención de favorecer su integración en la sociedad y de finalizar con éxito el proceso de emancipación.

El proceso de emancipación se considera un éxito cuando el menor es capaz de valerse por sí mismo sin necesidad de ayuda externa ni económica, ni administrativa ni de agentes sociales. En la mayoría de los casos, esta emancipación no se realiza de manera completa una vez que abandonan el centro de menores por mayoría de edad, ya que, en muchos casos los menores son derivados a pisos de mayoría de edad donde continúan recibiendo la ayuda de la administración y de las distintas entidades. Pero se dan situaciones en las que el menor lleva tiempo trabajando, por lo que tiene un contrato de trabajo y ahorros suficientes para pagar un alquiler o se pueden trasladar con algún familiar.

Aunque no sepamos con exactitud si el proceso de emancipación se va a completar o no, el trabajo que se realiza en los centros de menores está enfocado a que los jóvenes cuenten con todas las herramientas que necesitan para dar el paso a la autosuficiencia.

El trabajo que se realiza, aunque siguiendo unas directrices más o menos establecidas, se va llevando a cabo teniendo en cuenta que existen diferencias significativas entre los menores, lo que nos obliga a ir buscando alternativas y elaborando diferentes caminos que puedan favorecer cada uno de los procesos de emancipación. Uno de los puntos principales en los que focalizamos el aprendizaje es la adquisición del idioma, el cual es lo que abre todas las puertas de cara a la mayoría de edad.

Desde su llegada, los menores son escolarizados y se comienza a visualizar cuáles son las expectativas del joven y sus capacidades, y se les insta a conseguir el graduado escolar, lo cual es muy beneficiosos a la hora de su inserción laboral. Una vez que el chico o la chica pasa el proceso de observación, en el cual evaluamos cuáles son sus preferencias formativas y laborales, se va trabajando sobre su desarrollo dentro del centro.

Trabajamos con ellos en su día a día buscando que sean autosuficientes en todos los aspectos, desde el cuidado de su espacio personal y su salud hasta el cuidado del entorno en el que viven. Los menores deben aprender todo tipo de cosas hasta ser capaces de valerse por sí mismos. Deben saber usar una lavadora, útiles de cocina para preparar su comida, buscar horarios de autobuses y realizar distintas combinaciones, asistir a citas médicas y solicitarlas, hacer la compra, conocer y usar de forma eficiente las distintas administraciones como SAS, SAE, SEPE, entidades de búsqueda de empleo, Extranjería, Consulados…. en definitiva, deben estar preparados para realizar cualquier trámite o tarea por sí solos, sin la ayuda de nadie.

Esto se consigue con diferentes niveles de éxito. Hay menores que son completamente independientes cuando salen del recurso y otros, sin embargo, requieren, aun siendo mayores, la ayuda de agentes sociales que les facilitan la superación de algunas dificultades.

Cumplir objetivos

Desde el ISL SAMU Dúrcal hemos ido trabajando en esta línea con todos los menores que han sido acogidos en nuestro recurso con unos resultados muy positivos. Un gran número de nuestros chicos han cumplido su mayoría de edad con un contrato de trabajo, lo cual proyecta de manera muy beneficiosa para el joven su nueva etapa de mayoría de edad. Uno de los casos más exitosos en los últimos meses es el de A.K. Este joven se emancipó de nuestro recurso por mayoría de edad, con un contrato laboral de formación vigente hasta septiembre de 2023 en el restaurante El Koso, en Granada, como ayudante de cocinero, con un título de FPB y su graduado en ESO, y una cantidad de ahorros suficientes para iniciar su vida autónoma. A.K. ha sido el ejemplo de la constancia y de la fortaleza que requiere haber llegado a España con menos de 15 años.

Tras más de tres años acogido en el ISL SAMU Dúrcal, el joven ha conseguido muchos de sus objetivos planteados en su proyecto migratorio. A.K. es un joven dinámico, abierto, con un excelente nivel idiomático, el cual dispone de una red social estable en la que es su provincia de residencia, independencia económica para comenzar su nuevo camino, y una familia que lo apoya, no sólo en su país natal, sino la que se ha creado en nuestro recurso.

Conseguir estos objetivos en un proyecto migratorio no suele darse con mucha frecuencia ya que deben darse muchos factores para alcanzarlos, pero aun así contamos actualmente con perfiles que pueden alcanzar un éxito similar. Desde el ISL SAMU Dúrcal estamos trabajando para conseguir estos objetivos que tanto ayudan a los menores a tener un proceso de emancipación más encaminado y con más proyección de futuro.

Esto es, en definitiva, un trabajo diario y muy personal con cada uno de los jóvenes que son acogidos en nuestros centros, a los que, a través del trabajo, el cariño y la empatía se les van ofreciendo las herramientas y los conocimientos necesarios para ser parte de la sociedad y puedan ir construyéndose su propio futuro.

Por JAVIER BOSQUET / ISL SAMU Dúrcal