Pequeñas valiosas acciones en el Día Mundial del Medio Ambiente

El 5 de junio se celebró el Día Mundial del Medio Ambiente. Esta efeméride, promovida por las Naciones Unidas, se creó el 15 de diciembre de 1972 con el objetivo de sensibilizar a la población sobre la necesidad de impulsar la acción a favor del medio ambiente de manera global. Anualmente se celebra este día con diversas actividades de alcance mundial encaminadas a la protección y mejora del entorno.

Desde sus inicios, la Residencia San Sebastián ha demostrado su compromiso con el hábitat que nos rodea con diversas actuaciones en beneficio del entorno cercano a nuestro centro así como en otras actividades diseñadas por organizaciones externas. Tenemos claro e intentamos compartir con nuestros residentes la necesidad de ser responsables en el cuidado de nuestro entorno.

Igualmente, nuestro trabajo viene enmarcado en varios de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) u Objetivos Globales creados por las Naciones Unidas en 2015 para, entre otros objetivos, proteger el planeta. Estos objetivos, por definición, están integrados entre ellos, pero estas actuaciones concretamente están ideadas siguiendo los objetivos número 11 (Ciudades y Comunidades Sostenibles), número 13 (Acción por el Clima) y número 15 (Vida de Ecosistema Terrestre).
Con todo este marco, nuestros residentes han querido sumarse a esta iniciativa con diferentes actividades según los grupos de trabajo. Uno de ellos ha elaborado con materiales reciclados una ciudad de papel y una pecera para ver qué maravillas nos encontramos en el fondo del mar.

Otro de los grupos ha trabajado en labores de huerto. Los residentes se han encargado de la compra de los materiales necesarios y la búsqueda de otros provenientes del reciclado para la plantación de semillas de distintos tipos de verduras y flores. Esta actividad además fomenta valores de responsabilidad y cuidado diario.
Por último, no podemos dejar de lado la atención hacia nuestros pequeños animales. Por ello, otra de las actuaciones llevadas a cabo ha sido la elaboración de varios tipos de comederos para pájaros con cacahuetes, alpiste y materiales reciclados.

Estas actuaciones orientadas a la protección y cuidado del medio ambiente se han extendido a otros centros de la entidad como el CAFD El Sauzal. En este centro se trabaja diariamente en la sensibilización hacia las personas usuarias y trabajadores con el objetivo de reducir los residuos vertidos a los océanos tanto desde el uso responsable de materiales como baberos, como en la colocación de cartelería informativa, además del uso de contenedores de reciclaje facilitados por la asociación Ecoembes colocados en puntos estratégicos de los centros.

DOLORES RUIZ MARTÍN. Educadora de la Residencia San Sebastián

Dentro de la ESN, una red de cooperación europea para la acción social

SAMU y su fundación están inmersos en un proceso de cambio enmarcado dentro de los objetivos recogidos en la Agenda 2030, dónde la internacionalización, el desarrollo, la investigación, la cooperación y la sostenibilidad son los principales protagonistas. Siguiendo esta línea, el departamento de Desarrollo Internacional de SAMU puso en marcha los trámites para formar parte de la European Social Network (ESN), un objetivo que alcanzó en febrero, cuando Fundación SAMU por fin se consolidó como parte de esta red de cooperación europea que trabaja y dirige conjuntamente a las más de 150 organizaciones procedentes de 34 países miembros que la integran hacia el desarrollo y la innovación en materia de servicios sociales.

Tal y como destacan desde el departamento, José Antonio Trujillo, adjunto a dirección general, fue el impulsor clave de este paso hacia la internacionalización de la entidad: “Desde el primer momento ha estado indicándonos el mejor camino a seguir en este nuevo terreno comunitario, buscando las mejores maneras de entrar de lleno en su tejido de empresas y personas”, aseguran.

En lo referente a los requisitos establecidos por la ESN para formar parte de su red, SAMU apenas encontró obstáculos para acceder a ella. La organización cuenta con más de 40 años de experiencia en diversos campos de actuación sociosanitaria que respaldan su compromiso con la acción social.

Tras su incorporación, Fundación SAMU ha iniciado esta nueva etapa como miembro de la ESN por todo lo alto. Actualmente, participa en diversos proyectos europeos. Uno de ellos se va a presentar para que se postule como candidato en los Premios Anuales de Servicios Sociales de la red, que serán entregados en Málaga en su próxima edición; y otro de ellos contará con la participación directa de la ESN. “Sin duda, el acompañamiento de esta entidad está siendo enriquecedor para nuestra Fundación y nos ayuda a acercarnos a nuestro objetivo de ayudar y de estar siempre al lado de las personas que más lo necesiten”, apuntan desde el departamento de Desarrollo.

Los objetivos de Fundación SAMU en su nueva condición como miembro de la ESN se enmarcan en dos horizontes temporales a corto y medio plazo, siendo el más inminente la creación de una red de contactos con los que poder estrechar relaciones y unir fuerzas. Y no solo eso, sino que también facilita un intercambio de ideas y conocimientos que “brinda la oportunidad de aprender a través de las experiencias compartidas de sus miembros”.

A medio plazo, la organización consolidará su posicionamiento internacional dentro del ámbito europeo. “Creemos que nuestra membresía va a aportar mucho a este objetivo al estar incluidos en una red de asociaciones nacionales de directores de servicios sociales: departamentos nacionales, regionales y locales de bienestar social en ministerios, regiones, condados, ciudades y municipios; universidades, escuelas nacionales o institutos de investigación aplicada que trabajen en la mejora de los servicios sociales y, por último, en organismos reguladores y de inspección”, destacan.

Digitalización y resiliencia

Fundación SAMU, representada por Borja González de Escalada, vicepresidente de la misma, e Isabel Dato, asesora técnica de proyectos del departamento de Desarrollo Internacional de la organización, participó en el congreso europeo organizado por la ESN sobre digitalización y resiliencia, dos aspectos clave en el desarrollo actual de los servicios sociales.

En él, los representantes de Fundación SAMU tuvieron la oportunidad de asistir a su primera reunión anual como miembros de la ESN, un hecho que les permitió conocer a los profesionales que conforman el equipo de trabajo de la organización al completo, así como a diversos miembros de la red de cooperación europea.

El congreso europeo de servicios sociales se celebró en Hamburgo (Alemania) del 8 al 10 de junio y contó con actividades, talleres y espacios de exposición orientados a nuevas herramientas digitales. Además, los representantes de Fundación SAMU en el congreso asistieron a diversas conferencias en las que se abordaron cuestiones clave como las soluciones innovadoras para una buena atención en el futuro, donde presentaron herramientas para mejorar la vida de trabajadores sociales y personas usuarias, cómo adoptar un enfoque basado en datos para ayudar a personas vulnerables y la creación de tecnologías y políticas en atención domiciliaria.

Por último, destacan también las zonas habilitadas por la organización del congreso para exponer información relativa a la innovación y los paneles temáticos disponibles entre sesiones que divulgaban contenidos caracterizados por una perspectiva más humana y sostenible.

IPC SAMU Moriles: Un viaje al origen de los problemas de conducta de un menor

La casa de menores IPC SAMU Moriles es un recurso para jóvenes tutelados por la delegación provincial de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación de Córdoba, dependiente de la Junta de Andalucía. Cuenta con ocho plazas para chicos de entre 13 y 18 años cuyos problemas de conducta no les permiten permanecer en otros recursos de acogida en régimen residencial básico. El objetivo de nuestro trabajo es que durante la estancia de estos menores en el IPC se rebajen o desaparezcan esos problemas de conducta, y que los jóvenes adquieran las habilidades básicas para la autonomía, retomen sus estudios y se preparen para incorporarse al mercado laboral. Para ello, contamos con un modelo de intervención multidisciplinar donde tienen mucho peso tanto la intervención psicológica como la pedagogía de la vida cotidiana.

Desde la apertura del centro en 2020, hemos atendido a un total de 18 menores. El equipo de IPC SAMU Moriles está formado en estos momentos por cinco educadores sociales, tres auxiliares técnicos educativos, una psicóloga, una trabajadora social, un mediador intercultural y la dirección.

Los comienzos

Durante el primer año de apertura, el equipo del IPC se centró en crear redes de colaboración con los recursos externos, tanto de la Administración Pública como privados, con el objetivo de dar a conocer el recurso, establecer protocolos de coordinación y mantener una comunicación fluida y cercana. Fue una época dedicada a romper con los estereotipos y creencias que pesan sobre los menores tutelados. Hemos conseguido instaurar protocolos con la Guardia Civil de Moriles; el Ayuntamiento de Moriles; la delegación provincial de Educación, los centros de enseñanza de Montilla, Aguilar, Lucena, Moriles; los juzgados de Aguilar de la Frontera; y centros de salud de Moriles y Lucena.

Otro objetivo a corto plazo fue crear un equipo cohesionado, conocedor del trabajo con problemas de conducta, capaz de poner en práctica los protocolos de intervención y de encontrar el equilibrio entre el afecto y los límites. Actualmente, contamos con un equipo motivado, con un alto nivel de especialización y una implicación máxima en el trabajo. Se respira un buen ambiente, algo muy necesario para gestionar el estrés de una tarea tan difícil como es la nuestra.

Uno de los primeros retos a los que nos enfrentamos fue el de ofrecer a los menores una intervención eficaz para gestionar sus problemas de conducta. Apostamos por interpretar dichos problemas como sintomatología de traumas tempranos y carencias en la crianza, cuya respuesta debía ir más allá que la intervención conductista clásica basada en recompensas y sanciones. En nuestro modelo de intervención, la atención psicológica es protagonista y, el vínculo entre los menores y el equipo, la clave para poder llevarlo a cabo.

La intervención psicológica

Los menores que llegan al IPC arrastran a su corta edad traumas y vivencias cargadas de violencia, desengaños y rupturas con las figuras de apego más relevantes para ellos, que generan incomprensión, inseguridad, necesidad de afecto, frustración y una falta de habilidades sociales que les impide funcionar de manera normalizada. También carecen de hábitos de autocuidado, además de presentar perfiles predelictivos, escaso interés por su formación y suspicacia con respecto al Sistema de Protección, que se traducen en explosiones de ira y violencia, escaso control de impulsos e intolerancia a los límites.

Por este motivo, estos menores reciben atención psicológica especializada de tres maneras. En primer lugar, atención individual en sesiones semanales programadas y a demanda cuando aparecen crisis, (para comprender y aceptar su propia historia, poner nombre a sus emociones, trazar un plan de vida). La segunda fórmula son talleres de terapia grupal donde aprenden a expresarse y resolver los conflictos que surgen en la convivencia de manera no violenta. Y, la tercera, talleres psicoeducativos donde se trabaja el autoconocimiento, la gestión emocional, la flexibilidad cognitiva y otros aspectos relacionados con el crecimiento personal, que incluyen técnicas psicológicas de la corriente Gestalt y de Tercera Generación. Toda la intervención psicológica se hace desde la perspectiva de la Teoría del Trauma, Teoría del Apego y Perspectiva Sistémica.

La intervención educativa

Establecer un vínculo afectivo positivo, un espacio seguro y unos modelos normalizados y saludables de comportamiento son las bases de la intervención que lleva a cabo el equipo educativo del IPC. Se trata de ofrecer un ambiente lo más parecido a un hogar en el que los educadores actúan como modelos y referentes con una autoridad democrática y dialogante.

A pesar de contar con protocolos de funcionamiento, estos se adaptan de manera individual a cada caso concreto, tratando de que las soluciones a los problemas de los menores sean pedagógicas y constructivas, alejadas de los modelos coercitivos o negligentes a los que están acostumbrados y con la intención de romper con la desconfianza que tienen al sistema.

En los talleres educativos, el equipo trabaja aspectos tan importantes como la prevención de adicciones, el ocio saludable, la educación afectivo sexual, las masculinidades desde la perspectiva de género y la comunicación no violenta, temas que además son transversales y se abordan indirectamente en el día a día del IPC.

Formación y empleo

Todos los menores son escolarizados. Los mayores de 16 años se matriculan en Formación Profesional Básica, que les permite, a la vez que se forman para un empleo, la consecución del título de Enseñanza Secundaria Obligatoria. Los menores de 16 años se matriculan en la ESO, de manera presencial aquellos que presentan mayor estabilidad emocional y conductual, y en modalidad IPEP (a distancia) aquellos que aún mantienen un alto grado de conflictividad. Esta modalidad solo puede llevarse a cabo con mayores de 16, sin embargo, mediante conversaciones con la delegación provincial de Educación de Córdoba, se ha podido matricular a un menor de 14 años en esta modalidad, lo que ha supuesto un hito que se llevó a unas jornadas organizadas por la Universidad de Córdoba, destinadas a docentes de la provincia.

Los mayores de 16 años, asimismo, comienzan un itinerario de inserción laboral, a través del Programa Labora y Andalucía Orienta. Es inusual que los chicos residentes en IPC consigan la estabilidad suficiente para acceder a un empleo. En nuestro centro, ya son tres los menores que han logrado este objetivo tras participar en el Programa Labora (dos de ellos) y en las prácticas del módulo superior que han estudiado (uno de los menores).

A los menores extranjeros se les gestiona toda la documentación: pasaporte, NIE y nacionalidad.

Los retos

En esta nueva etapa, queremos centrarnos en afinar aún más la intervención con los menores y lograr un cambio profundo en su historia personal y expectativas de futuro. Estamos innovando continuamente y revisando los protocolos y las herramientas de la acción educativa. También seguimos estableciendo redes de colaboración con otras entidades que pueden complementar la labor educativa que hacemos, ofreciendo talleres fuera y dentro del IPC.

Otra línea de trabajo que nos proponemos es seguir sensibilizando a la población sobre la realidad de los menores tutelados, romper los estereotipos que giran en torno a los adolescentes con problemas de conducta y los inmigrantes. Queremos fomentar el voluntariado de nuestros menores en entidades locales y su participación en actividades de ocio y culturales del entorno, con el fin de que conozcan las redes comunitarias y a la vez se den a conocer y demuestren su valía.
Por último, queremos compartir la felicidad que sentimos cada vez que uno de nuestros menores logra alcanzar sus objetivos y sale de nuestro recurso, o cuando vemos mejoría en su forma de gestionar los conflictos. Es entonces cuando nos damos cuenta de que todo el esfuerzo diario merece la pena.

Khadija hornea su futuro en SAMU Esperanza

Desde el día de la llegada de Khadija al piso tutelado SAMU Esperanza, allá por diciembre de 2021, pudimos ver en ella un ejemplo de lucha y superación, pues, a pesar de todo el bagaje que llevaba consigo superando obstáculos y todo tipo de adversidades en su proceso migratorio, por fin había conseguido una estabilidad en el que hoy es su hogar.

Apenas lleva dos años en España y durante ese corto periodo de tiempo ha vivido en varias ciudades, pasando por numerosos obstáculos y superando todo tipo de dificultades en situación de calle. Una vez asentada en Madrid fue alojada en el centro de primera acogida de Hortaleza hasta que se le adjudicó plaza en nuestro piso. Desde su ingreso, su mayor objetivo ha sido poder formarse para tener un futuro mejor y llegar a integrarse en nuestro país.

La adaptación de Khadija siempre ha sido positiva, y la labor del equipo educativo no ha sido otra que acompañarle en esta andadura. Nos enfrentamos a un reto, pues apenas en ocho meses ella alcanzará la mayoría de edad.

La menor compagina varios recursos durante la semana. Todas las mañanas se despierta a las siete. Lo primero que vemos en ella es una sonrisa y unas ganas de afrontar el día con entusiasmo y motivación. A primera hora acude a su recurso de cocina, donde cursa un ciclo formativo en la Unidad de formación e inserción laboral (UFIL). Con gran esfuerzo y dedicación, al acabar su jornada allí y, dependiendo del día de la semana, participa en un programa de alfabetización en castellano de la organización Somos Acogida, donde se destaca su gran evolución y mejoría con el idioma. Con el fin de acelerar su proceso de inserción sociolaboral y de tener un contacto directo con el empleo previo a su mayoría de edad, Khadija acude de manera voluntaria al programa formativo trimestral de hostelería en la Fundación Tomillo. Allí ya ha participado con gran orgullo y esmero en un servicio real para los profesionales de los pisos, que pudimos acompañar a los menores con el mismo sentimiento.

SAMU Esperanza ha tenido la oportunidad de ser testigo de la gran evolución de Khadija. Durante el evento mencionado, tanto la menor como sus compañeros demostraron el trabajo aprendido durante estos meses de formación. Dicho servicio también le ha valido para enfrentarse a una situación real de cara a su futura inserción en el mercado laboral. No solo hemos observado los conocimientos, la profesionalidad e implicación de la joven, sino también la gran dedicación y motivación que tiene por superarse cada día.

Khadija es un ejemplo de trabajo diario y optimismo. Es un referente para el resto de los compañeros de SAMU Esperanza, desde donde apostamos por la inserción laboral de nuestros chicos para que crean en sus capacidades y para que sean conscientes de que, con esfuerzo y sacrificio, pueden conseguir aquello que se propongan sirviendo a la vez de ejemplo para que otros puedan seguir sus pasos hacia un futuro mejor.

Equipo Piso tutelado SAMU ESPERANZA (Madrid)

ISL SAMU Lucena: Youssef encontró su lugar

Desde los inicios del ISL Lucena, anteriormente UATE Lucena, han sido muchos los menores que han compartido su vida con nosotros. Los hemos visto crecer, madurar, soñar y decaer. Todos, con un objetivo común: alcanzar la inserción laboral y poder ayudar a sus familias que permanecen en el país de origen. La lucha para alcanzar este objetivo es una lucha compartida, en la que es muy importante que los chicos se esfuercen diariamente y sean constantes para alcanzar sus metas puesto que la mera ayuda de las educadoras y los educadores no es suficiente. Hoy nos gustaría exponer el caso concreto de Youssef como un ejemplo de constancia para conseguir ese ansiado deseo de lograr una inserción plena.

Youssef es un chico de 17 años que proviene de la ciudad marroquí de Kenitra. Llegó al recurso con tan solo 15. En sus primeros meses fue un chico al que le costaba adaptarse a la dinámica del recurso así como a las normas de funcionamiento. Acarreaba problemas de convivencia y faltas de respeto, y tenía una desmotivación total por el estudio.

Debido a su corta edad, fue matriculado en la Educación Secundaria Obligatoria en modalidad PMAR. A pesar de la poca motivación por el estudio y su bajo rendimiento, se continuó insistiendo en que Youssef continuase estudiando, ya que al poder permanecer tanto tiempo en el recurso debía generar resultados.
Pasados seis meses, en febrero de 2020, el centro cambió su ubicación, lo que provocó también un traslado de expediente. Youssef tuvo que volver a adaptarse a un nuevo instituto, nuevos compañeros y nuevo profesorado. El cambio fue positivo para el menor. Se adaptó correctamente y poco a poco su motivación hacia las clases fue aumentando.

De cara al siguiente curso, el consejo orientador valoró que el menor podría matricularse e iniciar una Formación Profesional de Agrojardinería y Composiciones Florales con el fin de que obtuviese un título específico. Youssef cada vez estaba más motivado. Sus profesores destacaban su implicación en el curso y eso se trasladó a la mejora de sus calificaciones, obteniendo sobresalientes.

Youssef ha logrado crear una potente red de apoyo más allá del recurso, creando vínculos positivos con sus compañeros y compañeras de clase, así como con sus familias. Ahora suele tener permisos en el fin de semana para disfrutar junto a ellos. Dada la implicación del menor por su futuro, se le propuso la posibilidad de compaginar sus estudios con unas prácticas formativas no laborales en una empresa lucentina de chapa y pintura. Pasados los tres meses de prácticas, Youssef no consiguió un contrato laboral, lo que para él supuso una decepción, ya que esperaba poder conseguirlo.

A pesar de esto, Youssef continuó con sus estudios y, poco tiempo después, se le propuso para realizar otras prácticas aprovechando el verano. El menor aceptó y se incorporó a Cima Cableados (ahora llamada Arancalo). Tras el tiempo de prácticas, el empresario decidió contratar temporalmente a Youssef. Para que pudiese compaginar el curso escolar con el trabajo, el centro educativo colaboró y flexibilizó los horarios. Del mismo modo, la empresa también se ha mostrado flexible y ha adaptado a los horarios del joven, ya que Youssef permanece fijo en un turno de tarde mientras el resto de sus compañeros realizan turnos rotativos. Recientemente, debido a la constancia e implicación que ha mostrado desde su llegada a la empresa, Youssef ha firmado un contrato indefinido lo que ha supuesto todo un éxito para él.

Youssef vive con una rutina muy marcada. Se levanta, recoge su habitación, desayuna y acude a sus clases en el instituto. Actualmente se encuentra realizando la parte práctica de la formación en horario de 8:00 a 14:00 horas. Sale de clase, regresa al recurso, almuerza y a las 15:00 horas comienza su jornada laboral, hasta las 22:00 horas, cuando vuelve al centro, cena, revisa las tareas pendientes y duerme. Así ha superado todas las materias de la formación con calificaciones extraordinarias, y tan sólo le queda pendiente la finalización de la parte práctica para poder obtener la titulación.

Otro éxito importante para Youssef reside en el ámbito administrativo, ya que ha conseguido renovar su tarjeta de residencia por tres años. Además, se ha comenzado a tramitar la nacionalidad española del menor. Él tiene un claro proyecto de vida, tras su mayoría de edad pretende permanecer en la misma localidad, ya que es donde se ubica su lugar de trabajo y donde ha logrado establecer sus amistades, y en general, su vida.

ISL SAMU Lucena

 

ISL SAMU Dúrcal: Los beneficios de trabajar con la actividad artística

Durante los años escolares se nos intenta formar en lo útil, en lo práctico, en lo que se puede medir… Pero, ¿dónde quedan el placer por descubrir, y el placer por conocer y sentir? ¿Acaso eso carece de utilidad? La autora Marián López plantea cómo el arte puede utilizarse para construir nuevas formas de relacionarse, nuevas formas de entendimiento, poniendo en valor el proceso y no solo el objetivo final. La pregunta que debemos hacernos para buscar una justificación en el uso del arte como herramienta transformadora es: ¿Qué beneficios podemos obtener al trabajar la actividad artística con los jóvenes?

A nivel individual podemos trabajar diferentes aspectos. Por un lado, generar cambios a nivel individual, relacional y social. Ser honestos con nosotros mismos y con nuestra realidad permitirá identificar aquellos aspectos de la vida que pretendemos modificar.

Por otro lado, podemos trabajar el autoconocimiento y la autoestima, haciendo un recorrido por nuestra historia y los sentimientos que nuestras vivencias nos han producido. Identificando las capacidades, habilidades, defectos y aquello que nos caracteriza podemos crear una imagen simbólica de lo que somos y el lugar que ocupamos en la sociedad. Esa imagen simbólica nos servirá como diagnóstico para, a posteriori, producir cambios en nosotros mismos y enfrentar los conflictos de nuestra situación de la manera más resolutiva posible.

La actividad artística también nos puede ayudar a gestionar las emociones: la violencia, la desmotivación, la depresión, frustración, tristeza, pérdida de identidad… Identificar y entender el origen de las emociones nos permitirá trabajar en base a aquellas que nos generan sentimientos positivos y de realización personal, y controlar aquellas que nos producen malestar.

En cuanto a las relaciones interpersonales, en contextos de riesgo se generan actitudes competitivas y de desconfianza. Mediante las dinámicas artísticas participativas y de cooperación esperamos poder trabajar esas habilidades que sirvan para crear vínculos de apoyo, de corresponsabilidad y de confianza. Para ello será necesario hacer hincapié en una comunicación basada en el respeto, la aceptación y el entendimiento de ideas diferentes a las nuestras desarrollando aptitudes como la empatía, la asertividad o la escucha activa.

Por último, cuando trabajamos colectivamente creamos una identidad grupal que nos representa en sociedad. Esto permite al colectivo encontrar un hueco dentro de una realidad social de la que no se siente partícipe. Los jóvenes pueden presentarse como personas capaces. Al mismo tiempo, este trabajo visibiliza la situación de exclusión con el objetivo de que la comunidad tome consciencia y ejerza presión a las instituciones para la implantación de políticas inclusivas y de justicia social.

MARINA TORAL FAJARDO. Auxiliar Técnico Educativo. ISL SAMU Dúrcal

Recep Campo de Gibraltar: El balonmano como herramienta de integración

En el centro de acogida inmediata Recep Campo de Gibraltar, a través del deporte, reforzamos positivamente a los chicos y favorecemos las relaciones interpersonales y la comunicación entre ellos. La asistencia a encuentros deportivos consigue romper con su rutina diaria.

El año pasado, el Club Balonmano Ciudad de Algeciras invitó, en varias ocasiones, a nuestros chicos de Recep a asistir a algunos partidos de la liga. Los menores pudieron presenciar varios partidos del equipo masculino y femenino, que juegan en la Primera División Nacional, que corresponde a la categoría Bronce del Balonmano Español.

Fruto de la buena relación entre la directiva de este Club y alguno los compañeros del recurso, que militan en ese Club como jugadores y entrenadores desde hace mucho tiempo, este año los menores de Recep han podido disfrutar de todas las jornadas de la liga, asistiendo gratuitamente a los partidos tanto de la categoría masculina como femenina.

Estamos muy agradecidos, porque de manera altruista y sin ningún tipo de compromiso por parte de la directiva de este Club, nuestros menores han tenido la posibilidad de ver equipos de primera categoría, procedentes de distintas regiones de Andalucía, Madrid, Extremadura, Castilla La Mancha …

Los chicos no solo han disfrutado viendo los partidos, sino que han tenido la oportunidad de animar y ver a sus educadores fuera del centro y en su tiempo libre. Además, con esta actividad conseguimos inculcar valores relacionados con el deporte y los hábitos de vida saludable.

Tenemos que destacar que, gracias a nuestra relación con este Club y su buena voluntad, también nos permitieron asistir a un partido de fútbol entre el Algeciras y el Albacete en el Estadio Nuevo Mirador.

Desde Fundación SAMU, queremos dar nuestro más sincero agradecimiento a este Club y a todas las personas que lo componen por su esfuerzo e implicación con los menores, ya que sabemos que subsiste gracias a la colaboración de algunas entidades y al trabajo de todos ellos.

Equipo Recep Campo de Gibraltar

Cuatro días al límite en Escuela SAMU

Fuego, humo, sirenas, escombros y disparos. El equipo de docentes de Escuela SAMU ha vuelto a dar todo de sí mismo para poder ofrecer a sus alumnos la mejor formación posible en el campo de las emergencias sanitarias. El resultado ha sido una acampada de cuatro días de duración en los que el trabajo duro y la convivencia han sido los principales protagonistas.

Esta acampada se desarrolló ente el 16 y el 19 de mayo en los terrenos del antiguo complejo hospitalario de San Pablo, en Sevilla, unas instalaciones abandonadas y derruidas donde los alumnos pueden poner en práctica todo lo aprendido a lo largo del año a través de diversos ejercicios y simulacros.

En las jornadas participaron los alumnos del Máster de Enfermería en Urgencias, Emergencias, Catástrofes y Acción Humanitaria (UECAH) de SAMU y la Fundación CEU San Pablo Andalucía, y los estudiantes de segundo año del ciclo de FP en Técnico de Emergencias Sanitarias (TES), además de un nutrido equipo de docentes con una amplia experiencia en este tipo de ejercicios: Miguel Ruiz, Lidu Díaz, Thomas Couyotopoulo (director de Escuela SAMU), Andrés Rodríguez, José Antonio Rodríguez, Cristian Estévez, Manuel Ángel Andrade, María Soto, Francisco Cebrián y Alexander Fernández.

Así, a lo largo de estos cuatro días, se llevaron a cabo talleres de medicina táctica, coordinación de puesto de mano, técnicas de rescate en entorno urbano, gestión de crisis, gestión de incidente con múltiples víctimas y autoprotección, entre otros.

Estos ejercicios no sólo se celebraron durante el día, el programa de actividades también contemplaba un complejo ejercicio durante la madrugada del 18 al 19 de mayo. Según apuntan responsables de la escuela, este ejercicio nocturno consistió en un circuito con seis escenarios distintos “bastante complejos y con numerosos medios visuales y auditivos que dificultaban la labor de los participantes”. Todo ello, en un edificio en ruinas.

Los alumnos tenían que solventar los problemas que se les planteaban en los diferentes escenarios. En el primero de ellos, los participantes tenían que asistir a una víctima que había recibido un disparo, pero el tirador seguía activo. En el segundo escenario había un paciente atrapado con un miembro aplastado. En el tercero, los alumnos tenían que hacer frente a un sujeto agresivo que estaba bajo los efectos de las drogas. En el resto de los escenarios del circuito los participantes se encontraron con una persona ahorcada, un apuñalado que aún tenía el arma clavada y un quemado.

“Teníamos como objetivo elevar la complejidad de la simulación para que los alumnos pudieran poner en práctica todo lo aprendido y profundizar aún más en su formación”, explica el enfermero Andrés Rodríguez, uno de los docentes que participó en la acampada. “En general, la experiencia ha sido muy buena, los alumnos se han ido con muy buenas sensaciones a pesar del cansancio, la falta de comodidades o la presión recibida”, continúa el profesor.

‘Aprende haciéndolo’ es el lema que ha caracterizado a Escuela SAMU desde sus inicios a finales de los 80 y que sigue vigente hoy más que nunca. Al igual que todo SAMU, la Escuela quiere ser sinónimo de calidad, en este caso, aplicada a la formación de profesionales en activo y de futuros profesionales sanitarios y de las emergencias, siempre a través de la práctica y la experiencia como base formativa.

“En Escuela SAMU, uno no se saca un curso, lo supera y lo consigue, porque los instructores de ayer y de hoy no regalan nada, ni en los aspectos teóricos ni mucho menos en los actitudinales y prácticos. Las profesiones de emergencias son vocacionales y deben serlo porque, en los momentos difíciles, la formación, capacidad y actitud del profesional marcan la diferencia y, en algunos casos, es lo que permite salvar vidas”, comenta Thomas Couyotopoulo, director de Escuela SAMU. “La metodología y las exigencias marcan a los alumnos, y los profesionales del sector lo notan. No es raro que a un antiguo alumno de nuestra Escuela le digan en su trabajo ‘¿Tú te has formado en SAMU, verdad?’. Este comentario se ha dicho incluso en un hospital de Barcelona en una conversación sobre enfermeros de nuestro Máster que dejan el listón alto con su actitud, su eficacia y la famosa ‘reactivación’ (ordenar, limpiar y verificar el material después de su uso, factor clave para garantizar su completa efectividad para la siguiente activación)”.

Novedades para el curso 2022-2023

Escuela SAMU ya calienta motores de cara al curso 2022−2023. El centro formativo, ubicado en el término municipal de Gelves, ha ampliado su oferta académica y para el nuevo ejercicio ofrece importantes e interesantes novedades, haciendo gala de uno de sus mayores valores: una metodología multisensorial y vivencial que marca la diferencia.

El equipo directivo del centro ha trabajado con intensidad en los últimos meses para poder ofrecer a partir de septiembre hasta cinco nuevos cursos, que se suman a la oferta académica ya consolidada de la escuela. Estos nuevos ciclos de Formación Profesional son: Técnico en Emergencias y Protección Civil (Grado Medio), Técnico Superior en Coordinación de Emergencias y Protección Civil (Grado Superior), Técnico Superior en Anatomía Patológica y Citodiagnóstico (Grado Superior), Técnico Superior en Dietética (Grado Superior) y Técnico Superior en Documentación y Administración Sanitarias (Grado Superior).

Una escuela viva

“En Escuela SAMU nos comprometemos con la excelencia en la enseñanza. Fomentamos la investigación, la innovación y el desarrollo como medio para el crecimiento continuado de nuestra escuela. Garantizamos la calidad en la enseñanza creando una escuela viva, innovadora, abierta a los cambios, a las necesidades del momento y a la búsqueda continua de la mejora”, explican desde el centro formativo situado en Gelves. “Además, nuestros alumnos adquieren un papel activo en su formación, asimilando estrategias de resolución de problemas en situaciones de estrés, de trabajo en equipo multidisciplinar y trabajando sobre procedimientos actualizados. La formación más exigente tiene como fruto a los profesionales mejor preparados”.

Misión SAMU Ucrania: Cinco contingentes y medio centenar de voluntarios

El 20 de mayo, cinco nuevos voluntarios partieron desde Sevilla hacia la frontera de Ucrania como parte del quinto contingente que SAMU organiza con el fin de atender a los miles de refugiados ucranianos que han huido de sus hogares ante la invasión de Rusia. Este último contingente está formado por estos cinco profesionales más otros cuatro que ya están en zona. Este grupo permanecerá en la frontera hasta el 18 de junio.

La misión de SAMU en Ucrania, que arrancó el 3 de marzo, va camino de convertirse en la segunda misión más larga de la historia de la organización, ya que en pocos días superará a la misión de SAMU en Haití en 2010, en la que también participaron cinco contingentes de voluntarios y que duró tres meses. “Acudimos a la frontera con Ucrania tan pronto como surgió el conflicto a tenor de los millones de desplazados por la guerra. SAMU siempre ha estado presente en todas las crisis humanitarias que han acaecido en los últimos años, desde la erupción del volcán de la Palma a la crisis de los refugiados de Bielorrusia. Ésta no iba a ser menos”, destaca Borja González de Escalada, vicepresidente de Fundación SAMU y, actualmente, jefe de la misión en zona.

Hasta la fecha, SAMU ha enviado 48 profesionales entre mandos, médicos, enfermeros y Técnicos de Emergencias Sanitarias (TES) de diferentes puntos de la geografía española: Madrid, Valladolid, Burgos, Alicante, Valencia, Barcelona, Cádiz y Sevilla. “Los profesionales que trabajan con nosotros de manera voluntaria son personas muy motivadas y entrenadas, con un alto grado de resiliencia ante las dificultades y muchos de ellos con experiencia previa, con espíritu de ayuda, de cooperación y de iniciativa. Llegan y permanecen con la moral muy alta, es fácil trabajar con ellos”, resalta Borja González de Escalada.

La labor de SAMU se centra en los puntos fronterizos de Tulcea (Rumanía) y Chisinau (Moldavia), donde SAMU cuenta con diferentes recursos médicos. Según datos de la propia organización, durante los dos primeros meses y medio, los profesionales de SAMU han atendido a más de 1.500 personas, la gran mayoría de ellas en Moldavia (1.324). El 68,8% de estos refugiados son mujeres. Las patologías más frecuentes (en un 54,23% de los casos) han sido no infecciosas (descompensación de enfermedades crónicas), seguidas, en un 26% de los casos, por enfermedades infecciosas (patologías respiratorias, gastrointestinales) y, en un 8%, patologías traumatológicas.

Los efectivos de SAMU están “perfectamente integrados en la estructura de respuesta” humanitaria desplegada en las fronteras de Ucrania, que de por sí cuenta con “equipos suficientemente nutridos con toda la logística sanitaria necesaria”, explica Juan González de Escalada, director del área de Emergencias de SAMU. Éste también comenta que los refugiados que llegan hasta estos dispositivos gozan de “buena situación física”, con lo que las actuaciones de los efectivos de SAMU suelen tener en estos momentos un cariz más social que sanitario.

“Proporcionamos asistencia médica básica a los desplazados y consulta de atención médica primaria y de urgencias a aquellas personas que cruzan en el ferry hasta Rumanía o están alojadas en albergues, para que tengan sus necesidades sanitarias cubiertas. En los puntos en los que trabajamos en Rumanía tenemos consulta tanto médica como de enfermería. En Moldavia, también hacemos traslados de pacientes que cruzan la frontera o de aquellos que necesitan traslado hospitalario”, continúa Borja González de Escalada.

En este dispositivo, SAMU está volcando toda su experiencia en la gestión de misiones humanitarias. Sólo en el último año, SAMU ha coordinado cuatro misiones humanitarias internacionales en los países de Dominica, El Salvador, Costa Rica y Polonia. Además, desplegó en La Palma un dispositivo de atención a los afectados por la erupción del volcán Cumbre Vieja.

Ser mujer en la frontera de Ucrania

Imaginen, por un instante, ser mujer, psicóloga, tener 26 años y tener que huir de la guerra con lo puesto, un abrigo, un jersey, unos vaqueros y aquellas botas que nos regalaron en el último cumpleaños. Imaginen, por un instante, el desconcierto de tener que salir huyendo, sin saber muy bien a dónde, sin más transporte que tus pies, sin más mapa que el de las calles vacías, el frío, la soledad, la oscuridad…la desesperanza de no tener lugar al que volver.

Esta descripción, que bien podría estar sacada de cualquier libro, es tan sólo una pequeña muestra de la realidad que sufren los cientos de mujeres que escapan diariamente de la guerra desatada en Ucrania y para las que el camino de salida en busca de auxilio se convertirá en vía crucis hasta el punto de acogida.

Será en este tránsito durante el cual el concepto de mujer se desvirtúe por quienes harán uso de él a su favor. Así, veremos cómo ser mujer en la frontera es sinónimo de ser arma de guerra, es pasar a modificar el nombre de aquellas cosas conocidas por otra manera de nombrar. Ahora ser mujer es otra cosa, es el desprestigio de caminar en la frontera con el enemigo conocido tras de sí, como si la diana que habitualmente llevamos en la espalda, esta vez brillase con aún más esplendor.

Mujer refugiada, arma de guerra

Según datos de organizaciones no gubernamentales, desde el comienzo de la invasión rusa de Ucrania el 24 de febrero, más de 5,5 millones de personas han escapado del país, de ellas, el 90% son mujeres y menores. Otros 7,1 millones son desplazados internos, incluidos mujeres y menores que necesitan atención médica. En cualquier población de refugiados, entre el 70% y el 80% lo componen mujeres y niñas quienes como refugiadas tienen unas necesidades de protección específicas devenidas por su sexo y género.

Los conflictos armados son realidades que reproducen las estructuras de género presentes en cualquier sociedad; tanto es así que, durante el desarrollo del mismo es cuando las estructuras de desigualdad se expresan en consecuencias extremas con el objetivo de reforzar los roles tradicionalmente asignados al sexo.

El conflicto, la guerra y el desplazamiento son siempre escenarios de violaciones de derechos humanos generando efectos demoledores no sólo para las personas objeto de estas vejaciones sino para familias, comunidades y países. Uno de los escenarios que plantea una mayor urgencia a la hora de atajar la infracción de derechos humanos en conflictos bélicos es la violencia sexual y de género, pues esta se ha convertido en característica común a los conflictos armados contemporáneos.

Una de las cuestiones importantes a tener en cuenta en todo este análisis es que las crisis humanitarias extrapolan las desigualdades de género que ya existen en los países, previo conflicto. Las mujeres quedarán excluidas de la participación activa en la defensa del conflicto, dejándolas fuera del espacio público, obligándolas a reproducir patrones de cuidados (y, por tanto, la obligatoriedad de la huida para poner a salvo a la familia). Mientras tanto, los hombres serán aquellos que se vean en la primera línea del conflicto, formando parte del ejército. Una vez más, vemos cómo este reparto de tareas ejemplifica la reproducción de un statu quo ya existente.

Se sabe que la violencia es un instrumento eficaz de control individual y colectivo que en tiempos de guerra expone su máxima expresión, atendiendo a justificaciones propias del conflicto armado. El uso de la violencia sexual como arma de guerra nos retrotrae al conflicto de Ruanda en los años 90, a los conflictos armados de los Balcanes, donde la violencia sexual pasa a convertirse en una cuestión de interés general tras años de silencio por parte de autoridades y víctimas.
Es práctica habitual que, en situaciones de conflicto armado, el cuerpo de las mujeres sea un botín de guerra. Resulta tan extendida la práctica de la violencia sexual que podemos encontrar situaciones tan opuestas y paradójicas como tener un hijo del enemigo (como estrategia de humillación para que la comunidad desprecie a la mujer), como la realización de esterilizaciones forzosas para controlar la reproducción de la población invadida, abocándola a una extinción metafórica.

Lamentablemente, los peligros para las mujeres no acaban una vez salen del país, sino que continúan en su tránsito pues la falta de vías legales y seguras para obtener protección las condena a trayectos migratorios en los que son víctimas de multitud de violencias. Por ello, las niñas y mujeres refugiadas representan aproximadamente el 50 por ciento del total de la población refugiada, apátrida o desplazada internamente. Una de las tareas de SAMU, junto con los estados, es la protección internacional a las mujeres refugiadas contra todas las formas de violencia sexual y de género. Con iniciativas como el Centro de Acogida de Emergencia que se desea implantar en la frontera polaca, SAMU pretende atajar las consecuencias de las violencias contra la mujer, ejecutando diferentes estrategias que aseguran un apoyo clave para las supervivientes de maltratos de cualquier tipo.

Una acogida empoderadora

Lograr una acogida humanitaria competente e igualitaria supone comprender cuáles son las necesidades y prioridades específicas de mujeres y niñas en procesos de tránsito humanitario; para ello contamos con la perspectiva de género dentro del enfoque de los derechos humanos, herramienta que pretende mejorar la atención humanitaria desde el reconocimiento de los derechos universales que dotan de dignidad al ser humano. Por tanto, incorporar la igualdad de género en la acción humanitaria no solo nos ayuda a mejorar el impacto de las estrategias de atención que desarrollamos, sino que también nos ofrece unas intervenciones de carácter humanitario adecuadas a la realidad.

Sabemos que las mujeres, niñas, hombres y niños tienen experiencias de tránsito diferenciadas. Estas diferencias residen en los roles de género con los que ya parten de su país de origen y que determinará en gran medida el camino hacia el exilio. Recordemos que, en la mayoría de conflictos, las mujeres y niñas son víctimas objeto de violaciones, agresiones sexuales y secuestros para acabar muy posiblemente en circuitos de trata y prostitución.

Cuando mujeres son incluidas en la acción humanitaria, toda la comunidad se beneficia de ello pues como ciudadanas afectadas por la crisis, las mujeres se encuentran entre quienes proporcionan una primera respuesta y desempeñan un rol fundamental en la acogida a mujeres que han sufrido violencia a lo largo del camino del conflicto. De este modo, sus aportaciones a la identificación de las necesidades humanitarias y sus posibles soluciones resultan esenciales para formular cualquier tipo de respuesta que facilite la inclusión de las víctimas en circuitos de acogida para su problemática.

Alcanzar la igualdad de género y promover el empoderamiento de la mujer en la acción humanitaria garantiza una respuesta justa, certificando la protección de los derechos humanos y las libertades fundamentales para todas las personas a través de los programas y acciones que contemplan la igualdad de género como eje fundamental de la labor asistencial. Algunas de las ventajas que ofrece introducir la perspectiva de género y el empoderamiento de la mujer en la ayuda humanitaria son:

Ofrecer protección ajustada a la realidad discriminatoria.

Las mujeres y niñas víctimas de los conflictos están expuestas a diferentes riesgos relacionados con la protección. Comprender la naturaleza específica del género de estos riesgos resulta fundamental para evitar que se inflijan daños extras y facilitar una protección adecuada. El análisis de género, por ejemplo, nos ayuda a determinar por qué durante el tránsito hacia el exilio los patrones de género vuelven a representarse como una extensión de la discriminación en el país de origen, si ser mujeres y niñas en una situación de mayor riesgo implica directamente sufrir cualquier tipo de violencia de género, o por qué los hombres y niños pueden sufrir un mayor riesgo de reclutamiento forzoso en grupos armados, explotación laboral o de morir en combate.

Aumentar el acceso a la ayuda

Las crisis humanitarias derivadas de conflictos bélicos no sólo reproducen las desigualdades de género, sino que las agudizan. Por ello promover la igualdad de género en todas las respuestas es tarea obligatoria para garantizar que mujeres y niñas puedan disfrutar de un acceso seguro y adecuado de la ayuda. Entender el rol que desarrollan las mujeres en relación al género nos ayudará a facilitar recursos inclusivos atendiendo a las realidades transversales que cooperan con el género en establecer circuitos de exclusión (discapacidad, orientación sexual, como ejemplos).

Agentes de cambio

Aunque pueda resultar paradójico, las crisis humanitarias pueden ser una oportunidad para abordar las desigualdades y promover un cambio si comprendemos que cualquier crisis altera las estructuras sociales y culturales dejando un espacio para reformular los mandatos de género, contribuyendo a rediseñar el concepto de poder tan presente en las relaciones de género. El éxito y la garantía de la transformación pasa por abordar las causas y consecuencias estructurales que fomentan la desigualdad de género enfocando el objetivo de lograr un cambio imperecedero en la vida de hombres y mujeres.

Pese a lo complejo que pueda resultar adoptar estrategias que garanticen el ejercicio de los derechos fundamentales, es necesario ofrecer un liderazgo a las mujeres que las aleje de los roles asumidos cotidianamente y que las posiciona en inferioridad, poniendo la semilla hacia el cambio transformador, “asegurar la participación plena y efectiva de las mujeres y la igualdad de oportunidades de liderazgo a todos los niveles decisorios en la vida política, económica y pública” tal y como contempla una de las metas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible recogidos en la Agenda 2030. En este contexto, enfocar el empoderamiento de mujeres y niñas no sólo debería ir más allá de sus roles como víctimas de la situación humanitaria, sino también en la ayuda a construir espacios de paz donde tomen valor y sentido sus propias historias.

El final del camino

Hemos llegado hasta aquí después de un tedioso y largo camino y parece que alguien nos está esperando al otro lado de la frontera. ¿Recuerdan que, al principio de este artículo les pedía que imaginaran a una mujer de características muy concretas? Bien, abusaré un poco más de su confianza y, en un último esfuerzo, les pediré que imaginen a otra mujer, aunque esta, tal vez les resulte algo más familiar. Puede que sea su compañera de trabajo, María, con quien ha compartido horas en la ambulancia; Laura, la trabajadora social del proyecto de acogida que entró en la Fundación hace unos meses; o Andrea, la psicóloga de 26 años que realiza su primer voluntariado internacional. El humilde propósito de este artículo no es otro que comprender el valor de la voluntaria de SAMU que espera en la frontera con los brazos abiertos, con el gesto amable de quien ofrece todo a cambio de nada, de quien comprende que en la empatía siempre hay un poco de nosotras en las otras personas a las que brindamos nuestro apoyo: sororidad lo llaman, solidaridad diremos.

Hemos llegado al final de un camino que es el principio de muchos, teniendo muy presente que el lenguaje de la sororidad es universal pues con ser mujer nos basta para entendernos.

ANA LOZANO / Técnico del área de Intervención Socioeducativa y de la Mujer