SAMU y la Universidad Pablo de Olavide se unen para aumentar el bienestar social a través de la innovación

SAMU y la Universidad Pablo de Olavide han presentado la Cátedra SAMU de Innovación Social durante unas jornadas celebradas este miércoles 28 de septiembre en el campus de la UPO. La vicerrectora de Relaciones Institucionales y Fundaciones de la Universidad, Laura López de la Cruz; el presidente-director general de SAMU, Carlos González de Escalada; y el director de la Cátedra y profesor de la UPO, José Luis Sarasola; han presentado los objetivos de un proyecto de cooperación que aspira a mejorar el bienestar social de las personas más vulnerables a través de la innovación social.

“Innovar es cambiar, hagamos las cosas de otra manera, busquemos nuevas soluciones a los problemas sociales trabajando con otras entidades y empresas”, ha comentado José Luis Sarasola durante la presentación de la Cátedra que dirige. Para ello, «que mejor socio que SAMU, que no solo trabaja en el ámbito de la salud, sino también con residencias, con los problemas de la infancia, con familias, en educación y en atención psicológica, además de investigación y desarrollo» ha añadido.

Carlos González de Escalada, presidente y director general de SAMU, ha destacado la importancia de unir el trabajo desarrollado en la academia con el de las entidades de salud y bienestar social. «Nuestra especialidad es la atención de las personas que más lo necesitan» ha señalado, poniendo en valor el conocimiento académico y la capacidad de una entidad que cuenta con noventa sedes y tres mil profesionales que se ha convertido en una multinacional de la salud y de la acción social, extendiendo su actividad a países como Marruecos y Estados Unidos.

Para finalizar la inauguración de las Jornadas, Laura López de la Cruz, ha resaltado la importancia de las cátedras como instrumento para crear conocimiento, investigar y aplicar los resultados, remarcando la necesidad de investigar también en el ámbito social “para que todos nos sentamos incluidos en una sociedad que avanza a marchas forzadas”. «Agradecemos a SAMU su participación en la cátedra porque sabemos que juntos sumamos», ha concluido.

A continuación, han comenzado unas Jornadas que han contado con David Pino Merlo, director general de Innovación Social del Ayuntamiento de Sevilla, como ponente invitado. Cómo innovar a través de la democracia: innovación social y desarrollo local sostenible, ha sido el título de una conferencia en la que ha afirmado que la innovación social es la búsqueda de una solución novedosa a un problema social que aporte valor a la comunidad, señalando que la tecnología debe ser una herramienta a su servicio.

Las Jornadas han proseguido con la mesa redonda Presente y futuro de la Cátedra de Innovación Social, moderada por Juana Macías, directora del Instituto Científico y Academia SAMU. Durante la misma ha sido presentado el libro «Migraciones: nuevos retos geopolíticos, económicos y sociales» y el Máster de Emergencias Socio-sanitarias, título propio de la Universidad Pablo de Olavide que se imparte por primera vez este curso. Migraciones es una obra colectiva, coordinada por Carlos González de Escalada y José Domínguez León, en la que profesorado de doce universidades analiza el fenómeno migratorio abordándolo desde múltiples perspectivas. Por otro lado, el Máster en Emergencias Socio-Sanitarias: Prevención e Intervención con Colectivos de Riesgo, dirigido por los profesores de la UPO Evaristo Barrera y José Luis Sarasola, proporciona formación universitaria especializada en el campo de las emergencias sociales.

Escuela SAMU arranca el curso 2022-2023 con nuevos cursos formativos

Comienza un nuevo curso. Escuela SAMU ha inaugurado el año escolar 2022-2023 con un acto celebrado en el Teatro Municipal de Gelves (Sevilla), tal como viene siendo habitual en los últimos años. Unos 200 alumnos de Formación Profesional iniciaron el 15 de septiembre sus clases en Escuela SAMU, a los que se han sumado unas semanas después una veintena de nuevos estudiantes del Máster de Enfermería en Urgencias, Emergencias, Catástrofes y Acción Humanitaria.

Alicia Oliveros Cordones, delegada de Cultura, Participación Ciudadana, Salud y Protocolo del Ayuntamiento de Gelves, fue la encargada de inaugurar el acto, en el que también intervinieron el doctor Carlos Álvarez Leiva, presidente honorífico de SAMU; Thomas Couyotopoulo, director de Escuela SAMU; Ignacio Salvador Picci, jefe del departamento de Seguridad y Medio Ambiente de Escuela SAMU; y Melibea Romero Carmona, titulada en Técnico en Cuidados Auxiliares de Enfermería (TCAE) por Escuela SAMU y miembro del equipo de Fundación SAMU en Ceuta.

“Tenéis una oportunidad maravillosa por delante. Contáis con un profesorado y unas instalaciones maravillosas. Exprimirlas al máximo. Sois unos privilegiados”, desatacó durante su intervención Alicia Oliveros.

Tras la delegada municipal tomó la palabra Melibea Romero Carmona, antigua alumna de la Escuela, quien contó su experiencia en los centros de acogida de menores que Fundación SAMU gestiona en Ceuta.

“SAMU me ha cambiado la vida. Yo venía de un sector que no tenía nada que ver con la sanidad. Decidí estudiar el ciclo de FP de Técnico en Cuidados Auxiliares de Enfermería, y tras la crisis migratoria de Ceuta, en mayo de 2021, me fui como voluntaria. Sentía que debía estar allí, pero no sabía por qué. Hoy, formo parte de la plantilla de Fundación SAMU en Ceuta, donde he atendido a miles de niños”, explicó Melibea Romero. “En Escuela SAMU no sólo adquieres conocimientos, también valores, disciplina y aprendes a trabajar en equipo. Os doy un consejo: No compitáis entre vosotros, trabajad en equipo”, continuó diciendo Romero a los alumnos de nuevo ingreso.

Durante el acto de inauguración, la Escuela entregó un diploma honorífico al mejor expediente del curso 2021/2022, que este año ha sido para Juan Manuel Ortega Nieto, alumno de segundo curso del ciclo de Técnico en Emergencias Sanitarias. Ortega, que desconocía dicho reconocimiento, se mostró muy sorprendido mientras iba hacia el escenario, donde le esperaba el doctor Carlos Álvarez con el diploma.

Durante este nuevo curso se van a impartir por primera vez en Escuela SAMU hasta cuatro ciclos diferentes de Formación Profesional: el Grado Medio de Técnico en Emergencias Sanitarias, que este año, dada la alta demanda, cuenta con dos grupos presenciales y un tercero semipresencial; el Grado Medio en Técnico en Cuidados Auxiliares de Enfermería; el Grado Superior Técnico en Integración Social; y el Grado Medio Técnico en Emergencias y Protección Civil, un ciclo que por primera vez se imparte en Escuela SAMU y que cuenta con bomberos con experiencia entre sus docentes.

Uno de los momentos más emotivos del acto se produjo durante la intervención en el atril del doctor Carlos Álvarez Leiva. “No lo olvidéis. Sois la infantería del sufrimiento. Vais a estar al lado del que sufre. Y ahí, no tendréis ningún derecho a flaquear ni a ser incompetente”, destacó el fundador de SAMU, quién resaltó que, actualmente, “existe escasez de profesionales que sean capaces de rescatar valores” y advirtió a los alumnos de nuevo ingreso que “ésta no es una escuela normal”.
El centro formativo, ubicado en el término municipal de Gelves, ha ampliado su oferta académica para el curso 2022-2023 y para el nuevo ejercicio ofrece importantes e interesantes novedades, haciendo gala de uno de sus mayores valores: una metodología multisensorial y vivencial que marca la diferencia.

Escuela SAMU: El prólogo de un año que lo cambia todo

Septiembre arranca con un clásico en Escuela SAMU: las pruebas de acceso al Máster de Enfermería en Urgencias, Emergencias, Catástrofes y Acción Humanitaria. Un total de 29 enfermeros se inscribieron para realizar estas pruebas y 21 de ellos han sido seleccionados para realizar este posgrado de SAMU que cuenta con la acreditación de la Fundación CEU San Pablo Andalucía.

“El perfil de los aspirantes ha sido muy variado. Había enfermeros recién titulados y otros con varios años de experiencia que han decidido dejarlo todo y continuar formándose. También hay muchos aspirantes que nos han reconocido que su intención es renunciar a sus contratos de trabajo actuales para realizar el máster; y otros, que llevan muchos años ahorrando para poder pagarse ellos mismos este posgrado. Todo esto dice mucho de ellos y a nosotros nos ha sorprendido muy gratamente”, explica el enfermero Andrés Rodríguez Holst, coordinador de este máster, una de las grandes señas de identidad de Escuela SAMU. “También nos ha sorprendido positivamente ver que la mayoría de los inscritos son de fuera de Sevilla e, incluso, hay muchos que vienen de fuera de Andalucía. Como digo, esto dice mucho tanto de ellos, por su motivación e interés, como de nuestro máster”.

Estas pruebas de selección están diseñadas para valorar la respuesta actitudinal del aspirante y los conocimientos básicos imprescindibles para cursar este postgrado. Estas pruebas se dividen en tres fases: pruebas físicas, un test psicotécnico y una entrevista personal.

Resistencia física y control del estrés

Éste es ya el tercer año que las pruebas físicas se realizan en las instalaciones de Escuela SAMU y de forma individualizada. Cada alumno fue citado a una hora distinta desde las ocho y media de la mañana hasta la una de la tarde. Estas pruebas consistieron en un circuito de ejercicios continuados en el cual el aspirante debía demostrar resistencia física de moderado impacto, además de control del estrés y liderazgo durante todo el recorrido. Para la realización de los ejercicios se utilizaron los diferentes recursos de la escuela, como el edificio de rescate, el tren, la pista de 4×4, el foso o la piscina. Así, los aspirantes fueron evaluados en una prueba de velocidad (50 metros en 9 segundos en el caso de los hombres y 11, las mujeres), flexiones (hombres, 10; mujeres, 6 ó 10 sobre rodillas); carga de peso muerto (10 kilos en 25 metros); arrastre de peso muerto en pendiente (30 kilos en 5 metros con una pendiente del 55%); natación contracorriente (un minuto) y buceo libre (apnea, 30 segundos).

Pruebas de acceso al Máster de Enfermería

Pruebas de acceso al Máster de Enfermería.

El circuito arrancaba en el costado oeste del tren. Los participantes salieron de uno en uno cada cinco minutos cargados con una mochila que simulaba un maletín polivalente y debían pasar a través de unos troncos en posición de viga para demostrar equilibrio. Una vez superado, se dirigían al edificio de rescate para entrar por la puerta principal. Una vez en la planta baja, el participante se dirigía hacia la cuarta planta donde debía coger una bala de oxígeno y cargarla hacia el segundo piso, donde tenían que realizar las flexiones y, posteriormente, tres minutos de RCP.

Una vez superado esto, bajaban por la trampilla hacia la primera planta y debían pasar a través de la abertura de un muro para llegar a la escalera, cargando con la bala de oxígeno en todo momento. Subían hacia el cuarto piso para dejar la bala de oxígeno y bajaban hacia la planta baja, donde salían por la ventana posterior más cercana a la piscina. De ahí, se dirigían hacia el rocódromo, donde intentaban cruzar de lado a lado sin pisar el suelo, la mayor distancia posible.

Terminado esto, se dirigían hacia la puerta norte del tren. Cargados con la mochila, los aspirantes debían atravesar el tren que estaba cubierto de humo de simulación y obstáculos, obligando al aspirante a realizar el trayecto a ciegas. Al finalizar, salían del tren y dejaban la mochila en el punto de salida para realizar la prueba de velocidad de 50 metros.

Ya en la pista de 4×4, se llevó a cabo la prueba de liderazgo, donde los aspirantes se enfrentaban a un accidente de tráfico en el que estaba implicado un coche con una mujer y un lactante atrapados, con un fuego activo en la proximidad. El futuro alumno debía dar instrucciones a dos Técnicos de Emergencias Sanitarias y tenía que tomar decisiones bajo presión.

A continuación, se llevaba a cabo la prueba de arrastre. El aspirante se encontraba ante una carga de 30 kilos dentro del foso y debía extraerlo tirando de éste con una cuerda, hasta lograr desplazar la carga cinco metros. Luego, en una de las aulas se realizaba la prueba de control de estrés. Con el aula a oscuras, una luz estroboscópica, un gálibo y música, el aspirante se encontraba a un muñeco de simulación en el suelo sobre un charco de sangre. Y, por último, en la piscina, se le pedía al enfermero que extrajera a un maniquí de la jaula que estaba en el fondo de la piscina y, posteriormente, que nadara a contracorriente durante un minuto.

Cuestionario de personalidad

Una vez finalizadas las pruebas físicas, al aspirante se le entregaba un cuestionario de personalidad diseñado para proporcionar una evaluación global de la personalidad y tendencias psicopatológicas en adultos, con preguntas de control y escalas clínicas.

Las pruebas terminaban por la tarde con una entrevista en la que estaban presenten los miembros de la comisión académica para conocer los intereses y la personalidad de los aspirantes.

“Son unas pruebas exigentes, pero necesarias. Ha habido aspirantes que lo han pasado mal durante las pruebas, uno, incluso, se desmayó por el esfuerzo que realizó. Este posgrado tiene un nivel de exigencia muy alto y tenemos que asegurarnos de que los futuros alumnos puedan hacerle frente”, indican desde la Escuela.

Este año, como novedad, el máster incluye un nuevo módulo de soporte avanzado en gestantes y adquieren más peso los dos módulos incorporados el pasado año: coordinación de sala y asistencia en transporte aéreo. Asimismo, se retomarán las prácticas en el servicio público de emergencias 061, que fueron suspendidas por la pandemia del Covid-19.

Tras la selección de los alumnos, el Máster de Enfermería en Urgencias, Emergencias, Catástrofes y Acción Humanitaria comenzará en octubre.

Pruebas de acceso al Máster de Enfermería

Pruebas de acceso al Máster de Enfermería.

Mujeres, jóvenes, migrantes y universitarias

Superar los retos que derivan de cada proyecto personal de vida, independientemente de los que sean, requiere de un grado de esfuerzo, compromiso y fortaleza colosales, especialmente si hablamos de los menores migrantes no acompañados. Además, desde una perspectiva interseccional, si sumamos género femenino, etnia, clase social y sexualidad, estas capacidades y atributos requieren de una doble dosis, en el mejor de los casos.

En este contexto, para la mayoría de las jóvenes extranjeras y extuteladas beneficiarias del Programa +18 de Fundación SAMU, cumplir con los objetivos de sus proyectos migratorios, supone, en ocasiones, romper con ciertos valores, tradiciones y patrones socioculturales impuestos en sus países de origen.

Sin embargo, son muchas las jóvenes que, con esfuerzo y sacrifico, gracias a la ejecución de los Programas de Alta Intensidad o Programas de Adquisición de Competencias Sociolaborales, como el PACS SAMU Almería o PACS SAMU Jaén, cofinanciados por el Fondo Social Europeo y conveniados con la Consejería de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación de la Junta de Andalucía, alcanzan una emancipación plena y en condiciones seguras, cumpliendo así con sus expectativas migratorias y el objetivo principal del programa: la inserción sociolaboral.

Este es el caso de las jóvenes Kadiatou Sow y Sabah El Amraoui Karroumi, que, tras superar sus estudios de secundaria y la Selectividad, comienzan en septiembre una formación universitaria: Derecho, en el caso de Kadiatou, y Filología Inglesa, en el caso de Sabah.

Ambas jóvenes son un verdadero ejemplo a seguir para todas aquellas menores extranjeras que deciden emprender su proceso migratorio en busca de un futuro mejor.

A continuación, puedes conocer la historia de estas dos protagonistas de la mano de Ana Rodríguez Fernández, del equipo de educadores del PACS SAMU Jaén, y Amel Boughanem Cortés, trabajadora social y orientadora laboral del PACS SAMU Almería.

Sabah El Amraoui Karroumi, matriculada en Filología Inglesa

Sabah El Amraoui Karroumi llegó al PACS de Jaén el 5 de octubre de 2021. El equipo de profesionales de SAMU obtuvo excelentes referencias de la joven, entonces menor de edad, por parte del equipo responsable de la chica en el Sistema de Protección del Menor. Por esta razón, desde SAMU esperaban con ilusión poder tomar el testigo del trabajo realizado previamente por el equipo del COILS San Martín de Porres, perteneciente a la Fundación Don Bosco Social, hogar del que procedía Sabah.

“Nos hablaban de una chica decidida, muy motivada por el estudio, cuya infancia, como es de suponer, no había sido nada fácil y que, provista de unos resortes y capacidad de resiliencia admirables, había podido centrar su vida antes de cumplir la mayoría de edad en una serie de valores que la mantendrían a salvo en el mar de incertidumbre al que se enfrentaba”, apunta Ana Rodríguez, miembro del equipo de profesionales del PACS Jaén. “A su llegada, nos sorprendió su forma de expresarse, ávida de comunicar sus intenciones, sus planes de futuro, sus preocupaciones, sus acuerdos y desacuerdos. Una vez más, una joven nos presenta el reto de ir un paso más allá. Acompañar y orientar cuando los objetivos son altos es, sin duda, muy motivador”.

Al equipo del PACS Jaén le sobrecoge la cantidad de recuerdos de los que Sabah no ha podido desprenderse aún, y entiende que el apego a objetos de la niñez y a los obsequios de amigos y referentes para ella son importantes. Se manifiesta de este modo cariñosa, demandante de afecto y aferrada a su entorno personal. “En muchos años de experiencia en el trabajo con jóvenes, fue la primera vez en la que el equipaje de macutos y maletas llenas de libros casi igualaba al de ropa. Y más sorprendente era cuando al hablar con ella de cada uno de estos libros, la joven se acordaba de quién se lo había regalado, cuándo se lo había leído o por qué le había gustado”, asegura Rodríguez.

Sabah no tardó en dejar claro que su objetivo principal al pasar por un recurso de alta intensidad era poder terminar sus estudios de Grado Superior para obtener su titulación y, tras conseguir un trabajo para poder emanciparse, poder proseguir con sus estudios universitarios.

Una vez superado con éxito el primer curso del Grado Superior de Radiología, la joven, no convencida vocacionalmente con esta profesión, decidió cambiar de rumbo y, junto al equipo orientador, eligió otro camino formativo, valorando sus posibilidades. Consciente de que su tiempo en el recurso se acababa, y que en un futuro, si quería estudiar por sus propios medios, tendría que conjugar los estudios con un trabajo que le permitiese ir a clase y estudiar, comenzó unas prácticas EPES como camarera en una cafetería.

Sabah El Amraoui Karroumi

Sabah El Amraoui Karroumi

Sabah tiene claro que quiere ir a la universidad, y, a pesar de haber aprobado en el año anterior la Selectividad con una nota más que aceptable, decidió presentarse de nuevo para subir su nota y poder tener más opciones a la hora de elegir carrera. De hecho, lo logra, y baraja entre sus posibilidades estudiar Administración y Dirección de Empresas, Educación Social o Filología Inglesa.

Finalmente, Sabah ha decidido estudiar Filología Inglesa en la Universidad de Málaga. Para ello, con la ayuda del equipo de SAMU, Sabah tramita la matrícula y cuenta con la colaboración de la delegación de Igualdad, Salud y Políticas Sociales de Málaga, que en colaboración con el Servicio de Igualdad, Diversidad y Acción Social de la Universidad de Málaga ponen a disposición de Sabah una plaza en la Residencia Universitaria Alberto Jiménez Fraud. Además, acostumbrada a un ritmo intensivo de trabajo y estudio, Sabah ha logrado sacarse el carnet de conducir este verano mientras realizada sus prácticas prelaborales.

“Ilusionada y dispuesta por compartir todos los momentos especiales de convivencia y celebración en familia, Sabah ha sido sin duda la pieza clave para que todos se sintieran a gusto, compartiendo su opinión, expresándose de una forma fresca que ha ayudado sin duda a muchos de sus compañeros a salir de su zona de confort y plantearse nuevos puntos de vista”, apuntan desde SAMU.

“Ahora que estamos preparando la salida de Sabah del programa, admito que no sólo nos sentimos satisfechos por haber podido acompañar a esta joven en la superación de sus objetivos de adquisición de competencias, sino que somos conscientes que todo lo vivido junto a ella, como con otras jóvenes, nos ha hecho mejores profesionales”, confiesa Ana Rodríguez. “Estamos convencidos de que Sabah sabrá enfrentarse al mundo de cara, como es ella, consiguiendo sin duda una vida plena”.

Kadiatou Sow, futura estudiante de Derecho

La joven Kadiatou Sow, procedente de Guinea Conakry, decidió emprender su proyecto migratorio en 2018 como consecuencia de la ausencia de recursos económicos e igualdad de oportunidades para acceder a la educación e inserción laboral en su lugar de origen.

Según refiere, en su país son muchas las mujeres que logran acceder a los estudios y que, a su vez, obtienen excelentes resultados académicos. Sin embargo, la probabilidad de acceder al mercado laboral desaparece cuando contraen matrimonio, momento en el que, habitualmente, la mujer se centra en el cuidado del hogar y los hijos.

Kadiatou, que hoy tiene 20 años, cuenta que siempre tuvo claro el objetivo de su proyecto migratorio: hacer realidad su sueño de acceder a la universidad y buscar un futuro mejor en un lugar donde pudiera ejercer su profesión de forma independiente a su estado civil y libre de las presiones socioculturales propias de su país de origen.

Además, aclara que su interés por la formación viene motivado por el deseo de defender los derechos de las personas más vulnerables, en concreto, los derechos de la mujer africana y la lucha contra las desigualdades sociales y de género.

Por ello, la joven guineana defiende la formación como una herramienta de cambio social y, en su discurso, suele verbalizar lo siguiente: “Para poder defender los derechos de las mujeres, primero debo formarme y conocerlos”. De ahí su interés por realizar el Grado en Derecho. Sin embargo, Kadiatou afirma que desconocía el nombre de la profesión que quería ejercer: “Yo solo sabía que quería defender los derechos de las mujeres”. La joven reconoce que fue una vez en España cuando descubrió el significado de la abogacía. Desde entonces, tuvo claro el grado universitario que estudiaría.

Para una mayor compresión de la historia de superación y resiliencia de la joven, nos remontamos a su llegada a España, en agosto de 2018, fecha en la que ingresó en el Servicio de Protección de Menores de la Junta de Andalucía. Desde este momento, la joven centró todos sus esfuerzos en el aprendizaje de la lengua española, en aras de incorporarse cuanto antes a la formación reglada y poder obtener el título de Educación Secundaria Obligatoria (ESO).

Su rápida adaptación a la sociedad de acogida y buen dominio del lenguaje español, favorecieron su pronta incorporación al I.E.S Entresierras, ubicado en Purchena (Almería), municipio donde residió durante su estancia en el Centro de Protección de Menores.

El esfuerzo e implicación para la consecución de su sueño, comenzó a dar fruto en tan solo un año y medio después de su llegada a España: la joven obtuvo el Graduado de Educación Secundaria Obligatoria en el curso académico 2019-2020. Luego, se matriculó en 1º de Bachillerato de Humanidades y Ciencias Sociales en el I.E.S. Rosa Navarro, en Olula del Río (Almería).

Sin embargo, no todo fueron éxitos y facilidades, puesto que a mitad del curso 2020/2021, la joven cumplió la mayoría de edad y tuvo que enfrentarse a los cambios que esto conlleva. En este contexto, en diciembre de 2021, se trasladó al Programa de Alta Intensidad PACS SAMU Almería y solicitó un traslado de expediente al I.E.S. Al-Ándalus, en Almería, donde finalizó el curso académico con unos resultados excelentes.

Kadiatou Sow

Kadiatou Sow

Kadiatou alcanzó la mayoría de edad con la ausencia de una autorización de residencia y, además, en un contexto de pandemia mundial y periodo de recesión económica, ocasionada por el Covid-19. Regularizar su situación administrativa supuso uno de los principales obstáculos para la consecución de los objetivos establecidos en su proyecto personal de vida, llegando incluso a valorar la opción de priorizar su inserción laboral frente a la consecución de sus objetivos académicos.

No obstante, gracias al reciente cambio en la normativa vigente en materia de extranjería y a su estancia como beneficiaria en el Programa de Alta Intensidad PACS SAMU Almería dirigido a jóvenes extuteladas de entre 18 y 25 años, procedentes del Sistema de Protección de Menores, la joven ha podido regularizar su situación administrativa sin tener que renunciar al sueño de acceder a la universidad.

Durante el curso 2021-2022, Kadiatou compaginó 2º Bachillerato con una formación online complementaria enfocada al empleo. De forma paralela, la joven, consciente del objetivo principal del Programa +18 y de la proximidad de su emancipación, ha realizado una ardua y concienzuda labor de búsqueda de empleo que tuvo sus frutos al ser contratada como camarera de pisos en el Hotel AC de Almería.

Al mismo tiempo que trabajaba, Kadiatou se preparó la Prueba de Evaluación y Acceso a la Universidad (Pevau), exámenes que superó con éxito y le han permitido ingresar en la Facultad de Derecho de la Universidad de Almería.

Según fuentes del Servicio de Protección de Menores de Almería, Kadiatou es una de las primeras jóvenes extranjeras y extuteladas que accede a la universidad de la ciudad. La joven guineana se muestra muy orgullosa de todo el trabajo realizado y de los logros alcanzados durante los últimos años. “Para lograr un sueño, no es suficiente sólo con desearlo, sino que es muy importante trabajar duro hasta hacerlo realidad. Con esfuerzo y constancia todo se consigue”, manifiesta la joven.

Las orientadoras de referencia del PACS SAMU Almería se sienten muy orgullosas de la gran evolución de la joven, y afortunadas, de haber podido orientar y acompañar a Kadiatou hacia la consecución de su sueño y una emancipación plena y exitosa.

Actualmente, la joven ha superado los objetivos establecidos de su Itinerario Personalizado de Inserción Laboral y se encuentra a la espera de la asignación de una plaza becada en la Residencia Universitaria Civitas (Almería), en la que podrá residir durante los próximos cuatro años para la superación del Grado en Derecho.
Esto ha sido posible gracias al apoyo e implicación de la delegación territorial de Almería, especialmente de la técnica de Programas de Alta Intensidad, Juana García, y el coordinador de centros, José Luis Andreu.

SAMU First Response: Una acogida profesional y solidaria en la capital de EEUU

Estados Unidos sufre una crisis migratoria constante. El 6 de abril, el gobernador de Texas anunció que el estado fletaría autobuses para ofrecer la posibilidad de desplazarse hasta Washington D.C. a todos aquellos migrantes solicitantes de asilo, una medida que no tardó en ser adoptada por las autoridades de Arizona, otro de los estados fronterizos.

Tras el anuncio, han llegado hasta la capital más de 150 autobuses con migrantes que habían conseguido completar el duro y peligroso trayecto entre sus países de origen y el país norteamericano. Son personas extremadamente vulnerables que llegan al país en busca de un futuro para ellas y sus familias y que precisan de asistencia humanitaria de emergencia.

Como respuesta a la llegada de autobuses, las organizaciones locales se volcaron para facilitar a las personas que viajaban en ellos una recepción digna y segura. Esta acción inmediata se basó en el trabajo y esfuerzo de los voluntarios, quienes recaudaron fondos y habilitaron espacios destinados a labores humanitarias. En este contexto, el equipo de SAMU First Response, filial de SAMU establecida en Estados Unidos desde 2018, se prestó como agente voluntario en el proceso de recepción y acogida de migrantes.

SAMU First Response identificó la necesidad de poner en práctica la experiencia de más de 40 años en emergencias humanitarias de SAMU con el fin de proporcionar un apoyo ágil, coordinado y culturalmente competente a los migrantes recién llegados, contando con el conocimiento del personal local. El equipo de SAMU trabajó de la mano de entidades locales para formular una propuesta y habilitar un centro de acogida temporal, el Respire Center. Este logro fue posible gracias a la estrecha colaboración con los gobiernos locales y entidades como Catholic Charities, Carecen y World Central Kitchen.

Durante el primer mes de crisis, SAMU First Response proporcionó servicios directos a un total de 1.325 personas, comidas calientes a 1.612 y alojamiento nocturno a 380. También se ofrecieron talleres y sesiones de información a 103 migrantes.

Hoy SAMU proporciona su servicio de atención desde una perspectiva triple: admisión, alojamiento y coordinación de servicios. Su actividad incluye, además, el apoyo necesario para adquirir los billetes de transporte que permiten que los migrantes puedan reunirse con familiares o amigos que ya residen en el país. Ante esta situación, se prevé la ampliación del servicio para dar apoyo a un mayor porcentaje de migrantes, tanto a los que llegan en autobús y buscan otro destino como a los que deciden establecerse en la capital.

En cuanto a la atención que se les proporciona a los migrantes, una parte de ellos es atendida directamente en Union Station, la estación de autobuses a la que llegan tras salir de Texas y Arizona. Allí, equipos de SAMU prestan apoyo en la organización del viaje hasta el destino final del migrante. El resto de grupos de personas migrantes son trasladados hasta Respire Center, el centro de acogida temporal en el que pueden permanecer hasta un máximo de tres días, y en el que se les proporciona kits de alimentación, higiene, ropa y asistencia en sus necesidades básicas, además de ayuda para gestionar la compra de billetes que les permitan llegar hasta su destino final, entre otros servicios.

Los migrantes recibidos en el centro gestionado por SAMU First Response llegan con unas determinadas necesidades físicas, emocionales y sociales. La experiencia de SAMU en este tipo de crisis de emergencia nos permite proporcionar en todo momento una atención adecuada a sus circunstancias personales.

Actualmente se han habilitado otros servicios que complementan a los iniciales para aumentar el nivel de atención que SAMU First Response puede ofrecer entre los que destacan: un espacio de juego terapéutico para niños, recursos legales, sesiones formativas y clínicas, servicios de asesoramiento y apoyo y enseñanza de inglés, entre otros.

Trabajo con organizaciones locales y voluntarios

La labor de los profesionales de SAMU First Response con los inmigrantes que son acogidos temporalmente en el Respite Center consiste en proporcionar alimentos, ropa y kits de higiene que incluyen champú, jabón, cepillo y pasta de dientes, desodorante y productos de higiene íntima femenina, entre otros. Una gran parte de ellos son donados por colaboradores de la organización. También se entregan kits de merienda para garantizar que las personas migrantes que realizan desplazamientos hasta su destino final no pasen hambre.

En cuanto al sistema de acogida temporal, los usuarios pueden permanecer en el centro hasta un máximo de tres días. Mientras tanto, se llevan a cabo otro tipo de tareas organizacionales en las que SAMU colabora con otras organizaciones locales como Goods4Good. En este caso, ambas trabajan conjuntamente para clasificar, organizar y almacenar las donaciones de ropa que después ponen a disposición de los migrantes para que puedan escoger la más apropiada para ellos.

SAMU First Response

SAMU First Response

Otro ejemplo de coordinación y colaboración entre organizaciones es el trabajo que SAMU realiza junto con World Central Kitchen, la ONG fundada en 2010 por el reconocido chef español José Andrés, que tiene como principal objetivo abastecer de alimentos a personas de cualquier parte del mundo que se encuentran en situaciones extremas provocadas por crisis o desastres naturales. Gracias al esfuerzo conjunto, SAMU proporciona comidas nutritivas y calientes a todas las personas que están directamente a su cargo. Además, los alimentos se comparten a través de una red de ayuda mutua, cuyos voluntarios prestan apoyo en los esfuerzos realizados para la recepción de migrantes.

Acogida, apoyo e integración

Cada persona atendida por SAMU durante el transcurso del servicio trae consigo una historia personal repleta de traumas y dificultades que se suman a la gran complejidad de llegar a un país nuevo, con el desconocimiento de su geografía, el idioma y la cultura, circunstancias que dificultan aún más la adaptación del recién llegado en condición de asilo.

Los profesionales del equipo cuentan con experiencia en el trabajo con colectivos vulnerables que sufren los problemas derivados del proceso de integración y, además, los conocen de primera mano gracias a experiencias personales como la de la directora general de SAMU First Response, Tatiana Laborde (Bogotá, Colombia, 1984): “Como inmigrante que soy, conozco las dificultades que estas personas encuentran durante su integración en la sociedad norteamericana”. Aunque asegura que el suyo fue un proceso de adaptación muy privilegiado, es consciente de que no todo el mundo lo vive igual.

Su labor vocacional en SAMU First Response le permite ayudar a los migrantes a integrarse en un país totalmente desconocido y diferente a sus países de origen: “Siempre me ha interesado mucho el trabajo con la comunidad inmigrante en cuanto a educación, identidad y al conocimiento y defensa de nuestros derechos”, explica Laborde. Igualmente, una gran parte del equipo local es inmigrante de primera o segunda generación.

Desde el comienzo del servicio, SAMU puso en marcha un breve pero exhaustivo proceso de admisión para todos los solicitantes de asilo a los que atiende. Este proceso consiste en la cumplimentación de un cuestionario que recoge información personal básica como la fecha de nacimiento, el país de origen o el idioma, todo con el fin de que sirva como guía para adaptar la prestación de servicios, el proceso de derivación y la colaboración con agencias y organización externas para satisfacer las necesidades de las personas solicitantes de asilo a cargo de SAMU.

Los datos que arroja el número de cuestionarios realizados indican que más de la mitad de los migrantes atendidos por la entidad en el primer mes fueron hombres y, aproximadamente, una cuarta parte de ellos fueron mujeres y niños, respectivamente. Desde el 7 de julio, el porcentaje de niños que llega en autobús ha aumentado en un 23%.

En lo referente a los países de origen de los migrantes, los datos recogidos muestran que la mayoría de los solicitantes de asilo proceden de Venezuela, Colombia, Perú y Nicaragua, aunque SAMU también ha acogido a personas de Ghana, Senegal y Rusia.

El 21 de junio de 2022, SAMU First Response inauguró oficialmente el primer Respite Center, un centro habilitado para acoger a familias de migrantes que sirvió durante los primeros meses de crisis como apoyo a los esfuerzos que venían realizando las organizaciones locales.

El edificio principal tiene capacidad para 50 personas y cuenta con zonas comunes, oficinas, baños diferenciados por sexos, cocina y múltiples espacios de almacenamiento. Además, cuenta también con un edificio auxiliar con capacidad para 20 personas que ha sido habilitado como espacio de cuarentena para posibles casos de Covid-19.

La puesta en marcha del centro contó con una colaboración muy especial. Un grupo de profesionales de Fundación SAMU, entidad con más de 15 años de experiencia en la prestación de servicios a menores no acompañados y que gestiona en la actualidad 82 centros en España, se desplazó hasta el país norteamericano con el fin de apoyar y trasladar sus conocimientos en este tipo de servicios a los compañeros que integran el equipo estadounidense. “Estos profesionales han sido clave en la implementación del plan, impartiendo formación, desarrollando protocolos y procedimientos, así como trabajando en el día a día junto con el equipo local”, aseguran desde el equipo de SAMU First Response.

Por su parte, los miembros de Fundación SAMU tuvieron claro su propósito desde el inicio de la misión de implementación. “SAMU First Response surge con la idea de trasladar el modelo y la visión organizativa en Estados Unidos que Fundación SAMU tiene asentada en España”, explica Adrián Moreno Vázquez, jefe de la misión en el país norteamericano. “Las jornadas fueron intensas, sin mucho tiempo de descanso ni comodidades, pero el equipo, convencido del bien que supone nuestra labor y consciente de la importancia de ayudar al colectivo, dedicó todos sus esfuerzos y energías al proyecto”, que fue cobrando forma e incorporando personal local para ampliar la plantilla a medida que avanzó su desarrollo.

En los últimos meses, SAMU First Response ha prestado atención a los migrantes que llegan a Washington D.C. desde la frontera sur. Gracias a la aprobación de la financiación del Programa de Alimentos y Refugio de Emergencia de la Agencia Federal para la Gestión de Emergencias (FEMA por sus siglas en inglés), SAMU ha podido ampliar sus servicios y aumentar su impacto, proporcionando el apoyo necesario al conjunto de administraciones y organizaciones locales.

Así, en la actualidad, lo que inicialmente comenzó con la intención de implantar servicios destinados a la gestión de centros de menores no acompañados se ha convertido en un gran apoyo para las administraciones y organizaciones locales de cara a la recepción de las cientos de personas de todas las edades que llegan hasta Washington D.C. a la espera de que se resuelva su solicitud de asilo.

SAMU First Response

SAMU First Response

El equipo de SAMU First Response trabaja 24 horas al día, siete días a la semana. Durante el primer mes de operaciones, el personal recibía autobuses de martes a domingo, reservando los lunes para tareas administrativas. Cumpliendo con la razón de ser de la organización, estar siempre al lado de las personas que más lo necesitan, SAMU First Response ha atendido a más de 2.300 personas hasta la fecha.

En línea con las labores realizadas para la implantación de la organización, el equipo de Fundación SAMU desplazado desde España hasta Estados Unidos puso en marcha varios procesos de selección y contratación que tuvieron como resultado una plantilla compuesta por 22 profesionales locales. Además, Fundación SAMU envió también dos equipos de voluntarios españoles integrados por personal de la organización, que han rotado para prestar apoyo a los compañeros americanos.

El resultado del esfuerzo realizado es el equipo multidisciplinar y multicultural de la organización que presta atención a los migrantes y que cuenta con una variedad de perfiles que aseguran una mejor implementación del proyecto.

Durante los próximos días, SAMU First Response tiene previsto seguir intensificando sus labores de contratación para completar aún más el equipo en el país. Además, la organización trabaja junto con los organismos gubernamentales y las entidades locales pertinentes para habilitar un segundo centro en el que centralizar operaciones y crear un espacio adecuado para la recepción de personas migrantes.

Actualmente, SAMU First Response ha dejado de ser uno de los proyectos más desafiantes de SAMU y se ha convertido en toda una realidad; un hito en la historia de la organización que tras más de 40 años de experiencia en el ámbito de la salud y el tercer sector continúa siendo pionera y líder en sus campos de actuación.

Concepción Lissen: “El voluntariado es mi vocación”

Concepción Lissen Villadiego (Sevilla, 1985) trabaja desde 2019 en SAMU como PTIS (personal técnico en integración social) en dos colegios. Este verano, cuando SAMU pidió entre sus empleados voluntarios para impulsar su proyecto en EEUU, ella no dudó en embarcarse en esta aventura.

—¿Cómo fueron sus inicios en SAMU?
—Trabajo en SAMU desde 2019. Comencé en el departamento de Desarrollo cuando aún lo dirigía José Antonio Trujillo (actual adjunto a la dirección general de SAMU). Trabajaba como técnica en licitaciones públicas, coordinando los proyectos técnicos del área. Luego formé parte del departamento de Dependencia e Inclusión Social como educadora en la Residencia San Sebastián de Cantillana y en la Unidad de Estancia Diurna San Lucas, en Sevilla. Y hace un año contaron conmigo como PTIS (Personal Técnico en Integración Social) en el área de Intervención Socioeducativa y de la Mujer, que dirige Concepción Pérez. Actualmente, trabajo como PTIS en dos colegios de la localidad sevillana de La Rinconada, donde he podido seguir fortaleciendo mi experiencia con personas con TEA (trastornos del espectro autista), siempre de la mano de compañeras pedagogas y maestras, pero con gran libertad para opinar. Siento que mi figura es muy valorada y, por ello, le estoy muy agradecida a mis compañeros y superiores.

—Este verano, SAMU pidió voluntarios entre sus trabajadores para impulsar su proyecto con migrantes en Estados Unidos y no dudó en formar parte de esta aventura. ¿Qué le motivó a hacerlo?
—He participado con anterioridad en otros voluntariados de Fundación SAMU y las experiencias vividas siempre han sido magníficas, por esta razón decidí lanzarme de nuevo. Este tipo de proyectos me entusiasman y me hacen crecer y madurar personal y profesionalmente. Me gusta vivir en un continuo aprendizaje y observar las oportunidades que surgen a mi alrededor por si tengo la suerte de poder formar parte de ellas.

—Los voluntarios que participan en el proyecto de SAMU en Estados Unidos lo hacen durante sus vacaciones. ¿Merece la pena?
—Para mí, merece mucho la pena. Entras en una realidad diferente a la que vives a diario dentro de tu zona de confort. Romper con tus costumbres te permite crecer, especialmente cuando las personas a las que ayudas te cuentan sus historias y sus duras vivencias. Es entonces cuando valoras más y mejor lo que te ha tocado vivir. Aquí aprendes con solo estar. Y si trabajas para ayudarles, ese aprendizaje se duplica. Por esa razón, antes de viajar a Estados Unidos, no dudé en ajustar todo mi trabajo pendiente, mis días libres e, incluso, el apoyo que habitualmente ofrezco a mi familia para poder realizar este voluntariado. El voluntariado es mi vocación.

—¿Cómo se enteró de que SAMU buscaba voluntarios para su proyecto en EE.UU.?
—Desde el área de Intervención Socioeducativa y de la Mujer, al cual pertenezco, mandaron un correo electrónico con la petición de voluntarios a todos los miembros del equipo, petición que contesté al segundo. Unos días más tarde, se pusieron en contacto conmigo para conocer mis datos personales y mi disponibilidad, y, poco después, me dieron la noticia de que podía formar parte de la misión.

—Ha comentado antes que ya había participado con anterioridad en otros proyectos de SAMU que requerían voluntarios. ¿Podría decir en cuáles?
—La primera vez que me ofrecí como voluntaria fue durante la pandemia del Covid-19. En aquella ocasión, formé parte del servicio de urgencias dirigido a personas sin hogar que Fundación SAMU gestionó, por iniciativa del Ayuntamiento de Sevilla, en el polideportivo de Rochelambert. También formé parte como voluntaria, aunque de forma muy breve, de los dispositivos dirigidos a menores durante la última crisis migratoria en Islas Canarias. Y durante este año, dos veces al mes, he colaborado junto con la Asociación Zaqueo en los talleres de justicia restaurativa desarrollados en el centro penitenciario Sevilla I. Todas estas experiencias han sido enormemente satisfactorias para mí, por ello busco continuamente poder participar en misiones o proyectos de Fundación SAMU. Lo que más valoro y destaco es la familia que se crea en este tipo de misiones, cómo aprendes a convivir y a cuidar del equipo para que el trabajo sea un éxito y poder disfrutar juntos de este tipo de experiencias tan gratificantes.

—Todas las misiones en las que ha participado hasta el momento han sido a nivel nacional.
—Sí, esta es la primera vez que participo en una misión internacional, y no descarto hacerlo en cuantas me sea posible en un futuro.

—¿Qué esperas de tu voluntariado en SAMU First Response, la filial de SAMU en EE.UU.?
—Espero poder aportar mi experiencia en SAMU para que el proyecto vaya hacia delante y aprender de mis compañeros y de las duras vivencias que las personas usuarias nos aportan cada día. Este voluntariado es también una forma de crecer personalmente. Me ha permitido salir de mi zona de confort, aprender a enfrentarme sola a nuevos retos y conocer, además, a nuevos compañeros con los que hacemos vida de familia. Simplemente espero que, personalmente, esta experiencia me haga crecer y ser un poquito mejor.

—¿Cuánto tiempo permanecerá en EE.UU.?
—Pertenezco al tercer contingente. Llegamos el 23 de julio y nos marchamos el 3 de septiembre, 42 días en total.

—¿Qué funciones desempeña dentro de esta misión?
—Una de las funciones que realiza SAMU First Response es recibir y atender a los inmigrantes, la mayoría de ellos procedentes de Venezuela, que llegan a Washington DC en autobús desde Arizona y Texas, y ayudarles a llegar a su destino final. La misión de los voluntarios es apoyar al equipo local en EE.UU. En concreto, nuestro papel consiste en formar al equipo de SAMU, además de colaborar con la parte administrativa y técnica de esta misión.

—¿Cuáles son las principales necesidades que habéis detectado entre las personas que atendéis?
—Nos hemos encontramos con personas desamparadas y con muchas inseguridades. Viven con una enorme incertidumbre con respecto a su futuro próximo. Suelen venir en familia, con niños, incluso mujeres embarazadas. Estas personas llegan a nosotros tras muchos días de duro viaje y experiencias extremas, que hace que su sufrimiento sea muy elevado. Presentan necesidades de aseo, de acompañamiento, de descanso, de tranquilidad, reclaman, sin hacerlo directamente, una escucha activa, algo de comer y ser tratados con cariño y humildad. Su actitud es de entrega, de apoyo y de eterno agradecimiento que expresan a través de su educación, sus miradas y su acercamiento a nosotros. En estos días, he llegado a pensar que tan solo con el tono de voz adecuado para dirigirnos a ellos ya les aportamos serenidad y descanso.

—¿Cuántas personas formáis el grupo de voluntarios?
—Actualmente somos 7 las personas que colaboramos en la misión, pero si tenemos en cuenta los compañeros de contingentes anteriores, somos 13 en total. Nos hemos unido sevillanos, gaditanos, granadinos y madrileños.

—¿Cuál es el ambiente que se respira entre el equipo de voluntarios?
—Siento que somos una familia. Hacemos vida juntos continuamente. El ambiente es muy bueno, de apoyo y de aprendizaje constante. Valoro mucho haber encontrado un grupo de estas características. Somos una piña. Tenemos incluso un nombre, Equipo Fenix, y un nombre de un lugar para cada uno de nosotros.

—¿Recuerda con especial cariño alguna anécdota o experiencia vivida?
—Cuando llegan las personas usuarias en los autobuses y empezamos a atenderlos, a veces, nos miran fijamente a pesar de hablar todos el mismo idioma y siempre nos preguntan de dónde somos. Después, suelen decirnos que hablamos de forma diferente y se ríen. Yo siempre les digo que en Andalucía hablamos muy rápido, pero, es cierto que, a veces, tengo que echar el freno y reducir la velocidad para que me entiendan bien.

—¿Qué es lo más gratificante para usted de todo el trabajo que está realizando en EE.UU.?
—Lo más gratificante para mí está siendo conocer historias diferentes y poder ver una realidad que en absoluto tenía en mi cabeza y que para mí era totalmente desconocida. Conocer a los trabajadores estadounidenses de SAMU también ha sido una gran experiencia, poder trabajar codo con codo con ellos y contarles cada día mi forma de trabajar en Sevilla. Poder transmitirles mi experiencia es una de las mejores cosas que me llevo de esta aventura. Todo ello unido al apoyo que siento cada día por parte de mi coordinador y mis compañeros, algo que me hace trabajar con ganas e ilusión.

VRIME: Innovación para proteger a los menores migrantes

La llegada de menores extranjeros sin referente familiar a España ha crecido considerablemente en los últimos años, lo que ha condicionado el crecimiento de la red de recursos residenciales y ha generado la necesidad de crear nuevos dispositivos de atención de acogida inmediata. Gran parte de estos niños, niñas y adolescentes han sufrido experiencias traumáticas de abuso y maltrato durante su proceso migratorio, lo que lleva en muchas ocasiones al desarrollo de actitudes y conductas violentas como mecanismos de defensa.

Este fenómeno migratorio, que ha supuesto grandes implicaciones políticas y éticas, se ha visto incrementado en un gran número de menores que llegan solos a través de las distintas rutas migratorias, siendo Andalucía la comunidad autónoma que mayor número de menores extranjeros sin referente familiar protege. Ante esta realidad, la detección previa de los perfiles de riesgo, tanto de comportamiento violento como de victimización y vulnerabilidad, puede ser un instrumento fundamental para facilitar la optimización del uso de recursos en los procesos de acogida e inserción por parte de las instituciones correspondientes, y para garantizar la protección de los derechos fundamentales de estos menores, según explica el equipo investigador de la Universidad Loyola que ha puesto en marcha el proyecto VRIME (Instrumento de Valoración del Riesgo en Menores y Jóvenes Migrantes Residentes en Andalucía).

El proyecto VRIME trata de sistematizar este proceso de detección previa mediante el estudio de determinados indicadores conductuales que permiten definir unos perfiles de riesgo y la elaboración posterior de unas recomendaciones de buenas prácticas para ayudar a gestionar mejor los riesgos por parte de los centros de acogida y organizaciones sociales relacionadas con las fases de acogida e inserción de este colectivo.

En este sentido, esta iniciativa académica trata de diseñar una herramienta de recogida de datos (Toolkit VRIME) que permita conocer los perfiles de riesgo de menores extranjeros no acompañados que se encuentran en entidades de acogida como Fundación SAMU y EMET-Arcoiris, así como identificar factores de protección o resiliencia en estos menores.

“Lo que se quiere averiguar es en qué situación está el menor cuando llega a un recurso de acogida, teniendo en cuenta todas esas variables que le influyen, y su situación seis meses más tarde. Otro de los aspectos que se intenta identificar con esta herramienta es si el menor está en el recurso adecuado”, explica Juan Manuel Aveledo, director del área de Infancia y Familia de SAMU.

Fases de desarrollo

Este proyecto de investigación está liderado por las profesoras Gloria Fernández-Pacheco y Tatiana Avignone y cuenta con financiación de la Junta de Andalucía y del Fondo Social Europeo, además de la colaboración de SAMU, a través de sus áreas de Innovación y de Infancia y Familia, y la Fundación EMET- Arcoiris.

Esta iniciativa, que se inició en abril de 2021, cuenta con cuatro fases de desarrollo: una fase piloto; una fase principal (formación de personal de los centros de acogida y los colaboradores, recogida de datos y análisis de los mismos); una tercera etapa de grupos de discusión y entrevistas con profesionales y menores; y una cuarta fase de creación de manual de uso y buenas prácticas.

El objeto de la colaboración de la Universidad Loyola con Fundación SAMU se desarrolla en tres partes. En la primera fase, de recogida de datos, los profesionales de Fundación SAMU colaboran en la tarea de diseño de la herramienta.

En la segunda fase, de implementación, los profesionales e investigadores de Fundación SAMU participan en los grupos de discusión y supervisión de los campos y protocolos de evaluación de riesgo que serán integrados en la herramienta Toolkit VRIME, en virtud de la experiencia del trato y cuidado de los menores que atesoran y la visión de la gestión integral de la realidad diaria de esta tarea.

Y por último, SAMU participa en la fase de validación y acompañamiento con el fin de recabar la información necesaria para poder validar el funcionamiento de la aplicación informática Toolkit VRIME. Posteriormente, se facilitará el acceso a las instalaciones del equipo investigador para realizar el seguimiento de la implementación del Toolkit VRIME y formación para la gestión del riesgo.

Participación de SAMU

Fundación SAMU cuenta con una red de más de 30 centros de acogida, en los que se atienden a más de 1.200 menores extranjeros no acompañados. Además, SAMU mantiene un estrecho contacto con todos aquellos extutelados que han pasado por sus centros, lo que la convierte en un gran colaborador, especialmente para la recogida de datos.

“Durante el 2022, se ha puesto en marcha la fase piloto. Ya se ha llevado a cabo toda la revisión de los artículos de impacto académico. Una vez analizado todo esto, se han extraído los diferentes riesgos que pueden afectar a la hora de intervenir con estos chicos. Ahora se está llevando a cabo la fase piloto de la herramienta y estamos volcando todos los datos para poder valorar el riesgo”, explica Juan Manuel Aveledo. “Durante este año, se han analizado todas las variables, se han identificado todas las necesidades de intervención, todos los factores de riesgo, y se han medido en una escala de ponderación. Todas esas variables que afectan al riesgo son del ámbito sociodemográfico, educativo y formativo, del ámbito social, psicológico, criminológico y del ámbito jurídico y situacional (la situación administrativa del menor). Estas variables se analizan dos veces, cuando llega el menor y a los seis meses”.

SAMU tiene el compromiso de colaborar con una muestra de 137 menores de todos los dispositivos y de todas las tipologías que la entidad tiene en Andalucía. Desde los centros de recepción a los recursos de reinserción sociolaboral, pasando por los centros de acogimiento residencial básicos y los centros de acogimiento de trastorno de conducta. “De todas las modalidades, introducimos en la aplicación los datos de una serie de perfiles seleccionados al azar. Y como aún estamos en la fase piloto, son los directores de los recursos, que han recibido una formación previa, los responsables de introducir estos datos, ya que aún nos surgen muchas dudas y modificaciones”, apunta Aveledo. “Nuestro compromiso es tener entre el 70 y el 80% de la muestra volcada el 8 de septiembre”.

El director del área de Infancia y Familia de SAMU reconoce que, al volcar los datos, en ocasiones, identifican que “hay menores que residen en una tipología de recurso que no cubre la totalidad de las necesidades del joven o que dicho centro no cuenta con los recursos o herramientas metodológicas de intervención necesarias por circunstancias múltiples que están afectando al menor, como puede ser el consumo de estupefacientes o una situación de trastorno de conducta. Vemos chicos que están, por ejemplo, en un centro de acogimiento básico, pero necesitan un centro especializado en trastorno de conducta”.

El problema está en que las entidades de acogidas no pueden, de base, hacer mucho al respecto. “Nosotros podemos proponer, hacer informes al respecto, denunciar la situación, pero el traslado o destino de un menor lo determina un juez, no es un proceso fácil. Si la valoración que realizara la herramienta desarrollada por la Universidad Loyola fuera vinculante y la Junta de Andalucía la utilizara y obligara a aplicarla en todos los centros de acogida a modo de portal único, la situación no solo cambiaría, sino que la tasa de éxito de los diferentes recursos sería mucho mayor”, asegura Juan Manuel Aveledo.

Una gestión eficaz

Una vez implementada la herramienta Toolkit VRIME de valoración del riesgo en menores y jóvenes migrantes se podrá discriminar con mayor eficacia a aquellos menores a los servicios o dispositivos acordes a su perfil, recibiendo así los recursos y ayudas que requieran de acuerdo con las necesidades que presenten.

El porcentaje de niños y niñas que reciben atención especializada será significativamente superior que aquellos cuya situación de riesgo no ha sido detectada, descongestionando los recursos genéricos de acogida y protección.

“Como entidad, colaborar en una investigación de estas características te posiciona en un lugar privilegiado, ya que se trata de una investigación con financiación externa y liderada por una universidad de referencia, como es la Loyola. Además, es una manera de dejar patente que Fundación SAMU apuesta por la transformación social, y lo hace a través también de los ámbitos académicos y científicos. La aportación de Fundación SAMU a esta herramienta está siendo toda una aventura muy positiva para la organización”, comenta el director del área de Infancia y Familia de SAMU.

El equipo investigador de la Universidad Loyola junto con Juan Manuel Aveledo y Almudena Chávez, directora del área de Innovación de SAMU, están preparando una comunicación especial para un congreso con la intención de dar a conocer el proyecto a fondo dentro de la fase de difusión de esta iniciativa prevista para el próximo año.

ISL Castillejo: Un referente llamado Mustapha

Numerosos menores extranjeros no acompañados que arriban a nuestras costas se sienten desolados, abatidos y sin esperanzas después de un periodo de tiempo en España. Este no es el caso de Mustapha, quien, desde que salió de su país de origen, Gambia, no ha parado de soñar y luchar para llegar hasta la situación en la que hoy se encuentra. Con semblante serio, el joven afirma: “Lo he pasado francamente mal y ha sido un camino muy duro y nada pero que nada fácil”. Así define su proceso migratorio por Gambia, Senegal, Mauritania, Mali, Argelia y Marruecos. Antes, Mustapha tuvo que dejar los estudios porque no podía pagarlos, y empezó a trabajar en oficios de aprendiz a los 14 años pero con un sueldo muy bajo y con una jornada laboral intensa.

Su historia de lucha continua adquiere mayor relevancia si tenemos en cuenta que, tras su llegada a España en mayo de 2021, enfermó y estuvo hospitalizado durante dos meses, y, después, tuvo que permanecer en el centro varios meses en cama. Esto no le hizo perder la fe. Por el contrario, continuó siendo muy colaborador y mantuvo un buen estado de ánimo y un alto sentido de la responsabilidad.

Algunas personas creen que ha tenido mucha suerte. Nosotros no lo creemos. La suerte es para quien la trabaja, para quien no pierde la esperanza. La suerte se gana con entusiasmo y dedicación. Fue a partir de este momento cuando comenzó a cumplir sus objetivos de vida.

Tras su escolarización en un Centro de Educación Permanente (Ceper), su castellano oral y escrito fue cada vez más fluido. Su entusiasmo por aprender cada vez era más exigente y el equipo del centro lo notaba día tras día al percibir una mejora continua de sus habilidades lingüísticas y sociales.

Tanto es así que pronto vinieron los beneficios a nivel residencial, con un notable incremento en el ejercicio de responsabilidad, ocupando el cargo de responsable de cocina y encargado de organizar la compra de alimentos para preparar recetas tradicionales de los respectivos países de los jóvenes, lo cual a su vez ha favorecido la unión del grupo de residentes.

En la localidad de El Bosque (Cádiz), donde se encuentra el recurso ISL Castillejo de Fundación SAMU, Mustapha se encuentra muy integrado y participa en diferentes actividades como el teatro, clases de informática, manifestaciones sobre violencia de género y actividades medioambientales y deportivas. Hablando del deporte, hay que reseñar que el joven es un deportista nato. Juega al fútbol y su mayor sueño es ser fichado por un equipo grande de una liga importante. Lo cierto es que es una tarea ardua y complicada aunque como él bien refiere: “Sí, es complicado, pero no imposible. El cielo es el límite”.

Su proyecto de vida comenzó a aclararse cuando, en enero de 2022, comenzó a realizar prácticas formativo-laborales en la empresa bosqueña Artes Gráficas, dedicada al cartonaje, en concreto, a la construcción de todo tipos de embalajes de cartón para distintos tipos de actividades. Una vez finalizado este periodo de prácticas, y gracias a su buen labor como trabajador en la empresa, se formalizó un contrato de trabajo. En dicha empresa el joven tiene muy buenos compañeros, y juntos fueron a ver un partido del Cádiz C.F. en el estadio Nuevo Mirandilla, dónde disfrutaron muchísimo.

Mustapha está muy contento por los logros conseguidos y da gracias a Dios por ello, sin olvidar a todas las personas que le han ayudado para conseguir tal propósito. Mustapha es un claro ejemplo de un menor luchador que nunca se ha rendido ante ninguna adversidad y que está siendo un excelente referente para los demás menores como ejemplo de vida.

Equipo de profesionales de ISL CASTILLEJO

Salma Idrissi: “He venido a España para encontrar un trabajo y estudiar”

Salma Idrissi, beneficiaria del recurso SAMU Clarín, en Madrid

—¿Por qué decidió venir a España?
—Para buscar un futuro y ayudar a mi madre. Pensé que en España podrían ayudarme.

—¿Cuándo llegó al país?
—Llegué el 17 de mayo de 2021. Desde Castillejos, en Marruecos, nadé dos horas hasta Ceuta.

—¿Cómo valora su estancia en SAMU Clarín, en Madrid?
—He aprendido bastante castellano, y, gracias a eso, he tenido una buena formación con la que he conseguido un trabajo. Cuando estuve en Ceuta, al principio de llegar a España, tenía menos opciones. Aquí puedo vivir en una casa muy cómoda y una cocinera nos hace la comida todos los días. En SAMU también me han comprado ropa.

—¿Qué significa para usted conseguir un empleo?
—Para mi futuro es muy importante conseguir un trabajo. No podía salir de aquí solo con la documentación, eso no me sirve de nada. He venido a España para encontrar trabajo y para estudiar. Un empleo me proporcionará independencia. Si hay dinero hay vida, si no hay dinero, no hay vida.

—¿Cómo cree que le ha ayudado SAMU en su proceso de autonomía?
—Me han encontrado esta formación de camarera de piso y me han buscado formación para aprender castellano. Cuando he necesitado ropa para el curso, me la han comprado. Aitor, uno de los profesionales de SAMU Clarín, me ha ayudado para firmar mi contrato. Me han dado muchos consejos buenos, por ejemplo, ahorrar, hacer las cosas bien en las prácticas para conseguir el contrato, habilidades sociales a la hora de tratar a los clientes, etcétera.

—¿Cuáles son sus planes de futuro cuando salga de SAMU Clarín?
—Vivir bien y ayudar a mi madre. Por ejemplo, si algún día necesito algo, me lo podré comprar, pagar el alquiler. Ahorrar para poder enviar dinero a mi madre y ayudarla.

 

Equipo de SAMU Clarín

DISL Alcalá: Fally, una historia de crecimiento personal

El protagonista de esta historia nació en Mali. Su nombre es Fally; su edad, 17 años; y su residencia, el DISL Alcalá. Este ha sido su centro desde que llegó a España siendo un niño. Digo esto porque hoy ya no es un niño, sino un hombre que ha forjado su propio destino a base de mucho empeño y lucha cada día.

Su vida ha estado plagada de infinidad de obstáculos, desde su infancia en su país hasta todo su proceso migratorio. Incluso las vivencias en España no han sido fáciles aunque nada que ver con lo vivido antes de ello. Su etapa en los bosques de Marruecos, donde estuvo viviendo, ha marcado un antes y un después en su personalidad, ya que su historia está llena de traiciones, tanto de personas desconocidas como de algunos más conocidos. Esto se nota en su desconfianza hacia las personas. Como él mismo refiere, solo confía en tres personas, aunque vivan lejos de Alcalá de Guadaíra, donde él reside. Estas personas son aquellas con las que hizo el trayecto migratorio hacia España. Entre tantas dificultades ha forjado una amistad inquebrantable.

Y es aquí donde mi trabajo como psicólogo comienza. Imaginad la dificultad que supone establecer una relación de confianza con un menor cuya vida está llena de traiciones por parte de las personas de su alrededor. Poder conseguir una buena relación terapéutica es clave para poder llevar a cabo un buen proceso psicológico con cualquier paciente. Esto ha hecho que mi trabajo con Fally fuera muy complicado, pero, a la vez, muy bonito porque, con los meses, hemos conseguido establecer una relación de confianza excelente. Hemos tenido un crecimiento en lo personal muy grande. Y digo “hemos” porque de una persona tan buena y noble como Fally se aprende mucho. Como siempre he creído, la terapia es un proceso bidireccional aunque el paciente siempre es el protagonista.

Hoy, después de más de cinco meses, Fally ha experimentado un gran crecimiento tanto a nivel madurativo como conductual y emocional. Todos en el centro así lo valoran y, lo más importante, así lo percibe el propio Fally. Este cambio se ha traducido en grandes noticias en su vida personal. En primer lugar, y tras recoger las notas, sus profesores en el instituto están muy contentos con su desempeño, su actitud y su integración en clase. En segundo lugar, su estatus en el centro ha subido de forma muy notable. Hoy, Fally es un referente y un líder entre sus compañeros. Y, en último lugar, y más importante, SAMU lo ha elegido para poder realizar prácticas de pinche de cocina dentro de la propia organización. De entre 20 menores, él ha sido el elegido por la madurez y la responsabilidad que demuestra.

Tras unos días de prácticas, el feedback que recibimos es muy positivo y eso es algo que Fally se ha ganado a base de trabajo. Llegó siendo un niño y hoy es un hombre con ideas claras en busca de su destino.

ANTONIO VARGAS. Psicólogo DISL ALCALÁ