ISL SAMU Dúrcal: Los beneficios de trabajar con la actividad artística

Durante los años escolares se nos intenta formar en lo útil, en lo práctico, en lo que se puede medir… Pero, ¿dónde quedan el placer por descubrir, y el placer por conocer y sentir? ¿Acaso eso carece de utilidad? La autora Marián López plantea cómo el arte puede utilizarse para construir nuevas formas de relacionarse, nuevas formas de entendimiento, poniendo en valor el proceso y no solo el objetivo final. La pregunta que debemos hacernos para buscar una justificación en el uso del arte como herramienta transformadora es: ¿Qué beneficios podemos obtener al trabajar la actividad artística con los jóvenes?

A nivel individual podemos trabajar diferentes aspectos. Por un lado, generar cambios a nivel individual, relacional y social. Ser honestos con nosotros mismos y con nuestra realidad permitirá identificar aquellos aspectos de la vida que pretendemos modificar.

Por otro lado, podemos trabajar el autoconocimiento y la autoestima, haciendo un recorrido por nuestra historia y los sentimientos que nuestras vivencias nos han producido. Identificando las capacidades, habilidades, defectos y aquello que nos caracteriza podemos crear una imagen simbólica de lo que somos y el lugar que ocupamos en la sociedad. Esa imagen simbólica nos servirá como diagnóstico para, a posteriori, producir cambios en nosotros mismos y enfrentar los conflictos de nuestra situación de la manera más resolutiva posible.

La actividad artística también nos puede ayudar a gestionar las emociones: la violencia, la desmotivación, la depresión, frustración, tristeza, pérdida de identidad… Identificar y entender el origen de las emociones nos permitirá trabajar en base a aquellas que nos generan sentimientos positivos y de realización personal, y controlar aquellas que nos producen malestar.

En cuanto a las relaciones interpersonales, en contextos de riesgo se generan actitudes competitivas y de desconfianza. Mediante las dinámicas artísticas participativas y de cooperación esperamos poder trabajar esas habilidades que sirvan para crear vínculos de apoyo, de corresponsabilidad y de confianza. Para ello será necesario hacer hincapié en una comunicación basada en el respeto, la aceptación y el entendimiento de ideas diferentes a las nuestras desarrollando aptitudes como la empatía, la asertividad o la escucha activa.

Por último, cuando trabajamos colectivamente creamos una identidad grupal que nos representa en sociedad. Esto permite al colectivo encontrar un hueco dentro de una realidad social de la que no se siente partícipe. Los jóvenes pueden presentarse como personas capaces. Al mismo tiempo, este trabajo visibiliza la situación de exclusión con el objetivo de que la comunidad tome consciencia y ejerza presión a las instituciones para la implantación de políticas inclusivas y de justicia social.

MARINA TORAL FAJARDO. Auxiliar Técnico Educativo. ISL SAMU Dúrcal

Recep Campo de Gibraltar: El balonmano como herramienta de integración

En el centro de acogida inmediata Recep Campo de Gibraltar, a través del deporte, reforzamos positivamente a los chicos y favorecemos las relaciones interpersonales y la comunicación entre ellos. La asistencia a encuentros deportivos consigue romper con su rutina diaria.

El año pasado, el Club Balonmano Ciudad de Algeciras invitó, en varias ocasiones, a nuestros chicos de Recep a asistir a algunos partidos de la liga. Los menores pudieron presenciar varios partidos del equipo masculino y femenino, que juegan en la Primera División Nacional, que corresponde a la categoría Bronce del Balonmano Español.

Fruto de la buena relación entre la directiva de este Club y alguno los compañeros del recurso, que militan en ese Club como jugadores y entrenadores desde hace mucho tiempo, este año los menores de Recep han podido disfrutar de todas las jornadas de la liga, asistiendo gratuitamente a los partidos tanto de la categoría masculina como femenina.

Estamos muy agradecidos, porque de manera altruista y sin ningún tipo de compromiso por parte de la directiva de este Club, nuestros menores han tenido la posibilidad de ver equipos de primera categoría, procedentes de distintas regiones de Andalucía, Madrid, Extremadura, Castilla La Mancha …

Los chicos no solo han disfrutado viendo los partidos, sino que han tenido la oportunidad de animar y ver a sus educadores fuera del centro y en su tiempo libre. Además, con esta actividad conseguimos inculcar valores relacionados con el deporte y los hábitos de vida saludable.

Tenemos que destacar que, gracias a nuestra relación con este Club y su buena voluntad, también nos permitieron asistir a un partido de fútbol entre el Algeciras y el Albacete en el Estadio Nuevo Mirador.

Desde Fundación SAMU, queremos dar nuestro más sincero agradecimiento a este Club y a todas las personas que lo componen por su esfuerzo e implicación con los menores, ya que sabemos que subsiste gracias a la colaboración de algunas entidades y al trabajo de todos ellos.

Equipo Recep Campo de Gibraltar

Cuatro días al límite en Escuela SAMU

Fuego, humo, sirenas, escombros y disparos. El equipo de docentes de Escuela SAMU ha vuelto a dar todo de sí mismo para poder ofrecer a sus alumnos la mejor formación posible en el campo de las emergencias sanitarias. El resultado ha sido una acampada de cuatro días de duración en los que el trabajo duro y la convivencia han sido los principales protagonistas.

Esta acampada se desarrolló ente el 16 y el 19 de mayo en los terrenos del antiguo complejo hospitalario de San Pablo, en Sevilla, unas instalaciones abandonadas y derruidas donde los alumnos pueden poner en práctica todo lo aprendido a lo largo del año a través de diversos ejercicios y simulacros.

En las jornadas participaron los alumnos del Máster de Enfermería en Urgencias, Emergencias, Catástrofes y Acción Humanitaria (UECAH) de SAMU y la Fundación CEU San Pablo Andalucía, y los estudiantes de segundo año del ciclo de FP en Técnico de Emergencias Sanitarias (TES), además de un nutrido equipo de docentes con una amplia experiencia en este tipo de ejercicios: Miguel Ruiz, Lidu Díaz, Thomas Couyotopoulo (director de Escuela SAMU), Andrés Rodríguez, José Antonio Rodríguez, Cristian Estévez, Manuel Ángel Andrade, María Soto, Francisco Cebrián y Alexander Fernández.

Así, a lo largo de estos cuatro días, se llevaron a cabo talleres de medicina táctica, coordinación de puesto de mano, técnicas de rescate en entorno urbano, gestión de crisis, gestión de incidente con múltiples víctimas y autoprotección, entre otros.

Estos ejercicios no sólo se celebraron durante el día, el programa de actividades también contemplaba un complejo ejercicio durante la madrugada del 18 al 19 de mayo. Según apuntan responsables de la escuela, este ejercicio nocturno consistió en un circuito con seis escenarios distintos “bastante complejos y con numerosos medios visuales y auditivos que dificultaban la labor de los participantes”. Todo ello, en un edificio en ruinas.

Los alumnos tenían que solventar los problemas que se les planteaban en los diferentes escenarios. En el primero de ellos, los participantes tenían que asistir a una víctima que había recibido un disparo, pero el tirador seguía activo. En el segundo escenario había un paciente atrapado con un miembro aplastado. En el tercero, los alumnos tenían que hacer frente a un sujeto agresivo que estaba bajo los efectos de las drogas. En el resto de los escenarios del circuito los participantes se encontraron con una persona ahorcada, un apuñalado que aún tenía el arma clavada y un quemado.

“Teníamos como objetivo elevar la complejidad de la simulación para que los alumnos pudieran poner en práctica todo lo aprendido y profundizar aún más en su formación”, explica el enfermero Andrés Rodríguez, uno de los docentes que participó en la acampada. “En general, la experiencia ha sido muy buena, los alumnos se han ido con muy buenas sensaciones a pesar del cansancio, la falta de comodidades o la presión recibida”, continúa el profesor.

‘Aprende haciéndolo’ es el lema que ha caracterizado a Escuela SAMU desde sus inicios a finales de los 80 y que sigue vigente hoy más que nunca. Al igual que todo SAMU, la Escuela quiere ser sinónimo de calidad, en este caso, aplicada a la formación de profesionales en activo y de futuros profesionales sanitarios y de las emergencias, siempre a través de la práctica y la experiencia como base formativa.

“En Escuela SAMU, uno no se saca un curso, lo supera y lo consigue, porque los instructores de ayer y de hoy no regalan nada, ni en los aspectos teóricos ni mucho menos en los actitudinales y prácticos. Las profesiones de emergencias son vocacionales y deben serlo porque, en los momentos difíciles, la formación, capacidad y actitud del profesional marcan la diferencia y, en algunos casos, es lo que permite salvar vidas”, comenta Thomas Couyotopoulo, director de Escuela SAMU. “La metodología y las exigencias marcan a los alumnos, y los profesionales del sector lo notan. No es raro que a un antiguo alumno de nuestra Escuela le digan en su trabajo ‘¿Tú te has formado en SAMU, verdad?’. Este comentario se ha dicho incluso en un hospital de Barcelona en una conversación sobre enfermeros de nuestro Máster que dejan el listón alto con su actitud, su eficacia y la famosa ‘reactivación’ (ordenar, limpiar y verificar el material después de su uso, factor clave para garantizar su completa efectividad para la siguiente activación)”.

Novedades para el curso 2022-2023

Escuela SAMU ya calienta motores de cara al curso 2022−2023. El centro formativo, ubicado en el término municipal de Gelves, ha ampliado su oferta académica y para el nuevo ejercicio ofrece importantes e interesantes novedades, haciendo gala de uno de sus mayores valores: una metodología multisensorial y vivencial que marca la diferencia.

El equipo directivo del centro ha trabajado con intensidad en los últimos meses para poder ofrecer a partir de septiembre hasta cinco nuevos cursos, que se suman a la oferta académica ya consolidada de la escuela. Estos nuevos ciclos de Formación Profesional son: Técnico en Emergencias y Protección Civil (Grado Medio), Técnico Superior en Coordinación de Emergencias y Protección Civil (Grado Superior), Técnico Superior en Anatomía Patológica y Citodiagnóstico (Grado Superior), Técnico Superior en Dietética (Grado Superior) y Técnico Superior en Documentación y Administración Sanitarias (Grado Superior).

Una escuela viva

“En Escuela SAMU nos comprometemos con la excelencia en la enseñanza. Fomentamos la investigación, la innovación y el desarrollo como medio para el crecimiento continuado de nuestra escuela. Garantizamos la calidad en la enseñanza creando una escuela viva, innovadora, abierta a los cambios, a las necesidades del momento y a la búsqueda continua de la mejora”, explican desde el centro formativo situado en Gelves. “Además, nuestros alumnos adquieren un papel activo en su formación, asimilando estrategias de resolución de problemas en situaciones de estrés, de trabajo en equipo multidisciplinar y trabajando sobre procedimientos actualizados. La formación más exigente tiene como fruto a los profesionales mejor preparados”.

Misión SAMU Ucrania: Cinco contingentes y medio centenar de voluntarios

El 20 de mayo, cinco nuevos voluntarios partieron desde Sevilla hacia la frontera de Ucrania como parte del quinto contingente que SAMU organiza con el fin de atender a los miles de refugiados ucranianos que han huido de sus hogares ante la invasión de Rusia. Este último contingente está formado por estos cinco profesionales más otros cuatro que ya están en zona. Este grupo permanecerá en la frontera hasta el 18 de junio.

La misión de SAMU en Ucrania, que arrancó el 3 de marzo, va camino de convertirse en la segunda misión más larga de la historia de la organización, ya que en pocos días superará a la misión de SAMU en Haití en 2010, en la que también participaron cinco contingentes de voluntarios y que duró tres meses. “Acudimos a la frontera con Ucrania tan pronto como surgió el conflicto a tenor de los millones de desplazados por la guerra. SAMU siempre ha estado presente en todas las crisis humanitarias que han acaecido en los últimos años, desde la erupción del volcán de la Palma a la crisis de los refugiados de Bielorrusia. Ésta no iba a ser menos”, destaca Borja González de Escalada, vicepresidente de Fundación SAMU y, actualmente, jefe de la misión en zona.

Hasta la fecha, SAMU ha enviado 48 profesionales entre mandos, médicos, enfermeros y Técnicos de Emergencias Sanitarias (TES) de diferentes puntos de la geografía española: Madrid, Valladolid, Burgos, Alicante, Valencia, Barcelona, Cádiz y Sevilla. “Los profesionales que trabajan con nosotros de manera voluntaria son personas muy motivadas y entrenadas, con un alto grado de resiliencia ante las dificultades y muchos de ellos con experiencia previa, con espíritu de ayuda, de cooperación y de iniciativa. Llegan y permanecen con la moral muy alta, es fácil trabajar con ellos”, resalta Borja González de Escalada.

La labor de SAMU se centra en los puntos fronterizos de Tulcea (Rumanía) y Chisinau (Moldavia), donde SAMU cuenta con diferentes recursos médicos. Según datos de la propia organización, durante los dos primeros meses y medio, los profesionales de SAMU han atendido a más de 1.500 personas, la gran mayoría de ellas en Moldavia (1.324). El 68,8% de estos refugiados son mujeres. Las patologías más frecuentes (en un 54,23% de los casos) han sido no infecciosas (descompensación de enfermedades crónicas), seguidas, en un 26% de los casos, por enfermedades infecciosas (patologías respiratorias, gastrointestinales) y, en un 8%, patologías traumatológicas.

Los efectivos de SAMU están “perfectamente integrados en la estructura de respuesta” humanitaria desplegada en las fronteras de Ucrania, que de por sí cuenta con “equipos suficientemente nutridos con toda la logística sanitaria necesaria”, explica Juan González de Escalada, director del área de Emergencias de SAMU. Éste también comenta que los refugiados que llegan hasta estos dispositivos gozan de “buena situación física”, con lo que las actuaciones de los efectivos de SAMU suelen tener en estos momentos un cariz más social que sanitario.

“Proporcionamos asistencia médica básica a los desplazados y consulta de atención médica primaria y de urgencias a aquellas personas que cruzan en el ferry hasta Rumanía o están alojadas en albergues, para que tengan sus necesidades sanitarias cubiertas. En los puntos en los que trabajamos en Rumanía tenemos consulta tanto médica como de enfermería. En Moldavia, también hacemos traslados de pacientes que cruzan la frontera o de aquellos que necesitan traslado hospitalario”, continúa Borja González de Escalada.

En este dispositivo, SAMU está volcando toda su experiencia en la gestión de misiones humanitarias. Sólo en el último año, SAMU ha coordinado cuatro misiones humanitarias internacionales en los países de Dominica, El Salvador, Costa Rica y Polonia. Además, desplegó en La Palma un dispositivo de atención a los afectados por la erupción del volcán Cumbre Vieja.

Ser mujer en la frontera de Ucrania

Imaginen, por un instante, ser mujer, psicóloga, tener 26 años y tener que huir de la guerra con lo puesto, un abrigo, un jersey, unos vaqueros y aquellas botas que nos regalaron en el último cumpleaños. Imaginen, por un instante, el desconcierto de tener que salir huyendo, sin saber muy bien a dónde, sin más transporte que tus pies, sin más mapa que el de las calles vacías, el frío, la soledad, la oscuridad…la desesperanza de no tener lugar al que volver.

Esta descripción, que bien podría estar sacada de cualquier libro, es tan sólo una pequeña muestra de la realidad que sufren los cientos de mujeres que escapan diariamente de la guerra desatada en Ucrania y para las que el camino de salida en busca de auxilio se convertirá en vía crucis hasta el punto de acogida.

Será en este tránsito durante el cual el concepto de mujer se desvirtúe por quienes harán uso de él a su favor. Así, veremos cómo ser mujer en la frontera es sinónimo de ser arma de guerra, es pasar a modificar el nombre de aquellas cosas conocidas por otra manera de nombrar. Ahora ser mujer es otra cosa, es el desprestigio de caminar en la frontera con el enemigo conocido tras de sí, como si la diana que habitualmente llevamos en la espalda, esta vez brillase con aún más esplendor.

Mujer refugiada, arma de guerra

Según datos de organizaciones no gubernamentales, desde el comienzo de la invasión rusa de Ucrania el 24 de febrero, más de 5,5 millones de personas han escapado del país, de ellas, el 90% son mujeres y menores. Otros 7,1 millones son desplazados internos, incluidos mujeres y menores que necesitan atención médica. En cualquier población de refugiados, entre el 70% y el 80% lo componen mujeres y niñas quienes como refugiadas tienen unas necesidades de protección específicas devenidas por su sexo y género.

Los conflictos armados son realidades que reproducen las estructuras de género presentes en cualquier sociedad; tanto es así que, durante el desarrollo del mismo es cuando las estructuras de desigualdad se expresan en consecuencias extremas con el objetivo de reforzar los roles tradicionalmente asignados al sexo.

El conflicto, la guerra y el desplazamiento son siempre escenarios de violaciones de derechos humanos generando efectos demoledores no sólo para las personas objeto de estas vejaciones sino para familias, comunidades y países. Uno de los escenarios que plantea una mayor urgencia a la hora de atajar la infracción de derechos humanos en conflictos bélicos es la violencia sexual y de género, pues esta se ha convertido en característica común a los conflictos armados contemporáneos.

Una de las cuestiones importantes a tener en cuenta en todo este análisis es que las crisis humanitarias extrapolan las desigualdades de género que ya existen en los países, previo conflicto. Las mujeres quedarán excluidas de la participación activa en la defensa del conflicto, dejándolas fuera del espacio público, obligándolas a reproducir patrones de cuidados (y, por tanto, la obligatoriedad de la huida para poner a salvo a la familia). Mientras tanto, los hombres serán aquellos que se vean en la primera línea del conflicto, formando parte del ejército. Una vez más, vemos cómo este reparto de tareas ejemplifica la reproducción de un statu quo ya existente.

Se sabe que la violencia es un instrumento eficaz de control individual y colectivo que en tiempos de guerra expone su máxima expresión, atendiendo a justificaciones propias del conflicto armado. El uso de la violencia sexual como arma de guerra nos retrotrae al conflicto de Ruanda en los años 90, a los conflictos armados de los Balcanes, donde la violencia sexual pasa a convertirse en una cuestión de interés general tras años de silencio por parte de autoridades y víctimas.
Es práctica habitual que, en situaciones de conflicto armado, el cuerpo de las mujeres sea un botín de guerra. Resulta tan extendida la práctica de la violencia sexual que podemos encontrar situaciones tan opuestas y paradójicas como tener un hijo del enemigo (como estrategia de humillación para que la comunidad desprecie a la mujer), como la realización de esterilizaciones forzosas para controlar la reproducción de la población invadida, abocándola a una extinción metafórica.

Lamentablemente, los peligros para las mujeres no acaban una vez salen del país, sino que continúan en su tránsito pues la falta de vías legales y seguras para obtener protección las condena a trayectos migratorios en los que son víctimas de multitud de violencias. Por ello, las niñas y mujeres refugiadas representan aproximadamente el 50 por ciento del total de la población refugiada, apátrida o desplazada internamente. Una de las tareas de SAMU, junto con los estados, es la protección internacional a las mujeres refugiadas contra todas las formas de violencia sexual y de género. Con iniciativas como el Centro de Acogida de Emergencia que se desea implantar en la frontera polaca, SAMU pretende atajar las consecuencias de las violencias contra la mujer, ejecutando diferentes estrategias que aseguran un apoyo clave para las supervivientes de maltratos de cualquier tipo.

Una acogida empoderadora

Lograr una acogida humanitaria competente e igualitaria supone comprender cuáles son las necesidades y prioridades específicas de mujeres y niñas en procesos de tránsito humanitario; para ello contamos con la perspectiva de género dentro del enfoque de los derechos humanos, herramienta que pretende mejorar la atención humanitaria desde el reconocimiento de los derechos universales que dotan de dignidad al ser humano. Por tanto, incorporar la igualdad de género en la acción humanitaria no solo nos ayuda a mejorar el impacto de las estrategias de atención que desarrollamos, sino que también nos ofrece unas intervenciones de carácter humanitario adecuadas a la realidad.

Sabemos que las mujeres, niñas, hombres y niños tienen experiencias de tránsito diferenciadas. Estas diferencias residen en los roles de género con los que ya parten de su país de origen y que determinará en gran medida el camino hacia el exilio. Recordemos que, en la mayoría de conflictos, las mujeres y niñas son víctimas objeto de violaciones, agresiones sexuales y secuestros para acabar muy posiblemente en circuitos de trata y prostitución.

Cuando mujeres son incluidas en la acción humanitaria, toda la comunidad se beneficia de ello pues como ciudadanas afectadas por la crisis, las mujeres se encuentran entre quienes proporcionan una primera respuesta y desempeñan un rol fundamental en la acogida a mujeres que han sufrido violencia a lo largo del camino del conflicto. De este modo, sus aportaciones a la identificación de las necesidades humanitarias y sus posibles soluciones resultan esenciales para formular cualquier tipo de respuesta que facilite la inclusión de las víctimas en circuitos de acogida para su problemática.

Alcanzar la igualdad de género y promover el empoderamiento de la mujer en la acción humanitaria garantiza una respuesta justa, certificando la protección de los derechos humanos y las libertades fundamentales para todas las personas a través de los programas y acciones que contemplan la igualdad de género como eje fundamental de la labor asistencial. Algunas de las ventajas que ofrece introducir la perspectiva de género y el empoderamiento de la mujer en la ayuda humanitaria son:

Ofrecer protección ajustada a la realidad discriminatoria.

Las mujeres y niñas víctimas de los conflictos están expuestas a diferentes riesgos relacionados con la protección. Comprender la naturaleza específica del género de estos riesgos resulta fundamental para evitar que se inflijan daños extras y facilitar una protección adecuada. El análisis de género, por ejemplo, nos ayuda a determinar por qué durante el tránsito hacia el exilio los patrones de género vuelven a representarse como una extensión de la discriminación en el país de origen, si ser mujeres y niñas en una situación de mayor riesgo implica directamente sufrir cualquier tipo de violencia de género, o por qué los hombres y niños pueden sufrir un mayor riesgo de reclutamiento forzoso en grupos armados, explotación laboral o de morir en combate.

Aumentar el acceso a la ayuda

Las crisis humanitarias derivadas de conflictos bélicos no sólo reproducen las desigualdades de género, sino que las agudizan. Por ello promover la igualdad de género en todas las respuestas es tarea obligatoria para garantizar que mujeres y niñas puedan disfrutar de un acceso seguro y adecuado de la ayuda. Entender el rol que desarrollan las mujeres en relación al género nos ayudará a facilitar recursos inclusivos atendiendo a las realidades transversales que cooperan con el género en establecer circuitos de exclusión (discapacidad, orientación sexual, como ejemplos).

Agentes de cambio

Aunque pueda resultar paradójico, las crisis humanitarias pueden ser una oportunidad para abordar las desigualdades y promover un cambio si comprendemos que cualquier crisis altera las estructuras sociales y culturales dejando un espacio para reformular los mandatos de género, contribuyendo a rediseñar el concepto de poder tan presente en las relaciones de género. El éxito y la garantía de la transformación pasa por abordar las causas y consecuencias estructurales que fomentan la desigualdad de género enfocando el objetivo de lograr un cambio imperecedero en la vida de hombres y mujeres.

Pese a lo complejo que pueda resultar adoptar estrategias que garanticen el ejercicio de los derechos fundamentales, es necesario ofrecer un liderazgo a las mujeres que las aleje de los roles asumidos cotidianamente y que las posiciona en inferioridad, poniendo la semilla hacia el cambio transformador, “asegurar la participación plena y efectiva de las mujeres y la igualdad de oportunidades de liderazgo a todos los niveles decisorios en la vida política, económica y pública” tal y como contempla una de las metas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible recogidos en la Agenda 2030. En este contexto, enfocar el empoderamiento de mujeres y niñas no sólo debería ir más allá de sus roles como víctimas de la situación humanitaria, sino también en la ayuda a construir espacios de paz donde tomen valor y sentido sus propias historias.

El final del camino

Hemos llegado hasta aquí después de un tedioso y largo camino y parece que alguien nos está esperando al otro lado de la frontera. ¿Recuerdan que, al principio de este artículo les pedía que imaginaran a una mujer de características muy concretas? Bien, abusaré un poco más de su confianza y, en un último esfuerzo, les pediré que imaginen a otra mujer, aunque esta, tal vez les resulte algo más familiar. Puede que sea su compañera de trabajo, María, con quien ha compartido horas en la ambulancia; Laura, la trabajadora social del proyecto de acogida que entró en la Fundación hace unos meses; o Andrea, la psicóloga de 26 años que realiza su primer voluntariado internacional. El humilde propósito de este artículo no es otro que comprender el valor de la voluntaria de SAMU que espera en la frontera con los brazos abiertos, con el gesto amable de quien ofrece todo a cambio de nada, de quien comprende que en la empatía siempre hay un poco de nosotras en las otras personas a las que brindamos nuestro apoyo: sororidad lo llaman, solidaridad diremos.

Hemos llegado al final de un camino que es el principio de muchos, teniendo muy presente que el lenguaje de la sororidad es universal pues con ser mujer nos basta para entendernos.

ANA LOZANO / Técnico del área de Intervención Socioeducativa y de la Mujer

 

Carlos Álvarez Leiva, Medalla de Oro de la provincia de Sevilla

La Diputación de Sevilla entregó el 23 de mayo por el Día de la Provincia sus Medallas de Oro a doce personalidades que merecen un reconocimiento, además de nombrar Hijo Predilecto al periodista Roberto Leal y entregar la Placa de Honor al Club Deportivo Mairena. Entre quienes reciben estos honores, destacan sevillanos con un corazón muy solidario que han puesto en marcha proyectos para mejorar la vida de los demás, como el doctor Carlos Álvarez Leiva, fundador de SAMU. Junto a él estuvieron la promotora del movimiento #jovenesgladiadores Fabiola Serrano; Eva Luna, presidenta de la Asociación Marco Luna; y las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl.

Tuvieron su reconocimiento también con las Medallas de Oro personas destacadas como el grupo musical Los del Río; la doctora en Matemáticas Clara Isabel Grima; la arqueóloga y egiptóloga Myriam Seco; la jefa de cocina Loli Rincón; el gestor cultural Chus Cantero a título póstumo; la cantante Marta Quintero; y la veterana abogada laboralista Aurora León.

Hace cuarenta años, el doctor Carlos Álvarez Leiva (Berrocal, Huelva, 1946) tuvo una visión de futuro, que convirtió en un proyecto de vida: SAMU. Álvarez Leiva introdujo en España la primera UVI móvil y, con ella, la medicina prehospitalaria y de emergencias, creando una escuela y una filosofía de trabajo que hoy pervive.

Experto en intervenciones humanitarias

Coronel médico y veterano en mil catástrofes, el doctor Álvarez Leiva presenta una dilatada trayectoria como experto en intervenciones humanitarias. Uno de sus primeros destinos como militar fue el Sahara, donde vivió la Marcha Verde. También estuvo en la Nicaragua sandinista, en los tiempos más que difíciles de la guerra de la Contra. Y la lista de estas misiones humanitarias es larga: Bosnia Herzegovina, Mozambique, Irán, Filipinas y Haití, entre otras.

Doctor por la Universidad de Sevilla desde 1985, profesor de Medicina, director del Máster de Emergencias Médicas, tutor y director de diferentes tesis y Trabajos Fin de Máster, creador y jefe del Escalón Médico Avanzado Terrestre EMAT, lleva más de veinte años llevando a cabo misiones humanitarias.

Es miembro también de la Sociedad Internacional de Medicina para casos de Catástrofes SIMECA, experto en medicina de catástrofe y logística sanitaria, organizador del plan sanitario de la Expo’92 y cuenta además con diversas publicaciones.

Es por la calidad y diversidad de su trayectoria en emergencias e intervenciones humanitarias por lo que la Diputación de Sevilla le otorga la Medalla de Oro de la Provincia en el Día de la Provincia de 2022.

Talento SAMU: el valor de las personas de la organización

La dirección general de SAMU se ha propuesto convertir la entidad en una multinacional de la salud, los servicios sociales y las emergencias. Para ello, la organización cuenta con un Plan Estratégico 2030, una hoja de ruta, que se basa en tres grandes vértices: internacionalización, modernización y gestión de talento. En línea con este último punto, desde el ámbito de los Recursos Humanos, la organización ha puesto en marcha en los últimos meses una campaña para buscar el talento oculto que existe dentro de la casa, entre sus trabajadores, con el fin de promocionar e impulsar las carreras profesionales de la plantilla de la entidad, formada por más de 2.500 personas. El programa Talento SAMU tiene como objetivo que los propios trabajadores de SAMU puedan postularse en nuevos proyectos, presentar sus méritos y optar a los puestos que se desarrollen dentro de la organización.

El origen de este programa está en la plataforma virtual Pasaporte SAMU activada por José Antonio Trujillo, hoy adjunto a dirección general, en octubre de 2020 y que ha ido transformándose en lo que hoy es el programa Talento SAMU.

SAMU es una organización compleja en la que concurren sectores como la sanidad, las emergencias y los servicios sociales, por lo que existen perfiles profesionales que abarcan muchas categorías. Desde médicos, enfermeros o técnicos sanitarios, pasando por psicólogos, pedagogos, educadores, cuidadores, auxiliares sanitarios, mediadores, integradores, personal de administración, de asuntos contables, formadores, y un largo etcétera en ámbitos de la salud, dependencia, inclusión social, acogida de menores o el cuidado de mayores.

Para descubrir el Talento SAMU, es necesario que los propios trabajadores dediquen unos minutos a registrar sus datos curriculares, profesionales, formativos y sus méritos en la plataforma SAMS, a través de internet. En esta misma plataforma, el empleado podrá acceder y presentar su candidatura a los nuevos procesos selectivos internos que se presenten desde la entidad.

“Como cualquier organización moderna, SAMU apuesta por el desarrollo profesional de su capital humano. No olvidemos que, en una empresa de servicios, el principal activo son las personas. La gestión de Talento SAMU nos permite identificar, formar, asegurar la continuidad de nuestros profesionales, evaluar necesidades y detectar nuevas oportunidades”, destacan desde la entidad. “Creemos y sabemos que en SAMU hay mucho talento oculto y queremos que florezca”.
Para más información sobre este proyecto o resolución de dudas, los trabajadores pueden contactar con Lola Lazo, responsable del proyecto, a través del correo talento@samu.es.

Concepción Pérez: “En SAMU dan oportunidades. Estés donde estés, eres visible”

Concepción Pérez Carrera (Sevilla, 1976), directora del área de Intervención Socioeducativa y de la Mujer, es un claro ejemplo del talento SAMU y de proyección meteórica. Llegó subrogada como coordinadora del servicio educativo de la Junta de Andalucía y, cinco años después, dirige tres proyectos que abarcan en torno al 40% de la plantilla de SAMU.

—Como curiosidad le diré que está usted involucrada en tantos proyectos de SAMU que no hay edición de Revista SAMU en la que no aparezca alguno de sus negociados.
—Es cierto, en la revista siempre sale algo mío. Soy directora del área de Intervención Socieducativa y de la Mujer de SAMU, una de las áreas más grande de la organización, además de directora de la Escuela de Oficios (EOF) desde enero de 2021. Entre mis proyectos está también el liderazgo de iniciativas que aporten nuevos servicios en SAMU desde la diversificación de servicios auxiliares de alto valor añadido en nuestra organización. A mi cargo hay, entre estos tres proyectos, unos 1.100 trabajadores, en torno al 40% de la plantilla de SAMU. Llevo toda la vida gestionando grandes equipos, me resulta fácil y muy motivador. Nunca me aburro.

—Vayamos al principio de la historia. ¿Cuándo y cómo comenzó a trabajar en SAMU?
—En marzo hice cinco años en SAMU. Llegué de la mano del servicio de necesidades educativas especiales de la Junta de Andalucía del que yo era coordinadora y que SAMU ganó por licitación pública. Llegué subrogada, como todo el equipo. Llevaba alrededor de 14 años coordinando este servicio en la provincia de Sevilla y estaba acostumbrada a pasar de empresa en empresa. Pero SAMU fue diferente. Parecía que llevaba años trabajando aquí, me sentía como en casa. Todo fluía.

—¿Cómo dio el salto a otros proyectos de la casa?
—Por mi espíritu inquieto, siempre me he involucrado en todo, en lo mío y en lo que no es lo mío. Sentía que mi servicio se me quedaba corto. Después de tantos años, lo controlaba muy bien. Recuerdo que a Valme López siempre le decía: ‘Si sale algo más, cuenta conmigo. Quiero involucrarme más, quiero formar parte de SAMU en todo’. Todos aquellos que fueron primero mis jefes, como Valme López, Alejandro Lerín o Enrique Yrazusta, vieron en mí ese compromiso y apostaron por mí. Por este motivo, además de seguir coordinando mi servicio, me propusieron crear el departamento de selección de personal de SAMU. De hecho, yo misma seleccioné a Lola Lazo, que hoy lidera este departamento.

—¿Cómo afectó la pandemia a su trabajo en SAMU?
—Durante la pandemia se cerraron los centros educativos, por lo que mi área de servicios educativos apenas tenía actividad. Yo tenía claro que no me iba a quedar en casa, así que me pusieron al frente del taller de confección de mascarillas y, luego, con la selección de voluntarios para los dispositivos Covid de SAMU.

—Su ascenso en SAMU ha sido meteórico.
—Empecé como coordinadora del servicio educativo de Sevilla y Alejandro Lerín, mi jefe entonces, me ascendió a supervisora de toda Andalucía. Después, Enrique Yrazusta me nombró jefa del área de Servicios Educativos y, cuando ésta se transformó en el área de Intervención Socioeducativa y de la Mujer, directora de la misma. Además, de forma paralela, hace más de un año asumí la dirección de la Escuela de Oficios con el reto de darle un impulso.

—Algunos de sus compañeros la consideran la mejor representante del programa Talento SAMU.
—Mis compañeros son maravillosos y es un honor que hayan pensado en mi para ser la ‘embajadora’ de este magnifico proyecto. Desde aquí, quiero animar a todos los compañeros a que se inscriban, ya que en SAMU dan oportunidades, eres visible. Estés donde estés, te ven, y eso ha sido clave para mi ascenso, independientemente de mi compromiso con la entidad. En ocasiones, por muy involucrado que tú estés, no hay feedback. Éste no es el caso.

—¿Cree que ha tocado techo en SAMU?
—Estoy muy feliz de ser la directora del área de Intervención Socioeducativa y de la Mujer, pero tocar techo, no, nunca. Me queda mucho por aprender y por trabajar.

—¿Cuáles son sus retos profesionales?
—Ahora mismo, para mí lo más importante es impulsar el área de la Mujer y poder prestar servicios en violencia de género, acogimiento residencial… Me siento muy identificada con este proyecto porque creo que las mujeres tenemos aún mucho que decir y que hacer. Siento que estoy en el sitio adecuado para aportar mi granito de arena y llevar a cabo esa transformación que necesita SAMU en este ámbito. Mi reto es seguir creciendo, consolidar el área que dirijo y que sea una de las más grandes y potentes de SAMU.

—¿Qué dificultades ha encontrado durante su progreso profesional?
—Todo crecimiento conlleva un esfuerza y un sobreesfuerzo y, a veces, es difícil conciliar la vida laboral y personal, pero yo eso no lo considero una dificultad. SAMU es adictivo. No puedo estar ni un solo día desconectada. Sé que es necesario desconectar, pero confieso que yo no lo aplico y soy feliz. Siempre me he sentido escuchada y apoyada.

—¿En algún momento ha sentido que no la trataban, profesionalmente, igual que a sus compañeros masculinos?
—Aquí no hay ninguna distinción entre hombres y mujeres. La igualdad en SAMU es una realidad. De hecho, casi el 55% de los cargos directivos de la entidad están ocupados en estos momentos por féminas. Tengo que decir que nunca en mi vida laboral he sentido ese techo de cristal para mi progreso profesional, aunque, desde que formo parte del equipo de SAMU, me he sentido más respaldada que en otras empresas.

—También es directora de la Escuela de Oficios de SAMU, ¿qué nuevos retos asume esta escuela?
—La Escuela de Oficios está en estos momentos en pleno proceso de transformación. Esta escuela nació para dar respuesta a las necesidades formativas específicas de los menores acogidos en los centros de Fundación SAMU mientras lograban regular su situación en España, con un enfoque total a su empleabilidad. Sin embargo, cada vez, gracias al esfuerzo y trabajo de los profesionales de estos recursos, estos menores se escolarizan antes y acceden a una formación reglada y profesional, por lo que la Escuela de Oficios pierde un poco su esencia. En estos momentos, centramos nuestro trabajo en los recursos de menores de urgencia y temporales que abre Fundación SAMU, como los habilitados en Ceuta y Canarias. Digamos que la Escuela de Oficios ahora se traslada ahora allí donde más se necesita su labor para impartir cursos de muy distinta naturaleza: mantenimiento de edificios, jardinería, sostenibilidad y medio ambiente, o pinche y cocina, como ejemplos. Nos estamos adaptando a las necesidades de estos menores allí donde estén.

—Antes ha mencionado que también dirige Nuevos Medios Logísticos. ¿En qué consiste esta iniciativa exactamente?
—SAMU trata de dar respuestas a necesidades que la entidad precisa y respecto a las que se siente preparada para autogestionarlas. Son iniciativas de apoyo a los recursos de Fundación SAMU de alto valor añadido desde fuera de la organización y que somos capaces de asumir con mayores índices de calidad y servicio que lo que ofrece el propio mercado. Se trata de proyectos con enorme recorrido dentro y fuera de SAMU que queremos ofrecer en ámbitos de salud y en servicios sociales más allá de nuestra actividad troncal desde una organización con 40 años de experiencia en estos sectores.

—¿Cómo logra liderar y gestionar tantos proyectos diferentes?
—Por mi equipo, sin duda. Sin mi equipazo sería imposible sacar adelante tanta iniciativas. Tengo gente muy buena a mi alrededor.

Un impulso a la convivencia escolar en Vallecas (Madrid)

La presencia de SAMU en Madrid adquiere cada vez más peso gracias a los diferentes proyectos sociales puestos en marcha en la capital española. El último de ellos viene de la mano del área de Intervención Socioeducativa y de la Mujer, que desde noviembre trabaja en un programa de convivencia escolar en el distrito madrileño de Vallecas. El objetivo de esta nueva iniciativa es la creación de un espacio de reflexión para la convivencia que impulse el desarrollo de competencias escolares y personales de los alumnos de Primaria y Secundaria del distrito, con el fin de fomentar la corresponsabilidad de la convivencia en su centro escolar y ofrecerles herramientas para la resolución de conflictos y que les permitan mejorar su relación con sus iguales, con el personal del centro educativo y con su entorno.

Desde su puesta en marcha hace ya seis meses, el equipo de profesionales, compuesto por dos educadores y dos psicólogos, ha realizado talleres de resolución de conflictos, prevención del acoso, cyberbullyng, habilidades sociales y habilidades comunicativas, inteligencia emocional, autoestima y autoconcepto a más de 70 escolares (53 chicos y 19 chicas). Además, se han desarrollado píldoras informativas dirigidas a las familias para ayudarles en la gestión de conflictos.

Según explica Concepción Pérez, directora del área de Intervención Socioeducativa y de la Mujer, este espacio de reflexión se ha creado con carácter formativo y preventivo y cuenta con tres fases. La primera de ellas es la de intervención. “Se crea un espacio fuera del instituto para dar respuesta a los alumnos sancionados con la medida de suspensión del derecho de asistencia al centro escolar. Aquí se trabajan tanto las competencias escolares como las personales para su adecuada reincorporación a la comunidad educativa”, explica Pérez.

La segunda fase es la de seguimiento de la intervención llevada a cabo tanto a nivel grupal como de forma individual. Mientras que la tercera fase está dedicada a la formación de las familias. “Se crean espacios para proporcionar a las familias apoyo, dotándolas de las herramientas necesarias para mejorar la educación de sus hijos. Con ello se pretenden mejorar las habilidades sociales y la gestión de los conflictos del alumnado para favorecer la convivencia en los centros escolares”, continúa Concepción Pérez. De manera paralela, también se realizan intervenciones con las familias y el centro, a nivel de mediación, tras el conflicto. “Todo desde un enfoque integrado de género en el programa”.

Entre los objetivos de este servicio de convivencia escolar destacan ofrecer un lugar para la reflexión el encuentro y el cambio; evitar que el periodo de expulsión suponga una pérdida de formación, de ritmo académico o de interés por los estudios (responsabilizando al alumnado en que la expulsión también conlleva la continuación de los estudios); y dar una respuesta a aquellas familias que en los periodos de expulsión no pueden conciliar su vida laboral y familiar. Además, se busca generar un espacio donde las familias y educadores puedan encontrar posibles respuestas ante los conflictos con los alumnos, promoviendo así la colaboración de las familias en el proceso educativo de sus hijos; mejorar las competencias personales y escolares del alumnado expulsado; facilitar la reincorporación al grupo de clase de referencia y a la comunidad escolar; trabajar con las familias para dotarles de herramientas para la convivencia; elaborar un plan de actuación con las familias encaminado a la reducción y/o desaparición del absentismo; implicar a las familias en los estudios del alumnado y en la importancia de mantener un buen clima en casa y en la escuela; establecer un vínculo de comunicación positiva entre las familias y el centro; conocer los principales factores que afectan el clima escolar en la escuela; y fomentar la participación del profesorado y el uso de sus ideas, entre otros objetivos.

SAMU en la mítica Titán Desert, una de las pruebas más duras del mundo

SAMU, a través de su división SAMU Xsports, sigue sumando experiencia en el sector de las coberturas médicas y sanitarias extremas del más alto nivel con su participación en la última edición de la mítica Titán Desert. Entre el 8 y el 13 de mayo, SAMU desplegó el dispositivo de emergencias de esta ultramaratón ciclista de 626 kilómetros y 7.000 metros de desnivel acumulado a través de los durísimos parajes del desierto marroquí en la que ha sido una de las ediciones más duras de esta prueba, tal y como han confirmado tanto organización como participantes.

El dispositivo de SAMU estuvo formado por doce profesionales: dos médicos, ocho enfermeros, dos Técnicos de Emergencias Sanitarias (TES) y un mando. Contaban con un hospital de campaña con box que incluía ocho salas de cura y dos salas de atención a pacientes críticos. Además, la flota de vehículos de la entidad estuvo formada por una UVI Móvil, una ambulancia 4×4 y cuatro vehículos médicos con capacidades todoterreno.

La experiencia de esta Titán Desert 2022 ha sido agridulce para la expedición de SAMU. En la segunda etapa de la prueba, el ciclista aragonés Ernesto Escolano Gil perdió la vida debido a un fallo cardiaco. La organización explicó a través de un comunicado que el corredor requirió asistencia médica de urgencia durante la etapa, disputada entre Merzouga y Ksar Jdaid sobre 102 kilómetros. “El deportista fue atendido por el equipo sanitario de pista, que le aplicó los primeros auxilios para estabilizarlo, y a continuación fue trasladado en helicóptero al Centro Hospitalario Universitario Mohammed VI de Marrakech, donde, poco más tarde, falleció pese a los esfuerzos médicos por salvarle la vida”, según detalló el comunicado de la organización.

“Desde la organización, así como los participantes, equipo médico, patrocinadores, periodistas y toda la cápsula de carrera que acompaña a la prueba, trasladan su pésame y cariño a su familiares y allegados”, concluyó la organización de la Titán.

Estas circunstancias han sido muy complejas para el equipo de SAMU desplazado a Marruecos, que además se ha enfrentado a una de las ediciones con más incidencias de la historia de la Titán Desert. Entre las principales actuaciones del equipo médico, figuran varias roturas de clavícula por caídas, un shock anafiláctico y una obstrucción intestinal.

El calor extremo, los fuertes vientos, las tormentas de arena y la altísima exigencia física del recorrido, a través de dunas y parajes desérticos, han sido factores condicionantes en el desarrollo de esta edición de la Titán Desert, que terminó con las victorias de Konny Looser, en categoría masculina, y de Anna Ramírez, en categoría femenina.