40 aniversario de SAMU: La aventura de una familia

El año 2021 ha sido muy especial en SAMU a pesar de la incertidumbre y las dificultades ocasionadas por la pandemia del Covid-19. Hace 40 años, el coronel médico Carlos Álvarez Leiva tuvo una visión de futuro que convirtió en un proyecto de vida: SAMU. Álvarez Leiva introdujo en España la primera UVI Móvil y, con ella, la medicina prehospitalaria y de emergencias, creando una escuela y una filosofía de trabajo que hoy pervive.

Al lo largo de estos 12 meses, se han ido celebrando pequeños actos conmemorativos, como la publicación de una revista especial de 84 páginas donde se realiza un repaso periodístico a los cuatro decenios de trabajo de SAMU, desde su fundación como empresa de emergencias sanitarias hasta su diversificación hacia los servicios de protección social y su expansión territorial, y la reciente lucha cara a cara contra el Covid-19 en España y más allá de nuestras fronteras.

Otra de las actuaciones llevadas a cabo en esta efeméride ha sido la restauración de la primera UVI-Móvil de marca Volkswagen que el doctor Álvarez Leiva adquirió en Alemania a principios de los 80. SAMU nació en esa ambulancia blanca con franjas naranjas y letras azules. Aquel vehículo aún se conserva y la organización ha querido restaurarlo y exhibirla con motivo de su 40 aniversario.

El 9 de diciembre, esa legendaria y mítica ambulancia volvió a circular. Lo hizo para participar en el homenaje que la familia Álvarez le dedicó al fundador de SAMU (cuyas imágenes acompañan a este reportaje). Hijos y nietos se reunieron primero en un almuerzo familiar y, posteriormente, en las instalaciones de Escuela SAMU, en Gelves (Sevilla), donde se exhibieron dos ambulancias, la primitiva y la actual. En este encuentro también estuvieron presentes dos de los antiguos conductores que estuvieron al volante de aquella primera UVI- Móvil, así como dos técnicos que trabajan actualmente en el servicio de críticos de SAMU.

Hoy, SAMU cuenta con una flota de 18 ambulancias distribuidas entre las bases de Sevilla (Isla de la Cartuja), Málaga, Huelva, Madrid y Tánger (Marruecos).
El progresivo y reciente aumento de los casos de Covid-19 y el alto riesgo a que se produzca una sexta ola a las puertas de la Navidad han obligado a cancelar el principal acto previsto para el 15 de diciembre con motivo del 40 aniversario: un almuerzo en el Hotel Ilunion Alcora, en San Juan de Aznalfarache, al que estaban invitados los primeros trabajadores de la entidad y todas aquellas personas que han hecho posible lo que hoy es SAMU.

El origen de SAMU

Cuando se le pregunta por el origen de SAMU, el doctor Álvarez Leiva recuerda que en 1981 muchas personas morían en accidentes de tráfico al no contar con una asistencia médica en carreteras. Otras morían en sus casas o de camino a los hospitales mientras les trasladaban en aquellos taxis o coches en los que el conductor sacaba un pañuelo blanco por la ventana para indicar a los demás conductores que tenía una emergencia. “Vi que en España no existían uvis móviles ni la medicina hospitalaria. Las ambulancias sólo transportaban al paciente hasta el hospital, no atendían a las víctimas in situ, como sí ocurría en otros países, como en Francia. Me pareció un proyecto interesante implantar ese tipo de medicina en mi país. Empeñé mi familia, mis ahorros y todo mi tiempo, y fui capaz de compaginar mi vida militar con este proyecto personal”, explicaba Álvarez Leiva en una entrevista publicada en Revista SAMU en diciembre de 2020.

A partir de esta fecha, la entidad fue la responsable de la cobertura sanitaria de grandes eventos como la Feria de Sevilla o el Rocío (Plan Romero), además de realizar en Sevilla traslados de pacientes críticos y atender los servicios de emergencias que ocurrían en la calle, trabajo que diez años después comenzó a desempeñar la Empresa Pública de Emergencias Sanitarias (EPES-061).

Uno de los primeros acontecimientos en los que estuvo presente una ambulancia de SAMU fue durante los preparativos y la celebración de la Exposición Universal de Sevilla 92. “Detrás de la primera grúa que entró en ese erial que era entonces la Isla de la Cartuja, que acogió la Expo’92, iba una ambulancia de SAMU. Fuimos los primeros en entrar, y aquí seguimos 40 años después”, recordaba Carlos Álvarez Leiva en otra entrevista con motivo del 25 aniversario de la Expo’92. “Los operarios trabajaban en tres turnos y tenía que haber un dispositivo sanitario siempre con ellos. Durante dos meses estuvimos durmiendo en la ambulancia, pasando muchísimo frío por las noches, porque ahí no había nada construido”.

SAMU fue el encargado también de desarrollar el Plan de Emergencia para la Expo’92. El 061 comenzaba a arrancar y SAMU ya contaba con 10 años de experiencia en el sector.

Antes de la Expo, en 1990, SAMU dio sus primeros pasos en el ámbito de la formación y ese año se impartió la primera edición del Máster de Emergencias Médicas junto con la Universidad de Sevilla, y en 1994, la primera edición del Máster de Enfermería en Atención Hospitalaria, Catástrofes y Acción Humanitaria.

Nueve años después, en 1999, SAMU comenzó a expandirse fuera de Sevilla con la creación del servicio de emergencias de Málaga.

Desde entonces, SAMU no ha hecho más que crecer dentro y fuera de España, especialmente en la última década. La organización cuenta hoy con una plantilla de casi 2.000 trabajadores y presencia en tres países (España, Marruecos y Estados Unidos). SAMU y Fundación SAMU tienen activos unos 80 recursos del ámbito de las emergencias, la salud mental, menores y familia, servicios educativos, discapacidad y logística. Además, SAMU ha participado en estos años en 12 misiones humanitarias, once de ellas internacionales, y en 2020 y 2021 ha estado en primera línea en la lucha contra el Covid-19.

“Tras cuatro décadas de andadura, nos hemos convertido en un grupo de amigos con una clara conciencia de servicio a los demás. Ésa es la causa que da sentido a nuestra actividad corporativa. Estamos aquí por los demás porque, como yo le digo a mis hijos: servir es lo más digno”, comentaba recientemente Carlos González de Escalada, director general de SAMU e hijo del fundador de la entidad. “Obsesión por la calidad, valentía, creatividad, austeridad, entereza, ausencia de burocracia, aportar soluciones, espíritu científico, quitar preocupaciones al cliente, cercanía, flexibilidad, respuesta rápida, gestión de la incertidumbre… son actitudes que yo he aprendido de mi padre y que lucen altas en el pabellón de SAMU. Todos las compartimos”.

“La década que empieza va a tener un color especial”, continuaba González de Escalada. “Vamos a apostar de manera muy decidida por dar un impulso internacional a las actividades de nuestra casa. También vamos a constituir un Instituto de Investigación Científica para devolver a la sociedad nuestro saber en un formato de la máxima excelencia. También queremos seguir acompañando a las administraciones que tengan necesidades críticas y, en general, a todos los clientes que saben que siempre estaremos a su lado”. Ahora, a por otros cuarenta años más.

Nueva misión internacional de SAMU: Polonia

Un equipo sociosanitario de voluntarios de SAMU formado por cuatro personas de diversas disciplinas (trabajador social, pedagogo, técnico en emergencias sanitarias y enfermero) acudieron en noviembre a la frontera de Polonia con Bielorrusia para realizar una incursión en el terreno y detectar las necesidades existentes y así tomar las acciones correspondientes, debido a la situación de extrema precariedad en la que se encuentran miles de personas procedentes en su mayoría de Oriente Medio y África, especialmente de países en conflicto o con una difícil situación económica tras años de guerra, como Siria, Afganistán o Iraq. El objetivo de SAMU era poner en marcha un dispositivo de atención a los refugiados.

La crisis migratoria en la frontera oriental de la Unión Europea, que empezó la primavera pasada, se ha agravado desde noviembre. Miles de personas han quedado atrapadas en tierra de nadie, vagando en difíciles condiciones por los bosques de la región que separa Bielorrusia de Polonia.

Los días más tensos se produjeron durante la primera quincena de noviembre, días en los que hubo enfrentamientos con la Policía polaca, equipada con material antidisturbios. En sólo cuatro días, más de 30.000 personas intentaron cruzar la valla de alambre de espino que separa ambos países.

Varsovia y Bruselas han acusado al régimen de Minsk de orquestar el tráfico ilegal de personas para presionar a la Unión Europea en represalia por las sanciones económicas impuestas, debido a las graves violaciones de derechos humanos en el país tras las protestas por las elecciones celebradas en agosto de 2020, cuyo resultado no ha sido reconocido por la UE.

Las autoridades polacas están viendo que no pueden con la avalancha de migrantes que están atrapados en su línea divisoria y que llegan empujados por las tropas del régimen bielorruso. El endurecimiento de sanciones o las gestiones diplomáticas para intentar tapar vuelos con destino a Minsk para refugiados iraquíes, sirios y yemeníes se escapan de la influencia de Varsovia. Y esa labor la están llevando a cabo las instituciones europeas.

La Misión Polonia, como ha sido denominada la acción de SAMU, se puso en marcha el 15 de noviembre, escasos días después de la llegada de cientos de migrantes a la frontera. El día 16, martes, se activó un gabinete de crisis, y, finalmente, el 17 se producía la salida de la expedición. Esta misión de cooperación tuvo como objetivo brindar apoyo y colaboración a las autoridades, principalmente locales, así como a las entidades que estaban prestando sus servicios en esta zona a los colectivos atendidos. El contingente de SAMU elaboró informes diarios que recogían aspectos sanitarios y sociales de la situación, y prestaron asistencia sociosanitaria. También donaron materiales a las entidades que atendían a las personas refugiadas in situ y realizaron una agenda de contactos y afianzaron posibles cooperaciones futuras.

“Los niños no entienden lo que está pasando. Ellos están bien. Son críos y al final se adaptan a lo que ven. No están tristes, se les ve felices”, asegura Ángel Jesús Casares, sevillano de 31 años y uno de los cuatro trabajadores del equipo multidisciplinar de SAMU que se trasladó desde Sevilla hasta Bialystok para trabajar con los pocos refugiados que conseguían superar la frontera. Junto al psicopedagogo Ángel Casares viajaron también el trabajador social Adrián Moreno, el enfermero Juan Manuel Tallón y el técnico en emergencias sanitarias Jesús Romero.

“Hay familias que están sobreviviendo en condiciones nefastas y tienen muchas carencias”, comenta Jesús Romero. “Antes de viajar, sabíamos que nos íbamos a encontrar con una barrera militar pero teníamos claro que íbamos a intentar acercarnos a ellos para ofrecerles nuestra ayuda. Están pasando frío y apenas tienen alimentos. Están retenidos”.

Adrián Moreno explica que en Polonia “la situación es complicada y no llega mucha información”. Todo el mundo se imagina qué ocurre allí, en el bosque, pero prácticamente nadie lo puede afirmar con exactitud. Las cifras que se manejan estiman que hay entre cuatro y cinco mil personas en medio de esa nube de árboles, según informa El Confidencial. “Tú pasas de día y no se ve nada, imagínate de noche. Allí hay bisontes, alces… Es muy peligroso. Más aún con estas temperaturas”, señala Moreno.

Entre las personas que tratan de acceder a Polonia, hay grupos familiares completos con menores a su cargo y mujeres en cinta, que son los casos más vulnerables. Pero en su mayoría son hombres de entre veinticinco y cuarenta y cinco años de edad, explican desde SAMU. Los grupos de migrantes han instalado tiendas de campaña a pocos metros de la frontera polaca y han encendido hogueras, según cuentan diferentes activistas. Entre ellos hay muchas mujeres y niños pequeños y las condiciones son extremadamente peligrosas, con temperaturas bajo cero durante la noche. En los últimos dos meses, al menos ocho personas han muerto en la zona.

El jefe de la misión de SAMU, Adrián Moreno, explica en un artículo de El Confidencial que algunos activistas solidarios se juegan hasta 15 años de prisión por llevar a los refugiados comida y ropa. “No entiendo cómo Europa consiente esto. La culpa no puede ser de quien se muere en los bosques. En otras crisis humanitarias dejan que se ayude a las personas. Al final, nosotros nos trasladamos a estos puntos para echar un cable en lo que podemos. En este contexto es más complicado de lo normal. Por la tensión política, claro, y porque están impidiendo que las entidades humanitarias colaboren”, aseguran desde SAMU, refiriéndose a la negativa del Gobierno de Polonia a dejar que las ONG entren en la zona de exclusión.

En esta misión, SAMU ha volcado toda su experiencia en la gestión de misiones de cooperación. Sólo en el último año, la entidad ha coordinado tres misiones humanitarias internacionales en los países de Dominica, El Salvador y Costa Rica. Asimismo, recientemente, desplegó un dispositivo de atención a los afectados por el volcán de La Palma, y está participando activamente, desde el inicio de la crisis migratoria, en la atención a los menores que llegaron desde Marruecos en mayo de 2021, gestionando actualmente varios de estos centros de atención a los menores.

Asimismo, SAMU viene llevando a cabo desde hace más de treinta años proyectos de carácter humanitario en numerosos lugares del mundo, y desde 2018 cuenta con presencia en Washington DC (EE.UU.) a través de SAMU First Response, cuyo objetivo es captar fondos y recibir donaciones corporativas y a título individual para llevar a cabo dichas misiones.

Escuela SAMU: La integración de los drones en el mundo de las emergencias

Escuela SAMU ha sido escenario una vez más de una jornada informativa y práctica sobre el uso de vehículos aéreos no tripulados en situaciones de emergencias, mostrando las capacidades técnicas de las diferentes aeronaves destinadas a dichas actividades, su uso y tecnología, así como la importancia de generar un P.M.A. (Puesto de Mando Avanzado) en determinadas situaciones.

En esta ocasión, la actividad se desarrolló los días 29 y 30 de noviembre dentro del módulo de Planes de Emergencias y Dispositivos de Riesgos Previsibles del segundo curso de Técnico en Emergencias Sanitarias (TES) y en colaboración con Asemerpas (Asociación Seguridad y Emergencias con RPAS), especializada en la organización de jornadas sobre la promoción de drones RPAS (del inglés, Remotely Piloted Aircraft System), para la localización de personas, situaciones de grave riesgo, catástrofes o calamidad pública.

La simulación de un Puesto de Mando Avanzado, su contenido y la comunicación entre equipos de trabajo fueron algunas de las nociones que se impartieron durante estas dos jornadas teórico-prácticas en las que participaron más de treinta alumnos, la mayoría de ellos del segundo curso del ciclo de TES de la modalidad presencial que oferta Escuela SAMU.

La primera jornada se destinó a la parte teórica, donde se hizo especial hincapié en la normativa actual sobre el vuelo de drones, el funcionamiento de estos vehículos y la búsqueda por sectores y rescate de víctimas. Mientras que el segundo día se llevó a cabo un ejercicio práctico en el que se disimuló la búsqueda y rescate de una persona desaparecida.

“Durante el ejercicio práctico, los alumnos se dividieron en 5 grupos de rescate. Cada uno de ellos tenían que localizar a una víctima. Por otro lado, en el aula, se montó un puesto de mando. Los alumnos debían localizar y auxiliar a su víctima, y para ello contaban con la ayuda de un dron, que sobrevolaba la escuela, y que les orientaba sobre sus movimientos y les indicaba dónde estaba la víctima. Una vez localizada, los alumnos debían rescatarla, valorarla y, si fuera necesario, prestarle asistencia sanitaria”, explica María Soto, profesora de Escuela SAMU.

La docente asegura que es la primera vez que Escuela SAMU colabora con Asemerpas y que se realiza un ejercicio de estas características, pero existe vocación de futuro. Prueba de ello es el simulacro integral que tuvo lugar el 22 de diciembre y en el que participaron todos los alumnos de Escuela SAMU, tanto los de los ciclos de Formación Profesional como los estudiantes de los diferentes másteres que se imparten en el centro. En dicho ejercicio también participó Asemerpas.

“Hoy en día, el uso de drones para la búsqueda y rescate de víctimas, así como para transportar de un punto a otro objetos de pequeñas dimensiones en situaciones de emergencias, es algo que está en pleno desarrollo y cada vez coge más fuerza. Los drones están ya integrados en el mundo de las emergencias”, continúa Soto.

Escuela SAMU sí ha colaborado con anterioridad con otras entidades de drones como Aero2mil Escuela de Pilotos, que prestó uno de sus vehículos no tripulados en un simulacro de incidente NBQ. Asimismo, durante la primavera de 2020, en plena pandemia del Covid-19, Fundación SAMU contó con la colaboración de la empresa onubense Agridronsur en la desinfección interna y externa, a través de una innovadora tecnología basada en el uso de drones, del Centro Deportivo Rochelambert, uno de los recursos habilitados por el Ayuntamiento de Sevilla para la atención de colectivos desfavorecidos durante la etapa de confinamiento por el Covid-19.

“En Escuela SAMU estamos convencidos del uso potencial de los drones ante situaciones de urgencias y emergencias. Estos drones o vehículos aéreos no tripulados no sólo son de gran ayuda para la búsqueda y rescate de víctimas. También pueden llegar a proporcionar información crucial, de forma remota, a través de cámaras y otros sensores para detectar gases, temperaturas corporales o de otra índole, y agentes radiactivos, biológicos y químicos (NBQ), incluso antes de que comience la actuación de los intervinientes en un incidente”, apuntan desde el centro educativo. “Estos drones son sin duda una gran herramienta para prevenir la contaminación de equipos de rescate ante un agente desconocido”.

En esta línea, Escuela SAMU oferta un curso semipresencial de Piloto de Drones en Emergencias dirigido a técnicos, bomberos, personal de protección civil y personal militar del campo de las emergencias.

La madurez de SAMU Xsports

SAMU Xsports, la división de SAMU dedicada a la cobertura sanitaria de pruebas deportivas extremas, ha vuelto a la acción en diciembre en la Titan Series Almería, la carrera ciclista que hereda el espíritu de la Titan Desert, pero con Almería como escenario en lugar del Sáhara marroquí. Casi 300 participantes se enfrentaron a este reto que les llevó a superar 350 kilómetros, a través de 12 municipios, entre el 8 y el 12 de diciembre.

El dispositivo de SAMU estuvo formado por un coordinador, un médico, cuatro enfermeros y cinco Técnicos de Emergencias Sanitarias (TES). El equipo instaló una clínica en meta y ofreció cobertura sanitaria en carrera a los participantes con tres vehículos todoterreno equipados con enfermería y Soporte Vital Avanzado. Justo el carácter aventurero de la carrera representa el mayor reto para el trabajo de asistencia sanitaria: los ciclistas se adentran por terrenos abruptos, montañosos o desérticos, a los que es muy difícil acceder con vehículos o a los es imposible llegar.

Alfredo Delgado, coordinador del dispositivo en zona, hace balance: se realizaron alrededor de 130 intervenciones, principalmente por heridas provocadas por caídas, aunque también hubo un traumatismo craneoencefálico y dos posibles fracturas de clavícula. Estos tres casos requirieron traslado hospitalario, si bien no registraron mayor gravedad.

Frente a la reciente cobertura de la Titan Desert en Marruecos, Alfredo Delgado explica que la prueba almeriense es “menos estresante” para el equipo de SAMU: no es lo mismo estar en mitad del desierto con el hospital más cércano a tres horas de camino, que estar en Almería, con el Hospital Universitario de Torrecárdenas a media hora de trayecto. “Es una prueba más pequeña, más controlada. Allí se registraron casi 600 asistencias, aquí alrededor de 130 o 140”, apunta.

En cualquier caso, Delgado subraya que el equipo de SAMU Xsports ha alcanzado un altísimo nivel de entrenamiento, preparación y coordinación. “Este tipo de dispositivo funciona porque todo el equipo colabora, todo el mundo sabe perfectamente qué tiene que hacer en cada momento y la respuesta ante cualquier circunstancia es rápida, eficaz y muy profesional”, explica el coordinador.

SAMU Xsports es la unidad de SAMU que se encarga de la organización de coberturas sanitarias para deportes extremos y de aventuras, en lugares remotos, “allí donde los medios convencionales no tienen capacidad de actuación”.

El duelo en personas con discapacidad intelectual

En este artículo no pretendemos hacer una exposición exhaustiva del proyecto de intervención sobre el duelo en personas con discapacidad intelectual no verbal: sería demasiado extenso. Más bien nuestro propósito es reflexionar y compartir la experiencia de trabajo que supuso la elaboración e implementación de este proyecto de investigación, con la esperanza de que otros profesionales encuentren un referente para su práctica diaria.

Bien sabido es que no existen modelos generalizables ni situaciones en las que podamos aplicar programas que no partan de la propia realidad en la que se pretende instaurar. Por ello, el proyecto partió de la necesidad y sufrimiento que detectamos en una de nuestras usuarias (en adelante N.P.) en la Unidad de Estancia Diurna San Lucas, en Sevilla.

A lo largo de la historia, el tema de la discapacidad ha sido poco tratado por la sociedad en general y, en el peor de los casos, existía un modo de ver a estas personas que, por suerte, ya hemos superado. Actualmente, gracias a la labor que desempeñamos profesionales de distintos campos, se ha conseguido hablar con normalidad de este tema y se van tratando de cubrir las necesidades que este colectivo presenta.

Hay que mencionar, además, que el tema de la muerte en nuestra cultura queda ‘escondido’. Aun cuando sabemos que la muerte es el acto cierto de la vida, no se aborda en el área educativa. En las personas con discapacidad intelectual (DI), el panorama es más desolador ya que normalmente se mantiene durante la etapa adulta. Tácitamente se les niega la posibilidad de sufrir el duelo en base a falsas creencias (no se enteran, son personas eternamente felices, libres de preocupaciones….). Lo cierto es que sufren, se estresan y tienen ansiedad al igual que el resto de las personas.

Existen estudios que han llegado a valorar que un alto porcentaje de personas con DI que experimentaban repentinos cambios emocionales o conductuales, habían vivido de cerca una muerte o pérdida. En estas personas suele verse demorado el proceso de duelo y la pena que conlleva. Les cuesta identificar sus sentimientos, suelen retardar la respuesta de duelo, requieren un ritmo diferente para su elaboración y tienen una capacidad distinta de percibir el tiempo.

En ocasiones, pueden ver desencadenado su dolor no con la vivencia de la pérdida de su ser querido, sino con otra situación de estrés posterior (la despedida de un profesional, el cambiarse de casa o residencia, una separación….). Este destiempo de despliegue emocional hace que a veces no se identifiquen las reacciones y cambios comportamentales actuales con la pérdida de su familiar que pudo haberse producido muchos meses antes, incluso años, como fue en el caso de N.P.

La finalidad del proyecto fue favorecer y mejorar el acompañamiento emocional a personas con DI moderada o severa y serias limitaciones en sus habilidades comunicativas en la asimilación del duelo y facilitarles los medios y recursos para manejarse ante la pena, tratando asimismo de aumentar su comprensión de la muerte y las pérdidas. Estas personas, dadas sus características, presentan una mayor vulnerabilidad y van a requerir en este proceso de duelo de unos apoyos específicos para vivirlo de la manera más normalizada posible.

Nuestro plan de intervención, como ya hemos mencionado, se planteó como respuesta a las necesidades concretas que estaba presentando una de nuestras usuarias, pero consideramos que algunas fases de dicha intervención podrían ser muy beneficiosas para todo el grupo de usuarios que compartían sus mismas características cognitivas y comunicativas.

El objetivo principal de la intervención fue ayudar a N.P. en su proceso de elaboración del duelo con el fin de mejorar su calidad de vida. Para su consecución, nos planteamos los siguientes objetivos específicos: ofrecerle el apoyo emocional y social necesario para aliviar los efectos adversos del estrés, ansiedad y sufrimiento que estaba experimentando; facilitarle estrategias para expresar y comprender sus sentimientos y emociones; y enseñarle cuál es el proceso natural del ciclo vital, mediante técnicas específicas para ella.

Estos objetivos nos hicieron trazar dos tipos de actuaciones. Por una lado, los episodios espontáneos de emociones y sentimientos (N.P. los expresaba con brotes de llanto desconsolado, gritos, deambulación errática…) los abordamos únicamente con la voluntad de estar con ella durante el tiempo de su dolor y pena. El contacto físico, un abrazo… formas de comunicación no verbal por excelencia que expresan atención, apoyo y compañía cuando las palabras no son suficientes o carecen de significado.

Por otra parte, nos planteamos enseñarle de forma más estructurada el proceso natural del ciclo vital, utilizando estrategias y técnicas específicas para ella (método de Comunicación Total -Habla Signada- de Benson Schaeffer) y apoyos visuales, que nos permitieran ubicarla en el tiempo, entender lo que le estaba sucediendo y a adaptarse a los cambios.

La limitación de no tener adquirido el pensamiento abstracto hacía que no entendiera los conceptos de pasado, presente y futuro, ya que son nociones abstractas que no podía elaborar bien. Esto provocó que no pudiéramos emplear estos términos para poder situarla en el concepto de muerte y de pérdida. En cambio, recurriendo a las capacidades que tenía de sensibilidad, percepción, lenguaje comprensivo, buena memoria y aprendizaje visual, pensamos que podría ser muy valioso utilizar el precioso cuento ¡Vuela, mariposa! ¡Vuela! para conseguir este objetivo.

Atendiendo a las características de nuestros usuarios y a la dinámica de funcionamiento del centro, trabajamos el cuento de manera transversal en los distintos talleres a los que asistía N.P. (comunicación, manualidades, dinámicas de ocio, musicoterapia y desarrollo cognitivo) ya que su rutina diaria (trabajo, compañeros de grupo, hábitos, costumbres, horarios…) le aportaba estabilidad y seguridad y, en consecuencia, la intervención sería más fructífera.

Repeticiones y rutinas

La metodología utilizada se basó en la repetición constante; aunque pensemos que lo habían entendido, era necesario asegurarnos de que era así y lo iban interiorizando. Se emplearon las mismas herramientas una y otra vez. La constancia, las repeticiones y las rutinas sirvieron para ayudarles a aprender y entender.

Dado que la manera de comprender los efectos del duelo en estos individuos se refleja principalmente a través de la conducta, nuestra metodología se apoyó en gran medida en la observación del cambio conductual. Nuestras intervenciones estuvieron guiadas por las tesis de la Intervención Comunicativa y el Apoyo Conductual Positivo.

Este modelo no trata de eliminar la conducta desajustada (se sabe que la mayoría de estas conductas tienen un punto de partida en una función adecuada: comunicar mensajes, manejar emociones, evitar sucesos desagradables, etcétera), sino de enseñar formas alternativas de conseguir esos fines, positivos y comunicativos, pero que sean funcionalmente equivalentes y que estén adaptadas al entorno y a las capacidades de cada usuario.

No se estableció una delimitación temporal al plan de actuación propuesto, ya que la intervención no se planteaba como una terapia propiamente dicha (sería inviable dadas las características de N.P.), sino como un acompañamiento emocional.

Cada persona reacciona de manera distinta ante situaciones de pérdida. Razón por la cual no tenía sentido establecer día y hora para este acompañamiento. Había que dar tiempo y respetar el ritmo y las peculiaridades de su proceso de duelo, por lo que fue la usuaria núcleo de la intervención la que iba marcando el ritmo del mismo. De igual modo, resaltar que la actitud de los profesionales ante este proceso fue de total disponibilidad para atenderla cuando ella lo necesitaba.

Acompañar emocionalmente a personas con DI moderada o severa y serias limitaciones en sus capacidades comunicativas es un gran desafío. La propia naturaleza de las limitaciones que afectan a estas personas hace que sea imprescindible la formación continua y la actividad investigadora de los profesionales que trabajamos con ellos. Esta formación, además de ir unida a la calidad y funcionalidad de nuestras intervenciones, es fuente continua de motivación. Una formación adecuada así como un enfoque positivo de nuestro trabajo redunda en la calidad de vida de estas personas y de sus familias, más aun cuando éstas viven un proceso de duelo.

Ángel Riviére nos decía en el prólogo del libro Sistemas alternativos de comunicación (Sotillo, 1993): “Hay duros silencios cargados que ocultan un rico mundo interior…Hay también silencios estruendosos para los demás. Lo que no hay es silencios impuestos que sean aceptables para los profesionales y los familiares que viven con personas con necesidades educativas especiales”.

Nos rebelamos ante esos “ silencios impuestos” y, aunque somos realistas y sabemos que trabajamos con individuos que presentan una sintomatología muy severa, al enseñarles estrategias alternativas de comunicación les estamos ofreciendo la posibilidad de expresar sus sentimientos y emociones y comprender lo que les está sucediendo. Si no, conscientes del hándicap que supone para sus logros y avances las evidentes limitaciones de estas personas para acceder a conocimientos más complejos, nuestra intervención fue un acto de humanidad al acompañar emocionalmente a N.P. en su proceso de duelo.

Por Nieves Perales. Educadora de la Unidad de Estancia Diurna San Lucas (Sevilla)

Bajo el amparo de Fuentequintillo

Fundación SAMU abrió en julio de 2021 su primer centro especializado en la atención de niños con discapacidad física y/o intelectual que provienen del Sistema de Protección de Menores de la Junta de Andalucía. Se trata de siete menores de entre 5 y 16 años que han encontrado en el Centro de Fuentequintillo, en Montequinto (Dos Hermanas, Sevilla), un nuevo hogar, y en el equipo de profesionales de SAMU, una gran familia que los quiere, cuida, protege.

El centro de Fuentequintillo abrió por primera vez sus puertas en febrero de 2019 con el objetivo de acoger a menores inmigrantes, primero a chicos y, más tarde, a un grupo de chicas que procedían del recurso de SAMU en Melilla. Cuando éstas fueron trasladadas a Madrid, las instalaciones de Fuentequintillo quedaron vacías y SAMU optó a un concurso de la Junta de Andalucía para acoger a menores con discapacidad, todos ellos de nacionalidad española, según explica Alejandro Cala, director de Zona Andalucía Centro.

El primer niño con discapacidad llegó al centro el 30 de junio de 2021 procedente del Instituto Doctor Sacristán, un centro residencial para usuarios gravemente afectados ubicado en Sevilla. Al día siguiente, llegaron el resto de sus compañeros, todos ellos procedentes de Ciudad San Juan de Dios, en Alcalá de Guadaíra (Sevilla).

“El centro cuenta con ocho plazas, pero actualmente hay siete menores”, comenta María Casado, psicóloga del Centro Fuentequintillo. El perfil de los menores es bastante variado. El más pequeño tiene 5 años y el mayor, 16, aunque la mayoría se encuentra en plena adolescencia, entre los 12 y 14 años. “Son niños muy especiales. Algunos, además de su discapacidad, tienen un autismo muy severo, hasta el punto de que no hablan. También hay algunos menores con el Síndrome de Asperger, parálisis cerebral o con enfermedades raras, como el Síndrome de Smith-Magenis o el Síndrome de Cornelia de Lange. En estos dos últimos casos, se trata, además, de niños muy impulsivos e hiperactivos, según explica María Casado. Otros, por ejemplo, a su discapacidad se suman problemas de conducta. “Todos ellos son niños que proceden de familias conflictivas o desestructuradas y que se encuentran bajo el amparo del Sistema de Protección de la Junta de Andalucía”.

El primer reto para estos chicos en Fuentequintillo fue adaptarse al centro y al nuevo equipo de SAMU. En este recurso trabajan 13 personas bajo la dirección de Javier Espejo García, pero durante las primeras semanas, el equipo de Fuentequintillo fue reforzado con profesionales de otros recursos de SAMU especializados en la atención de menores. “Para estos chicos, los cambios son muy difíciles y les cuesta adaptarse. Requieren unas necesidades concretas y de un esfuerzo extra por ambas partes. El primer mes fue un poco ensayo-error. No nos conocían, éramos personas extrañas para ellos y se mostraban muy nerviosos. Algunos estaban cohibidos, lo que nos impedía saber cómo eran realmente y cómo se portaban. Pero, tras los primeros días, todo ha ido bastante bien y estamos muy orgullosos de lo bien que se han adaptado. Los niños nos conocen y están contentos, aunque es cierto que tienen muchas subidas y bajadas, algo normal dadas sus características y situación”.

Tras el verano y con la llegada del nuevo curso escolar, estos menores vivieron un nuevo proceso de adaptación y cambio de rutina, con algunas modificaciones en los horarios y actividades. Durante el verano, cuando llegaron, las mañanas se dedicaban a talleres terapéuticos y educativos donde se reforzaban las actividades propias del colegio (según el nivel de cada menor), los hábitos saludables, se trabajaban las emociones (generalmente, su identificación), las habilidades sociales, la imaginación, la creatividad y el vocabulario. Los sábados, la estrella era un taller de cocina, muy demandado por parte de los chicos, mientras que los domingos se realizaban salidas y excursiones programadas y una asamblea semanal donde los menores ponían en común sus inquietudes y se solucionaban los problemas que hubieran tenido durante la semana. A esta planificación de actividades no faltaba tampoco los chapuzones en la piscina y las actividades deportivas y al aire libre. Todas estas actividades se vieron modificadas con el inicio de las clases, pero se han seguido desarrollando en su gran mayoría, con otros horarios.

“Aquí no hay dos niños iguales, por lo que todas las actividades están plenamente adaptadas al nivel de cada uno y a su grado de dependencia”, explica la psicóloga María Casado, que, semanalmente, tiene dos sesiones individuales y personalizadas con cada uno de los niños para trabajar objetivos terapéuticos concretos. “Según el niño, trabajo con ellos habilidades sociales, estimulación sensorial, la dislexia… Cada niño tiene su propio plan. Recientemente, vimos necesario tener una charla sobre sexualidad con uno de los adolescentes del centro y, en otro caso, fue necesario reforzar los esfuerzos para la adaptación de la vuelta a las clases. Nos adaptamos a las necesidades de cada niño de forma individual y personalizada”.

Casado admite que, profesionalmente, Fuentequintillo, ha sido un reto. “Venía de trabajar un año en la clínica SAMU Wellness, con usuarios de perfiles completamente diferentes. Anteriormente y fuera de SAMU, sí había trabajado con niños con dificultades de aprendizaje y dentro del espectro autista, pero no con el grado de severidad que tenemos aquí. Yo soy neuropsicóloga, por lo que he trabajado mucho con anterioridad las alteraciones de conducta y los problemas de aprendizaje. Pero es cierto que en Fuentequintillo se juntan muchas cosas. Estamos ante niños con una discapacidad, dificultad de aprendizaje y en situación de desamparo. Esto sí es nuevo para mí”, reconoce la psicóloga del centro. “Para mí ha sido todo un reto, pero estoy encantada porque el trabajo que realizamos con estos niños es muy gratificante. Ves en sus caras cuando algo les gusta, y cuando logras comunicarte con ellos es muy gratificante e ilusionante, te sientes realizado”.

En el poco tiempo que estos menores llevan en Montequinto, Casado admite apreciar una pequeña evolución en ellos, aunque es consciente de que en algunos casos el margen de mejora es muy relativo. “Uno de estos niños está en cuidados paliativos, por lo que nuestro único afán es que no empeore y que esté bien estimulado, bien atendido. Tenemos casos muy complicados, por ejemplo, el caso del menor con el síndrome de Cornelia de Lange (un trastorno del desarrollo hereditario que se caracteriza, sobre todo, por un fenotipo facial distintivo, anomalías en extremidades superiores y retraso del crecimiento y psicomotor). Aunque trabajamos mucho con él el tema de la fonética, es un niño de 5 años que todavía no habla”.

La psicóloga también destaca el caso de un menor con 16 años con autismo severo y que no es capaz de comunicarse plenamente. “No damos ningún caso por perdido ni mucho menos, pero somos consciente de que su evolución es lenta y que el margen de mejora de muchos ellos es relativo. Nuestro objetivo principal es que aprendamos a comunicarnos con ellos y que ellos logren transmitirnos sus ideas y pensamientos. La comunicación es clave en su desarrollo. Si un niño no sabe o no es capaz de hablar y de comunicarse, todo es más difícil”.

Como se ha mencionado anteriormente, a la situación de estos menores se suma el hecho de que pertenecen al Sistema de Protección de Menores de la Junta de Andalucía y que no viven con sus familias, aunque sí tienen contacto con ellas.

“Desde Fundación SAMU hacemos un gran esfuerzo para que los niños conserven el contacto con sus familiares, siempre y cuando la Junta lo autorice. Hay niños con padres en la cárcel. Nosotros intentamos proteger al menor de una realidad tan dura. Ellos no son conscientes de que su madre o su padre está en prisión, pero intentamos facilitarle la llamada y que haya una comunicación entre ambas partes. De hecho, desde el primer día, se intentó continuar con el régimen de visitas que tenían programados en sus centros anteriores. Eso sí, todas las visitas son supervisadas por algún profesional del centro. Actualmente, estamos estudiando los casos uno por uno para comprobar si algunas de estas visitas podrían ser aptas para realizarse sin supervisión, siempre que la Junta lo autorice”. El equipo de profesionales de Fuentequintillo, junto a los responsables de la Junta de Andalucía, también trabaja con familias colaboradoras para que estos niños cuenten con un apoyo social fuera del centro.

Programa Autonomía Horizontes Andalucía

En enero de 2021, Fundación SAMU iniciaba la gestión del Programa de Autonomía Horizontes, un programa de alta intensidad para la adquisición de competencias sociolaborales necesarias para la plena emancipación y la transición a la vida adulta, con cargo al 0,7 % IRPF.

El proyecto de mayoría de edad, de la mano del Área de Infancia y Familia de Fundación SAMU, nació de la ilusión y el convencimiento de que se pueden cambiar los destinos.

Por nuestro proyecto han pasado cerca de 30 personas, de historias de vida, de sueños y proyectos. Para muchos de ellos y ellas, el Programa Horizontes ha sido un refugio en el que ponerse a salvo, una estación de parada que conduce a sus destinos.

Nuestro viaje parte de diferentes puntos de la autonomía andaluza. Desde Granada, hasta Algeciras, pasando por Málaga Córdoba y Sevilla.

La búsqueda de mejores oportunidades y la construcción de un proyecto de vida son las razones principales por las cuales las niñas, los niños y los adolescentes migran. La historia de tránsito de la mayoría, hasta llegar a nuestra estación, ha estado marcada por altos niveles de vulnerabilidad y fragilidad emocional, que en ocasiones han resuelto con una madurez precoz.

Los proyectos migratorios traen consigo una mezcla de sentimientos, en ocasiones, contradictorios, como la esperanza y el miedo al fracaso. Quienes emigran han construido imaginarios sobre las posibilidades laborales y de evolución personal de acuerdo con sus motivaciones y expectativas particulares. El envío de remesas a su familia en el país de origen es una de las expectativas principales. No obstante, si después de un tiempo no logran cumplir este objetivo, interpretan que ha fracasado el proyecto migratorio.

Pero el impacto es mayor al tomar en cuenta que nuestros jóvenes llevan consigo las consecuencias de su historia migratoria, donde han experimentado tristeza, incertidumbre, frustración, aislamiento y sentimiento de fracaso, entre otros.

El impacto en la identidad

Desde la óptica de la interculturalidad, ninguna persona que migra está exenta de experimentar un impacto en su identidad. Los procesos de relación e intercambio entre las personas de diversas culturas pueden ser enriquecedores, pero también afectar de manera profunda cuando se enfrenta la desigualdad y la discriminación.

Para conseguir la transición a la vida adulta de las personas beneficiarias, en condiciones de seguridad e igualdad, el Programa de Autonomía Horizontes ha desarrollado una estrategia de atención integral desde múltiples enfoques. Desde un enfoque psicosocial, se han comprendido los comportamientos, emociones y pensamientos de las personas beneficiarias en el contexto social y cultural en el que se han desarrollado, salvaguardando por encima de todo los derechos humanos, fomentando que desarrollen sus potencialidades y hagan uso pleno de sus derechos ciudadanos.

Desde el enfoque de género, considerando el género una construcción social y cultural que responde a una organización social del poder, que ubica a las mujeres y lo femenino en subordinación frente a los hombres y lo masculino, desarrollando nuestro programa desde una perspectiva que ha permitido entender las necesidades específicas de mujeres (y hombres,) y los efectos diferenciales de cada situación en ellas y ellos.

El enfoque diferencial e intercultural, ha permitido apreciar y valorar las múltiples diferencias, no solo desde la identidad de género, sino también desde la orientación sexual, las condiciones de clase, la espiritualidad, la religión, los hábitos y las costumbres, la etnia y la nacionalidad. Entendemos que frente a la diversidad no existe una única forma de atención, sino que cualquier intervención debe realizarse a partir de las particularidades y necesidades de cada persona, prevaleciendo la coexistencia de las diversidades con el enriquecimiento mutuo que deriva de esta interacción.

Nuestro enfoque de participación ha involucrado a las personas beneficiarias en la toma de decisiones durante todo el proceso de la atención, en todas las etapas y niveles, brindando la formación e información necesaria que les ha ayudado a comprender la situación en la que se encuentran y activar el plan de acción, de manera conjunta, para alcanzar sus objetivos.

Conscientes de que la atención psicosocial de las personas en situación de vulnerabilidad involucra un entramado de instituciones sociales; sanitarias, judicial, social, policial, educativo e informativo, entre otros, sin duda, hemos articulado una adecuada coordinación entre dichas instituciones y el Programa Autonomía Horizontes.

En todas las acciones llevadas a cabo para la construcción de los proyectos de vida de las personas beneficiarias, se ha visualizado previamente los efectos de las intervenciones a corto, mediano y largo plazo en la vida de cada persona a quien se le brinda apoyo. Vigilantes siempre, revisando y analizando críticamente el impacto de las acciones que se desarrollan en la vida de nuestros jóvenes, siempre hemos sido conscientes que, las intervenciones que funcionan en un contexto no necesariamente son las más adecuadas en otro, por lo que para nuestro programa siempre ha primado el enfoque de la acción sin daño.

Los logros alcanzados este primer año han sido fruto del esfuerzo de las numerosas personas implicadas en el desarrollo de este proyecto, jóvenes y equipo orientador que, con su atención y acompañamiento han creado un espacio de seguridad para el desarrollo integral de todas las personas atendidas en el Programa de Autonomía Horizontes. Terminando un año y emocionadas con la llegada del siguiente.

Por Siham Khalifa El Abdi. Coordinadora Programas de Mayoría de Edad Andalucía

Equipo SAMU: inclusión a través del deporte

Desde el centro ISL SAMU Arcos apostamos por una inserción social y laboral real, y, por ello, realizamos un gran trabajo para que nuestros menores participen en la mayor parte de actividades deportivas y culturales de la localidad. El objetivo principal de la participación en estas actividades es la inclusión de nuestros menores en la vida social a través del deporte.

Nuestro centro acoge a menores inmigrantes, en edades adolescentes y en riesgo de exclusión social. A pesar de las dificultades y obstáculos, nuestros jóvenes disfrutan mucho del deporte y encuentran en él una magnifica herramienta para superar sus miedos, expresar sus sentimientos y emociones. Es una actividad que les reconforta mucho.

El deporte moviliza emociones y sentimientos, pero, sobre todo, puede influir en las actitudes y comportamientos de las personas a través de los valores que transmite: esfuerzo, superación, perseverancia, igualdad, respeto, deportividad, solidaridad y compañerismo, éxito personal y colectivo, entre otros muchos, que son tan importantes trabajar con este colectivo. Creemos que la mejor manera de conseguir la integración de nuestros menores es trabajando de forma activa en las actividades de ocio que ofrecen los diferentes organismos, y de forma especial en las actividades deportivas que tanto les gusta. Gracias a su trabajo, esfuerzo y trabajo en equipo, se sienten partícipes e importantes por su labor colaborativa.

Nuestros jóvenes ya han participado en varias actividades deportivas que han tenido lugar en el municipio acompañados por los educadores, siendo voluntarios en las organizaciones de éstas.

Estas colaboraciones les han colmado de sentimientos de utilidad y orgullo, ya que han formado parte de actividades muy reconocidas a nivel deportivo y social. Al mismo tiempo han servido para abrir puertas, consiguiendo otras oportunidades en otras actividades culturales realizadas en el pueblo.

Entre las actividades realizadas destacamos la participación de nuestros menores en eventos deportivos de gran importancia como el “XII Triatlón Cros Sprint Arcos, Tierra que inspira”, que tuvo lugar en el Centro de Actividades Acuáticas del lago de Arcos de la Frontera (Cádiz). Fue una prueba con una alta participación de corredores, donde destacaron el buen nivel competitivo y una sobresaliente organización. Nuestros menores fueron partícipes de ello, haciendo un gran trabajo en uno de los puntos de avituallamiento de la travesía.

Los chicos también participaron en el “III Trail Urbano Ciudad de Arcos”, organizado por el Club De Atletismo Ciudad de Arcos, una prueba de 17 kilómetros de recorrido de ensueño por todos los rincones de nuestra localidad, dónde los menores estuvieron colaborando en diferentes puntos del casco histórico señalando y ayudando a los participantes.

Gracias a su buen trabajo y dedicación, el “Equipo SAMU”, es así como se les conoce al grupo de menores de nuestro recurso, han logrado el reconocimiento de toda la sociedad en estos eventos deportivos y son considerados para su participación en próximas actividades que se realizaran en el pueblo por las distintas organizaciones, clubes y asociaciones municipales y deportivas.

En definitiva, estas acciones serán recompensadas en un futuro a nivel personal y profesional.

“Si vas paso a paso y con confianza, puedes llegar lejos”, Diego Armando Maradona.

Por ISL SAMU Arcos

ISL SAMU Huelva: Psicología diversa para la integración social

Desde pequeña siempre defendí la igualdad y la inclusión de todas las personas. Eso me llevó a comenzar la carrera de Psicología, para poder poner mi granito de arena y reducir las desigualdades de la sociedad. Cuando comencé mi andadura en la psicología, muchos profesores me decían: “eres más social que psicóloga”. Y es cierto. En definitiva, me considero una luchadora por y para inculcar la igualdad de todas las personas. Lo que nunca imaginé es que la vida me iba a dar la oportunidad de trabajar en ISL SAMU Huelva para poder luchar por ese objetivo.

La psicología me ha enseñado a analizar y comprender todo tipo de personalidades, analizando siempre el contexto e implicando todos mis conocimientos para ayudar a la integración global e integral de las personas. Cuando comencé esta aventura, tengo que reconocer que la emoción e ilusión llenaban todo mi ser.Posteriormente, he ido afianzando todos los conocimientos que mi formación académica me había dado. Poder llevar a la práctica todos mis sueños e ilusiones que tuve durante mi formación es uno de los sentimientos más emocionantes que he vivido en esta experiencia. Poco a poco he ido definiendo objetivos y expectativas con los menores.

Tengo que reconocer que todos los días llego al centro con ganas de aprender y aprender y de seguir formándome como psicóloga social. Para mí, cada día es una gran aventura. Y es que no hay dos días iguales y todos vuelvo a casa con una lección aprendida.

Mi mayor objetivo como auxiliar técnica educativa es acompañar a todos los menores en su recorrido migratorio. Siempre tiendo a recurrir a mis conocimientos en psicológica y eso me hace intervenir con esa perspectiva; aun así, busco que sientan ese apoyo, compresión y que siempre encuentren a alguien con quien poder hablar y confiar sus inquietudes. Pongo todas mis ganas para poder ayudar a todos los menores a conseguir sus objetivos.

Sin embargo, a pesar de todo, hay veces en las que la frustración también se apodera de mí. Me he dado cuenta de que a pesar de todo lo estudiado, la metodología a seguir se podría describir como de “ensayo y error”. He aprendido que no existe una única Psicología, sino que es necesario que aplique una psicología diversa y que se adapte a las necesidades de cada menor.

Sin lugar a dudas, lo más valioso que me llevo día tras día de este camino es el crecimiento personal que estoy obteniendo y además de eso, toda la perspectiva intercultural que estoy construyendo en mi personalidad. Lo que no saben los chicos es que son ellos los que me acompañan y me dan lecciones de vida. En definitiva, los menores a los que guío y acompaño en esta travesía me han enseñado más en cuatro meses de la psicología que todo lo que he podido estudiar. Son ellos, y todos los compañeros que forman parte de este equipo, los que están haciendo de mí una nueva persona.

Por Esperanza Quintero Cruzado. Auxiliar Técnica Educativo ISL SAMU Huelva

Grandes talentos, grandes personas en ISL El Castillejo

Lo recuerdo como si fuera ayer mismo. Monkam Emaley Mozard, fue uno de aquellos chicos que en mayo de 2021 llegaron al centro ISL El Castillejo, localidad del Bosque (Cádiz), con una maleta cargada de anhelos, deseos e ilusiones de tener una vida y un futuro mejor, no sin antes haber pasado por un largo y duro camino saliendo de Camerún y cruzando Nigeria, Niger, Benin, Burkina Fasso, Mali, Argelia, Marruecos y finalmente Algeciras y llegada a ISL El Castillejo.

Frente a él, mirada fija, semblante serio, de pocas palabras, reservado y tímido. Fuerte, corpulento y con cara de pocos amigos. Esa fue mi primera impresión. Sin duda estaba equivocado en mi primera impronta. Poco a poco, con una mejor adaptación, mejor aprendizaje de nuestro idioma y una mejor inclusión en los ritmos y estilos de vida de nuestra cultura española y europea hemos descubierto que nada tiene que ver aquella imagen con la que ahora muestra.

Día a día hemos podido comprobar cómo ha mejorado respecto a sus capacidades cognitivas y habilidades sociales; Hasta tal punto que hace unos días, Monkam, nos ha mostrado su lado más sensible y creativo, con cualidades hasta el momento desconocidas en el manejo de la pintura sobre lienzo de figuras, formas y paisajes.

Ahora sus horas de ocio son más entretenidas y enriquecedoras. Aprovecha ese tiempo para dibujar y expresar en el lienzo todos sus anhelos, sus dudas, sus miedos, temores, alegrías, todo ello vivido como un intenso y continuado aprendizaje que sin duda seguro le ayuda diariamente ante la situación de encontrarse lejos de su casa, su país y de sus seres más queridos, a formarse y desarrollarse como persona y como no a redecorar y darle luz al recurso colocando su arte en espacios comunes y habitaciones de los menores.

Hoy ponemos como ejemplo a Monkan Emaley Mozard pero dentro de nuestra familia SAMU seguro que hay muchos como él, solo tenemos que ayudarles a indagar un poco dentro de sí y que crean en sus capacidades, en sus metas, en sus objetivos y concienciarles que no solo por tener talento se triunfa en la vida, más bien con esfuerzo, sacrificio y mucha voluntad se consigue todo.

Por Mariano Garrido Fernández. Equipo educativo ISL Castillejo