Un nuevo curso arranca en Escuela SAMU, y lo hace estrenando director. Tras nueve años al frente del mayor complejo europeo en simulación de emergencias, Juan González de Escalada, director del área de Emergencias de SAMU, ha delegado sus funciones como director de Escuela SAMU en Thomas Couyotopoulo, hasta ahora subdirector de este centro de formación sociosanitaria. Escuela SAMU también trabaja en la construcción de un nuevo aulario de 765 metros cuadrados que pretende inaugurar en noviembre.
El relevo oficial en la dirección se realizó el 15 de septiembre, aprovechando el acto de inauguración del curso escolar, que se celebró en el Ayuntamiento de Gelves, como viene siendo habitual en los últimos años. Unos 80 estudiantes de los ciclos de Formación Profesional de Técnico en Emergencias Sanitarias (TES) y Técnico en Cuidados Auxiliares de Enfermería (TCAE) participaron en el acto de inauguración de un curso que vuelve a estar marcado por las medidas anticovid.
“Aprovechad al máximo vuestra formación en la Escuela. Apuntaros a todas las acampadas, los simulacros y, si por suerte, entre comillas, surge una misión humanitaria, haced lo imposible para poder participar en ellas. Aquí hay alumnos que ya han participado en dos misiones y aún no han terminado su formación”, manifestó Juan González de Escalada desde la mesa presidencial, en la que también se encontraban Alicia Oliveros Cordones, delegada de Cultura, Salud, Sanidad y Participación Ciudadana del Ayuntamiento de Gelves; Thomas Couyotopoulo, nuevo director de Escuela SAMU; Carmen Soraya Asián Gómez, alumna egresada del ciclo Técnico de Emergencias Sanitarias (TES) de la promoción 2019/2021; y María Soto Prieto, enfermera y docente en Escuela SAMU.
“Aprender haciéndolo significa esfuerzo y trabajo, no tener horarios y, a veces, ciertas labores os resultarán ingratas, pero merece la pena. Esto es un aprendizaje vivencial, una formación multisensorial. Es aprender con los cinco sentidos. Estoy seguro de que dentro de dos años, cuando terminéis vuestra formación con nosotros, tendréis el mismo DNI, pero seréis personas diferentes”, continuó Juan González de Escalada. “Ahora doy un paso atrás como director de Escuela SAMU, pero seguiré en contacto como director del área de Emergencias de SAMU, y lo hago con total confianza en mi relevo, alguien que estaba sentado en 2015 como vosotros hasta que se convirtió en un alumno destacado y que, cuatro años después de su graduación, ha sido profesor, subdirector y ahora director de Escuela SAMU”.
Thomas Couyotopoulo, por su parte, agradeció la confianza depositada por González de Escalada en él para dirigir “su escuela”, y advirtió entre bromas a sus compañeros docentes: “Os aviso ya. No llegaré a ser ni la mitad de simpático que Juan, es lo que tiene ser francés”.
El nuevo director aprovechó también esta primera intervención para recordar a todos aquellos “actores y actrices” que trabajan en la sombra y que “asean, cuidan, confortan y dan la mano a los pacientes”. “Muchos de estos actores secundarios fueron alumnos de esta escuela que participaron en los diferentes dispositivos puestos en marcha durante los peores meses de la pandemia del coronavirus y cuyo trabajo fue esencial”, comentó Couyotopoulo. “No esperéis aplausos. Trabajad y estudiad porque os guste y os sintáis realizados con lo que hacéis”.
Carmen Soraya Asián, por otro lado, relató en primera persona su experiencia como alumna estos dos últimos años. “Hoy es vuestro primer día. Aprovechad cada momento al máximo porque cuando menos os lo esperéis, vuestro paso por la Escuela habrá finalizado. No tengáis miedo a equivocaros. Participar activamente, ahora es el momento porque, como siempre dice el profesor Manuel Ángel Andrade, cuando estéis en la calle, estaréis solo. Exprimid al máximo a vuestros instructores”.
Durante este acto de inauguración del curso también se entregaron los diplomas honoríficos a los mejores expedientes del curso 2020-2021, otorgados a Larissa Vieira de Moura Souza y Francisco Javier Baena de Tena, del ciclo de Técnico en Emergencias Sanitarias en la modalidad presencial y semipresencial, respectivamente, además de a Clicia García Aído y Álvaro Gamón del Campo, del ciclo de Técnico Cuidados Auxiliares de Enfermería (TCAE).
Este año, debido a la alta demanda, Escuela SAMU ha decidido ofertar un segundo curso del ciclo de FP de Grado Medio en Técnico de Emergencias Sanitarias, ofreciendo así dos cursos en la modalidad presencial y uno semipresencial. Todos ellos arrancaron el 15 de septiembre, al igual que el ciclo de Grado Medio en TCAE. Mientras que en octubre lo harán el Máster en Emergencias Médicas Fundación San Pablo Andalucía CEU y el Máster de Enfermería en Urgencias, Emergencias, Catástrofes y Acción Humanitaria. En septiembre también se desarrollaron dos cursos intensivos de Formación Avanzada en Emergencias para Médicos. Éste último curso está suscitando un gran interés y en los últimos cuatro meses ya se han impartido cinco cursos con más de 20 alumnos cada uno.
Pruebas de acceso al Máster de Enfermería
Con respecto al Máster de Enfermería en Urgencias, Emergencias, Catástrofes y Acción Humanitaria, una de las grandes señas de identidad de Escuela SAMU, unos 25 enfermeros se presentaron a las pruebas de acceso que se celebraron el 6 de septiembre bajo la coordinación de Andrés Rodríguez Holst.
“El perfil de los aspirantes ha sido muy variado. Había enfermeros recién titulados y otros con varios años de experiencia que han decidido parar y continuar formándose. También había algunos aspirantes cuya intención, en el caso de ser seleccionados, es rechazar los contratos de trabajos que tienen actualmente para hacer el máster”, explica el instructor.
Prueba acceso Máster de Enfermería de Escuela SAMU
Estas pruebas de selección están diseñadas para valorar la respuesta actitudinal del aspirante y los conocimientos básicos imprescindibles para cursar un postgrado. Estas se dividen en tres fases: pruebas físicas, un test psicotécnico y una entrevista personal.
Como ya ocurrió el pasado año debido a la pandemia, las pruebas físicas se realizaron en las instalaciones de Escuela SAMU y de forma individualizada. Cada alumno fue citado a una hora distinta desde las ocho de la mañana hasta la una de la tarde. Estas pruebas consistieron en un circuito de ejercicios continuados en el cual el aspirante debía demostrar resistencia física de moderado impacto, además de control del estrés y liderazgo durante todo el recorrido. Para la realización de los diferentes ejercicios se utilizaron los diferentes recursos de la escuela, como el edificio de rescate, el tren, la pista de 4×4, el foso o la piscina. Así, los aspirantes fueron evaluados en una prueba de velocidad (50 metros en 9 segundos en el caso de los hombres y 11, las mujeres), flexiones (hombres, 10; mujeres, 6 ó 10 sobre rodillas); carga de peso muerto (10 kilos en 25 metros); arrastre de peso muerto en pendiente (30 kilos en 5 metros con una pendiente del 55%); natación contracorriente (un minuto) y buceo libre (apnea, 30 segundos).
El circuito arrancaba en el costado oeste del tren. Los participantes salieron de uno en uno cada cinco minutos cargados con una mochila que simulaba un maletín polivalente y debían pasar a través de unos troncos en posición de viga para demostrar equilibrio. Una vez superado, se dirigían al edificio de rescate para entrar por la puerta principal. Una vez en la planta baja, el participante se dirigía hacia la cuarta planta donde debía coger una bala de oxígeno y cargarla hacia el segundo piso, donde tenían que realizar las flexiones y, posteriormente, tres minutos de RCP.
Una vez superado esto, bajaban por la trampilla hacia la primera planta y debían pasar a través de la abertura de un muro para llegar a la escalera, cargando con la bala de oxígeno en todo momento. Subían hacia el cuarto piso para dejar la bala de oxígeno y bajaban hacia la planta baja, donde salían por la ventana posterior más cercana a la piscina. De ahí, se dirigían hacia el rocódromo, donde intentaban cruzar de lado a lado sin pisar el suelo, la mayor distancia posible.
Terminado esto, se dirigían hacia la puerta norte del tren. Cargados con la mochila, los aspirantes debían atravesar el tren que estaba cubierto de humo de simulación y obstáculos, obligando al aspirante a realizar el trayecto a ciegas. Al finalizar, salían del tren y dejaban la mochila en el punto de salida para realizar la prueba de velocidad de 50 metros.
Ya en la pista de 4×4, se llevó a cabo la prueba de liderazgo, donde los aspirantes se enfrentaban a un accidente de tráfico en el que estaba implicado un coche con una mujer y un lactante atrapados, con un fuego activo en la proximidad. El futuro alumno debía dar instrucciones a dos TES y tenía que tomar decisiones bajo presión.
A continuación, se llevaba a cabo la prueba de arrastre. El aspirante se encontraba ante una carga de 30 kilos dentro del foso y debían extraerlo tirando de éste con una cuerda, hasta lograr desplazarla cinco metros. Luego, en una de las aulas se realizaba la prueba de control de estrés. Con el aula a oscuras, una luz estroboscópica, un gálibo y música, el aspirante se encontraba a un muñeco de simulación en el suelo sobre un charco de sangre. Y, por último, en la piscina, se le pedía al enfermero que extrajera a un maniquí de la jaula que estaba en el fondo de la piscina y, posteriormente, que nadara a contracorriente durante un minuto.
Una vez finalizadas las pruebas físicas, al aspirante se le entregaba un cuestionario de personalidad diseñado para proporcionar una evaluación global de la personalidad y tendencias psicopatológicas en adultos, con preguntas de control y escalas clínicas. Las pruebas terminaban por la tarde con una entrevista en la que estaban presenten los miembros de la comisión académica para conocer los intereses y la personalidad de los aspirantes.
Tras la selección de los alumnos, el Máster de Enfermería en Urgencias, Emergencias, Catástrofes y Acción Humanitaria comenzará en octubre.
Un nuevo aulario de 765 metros cuadrados
Otra de las grandes novedades de este curso es la apertura de un nuevo aulario en Escuela SAMU de 765 metros cuadrados y que estará disponible en noviembre. Con esta edificación modular y provisional se pretende cubrir las necesidades docentes de la Escuela mientras se espera la concesión de licencia de obra para el edificio definitivo, que cuenta con una acreditación de proyecto Passive House.
El aulario está siendo construido a partir de un sistema Steel Framing, una estructura constituida por perfiles de acero galvanizado de bajo espesor. Se trata de la primera edificación modular y provisional (no fija) de estas características en Sevilla.