Un equipo de 13 voluntarios se une al dispositivo de Ceuta

Un contingente de especialistas voluntarios de la Fundación SAMU, entidad sevillana líder en España en la gestión de centros de menores extranjeros no acompañados, se ha desplegado en Ceuta para apoyar a los dispositivos de atención a los menores que han llegado desde Marruecos en las últimas horas, y que ha derivado en una crisis humanitaria.

Concretamente, son seis los profesionales que han acudido a ofrecer su ayuda, de los que dos de ellos son migrantes extutelados, hoy integrados en la plantilla de la Fundación SAMU y que ofrecerán su experiencia a los menores que permanecen en Ceuta. Otros dos voluntarios son profesionales con una larga experiencia en implantaciones y dispositivos de emergencia, y uno de ellos es director de centros de menores extranjeros no acompañados. Durante la jornada de hoy, se unirán al contingente cinco especialistas más y un equipo de bioseguridad para sectorizar. Todos ellos se han puesto a disposición de los responsables de gestionar los recursos donde están alojados temporalmente los menores recién llegados.

Esta misión humanitaria desarrollada con carácter urgente por la Fundación SAMU se produce después de que la entidad se pusiera a disposición del Gobierno de la ciudad autónoma, brindando sus recursos para aliviar la situación que padece Ceuta desde hace varios días.

Hace algunos meses, concretamente en noviembre de 2020, Fundación SAMU desplegó también en las Islas Canarias un dispositivo de atención a los menores no acompañados que llegaron de forma masiva a la localidad de Puerto Rico y que se materializó en otra crisis migratoria que aún está activa.

Fundación SAMU es la entidad que más centros de protección de menores extranjeros no acompañados gestiona en España. Así, durante 2020, la Fundación atendió a más de 1.000 menores no acompañados. Actualmente, la Fundación gestiona 36 centros en toda España, con una plantilla movilizada superior a los 500 profesionales. En todos los casos, el servicio de Fundación SAMU tiene un carácter integral, que persigue no sólo la atención asistencial de los menores sino su desarrollo social, psicológico y laboral.

España y Marruecos entraron el 18 de mayo en su mayor crisis diplomática en los últimos veinte años, con la llamada a consultas por parte de Rabat de su embajadora en Madrid, Karima Benyaich, tras la entrada en Ceuta de casi 8.000 emigrantes irregulares llegados desde Marruecos en poco más de 24 horas.

La gran mayoría de estas personas llegaron a Ceuta a nado a través de huecos abiertos en el espigón que prolonga la frontera de Tarajal hasta el mar. Mujeres con niños pequeños de la mano, ancianos, adolescentes y jóvenes se dirigieron durante varios días en un reguero imparable hacia Ceuta con lo puesto, tras recibir informaciones que aseguraban que la frontera estaba abierta.

De estas 8.000 personas, unos 1.500 son menores de edad. Algunos de ellos cruzaron a España sin informar a sus familiares, que los buscan desesperadamente desde entonces. Según los últimos datos del Ministerio del Interior, al cierre de esta edición unas 6.500 personas habían sido ya repatriadas de Ceuta a Marruecos.

ISL Castillo de las Guardas: Una riqueza personal que salta a la vista

La emancipación para los menores inmigrantes no acompañados es todo un reto. Son muchas las dificultades a la que se enfrentan para encontrar un puesto de trabajo. Atravesar la puerta de entrada al mercado laboral no es fácil. Aunque algunas personas lo consiguen con menos dificultad, lo normal es que esa puerta se haga tan pequeña que sea prácticamente imposible atravesarla.

Fundación SAMU, a través de los programas de Inserción Sociolaboral (ISL), apuesta por ofrecer prácticas formativas para mejorar la preparación de los menores residentes en centros de protección, colaborando con empresas dispuestas a conocer nuevos talentos. Este periodo es importante para que los chicos encajen y consigan una ocupación que les ayude a complementar su vida autónoma. La acción del equipo educativo y técnico de SAMU va encaminada a acompañar y guiar a los beneficiarios de estas prácticas para fortalecer sus virtudes y favorecer su contratación.

A veces surgen oportunidades únicas, como es el caso de la ofrecida por un vecino y empresario de El Castillo de las Guardas que ofreció un contrato de trabajo a uno de los jóvenes residentes en el centro de menores de la localidad. Su experiencia está llena de enriquecimiento mutuo que ha hecho posible dar un gigantesco paso en el camino de la autonomía de uno de los jóvenes de nuestro centro.

Este vecino, dentro del periodo de prácticas formativas, tuvo la suerte de conocer a un menor subsahariano con un carisma y “unas ganas de trabajar incomparables con otro chico de la localidad”, según afirma el propio empresario. Señala que su experiencia y recorrido de más de veinte años con su empresa le ha llevado a conocer diversos perfiles dentro de su plantilla. Por eso, sabe perfectamente apreciar la alta motivación y la superación de un trabajador. Palabras como “disposición, responsabilidad, aprendizaje y esfuerzo por su puesto de trabajo” son las que el empresario utiliza para definir las facultades del menor. “Muchas veces lo tienes que frenar”, asevera.

La práctica dentro del programa de inserción sociolaboral nos dice que existen empresarios que piensan que contratar a una persona de origen extranjero supone un obstáculo y un problema para su negocio. De esta manera, se dejan a la sombra los talentos y las capacidades de muchas personas, perjudicando también su situación individual en el país.

Lejos de este pensamiento, prevalece la actitud de nuestro vecino, que valora las potencialidades de este joven y de otros muchos. El importante bagaje que traen desde sus países de origen en cuanto a vivencias y situaciones es un valor que se transforma en talento y diversidad, y una riqueza personal que resalta a la vista.

María Luisa Rodríguez, jefa de logística del área de Infancia y Familia de SAMU: “Yo soy María Luisa, el ‘comodín’ de SAMU”

María Luisa Rodríguez Águeda (Tarifa, 1974), jefa de logística del área de Infancia y Familia de SAMU, es un ejemplo de afán de superación en su profesión. Posee vocación, profesionalidad, tesón y, sobre todo, compañerismo y capacidad de trabajo en equipo, características decisivas para superar cualquier situación profesional, como ha demostrado desde su llegada a SAMU.

—¿Cuándo comenzó su andadura en SAMU?
—Comencé a trabajar en SAMU en la primera Unidad de Acogida Temporal de Emergencia (UATE) que la organización abrió junto al centro de menores Nuestra Señora del Cobre en Algeciras (Cádiz) en 2007. Allí estuve encargada de la lencería, pero también ayudaba a la cocinera del recurso en la elaboración de los menús. Finalmente, acabé en el puesto de cocinera, turnándome con mi otra compañera. En 2008, SAMU comenzó a gestionar un centro residencial básico y nos trasladamos a Pelayo. Aquí me consolidé profesionalmente hablando. Cocinaba para los menores, además de realizar los pedidos de alimentación y todo lo relacionado con la lencería y limpieza.

—¿Cómo era su relación con los menores?
—Mi relación y trato con los menores era cada vez mayor, lo que hizo que aflorara en mí una vocación hasta entonces oculta a la hora de trabajar en el Sistema de Protección de Menores. Siempre tenía ‘ayudantes en la cocina’. Muchos menores siempre estaban dispuestos a colaborar. Llegó un punto en que ellos solos leían el menú y sabían qué alimentos y qué cantidades tenían que coger para ayudarme a elaborar las diferentes comidas sin necesidad de que yo les dijera nada.

—¿Cómo conoció Fundación SAMU?
—Un vecino que trabajaba en el Centro de Menores del Cobre me habló de la apertura del nuevo recurso que iba a gestionar SAMU y él mismo dejó mi currículum. A los pocos días me llamaron para una entrevista, la cual me realizó el doctor Carlos Álvarez Leiva. Recuerdo con cariño que, al preguntarle cuáles serían mis funciones, don Carlos me dijo que sería “el comodín”, así que el día que me presenté a mis compañeros dije textualmente: “Yo soy Mª Luisa y soy el comodín”. Recuerdo aún como se reía don Carlos.

—¿Qué recuerdos tiene de esos primeros años en SAMU?
—Fueron mis mejores años profesionales. Tengo maravillosos recuerdos de los menores y los compañeros. Ver a un menor llegar al centro y marcharse años después era un motivo de orgullo. La diferencia entre el niño que llegaba y el medio hombre que se marchaba era abismal, y tú sabías que habías formado parte de esa evolución. En cuanto a los compañeros, por ejemplo, trabajar con Nicolás Torres, que por aquel entonces era educador, era muy divertido. Nunca sabías por dónde iba a salir. Sus revisiones de las habitaciones de los menores sin previo aviso eran lo mejor. No quiero decir con esto que lo que hago ahora no me guste. En absoluto. Ahora SAMU me ha dado la oportunidad de crecer profesional y personalmente, y me encanta. Es cierto que el trato directo con los menores ahora es menor, pero sigo disfrutando de ellos cada vez que abrimos un centro. Ellos llegan en patera a España, sin nada, y todos los compañeros nos involucramos en su atención.

—¿En qué otros recursos de SAMU ha trabajado?
—En 2012 nos trasladamos de Pelayo a un nuevo centro en San Roque, pero en 2014, la Junta de Andalucía no renovó la concesión del centro a SAMU, lo que supuso un paréntesis en mi carrera profesional. En 2017, Nicolás Torres, director del área de Infancia y Familia de SAMU, confió nuevamente en mí y me dio una oportunidad. Para ser sinceros, dudé de si aceptar o no. Fue mi hija la que me alentó a hacerlo. “Mamá, súbete al tren, que el tren solo pasa una vez”, me dijo. Y así lo hice. Cuatro días después estaba haciendo macarrones para 40 menores. Esta vez mi cometido fue otro. Fui auxiliar educativo en el nuevo recurso que SAMU abrió en Jimena de la Frontera. Siempre digo que me alegro de haberme subido de nuevo al tren, pero la verdad es que nunca imaginé que el tren iba a ir tan lleno. Con la crisis migratoria de finales de 2017 y principios de 2018, SAMU experimentó una expansión sin precedentes. El ritmo de apertura de recursos dirigidos a menores era frenético y, para poder cubrir las necesidades de los nuevos menores que llegaban a nuestras costas, me dieron la responsabilidad de llevar la logística de estos nuevos centros en cuanto a la relación y control del cátering, pedidos de alimentación, higiene y limpieza, control y pedido de ropa, y todas aquellas otras necesidades que pudieran surgir. Actualmente, también realizo estas funciones en los centros abiertos recientemente en Canarias.

—Supongo que también habrá vivido momentos duros.
—Creo que eso es inevitable. Muchos de los menores que llegaban a la primera UATE y al primer residencial de SAMU lo hacían en condiciones de desnutrición, con piojos, calvas en la cabeza… Su situación era bastante precaria. Recuerdo también el día de la llegada del barco Open Arms y la mirada de esos niños que estaban a bordo, una mirada que impactaba. En los últimos meses, la llegada de chicos a Canarias también ha sido desmesurada.

—Tengo entendido que tiene un mote cariñoso, ‘La bruja’. ¿Cómo surgió este apelativo?
—Cierto, me llaman ‘Bruja’ o ‘Bruji’. No sabría decirle bien cómo surgió. En la primera UATE, un día regañé a un menor por estar en pijama aún a una hora en la que no se podía según las normas del centro. Años más tarde, ese chico, ya adulto, pasó a formar parte de la plantilla de SAMU y una noche en la que estábamos los dos de guardia me recordó aquella regañina y me confesó que en aquel momento le parecí una bruja. No sé si nació ahí, pero lo cierto es que hasta don Carlos Álvarez Leiva alguna vez se ha referido a mí de esta forma y en tono cariñoso. Hasta mi propia hija me llama así.

—¿Qué le ha ofrecido SAMU en estos años?
—Evolución y mucha satisfacción. Gracias a la oportunidad que me ha dado SAMU, soy como soy hoy en día. Me siento muy orgullosa del crecimiento que ha tenido SAMU, y ver crecer cada uno de los recursos en los que he intervenido es muy satisfactorio, pues sé que yo he formado parte de ese crecimiento. Eso sí: toda esta evolución profesional se la debo a mis compañeros, que día a día me han ido enseñando y ofreciendo su ayuda. Son Laura, Karen, Antonio Rodríguez y Palma. Y especialmente se lo tengo que agradecer a Nico y Juan que han confiado en mí hasta llegar aquí.

Escuela SAMU: Cuando los sanitarios trabajan en un entorno hostil

La asistencia sanitaria en situaciones de catástrofe o con múltiples víctimas es un proceso complejo en el que unas correctas actuación y atención se presentan como uno de los retos más importantes, junto a una perfecta coordinación de todos los intervinientes. Los profesionales del sector de las emergencias involucrados en un IMV (Incidente con Múltiples Víctimas) se ven inmersos en situaciones especiales, ya no solo por la asistencia in situ de las víctimas, sino también por la necesidad de una coordinación y organización para poder controlar el escenario y realizar una evacuación ordenada de los heridos.

La comunicación se convierte en un pilar muy importante en este tipo de situaciones. Los enfermeros deben estar formados para poder ofrecer una respuesta rápida, segura, organizada y coordinada con otros profesionales de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, con el fin de neutralizar rápidamente la amenaza, evitando así que haya más víctimas y asegurando una eficaz y rápida asistencia sanitaria en un entorno complejo.

Por esta razón, los alumnos del Máster de Enfermería en Urgencias, Emergencias, Catástrofes y Acción Humanitaria de SAMU y la Fundación San Pablo Andalucía CEU participan cada año en el módulo de Atención en Incidentes de Múltiples Víctimas (IMV), que este año se celebró del 10 al 13 de mayo y contó con la colaboración de un grupo de militares del Segundo Escuadrón de Apoyo al Despliegue Aéreo (Seada) de la Base Aérea de Morón (Sevilla).

“El objetivo de este módulo es que los alumnos conozcan los diferentes equipos de emergencias que existen, cómo funcionan, cómo se coordinan, cuáles son sus protocolos de actuación y aprendan a trabajar en equipo, por ello contamos con la colaboración en el módulo de miembros de la Policía Nacional, Guardia Civil, militares o bomberos”, explica Lucía Sánchez, enfermera y docente de Escuela SAMU. “Además, es imprescindible que el personal sanitario conozca conceptos y procedimientos elementales de medicina táctica y cómo se aplican en el marco de la asistencia sanitaria en entornos hostiles. La formación en este campo es una demanda cada vez más creciente en nuestro entorno profesional debido al riesgo de la amenaza cada vez más latente en la sociedad actual”.

Desde hace tres años, Escuela SAMU cuenta con la colaboración del Seada de Morón durante el módulo de IMV. “Varios militares formados como paramédicos acuden al módulo como alumnos para refrescar sus conocimientos y, en compensación, nuestros alumnos reciben formación en medicina táctica y protección individual”, señala Lucía Sánchez.

Otros de los objetivos formativos de este curso son movilizar e inmovilizar a las víctimas, realizar acarreos y arrastres para evacuaciones rápidas, realizar triaje adaptado a las circunstancias, conocer los protocolos y materiales de control de hemorragias en IMV, manejar torniquetes, actualizar la asistencia y trazabilidad del paciente en IMV y conocer la dinámica de trabajo de los distintos profesionales intervinientes, entre otros.

Un equipo preparado para la llamada de Estados Unidos

SAMU, a través de su filial SAMU Foundation, con sede en Washington DC, sigue trabajando con el objetivo de ofrecer sus recursos para hacer frente a la crisis migratoria que vive el país norteamericano, especialmente, en la atención de menores extranjeros no acompañados y sus familias a través de la operación New Comfort. El objetivo de SAMU Foundation es crear un proyecto educativo residencial cerca de Washington DC, pero la entidad está abierta a participar en cualquier otra iniciativa o proyecto que le permita ayudar a paliar el problema actual, según explica Francisco Moyano, director de la Operación New Comfort.

Mientras se solventan los trámites administrativos y burocráticos, y a la espera de obtener luz verde por parte de Estados Unidos, SAMU ya ha puesto su maquinaria en marcha y ha empezado a formar a un equipo de 15 personas, todos ellos profesionales del área de Infancia y Familia de SAMU de diferentes puntos de España, en la implantación de centros de menores en Estados Unidos.

“Desde el área de Infancia y Familia hemos seleccionado a 29 profesionales de SAMU que han mostrado su interés en participar en la Operación New Comfort si el proyecto sale adelante y trabajar durante unos tres meses en EEUU. A esas 29 personas las hemos dividido en dos grupos en función de su nivel de inglés y perfil profesional, y ya hemos empezado a formar al primer equipo”, señala Adrián Moreno, coordinador del curso y responsable del proyecto de implantación de un centro de menores en Estados Unidos.

Este curso, de 10 horas de duración, tiene como objetivo principal que los participantes adquieran toda la información necesaria sobre cómo implantar un centro de menores desde cero y fuera de España, así como la documentación y licencias requeridas, y el conocimiento sobre las diferentes tipologías de recursos dirigidos a menores, sus necesidades y gestión. “No es lo mismo poner en marcha un recurso de emergencias y acogida inmediata con 100 ó 150 plazas, que un centro residencial, con 30 ó 50 plazas. El funcionamiento del mismo y las necesidades de los menores son diferentes”, subraya Moreno.

En este curso de nivel avanzado, además de Adrián Moreno, también participan como formadores José Manuel Román, director del JEM Polanco (Sevilla); Laura Rodríguez, del departamento de Desarrollo de SAMU; y Karen Gil, directora del Recep Campo de Gibraltar. El 11 de mayo se celebró la inauguración del curso, acto al que acudieron Adrián Moreno; Nicolás Torres, director del área de Infancia y Familia de SAMU; Juan González de Escalada; director de Escuela SAMU y del área de Emergencias; y Francisco Moyano, director de la Operación New Comfort.

De forma paralela, este mismo día se inauguró el curso de Especialización en Centros de Menores dirigido a alumnos de Técnico en Integración Social y Técnico en Emergencias Sanitarias, así como a cualquier persona interesada en este campo profesional, con el fin de acercarles a la realidad laboral en los centros de menores y poder cubrir así las ofertas de empleo de Fundación SAMU en este campo. Este curso trata tanto aspectos culturales del colectivo en el que se van a sumergir, así como estrategias de resolución de conflictos emocionales tanto del educador como del residente. Todos ellos son contenidos decisivos para un primer encuentro con menores. El fin de esta formación es que el alumno adquiera los conocimientos, competencias y habilidades necesarias para trabajar en centros de menores.

El curso, que se divide por bloques, tiene una duración de 36 horas (11 sesiones), del 11 de mayo al 24 de junio, y cuenta con la acreditación de Escuela SAMU. El director general de SAMU, Carlos González de Escalada, se dirigió a los alumnos el primer día de clase junto con el director del curso y del área de Infancia y Familia de SAMU, Nicolás Torres. Este primer día, Abderrahim, mediador en el ARB Miguel de Mañara (Montequinto, Sevilla), fue el encargado de acercar a los alumnos a este colectivo por primera vez.

Otros instructores del curso son Daniel Cobos, director del COISL Motril (Granada), encargado de explicar a los alumnos cuál es el modelo de trabajo en un centro de menores; el bombero Pablo Álvarez, que aborda el tema de la protección personal, extinción de incendios y evacuación; Manolo Calvente, psicólogo del Centro El Bosque (Algeciras, Cádiz), que aborda los problemas conductuales de los menores; Laura Rodríguez, del departamento de Desarrollo de SAMU, que trata sobre la organización interna de un centro de menores y de temas relacionados con la legislación; Siham Khalifa El Abdi, responsable del PAI SAMU Motril, encargada de los temas relacionados con la inserción socio-laboral de los menores; Palma Díaz, directora del ARB El Bosque, que habla de los trámites administrativos y del trabajo social; Julia Roldán Mariscal, psicóloga del ARB Miguel de Mañara, que aborda la gestión de conflictos en el entorno de trabajo; Ana Solís Cuadrado, psicóloga y docente en Escuela SAMU, que aborda la gestión de emociones; y Lucía Gómez Herrero, pedagoga y docente en Escuela SAMU, que es la encargada de organizar la parte práctica del curso, que consiste en la visita a un centro de menores.

El objetivo general de este curso es mejorar la capacitación profesional del personal de nueva contratación en los centros de menores de Fundación SAMU, además de acercar a las personas interesadas de otros campos profesionales los conocimientos básicos necesarios para poder intervenir con personas en situación de riesgo de exclusión social. También se busca capacitar al alumnado con recursos y estrategias de intervención, resolución de conflictos y socialización de manera que se sienta seguro al desempeñar las labores propias de esta profesión; y transmitir conocimientos sobre los distintos colectivos, para que puedan empatizar y comprender su cultura, así como aquellos aspectos legales y protocolos de actuación que les afectan directamente.

Sanitarios de SAMU viajan a Costa Rica para apoyar las urgencias hospitalarias ante la presión de la pandemia

Costa Rica está atravesando una situación de emergencias sin precedentes en el país. Los contagios por Covid-19 se incrementan en el país centroamericano a un ritmo exponencial, con más de 2.000 nuevos casos al día. Desde que comenzó la pandemia, se han registrado en Costa Rica más de 300.000 contagios y 3.700 muertes relacionadas con el coronavirus.

La nación centroamericana, que fue ejemplo a nivel mundial entre marzo y junio de 2020 por el control de los casos y la baja mortalidad por esta enfermedad, vive una verdadera crisis hospitalaria por la rápida expansión del coronavirus SARS-CoV-2, causante de la Covid-19, tras las vacaciones de Semana Santa. Todo ello ha llevado recientemente al Gobierno costarricense a aplicar restricciones de movilidad y a cerrar de manera temporal toda actividad económica no esencial. Además, la Comisión Nacional de Emergencias (CNE) de Costa Rica analiza la posibilidad de decretar la alerta roja.

De forma inmediata, SAMU puso en marcha su maquinaria y en pocas horas ya tenía en alerta a un equipo de 20 profesionales sanitarios (11 enfermeros y 9 técnicos de emergencias sanitarias) bajo la dirección del enfermero Andrés Rodríguez Holst a la espera de finalizar los trámites administrativos para partir hacia Costa Rica.

“Nuestra misión es aliviar la presión asistencial del Hospital San Vicente de Paúl de Heredia, a unos 10 kilómetros al noroeste de San José, y atender las urgencias que no estén relacionadas con el Covid-19. Para ello, contamos con la colaboración de un equipo médico de emergencias de Panamá. Ellos van a levantar un hospital de campaña y nosotros vamos a apoyar con personal”, explica Andrés Rodríguez, mando de la misión.

Entre los profesionales que forman el equipo de SAMU se encuentran enfermos del Máster de Urgencias, Emergencias, Catástrofes y Acción Humanitaria de SAMU y la Universidad CEU San Pablo (promoción 2020-2021), algunos de los cuales ya participaron a finales de año en la misión humanitaria de SAMU en Honduras tras el paso de dos huracanes. Es el caso de Alexander Fernández o Gonzalo Soler.

“Me llevo a personas muy experimentadas y que me han acompañado en otras misiones, como la técnico en emergencias Carmina Casal, que ya ha estado conmigo en tres misiones anteriores, o la enfermera Erica Williams-Carricaburu. Pero también a personas jóvenes con poca o ninguna experiencia en misiones humanitaria. Ambos perfiles enriquecen al grupo”, indica Rodríguez, que, con Costa Rica, cuenta con 18 misiones humanitarias internacionales a sus espaldas.

El equipo de SAMU parte este miércoles 2 de junio hacia Costa Rica con el propósito de comenzar a trabajar sobre el terreno el mismo 2 de junio en cuanto aterricen. Esta misión durará dos semanas.

El itinerario sostenible de SAMU para 2021

En el año 2000, los 189 países miembros de la ONU, se propusieron ocho propósitos de desarrollo humano, los conocidos como Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), teniendo de plazo para su cumplimiento hasta el año 2015. Los ODM son las metas que el mundo se fijó para luchar contra la pobreza extrema en sus varias dimensiones: hambre, enfermedad, pobreza de ingresos, falta de vivienda adecuada, exclusión social, problemas de educación y de sostenibilidad ambiental, entre otras. Tomando como referencia los ODM, se puso en marcha años más tarde los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), ampliando los anteriores (cambio climático, consumo sostenible, innovación etc…) y reforzando aquéllos que no fueron alcanzados.

En 2018, SAMU, en su lucha por mejorar su modelo de empresa sostenible y en su afán de seguir creando oportunidades de crecimiento, pone en marcha el área de Sostenibilidad bajo la dirección de Rocío Álvarez, que persigue alcanzar con nuestras pequeñas acciones en cada uno de nuestros centros los ODS encajados en la agenda 2016-2030 de la ONU. Para ello, SAMU cuenta con un equipo humano implicado en conseguir dicho propósito, y con una dirección con vistas a invertir en proyectos que fomenten y consigan fusionar nuestra labor en dar respuesta a las emergencias de la sociedad con nuestra responsabilidad corporativa de cuidar nuestro planeta”, explica Beatriz Estrada, directora del área de Sostenibilidad y autora del Plan de Sostenibilidad de SAMU.

“Para implantar los ODS en nuestra empresa, nos centramos y damos prioridad a aquellos objetivos que ya tenemos incorporados e integrados y que definen nuestra práctica en los diferentes centros de SAMU, incidiendo de esta manera de forma indirecta y transversal en el resto, puesto que se encuentran interrelacionados”, continúa.

La dirección de Sostenibilidad ha creado un Plan Estratégico identificando líneas de trabajo factibles donde la entidad pueda crecer y avanzar en su afán por perseguir ser un modelo de empresa sostenible con los ODS como guía para lograrlo. Para ello, se han definido tres líneas estratégicas de trabajo con 10 objetivos que persiguen crecer en sí mismos y seguir dando cobertura a acciones más relevantes y significativas en un futuro próximo, “puesto que a través de las acciones locales podremos alcanzar los objetivos globales, es decir los ODS”.

La primera de estas tres líneas estratégicas es la consolidación de los enlaces conseguidos en el 2020 así como ampliar la red con el fin de mejorar el impacto en las acciones empresariales futuras. Para lograrlo, SAMU se ha puesto como objetivos: afianzar la alianza con el proyecto E-City (Agencia Andaluza de la Energía, Ayuntamiento de Sevilla, Junta de Andalucía); conocer los programas que promueve Ecoembes dentro de su área de acción social dirigidos a colectivos vulnerables; incorporar nuevos proveedores que cuenten con una línea ética, social, igualitaria y ambiental en sus procedimientos de trabajo, como por ejemplo la empresa de provisión de agua embotellada Auara, que utiliza envases de plástico reciclado 100%; y seguir colaborando en la campaña de recogida de alimentos del Banco de Alimentos de Sevilla.

La segunda línea estratégica se centra en conocer la realidad de los centros SAMU sobre cómo trabajan la gestión de residuos. Para ello, el área de Sostenibilidad se ha propuesto integrar en los equipos de los centros y en los usuarios unos protocolos de buenas prácticas para gestionar los residuos que se generan en los mismos y conseguir avanzar en la labor del reciclaje y cuidado del medio ambiente.

La última línea estratégica consiste en visibilizar las acciones del área de sostenibilidad tanto en redes sociales como en otros medios de comunicación. Para lograrlo, la dirección de Sostenibilidad ha establecido una línea de contacto directo con el departamento de prensa para informar en tiempo real de noticias vinculadas con este área de cara a dar difusión en redes sociales, web oficial o nuestra revista mensual, así como en otros medios si lo requirieran.

Un horizonte para los extutelados

Según datos de la Oficina Europea de Estadística (Eurostats), la edad media de emancipación en España es de 29 años. Vivimos en una sociedad en la que, debido a distintas circunstancias socioeconómicas, se ha comprobado y demostrado estadísticamente que el paso a la vida independiente de los jóvenes se produce a unas edades cada vez más tardías. Los chicos y las chicas que proceden del Sistema de Protección de Menores ingresan en los centros con una “fecha de caducidad” marcada por los 18 años. A esta edad, la ley les reconoce oficialmente la mayoría de edad y les exige autonomía demostrable. Poder cumplir esta obligación legal implica numerosas dificultades, ya que estos jóvenes carecen de los apoyos necesarios para afrontar la nueva situación, máxime cuando las circunstancias que originaron su ingreso en el Sistema de Protección de Menores no han desaparecido e incluso se ven agravadas. Dentro de las distintas tipologías de menores atendidos en el Sistema de Protección también se hallan jóvenes inmigrantes que llegaron solos a España, sin adultos de referencia y con un proyecto migratorio erróneo o sin definir.

Ante esta situación, y dada la dilatada experiencia que tiene SAMU en la atención a menores tutelados, su fundación, a través del área de Menores y Familia, ha puesto en marcha el Programa Horizontes (Modalidad Alta Intensidad), dirigido a jóvenes procedentes del Sistema de Protección de Menores de Andalucía entre 18 y 25 años con un perfil determinado. Son jóvenes que carecen de apoyo familiar, de vivienda, de los recursos personales, sociales y económicos necesarios para llevar una vida independiente, y presentan una serie de características especiales que les dificultan acceder al mercado laboral, encontrándose en un alto riesgo de exclusión social si no se les presta un apoyo intensivo y un acompañamiento individualizado.

El objetivo principal no es la emancipación en sí misma, sino la plena integración en nuestra sociedad dotándoles de recursos y medidas de discriminación positiva. “Horizontes sigue la misma línea que los Programas de Alta Intensidad (PAI) que SAMU desarrolla desde hace años en diferentes puntos de Andalucía. Pero mientras que éstos están financiados por el Fondo Social Europeo, Horizontes se financia gracias a la subvención con cargo al 0’7% del IRPF, ayuda del Estado dirigida a proyectos sociales”, explica Pilar Laguna, coordinadora del Programa Horizontes.

Este proyecto, de un año de duración, arrancó en enero y cuenta con cinco viviendas, con seis plazas cada una, en las provincia de Granada, Málaga, Sevilla, Córdoba y Cádiz. Sevilla es el único de los cinco centros dirigido exclusivamente a mujeres. Todos los demás recursos son masculinos, con la excepción de Málaga, que varía entre un centro masculino o femenino según la demanda.

“El Programa Horizontes, en su concepción y desarrollo, parte de las necesidades y situación personal de cada joven y, sobre todo, de sus proyectos de futuro, por lo que desarrollamos itinerarios personalizados de inserción”, señala Pilar Laguna. “Una parte de nuestra misión es orientar, facilitar, formar y participar con ellos y ellas en todo este proceso, ofreciendo además un recurso para lograr su plena autonomía y normalización, como son las viviendas que ofertamos, donde tendrán la garantía de cubrir todas sus necesidades. No obstante, es necesario que cooperen y colaboren, pero sobre todo que participen generando grupo y sintiéndose parte de éste. La participación en el programa es voluntaria”.

Según explica Laguna, los profesionales de SAMU trabajan con estos jóvenes en cinco áreas fundamentales: actividades de la vida diaria (tareas domésticas, cómo llevar una casa, facturas, reparaciones básicas…); salud e higiene (enfermedades comunes, cómo funciona el sistema sanitario público, cómo pedir una cita con el médico de familia, qué enfermedades o dolencias incapacitan para ir a trabajar y cuáles no, formación sexual y en relaciones sanas…); economía y recursos (documentación administrativa, contratos de alquiler, empadronamiento, cómo funciona una comunidad de propietarios…); formación laboral (itinerarios personalizados de inserción sociolaboral en función de sus capacidades, actitudes y motivación, búsqueda de prácticas formativas); y personal y relacional (tutorías individuales donde se tratan temas personal como su propia historia y cómo les afecta).

“Todos los chicos viven el mismo proceso, por ello intentamos generar un ambiente de equipo entre todos, y que los éxitos y fracasos de uno de ellos se vivan como algo del equipo”, destaca Pilar Laguna. “Los chicos participan activamente en la toma de decisiones sobre su futuro. Nosotros les acompañamos y los orientamos, pero la decisión final siempre es de ellos. Tiene mucho mérito lo que hacen estos chicos teniendo en cuenta la mochila tan pesada que llevan encima. ¿Cuántas veces a lo largo de nuestra vidas hemos tomado decisiones erróneas? Muchas. A ellos no se les permite equivocarse”.

A pesar de que el Programa Horizontes sólo lleva cuatro meses en funcionamiento, ya existen casos de éxito, en un contexto de limitaciones en el mercado laboral como consecuencia de la crisis sanitaria.

En el Programa Horizontes de Sevilla hay dos chicas que han conseguido su primera oportunidad laboral. Para estas mujeres -algunas con baja formación académica, otras con dificultad en el lenguaje, y la mayoría sin experiencia profesional- la inserción laboral es un reto complicado que requiere de mucho compromiso y constancia.

Imane ha sido la primera chica del Programa Horizontes de Sevilla en firmar un contrato de prácticas formativas en el sector de la hostelería. “Imane es una joven tímida, sin experiencia profesional, pero con unas inmensas ganas de aprender y de desarrollarse profesionalmente. Su principal objetivo es integrarse en el mundo laboral y regularizar su documentación, algo que ya está logrando. Después de más de un mes de prácticas, Imane es un ejemplo de superación día a día, de motivación y de compromiso. Si sigue por ese camino conseguirá todo lo que se proponga”, destaca Celia López, técnico responsable del Programa Horizontes Sevilla.

Otro ejemplo de éxito en Sevilla es el de Sabrine Essaki. La joven desciende de una familia de peluqueros y, desde su llegada a España siendo menor de edad, tenía claro que quería seguir con esta tradición familiar y formarse para ello. Después de casi dos años de formación teórica-práctica en una academia de peluquería, la joven es consciente de que está un paso más cerca de conseguir su sueño. “Sabrine ha demostrado que la perseverancia del día a día gratifica personalmente. La joven asegura sentirse feliz y realizada con su trabajo. Y a pesar de que se le hace largo este recorrido formativo, nunca ha desistido en alcanzar su meta, y es esta la que la fortalece para no desistir”, señala Celia López. “La constancia es la clave del éxito y estamos seguros que Sabrine va por buen camino para conseguirlo”.

Así funciona un Centro de Orientación e Inserción Laboral

El Centro de Orientación e Inserción Laboral (COISL) de Motril (Granada) comenzó su andadura en octubre de 2012. Tras varias prórrogas del contrato de gestión, finalmente es en diciembre de 2019 cuando empiezan a desarrollarse actividades orientadas a la emancipación y a la autonomía de los usuarios del centro, actividades que se mantienen hoy. El proyecto parte del apoyo del Fondo Social Europeo, que facilitó la incorporación de otros profesionales al equipo de Orientación Laboral. Así, este Programa cuenta con dos vertientes principales que vamos a detallar en este artículo.

Su vertiente de inserción se basa en la consecución de la inclusión laboral a través de herramientas que facilitan el acercamiento de los menores al mercado laboral. Una de estas herramientas son los convenios de prácticas formativas no laborales con empresas de Motril y localidades adyacentes. Estas prácticas permiten a los menores no solo aprender un oficio, sino conocer de cerca la realidad laboral del país con el objeto de comprender de primera mano a qué se enfrentan en el reto que supone la emancipación y vida autónoma.

En relación a las actuaciones de inserción, cabe destacar que, durante el año 2020, 32 menores inmigrantes (el total menores atendidos durante el 2020) se han beneficiado del programa, manteniendo abierto sus propios itinerarios de inserción laboral. En estos itinerarios se detallan todas y cada una de las actuaciones que los menores realizan como propios participantes de su proceso de autonomía, recibiendo asesoramiento y acompañamiento sociolaboral dentro del COISL. El área de Orientación Laboral del programa COISL trabaja de manera individualizada con los participantes. De los 32 menores, 31 participan en Programas de Media Intensidad, de los cuales 27 están presentes en el Programa Laboral de la Fundación Diagrama y 15 forman parte de los programas que lleva a cabo la Fundación Don Bosco. Finalmente, 11 de los menores participan en ambos recursos.

En cuanto a asesoramiento y acompañamiento, la tutoría es la principal herramienta utilizada con los usuarios del centro. En ellas se establece una relación de confianza entre menor y orientador/a que permite un diálogo para determinar cuáles son las prioridades formativas y laborales del menor y cómo se abordarán sus objetivos.

Con el objeto de lograr una plena inclusión sociolaboral, el COISL se basa en la construcción de relaciones entre empresas de la localidad y el COISL, mediante un contacto continuado con dichas entidades. Para ello, se realiza una prospección continua del tejido empresarial de Motril y las localidades adyacentes con el fin de mantener un conocimiento actualizado de la realidad laboral que pueda conllevar más adelante una inserción laboral real de los participantes.

En esta prospección se realiza también una labor de concienciación e información sobre el COISL, herramienta que nos permite dar visualización al Fondo Social Europeo, de tal manera que se asegure un comienzo del programa de prácticas. Además, se hace un seguimiento continuo de los menores y empresas en el marco del programa de prácticas formativas no laborales, trabajo cuyo objetivo es obtener un feedback permanente sobre la evolución de cada joven participante.

El programa, en su vertiente formativa, comprende distintas áreas de trabajo con los menores a través de diversos talleres impartidos por los y las profesionales del COISL. Así, forman parte de los contenidos que se imparten las habilidades prelaborales básicas, tales como la imagen personal y profesional; habilidades laborales, como la elaboración de un currículum o una carta de presentación; y habilidades sociales, tales como la resolución de conflictos interpersonales.

Se trabajan competencias relativas al conocimiento de los derechos y deberes de los trabajadores, emprendimiento, comprensión de documentación oficial, contratos, nóminas, y prevención de riesgos laborales o búsqueda autónoma de empleo. En todos ellos se trabajan competencias transversales: competencias idiomáticas y la autonomía personal son los puntos fuertes.

Finalmente, otro de los grandes bloques dentro de la formación para la inserción laboral es el conocimiento de los recursos públicos y privados de búsqueda de empleo a disposición de los usuarios, como pueden ser el Servicio Andaluz de Empleo, el Servicio Estatal de Empleo Público, los portales de empleo o el uso de redes sociales con este fin.

Como parte de una red formativa constituida con otras entidades sociales e instituciones de la localidad y alrededores, el COISL de Motril ha concertado 28 programas de formación externa promovidos por Fundación SAMU. Dentro de esta red formativa se contempla la búsqueda continua de cursos de formación que sirvan para una inserción laboral real a los menores.

Se recurre, en este ámbito, a cursos formativos impartidos tanto por instituciones de la localidad, como por el Ayuntamiento de Motril y otras entidades sociales, tales como Inserta Andalucía y la Fundación Diagrama.

En cuanto a la consecución de la inserción, desde diciembre de 2019 hasta marzo de 2021, el COISL SAMU Motril ha logrado formalizar hasta 98 comunicaciones de prácticas formativas no laborales con hasta 42 empresas de la localidad y alrededores únicamente en 2020, lo que ha conllevado la implicación de los menores en multitud de ámbitos y campos profesionales, desde la agricultura hasta la hostelería, pasando por la carpintería, la mecánica o las ventas. Ello ha significado la firma de numerosos contratos laborales en diversas empresas de Motril y alrededores, con resultados más que satisfactorios para todas las partes implicadas.

 

Autor: COISL SAMU Motril

Operación ‘New Comfort’ frente a la crisis migratoria en EEUU

Estados Unidos vive una de sus mayores crisis migratorias registrando cifras históricas de inmigrantes que intentan cruzar la frontera. Más de 171.000 personas, principalmente ciudadanos centroamericanos, fueron detenidos por agentes de la patrulla fronteriza durante marzo. Es la cifra más alta registrada para un mes en 15 años, desde 2006. En el mar de datos destaca otro récord. El arribo de menores sin acompañantes también roza números no vistos recientemente. Más de 18.000 jóvenes pusieron pie en el país en marzo sin compañía. Estas cifras añaden presión sobre la Administración demócrata, que encara críticas de los sectores conservadores, que consideran que esta emergencia en el sur de la frontera ha sido provocada por las políticas implementadas desde finales de enero, cuando llegó a la presidencia del Gobierno Joe Biden.

Un vídeo publicado en redes sociales el 2 de abril ilustró con claridad el drama migratorio que se vive en la frontera entre México y Estados Unidos. Un agente de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) se encontró el 1 de abril con un menor de origen nicaragüense perdido en La Grulla (Texas), deambulando y desesperado, caminando en uno de los desolados puntos de entrada al Estado. “¿Usted me puede ayudar?”, dice el niño, de 10 años con los ojos hinchados de lágrimas al agente migratorio, quien no estaba trabajando e iba de vuelta a casa cuando sucedió el encuentro. Al parecer, el grupo de inmigrantes con el que viajaba, unas 180 personas, lo abandonó en mitad del trayecto mientras el menor dormía. El vídeo del pequeño pidiendo ayuda a la policía fronteriza se ha hecho viral en las redes sociales y ha dado la vuelta al mundo.

Ante esta grave situación, SAMU, a través de su filial SAMU Foundation, con sede en Washington D. C., está trabajando para ofrecer sus recursos para hacer frente a esta crisis migratoria, especialmente, en la atención de menores extranjeros no acompañados y sus familias, dada su extensa experiencia en este sector en España, a través de la operación New Comfort.

“SAMU Foundation pretende colaborar con las autoridades estadounidense, o incluso al amparo de algún filántropo, para contribuir a disminuir toda la problemática de la crisis migratoria que se desata en la frontera suroeste de EEUU y que se inicia, fundamentalmente, con la propaganda del partido demócrata durante las elecciones presidenciales de 2020. Esto ha creado, a mi juicio, una sensación de frontera abierta y efecto llamada, sensación que se ha reforzado a través de una orden ejecutiva presidencial que pretende reunificar a las familias divididas por las políticas de la Administración de Trump y que los menores al amparo del departamento de Salud y Servicios Humanos estadounidense puedan contactar con sus familiares”, explica Francisco Moyano, director de la Operación New Comfort de SAMU.

El Gobierno estadounidense trabaja en una ley integral que englobe y ponga orden al actual marco de normativas y leyes de inmigración, bastante complejo, al mismo tiempo que se garantice la seguridad fronteriza con un trato justo a las personas. Mientras, miles de familias de México, Nicaragua u Honduras, entre otros países, mandan a sus hijos de avanzadilla con la esperanza de la reunificación familiar.

Según explica Francisco Moyano, las autoridades estiman la llegada de 22.000 menores no acompañados en abril, y 25.0000 en mayo. “Las autoridades prevén que para finales de año hayan llegado a Estados Unidos 200.000 inmigrantes menores de edad no acompañados, solo menores. La cifra es escandalosa”.

Antes esta avalancha humana, las autoridades estadounidenses se encuentran desbordadas y no son capaces de cumplir los plazos establecidos. Así, se han levantado instalaciones provisionales para que los menores no tengan que pasar las noches en calabozos y puedan ser atendidos en unas condiciones dignas.

“El objetivo de SAMU Foundation es crear un proyecto educativo residencial cerca de Washington DC, ya que ahí se encuentra nuestra sede, pero estamos abiertos a participar en cualquier otra iniciativa o proyecto que nos permita ayudar a paliar el problema actual”, señala el director de la Operación New Comfort.

SAMU Foundation nació en 2018 en Washington DC con el objetivo de revitalizar la captación de fondos en el país para las misiones internacionales de la organización. La idea original era construir una red internacional de voluntariado basada en la experiencia de 40 años en la gestión de crisis, según explicaba entonces el director general de SAMU, Carlos González de Escalada, que se desplazó a la ciudad norteamericana a finales de marzo de 2018 junto al director del área de Emergencias de SAMU, Juan González de Escalada, para supervisar este lanzamiento.

Los equipos de SAMU han acudido a los mayores desastres y catástrofes naturales de las últimas tres décadas, principalmente valiéndose de recursos propios. En los últimos años, destacan las misiones de la organización en Honduras (2020), El Aaiún (2016) y Tan Tan (2017), en Marruecos, Calais (2015), Filipinas (2013), Katmandú (2015) y Lorca (2011), entre otras.

La dificultad de seguir realizando desembolsos como los necesarios para este tipo de misiones llevó al consejo consultivo en 2016 a tomar la decisión de iniciar la búsqueda de recursos en países extranjeros.

Los nuevos acontecimientos vividos en Estados Unidos y el drama de la inmigración ha hecho que el papel de SAMU Foundation en este país haya evolucionado gracias también a la dilatada experiencia de la entidad en España en la atención a menores inmigrantes no acompañados.