Fco. Javier Gines, presidente del CR San Jerónimo: “Los menores ven en el deporte un futuro”

Hace cinco años, Francisco Javier Gines Llebre (Sevilla, 1981) fue nombrado presidente del Club de Rugby (CR) San Jerónimo, entidad que colabora con Fundación SAMU en un proyecto de rugby adaptado e inclusivo dirigido a personas con discapacidad intelectual y menores de edad inmigrantes y en riesgo de exclusión social.

—¿Cuándo llegó el rugby a su vida?
—En septiembre de 1991. Un grupo de jugadores de rugby en activo acudieron al colegio público Rector Mota Salado, actualmente CEIP Buenavista, donde yo estudiaba. Se trataba de una campaña de captación de jóvenes jugadores por parte del CR San Jerónimo. Yo tenía 10 años y desde entonces no he parado de jugar.

—¿Cuáles han sido sus grandes éxitos como jugador?
—Durante los primeros años, cuando estaba en categorías inferiores (alevines, infantiles, cadetes y juveniles), formé parte de un equipo que marcó una época gloriosa para el CR San Jerónimo, tanto, que nos convertimos en referente a nivel nacional. Durante estos años, ganamos varios campeonatos y subcampeonatos de España. Pero sin duda, me quedo con mi primer año de senior, en concreto con la temporada 99-00. Entonces, el club jugaba en 1ª Regional y conseguimos ascender a Nacional.

—¿Cuál es su función ahora como presidente del CR San Jerónimo?
—Me gusta estar metido en todos los follones. Un día estoy en un partido llevando agua a los jugadores y, al día siguiente, firmando un convenio con alguna entidad o en una reunión federativa.

—El CR San Jerónimo colabora desde hace casi dos años con Fundación SAMU. ¿Cómo surgió esta amistad?
—Fue todo de manera muy informal, a raíz de una charla con Enrique Yrazusta, abogado de SAMU, en las instalaciones deportivas del San Jerónimo durante un entrenamiento del club. Hablamos de la posibilidad de trabajar con los menores inmigrantes de los centros de acogida de SAMU.

—¿En qué consiste exactamente esta colaboración?
—Tenemos en marcha un proyecto de desarrollo comunitario basado en la práctica deportiva como elemento inclusivo dirigido tanto a menores como a personas con discapacidad. A este proyecto lo denominados RugbyEs, y se desarrolla tanto en las instalaciones deportivas de San Jerónimo como en la residencia San Sebastián de SAMU, en Cantillana. El objetivo de este proyecto, en el caso de los menores, es la formación académica y profesional de los chicos. En mi Club, creemos que el rugby aporta unos valores que son útiles para la vida cotidiana.

—¿Cómo es la actitud de estos menores a la hora de entrenar con ellos?
—Estos chicos tienen una alta capacidad de aprendizaje y, además, tienen una condición física envidiable. Los menas ven en el deporte una posible salida, un futuro, y trabajar con ellos es fácil. Son muy educados, siempre tienen unas palabras amables cuando llegan a las instalaciones. Se nota la mano de SAMU en ellos.

—También entrena a personas con discapacidad intelectual. ¿Qué destacaría de su trabajo con ellos?
—Trabajar con personas con discapacidad es algo maravilloso, una experiencia enriquecedora que me ayuda a dar importancia sólo a los problemas reales. El grupo de rugby inclusivo es entrañable. Los chavales son divertidos y tienen la facilidad de sacarte una sonrisa. Realmente ellos me aportan más a mí que yo a ellos.

—¿Cuáles son las principales dificultades con las que se ha encontrado?
—Trabajar en este proyecto de la mano de la Fundación SAMU es bastante gratificante y agradable. Siempre existen dificultades, sobre todo en lo relacionado con los desplazamientos. Tenemos unos 25 jugadores que vienen de diferentes centros de acogida de la provincia, lo que hace que sea fundamental una buena coordinación. Tenemos que estar orgullosos y felicitar a todas las personas implicadas en el proyecto porque hacen un gran trabajo.

—¿Cómo ha afectado la pandemia a este proyecto?
—El coronavirus nos ha afectado mucho, como a todo el mundo. Llevamos desde marzo sin poder ir a la Residencia San Sebastián. Sabemos que los chicos están bien y que el centro cuenta con grandes profesionales, pero estamos deseando poder retomar los entrenamientos. Con los menas nos pasa lo mismo. Este año no hemos podido participar en la liga Sub 18. No obstante, somos optimistas y, en cuanto podamos, vamos a volver a trabajar con los menores.

—Fundación SAMU, en colaboración con otras entidades, ha celebrado las I Jornadas Nacionales de Rugby Adaptado e Inclusivo. ¿Qué balance hace de este encuentro?
—Estas jornadas han sido un gran éxito. El comité organizador estuvo a la altura de las circunstancias y contar con ponentes de la talla de Alhambra Nievas, Patricia García o Titi Feuteu dieron bastante nivel a las jornadas, sin olvidar a nuestras compañeras de las Cocos, la participación de Cajasol Rugby, CD Rugby Mairena, nuestros amigos de rugby en silla de ruedas, la inestimable colaboración de URA Clan, San Isidro Rugby, representantes del IMAS ( International Mixed Ability Sport) y los Veteranos Rugby Sevilla. Las jornadas cumplieron con creces el objetivo marcado que no era otro que mostrar el rugby en todas sus vertientes.

— ¿Qué ponente o tema tratado le resultó más interesante?
—Es difícil decidirse por una única mesa, pero si tengo que elegir, me quedo con la mesa de rugby inclusivo y la inestimable colaboración de Roberto Aguado y Miguel Palanca (URA).

SAMU se une al proyecto sostenible #eCitySevilla

La compañía Endesa, en colaboración con la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de Sevilla, ha puesto en marcha el proyecto #eCitySevilla, que pretende convertir el Parque Científico y Tecnológico (PCT) Cartuja, en Sevilla capital, en un referente de sostenibilidad a nivel internacional y un modelo de transición energética de las ciudades.

La propuesta se centra en la idea de anticipar los retos que deberán afrontar las ciudades del futuro y hacerlo 25 años antes de lo que espera la Unión Europea, mediante un proyecto pionero en el que convergen los sectores de energía, transporte y edificación, apoyados por el sector de las telecomunicaciones.

Durante los próximos años, cinco grupos de trabajo desarrollarán las estrategias a seguir en cada uno de los pilares del proyecto: energía, movilidad sostenible, edificación, digitalización y comunicación y participación.

Una vez se desarrollen estas cuatro líneas de trabajo, en 2025, la Isla de la Cartuja disfrutará de un suministro energético 100% renovable, contará con edificaciones eficientes, se desplegarán puntos de recarga para el fomento de la movilidad sostenible eléctrica, y todo ello funcionará con un sistema conectado y autónomo, conectado a red eléctrica inteligente (Smart Grid) totalmente digitalizada, que permitirá además una plataforma de datos en abierto para la gestión inteligente del parque.

Grupo SAMU, dentro de sus objetivos de la Agenda 2030, no ha querido desaprovechar la oportunidad de participar en este proyecto, ya que una de las sedes principales de la organización se encuentra ubicada en la isla de la Cartuja. En este sentido, el director general de SAMU, Carlos González de Escalada, firmó la adhesión oficial de SAMU al proyecto #eCitySevilla y anunció su voluntad de participar en el desarrollo de este plan a través de los grupos de trabajo de energía y movilidad.

El tejido empresarial que configura el parque científico y tecnológico de la Cartuja alcanzó en 2019 cifras históricas en facturación, al superar los 2.900 millones (un 18% más que el año anterior); en empleo, con 22.716 profesionales (un 19% más); y en número de entidades, con 523 (un 4% más). La actividad económica de las empresas y entidades de este enclave representan alrededor del 7% del PIB de la provincia de Sevilla y del 1,7% del andaluz.

Construir un futuro en la Escuela de Oficios

Tres tardes por semana desde hace dos meses, Rafael Hernández cambia su papel de educador en el centro de menores Miguel de Mañara, en Montequinto (Sevilla), por el rol de profesor del taller de albañilería de la Escuela de Oficios de SAMU (EOF), en Gelves. Catorce jóvenes aprenden con él en una nave de SAMU en el Parque Tecnológico Citec labores auxiliares de albañilería con el objetivo de aprender un oficio y dar sus primeros pasos en el mercado laboral.

A las cinco de la tarde empiezan las clases. Todos los chicos se sientan en sus mesas y atienden a las explicaciones de Rafael antes de dirigirse a la nave donde ponen en práctica sus conocimientos por equipos. “El taller es muy práctico y la teoría es muy ligera. El objetivo es que los chicos adquieran unas nociones básicas sobre el oficio de albañilería, que conozcan los materiales, las herramientas y los procedimientos elementales. Es cierto que éste es un curso básico, pero muy ambicioso”, explica el profesor, que antes de ser educador en el centro de menores de SAMU ARB Miguel de Mañara trabajó durante varios años en la construcción. “Lo que más me gusta de ellos es su actitud y su voluntad. Tienen muchas ganas de aprender”, continua Rafael Hernández.

Seis de los alumnos de este taller de albañilería son residentes en algún centro de acogida de menores de SAMU o se benefician de algún recurso para exmenas de esta organización. Todos ellos son inmigrantes. Es el caso de Billal Siasse o de Lahsan, ambos originarios de Marruecos. “Me gusta mucho este curso. Yo tengo experiencia en el oficio, pero no formación”, señala Lahsan, que llegó a España hace más de dos años.

Desde la dirección de la Escuela de Oficios destacan el esfuerzo y la implicación de los profesionales de los centros de menores de SAMU para que estos jóvenes puedan participar en este taller, ya que son los propios monitores los que llevan y recogen en coche a estos jóvenes del Parque Tecnológico Citec para que puedan recibir sus clases.

El resto de alumnos son de nacionalidad española y proceden de zonas vulnerables o en riesgo de exclusión social. En concreto, forman parte de un programa de Cáritas y del programa Eracis (Estrategia Regional por la Inclusión 2019-2022), impulsado por la Junta de Andalucía con Fondos Europeos y en colaboración con el Ayuntamiento de Coria del Río.

“Lo que más me gusta de este curso son las prácticas, algo fundamental para mí. La teoría es muy comprensible y accesible y la mayor parte de la tarde estamos trabajando por equipos en el proyecto final”, comenta Abraham, un joven de 23 años de Coria del Río y perteneciente al programa Eracis.

Todos los alumnos del taller trabajan de forma conjunta y coordinada en un proyecto común, la construcción de dos aseos desde cero. “Estoy bastante orgulloso de ellos. No hacen demasiadas chapuzas, trabajan de manera muy coordinada y limpia. Miden muy bien. Trabajan con cabeza”, destaca el profesor del taller, Rafael Hernández.

La nave que Escuela SAMU dispone en el Parque Tecnológico Citec se divide en tres zonas, dos de ellas para los talleres de electricidad y fontanería que comenzarán a impartirse en enero, y una tercera, la más amplia, para el taller de albañilería.

El profesor divide a sus alumnos en tres equipos que van rotando cada día. Dos de ellos se sitúan en unas zonas que podemos llamar de entrenamiento, donde realizan las mezclas y levantan muros. Aquí practican los diferentes procedimientos que luego deberán llevar a cabo en su proyecto final, en el que trabaja el tercer equipo. “Son bastante autónomos. Están muy motivados, se nota que les gusta lo que hacen”, apunta Rafael Hernández.

Una vez finalizado el curso, que comenzó en noviembre, todos los alumnos realizarán prácticas en empresas.

La EOF ya trabaja para poner en marcha en 2021 nuevos talleres y cursos de formación, entre los que destacan hostelería, pintor, mediador intercultural, mozo de almacén o atención sociosanitario. Esta escuela cuenta también con la colaboración de la Fundación La Caixa que ha puesto en marcha un programa de becas dirigido a personas en riesgo de exclusión social.

Con la Escuela de Oficios, que nació en 2019, SAMU pretende recuperar la filosofía y objetivos de las antiguas Escuelas de Artes y Oficios de España, promovidas en el siglo XIX, y responder a la preocupación como entidad por dotar a los menores de SAMU, y en general a los jóvenes andaluces desempleados, de herramientas para favorecer su autonomía y ayudarles a incorporarse con éxito al mercado laboral con un enfoque práctico. Los programas de la Escuela de Oficios de SAMU favorecen la mejora de sus competencias y habilidades sociales, y les guían hacia el mercado laboral a través de contrataciones de empresas colaboradoras.

Un nuevo contrato por Navidad en el ISL SAMU Dúrcal

La Navidad ha llegado este año antes de tiempo al centro de inserción sociolaboral ISL SAMU Dúrcal, en Granada. Y es que, como si de un regalo se tratase, en diciembre hemos celebrado la contratación de uno de nuestros jóvenes en una importante empresa de la zona, Sumum, dedicada a la fabricación de puertas y ventanas de PVC.

Además, este joven se encuentra actualmente disfrutando de su independencia, gracias, en parte, al esfuerzo que han realizado los profesionales de la Unidad ISL SAMU Dúrcal de Fundación SAMU.

Todo el equipo se ha volcado en la búsqueda de una vivienda en la que pueda iniciar una nueva vida como miembro y parte de nuestra comunidad.

El joven afirma sentirse muy agradecido por la oportunidad que se le ha brindado, mostrándose comprometido en su nueva trayectoria como trabajador de Sumum, que ha sido la llave que le ha abierto las puertas al mundo laboral.

Recientemente recordaba con nostalgia su trayectoria, desde que decidió emigrar hasta hoy. Con tan solo dieciséis años de edad, el joven tomó la decisión de embarcarse rumbo a España con el objetivo principal de encontrar un empleo con el que poder ayudar económicamente a su humilde familia. El camino no ha sido nada fácil para él. A lo largo del tiempo han sido muchos los obstáculos que este joven ha debido de superar (sentimiento de soledad generado por la lejanía de sus seres queridos, miedo ante un futuro incierto, dificultades de adaptación…) hasta llegar a convertirse en la persona que es hoy día.

Sin duda, el éxito de este chico nos recuerda que con valentía, esfuerzo y constancia, y con un poco de apoyo de los demás, los sueños pueden ser cumplidos.

María Jesús Padial Pérez.

Auxiliar Técnico Educativo ISL SAMU Dúrcal

La consejera Rocío Ruiz visita el ARB El Bosque

La Consejera de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación de la Junta de Andalucía, Rocío Ruiz, visitó recientemente el municipio de Algeciras, en la provincia de Cádiz. Dentro de su completa agenda, el centro de menores ARB El Bosque gestionado por Fundación SAMU tuvo la suerte de poder recibirla. La consejera Rocío Ruiz estuvo acompañada por diferentes personalidades en su visita a este recurso, entre ellas, la directora general de Infancia de la Junta de Andalucía, Antonia Rubio.

A su llegada al centro, la comitiva liderada por la consejera Rocío Ruiz fue recibida por el director general de SAMU, Carlos González de Escalada, que atendió a la comitiva de la Consejera de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación. González de Escalada estuvo acompañado por el director del área de Infancia y Menores de SAMU, Nicolás Torres; el director de zona Andalucía Occidental de SAMU, Juan Rodrigo Gil; la directora del Centro de Recepción de Menores del Campo de Gibraltar, Karen Gil; y la directora del ARB El Bosque, Palma Díaz.

Todos visitaron las instalaciones de nuestro centro para que la consejera pudiera conocer de primera mano el trabajo que se realiza con nuestros jóvenes, así como los espacios de los que dispone el residencial. Durante su visita, Rocío Ruiz también se mostró muy interesada en la preparación que reciben los menores para su futura emancipación social y laboral, sus estudios y sus rutinas y actividades diarias.

Además, la consejera entabló conversación con algunos de los menores que se encontraban en el centro realizando formación semipresencial debido a la pandemia del Covid-19.

En este mismo encuentro, la consejera de Políticas Sociales, Igualdad y Conciliación de la Junta pudo conocer a un antiguo menor de nuestro residencial que ahora trabaja para la Fundación SAMU, también en el área de Infancia y Familia. Este joven es un gran referente para los chicos que llegan al centro pues ven en él un modelo a seguir, o una persona que los comprende ya que ha pasado por sus mismas situaciones, problemas y preocupaciones.

Alicia García Greciano. ARB El Bosque

Escuela SAMU: Un ejercicio con quince escenarios distintos

Médicos, enfermeros y estudiantes de Formación Profesional participaron el 3 de diciembre en el primer gran simulacro integral del curso 2020-2021 de Escuela SAMU, en Sevilla. A pesar de la pandemia del coronavirus, la dirección de Escuela SAMU está realizando un esfuerzo titánico para ofrecerle a sus estudiantes la mejor formación en emergencias sanitarias y con la misma calidad de siempre a pesar de las circunstancias. La crítica situación sanitaria que atraviesa el planeta por el Covid-19 hace que la labor formativa de SAMU sea ahora más necesaria que nunca.

“Ofrecemos la calidad de siempre. Nuestra formación no se ha visto resentida en ningún momento a causa de la crisis. Seguimos desarrollando simulacros y ejercicios de alta calidad. Es más, estamos convencidos de que ahora nuestra formación es más necesaria que nunca. Debemos preparar a nuestros alumnos lo mejor posible para que estén preparados para actuar en situaciones extremas como la que estamos viviendo”, señalan los responsables de Escuela SAMU.

El gran simulacro de diciembre, de Procesos Asistenciales Continuados, contó con la participación de los alumnos de formación profesional en Técnico de Emergencias Sanitarias (TES) y Técnico en Cuidados Auxiliares de Enfermería (TCAE), además de los estudiantes del Máster de Enfermería en Urgencias, Emergencias, Catástrofes y Acción Humanitaria (UECAH) y del Máster en Urgencias Médicas.

El ejercicio arrancó en un centro de coordinación de emergencias, donde se reciben avisos de diferente índole y se ofrece asistencia a diferentes pacientes tanto en el hospital, como en la calle y en los domicilios.

“Nuestros alumnos contaron con un Centro Coordinador de Urgencias (CCU), ubicado en el aula 8 de Escuela SAMU, que fue recibiendo las diferentes llamadas solicitando asistencia. Desde ese momento, los alumnos fueron acudiendo a los diferentes avisos y realizaron traslados al hospital, ubicado para este simulacro en la clínica de estabilización. Este punto funcionó durante el ejercicio como un hospital normal, al que acuden pacientes por su propio pie y otros trasladados en ambulancia”, relatan desde la escuela.

Los objetivos de este tipo de simulacros que se realizan de forma periódica en la escuela son trabajar de manera coordinada en un ejercicio multidisciplinar; coordinar los diferentes recursos para dar solución a las situaciones de emergencia que se van a simular; realizar la valoración primaria a los diferentes pacientes y decidir sobre qué hacer con el paciente en cada caso; tener capacidad de decisión bajo situaciones de presión; decidir qué acciones llevar a cabo para conseguir un bien común, y poner en práctica los resultados de aprendizaje que aportan los diferentes módulos.

“Normalmente, en SAMU, solemos hacer simulacro de un tema especifico. La mayoría de las veces organizamos incidentes con múltiples víctimas (IMV), pero en esta ocasión hemos creído necesario realizar un simulacro donde lo más importante sea el trabajo en equipo y la continuidad de la asistencia. Es decir, los alumnos viven de la manera más real posible todo el proceso que supondrá su trabajo en un futuro, desde la asistencia del paciente in situ, su traslado en ambulancia, la transferencia al hospital y la atención hospitalaria”, comenta Thomas Couyotopoulo, subdirector de Escuela SAMU.

“El ejercicio ha sido muy positivo para médicos, enfermeros, técnicos en emergencias y auxiliares de enfermería, ya que aprenden a trabajar en equipo y a asistir todo tipo de emergencias”, señala el instructor.

En total se simularon quince situaciones distintas en un mismo ejercicio y de manera continuada y coordinada. Entre estas situaciones destacan: un accidente de tráfico con dos vehículos implicados y cinco víctimas; la asistencia en domicilio de un paciente con 73 años con un edema agudo de pulmón; una madre que lleva a su hijo al hospital por un resfriado y que resulta ser una neumonía; una fractura de cadera; un accidente laboral de un obrero con un shock medular; un ictus; una pelea con cuatro víctimas, una de ellas con una puñalada en tórax e intoxicación etílica; la asistencia a un grupo de personas con disnea por reacción alérgica al marisco; un atropello a un peatón por parte de un motorista; y el derrumbe de un edificio, entre otras.

Misión Honduras 2020: Tras el rastro de los huracanes

Un grupo de 14 profesionales de SAMU viajaron en diciembre a Honduras en misión humanitaria como respuesta a la alerta lanzada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) tras el paso de los huracanes Eta e Iota.

Esta misión, cofinanciada por SAMU y la organización Proyecto Hope, duró dos semanas y en ella participaron médicos, enfermeros y técnicos en emergencias sanitarias, algunos de los cuales ya estuvieron este verano en la misión de SAMU en El Salvador. El equipo también contó con la presencia de dos alumnos del Máster de Enfermería en Urgencias, Emergencias, Catástrofes y Acción Humanitaria (UECAH) 2020-2021 y otro estudiante de la promoción anterior de este mismo posgrado que acababa de terminar su formación.

El contingente partió desde las instalaciones de Escuela SAMU, en Gelves (Sevilla), el 2 de diciembre. El acto de despedida estuvo presidido por María de la Luz Ortega Carpio, directora de la Agencia Andaluza de Cooperación Internacional para el Desarrollo (Consejería de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación), y Carlos Álvarez Leiva, presidente de la Fundación SAMU.

La representante de la Junta de Andalucía quiso agradecer a la expedición su disponibilidad y voluntad: “Sé que en estos 15 días que dura la misión alguno de vosotros se romperá por lo que vea y por las situaciones de impotencia. Ante eso, pensad que estáis ahí y que, si no estuvierais, no habría nadie. Que lo que podáis hacer, lo vais a hacer bien, llevando la voluntad de tantos andaluces que queremos colaborar con Honduras y paliar esta situación”, señaló.

El huracán Eta arrasó Centroamérica los primeros días de noviembre. Los gobiernos de Honduras y Nicaragua emitieron alertas de tormenta tropical y huracán durante todo el 1 de noviembre a medida que la tormenta se acercaba a la región. También se instalaron refugios en El Salvador y Costa Rica. Eta, huracán de categoría 4, alcanzó un máximo de 150 mph (240 km/h), convirtiéndose en el segundo más fuerte de la temporada de huracanes en el Atlántico de 2020, superado por el huracán Iota (categoría 5), que azotó esta misma zona pocos días después.

Ambos huracanes destruyeron carreteras y aeropuertos, lo que hizo imposible el acceso al país de Honduras, incluso por mar. Esto retrasó la misión de SAMU varias semanas, hasta que estuvo lista una pista de aterrizaje provisional en la localidad de San Pedro Sur.

A los efectos de los huracanes había que sumarle un sistema sanitario mermado a causa de una pandemia mundial, la del coronavirus, complicando aún más la situación. En el momento de la catástrofe natural, existía toque de queda en Honduras como medida para frenar los contagios, pero esta restricción quedó suspendida temporalmente por el Gobierno nacional para facilitar los esfuerzos de respuesta a la depresión tropical Eta e Iota.

“No sabíamos qué nos íbamos a encontrar cuando llegáramos a Honduras. Nuestro objetivo era llevar a cabo una atención primaria de urgencia, pero desconocíamos la situación en la que se encontraba la población”, explica el enfermero Andrés Rodríguez, team manager y máximo responsable de la misión en Honduras.

Durante las dos semanas que duró la misión, el equipo de SAMU visitó ocho poblaciones distintas, todas ellas del departamento de Santa Bárbara, y atendió a cerca de 1.200 pacientes. “Muchas de las personas que auxiliamos sufrían principio de estrés postraumático debido a la catástrofe natural que había vivido. Muchas de estas personas lo habían perdido todo. Era el caso de los vecinos de San José de Oriente, donde el agua lo arrasó todo, según explica el enfermero Andrés Rodríguez Holst, natural de Costa Rica.

También se atendieron a personas con diferentes patologías digestivas ocasionados por los problemas existentes en la zona de distribución y almacenamiento de agua potable, así como a pacientes que sufrían descompensación de enfermedades crónicas como hipertensión, diabetes o epilepsia. “Esto es común cuando se produce una catástrofe natural de estas características. Los afectados pierden sus pertenencias, incluido los medicamentos, o tienen problemas para acceder a ellos”, señala el responsable de la misión.

Honduras ha sido la primera misión humanitaria en la que SAMU ha participado oficialmente como EMT (Equipo de Emergencia Médica), título internacional que otorga la Organización Mundial de la Salud y que SAMU ha obtenido recientemente.

Andrés Rodríguez destaca el esfuerzo y la buena actitud del equipo de profesionales de SAMU. “Ha sido un equipazo”, manifiesta. “Por lo general, en una misión de estas características llega un punto en el que llevas varios días sin poder ducharte, estás cansado, no comes ni duermes bien y estás deseando volver a casa. Es en ese momento cuando surgen las tensiones dentro del equipo, pero en esta ocasión eso no ha ocurrido. Todos han trabajado muy bien en equipo, han hecho piña y todos han sabido gestionar muy bien el estrés y el cansancio”.

El enfermero, responsable del módulo de Acción Humanitaria del Máster de Enfermería en Urgencias, Emergencias, Catástrofes y Acción Humanitaria (UECAH) de Escuela SAMU y la Universidad CEU San Pablo, destaca que lo que más le ha gustado de esta misión es haber compartido la experiencia con alumnos y ex alumnos. “Durante los seis años que llevo como profesor en Escuela SAMU he predicado mi experiencia en acción humanitaria a mis alumnos. Ahora, por fin, he podido llevarlos para que apliquen sobre el terreno lo aprendido y vivan la experiencia por ellos mismos”, señala Andrés Rodríguez, que a sus 35 años ya ha participado en 14 misiones humanitarias.

“El equipo era muy joven. Todos ellos tenían entre 20 y 29 años, excepto yo, que subía la media, y todos han sido alumnos míos. La edad no ha sido ningún inconveniente, todo lo contrario. Han disfrutado muchísimo. Todos estaban muy motivados porque han visto patologías y han realizado procedimientos médicos que no ven en España. Por ejemplo, en una ocasión, dos médicos realizaron una paracentesis a una mujer y le sacaron del abdomen con una jeringuilla hasta seis litros de líquido, algo que en España nunca verían”, comenta Rodríguez, que reconoce que en este tipo de misiones es cuando más enfermero se siente.

Tras 16 días sobre el terreno, el equipo de SAMU emprendió el viaje de vuelta a España. A su llegada a Gelves fueron recibidos por el presidente de la Fundación SAMU, el doctor Carlos Álvarez Leiva, y el director general de SAMU, Carlos González de Escalada. Todos los miembros del contingente se realizaron al llegar una prueba diagnóstica para identificar el virus del Covid-19, siendo todos los resultados negativos.

Con la misión de Honduras, SAMU ha completado su segunda misión humanitaria de 2020, tras la de El Salvador, y sigue reforzando su proyección internacional.