Fundación SAMU presenta el proyecto Disfrutamar: actividades náuticas para la integración de personas con discapacidad y/o trastornos de conducta

Fundación SAMU presenta públicamente el viernes 26 de abril a las 11:30 horas en la XV Feria Náutica de Puerto Gelves. que organiza esta semana el Ayuntamiento de Gelves y su empresa municipal Puerto Gelves, su programa Disfrutamar, una iniciativa social que cuenta con el apoyo de la Obra Social la Caixa y que tiene como objetivo acercar el mar y las actividades náuticas a los usuarios de los diferentes servicios de la Fundación, muchos de ellos con discapacidad intelectual y trastornos de conducta.

“Con 8.000 kilómetros de costas, España es un país donde tenemos una gran orientación al mar, especialmente en Andalucía, gracias a su clima y a su instalación náutica de primer orden”, afirma Borja González de Escalada, vicepresidente de la Fundación SAMU. “Con esta iniciativa, queremos que las personas discapacitadas adquieran nuevos aprendizajes referidos tanto a la comunicación con los demás como a la expresión y el reconocimiento de sus propias sensaciones”.

El programa, que nació hace casi dos años como prueba piloto, quiere aprovechar las ventajas de la náutica para propiciar el desarrollo de los vínculos personales e interpersonales y de las habilidades de comunicación entre terapeuta, instructor y el deportista y entre ellos mismos en un ambiente de dispersión y relajación.

 

Fecha: Viernes 26 de abril

Hora: 11:30 horas

Lugar: Instalaciones deportivas del Puerto de Gelves (Sevilla)

“Juntos evitamos contaminar y avanzamos hacia un consumo más sostenible”

LEONARDO DÍAZ PINEDA. Director general de Recilec

Leonardo Díaz (Coria del Río, Sevilla, 1959) lleva vinculado a Recilec, especializada en la gestión de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos, desde su constitución en 2004. Anteriormente estuvo trabajando en el sector de residuos peligrosos. Conversamos con él para conocer la colaboración que la compañía emprende con SAMU.

—¿Cómo surgió Recilec?
—Recilec se fundó en mayo de 2004 con un accionariado público-privado. El proyecto nace por la necesidad de implantar en Andalucía una alternativa de garantía que diese una solución integral (recogida, transporte y tratamiento) a la gestión de Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos (RAEE). La generación de este tipo de residuos estaba por entonces tres veces por encima del resto de tipos de residuos, según datos de la Comunidad Europea.

—¿Cuál es exactamente la actividad de Recilec?
—Nuestra  actividad principal es la recogida, transporte y tratamiento de RAEE, incluido las operaciones de tratamiento de preparación para la reutilización. Disponemos de una planta en Aznalcóllar (Sevilla) y un  Centro de Consolidación en Loja, Granada. Desde estas dos instalaciones damos cobertura a Andalucía, Extremadura, Ceuta, Melilla y parte de Murcia.

—¿Qué diferencia a Recilec de otras plantas de tratamientos de residuos?
—Recilec dispone de la única planta en España que, bajo un mismo techo, cuenta con las autorizaciones y tecnología suficiente para tratar la gama completa de RAEE. Es una ventaja para nuestros clientes, ya que pueden encontrar en una única empresa alternativas para tratar cualquier tipo de RAEE que generen.

—¿Qué cantidad de residuos gestionaron el pasado año?
—En 2018 batimos nuestro propio récord en el tratamiento de RAEE, llegando hasta las 23.900 Tm (toneladas métricas).

—Hace unas semanas Recilec firmó un acuerdo de colaboración con SAMU para la gestión de los residuos electrónicos, pilas y baterías. ¿Cómo surgió esta alianza entre ambas entidades?
—Este acuerdo surgió cuando representantes de ambas entidades coincidimos en un foro celebrado en Málaga en octubre de 2018 sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible que promueve las Naciones Unidas. Al conocer que SAMU contaba con una dirección de Sostenibilidad y el nivel de implicación de esta entidad con el medio ambiente y la economía circular, les informamos de nuestros servicios e inmediatamente vimos que ambas organizaciones caminábamos en la misma dirección y que de la colaboración entre ambas se producirían sinergias.

—¿Qué objetivos se persiguen con esta alianza?
—Principalmente facilitar la correcta gestión medioambiental de los residuos RAEE, pilas y baterías que se generan en los diferentes centros operativos de SAMU, así como explorar la posibilidad de servir de fuente de suministro de productos recuperados en el Centro de Preparación para la Reutilización que tiene Recilec en Aznalcóllar (Sevilla) como pudieran ser lavadoras para hogares de personas que son asistidas por SAMU.

—¿Cuenta Recilec con acuerdos similares con otras empresas?
—Una de las claves del éxito en los 15 años de existencia de nuestra compañía ha sido el desarrollo de alianzas estratégicas con entidades de diferentes sectores. Como ejemplo, el acuerdo con los fabricantes de aparatos representados en los Sistemas Individuales y Compartidos de Responsabilidad Ampliada del Productor (SRAP) o el acuerdo desarrollado en los últimos años con la Federación Andaluza de Electrodomésticos (FAEL), gracias al cual se puso en marcha un modelo de gestión que ha sido referente nacional para aumentar las cifras de recogida selectiva del RAEE en el canal comercial. Por otro lado, llevamos años colaborando con entidades con fines sociales (Reto, Madre Coraje, Traperos de Emaús) a quienes hemos dado siempre nuestro apoyo en el ámbito de nuestro compromiso en materia de responsabilidad social empresarial.

—En su opinión, ¿por qué son importantes los acuerdos de colaboración con otras entidades como SAMU?
—Gracias a esta colaboración y a la correcta gestión medioambiental de los residuos, juntos evitamos contaminar nuestro medio ambiente, generamos empleo verde y avanzamos hacia un desarrollo económico y de consumo sostenibles, fundamentales para que nuestra sociedad avance hacia un modelo económico más eficiente como el que propugna la economía circular.

—¿Considera suficientes las medidas medioambientales puestas en marcha por las administraciones públicas?
—Queda mucho por hacer en este sentido. Particularmente, con los RAEE existe una legislación un tanto  compleja y confusa que ayuda poco a su interpretación y aplicación. La cuestión de la trazabilidad de los residuos, las empresas sin autorización que tratan RAEE o la problemática en los Puntos Limpios con los robos y canibalización de componentes son cuestiones que deben ser afrontadas con firmeza por las distintas administraciones competentes.

Nuevo curso de Patrón de Embarcaciones de Recreo

Como parte del desarrollo del programa Disfrutamar, impulsado en colaboración con Obra Social La Caixa, Fundación SAMU ha puesto en marcha un nuevo curso de Patrón de Embarcaciones de Recreo (PER) con el objetivo de formar a profesionales de nuestro equipo para que puedan participar en las propias actividades del programa y patronear las embarcaciones. Siete personas están participando en este curso, del que se celebra la segunda edición. Tres compañeros ya cuentan con el título.

Disfrutamar es un proyecto pionero en el ámbito de la discapacidad intelectual enfocado a la mejora de la calidad de vida de las personas a través de la náutica y el deporte. A través de expediciones marítimas, las personas con discapacidad pueden adquirir nuevos aprendizajes referidos tanto a la comunicación con los demás como a la expresión y el reconocimiento de sus propias sensaciones.

“Gracias al apoyo de La Caixa, al que se han sumado varios propietarios de barcos, el programa Disfrutamar nos permite ampliar las actividades deportivas al campo de la náutica, haciendo que los chicos vivan experiencias inolvidables”, explica Carlos González de Escalada, director general de SAMU e impulsor de la iniciativa.
El curso de PER empezó el 28 de enero y durará hasta el 1 de abril, con clases todos los lunes en horario de tarde. Las clases teóricas se desarrollan en las oficinas de SAMU y también se efectuarán 18 horas de prácticas con embarcación a motor en Chipiona.

El temario del curso incluye temáticas como nomenclatura náutica, elementos de amarre y fonde, seguridad en la mar, legislación, balizamiento, maniobra y navegación, emergencias en la mar, meteorología, teoría de navegación y carta de navegación.

Para la obtención del título será necesario pasar una prueba teórica que constará de 45 preguntas tipo test y tendrá una duración de una hora y media.

Para elegir a los participantes, la dirección ha recibido una lista de candidatos y ha seleccionado a los aspirantes por antigüedad y oportunidad del servicio. Acción social y escuela tienen prioridad.

Más de 175 especialistas en emergencias sanitarias se enfrentan a un terremoto en un macrosimulacro de tres días en Sevilla

Un terremoto con epicentro en el Viso del Alcor, a 30 kilómetros de Sevilla, con una magnitud de 8,2 MW (similar al que asoló el sur de México de 2017) ha sido el detonante teórico del ejercicio Crisis Task Force 2019 (CTF), organizado por alumnos del Master de Atención Prehospitalaria, Catástrofes y Acción Humanitaria de la Universidad de Sevilla en colaboración con Escuela SAMU. CTF es uno de los simulacros de emergencias sanitarias más importantes del país.

Más de 175 especialistas han participado en este ejercicio multidisciplinar que se ha prolongado durante tres días (martes, miércoles y jueves) en el entorno del antiguo Hospital Militar (San Pablo) del Parque Alcosa, en Sevilla. En el briefing del simulacro, esta zona era una de las más afectadas por el alcance del terremoto, que provocó el derrumbe del hospital y más de 300 personas atrapadas.

Durante los tres días de simulacro se han sucedido talleres de triaje, cartografía y tecnología aplicadas a las emergencias, rescate vertical, torniquetes y acarreos, hemostáticos, psicología en atrapados, coordinación de puesto de mando, comunicación de crisis, inmovilización de circunstancias, rescate canino y extricación (acceso a personas atrapadas), entre otros.

Crisis Task Force está ideado para reforzar la resistencia individual del personal de emergencias, la gestión de la incertidumbre, la tolerancia al cansancio, el estrés y la capacidad de absorber la desorganización medioambiental.

Un año más, se ha convertido en  una prueba de resistencia y autocontrol en un escenario austero, complejo y agresivo, en el que tanto profesionales en activo como los alumnos de Escuela SAMU han aprendido a convivir y a trabajar con otras instituciones de respuesta a emergencia.

En la primera jornada de CTF 2019, representantes de la Agregaduría Militar del Perú en España estuvieron presentes en Parque Alcosa. El Coronel FAP Antonio Cossio, el Coronel EP Pierre Martin Bustillos y el Capitán de Navío AP Luis Eduardo Pérez siguieron las evoluciones de los participantes y conocieron de cerca la organización como parte del convenio de colaboración en vigor entre SAMU y el Gobierno de Perú para la formación de médicos de las Fuerzas Armadas del país andino.

En los talleres y simulacros participaron, además de los alumnos e instructores de Escuela SAMU, Bomberos de Lebrija, Policía Local de Santa Eulária d’es Riu (Ibiza), Protección Civil de Andratx (Mallorca), SAMU, Emergencias Andalucía 112, GREA (Grupo de Emergencias de Andalucía), Asistencia Sanitaria para Eventos TESMA (Baleares), SAMU 061 Baleares, Servicio Urgente Extrahospitalario Grupo Quirón-Rotger, Red Asistencial Juaneda (Baleares), DCCU Sevilla, Ambulancias Pajares y enfermeros de la Universidad de Sevilla y Osuna, entre otros. También participaron profesionales y alumnos de Make-up School Sevilla encargándose del maquillaje de heridos para aportar mayor realismo a los ejercicios.

A través de Crisis Task Force, SAMU comparte cada año su experiencia real de más de 30 años en situaciones de emergencia, catástrofes y misiones humanitarias con los profesionales a fin de mejorar el servicio común de este sector a la sociedad.

La historia de Said: “Solo hace falta voluntad”

Said sueña desde niño con ser jugador de fútbol profesional y jugar en un gran equipo europeo. Empezó a chutar un balón con sólo seis años con sus amigos del barrio de la ciudad que lo vio nacer, Beni Mellal, en Marruecos. Poco después entró a formar parte del equipo de su ciudad, y más tarde en el club de Kasbat Tadla hasta que decidió emigrar a España.

Este joven menor de edad salió de Tánger junto con otros menores y llegó a España el pasado mes de septiembre. En menos de tres meses pasó por tres centros de menores de Andalucía, en los cuales estuvo poco tiempo, hasta que finalmente se fugó y llegó a Madrid.

Fue acogido en el centro de Hortaleza, en Madrid, durante dos meses y, luego, trasladado a un piso de Cruz Roja en Torrelodones. No fue hasta el pasado mes de enero cuando fue trasladado al centro que la Fundación SAMU tiene en Coslada (Madrid), donde actualmente convive con otros menores no acompañados y que llegaron a España en una situación similar a la de él. El joven se ha integrado bien entre sus compañeros y con los educadores del recurso, sin generar ningún tipo de conflicto, según reconocen desde el centro.

Said explica que sus padres aún residen en Marruecos, en la ciudad de Beni Mellal, junto con tres de sus hermanos. Tiene otro hermano que cruzó el Estrecho de Gibraltar antes que él y vive en un centro de menores en Gerona, además de un hermanastro mayor de edad que vive en Milán. En España cuenta con la presencia de un tío en Aranjuez, con el que mantiene buena relación.

“En Kasbat Tadla solía jugar cuatro días por semana, me encantaba jugar en este equipo. Solíamos hacer competiciones con otras ciudades y ganamos bastantes copas y medallas. En una ocasión, ganamos la Copa Danone en Rabat, competición que se celebra cada 3 años y en la que participan chicos de 10 a 12 años”, cuenta Said. “Siempre he jugado como defensa izquierdo”.

Cuando le preguntan sobre las diferencias en la forma de jugar de Marruecos y España, el joven confiesa que aprecia algunas. “Creo que el nivel de exigencia en mi equipo de Marruecos era un poco mayor. Aquí en España me gusta mucho el compañerismo que tenemos en el equipo, mis compañeros de equipo me ayudan bastante y mi entrenador es muy bueno”.

Para Said sus equipos favoritos son la Selección de Fútbol de Marruecos y el Real Madrid, mientras que los jugadores que más admira son Hakim Ziyech y Sergio Ramos. “Juegan muy bien al fútbol. Además, creo que son bastante responsables y buenos compañeros”. Cuando habla de su futuro, a Said le gustaría ser jugador profesional. “Creo que tengo posibilidades, nada es imposible. Sólo hace falta fuerza de voluntad”.

Un espacio cultural común en El Pelayo

La importante llegada por ruta marítima de menores inmigrantes que viajan solos, sin familia, ha significado un cambio radical en barriadas como la nuestra, en Pelayo (Algeciras). No es fácil para estos niños y adolescentes abandonar su hogar huyendo de la pobreza o la violencia, entre otros motivos, con la esperanza común de encontrar un lugar para construir un porvenir.  Su camino hasta llegar a España y la situación en los países de procedencia es extremamente complicada. Para comprenderles, es necesario ponerse en su lugar, hacer visible su situación y conocer el esfuerzo realizado en busca de un futuro mejor.

Con esta idea, el 11 de marzo nació la iniciativa de las profesoras del CEIP El Pelayo (escuela de nuestra barriada) que, con la colaboración del equipo educativo de ARB El Bosque y el alumnado de prácticas del CFGS de Integración Social García Lorca, han organizado una jornada de convivencia para que algunos de nuestros chicos puedan mostrar a los más pequeños la historia de sus vidas. Estos son algunos extractos:

“Fue un viaje muy duro y horas muy difíciles en las que 56 personas en una furgoneta sin ventanas ni ventilación atravesamos las montañas de Marruecos hasta embarcar en la patera que nos llevaría a España”.

“Vi sufrir a mucha gente. Algunos llevaban meses, incluso más de un año, esperando en esas montañas la oportunidad para cruzar el mar”.

“Todos somos iguales, pero no tenemos la misma suerte, ni el mismo destino… ni tampoco los mismos sueños”.

“Vivo con más niños en un centro de menores que es mi casa. Allí nos enseñan vuestro idioma y conocemos vuestra cultura. Ahora sólo pienso en ir a la escuela y aprender un oficio para poder ayudar a mi familia”.

Historias como las de Issiaga (Guinea) y Ossama (Marruecos) sorprendieron a un alumnado que, a pesar de su corta edad, mostró un interés y una empatía admirables. El resto de la jornada transcurrió en las zonas exteriores del colegio, donde menores y docentes desarrollaron una atmósfera afectiva muy agradable que nos invitó a pensar que avanzamos en la dirección correcta.

La misma admiración sentimos también por unas jóvenes maestras que, con su desempeño en la educación del alumnado a su cargo, trabajan para conseguir un espacio cultural común, un entorno que no suponga pérdidas de identidad sino enriquecimiento mutuo. Sin duda están caminando hacia un modelo inclusivo y abierto a todo el alumnado, en el que promueven relaciones positivas y naturales entre los diferentes grupos, cualesquiera que sean su origen, cultura o procedencia, creando vínculos afectivos, respetando las diferencias individuales y manteniendo una diversidad cultural que a su vez, sólo entienden como un valor añadido.

La mayoría de edad de Jaouad

El 29 de junio de 2018 a las 12:30, aparcaba en la puerta de la Unidad de Atención Inmediata (AI) SAMU Dúrcal, en la provincia de Granada, un autobús lleno de historias de vida, de sueños y también de miedos. Una de esas historias es la de Jaouad Abdenbi, un joven marroquí natural de Iklim Tadla, que decidió emigrar a España en busca de un futuro mejor.

Jaouad pasó su infancia rodeado de campos de olivos y ganado de los agricultores de la zona. Su tiempo libre discurría entre las horas de colegio y los baños en el río. Su padre, un trabajador incansable y firme defensor de los valores familiares, es uno de sus principales referentes. Es el mayor de cuatro hermanos y el paño de lágrimas de su madre, Ghislaine. Con ella tiene una relación de complicidad que emociona escuchar.

Jaouad creció marcado por la impotencia de no poder ayudar en la economía familiar, cubriendo necesidades como los gastos de la educación y la sanidad. Sus padres querían que Jaouad estudiara pero sólo consiguió terminar la etapa de Primaria. “Nos ha confesado en más de una ocasión que no era un buen estudiante, por lo que se dedicó a ayudar a su padre en el trabajo del campo. Se repartían las fincas a cuidar y los rebaños a pastar. Así conseguían que llegaran más ingresos a casa”, comenta Siham Khalifa El Abdi, auxiliar técnico educativo de la unidad de AI SAMU Dúrcal.

Jaouad tomó consciencia de su necesidad de migrar hace un par de años. Al plantearle el tema de la migración a sus padres, no contó con el consentimiento paterno. Éste no quería ‘perder’ a su hijo, que además era su principal apoyo. Hace menos de un año volvió a retomar la idea de la migración, esta vez motivado por su grupo de iguales. Casi todos sus amigos de la infancia se habían ido. Esta vez contó con la complicidad de la madre, y juntos, convencieron a su padre.

La familia puso a disposición de Jaouad todo lo que tenían. Su padre le entregó sus ahorros pero no eran suficientes. “Una plaza en la patera es más cara en el mes de junio”, le comentaron a su padre. Solo quedaba una alternativa, vender las joyas de la madre. “Este capítulo es quizás el más doloroso para nuestro chico. Él sabía lo valiosas que eran esas joyas, no por su valor económico, sino por el emocional. Eran su regalo de boda, su dote. Agradecido, juró que trabajaría todo lo necesario para recompensar a la madre”, explica la educadora del centro.

El día de la despedida

Jaouad salió de una playa de Nador para embarcar rumbo a alguna costa española. No importaba cuál. Lo que a Jaouad no le habían contado es que en una embarcación irían 60 personas, y que tras 27 horas en alta mar, la embarcación se rompería y que pensaría que aquel día podría ser el último de su vida. Afortunadamente, no fue así. Tras ser rescatados por Salvamento Marítimo, empezó su nueva vida.

“Uno de los principales miedos que tenía Jaouad al llegar a nuestro centro era el poco margen temporal que tenía para la temida mayoría de edad. Tenía miedo a que llegara el día de su 18 cumpleaños. Qué paradoja”, indica Siham Khalifa El Abdi. “Jaouad es un joven lleno de sueños y ganas de prosperar para ayudar a su familia a salir de una situación de extrema necesidad. Desde un primer momento destacó por su excelente comportamiento, su autonomía y su capacidad de integración. Siempre dispuesto a ayudar a los demás”.

Su educador y tutor de referencia, José Gonzalo Muñoz Martín, profesional con una amplia trayectoria en la atención a la infancia y adolescencia, define al joven como “el ser más noble y bondadoso que jamás ha atendido”. Con capacidad de negociación con los profesionales y con sus iguales, siempre ha sido una figura clave en el buen funcionamiento del centro. “Un chico respetado y querido por todos y todas”, aseguran desde el recurso granadino. “Incluso en los momentos de frustración e incertidumbre, ha sido capaz de esbozar una sonrisa. De hecho, para mi compañero Yeyo, esa sonrisa es sanadora y reforzante, te hace sentir bien y te recuerda que tu labor es importante”, señala Siham Khalifa El Abdi.

La mayoría de edad

Y llegó el día del 18 cumpleaños, pero el equipo de la unidad de Atención Inmediata de Dúrcal tenía claro desde el principio que no iba a permitir que éste fuera un día triste para el joven Jaouad. Y no lo fue.

El equipo de Dúrcal se ha esforzado mucho para encontrar un recurso de Alta Intensidad para jóvenes extutelados. Este tipo de recursos están destinados a la inserción socio-laboral de los jóvenes inmigrantes mayores de 18 años mediante la convivencia en pisos de autonomía. El objetivo es preparar a los jóvenes para su total emancipación e independencia, dotándoles de las herramientas necesarias para ello. Están destinados a acoger a jóvenes de entre 18 y 21 años que previamente han estado tutelados. Pueden permanecer en este tipo de recursos un máximo de 12 meses, prorrogables excepcionalmente hasta alcanzar los 18 meses. “Sabíamos que era difícil encontrar una plaza en un recurso de este tipo en tan poco tiempo, pero lo conseguimos. La triste realidad es la escasa oferta de recursos existentes para los mayores de edad”, apunta Siham Khalifa.

De hecho, en el momento de alcanzar su mayoría de edad, Jaouad no consiguió plaza en uno de estos recursos de alta intensidad, pero sí en una asociación que le abrió sus puertas sin límite de tiempo de permanencia, sabiendo previamente que se trataba de un joven excepcional. Se trataba de la Asociación Escuela Solidaridad de Atarfe (Granada), recurso en el que, tras una convivencia comunitaria entre muchas personas con distintas situaciones personales y liderada por su presidente, Ignacio Pereda Pérez, Jaouad encontró un buen lugar donde permanecer mientras el equipo de SAMU seguía trabajando por mejorar su situación y ofrecerle oportunidades.

“Afortunadamente, antes de que Jaouad cumpliera sus 18 años, desde nuestro recurso pudimos tramitar su Carta Nacional de Identidad, su Pasaporte y asegurar su Resolución de Desamparo por parte de la Administración Pública competente. También pudimos solicitar su Permiso de Residencia por Circunstancias Excepcionales, permaneciendo actualmente a la espera de respuesta”, explica Siham Khalifa.

“Su paciencia y la perseverancia de todo el equipo profesional de nuestro recurso han hecho posible que, desde el 13 de marzo, Jaouad disfruta de una plaza en un recurso para extutelados en Ciudad de los Niños, Granada, pendiente de iniciar formación específica acorde a sus capacidades y reforzando el aprendizaje de la lengua española. Hoy más que nunca, Jaouad es consciente de que el lenguaje es la principal puerta a la integración”.

“Mi mayor satisfacción es recibir la confianza de estas personas”

Alba Garrido Gata (Sevilla, 1993), dirige desde hace un año la compañía de teatro Idilio Escénico, un proyecto que desarrolla junto a usuarios de la Residencia San Sebastián, en Cantillana (Sevilla).

—¿Cómo surgió la idea de crear una compañía de teatro?

—Antes de trabajar para la Fundación SAMU llevé a cabo varios proyectos en los que utilizaba la danza como herramienta de transformación social con diferentes colectivos. La danza, disciplina en la que comencé a formarme cuando tenía tres años, siempre ha estado presente en mis intervenciones educativas, por lo que al llegar a la Residencia San Sebastián expuse la posibilidad de llevar a cabo un taller de expresión corporal como una parte más del trabajo diario. La acogida, tanto por parte de la dirección como por la de los usuarios, fue excelente, lo que ha permitido desarrollar la actividad de manera ininterrumpida desde mis primeros días en el centro hasta hoy.

—¿Cuándo fue el debut del grupo?

—Los residentes mostraron por primera vez el contenido del taller de expresión corporal en diciembre de 2017 durante una gala con motivo del Día de la Discapacidad. A partir de ese día, comenzamos a fantasear con formar una compañía con los chicos de la residencia. El primer espectáculo se denominó Sinergia y se representó por primera vez bajo el nombre de compañía Idilio Escénico en el CEIP Aníbal González en la primavera de 2018.

—¿Cuántos residentes participan en la compañía de teatro?

—Nuestro trabajo se basa en la metodología de la danza comunitaria. Una de sus características fundamentales es que los grupos son flexibles y nadie está obligado a pertenecer a él. Por ello, el número de personas que componen la compañía desde sus inicios hasta hoy siempre ha sido variable. Los participantes entran y salen según las circunstancias personales del momento.

—¿Cómo beneficia esta actividad a los residentes que participan en ella?

—Los beneficios que aporta esta actividad a los residentes son diversos: Aumento de la autoestima (valoración y sentimiento de competencia con el trabajo realizado), reconocimiento (recompensa al esfuerzo realizado, sentirse realizado, útil y competente), admiración (reconocimiento de las habilidades de las personas de su entorno, así como la del propio individuo por su crecimiento y superación), emoción (reviven recuerdos, sentimiento de pertenencia al grupo), empatía y valores como la constancia y la responsabilidad individual y grupal.

—¿Y a usted, qué le aporta?

—Mi mayor satisfacción en las sesiones es recibir su confianza. Se muestran trasparentes ante mí, con sus virtudes y defectos, y exponen sus sentimientos al grupo sin prejuicios y gran generosidad. Para mí, ese es el mayor tesoro que poseo, y lo intento cuidar con gran responsabilidad.

—¿Cómo trabaja con los actores? ¿Cómo memorizan su papel?

—Todo montaje se inicia con un periodo de exploración en el cual se exponen temas de interés, se experimenta e indaga en las experiencias personales y en los sentimientos asociados. Cuando pasamos a la segunda parte, la creación coreográfica, ya tienen adquiridos un gran número de movimientos que parten del propio individuo, lo que facilita su memorización ya que no es un movimiento impuesto ni aprendido.

—Además de Sinergia, ¿tenéis en marcha otros proyectos teatrales?

—El pasado verano iniciamos una nueva exploración sobre la infancia de nuestros participantes. La experiencia de un año realizando actividades de expresión corporal se palpó desde los primeros movimientos produciéndose un salto importante en la complejidad de las propuestas, incluyendo un importante sentido rítmico, así como también un salto en la coordinación de los movimientos. A principios de año continuábamos inmersos en esta nueva vía de exploración, y nos llegaron propuestas para participar en diferentes actividades culturales, por lo que decidimos incluir el nuevo montaje como parte del ya existente, Sinergia, ya que iba perfectamente en la temática y aportaba mayor profundización a la historia.

—¿Cuál es el próximo reto de la compañía?

—El reto que nos planteamos es convertir la actividad en inclusiva. De momento, el 19 de marzo estuvimos en la Universidad de Sevilla compartiendo un taller con los alumnos del Grado de Educación Primaria; y el día 27 celebramos el Día Mundial del Teatro compartiendo escenario con los alumnos anteriormente mencionados y usuarios de la asociación Paz y Bien. Esperamos continuar en esta línea y poder seguir abriendo esta actividad a la inclusión.

—Hace unos días participó en una ponencia en la Fundación San Pablo Andalucía CEU. ¿Cómo fue la experiencia?

—Sí, el pasado día 20 participé en el programa Miércoles culturales de esta Universidad con la ponencia La conciencia del cuerpo, en la que describo cómo se lleva a cabo esta actividad, en qué se fundamenta y cuál es la metodología empleada, además de hablar sobre cómo se creó Idilio Escénico y cuáles son los beneficios que otorga  este modelo de intervención educativa.

Padres preparados para actuar frente a atragantamientos

Nuestra compañera Beatriz Macías, enfermera y docente de Escuela SAMU, participó en marzo en un taller de Baby Led Weaning (BLW), un método de alimentación para bebés basado en la ingesta de alimentos sólidos que está alcanzando un notable auge, con el objetivo de sensibilizar a los asistentes sobre cómo actuar cuando un bebé sufre un atragantamiento.

Escuela SAMU fue invitada a este evento organizado en Workify, en Sevilla, con la participación de Mamandoo, La Habitación Saludable y Aplicando BLW. La misión de Beatriz Macías fue la de desmitificar los riesgos de este tipo de alimentación, pero a la vez formar a los participantes en unas habilidades básicas de primeros auxilios en caso de accidentes por atragantamiento en bebés, sean en el contexto de BLW o de otras pautas alimenticias.

La jornada tuvo un amplio recorrido en medios de comunicación, debido a lo novedoso de la materia, e incluso contó con la cobertura de Andalucía Directo, el programa de Canal Sur, en el que nuestra compañera tuvo la oportunidad de explicar conceptos básicos como no intervenir en el caso de tos, un mecanismo de defensa natural del bebé.

“Si vemos que la tos no funciona, volteamos al bebé sobre nuestro brazo y aplicamos cinco golpes interescapulares con la base de la palma de la otra mano. Si el niño no arroja lo que tiene en la vía aérea, le seguimos ayudando poniéndolo boca arriba y, con dos dedos, aplicando de nuevo presión cinco veces en la parte del esternón (tal y como muestra la imagen que ilustra este artículo)”, ilustró Beatriz Macías. “Son sencillos consejos que pueden salvar vidas”, recordó el reportero.

El método BLW invita a dejar de usar papillas y alimentos triturados como alimento para los más pequeños, método tradicional en el que las cantidades se calculan desde el criterio de un adulto y no según el apetito del bebé.

“En la alimentación tradicional con triturados, el bebé es un mero sujeto pasivo, que no sabe ni siquiera qué está comiendo, por lo que no se permite el aprendizaje. De ahí que veamos tantos niños de 2-3 años que solo aceptan triturados y con una enorme aversión a probar nuevas texturas o sabores”, ilustró Rocío Romero, fundadora de Mamandoo.

Nuestros campeones: así fue el partido por la integración de Fundación SAMU

En una escena de la película Campeones, de Javier Fesser, minutos antes de disputarse un partido de baloncesto, el entrenador Marcos Montes, papel interpretado por Javier Gutiérrez, le dice a sus jugadores, todos ellos con discapacidad intelectual: “No preocuparos. Los jugadores del otro equipo son muy malos. Vamos a machacarlos”. A lo que Collantes (Gloria Ramos), la líder del equipo, contesta: “Vamos a salir a ganar, no a humillarlos”. Con ese espíritu salieron al campo de fútbol del Pabellón Municipal de Montequinto (Dos Hermanas, Sevilla) los jugadores de los equipos de la Residencia San Sebastián, la UED San Lucas y sus monitores en el partido de fútbol inclusivo que la Fundación SAMU organizó el 7 de marzo con la colaboración del Ayuntamiento de Dos Hermanas.

Al igual que Collantes en Campeones, Celia, usuaria de la UED San Lucas, era la única mujer que había en el campo de juego, pero su integración en el equipo era total y su papel fue clave para sus compañeros.

“Este tipo de actividades beneficia mucho a nuestros chicos, que juegan en la Liga Aprose, en la que participan diferentes entidades y asociaciones especializadas en la atención a personas con discapacidad intelectual”, explicaba minutos antes del comienzo del partido Sergio Carayol, educador en la UED San Lucas, cuyo equipo de fútbol va segundo en la liga Aprose en su categoría. “A través de esta actividad, los chicos se relacionan entre ellos, forman equipo, salen de la rutina, se olvidan de sus problemas y dificultades y aprenden a ganar y, sobre todo, a perder”, continuaba su compañero Alejandro Sánchez-Quiñones. “Ellos se frustran mucho y se vienen abajo emocionalmente con facilidad. El deporte les ayuda a canalizar estos sentimientos”.

“Vamos a hacer todo lo posible para que este partido amistoso acabe en empate”, comentaba durante el descanso Francis Ruiz, trabajador de la Residencia San Sebastián, cuando el encuentro iba 2-2. “Este tipo de actividad les beneficia en todos los sentidos, y si es inclusiva, si participan personas con y sin discapacidad, más aún”.

Fuera del campo, varios usuarios de la Residencia Santa Ana animaban a los jugadores, entre ellos, Kone Yossodjo, joven promesa del atletismo y monitor de este centro que no dudó en colocarse un chaleco amarillo y saltar al campo de juego para igualar el número de participantes de ambos equipos.

“Chiquito, pasamos la pelota, siempre la pasamos”, le indicaba uno de los trabajadores de la Fundación SAMU a uno de los usuarios de la Residencia San Sebastián que antes, en una pequeña confusión, le había quitado la pelota a un miembro de su propio equipo. “Lo importante aquí es compartir, el trabajo y el juego en equipo y la generosidad”, señalaba Francis Ruiz.

Iban cuatro iguales cuando Chiquito le hizo falta a Kone. “Penalti”, gritaban algunos. Kone, del equipo de la UED San Lucas, se dispuso a tirar el penalti. Lanzó el balón y el portero, Paniagua, se tiró al suelo pero no consiguió evitar el gol que puso por delante a la UED San Lucas. El partido llegó a su fin con el resultado 5-4, aunque eso fue lo de menos cuando todos emprendieron el camino hacia el Parque de los Pinos para almorzar juntos.