El 29 de junio de 2018 a las 12:30, aparcaba en la puerta de la Unidad de Atención Inmediata (AI) SAMU Dúrcal, en la provincia de Granada, un autobús lleno de historias de vida, de sueños y también de miedos. Una de esas historias es la de Jaouad Abdenbi, un joven marroquí natural de Iklim Tadla, que decidió emigrar a España en busca de un futuro mejor.
Jaouad pasó su infancia rodeado de campos de olivos y ganado de los agricultores de la zona. Su tiempo libre discurría entre las horas de colegio y los baños en el río. Su padre, un trabajador incansable y firme defensor de los valores familiares, es uno de sus principales referentes. Es el mayor de cuatro hermanos y el paño de lágrimas de su madre, Ghislaine. Con ella tiene una relación de complicidad que emociona escuchar.
Jaouad creció marcado por la impotencia de no poder ayudar en la economía familiar, cubriendo necesidades como los gastos de la educación y la sanidad. Sus padres querían que Jaouad estudiara pero sólo consiguió terminar la etapa de Primaria. “Nos ha confesado en más de una ocasión que no era un buen estudiante, por lo que se dedicó a ayudar a su padre en el trabajo del campo. Se repartían las fincas a cuidar y los rebaños a pastar. Así conseguían que llegaran más ingresos a casa”, comenta Siham Khalifa El Abdi, auxiliar técnico educativo de la unidad de AI SAMU Dúrcal.
Jaouad tomó consciencia de su necesidad de migrar hace un par de años. Al plantearle el tema de la migración a sus padres, no contó con el consentimiento paterno. Éste no quería ‘perder’ a su hijo, que además era su principal apoyo. Hace menos de un año volvió a retomar la idea de la migración, esta vez motivado por su grupo de iguales. Casi todos sus amigos de la infancia se habían ido. Esta vez contó con la complicidad de la madre, y juntos, convencieron a su padre.
La familia puso a disposición de Jaouad todo lo que tenían. Su padre le entregó sus ahorros pero no eran suficientes. “Una plaza en la patera es más cara en el mes de junio”, le comentaron a su padre. Solo quedaba una alternativa, vender las joyas de la madre. “Este capítulo es quizás el más doloroso para nuestro chico. Él sabía lo valiosas que eran esas joyas, no por su valor económico, sino por el emocional. Eran su regalo de boda, su dote. Agradecido, juró que trabajaría todo lo necesario para recompensar a la madre”, explica la educadora del centro.
El día de la despedida
Jaouad salió de una playa de Nador para embarcar rumbo a alguna costa española. No importaba cuál. Lo que a Jaouad no le habían contado es que en una embarcación irían 60 personas, y que tras 27 horas en alta mar, la embarcación se rompería y que pensaría que aquel día podría ser el último de su vida. Afortunadamente, no fue así. Tras ser rescatados por Salvamento Marítimo, empezó su nueva vida.
“Uno de los principales miedos que tenía Jaouad al llegar a nuestro centro era el poco margen temporal que tenía para la temida mayoría de edad. Tenía miedo a que llegara el día de su 18 cumpleaños. Qué paradoja”, indica Siham Khalifa El Abdi. “Jaouad es un joven lleno de sueños y ganas de prosperar para ayudar a su familia a salir de una situación de extrema necesidad. Desde un primer momento destacó por su excelente comportamiento, su autonomía y su capacidad de integración. Siempre dispuesto a ayudar a los demás”.
Su educador y tutor de referencia, José Gonzalo Muñoz Martín, profesional con una amplia trayectoria en la atención a la infancia y adolescencia, define al joven como “el ser más noble y bondadoso que jamás ha atendido”. Con capacidad de negociación con los profesionales y con sus iguales, siempre ha sido una figura clave en el buen funcionamiento del centro. “Un chico respetado y querido por todos y todas”, aseguran desde el recurso granadino. “Incluso en los momentos de frustración e incertidumbre, ha sido capaz de esbozar una sonrisa. De hecho, para mi compañero Yeyo, esa sonrisa es sanadora y reforzante, te hace sentir bien y te recuerda que tu labor es importante”, señala Siham Khalifa El Abdi.
La mayoría de edad
Y llegó el día del 18 cumpleaños, pero el equipo de la unidad de Atención Inmediata de Dúrcal tenía claro desde el principio que no iba a permitir que éste fuera un día triste para el joven Jaouad. Y no lo fue.
El equipo de Dúrcal se ha esforzado mucho para encontrar un recurso de Alta Intensidad para jóvenes extutelados. Este tipo de recursos están destinados a la inserción socio-laboral de los jóvenes inmigrantes mayores de 18 años mediante la convivencia en pisos de autonomía. El objetivo es preparar a los jóvenes para su total emancipación e independencia, dotándoles de las herramientas necesarias para ello. Están destinados a acoger a jóvenes de entre 18 y 21 años que previamente han estado tutelados. Pueden permanecer en este tipo de recursos un máximo de 12 meses, prorrogables excepcionalmente hasta alcanzar los 18 meses. “Sabíamos que era difícil encontrar una plaza en un recurso de este tipo en tan poco tiempo, pero lo conseguimos. La triste realidad es la escasa oferta de recursos existentes para los mayores de edad”, apunta Siham Khalifa.
De hecho, en el momento de alcanzar su mayoría de edad, Jaouad no consiguió plaza en uno de estos recursos de alta intensidad, pero sí en una asociación que le abrió sus puertas sin límite de tiempo de permanencia, sabiendo previamente que se trataba de un joven excepcional. Se trataba de la Asociación Escuela Solidaridad de Atarfe (Granada), recurso en el que, tras una convivencia comunitaria entre muchas personas con distintas situaciones personales y liderada por su presidente, Ignacio Pereda Pérez, Jaouad encontró un buen lugar donde permanecer mientras el equipo de SAMU seguía trabajando por mejorar su situación y ofrecerle oportunidades.
“Afortunadamente, antes de que Jaouad cumpliera sus 18 años, desde nuestro recurso pudimos tramitar su Carta Nacional de Identidad, su Pasaporte y asegurar su Resolución de Desamparo por parte de la Administración Pública competente. También pudimos solicitar su Permiso de Residencia por Circunstancias Excepcionales, permaneciendo actualmente a la espera de respuesta”, explica Siham Khalifa.
“Su paciencia y la perseverancia de todo el equipo profesional de nuestro recurso han hecho posible que, desde el 13 de marzo, Jaouad disfruta de una plaza en un recurso para extutelados en Ciudad de los Niños, Granada, pendiente de iniciar formación específica acorde a sus capacidades y reforzando el aprendizaje de la lengua española. Hoy más que nunca, Jaouad es consciente de que el lenguaje es la principal puerta a la integración”.