Más de un centenar de alumnos de la Escuela de Emergencias SAMU participaron el 5 de diciembre en el primer simulacro integral del curso 2017-2018. Es el primer ejercicio del año en el que participan estudiantes de diferentes especialidades, con el objetivo de que aprendan a trabajar en equipo y a coordinarse entre ellos.
En concreto, en esta actividad, que se desarrolló en un solar cercano a la Escuela, participaron 104 personas, entre víctimas y sanitarios. Entre ellos, se encontraban los alumnos del primer y segundo curso del ciclo de Técnico en Emergencias Sanitarias (TES) y los estudiantes de primero del curso de Técnico de Cuidados Auxiliares de Enfermería (Tecae) -ambos pertenecientes al programa académico de Formación Profesional-, además de los alumnos del Máster Propio en Atención Prehospitalaria, Catástrofe y Acción Humanitaria de la Universidad de Sevilla, dirigido a enfermeros, y del Máster en Emergencias Médicas Fundación San Pablo Andalucía CEU, dirigido a médicos. También participaron en la actividad ocho instructores de la Escuela SAMU.
“A lo largo del año se realizan hasta cuatro simulacros integrales. En el primero, los alumnos aún están verdes y sólo saben la teoría. Los lanzamos al agua directamente y van un poco a ciegas, pero eso nos ayuda a los profesores a saber cómo se desenvuelven en un escenario complejo, cómo reaccionan en situaciones límites y en qué aspectos tenemos que incidir más”, explica Andrés Rodríguez, instructor de la escuela.
En esta ocasión, había un único escenario: el derrumbe de una estructura en un aparcamiento subterráneo provocando un total de 30 víctimas. El simulacro duró dos horas y se desarrolló por la mañana.
Los alumnos de segundo del curso en Técnico de Emergencias Sanitarias, con más experiencia en este tipo de actividades, fueron los encargados de dirigir a los diferentes profesionales. “Los alumnos más veteranos ya saben cómo evacuar a las víctimas y cómo priorizar los pacientes según su estado, mientras que los alumnos del máster sólo saben la teoría y éste es su primer ejercicio práctico integral. Por eso, a cado alumno se le asigna un compañero de segundo curso de TES para que le ayude y oriente”, comenta Andrés Rodríguez.
El escenario, en las proximidades de la escuela, fue un edificio en ruina, oscuro, húmedo y lleno de escombros, muy práctico para este tipo de actividades. Durante este primer simulacro, los alumnos aprendieron a gestionar y a dividir el espacio en zonas para facilitar el trabajo de los profesionales, es decir, en qué dirección hay que evacuar a los heridos, dónde establecer el puesto médico avanzado, la zona de triaje y el puesto de carga de ambulancias. Esto se conoce como zonificación.
El segundo simulacro integral de este curso en Escuela SAMU se celebrará el próximo 31 de enero, y está previsto que participen efectivos de la Unidad de Explosivos del Ejército del Aire, de la Policía Nacional y del cuerpo de Bomberos de Sevilla. Los siguientes serán en marzo y junio.
Antes de que se fueran de vacaciones de Navidad, el día de la entrega de notas, los alumnos del curso en Técnico de Emergencias Sanitarias (TES) realizaron un nuevo ejercicio práctico con el objetivo de que aprendieran a ejercer de líderes y a coordinar una situación crítica con múltiples víctimas.
Según explica Andrés Rodríguez, profesor de la Escuela SAMU, los TES están acostumbrados a seguir pautas y órdenes de otros profesionales del sector y no a darlas ellos. Sin embargo, en un escenario real, si ellos son los profesionales más antiguos o los primeros en llegar al punto de impacto, serán los encargados de coordinar la crisis y los diferentes trabajos. Por esta razón, la filosofía de la Escuela SAMU es preparar y formar a los futuros profesionales sanitarios para enfrentarse de forma eficaz a cualquier escenario posible.