Proyecto Voluntariado Intergeneracional: cuando los usuarios de Santa Ana prestan ayuda

La Residencia Santa Ana de la Fundación SAMU, que atiende a personas gravemente afectadas con daño cerebral sobrevenido, ha puesto en marcha el proyecto Voluntariado intergeneracional, una iniciativa que convierte a estas personas en prestadores activos de ayuda a terceros en lugar de ser receptores de esa ayuda, fomentando su compromiso social y su autoestima.

A través de este proyecto, los responsables del centro pretenden crear “contextos integradores” que faciliten la inclusión de las personas residentes en la vida social, en este caso, planificando un marco desde el “aprendizaje servicio”. Esta fórmula consiste en prestar un servicio solidario destinado a atender necesidades reales y sentidas de una comunidad, y que en este caso se ha concretado en un voluntariado con personas mayores usuarias de una Unidad de Estancia Diurna (UED).

Los participantes en el Voluntariado intergeneracional abordan desde el planteamiento del proyecto (detectando necesidades y realizando propuestas) a la evaluación (reflexionando sobre la intervención y su mejora), articulando procesos de reflexión, trabajo colaborativo y competencias para la ciudadanía.

“El aprendizaje servicio es un proyecto con utilidad social. Es un reto de transformación de la realidad en el que se invierten los roles. Esta vez somos nosotros los que ayudamos, en este caso, a través de la realización de un voluntariado con personas mayores usuarias de una UED, prestando un servicio a la comunidad, favoreciendo la normalización, potenciando el sentimiento de utilidad y mejorando, en definitiva, su calidad de vida”, explica Cristina González-Valdayo Benítez, pedagoga de la Residencia Santa Ana.

González-Valdayo señala que la función del equipo con las personas mayores consiste en ofrecer apoyo a las actividades que ellos realizan dentro de su programación anual. “Nos ajustamos cada jueves a ellas, ayudándoles a realizarlas, dialogando con ellos y participando también en su realización. Los primeros días propusimos nosotros las actividades a través de dinámicas de presentación para conocernos e ir sentando las bases de comunicación y relación”, subraya.

Las actividades incluyen dinámicas de presentación, manualidades, estética y maquillaje, puzles, bailes, adivinanzas, conversaciones y apoyo en sus tareas, entre otras.

“El proyecto ha tenido una acogida entusiasta por parte de todos los participantes y su motivación ha contagiado a personas que en un principio no mostraron interés por participar. Los encuentros son cada vez más participativos y afectivos, fruto del afianzamiento en las relaciones sociales”, aplaude Gómez-Valdayo, que avanza que su equipo retomará este proyecto en septiembre.

La consejera de Bienestar Social de Castilla-La Mancha visita la residencia Santa Teresa

La consejera de Bienestar Social del Gobierno de Castilla-La Mancha, Aurelia Sánchez, visitó el 19 de julio la residencia para personas con discapacidad intelectual Santa Teresa de Villafranca de los Caballeros (Toledo), gestionada por Fundación SAMU, con el objetivo de conocer las instalaciones y el trabajo en uno de los centros más representativos del sector en la región.

La consejera de Bienestar Social estuvo acompaña del director general de Personas Mayores y Discapacidad, Javier Pérez; el director provincial de Bienestar Social en Toledo, Gregorio Gómez, y el alcalde de la localidad, Julián Bolaños, al que agradeció su acogida. “Estamos en un municipio que tiene unos recursos muy importantes para atender a los colectivos más vulnerables”, señaló.

La representante del Gobierno de Castilla-La Mancha realizó un recorrido por las instalaciones de la Residencia Santa Teresa y dedicó su tiempo a saludar a los chicos y chicas del centro, y a hacerse algunas fotografías con ellos. Todos recibieron esta ilustre visita con mucha ilusión y regalaron a los políticos objetos de artesanía que habían creado ellos mismos de forma previa a la visita, como una de las actividades más de su jornada.

Durante la visita, la consejera de Bienestar Social y sus acompañantes visitaron el huerto de la residencia, la clase de musicoterapia, el taller de laborterapia y las clases de gimnasia, que representan algunas de las actividades terapéuticas, formativas, de entretenimiento y de integración social que forman parte del programa de Santa Teresa.

Coincidiendo con la visita, Aurelia Sánchez destacó que “los datos de dependencia ya sitúan a Castilla-La Mancha en la senda de recuperación, con más de 54.000 personas incorporadas en el Sistema de Dependencia, 20.000 más en esta legislatura, y que tienen más de 65.000 prestaciones”.

La consejera celebró la intención del Gobierno de España de aprobar una ley para garantizar la capacidad jurídica de las personas con discapacidad, punto que ya está recogido en la ley de Protección y Apoyo Garantizado para Personas con Discapacidad en Castilla-La Mancha, recientemente aprobada.

La nueva singladura de Disfrutamar

El programa Disfrutamar, impulsado por Fundación SAMU en colaboración con la Obra Social La Caixa, ha superado una nueva fase en su desarrollo con otra experiencia piloto en aguas abiertas con los usuarios de la residencia San Sebastián de Cantillana (Sevilla) con el objetivo de familiarizar a los participantes con el mar, la seguridad a bordo y los conceptos náuticos básicos.

Disfrutamar es un proyecto pionero en el ámbito de la discapacidad intelectual enfocado a la mejora de la calidad de vida de las personas a través de la náutica y el deporte.

El programa quiere aprovechar las ventajas de la náutica para propiciar el desarrollo de los vínculos personales e interpersonales y de las habilidades de comunicación entre terapeuta, instructor y el deportista y entre ellos mismos en un ambiente de dispersión y relajación.

“Con 8.000 kilómetros de costas, España es un país donde tenemos una gran orientación al mar, especialmente en Andalucía, gracias a su clima y a su instalación náutica de primer orden”, ha explicado Borja González de Escalada, vicepresidente de la Fundación SAMU. “Con esta iniciativa, queremos que las personas discapacitadas adquieran nuevos aprendizajes referidos tanto a la comunicación con los demás como a la expresión y el reconocimiento de sus propias sensaciones”.

El proyecto respaldado por Obra Social La Caixa afrontará en el último trimestre del año una nueva fase que consistirá en participar en alguna regata del calendario de Puertos de Andalucía. La última parte del programa se desarrollará con los estudiantes de Educación Física, dentro de su asignatura de Deporte y discapacidad, en la que Fundación SAMU intentará dar a conocer a los alumnos las dificultades y los beneficios de trabajar con este colectivo para proporcionarles una base de conocimiento y experiencia con la que poder desempeñar su trabajo en el futuro.

La planificación incluye una fase de análisis de las experiencias vividas a través de las fases del programa y los beneficios que se han cosechado.

Además, se organizará una jornada en la que se volverán a subir a bordo y podrán aprender en fase práctica lo analizado en el aula. Este formato de trabajo se prorrogará con las distintas organizaciones con las que Fundación SAMU colabora y la intención es hacerla extensible a otras provincias.

¿Cómo afectan las drogas a la salud mental?

Con demasiada frecuencia, los jóvenes consumidores desconocen los efectos que las drogas pueden tener sobre su salud mental. Los datos son claros: España es de los países europeos donde más se consume. Las drogas con mayor prevalencia de consumo son el alcohol (77,6%), el tabaco (40,2%) y los hipnosedantes (12,0%), seguidos del cannabis (9,5%) y la cocaína (2,0%), según el Informe del Observatorio Español de las Drogas y las Adicciones, elaborado con datos de 2015.

La doctora Irene Pérez Zapico, psiquiatra de la clínica de salud mental SAMU Wellness, en Sevilla, tiene claro que “falta conciencia” de los efectos del consumo de drogas entre los adolescentes y que ese desconocimiento está condicionado frecuentemente por el nivel socioeconómico y cultural. Pérez habla desde la experiencia, puesto que percibe en sus consultas un consumo “extenso y normalizado” de cannabis entre los jóvenes y advierte de que ese consumo interfiere con frecuencia con trastornos mentales.

“Todas las drogas pueden tener algún efecto sobre la salud mental”, apunta la psiquiatra, que concreta que pueden desencadenar un trastorno mental o agravar un trastorno preexistente. Con frecuencia, están asociadas a trastornos afectivos (depresión, ansiedad…) y, en casos más graves, a trastornos psicóticos. Sin embargo, los efectos son variables según cada droga. Le hemos preguntado por las tres más frecuentes en España:

Alcohol: Éste tiene unos riesgos orgánicos por todos conocidos. Suele usarse como vía de escape y tiene un efecto directo de desinhibición. Sin embargo, el efecto posterior es depresivo. “Si hay un cuadro depresivo de base y se tiende al consumo del alcohol para desconectar, lo que hacemos es agravarlo”. Si no existe ese cuadro previo, puede desencadenarlo.

Cannabis: “Muchos estudios muestran la relación entre trastornos mentales psicóticos con el consumo de cannabis”, comenta la psiquiatra. La investigación Relación entre consumo de drogas y predisposición a tener desórdenes del espectro esquizofrénico, de los profesores de la Universidad de Almería García Montes, Zaldívar Basurto, Moreno Montoya y Flores Cubos, concluye que “las personas que muestran un perfil de consumo de riesgo al alcohol y al cannabis también presentan niveles (puntuaciones) mayores de esquizotipia” (el conjunto de características de la personalidad relacionadas con la esquizofrenia).

Otro estudio concluye que la presencia de un determinado genotipo (ATK1) influye en el riesgo psicótico asociado al cannabis. Todos estos estudios corroboran la experiencia práctica de la doctora Pérez: “La mayoría de pacientes jóvenes que ingresan por trastornos psicóticos tiene un consumo de cannabis asociado”.

Sin embargo, la relación entre el consumo de cannabis y los trastornos psicóticos (particularmente, la esquizofrenia) ha sido objeto de un largo e inacabado debate. El matiz es: ¿El consumo desencadena el trastorno o lo que ocurre es que muchas personas psicóticas acuden al efecto ansiolítico del cannabis? “La causa-efecto no está demostrada”, comenta la experta.

El consumo puede ser un también un desencadenante de que, a largo plazo, un primer episodio psicótico evolucione hacia una esquizofrenia. No obstante, hay excepciones. “Es raro, pero hay personas muy susceptibles a los tóxicos que pueden presentar un episodio agudo o síntomas aislados, y que, cuando se para el consumo desaparece”.

Cocaína: es un excitante que genera una adicción muy rápida. Incidir sobre el consumo y mantener la abstinencia es complicado, comenta la psiquiatra. “Por eso se relaciona a problemas de ansiedad y a cuadros depresivos“, señala la especialista. También puede tener relación con patologías psicóticas.

Además del tipo de droga, la forma y regularidad del consumo influye en la afectación a la salud mental. “Si hablamos de cocaína, no es lo mismo un consumo de fin de semana asociado a alcohol y fiestas, que un consumo diario o habitual en una persona que lo usa como método de evasión y lo consume incluso en soledad”, explica la experta. En el caso del consumo de fin de semana hay que tener en cuenta la predisposición genética o biológica de desencadenar un trastorno mental. No obstante, Irene Pérez advierte: el consumo esporádico no elimina el riesgo de dependencia o de sufrir el síndrome de abstinencia y es, obviamente, la vía de entrada a un consumo regular y a la adicción.

La mayoría de las drogas intervienen en el sistema de recompensa de nuestro organismo y actúan sobre áreas cerebrales alteradas en trastornos mentales. ¿Hay relación de causalidad? “En la práctica es complicado establecer qué es lo que causa que, sobre todo con un cuadro agudo”, comenta la especialista, que añade que la información que aporta la familia es clave. Para los pacientes puede ser difícil reconocer una adicción y un trastorno mental.

Una vez diagnosticado el cuadro, ¿qué hacer? Aparte de los fármacos que generan un efecto adverso en caso de consumo, hay otros que inciden sobre el sistema de recompensa y pueden reducir el deseo. Pero además de los fármacos para el tratamiento de la adicción física, hay terapias para abordar la dependencia psicológica.

En la clínica de salud mental SAMU Wellness el tratamiento se adapta a cada situación y a la historia personal y familiar del paciente, individualizando las intervenciones. Si el episodio psicótico muestra un paciente fuera de la realidad se procederá al ingreso, siempre teniendo en cuenta el apoyo familiar. Una vez que se trata el episodio agudo y el tratamiento farmacológico permite una mejora, Irene Pérez comenta que “lo ideal es hacer algún tipo de psicoterapia” para mitigar y acabar con la dependencia psicológica.

SAMU Wellness dispone de un programa de hospital de día, muy útil para personas dependientes porque permite estructurar horarios, llevar la dinámica del día a día y alejarlas de contextos que pueden incitar al consumo. Hay una programación diaria de actividades, basada en talleres de terapias grupales, que cumplir con el objetivo de la clínica: funcionar como comunidad terapéutica.

Escuela SAMU: trampolín hacia el mercado laboral

La Escuela de Emergencias SAMU es mucho más que un centro de formación donde adquirir conocimientos sanitarios, es un puente hacia la inserción laboral y un futuro profesional en un país donde el paro juvenil ronda el 40%. Prueba de ello es que pocas semanas después de la graduación de los alumnos que este año han finalizado el curso de FP de Grado Medio en Técnico de Emergencias Sanitarias (TES), el 100% de estos estudiantes ya habían recibido una oferta de trabajo.

El 56% de los alumnos de TES de Escuela SAMU trabajan actualmente en Grupo SAMU, mientras que el resto lo hacen en otras empresas del sector de las emergencias y las ambulancias. Sólo el 8% de los alumnos que se han graduado este año en TES a través de Escuela SAMU no cuentan con un contrato de trabajo, no por la falta de una oferta laboral, sino porque han decidido continuar con sus estudios o han preferido no trasladarse a otras ciudades, entre otros motivos, rechazando así el puesto de trabajo ofertado.

SAMU es un referente para numerosas empresas del sector, una puerta hacia el empleo, como demuestran la alta tasa de inserción laboral de los alumnos de la Escuela.

Nuestros estudiantes no sólo son valorados dentro de nuestras fronteras, también en el extranjero. Ambulancias ASM, Ambulancias Tenorio, Ambulancias Pajares, corporaciones municipales o el propio SAMU son algunas de las entidades que apuestan por nuestros alumnos.

Escuela SAMU ofrece a sus estudiantes desde hace 30 años una completa formación especializada en urgencias, emergencias, atención a las catástrofes y acción humanitaria. Dentro de la oferta académica destacan los cursos de FP de Grado Medio en Técnico de Emergencias Sanitarias (presencial y semipresencial), Técnico en Cuidados Auxiliares de Enfermería y Técnico en Inserción Social, además del máster en Emergencias Médicas de la Fundación CEU San Pablo y el máster en Atención Prehospitalaria, Catástrofe y Atención Humanitaria de la Universidad de Sevilla, dirigido a enfermeros.

La Escuela de Emergencias SAMU abrió sus puertas por primera vez en otoño de 1990, coincidiendo con la inauguración del primer máster de Medicina. Treinta y tres profesionales se formaron aquel curso en soporte vital y traslado de pacientes críticos en prehospitalaria con SAMU, ya que ésta fue la primera entidad en introducir ambulancias de Soporte Vital Avanzado en España.

En 1994 se incorporó el máster de Enfermería y a lo largo de estos casi 30 años ambos cursos no han dejado de evolucionar hasta ofrecer una completa formación especializada en urgencias, emergencias, atención a las catástrofes y acción humanitaria, que cuenta con la acreditación de la Universidad de Sevilla y la Fundación CEU San Pablo. Fue durante el curso 2012-2013 cuando la Escuela decidió ampliar su oferta académica e incorporar Cursos de Formación profesional de Grado Medio.

Sebastián Girón, psiquiatra: “Una buena vinculación afectiva confiere al niño capacidad de resiliencia”

Sebastián Girón es psiquiatra del Centro de Tratamiento Ambulatorio de Drogodependencias de Cádiz. Será uno de los ponentes destacados de la jornada científica sobre el apego y su trascendencia en el desarrollo emocional que organiza Fundación SAMU el 18 de octubre. Hablamos de una teoría desarrollada en la segunda mitad del siglo pasado a partir de los estudios de John Bowlby. Este psicoanalista inglés descubrió que el bienestar psicológico depende fundamentalmente del sentimiento de “sentirse seguro”. La conclusión era evidente: las relaciones tempranas y su «calidad» son determinantes para el desarrollo de la personalidad y de la salud mental. Mary Ainsworth amplió y perfeccionó estos conceptos a partir de diversos experimentos.

Girón explica por teléfono que Konrad Lorenz (premio nobel de Medicina en 1973) ya había descubierto ese vínculo animal con su célebre experimento con gansos: cogió unos huevos y fue el primer ser vivo que vieron las crías, que a partir de entonces le siguieron como si de su madre se tratara. «En los seres humanos ese vínculo tiene la función principal a nivel biológico de garantizar la supervivencia del individuo y la especie, y además sirve para establecer la relación afectiva con el cuidador», explica Girón, antes de añadir que un apego seguro dará al niño (y al adulto, a largo plazo) la seguridad para afrontar mejor las dificultades que le presente la vida. Por el contrario, el apego inseguro les hará vulnerables al estrés y los traumas.

– ¿Qué consecuencias tiene en el desarrollo del niño la creación de un vínculo afectivo y una situación de apego “sanos”?

– La relación de proximidad que tienen los bebés con sus cuidadores cubre una doble función: que el adulto esté cercano al bebé para protegerlo en caso de peligro y que el bebé, al ser adecuadamente protegido, se perciba a sí mismo como alguien valioso y perciba a los demás como personas que van a socorrerlo en caso de necesidad. Cuando estas funciones se desarrollan de forma apropiada, el bebé establece un vínculo afectivo, es decir, amoroso, con sus cuidadores. Esa relación primaria y nutricia es básica para el aprendizaje de la autorregulación de los estados emocionales, para el desarrollo cognitivo y para nuestra capacidad de vivir en sociedad. Un bebé que ha establecido una relación de apego segura con sus cuidadores está mejor dotado psicológica y emocionalmente para afrontar situaciones difíciles de la vida. Una buena vinculación afectiva confiere al niño capacidad de resiliencia.

No obstante, la vinculación de apego no depende sólo del bebé. Al principio de la vida dispone de muy pocas conductas de apego, conductas que atraen la atención y suscitan los cuidados maternales (el llanto primero, y luego la sonrisa) por lo que son los adultos que cuidan los que tienen activadas dichas conductas y se mantienen alertas y próximos al bebé. Es imprescindible que el cuidador sea sensible a las señales de necesidad de apego del bebé, sea empático, responda lo mas adecuadamente posible (pida ayuda si se siente incapaz de atender al bebé) y de forma consistente (que la mayor parte de las veces responda de una forma parecida en los momentos en que el niño se estrese).

– ¿Qué trastornos se desarrollan a partir de un apego inseguro?

-En los años 70 y 80 del pasado siglo, un grupo de investigadores liderado por una psicóloga norteamericana, Mary Ainsworth, estudió detenidamente las conductas de apego hacia sus padres de niños de entre uno y tres años en diferentes poblaciones. Sobre dos terceras partes de los niños evaluados exhibían conductas que podían considerarse como seguras, en tanto que el tercio restante, manifestaban conductas que fueron descritas como inseguras, divididas en tres categorías distintas. Niños que no manifestaban ninguna conducta de búsqueda de proximidad en situaciones de estrés; niños que exageraban conductas de búsqueda de proximidad, sobre todo a través del llanto y de rabietas inconsolables; y, por último, un pequeño grupo de niños cuyas conductas de búsqueda de proximidad no estaban organizadas en un patrón predecible de comportamiento. De estos niños que presentaban conductas de apego inseguro, lo que se sabe a día de hoy es que son especialmente vulnerables para afrontar situaciones difíciles de la vida y que algunos de ellos podrán desarrollar en la vida adulta trastornos de la personalidad. Especialmente los niños que presentan conductas de apego inseguro-desorganizado.

– ¿Existen los grupos de riesgo en este tipo de trastornos?

– Se han realizado estudios para conocer si el resultado final de cómo es un vínculo de apego está relacionado con lo congénito o con lo ambiental. Se sabe que hay niños de temperamento fácil y bebés de temperamento difícil. Es evidente que ese temperamento influye en el cuidador. Es mucho más fácil relacionarse con un bebé tranquilo que con uno difícil. Aunque un cuidador tenga buenas cualidades, si un bebé es difícil va a haber mas riesgo de que se pueda desarrollar un apego inseguro. Sin embargo, si cuidamos del cuidador (si se le da tiempo de “recreo” con respecto a los cuidados de estos niños), el riesgo de que se desarrolle un apego inseguro en el bebé disminuye considerablemente, ya que un cuidador “cuidado” es mas tolerante a las dificultades que pueda encontrarse con su bebé.

– ¿Hay una influencia de factores socioeconómicos o culturales?

– Cuando Mary Ainsworth y su equipo realizaron sus investigaciones lo hicieron con diferentes muestras poblacionales, en diferentes lugares del mundo y con distintos estratos sociales y económicos. Y los resultados eran similares en la distribución de proporciones de apegos seguros e inseguros. El estatus económico, por tanto, no es un factor que influya directamente en el tipo de apego. Sí lo es cualquier situación que estrese a los cuidadores y que no sea bien manejada por ellos (crisis de empleo, de economía doméstica, emigración, enfermedades crónicas, muertes prematuras de miembros de la familia, etc.).

– ¿Hay una mayor predisposición a desarrollar estos problemas en los padres que a su vez los han sufrido?

– Numerosos estudios realizados sobre la transmisión intergeneracional de los patrones de apego atestiguan que efectivamente hay una mayor predisposición a que los niños desarrollen un tipo de apego similar al que su cuidador principal tuvo en su infancia. Este conocimiento ha invitado a los investigadores a tratar de averiguar qué medidas se pueden tomar para prevenir esa transmisión intergeneracional.

– ¿Se puede realizar una intervención externa para mejorar el apego?

– Claro. En este sentido, el pionero nuevamente fue Bowlby, quien se dio cuenta en los años 40 del pasado siglo, de que dedicar atención terapéutica a madres que tenían hijos con patrones de apego inseguro se traducía en una mejoría en la conducta de los niños. Parece que la condición para que se pueda revertir el tipo de apego inseguro en un niño es el establecimiento de una relación fuerte, íntima, de calidad afectiva, con un adulto disponible, cálido, consistente y empático. Cualidades que deben tener educadores o monitores que trabaje con niños, así como los profesionales de la psicoterapia. Cuanto más dañado esté el vínculo de apego en un niño, mas complicado va a ser poder revertirlo.

– ¿Se presta atención a estas cuestiones en las fases prenatal o en las primeras fases de la crianza?

– Pienso que en estos casos es mucho más fácil prevenir que tratar (o curar). Sé que en los programas de preparación están incluidos como temas a tratar, pero imagino que dependerá de la importancia y del conocimiento que los profesionales tengan para impartir esta formación. Igualmente, en los programas postnatales (el niño sano), se pueden hacer intervenciones dirigidas a detectar posibles problemas de apego y a ayudar a los padres a mejorarlos o corregirlos. A mi juicio, ese es el contexto preventivo ideal.

Cada familia establece una relación afectiva que considera conveniente con el niño o niña. Esta dimensión tan íntima y personal, de espacio familiar inviolable (excepto en casos delictivos) puede también provocar que no se detecten pautas relacionales «insanas».

– ¿Puede un educador corregir la relación afectiva establecida en una familia?

– Si no hay constancia de que se produzca un trato que pueda ser calificado como delictivo, no es posible una intervención si los padres no hacen ninguna demanda de ayuda u orientación. Y también es cierto que cada padre, como educador, establece prioridades o criterios educativos que pueden determinar cómo va a ser el futuro comportamiento del niño.

No obstante, yo subrayaría que la función educativa está relacionada, pero es distinta que la función de apego. Un niño que se está vinculando con un apego seguro con sus cuidadores, cuando empezamos el trabajo de educación (socializarlo a través de que interioricen normas) va a protestar cuando sea frustrado en algo, pero acabará asumiéndolo porque confía en que sus cuidadores lo que rechazan de él es una conducta inapropiada. Sin embargo, en un niño con un apego inseguro, el acto de reñirle puede conllevar que lo experimente como un daño añadido al que está sintiendo por esa falta de seguridad en su valía personal. En este caso la trascendencia psicológica del mismo acto de “reñir” o “corregir” al niño es completamente distinta.

Respetando las formas en que cada familia cree que debe educar, lo más importante para que el proceso de socialización sea exitoso, es que cuidemos de que el apego sea seguro. Para lo cual una buena preparación y formación en este tema de los agentes sociales que puedan detectar disfunciones del apego, así como la realización de actividades dirigidas a orientar y ayudar a los cuidadores podrían ser el mejor recurso para prevenir todos los trastornos relacionados con los apegos inseguros.

Sebastián Girón: el apego como vínculo afectivo