De la Universidad de Texas a la Escuela de Gelves para pasar a la acción

Cerca de una treintena de estudiantes norteamericanos de Premedicina de la Universidad de Texas, en Dallas (Estados Unidos), han participado este verano en la Escuela de Emergencias SAMU, situada en el municipio sevillano de Gelves, en un intenso y completo curso de emergencia prehospitalaria (Prehospital Emergency Assistance Course), como formación básica para la intervención en emergencias.

Estos alumnos norteamericanos han acudido al centro de formación de SAMU divididos en dos grupos y durante dos semanas diferentes, ambos durante el mes de julio. El primer equipo contó con once participante, y quince el segundo.

Durante cuatro días, los estudiantes han participado en un intenso curso de formación que incluía clases teóricas y numerosos ejercicios prácticos, siguiendo así el lema que fomenta la Escuela: aprende haciéndolo. “Son alumnos con una base teórica muy fuerte pero apenas han practicado con pacientes reales”, explica Juan González de Escalada, director de la Escuela SAMU. “Durante su formación en EEUU, acompañan a los profesionales, ellos le llaman hacer de sombra, pero no tocan al paciente. De ahí que este curso sea tan interesante y útil para ellos”, continúa el director. “El hecho de que tengan una importante base teórica nos ha permitido avanzar más rápido en este campo y poder hacer muchos más ejercicios, completando así su formación”.

Las jornadas han sido “maratonianas”, recuerda Juan González de Escalada. El equipo de SAMU recogía a los estudiantes de su residencia a las ocho de la mañana y regresaban a las diez o diez y media de la noche. El programa ha incluido lecciones y talleres de soporte vital básico y soporte vital avanzado, inmovilización de pacientes, asistencia a múltiples víctimas y cómo coger vías venosas a los pacientes, además de ejercicios de gestión integral en los que se simulaban accidentes de tráfico, entre otras catástrofes, y se le prestaba especial atención al trauma prehospitalario.

El sistema prehospitalario en EEUU, a diferencia del español, no cuenta con la participación de médicos, sino que son los paramédicos los encargados de salir a la calle y atender a las víctimas en una emergencia. “Este curso les permitirá a los alumnos, todos ellos médicos en formación, ser capaces de valorar en un futuro el servicio prestado por los paramédicos”, explica Juan González de Escalada.

Tras cuatro intensos días, el curso concluyó con un ejercicio integral final, en el que los alumnos pusieron en práctica todo lo aprendido. Así, se simularon accidentes de tráfico y ferroviarios con múltiples víctimas. Para hacerlo lo más real posible, se utilizaron efectos especiales de sonido y humo, y se caracterizó con maquillaje a las personas que voluntariamente participaron como pacientes, entre ellas el director de la propia Escuela, como se puede apreciar en la foto de portada de esta revista.

El curso, impartido íntegramente en inglés con personal bilingüe, ha contado con tres instructores, además de un profesional encargado de la logística y el director del centro. Éste ha sido muy valorado por los alumnos en todos los aspectos, desde los profesores hasta los recursos y las instalaciones disponibles, y le han otorgado una nota media de 4,78 sobre 5, lo que pone de manifiesto su alto grado de satisfacción.

Ésta ha sido la primera vez que se ha desarrollado un curso de verano de estas característica y duración en la Escuela de Emergencias SAMU. El pasado año, también acudió al centro un grupo de estudiantes norteamericanos pero sólo durante un día.

Estos jóvenes forman parte de un programa lúdico-educativo y cultural puesto en marcha por la organización Global Education and Career Development Abroad, que facilita a los estudiantes estadounidenses prácticas en el extranjero en las que integran rotaciones en hospitales, cursos formativos como el de la Escuela SAMU y excursiones y visitas culturales por los alrededores de Sevilla, además de clases de español. Estos programas tienen una duración entre las cuatro y las seis semanas, durante el verano.

Más del 66% de los alumnos graduados hace un mes en la Escuela de Emergencias SAMU ya tienen un contrato de trabajo

Más del 66% de los alumnos graduados hace sólo un mes en Técnicos de Emergencias Sanitaria (TES) y en Técnico de Cuidados Auxiliares de Enfermería (TECAE) en la Escuela de Emergencias SAMU ya tienen un contrato de trabajo.

La incorporación al mercado laboral es una de las principales preocupaciones de los jóvenes ante la alta tasa de desempleo. Una formación completa y especializada, tanto en el campo teórico como en el práctico, es fundamental para conseguir un empleo en un país donde el paro juvenil supera el 40%.

La inserción es una realidad en SAMU, un referente para numerosas empresas del sector. La prueba está en que apenas un mes después de que los alumnos de los cursos de Formación Profesional en TES y TECAE se graduaran el pasado 27 de junio, el 66,19% ya tienen un contrato de trabajo. En concreto, de los 71 estudiantes que realizaron estos cursos, 47 tienen empleo.

Sevilla, Córdoba, Cádiz, Málaga, Huelva y Alicante son los principales destinos nacionales, a los que se suman Manchester (Reino Unido) y el sur de Portugal. Nuestros alumnos no sólo son valorados dentro de nuestras fronteras, también en el extranjero. Ambulancias ASM, Ambulancias Tenorio, Ambulancias Pajares, el Ayuntamiento de Coria del Río, Asistencia Los Ángeles o el propio SAMU son algunas de las entidades que apuestan por nuestros alumnos.

La Escuela de Emergencias SAMU ofrece a sus estudiantes desde hace casi 30 años una  completa formación especializada en urgencias, emergencias, atención a las catástrofes y acción humanitaria.

El curso de Formación Profesional de Grado Medio de Técnico en Emergencias Sanitarias (TES) consta de 2.000 horas en total. Está dirigido a personal no sanitario, técnicos, teleoperadores, celadores y auxiliares. A través de este curso de dos años, los alumnos aprenden a trasladar a pacientes a los centros sanitarios, prestar atención básica sanitaria y psicológica en el entorno prehospitalario, llevar a cabo actividades de teleasistencia sanitaria y a colaborar en la organización y desarrollo de los planes de emergencia, de los dispositivos de riesgo previsibles y de la logística sanitaria ante una emergencia individual, colectiva o catástrofe. En total se ofertan 120 plazas para el próximo curso 2017-2018: 60 en horario de mañana, 30 en horario de tarde y otras 30 en la modalidad de semipresencial.

En el caso del curso de Técnico en Cuidados Auxiliares de Enfermería (Tecae), se ofertan 20 plazas de mañana y otras 20 en horario de tarde. Este título está dirigido a auxiliares de enfermería en hospitalización, auxiliares de enfermería en geriatría y auxiliares de ayuda a domicilio. En total son 1.400 horas donde los alumnos adquieren los conocimientos necesarios para atender a colectivos con necesidades especiales como personas mayores, discapacitados, enfermos crónicos y convalecientes.

Unidos por la vacunación infantil

Cada año mueren en el mundo casi 6,3 millones de niños antes de cumplir los cinco años a causa de enfermedades que se podrían haber evitado con una vacuna. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), 22 millones de niños no tienen acceso a vacunas, lo que pone en riesgo su vida.

La Caixa y su Obra Social forman parte de la Alianza Empresarial para la Vacunación Infantil (Gavi, the Vaccine Alliance) y ofrecen a las empresas españolas la posibilidad de formar parte de esta iniciativa solidaria internacional. Recientemente, la Fundación SAMU se ha unido a esta alianza con la donación de mil euros, perpetuando y consolidando de este modo la colaboración entre SAMU y la Obra Social La Caixa.

Gavi, the Vaccine Alliance es una alianza público-privada que lucha contra la mortalidad infantil a través de la vacunación y el fortalecimiento de los sistemas sanitarios de los países más pobres del mundo. Desde su puesta en marcha en el año 2000, Gavi, the Vaccine Alliance ha vacunado a más de 500 millones de niños, lo que ha permitido salvar más de 7 millones de vidas, según la OMS.

La historia de Gavi comenzó a finales del siglo XX, cuando los esfuerzos mundiales de inmunización comenzaron a estabilizarse. A pesar del prometedor progreso de las dos décadas anteriores, el Programa Ampliado de Inmunización (PAI) aún contaba con 30 millones de niños que vivían en países pobres y que no estaban totalmente vacunados. La cobertura se estancó y en algunos lugares incluso disminuyó. A pesar de que se estaban obteniendo nuevas vacunas que salvaban vidas, más allá de las seis vacunas originales del PAI, prácticamente ninguna llegaba a los niños de los países en desarrollo, los que más los necesitaban porque eran demasiado caros, según explica la propia organización.

Esta iniciativa internacional reúne a los gobiernos de los países en desarrollo y donantes, a la Organización Mundial de la Salud, UNICEF, el Banco Mundial, numerosos representantes de la industria de vacunas de los países industrializados y en desarrollo, organismos de investigación y técnicos y fundaciones privadas como la Fundación Bill & Melinda Gates, entre otros, que en el año 2000 se comprometió a donar 750 millones de dólares en cinco años, permitiendo así el nacimiento de esta iniciativa.

El Instituto de Salud Global de Barcelona ISGlobal se unió en el año 2014 a la Alianza Empresarial como socio estratégico para dotar al proyecto de contenido técnico, académico y científico.

“Las empresas exigen jóvenes todopoderosos”

Abogado y doctor en Derecho, Francisco José Fernández (Alcalá del Río, Sevilla, 1971), es desde 2015 socio director del Grupo Consea, entidad especializada en el asesoramiento financiero y jurídico a empresas del ámbito público y privado, entre ellas SAMU.

 

¿Qué es Grupo Consea?
—Grupo Consea existe desde 1978. En sus comienzos se dedicó al asesoramiento financiero y en la década de los 90 y 2000 incorporó nuevos servicios como el asesoramiento de políticas públicas, compliance, reestructuraciones y un servicio de cobertura a los proyectos de innovación y tecnológicos.

En los últimos años se ha puesto de moda el concepto compliance, pero ¿qué es esto exactamente?
—Es una nueva exigencia en el mundo de la empresa que supone una cultura del buen cumplimiento. Asesoramos a las compañías para que no infrinjan la ley ni la ética empresarial, algo que puede ocurrir simplemente por desconocimiento. El tener implantado un servicio de compliance, exime de responsabilidad a los dueños o accionistas de la empresa en el caso de que se produzca alguna infracción.

—También es profesor. ¿Dónde imparte clases actualmente?
—Doy clase en los grados de Derecho, Economía y Relaciones Internacionales sobre contratación, que es mi especialidad, en la Universidad Loyola Andalucía, además de en los máster jurídicos sobre organización de empresa y modelo de gestión de despachos de abogados. Llevo 12 años dedicándome a la docencia.

—¿Se les exige hoy más a los jóvenes para acceder al mercado laboral?
—La juventud tiene ahora muchos inconvenientes para acceder al mercado laboral. Las empresas exigen jóvenes todopoderosos, que sepan idiomas, argumentar, escribir, que tengan habilidades sociales y humanas, capacidad de liderazgo, tener empatía y muchas cosas más. Esto hace que el nivel de frustración de los jóvenes a la hora de buscar trabajo aumente.

—¿Cómo aprende uno estas habilidades?
—Las empresas tienen parte de responsabilidad. Un buen plan de formación de una compañía no sólo implica que los trabajadores tengan una buena formación informática y técnica, sino también una buena formación humana, ética. En ese sentido, el proyecto que está desarrollando SAMU con la implantación del compliance dice mucho de la organización. En el fondo, la cultura del compliance lo que te imprime es un carácter y una forma de hacer las cosas que especialmente para los jóvenes es muy valorable.

—¿Cómo conoció el proyecto SAMU?
—El sector empresarial no es tan grande como parece, nos conocemos casi todos. Me llamó mucho la atención el proyecto y su historia, además de la forma que tienen sus directivos de entender el mundo de la empresa. Me apasiona ayudar al desarrollo de una compañía de este tipo. Me siento muy orgulloso.

—¿Cómo colabora con SAMU?
—Soy una pieza de apoyo para sus directivos en la evolución y la expansión del grupo. Aporto nuevas experiencias, marco un nuevo camino de estrategia en cuanto a la contratación pública y guío el proceso de la implantación del compliance dentro de la compañía.

—¿Cuáles cree que son las principales fortalezas de SAMU?
—Una cultura corporativa sana y un trabajo en equipo. Es una compañía que hace camino al andar y con un gran respecto por los trabajadores. Tiene muchas posibilidades de futuro. Creo que será una compañía con importantes metas.

—Y, como crítica constructiva, ¿algo en lo que deba mejorar?
—Lo mismo que le ocurre a todas las compañías en proceso de expansión: deben canalizar de forma más adecuada el futuro para no malgastar esfuerzos que no vayan a ningún sitio. Esto es un síntoma muy habitual en los procesos de expansión.

—¿Cuál es la clave del éxito empresarial?
— No hay reglas generales. Hoy ser empresario es una cultura de riesgo, pero hay algo en que coinciden los empresarios de éxito: la paciencia. Paso corto y vista larga, como dicen en el ejército.

—¿Qué consejo le daría a los jóvenes?

—Que busquen referentes en los que mirarse, que intenten tener buenos jefes de los que aprender, que sean exigentes con ellos mismos y que intenten desarrollar valores éticos, ya que con ellos se llega a todos lados.

Sanitarios que se convierten en rescatistas

La Escuela de Emegercias SAMU ha dado un paso más este año en su calendario de formación con la incorporación de un proyecto experimental que tiene como objetivo formar a profesionales sanitarios, de forma específica, en técnicas de rescate. Es el curso de Rescate en Entornos Cambiantes, que, además de adiestrar a estos especialistas todoterreno, tiene un carácter abierto y multidisciplinar: ha reunido cada martes en las instalaciones de Gelves, en Sevilla, a alumnos y exalumnos del centro, técnicos, personal de la plantilla de SAMU y también a personal externo relacionado con el mundo de las emergencias.

La iniciativa del director de la escuela, Juan Escalada, arrancó en enero bajo el liderazgo del bombero e instructor especializado en rescate Eduardo Sánchez. Una quincena de alumnos de diversos perfiles ha formado parte del equipo de trabajo, que se ha reunido durante la mañana de los martes en el campo de entrenamiento de Gelves. “Nuestro objetivo era que estos alumnos sepan desenvolverse en escenarios que te puedes encontrar en tu día a día, en la vida real, y que sean capaces de rescatar a personas de situaciones verdaderamente complejas”, relata Sánchez.

La formación comenzó “de cero”, con teoría. De forma progresiva, los alumnos han ido adquiriendo conocimientos y dominando técnicas. En primer lugar, trabajaron en autonomía vertical con el objetivo de que cada persona sea capaz de subir y bajar con cuerdas con seguridad y ser autosuficiente en una operación que requiera el uso de estos elementos.

Después, Sánchez y su equipo han desarrollado las más diversas operaciones de rescate en espacios abiertos y en espacios confinados: “desde un señor que está pintando una fachada y necesita asistencia sanitaria, a casos de politraumatismo que requerían inmovilización y evacuación en camilla, rescates en vertical en coche suspendido o, por ejemplo, rescates en espacios confinados como pozos o arquetas que requieren equipos de respiración y detectores de gases y explosividad”.

Los ejercicios han sido exigentes desde el punto de vista físico y también han requerido una gran concentración y autonomía por parte de todos los participantes a la hora de afrontar los rescates. A primera de cada jornada, el profesor plantea diferentes escenarios en el aula para que sean los propios participantes quienes vayan desarrollando sus planes de acción. Según explica Eduardo Sánchez, cada vez han ido demostrando más liderazgo y autonomía, aportando soluciones adecuadas para cada situación. Así, en los ejercicios de las últimas semanas, la intervención del instructor ha sido cada vez más puntual, pasando del liderazgo total en los ejercicios a una labor más centrada en la supervisión del trabajo de los alumnos y alumnas.

Aunque este tipo de formación ya se ha impartido en Escuela SAMU con anterioridad, es la primera vez que se hace de forma tan específica y sostenida en el tiempo, con prácticas de cuatro o cinco horas cada semana desde enero hasta junio, manteniendo a los alumnos activos y afianzando las técnicas con la práctica regular y con ejercicios imprevistos.

“La formación que hemos impartido es una formación de bomberos, no es habitual en el personal sanitario, pero aquí hemos ido más allá. El curso encaja muy bien con la filosofía de SAMU, que no enseña a sus alumnos de emergencias sólo a poner un vendaje, sino que les adiestra para estar en una catástrofe y saber actuar, a estar preparado para intervenir en cualquier escenario y a hacerlo de forma autónoma. En un rescate en altura o en un espacio confinado, estos alumnos ya tienen capacidad para ser autónomos, no dependerán de que los bomberos les tengan que trasladar de un sitio a otro como sujetos pasivos, y es un lujo poder trabajar con sanitarios así”, relata Sánchez.

El instructor valora la experiencia y avanza que la idea es que el programa de Rescate en Entornos Cambiantes continúe su desarrollo después del verano: “Después de todos estos meses de trabajo, como bombero puedo decir que yo me iría a intervenir en un rescate con este equipo con total garantía”, subraya.

Una estructura “a prueba de terremotos”

El cuerpo directivo de SAMU celebró el pasado mes su reunión anual con el objetivo de repasar logros y analizar los retos de la organización después de superar un año de adversidades, en palabras de Carlos Álvarez Leiva, fundador de SAMU, que presidió esta jornada de convivencia en el Parador de Carmona (Sevilla). “SAMU ha demostrado ser una organización a prueba de terremotos, con una estructura muy sólida que nos ha permitido superar el escenario tan complicado que dibujábamos en esta misma reunión hace un año”, señaló el presidente de SAMU.

Carlos Álvarez dedicó unas palabras a cada uno de los veinte directivos de la organización reunidos en Carmona y reconoció su liderazgo a la hora de “asumir y gestionar los ruidos” que se producen en cada centro de actividad, y no ser meros “tambores de resonancia”. Además, les recordó que uno de los objetivos principales de su trabajo debe ser “buscar la felicidad de las personas”, algo que es fácil “decir de palabra” y “muy complicado de llevar a la realidad”, admitió, pero que debe ser el “camino a seguir” en una organización que está formada por una plantilla de 637 trabajadores.

Carlos González de Escalada fue el encargado de repasar los hitos de 2017. El director general de SAMU subrayó la “brillante implantación” de la empresa en Tánger, con la formación integral de un equipo que empezaba de cero y la dotación de equipamientos que hoy son punteros en todo el país como el SVA; el lanzamiento de SAMU Wellness, centro para el que vaticinó una “evolución enorme”; la participación de la organización en licitaciones de proyectos de cooperación en Marruecos y Rumanía que están en el ciclo final de adjudicación; la llegada de la Fundación SAMU a Estados Unidos; y la primera temporada de trabajo en los servicios médicos del Sevilla FC, que ha dejado una “impronta muy fuerte”. También destacó el avance de investigaciones y proyectos con la Universidad de Sevilla y la organización en noviembre del Congreso de Discapacidad y Deporte.

González de Escalada también destacó la modernización de procesos que está llevando a cabo la organización, con avances como digitalización y las certificaciones en calidad, medio ambiente e innovación, y animó a sus compañeros a mantener el pulso del lema de SAMU: “Nuevos tiempos, nuevos retos”.

SAMU Wellness: una clínica pionera en la atención integral a la salud mental

SAMU ha inaugurado esta mañana su proyecto pionero para la atención integral a la salud mental en Sevilla. SAMU Wellness Miguel de Mañara, ubicado en Montequinto (Dos Hermanas, Sevilla), es un centro dirigido a todas aquellas personas que sufren algún tipo de trastorno o alteración mental, y que representa una revolución en la atención a este tipo de pacientes.

SAMU Wellness, que cuenta con una plantilla de 25 profesionales, es capaz de atender a las personas de todas las edades que sufren cualquier tipo de afectación o problemática emocional en un solo edificio, con la intervención de un equipo interdisciplinar de profesionales (psiquiatras, psicólogos, médicos generalistas, enfermeros especializados, trabajadores sociales, fisioterapeutas, nutricionistas), a través de programas individualizados o grupales, y desde un trato inclusivo y no estigmatizador.

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Al acto de inauguración acudió el arzobispo de Sevilla, D. Juan José Asenjo, acompañado por el párroco de Montequinto, D. Adrián Ríos, además del presidente de Fundación SAMU y director médico de SAMU Wellness, Dr. Carlos Álvarez Leiva, y directivos de la organización. Asenjo valoró esta iniciativa por dirigirse a personas que requieren ayuda e instó a los asistentes a cultivar esa vocación de ayuda a los demás.

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Almudena Chávez, directora de SAMU Wellness, explicó que esta iniciativa surge del conocimiento que la Fundación SAMU ha ido adquiriendo durante muchos años en su trabajo en el sector de la salud mental, “un sector poco reconocido y mimado por la sociedad”. Como subrayó en su pregón el doctor Antonio Francisco Bellido, “la enfermedad mental es la más incomprendida de todas”.

La clínica, habilitada sobre una antigua residencia de niños con discapacidad, cuenta con 12 plazas de hospital de día y 18 plazas de hospitalización (de las cuales tres plazas son de unidad psiquiátrica aguda, una de media estancia y una de larga estancia), y consultas externas de psiquiatría, psicología de adultos e infanto-juvenil, trabajo social, nutrición, logopedia, medicina generalista y fisioterapia.

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La clínica ofrece atención sanitaria integral a personas que padezcan una enfermedad mental y que, tras una crisis o un periodo de ingreso en una unidad de hospitalización psiquiátrica en agudos, requieran atención sanitaria por parte de profesionales antes de regresar a su domicilio.

“No es un trabajo fácil en el que nos hemos involucrado, pero tenemos mucha fe en este proyecto, que forma parte de la filosofía de SAMU en la atención a las personas que más lo necesitan”, señaló Carlos Álvarez Leiva.

El proyecto, que ha requerido un año de desarrollo, también contempla actuaciones enfocadas a la comunidad tanto de carácter preventivo de este tipo de trastornos como de promoción de la salud mental.

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Tres décadas enseñando

En el otoño de 1990, la Escuela de Emergencias SAMU abría sus puertas, coincidiendo con la inauguración del primer máster de Medicina. Treinta y tres profesionales se formaron aquel curso en soporte vital y traslado de pacientes críticos en prehospitalaria con SAMU, ya que ésta fue la primera entidad en introducir ambulancias de Soporte Vital Avanzado en España. En 1994 se incorporó el máster de Enfermería y a lo largo de estos casi 30 años, ambos cursos no han dejado de evolucionar hasta ofrecer una completa formación especializada en urgencias, emergencias, atención a las catástrofes y acción humanitaria, que cuenta con la acreditación de la Universidad de Sevilla y la Fundación CEU San Pablo, según explica Maribel Álvarez, directora de Posgrados de la Escuela de Emergencias, con sede en Gelves (Sevilla).

Un total de 24 promociones de médicos y 22 de enfermeros han pasado por las aulas de la Escuela, que ya ha abierto el plazo de inscripción para el curso 2017-2018. “Es una formación muy intensa y absorbente, pero merece la pena”, explica Nacho Ávila, enfermero de SAMU y alumno del máster de Enfermería en su XII edición. “En mi curso, hubo dos personas que renunciaron a la semana. Esto o te gusta o no te gusta, no hay término medio”. Fue durante el curso 2012-2013 cuando la Escuela decidió ampliar su oferta académica e incorporar Cursos de Formación profesional de Grado Medio.

Los primeros en impartirse fueron el de Técnico en Emergencias Sanitarias (TES) y Técnico en Cuidados Auxiliares de Enfermería (Tecae). El primero de ellos, consta de 2.000 horas en total. Está dirigido a personal no sanitario, técnicos, teleoperadores, celadores y auxiliares. A través de este curso de dos años, los alumnos aprenden a trasladar a pacientes a los centros sanitarios, prestar atención básica sanitaria y psicológica en el entorno prehospitalario, llevar a cabo actividades de teleasistencia sanitaria y a colaborar en la organización y desarrollo de los planes de emergencia, de los dispositivos de riesgo previsibles y de la logística sanitaria ante una emergencia individual, colectiva o catástrofe. En total se ofertan 30 plazas en horario de mañana y otras 30 en horario de tarde.

En el caso del curso de Tecae, se ofertan 20 plazas de mañana y otras 20 en horario de tarde. Este título está dirigido a auxiliares de enfermería en hospitalización, auxiliares de enfermería en geriatría y auxiliares de ayuda a domicilio. En total son 1.400 horas donde los alumnos adquieren los conocimientos para atender a colectivos con necesidades especiales como personas mayores, discapacitados, enfermos crónicos y convalecientes.

Desde el curso 2015-2016, la Escuela oferta el grado medio de Técnico en Emergencias Sanitarias Semipresencial y desde el curso pasado, 2016-2017, el grado superior de Técnico en Integración Social, el último en incorporarse al calendario. Entre las salidas de este último título se encuentran la de técnico de programas de prevención e inserción social, educador de equipamientos residenciales, educador de personas con discapacidad, trabajador familiar, auxiliar de tutela, monitor de centros abiertos, técnico de integración social y especialista de apoyo educativo.

Ya está abierto el plazo de inscripciones para toda la oferta académica de la escuela.

Una jornada para compartir

POR REYES GONZÁLEZ

La Escuela de Emergencias y Formación Profesional Sanitaria SAMU volvió a abrir sus puertas a la sociedad el 9 de mayo en unas jornadas de enorme aceptación en las que visitantes, escolares y medios de comunicación pudieron conocer de primera mano el mayor centro europeo en simulación de catástrofes. En estas V Jornadas, el público interesado pudo visitar las instalaciones y conocer la completa oferta educativa de nuestra escuela, así como el funcionamiento y el papel decisivo que la actividad sanitaria desempeña en la comunidad.

La jornada contó con visitas guiadas a cargo de los alumnos de los cursos de formación de grado medio de Técnico en Emergencias Sanitarias y de Técnico en Cuidados Auxiliares de Enfermería, además de los alumnos del Máster Propio en Atención Prehospitalaria, Catástrofe y Ayuda Humanitaria de la Universidad de Sevilla. El alumnado, con la tutela de los docentes, mostró a los asistentes las capacidades adquiridas durante el curso en el desarrollo de las numerosas actividades programadas.

Más de 300 niños de 6 a 16 años visitaron las instalaciones de la Escuela SAMU y participaron en los juegos y talleres programados sobre primeros auxilios, vendaje, la toma de constantes vitales, el funcionamiento y equipamiento de una UVI móvil, la realización de transmisiones, el equipamiento de un quirófano de campaña y un taller de soporte vital básico. Los menores del Centro ARB Miguel de Mañara también tuvieron la suerte de experimentar diversas sensaciones, entre ellas, la prueba de escalada, los jeep de rescate y el trabajo en la cabina de un avión. Las actividades estuvieron abiertas a todos los públicos de 17:00 a 19:00.

El centro de Gelves es pionero en España. Cuenta con 17.000 metros cuadrados construidos con 13 aulas, biblioteca, talleres de entrenamiento, pista americana, piscina, pista de conducción 4×4, un área de simulación de accidente aéreo y de ferrocarril, áreas confinadas, inundables, derruidas, un rocódromo, una helisuperficie y una pista de conducción de ambulancias.

Cadena SER desplazó a su equipo de Hoy por hoy Sevilla a Escuela SAMU y realizó un programa en directo en el que participaron compañeros y visitantes

“Yo no he hecho la mili, he hecho el máster de SAMU”

El enfermero Nacho Ávila Guerra (La Palma del Condado, Huelva, 1982) es desde febrero el nuevo jefe de operaciones de SAMU, cargo que compagina con guardias en ambulancias en Sevilla y Huelva.

—¿Cómo conoció SAMU?
—Tras terminar Enfermería en 2005, empecé a trabajar en un centro de salud haciendo guardias sueltas. En el verano de 2006, en Matalascañas, tuve una guardia muy mala, con muchos accidentes de tráfico. El conductor de la ambulancia me sacó las castañas del fuego y al verme sobrepasado por los avisos me dijo que había una empresa en Sevilla que se dedicaba a la formación en emergencias y que creía oportuno que hiciera el curso.

—¿Qué recuerda del máster de SAMU?
—Yo siempre digo: no he hecho la mili, he hecho el máster de SAMU. Es muy intenso, absorbente, con formación paramilitar. Hacemos muchos simulacros junto con fuerzas especiales y trabajamos en equipo con diferentes dispositivos. Es un ambiente de entrenamiento severo. Pero al que le gusta este mundo, cuando lo prueba, le pica el gusanillo y no para.

—¿Por qué estudió Enfermería?
—Cuando tenía 15 años saqué a un niño de una piscina que se estaba ahogando. Todo el mundo me dijo que tenía que ser socorrista o sanitario, lo típico. Además, yo tengo un tío que es enfermero y me contaba cosas de este mundo, y me entró el gusanillo. Ya cuando entras en contacto con la profesión te das cuenta de si esto es realmente tu vocación.

—¿Qué significa ser jefe de operaciones?
—Todo. Control de personal, de cuadrantes, de vacaciones, sustituciones. A la primera persona a la que acuden los profesionales de guardia cuando se produce cualquier incidente en los servicios de Sevilla, Huelva y Málaga es a mí.

—¿Por qué decidió asumir este reto?
—A nivel profesional y personal, creo que era el momento. Yo ya había sido, de forma accidental, director de la unidad de día San Lucas, por lo que tenía experiencia en el ámbito de la dirección de SAMU. Además, la plaza de jefe de operaciones no sale todos los años. La anterior compañera, Victoria Galiani, se ha llevado más de 12 años en el cargo. Hubiera sido más fácil quedarme en mi puesto de enfermero normal, pero me gustan los retos, asumir nuevos proyectos e ir creciendo.

—Durante tres años trabajó en Málaga, ¿cómo fue la experiencia?
—Hubo un periodo de reestructuración de la plantilla de Huelva y me mandaron para Málaga, pero no cambié de residencia, seguí viviendo en La Palma del Condado. Eso suponía salir de casa a las cuatro y media de la mañana para entrar a trabajar a las ocho. Al día siguiente, sales a las ocho de la mañana y sobre las once y media o doce llegas al pueblo. Te pegas una ducha y te vas a por tu hija a la guardería y disfrutas de ella durante la tarde. Era mi forma de verlo. Cuando estaba en Málaga tenía más tiempo para estar con mi hija que ahora que estoy en Sevilla.

—Participó en la misión de SAMU en Haití en 2010. ¿Cuál fue su función allí?
—SAMU envió cinco expediciones. Yo fui como jefe del último contingente y con la misión de hacer un repliegue lo más ordenado posible. El periodo de emergencias ya había pasado.

—¿Qué vio en Haití?
—Cuando llegué se suponía que lo peor ya había pasado pero lo cierto es que Haití no podía estar peor. No tenían agua potable en las casas, los escombros estaban sin recoger y la gente vivía en campamentos de refugiados. Siete años después, esto sigue igual. Estructuras como el Parlamento, la comisaría central, la escuela de policía o facultades como Medicina o Enfermería se habían derrumbado, matando promociones enteras de profesionales. No tenían policías ni sanitarios porque habían muerto en el terremoto.

—¿Qué significa SAMU para usted?
—SAMU es mi segunda familia. Es un gran conglomerado de distintos profesionales que nos apasiona lo que hacemos. Es una filosofía de vida, una forma de entender el trabajo y las responsabilidades, una religión. Es algo más grande que una empresa en sí.