Respeta a los ciclistas: la ‘ley’ del metro y medio de distancia

Los casos de atropello de ciclistas son múltiples cada fin de semana y han generado una enorme alerta no solo en el colectivo de las dos ruedas, sino en toda la población. La mayoría de los accidentes son consecuencia de un comportamiento negligente por parte del conductor. Por ello, es conveniente repasar la normativa vigente en relación a cómo deben actuar conductores y ciclistas en la carretera para contribuir a que se reduzcan estos trágicos desenlaces.

Obligaciones de los conductores ante la presencia de ciclistas

Ni que decir tiene que el consumo de alcohol o drogas al volante es un delito y debe ser perseguido. Sus consecuencias pueden llegar a ser mortales. La investigación de muchos casos de atropellos a ciclistas constata que el conductor había bebido o conducía bajo el efecto de alguna droga. También hay que evitar las distracciones al volante.

Partiendo de esa base, un conductor ha de ser consciente de la vulnerabilidad de los ciclistas cuando transitan por carretera y ser paciente y precavido ante su presencia.

Los ciclistas tienen prioridad de paso cuando circulan por un carril bici o lugar debidamente señalizado para el uso de este tipo de vehículo no motorizado. También la tienen si están cerca de un vehículo motorizado que vaya a girar a derecha o izquierda para entrar en otra vía y si, circulando en grupo, el primero ya ha iniciado el cruce o se ha introducido en una glorieta. Estos supuestos especiales están recogidos en el artículo 64 del Reglamento General de Circulación.

Para realizar un adelantamiento, la ley exige que se guarde una distancia de seguridad de al menos un metro y medio, pudiéndose invadir parcialmente el carril contrario si es necesario. También se debe reducir la velocidad para no desestabilizar a los ciclistas. El claxon solo se puede utilizar en situaciones de emergencia y nunca para llamar la atención de los que marchan en bicicleta, ya que puede llegar a producir una situación de riesgo.

Normas para circular en bicicleta

El Reglamento General de Circulación también establece una serie de parámetros que se han de cumplir a la hora de circular en bicicleta para evitar accidentes.

El artículo 54 de dicho reglamento autoriza la circulación en grupo de los ciclistas, para lo cual deben hacerlo en paralelo en fila de a dos, siempre lo más a la derecha posible de la vía, salvo que las condiciones de visibilidad sean reducidas (en tal caso, deben circular de uno en uno). Los ciclistas deben utilizar el arcén de su derecha o, en situaciones especiales, tales como los descensos prolongados con curvas, la parte de la calzada que sea indispensable.

De igual manera, tienen permitido circular por autovías, salvo que existan señales que lo prohíban expresamente. Para realizar un adelantamiento a otro vehículo motorizado han de guardar también una distancia de un metro y medio. Los menores de 14 años no pueden circular por este tipo de vías.

Los ciclistas también han de señalizar con antelación la maniobra que vayan a realizar y, por supuesto, no pueden viajar bajo los efectos del alcohol o las drogas, ni utilizar elementos de distracción.

El deportista paralímpico internacional Dionibel Rodríguez inaugura en Sevilla el I Congreso Internacional de Discapacidad Intelectual, Actividad Física y Salud

La Fundación SAMU organiza junto a la Universidad de Sevilla, la Universidad Pablo de Olavide y Special Olympics España el I Congreso Internacional de Discapacidad Intelectual, Actividad Física y Salud, un punto de encuentro para todos los profesionales e interesados en el deporte como medio de mejora de la calidad de vida y la inclusión de las personas con algún tipo de diversidad funcional.

El congreso se celebrará los días 17 y 18 de noviembre en la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Sevilla, aunque las actividades arrancarán el jueves 16 con una serie de talleres de 17:00 a 19:00 en el Campus de la Universidad Pablo de Olavide relacionados con la realidad virtual y la rehabilitación, el pádel adaptado, la atención temprana y juegos inclusivos. La conferencia inaugural, el viernes 17 a las 10:15, correrá a cargo del deportista paralímpico Dionibel Rodríguez Ramírez, 11 veces campeón de España en 400 metros lisos, campeón del Mundo en 2013 y diploma paralímpico por su cuarto puesto en los Juegos de Río 2016.

En estas jornadas también participará el presidente de la Federación Española de Deportes de Personas con Parálisis Cerebral y Daño Cerebral Adquirido, Julián Rebollo, además de numerosos de entrenadores deportivos y expertos de la Universidad de Sevilla, la Universidad Miguel Hernández de Elche, la Universidad Autónoma de Madrid, la Politécnica de Madrid o la Universidad de Lisboa (Portugal), entre otras instituciones y entidades.

Evento: I Congreso Internacional de Discapacidad Intelectual, Actividad Física y Salud.
Fecha: Del 16 al 18 de noviembre
Lugar: Sede día 16, campus de la Universidad Pablo de Olavide. Sede de los días 17 y 18, Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Sevilla. Calle Pirotecnia (Sevilla).
Más información: www.samucongresos.es
Contacto: prensa@samu.es

Rafael Herrador: «La pobreza infantil y el empleo son nuestras prioridades»

Rafael Herrador (Córdoba, 1961) posee una amplia trayectoria en puestos de responsabilidad en el sector bancario tras su ingreso en 1988 en el Banco Hispano Americano. Desde 2012, es director territorial de CaixaBank en Andalucía Occidental.

 

—¿Cuáles son actualmente las prioridades de la Obra Social la Caixa?
—Los programas sociales continúan siendo prioritarios, con la lucha contra la pobreza infantil y el fomento del empleo como principales estandartes. Estos programas concentran más de la mitad del presupuesto. Así, el objetivo de nuestro programa de superación de pobreza infantil, CaixaProInfancia, es romper el círculo de la pobreza que afecta a niños y niñas y sus familias. En 2016, CaixaProInfancia atendió a más de 62.000 menores y a sus familiares en las principales ciudades españolas, poniendo el foco en los barrios con mayores tasas de exclusión. Por otro lado, con respecto al fomento del empleo, el programa Incorpora ha celebrado sus primeros diez años en 2016 superando los 20.000 puestos de trabajo facilitados a personas en situación de vulnerabilidad. Este programa de integración laboral ha contado con la colaboración de más de 9.500 empresas de toda España a lo largo de ese año.

—¿Qué motivó la creación de la Obra Social la Caixa?
—La Fundación Bancaria la Caixa resulta de la transformación de la Caja de Ahorros y Pensiones de Barcelona, la Caixa, en fundación bancaria en el año 2014, y agrupa en CriteriaCaixa todas las participaciones accionariales del Grupo la Caixa, incluida CaixaBank. Ha heredado el compromiso social que ha caracterizado a la Caixa desde sus orígenes en 1904, y gestiona de forma directa toda su Obra Social. Es, por tanto, heredera de más de 110 años de historia, de compromiso social intenso. En ese siglo largo, la Caixa ha trabajado para contribuir al bienestar de las personas. Sobre todo de las que más lo necesitan en cada momento. Y ha trabajado asimismo por el progreso de la sociedad.

—Se han vivido años muy duros durante la crisis. ¿Cuál ha sido el papel de la Obra Social la Caixa durante estos años?
—Como director territorial de CaixaBank en Andalucía Occidental me siento especialmente orgulloso de nuestra respuesta en los últimos años. A pesar de las dificultades, el compromiso de la Obra Social la Caixa se ha mantenido durante todo este tiempo invirtiendo cada año 500 millones de euros. En 2017, el presupuesto ha aumentado a 510 millones.

—¿Hubo un incremento de la demanda de ayuda por parte de comedores sociales u otras entidades sociales durante los años de la crisis? ¿Cómo se gestionó esta demanda?
—En 2014, efectivamente, entendimos que había que dar una respuesta a las dificultades que atravesaban los comedores sociales y pusimos en marcha en Andalucía Occidental la iniciativa Comedores con Alma, que ha atendido a más de 30 centros y más de 4.000 personas diariamente.  Más de un millón de euros se ha destinado desde entonces a estos comedores sociales que alimentan cada día a personas en situación de vulnerabilidad por falta de recursos

—¿Qué características cree que son determinantes para que un proyecto cuente con el apoyo de La Caixa?
—Los proyectos que apoyamos están alineados con los programas estratégicos de la Obra Social: lucha contra la pobreza infantil, la marginación y la exclusión laboral; apoyo a las personas mayores; acciones para la convivencia y la interculturalidad; y actividades culturales. En definitiva, aquellos que tienen como finalidad el apoyo a colectivos vulnerables. Somos conscientes de que, para alcanzar nuestros objetivos, contamos con el más importante de los capitales: el apoyo y la aportación de las personas que desde las entidades sociales, las escuelas, los centros de investigación, los centros de salud y las ONG comparten la voluntad para transformar y mejorar comunidades, barrios, municipios y ciudades. La Obra Social reconoce la aportación de estas personas así como la de nuestros voluntarios, empleados, accionistas y clientes. A todos ellos los hemos identificado y los hemos querido reconocer bajo el nombre de Imprescindibles.

—¿Cuál es el objetivo final de la Obra Social la Caixa?
—Nuestra misión es construir una sociedad mejor y más justa, dando más oportunidades a las personas que más lo necesitan. Construimos presentes. Cambiamos futuros es el lema del Plan Estratégico 2016–2019 de la Fundación Bancaria la Caixa. Esa es nuestra ambición, la razón de ser de nuestra Obra Social.

—Desde 2015, la Obra Social La Caixa ha apoyado distintos proyectos de la Fundación SAMU con cerca de 40.000 euros. ¿Qué opina de la labor que realiza esta entidad social?
—La Fundación SAMU está liderando numerosos proyectos en el ámbito de la salud en Andalucía. Tiene todo nuestro reconocimiento la gran labor que realiza esta fundación en servicios de salud y emergencia social, atención a personas dependientes, inmigración e intervención en catástrofes internacionales. Ambas entidades compartimos objetivos y de ahí nuestra voluntad de seguir compartiendo proyectos juntos.

—La última iniciativa de SAMU que ha contado con el apoyo de Obra Social la Caixa ha sido el programa Disfrutamar, que acerca el mar a las personas con discapacidad, con una subvención de 8.000 euros. ¿Qué opina de esta actividad?
—Gracias a la Fundación Samu, estas personas han podido vivir una experiencia inolvidable. Las personas con discapacidad se enfrentan a diario a retos personales y sociales derivados de la situación de fragilidad o dependencia en la que se encuentran. Esta iniciativa demuestra cómo, a través del deporte, se fomenta la vida independiente, la autonomía y la calidad de vida de personas con discapacidad.

La misión de SAMU en Nepal tras el terremoto de 2015 también contó una donación de La Caixa de 10.000 euros. Durante su estancia en este país, los profesionales de SAMU atendieron a cerca de 1.800 personas de 13 poblaciones distintas y tres orfanatos. ¿Qué opina de la labor de los profesionales sanitarios en este tipo de misiones?
—En momentos de emergencias humanitarias como la de Nepal, la ayuda de profesionales sanitarios de otros países es fundamental. Estos profesionales son sin duda parte de los “imprescindibles” de los que antes le hablaba. Son gente que lucha cada día para mejorar la vida de otras de personas. Gente que investiga, que dedica su tiempo a encontrar soluciones. Estas personas nos permiten creer en un futuro mejor para todos.

Cambiando radicalmente de tema. En marzo, se inauguró CaixaForum Sevilla, ¿Cómo cree que puede beneficiar a la capital hispalense, y a Andalucía en general, este proyecto?
— CaixaForum Sevilla ha ratificado el firme compromiso de CaixaBank con Andalucía y sus ciudadanos, reafirmando su voluntad de dotar a la capital de la comunidad andaluza de un ambicioso centro cultural y social de primer nivel. Sevilla es la octava ciudad española que alberga un CaixaForum, el tercero más grande después de Madrid y Barcelona. El centro cultural se ha situado en un área estratégica que aspira a convertirse en un nuevo eje de Sevilla. La Isla de la Cartuja, marcada por el edificio vanguardista Torre Sevilla y en cuya manzana se integra CaixaForum, apuesta por proyectos de futuro dedicados a los servicios, los negocios y la cultura. CaixaForum Sevilla abrió sus puertas con la clara aspiración de ser un espacio vivo, al servicio de las personas, donde la cultura se manifieste como una herramienta eficaz para la cohesión y la integración social. El objetivo último es promover el conocimiento y el crecimiento personal de personas de todas las edades, condiciones y procedencias. En él tendrán cabida, entre otras iniciativas, exposiciones de arte antiguo, moderno y contemporáneo; ciencia y temática social; conciertos y recitales poéticos; arte multimedia; debates sobre las grandes cuestiones de actualidad; jornadas sociales y de carácter científico y medioambiental; talleres educativos y familiares, y actividades dirigidas a grupos de personas mayores.

¿Podría adelantarnos algún otro proyecto cultural o social que vaya a ponerse próximamente en marcha en Andalucía?

—La actividad de Obra Social la Caixa en Andalucía no cesa pero por nombrar alguna iniciativa novedosa, próximamente llegará a Córdoba la exposición Picasso. El viaje del Guernica, con motivo del 80 aniversario de la creación de esta obra maestra. La muestra gira en torno a la obra del Guernica de Pablo Picasso: desde el momento de su encargo, por parte del gobierno de la República, hasta su destinación actual en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía. Los cordobeses podrán disfrutar de este proyecto que es fruto de un trabajo de investigación que ha permitido seguir de manera muy detallada los viajes y las peripecias del Guernica y de una voluntad de  aproximar al gran público una historia apasionante: un artista extraordinario, un momento histórico crucial, la pintura como plasmación de sentimientos personales y colectivos, el arte que trasciende  más allá de los museos y sale a la calle.

Un corazón de 30 kilos y 850 watios

Un equipo de SAMU formado por un médico y una enfermera de Málaga y un técnico de Sevilla trasladaron en ambulancia en octubre a un hombre de 60 años que había sufrido un infarto y necesitaba un trasplante de corazón desde el Hospital Regional de Málaga hasta el Hospital Virgen de Rocío de Sevilla con un balón de contrapulsación intraaórtico. Éste es un traslado de mucha complejidad y que pocos servicios pueden realizar, debido a la inestabilidad del paciente, además del tamaño de la máquina y a la cantidad de energía y potencia que ésta necesita para funcionar.

El balón de contrapulsación intraaórtico (BIAC) está formado por un globo que se sitúa en la arteria aorta descendente (desde la salida de la arteria subclavia izquierda a las arterias renales), conectado a una consola que suministra el gas (habitualmente helio) para su inflado y desinflado, y que controla su sincronía con la contracción del corazón. De esta forma, durante la contracción del corazón (sístole cardiaca), el globo se desinfla activamente, facilitando la salida de sangre desde el ventrículo izquierdo a la aorta, y durante la relajación del corazón (diástole) se produce el inflado del globo, con lo que se mejora la perfusión del corazón por un mayor flujo de sangre a nivel de las arterias coronarias, mejorando la función cardiaca.

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La máquina, que pesa unos treinta kilos, está conectada al paciente con una serie de tubos, de ahí que sea tan complicado moverla”, explica Blas Alascio, médico de SAMU que participó en el traslado junto a la enfermera Tatiana Mérida y el técnico de emergencias sanitarias Tomás Couyotopoulus. Además, esta máquina necesita 850 watios para funcionar y las ambulancias no suelen tener un convertidor de tanta potencia. El vehículo con el que se realizó el traslado cuenta con un conversor de 1.000 watios, lo que hace posible esta maniobra. “Tuvimos que hacer malabarismos para que los todos los aparatos funcionaran durante el viaje y la batería de la ambulancia no se viniera abajo”, relata.

“Hace varios años, en 2005, se intentó realizar un traslado de este tipo, pero la ambulancia sólo disponía de una batería de 500 watios. El uso de una gran columna de bombas hizo necesaria la intervención del Ejército, pero éste tampoco pudo trasladar al paciente en helicóptero porque éste se venía abajo, no tenía potencia suficiente”, explica Alascio. “Hasta este año, este tipo de traslado era algo absolutamente excepcional. En los últimos 14 años, se habrán hecho tres o cuatro, no más. SAMU es uno de los pocos servicios que tiene recursos para hacerlo, y esta temporada ya hemos realizado unos cinco”.

La operación tenía además otra peculiaridad que complicaba más aún el traslado. El paciente sufría constantemente arritmias y había que desfibrilar con mucha frecuencia. “Cuando llegamos al hospital, junto a la camilla del paciente en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) había una enfermera sentada en una silla. Había desfibrilado al paciente más de 50 veces durante la noche. Había perdido hasta la cuenta. Su única función era chispar al paciente”, cuenta Blas Alascio. “Durante el traslado, usamos el desfibrilador hasta 54 veces. Incluso el técnico tuvo que chispar porque no dábamos abasto, y eso que se usaron todos los antiarrítmicos posibles”.

El doctor Alascio reclama la realización de cursos de formación sobre la utilización de estas máquinas dirigidos al personal de emergencias, que permitan adquirir unos conocimientos completos sobre el manejo de su consola.

Lecciones aprendidas en los atentados de Barcelona

El atentado terrorista del 17-A en Barcelona puso a prueba la capacidad de los servicios sanitarios de emergencias, que respondieron con una enorme eficacia y profesionalidad. En unas circunstancias excepcionales, capaz de romper los esquemas de trabajo de equipos especializados en actuar al límite, el dispositivo logró atender a las múltiples víctimas en menos de tres horas y salvar decenas de vidas. Aun así, aquella tarde aciaga estuvo llena de lecciones y aprendizajes, tal y como reconoce la directora del área operativa del Servicio de Emergencias Médicas (SEM) Catalán. La doctora Judit Sánchez Castro, que estuvo al frente del dispositivo, y que compartió su experiencia con los alumnos del Máster en Atención Prehospitalaria, Catástrofes y Acción Humanitaria de SAMU y Universidad de Sevilla.

“El terrorismo está cambiando completamente la forma en la que tenemos que trabajar”, apuntó Sánchez Castro, que reconoció que, en escenarios tan complejos y duros, los profesionales sanitarios tienen que estar preparados no solo para salvar vidas, sino a conseguir perder al menor número de heridos posible: “Surge un conflicto muy duro en el momento en el que no eres capaz de llegar a todo y tienes que priorizar. Es algo para lo que no nos han preparado y que es contrario a nuestro instinto de auxilio”, reflexionó.

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De la actuación del SEM, los estudiantes y profesionales que participaron en esta jornada inaugural del máster en la Facultad de Enfermería, Fisioterapia y Podología de la Universidad de Sevilla pudieron extraer numerosas conclusiones relevantes. Como ejemplo, la activación inmediata de dos sectores en Emergencias: uno dedicado en exclusiva al atentado; y otro, completamente aislado, dedicado a seguir tomando el pulso a una ciudad en la que aquella tarde se siguieron produciendo emergencias médicas de todo tipo.

El número de recursos sanitarios se igualó al número de víctimas. 59 ambulancias participaron en la operación para atender a 139 heridos con diferentes consideraciones: 13 fallecieron en el acto, 16 estaban graves, 23 presentaban heridas leves y otros 50 resultaron prácticamente ilesos.

La red hospitalaria de alta resolución de la que dispone Barcelona influyó de forma decisiva en el éxito del dispositivo. En las 72 horas posteriores al ataque, que abarcan el periodo en el que se mide la eficacia y la capacidad de respuesta de un dispositivo, únicamente murió una de las víctimas, que llegó al hospital en estado crítico. “¿Qué hubiera ocurrido si el atentado se hubiese producido en otra ciudad con menos medios hospitalarios? Posiblemente estaríamos hablando de otra situación”, observó la directora.

El triaje en Las Ramblas fue de nuevo un punto complejo del dispositivo, debido a la dispersión de heridos a lo largo de más de 500 metros. Éste estuvo a cargo de un Vehículo de Intervención Rápida, que rastreó toda Las Ramblas. A partir de ahí, surgió la cuestión de cómo formar un área sanitaria en un espacio tan grande, “cómo adaptarse a una situación así”. Se estableció el Puesto de Mando Avanzado, en un principio, en Plaza de Cataluña, aunque, dada la dispersión de heridos, acabaron estableciéndose varias áreas sanitarias.

La doctora Sánchez Castro puso el acento en la seguridad de los propios sanitarios como una cuestión sobre la que hay que reflexionar. Admitió que su equipo entró en la “zona caliente” sin garantías de que no hubiera peligro, algo que quedó al descubierto cuando estallaron varios petardos que hicieron pensar en la existencia de uno o varios tiradores activos en el lugar. Hubo que trasladar el mando a El Corte Inglés. “Fue una falsa alarma, de lo contrario posiblemente no estaría aquí dando esta conferencia”, recordó. “Tenemos un procedimiento pero nuestras unidades tienen que adaptarse. No solo hablo de chalecos, cascos… Tenemos nuestro sistema de triaje, incluso en el más básico, pero debemos reflexionar sobre qué hacer en una situación en la que la seguridad no está garantizada. ¿Tal vez debamos mantenernos fuera? Nos han enseñado a cómo atender al crítico, a cómo salvar vidas, pero tal vez llegará un día en el que nos tengamos que mantener al margen porque tenemos que volver a casa”, reflexionó.

Otra de las lecciones cruciales aprendidas del atentado de Barcelona se refiere a la demanda de atención psicológica no solo de los heridos, sino de los damnificados, personas relacionadas con el accidente pero que son demandantes de atención (familiares, amigos, viandantes…), y, por supuesto, al propio personal sanitario que ha participado en el dispositivo, y que al día siguiente tiene que estar preparado para seguir enfrentándose a situaciones de emergencia.

La responsable del Servicio de Emergencias Médicas de Cataluña también se refirió a la trazabilidad de los pacientes como asignatura pendiente, sobre todo ante situaciones en las que la avidez de información por parte de las autoridades políticas es enorme. “Es un punto muy difícil de mejorar, pero cuando te piden información diaria, tres veces al día, de cómo están los pacientes, es complicadísimo. El recuento inicial de fallecidos en Las Ramblas fue una locura. En la zona caliente, un bombero, un médico y un policía tuvieron que hacer un barrido por la propia calle contándolos uno a uno. Es lo que al político le preocupa, porque lo tiene que decir él. La presión es brutal y es una situación complejísima para nosotros, con afectados de muchos países, y en la que no te puedes equivocar”.

Sánchez Casto advirtió que el sistema de emergencias tiene que estar preparado para estos “nuevos escenarios” que plantea el terrorismo. “Se hizo bien, pero nos queda mucho por aprender”, reflexionó, antes de admitir que, a pesar de lo «durísimo» de la experiencia, “no habría querido estar en otro lugar que no fuera allí”.